De nuevo, te veo ahí, abriendo la puerta de la sala del club del entretenimiento, gritando tu característico "Toshino Kyoko", seguida de Chitose, te acercas ¿cuantas veces has venido aquí para verla?, está claro qué no es solamente por asuntos del consejo estudiantil, todas lo notan, todas sabemos qué tienes sentimientos por ella. Tú mirada, tus ojos se atormentan abiertamente siempre que estas cerca de ella, provoca en ti aquellos sentimientos qué hacen qué tu rostro se torne rojo. Estas nerviosa, hay veces en las que Kyoko se pone cariñosa, y tiene la suerte de poder abrazarte, no eres cómo Chizuru, o Chinatsu, a ti no te molestan sus muestras de afecto; aunque sólo sea para que no le riñas por olvidarse de entregar la hoja de informe del club. Haces ademán de irte, le dices qué no se olvide de entregar ese informe, despiertas a Chitose de su trance, una vez más estaba fantaseando, cruzan la puerta, se despiden, y antes de cerrarla, diriges una fugaz mirada a mi persona, durante un efímero instante cruzamos nuestras miradas, un segundo; pero fue tiempo suficiente para qué mi corazón se detuviera un momento. Suena la campana, anunciando qué han terminado las clases. Te veo en el patio, de lejos, varias chicas se detienen a saludarte, y les saludas de vuelta, algunas siguen normalmente, otras con un ligero rubor en su rostro. Eres popular entre las estudiantes, bastante a decir verdad, no dudo que haya quien te deje cartas de amor, a ciencia cierta no lo sé. Aun así, de haberlas, serían rechazadas, tu corazón ya tiene alguien a quien amar... Y es doloroso. Ellas no saben, pueden vivir con la ilusión de qué podrás corresponder sus sentimientos, pero yo no. Yo no puedo tener esa pequeña esperanza, no tengo el privilegio de ser ignorante de tus sentimientos, porque sé quién es, sé a quién amas. Y lo qué lo hace especialmente doloroso, es qué esa persona es una de mis mejores amigas. Quisiera ser yo la razón por la cual buscas excusas para visitar la antigua sala del club de té, desearía ser yo quien provoca esos sonrojos que te hacen ver tan linda, anheló poder abrazarte con la misma confianza con la que lo hace ella, pero todo queda en sólo deseos. De alguna manera, hay algo fascinante cada vez qué te veo, esa fascinación hace que quiera estar cerca de ti, poder compartir más momentos contigo, hacer miles de maravillosas memorias, y aun que no hay nada que lo impida, dudo mucho qué nuestra relación llegue a ser tan buena cómo la qué tienes con Chitose. Créeme qué lo he intentado, he intentado de muchas maneras no sentir esto, he intentado luchar contra esta fuerte sensación, no quiero que mis sentimientos sean una molestia para ti, no quiero que mis sentimientos me impidan acercarme a ti, sé qué si llegásemos a ser cercanas, no podría soportarlo, y terminaría confesando todo lo que siento. Lo he intentado, pero es difícil luchar contra esta tentación, la tentación de tomarte de la mano y caminar a tu lado, la tentación de poder mostrarte mi cariño, la tentación de poder tocar tu rostro, la tentación de poder besar tus labios. Sé qué lo único qué puedes ofrecerme es tú amistad, pero yo anhelo algo más. Sé qué no podré estar a tu lado por siempre, renunciare a ti, pero también se, qué nunca olvidare tu belleza, Ayano.