Querido lector, si has entrado seguramente es porque el final no te agrado. Independientemente si tenias la expectativa de una pareja distinta, este final a más de uno lo dejo con mal sabor de boca y con un sentimiento de decepción. Sea por el motivo que terminó así, lo único que puedo ofrecerte es este pequeño capitulo, y si te agrada deja un comentario con tu sugerencias respecto al posible desarrollo.
Aclaro unos puntos:
-Aun no esta definido si existirá romance, esto dependerá de a cuantos les agrade la idea.
-Estará narrado desde el punto de vista del OC, pues no encontré una narración que se le adecuara.
-Se manejara la idea del multiverso, así que sonríe, puede que tu pareja favorita aparezca siendo mencionada.
-No sé cuanto dure.
Bleach no me pertenece
"El miedo es fundamental para la evolución"
Recuerdo claramente estas palabras de mi Aizen, un hombre igual en varias lineas de tiempo, pero distinto a su manera en esta. Con un corazón destrozado siguió su sueño hasta que lo derroté, ni un ataque o engaño salió del enfrentamiento. Todo fue gracias a un accidente menor, y ese misero detalle ha cambiado mi mundo entero.
Ahora antes de marcharme veo hacia atrás; el Goitei me sonríe, capitanes, tenientes, oficiales, espadas y muchos más se despiden. Se que puede sonar absurdo, pero tengo un miedo profundo a esta paz, se que simplemente no puedo bajar la guardia, de hacerlo cualquier desquiciado podría asesinar a mi familia y amigos. Quizá por esto hago los viajes.
Sin tardar más, sujetó el collar del tiempo mientras abro el Senkaimon con mi energía, lentamente todo se pausa, cierro mis ojos antes de cruzar como si de una oración se tratase.
Un mundo nuevo, personas iguales y distintas a la vez. Historias que se entrelazan o separan, ya sea por el tiempo, sentimientos o destino.
Lo primero que pude percibir era la energía de Ywach desaparecer. El sabor amargo del apego recorre mi cuerpo, otra vez ha desaparecido.
Seguramente puedas preguntarte querido lector si lo salvé o como demonios cruzé con seguridad la cuarta pared. La respuesta más vulgar sería "Soy un personaje de ficción y puedo hacerlo si el autor me lo concede"
Cree en mis palabras cuando te aseguro que la realidad aveces supera la ficción, sin embargo esto no es lo importante.
Deseo que compares mi mundo y este si he captado tu atención. Así que en lugar de aburrirte con recuerdos todo el tiempo pasaré directo a la actuación, pronto entenderás porque me dedico a viajar y causar caos por tiempos indefinidos.
Agradezco atentamente el tiempo que dediques a esta historia.
"No importa si nuestro presente es destrozado una vez más, incluso si el futuro no es perfecto, podemos encontrar la felicidad"
Suspire para tranquilizar mi espíritu, pero siendo franco nunca te acostumbras del todo a esa sensación. Aun así, no puedo detenerme en sentimentalismos, ahora tengo que memorizar un nuevo Goitei.
Necesito información sobre los capitanes, quienes son y cuales son sus motivaciones.
Utilizando mi reiatsu como plataforma inicial, desciendo al suelo y avanzó hasta la Torre de la Penitencia, quizá destruyendo este edificio emblemático llame la atención de muchos.
—Pilares de la noche eterna— dije al extender mi palma hacia esta.
El cielo se oscurece, y en cuestión de segundos un gran pilar hexagonal de un matiz negro aplasta la edificación reduciéndola a escombros.
Paciente espero a su llegada, mi shikai comienza a destruir la zona con otros pilares, algunos un poco inclinados,.
No solo yo estoy ansioso por entrenar, todas mis zampakuto lo están.
Fue cuestión de minutos para que Hitsugaya apareciese, sigue siendo un niño, me sorprende que Rangiku aun lo siga.
—Suficiente.
Ante mi orden, se detiene el ataque, puedo notarlos extrañados, sonreí altanero. Ellos son demasiado débiles que no pueden sentir mi energía, definitivamente fue un acierto escoger este lugar.
—¿Que haces aquí?— me cuestiona el joven a la defensiva.
Me acerco a ellos con calma, ambas katanas me apuntan desconfiadas, los capitanes se apresuran a llegar.
—¿No se pregunta primero el nombre?— respondí burlón —Y creo que es mejor esperar a tus compañeros, no quiero desgastarme la voz repitiendo todo.
Su silencio y la forma en que me mira es tan retador, quisiera solo abalanzarme contra todos y derrotarlos, para mostrarles la cruda verdad.
Nadie esta exento de la muerte
Pronto soy rodeado por los capitanes y tenientes, algunos ansiosos por luchar, otros me miran con un deje de temor en sus ojos.
Bien, es hora de actuar —Quiero destruir este patético lugar para hacerme con el poder de cada uno— dije mientras imitaba arrogancia Sosuke —Pero viendo que su escuadrón encargado de la seguridad es tan débil, les voy a otorgar tiempo. Una semana es suficiente.
El miedo surge en algunos, las memorias aun no sanan y se delatan con su energía.
Kyoraku me cree y guarda su espada ante la mirada atónita de todos.
—¿Quien eres?— pregunta.
—Homurrath Miyamoto, shinigami viajante. Así que preparen sus estrategias, si lo desean llamen a Kurosaki Ichigo, su potencial de guerra.
He dicho suficiente y pretendo marcharme, me acerco a los capitanes de la quinta y sexta, justo cuando paso a su lado hago perceptible mi reiatsu.
—¡¿Que..demonios..?!— exclama asustado Hikaro al arrodillarse de un segundo a otro, Kuchiki hace lo mismo y todos le secundan.
Ni siquiera el poderoso comandante puede estar completamente de pie, mucho menos los tenientes, quienes comienzan a ahogarse.
—Para...— pide Isane al ver como su hermana luchaba, le mire indiferente al detenerme —¡Por favor!
Elevo mi reiatsu hasta que ninguno lo puede sentir. Sigo con mi camino hasta que me pierden de vista.
Voy en busca del traidor y medio salvador de la Sociedad de Almas.
Luego de casi una hora de vagar entre un nuevo laberinto de calles y pasadizos finalmente lo encuentro. En medio de la oscuridad ahí esta atado y sentado en una silla.
¿Porque siento que estoy viendo a un masoquista?
—Has hecho una presentación digna Miyamoto.
Sonreí ante su cumplido. Y en silencio empecé a investigar su curiosa prisión.
—Tu energía es mucho mayor a la de Yhwach— dije antes de observar la segunda forma de restricció kido era fascinante, este había surgido de otro con una potencia abrumadora, seguramente obra de una gran cantidad de shinigamis guiados por Urahara Kisuke.
—¿Quieres que te libere?— pregunté al saciar mi curiosidad —Es sencillo.
—No— dijo calmado —Deseo verlos de nuevo pidiendo mi ayuda, solo que ahora exigire que se arrodillen.
Sinceramente no era tan distinto del Aizen a quien conozco, pero si ese era su deseo no lo molestaría.
—Necesito saber cuanto tiempo ha pasado desde la ultima batalla.
El ojo marrón me miró con interés, y una media sonrisa se formó en su rostro.
—Un poco más de una década ¿Acaso temes perder?
Negué divertido, nunca podría ser derrotado por un Goitei. Existiría una posibilidad si utilizó solo una espada.
—No, pero ahora que lo mencionas ¿Cuantas zampakuto distintas quieres que use?— mencione sin perder la confianza —Actualmente poseo nueve.
Reí divertido al verlo tan sorprendido, era la primera vez que se mostraba así cuando le decía eso. De inmediato Sosuke recuperó la compostura, incluso se molesto ligeramente.
Definitivamente este universo me haría reír bastante.
—Si realmente deseas probar tu poder, deberías darles la mayor ventaja. Así tu victoria será satisfactoria... Claro, hasta que yo aparezca— dijo regresando a su egolatría característica.
—Es cierto, gracias por la sugerencia Aizen-chan, te veré en una semana— respondí amble antes de alejarme. Quizá pensaba engañarme con Kyoka Suigetsu, pero no caeré tan fácil.
Diez años y en todos ellos ninguno de los shinigamis debió de entrenar seriamente, tal vez Zaraki estaría en mejor forma que la mayoría y eso ya sería pedir demasiado.
En fin, decidí irme en busca de un lugar para dormir y comida. Veo a Kyoraku Shunsui sentado en cerca de una lapida.
—Ukitake...— murmure al leer las letras negras.
Esperaba ver al comandante sorprenderse, no lo hizo, es raro y en muchos sentidos.
Víctima de mi curiosidad me acerque con cautela.
—¿Puedo saber tu origen?— pregunta antes de tomar un poco de sake.
Deseo saber que sucedió en este lugar, y entender porque murió. Sonrió antes de tomar asiento.
—No me creerías si te lo confieso— respondí para seguir admirando la tumba.
¿Cuantas personas pasaron por ahí?
Solo siento la tristeza de ellos inundar lo que debería ser un símbolo de agradecimiento.
—Ya veo, Miyamoto-kun. Se que no eres malvado— dijo con calma, le miré sorprendido, pero sus mejillas comienzan a enrojecer, quizá este ebrio.
O mi silencio habla de más, o él se ha vuelto mejor en leer entre lineas.
—Si realmente nos quisieras asesinar no hubieses cumplido la petición de Isane-san.
Me ha descubierto, pero aun así no cambiare los planes. Después me encargare de los detalles.
—¿Quienes más han muerto?
Kyoraku parece meditarlo unos segundos, por si sola la pregunta es dolorosa.
—Jama-jii, Unohana, y varios shinigamis.
—Estas solo— susurré.
Él solo oculto su mirada detrás del sombrero. —Aun tengo a mi sobrina y a mis amigos— dijo con una leve sonrisa, una triste, amarga y llena de dolor.
Tenia años que no aparecía en mis viajes.
—Mi Ukitake tiene familia, al igual que tú. Su Goitei dista mucho del mio— mencione un poco avergonzado.
Era la primera ocasión donde hablaba de mi hogar. Pero ver la mirada marrón llenarse de luz una vez más era grato.
—¡Lo sabia!— celebro antes de servirse un poco mas de alcohol —¡Alguien con unos ojos llenos de vida no podía ser cruel!
Por el Rey Espíritu ¿En que lío me había metido? Mis mejillas ardían, demonios, era tan parecido al que conocía que mis sentimientos se confundían.
—Y ese Ukitake ¿También sufre una enfermedad?
Su repentina pregunta me sacó del debate mental que se armó en mi mundo interno —Sí, todo gracias a la renovación de energía constante— respondí, para buscar una vieja fotografía de mi kimono —Aquí tiene, estoy seguro que a simple vista lo reconocerá.
Una mezcla de confusión y alegría parecía apoderarse de él mientras la observaba.
—Vaya, realmente se ve feliz. Estoy celoso de ese Shunsui— dijo sin despegar la vista —Toma, si sigo así se volverá un recuerdo doloroso.
Agarre la fotografía y la volví a guardar. Quizá yo podría realizar ese ritual... Una vez; solo una para dejarlo despedirse, trate de tocarle el hombro para calmarlo.
Simplemente no pude.
—Comandante, él seguramente renació. Asegúrese de volverlo a ver, eso es lo único que nos queda— dije para sonreír cálido. No podía permanecer más a su lado—Y si sus caminos se cruzan de nuevo sería una alegría.
Me fui con shumpo antes de que reaccionara, había sido suficiente por hoy; mañana buscaría a Urahara o vería que hacer. El atardecer era relajante, pero mi corazón estaba dudando.
Había algo mal, tenía que descubrirlo antes de la batalla.
Bien, se que tengo historias sin acabar, pero no puedo escribir a gusto con un final tan vacío. Eso es todo lo que diré.