Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling.

Aviso: Este fic va dedicado a Mrs. Darfoy, porque sí, porque es genialosa y porque se lo prometí. Te quiero, guapa *heart*

La imagen del fic pertenece a viria.13.


A VOCES

I. Los amigos de él

—¡Tíos! ¡Joder, escuchadme! ¡No os vais a creer lo que me ha pasado! —La voz de James Potter llegó a través de la puerta abierta de la habitación y al momento, el propio James apareció en el dintel, jadeando, y se tiró en su cama.

—Respira, Cornamenta, que como te mueras ahora no nos vas a poder contar nada —se burló Sirius, acercándole a su amigo un vaso de agua.

—No, joder, que como me muera ahora será una desgracia —sonrió James, ya casi recuperado del todo.

—¿Qué era eso tan importante que tenías que contarnos que has venido corriendo desde…? ¿Desde dónde exactamente? —preguntó Remus, acercando una silla a la cama de James y sentándose en ella.

—Desde los jardines. —James se terminó el vaso de agua de un trago y se acomodó mejor en la cama.

—Bueno, ¿qué pasa? No nos dejes con la intriga, colega. —Sirius aprovechó el hueco dejado por su amigo y se sentó él también en la cama de James.

—¡Hoy es el mejor día de mi vida! ¡Más que cuando entré a Hogwarts! ¡Más que cuando ganamos la Copa a Slytherin! ¡Más que cuando nos emborrachamos todos juntos por primera vez! —James, preso de la emoción, se había levantado y estaba dando vueltas por la habitación, mientras que Peter se había sentado discretamente en su sitio—. ¡Más que cuando McGonagall admitió que se había equivocado y nos concedió cincuenta puntos! ¡Más que cuando…!

—Sí, bueno, vale —lo interrumpió Sirius de golpe—. Lo hemos pillado. Hoy es un día maravilloso. Bien. ¿Pero qué ha pasado?

—¡Adivinad! —James se detuvo con los brazos en alto, dejó el vaso que todavía llevaba en la mano en el escritorio y volvió a su pose delante de sus amigos—. ¡Adivinad, mis queridos Merodeadores!

Todos lo miraron en un silencio atónito, pero James no parecía dispuesto a decirles nada así como así.

—¿Te han quitado el castigo? —preguntó al final Remus.

—Ojalá —suspiró James—. Pero no, ni por asomo.

Ése fue el detonante para que de pronto, la habitación de los chicos de Gryffindor de séptimo año se viera invadida de gritos y preguntas sin orden ni concierto.

—¿Han expulsado a Snape?

—Aún no, aunque no pierdo la esperanza, Peter.

—¡Te han quitado el puesto de Premio Anual! —chilló Sirius.

—¡Obviamente no, gilipollas! ¿Qué tiene eso de buena noticia?

—¡Sería una buena noticia!

—¡Para ti, sí! ¡Para el resto del Universo no!

—¿Has sacado varios Excelentes? —intervino Remus antes de que Sirius y James sacaran las varitas.

—Aún no nos han dado las notas, Lunático. ¿Qué clase de pregunta es esa?

Remus se encogió de hombros.

—¡Has adoptado a un perro! —exclamó Peter.

—Ya tengo a Canuto, no quiero más perros.

—¡Capullo! ¡Yo soy un perro mejor que cualquier otro!

—Eso es completamente cierto, Sirius, aunque yo no lo veo como algo muy bueno —comentó Remus, ganándose un almohadazo del aludido.

—¡Sois todos unos idiotas! —exclamó James, impaciente—. ¿Qué llevo queriendo desde que entré aquí?

—Que expulsen a Snivellus —contestó Sirius.

—Además de eso.

—Ser capitán de Quidditch —dijo Peter.

—Ya lo soy. ¿Qué falta?

—¿Salir con Lily? —aportó Remus con aire dubitativo.

—¡Bingo!

—¿Estás… saliendo con Lily? —preguntó entonces Sirius.

—¡Sí!

—Para salir con Lily, ella te ha tenido que decir que sí, James —dijo Peter.

—¡Ya lo sé, imbécil!

—Entonces te ha dicho que sí. Estáis saliendo. Lily y tú estáis saliendo —resumió Remus, aún no muy convencido.

—¡QUE SÍ, JODER! ¡LILY EVANS Y YO, JAMES POTTER, ESTAMOS SALIENDO! ¡SA-LIEN-DO! ¡EN PLAN ROMÁNTICO! —vociferó James, agitando mucho los brazos delante de las caras de sus amigos.

Todos lo miraron en unos instantes de silencio, mientras James volvía a normalizar su respiración.

—¡Eso es genial, joder! ¡Sabía que lo conseguirías! —Sirius fue el primero en ponerse de pie y saltar encima de James, con tanta fuerza que ambos acabaron en el suelo.

Remus y Peter se tiraron encima de ambos acto seguido, y entre risas y gritos los cuatro Merodeadores rodaron por el suelo de pura felicidad.

—James —murmuró Sirius al final, cuando todos se habían quedado tumbados boca arriba en suelo intentado calmar a sus alocados corazones.

—Qué.

—¿Dices que has venido corriendo desde los jardines?

—Sí.

—¿Y has dejado a Lily allí?

James no contestó, demasiado ocupado en salir corriendo escaleras abajo maldiciendo entre dientes.


Me declaro culpable de estar absolutamente enamorada de los Merodeadores y tener la necesidad absoluta de escribir, pensar y leer sobre ellos tooodo el tiempo.

Para este fic tengo previstos, de momento, cinco capítulos, de los que ya llevo dos y medio escritos y el resto pensados.

¿Qué opináis? ¿Os gusta? ¿Cómo pensáis que seguirá?

LadyChocolateLover