―No puedes forzar el amor Bridgette.

―No intento forzarlo, solo..― respondió ella con naturalidad a lo que su amiga le decía.

―Solo lo estas queriendo por tu cuenta, eso no es sano ―dijo Alya preocupada.

―No me importa quererlo por ambos. ― Bridgette le daba la espalda pero aun así su tono de voz era estable y perecía tranquila y calmada.

―Pero eso no siempre será así, eventualmente querrás más.

―Yo puedo seguir no me impor..

―¡BRIDGETTE! ― Alya la tomo de los hombros y le dio la vuelta ― el amor, es cosa de dos, no puedes amar por dos a una personas..si nadie te ama. ― A medida que decía las palabras iba sacudiendo a su amiga con la esperanza de que despertara de una vez de el sueño que creía vivir. Eso derrumbó a Bridgette, no pudo aguantarlo más y su falsa tranquilidad desapareció, las lagrimas brotaron despacio pero dolorosamente.

―Pero en entonces, ¿qué hago? ― sollozó ― ¿me rindo?

―No lo sé. Pero..tienes que ponerte en el lugar de Félix, imagínate que no estás acostumbrada al contacto con nadie y de repente de un día para otro una persona te empieza a...

― Acosar ― dijo Bridgette un poco más tranquila y lo más triste de lo que Alya la había visto nunca pero a pesar de todo seguía manteniendo una pequeña sonrisa en su cara, esa era Bridgette.

―Creo que no fue la mejor estrategia, creo que deberías darle un espacio, dejar que te conozca como lo hice yo ―dejo Alya con una sonrisa, tratando de animarla.

―Sí, lo entiendo ― Bridgette alzó la mirada y Alya pudo ver la imagen más triste que jamás haya visto ― Gracias.

Bridgette no sonreía.


Después de esa conversación Bridgette no fue al la escuela en una semana.

Ni siquiera Alya sabía la razón. Y todos estaban muy preocupados, después de todo era Bridgette, ella siempre era tan alegre y tan genial que traía un aura de paz a la clase.

El timbre sonó y justo antes de que se cerrará la puerta Bridgette entró a la clase corriendo.

― Lo siento, señorita, aquí tiene ― dijo entregando el justificante de sus faltas.

―Oh vaya, ¿estás mejor? ― dijo leyendo el papel.

Ella sonrió e hizo en ademán con el puño ― Mucho mejor.

― Muy bien ve a sentarte.

Y todo volvió a una aparente normalidad para casi todos.

―Bueno como ya saben tan solo queda un mes de clases así que estepero que todos se esfuercen en este último tramo.

―¡Sí! ―dijo Bridgette, con demasiado entusiasmo, lo cual se ganó un carcajada general que se reía con ella.

De todos excepto de un chico unos asientos más adelante quien solo bufó y la clase dio comienzo.

―¿Qué te pasó? ― preguntó Alya.

―Ya sabes como soy, se me olvidó el sueter y pillé un resfriado, estuve malísima, incluso me tuvieron que llevar al hospital, fue horrible, siento no haberte llamado, pero me pusieron en una de esas salas de cuarentena y se me quedó el móvil en casa. ― dijo Bridgette, rascándose la cabeza mientras mordía su lengua y cerraba su ojo derecho, siempre hacía ese gesto cuando estaba avergonzada de algo así que sin problemas Alya creyó esa mentira.


El timbre que señalizaba el receso sonó provocando una avalancha de alumnos comenzó. Como casi siempre Félix se quedó prácticamente solo en cuestión de segundos, mientras recogía sus cosas.

― Ahhh, ¡Que hambre! ― Félix se sobresaltó al escuchar su estridente voz.

―¿No comiste al salir de casa? ― Preguntó Alya.

― No me dio tiempo ― se quejó Bridgette mientras salían por la puerta prácticamente ignorando a Félix.

― Sabes que si no comes... ― en ese punto Félix dejó de escuchar su conversación.

―¿Ehh? ― se preguntó a si mismo, aquello había sido muy extraño, pero no se molestó en intentar averiguar a que se debía tan solo dijo ― al parecer mis plegarias han sido escuchadas: se ha dado un golpe en la cabeza y me ha olvidado ― dijo sonriendo, lo cual lo perturbó, volvió a su cara sería. ¿Por qué había sonreído? Él no sonreía. Debía haberse vuelto loco.

Cuando salió del aula se dirigió al coche como siempre, comería en un restaurante cercano al igual que Chloe.

Al salir los vio, parecían divertirse en corrillo ¿qué estarían mirando? sin desviarse de su destino final pasó cerca del corrillo y pudo ver a Bridgette en el centro, de repente sus pasos se pararon. ¿Qué estaba haciendo?

Estaba acostada en el regazo de Alya en una banqueta y parecía estar dándole un ataque de algo. La miró más atentamente. Tenía los ojos fuertemente cerrados y gesticulaba un montón, en uno de esos bruscos movimientos su cabello se movió lo suficiente para ver que llevaba puestos los auriculares. ¿Qué se suponía que estaba haciendo? ¿Todo eso era por la canción que escuchaba?

En ese momento Alya le miró sonriendo, pero desvió la mirada rápidamente, eso fue suficiente señal para segur su camino. Todos eran unos idiotas.

Si todos eran unos idiotas ¿por qué sentía ganas de quedarse?

―Realmente me he vuelto loco.