NOTAS: Me arrepiento MUCHO de haber escrito el capítulo anterior, sobre todo porque parecía que me esnifé algo muy fuerte al escribirlo, en fin, lamento haber tardado tanto en actualizar, y sí, este es el final, me tardé un poco en subirlo pero es porque quiero hacerlo lo mejor posible, y que no me quede tan gonorreico como el de la última vez, en fin, ¡comencemos!


Capítulo Final: ¿Y mi final feliz?

Seguía viendo esa misma escena, esa misma cruel escena que tanto lo hacía odiarse, lo recordaba perfectamente, cada movimiento, cada sonido, no saldría de su cabeza, no saldría de sus sueños, nunca se perdonaría por haber dejado que ella muriera.

"¡Maestro!" Yukine despertó al joven dios de sus sueños, en parte se lo agradecía, quisiera dormir, pero en paz, no viendo esa terrible pesadilla, de cómo perdió a la única persona que se acordaba de él.

"¿A dónde va?" Debía salir, despejar su mente, ya había pasado mucho tiempo, pero no quería, ni podía superarlo. Por su paseo se encontró a la madre de Hiyori, ya estaba como si nada hubiera pasado, como si su hija fuese una mera imaginación suya, ¿es eso lo qué pasa al morir en la Orilla Lejana? Ciertamente es un destino muy cruel.

Bishamon se había disculpado con él, no sabía por qué, pero no lograba culparla de lo sucedido, ella ya tenía suficientes desgracias como para ponerle la suya encima, aprovecho un poco su viaje para reflexionar la situación.

¿Qué es lo que realmente sentía? ¿Amor? Demasiado lejos. ¿Entonces que era? ¿Simplemente estaba agradecido con ella por recordarle? ¿Algo tan tonto era la razón por la cual estaba tan apegado a ella? Al principio pensó que era porque le recordaba a Sakura, su primer Shinki, después de Nora, y al parecer, era una reencarnación, puede que los lazos que antes tenía con ella se pasaran de "vida en vida", pero eso era imposible, rompió sus lazos con Sakura antes de que él la asesinara, ¿puede que el simple recuerdo de ella fuese suficiente? Simplemente era algo muy complicado, tal vez nunca sabría la respuesta y debería superarlo antes de descubrirla. Entró en contacto con gente de la cual hace mucho no había escuchado, Kofuku escuchó que toda la historia con Bishamon se había aclarado y él había acabado inocente, lo felicitó por ello, al igual con Daikoku. Tenjin solo se disculpó por la muerte de Hiyori, no le sirvió de aliento a Yato.

"Regreso en un momento, Yuki, espérame aquí."

"¿Se encuentra bien?" El dios abrió los ojos como platos al oír la pregunta, para luego dar un suspiro un tanto melancólico.

"Sólo necesito salir, eso es todo." Salió de su hogar, empezó a caminar sin rumbo alguno, viendo toda la gente pasar, siendo felices, camino y camino hasta el anochecer, la gente poco a poco fue desapareciendo hasta dejarlo solo en la calle. Cerró sus ojos, suspiró, decidió que era momento de regresar, no sin antes escuchar el sonido de un cable moviéndose, había una chica saltando de cable en cable como pájaro, le recordó a Hiyori, su pelo castaño, sus ojos violetas, un momento, ¿era ella?

"¡Hiyori!" El dios llamó, no hubo respuesta, la chica siguió su camino, él la empezó a seguir, la chica saltó al tejado de un edificio, Yato la siguió, llamándole una vez más para que parara.

"¡Oye chica! ¡Espera!" La chica paro para después voltear a verle, definitivamente era Hiyori, pero algo había raro con ella.

"¿Usted...Me ve?"

"¿Cómo? ¿No sabes quién soy?"

"Me temó que no...No sé cuánto tiempo llevo aquí, ni mi nombre, ni nada, sólo sé que nadie me puede ver."

"Ven conmigo."

"¿Qué-" Antes de que la chica pudiera reaccionar el dios se la llevo al templo de Tenjin, en la entrada pasó algo muy raro, había un campo de fuerza que no permitía que Hiyori pasara, lo intentaron una vez más, simplemente no se podía acercar al templo, Tenjin salió rápido al ver que el campo de fuerza que había puesto estaba reaccionando.

"¿Quién anda ahí?" Preguntó alarmado, para luego relajarse al ver a Yato y a... ¿Hiyori?

"¿Está...viva?"

"Es lo que te venía a preguntar." El dios se molesto un poco, era el dios del aprendizaje, es verdad, pero eso no significaba que tuviera las respuestas para todo, aún así, intentó ayudar al menor.

"¿Por qué el campo de fuerza contra Ayakashis estaba reaccionando?"

"¿Para...Ayakashis...?" El dios preguntó sorprendido, dándose cuenta de lo que era la chica en realidad, se había convertido en un Ayakashi completo, significando que no estaba viva, y que no podría convertirse en Shinki.

"¿Acaso fue Hiyori? Eso significa que se ha convertido en un Ayakashi."

"¡Lo sé! ¡Demonios!" Maldijo el dios molesto, tendría que averiguar una forma de devolverle la memoria.

"¿No recuerda nada?"

"No..."

"Disculpe..." La chica—la cual llevaba ignorando un buen tiempo—habló para llamar la atención de los dioses, "¿Quiénes son ustedes...?" La pregunta destruyó a Yato por dentro.

"No te mortifiques, primero dile quien eres y luego veremos una forma de recuperar su memoria. Hija, yo soy Tenjin, el dios del aprendizaje."

"Yo soy...No necesitas saber mi nombre..." Dijo un poco indiferente, la chica se molestó un poco.

"Mmm...¿Tú también eres un dios? ¿De qué?"

"De...La fortuna..." Mintió, Tenjin se dio cuenta de esto, pero no dijo nada.

"Ahora, creo que hay una forma de devolver su memoria..."

"¿De verdad lo crees?"

"Sí, ella tenía una conexión muy fuerte a la Orilla Lejana, debido a esa conexión puede que podamos devolverle la memoria."

"Creo que tengo una idea." Dijo para volver a desaparecer, llevándose a la chica consigo, era momento de llevarla con gente que conociera.

La llevo a casa de sus padres, no los reconoció, la llevo a la tumba de su abuela, lo irónico es que era la única persona que recordaba. Fueron con su padre y con su media hermana, Hiyori no sabía por qué, pero al ver a Chiharu le entraron unas ganas de golpearle muy fuertes pero al no poder tocarla tuvo que conformarse con sólo desearle fuertemente el mal. Recordó lo que Tenjin le dijo, tenía una fuerte conexión con la Orilla Lejana, así que tendría que ir con gente que ella conociera de la Orilla Lejana, empezó con Yukine, su Shinki, la chica mencionó que los ojos de su Shinki le parecían conocidos, luego fue con Kofuku, quien conoció a la chica cuando Yato le mencionó que le estaba ayudando, Hiyori sólo mencionó que ese lugar se le hacía conocido, fue con su última esperanza, Bishamon, pero al llegar, Hiyori no reconoció a Bishamon, ni a sus Shinkis, ni a nadie. Se había quedado sin opciones.

Los dos jóvenes empezaron a caminar por las calles, Yato suspiró rendido.

"Lo siento." Yato se sorprendió por sus repentinas disculpas.

"¿Cómo?"

"Sé que me quieres ayudar, y yo simplemente no recuerdo nada."

"No tienes que disculparte, mañana te buscaré, me voy de aquí." Yato se empezó a alejar, cruzó la calle, sin darse cuenta de que un camión estaba acercándose a él a gran velocidad y sin intenciones de parar.

"¡Cuidado!" Hiyori gritó, empujando a Yato fuera del alcance del camión, una imagen le vino a su cabeza, esto ya había pasado, lo recordaba.

"Yo... ¿Nosotros...ya nos conocíamos?"

"¿Has recordado algo?" Preguntó Yato emocionado.

"Sí... Yo te salve cuando... estoy muerta, ¿cierto?"

"Eres un Ayakashi, normalmente la gente que muere impura toma otra forma, pero tú..."

"Yo ya era medio Ayakashi." Mencionó la chica recordando aún más cosas.

"Y yo... ¿cómo morí? ¿Lo sabes?" Preguntó la chica al Dios, éste se puso un tanto incómodo.

"Yo..."

"Olvídalo..." La chica huyó de ahí, Yato se quedó inmóvil por unos segundos, el sol estaba por salir, debía encontrar a Hiyori rápido. La buscó y la buscó, hasta encontrarla sentada en el tejado de un edificio, con las piernas pegadas a su pecho, sin dejarle ver su cara.

"Oye..."

"¿Por qué me sigues? Estoy muerta, no puedes esperar nada de mí, además, ni siquiera recuerdo tu nombre, no podré recordar nada."

"Hiyori yo..." Se le ocurrió una idea, buscó entre sus bolsillos una moneda de 5 yenes."

"¿Ves esto?"

"Una...moneda..."

"Esto me lo diste tú..."

"¿Para qué?"

"Para que yo...te devolviera a la normalidad, al final no lo logré y tú moriste, no te pude proteger, toma, no la merezco." El dios lanzó la moneda, la chica lo atrapo, al ver la moneda sus ojos se iluminaron, volteó a ver al dios con los ojos llorosos.

"Tú...Yato..."


"¡Corran!" El dios le gritó al chico rubio y la castaña que lo seguía.

"¡Espera!" La chica decidió alcanzarlo saltando a los cables como pájaro, dio un pasó mal y cae del cable, el Dios saltó para abrazarla, los dos jóvenes reían, mientras caían, sabiendo que todo estaba bien, y que los años ni la muerte los volverían a separar.


FIN


NOTAS FINALES: En fin, espero que les haya gustado , sé que quedó raro, sé que a muchos les decepcionará, pero en fin, perdón, hubieron muchas ideas que no incluí, además de que mi elección de acciones y palabras no fueron lo que en su momento eran planeadas, pero tal vez, algún día, reescriba esta historia, y creo, quedará mejor. Hasta la siguiente, nos leemos en otro fanfic! Chau!