Sonámbulo: una persona que camina dormida. Propuesta por Midnighttreasure


Sonámbulo

Para todos aquellos que caminamos a ciegas.

Recomendación para la lectura: Persona 5 – Confession Secret.


[19.30] Koushiro: estás en el dpto?

[19.43] Koushiro:

—Mimi, ¿estás en el departamento?

Sweetie, gomen por no contestar. Estaba atendiendo un asunto con la administradora, pero ya voy en camino.

—Necesito pedirte un favor. Dulce, café, abrazo.

—¡¿Qué te pasó?!

—Te explico cuando llegue. Una hora.

—Ay, cuídate por favor.

—Gracias.

Mimi suspiró larga y pesadamente después de cortar la llamada. Estaba cansadísima y la conversación con la administradora había sido tensa, por decir lo menos. La llamada de Kou la desanimó.

Él nunca le pedía nada. Nada fuera de lo normal: que lo despertara la mañana siguiente después de haberse desvelado, ser su temporizador humano y… nada más. Bueno, a veces un poco de ayuda con el inglés.

"Dulce, café, abrazo" significaba "estoy ansioso, necesito mantenerme despierto, me siento triste o frustrado". Estaba acostumbrada a interpretarlo por esas palabras, pero su timbre robótico, sin emoción alguna, la alertó.


—Me tardé porque estuve preparando la clase que Wakaba-san debía dar mañana temprano.

Koushiro, que estaba sentado cargándose hacia adelante, con las manos enlazadas a la altura del mentón, tensó sutilmente sus hombros al pronunciar esas palabras.

—¿Qué le pasó? —Mimi ya se olía una tragedia.

—El decano dijo que no podía dictar clases mientras no tuviera su grado de doctora.

—¡Pero cómo..!

Mimi tenía que gritar y tomar su rol de Drama Queen. El tono robótico de Koushiro la alteraba cada vez más.

—Es un tema político. Muchos de los profesores nuevos tienen su grado en tramitación o derechamente, aún no rinden su defensa final.

—¡Kou!

Mimi lo abrazó con fuerza.

Por lo que le había contado Koushiro, Wakaba era una especie de genio de la informática, pero que había tenido que lidiar en numerosas ocasiones con el machismo imperante digno de una facultad de ingeniería. Como compatriota y amigo, la había invitado a participar en el curso de Redes para que pudiera mostrar sus habilidades como docente y potencial investigadora en un ambiente de menor presión. Eso le aliviaría la carga académica a Koushiro, los estudiantes tendrían a una experta en ese tema puntual del curso y Wakaba podría demostrar sus habilidades sin preocuparse del decano que seguía cada uno de sus pasos.

Koushiro estaba recostado sobre el regazo de Mimi mientras el aroma de un brownie de chocolate comenzaba a inundar poco a poco el pequeño departamento que compartían.

—Es muy injusto lo que hicieron… Pero no puedo hacer más por ayudarla sin poner en riesgo mi posición.

—Ay, sweetie, apenas llevas año y medio como profesor —le acariciaba la sien— y ese decano es aterrador.

—Es una discriminación política y una venganza, además.

—Creo que agradezco dedicarme a algo donde trabajo casi sólo con mujeres.

—Sí…

La mirada de Koushiro se perdía en el techo y en la luz de la ampolleta.

—Iré a preparar el café —le dio un corto y suave beso en la mejilla antes de levantarse.


—¿Por qué estás tan afectado? Más que enojado, te ves… triste.

—He tratado de entenderlo y no puedo.

—Es muy injusto que Wakaba-san no esté teniendo las oportunidades que merece.

—Si te soy sincero, es cosa de tiempo para Wakaba me supere, pero no me siento mal por eso. Tiene mucho potencial por desarrollar aún, pero las oportunidades les han caído a otros, incluido yo.

—¡La oportunidad te la ganaste!

—Sí, pero mucho tuvo que ver con que mi tutor se lleva bien con el decano.

—Si esto le hubiera pasado a Hajime, ¿estarías así?

—Probablemente, no. Hajime tiene una amplia red de contactos fuera de la universidad, por lo que no le faltaría donde estar. Por otro lado, tiene santos en la corte que dudo que hubieran permitido que algo así le pasara.

—¿Y si te hubiera pasado a ti?

El estomago de Koushiro se apretó.

—Pues… creo que hasta me hubiera esperado algo así. Quiero decir… —hizo una pausa para ordenar sus ideas— he tenido tanta suerte que sería normal tener un suceso bastante desafortunado.

—¿Kou?

—Siempre he sido consciente de mis capacidades, pero en el mundo laboral eso no es lo más determinante para ganar un puesto. Estar rodeado de la gente correcta es lo más importante… Creo que hasta en eso he tenido suerte… No, no sólo en eso.

» Desde pequeño he tenido fortuna. Tuve la suerte de que los Izumi me adoptaran después de que mis padres fallecieran. En términos concretos, fue una situación favorable para mi futuro que ellos hubieran perdido a su hijo. Si no fuera por eso, quizá me hubiese adoptado cualquier persona. Es poco probable que alguien me hubiera querido como ellos.

» Cuando me enteré de que era adoptado, me encerré en el computador, tratando de evadir ese conocimiento, que era mucho más de lo que podía tolerar. Me evadí en la computadora, algo que se me daba bien. Y eso en el colegio me trajo problemas de inmediato. Las niñas se burlaban de mí por mi torpeza y los niños trataban de obligarme a jugar fútbol con ellos. Nunca te lo agradecí en ese momento, pero vi cómo enfrentaste a nuestras compañeras por burlarse de mí. Por otro lado, Taichi siempre bruto, me defendió y nunca nadie se atrevió a golpearme por no jugar con ellos.

» Tuve la fortuna de estar en el mismo campamento que ustedes y vivir aventuras increíbles. Ya en Estados Unidos, estar cerca de ti ya era demasiada suerte y dentro de la universidad, siempre los profesores que más me valoraban eran aquellos con más influencias, a la vez que también eran de buen trato. Siempre estuve protegido por alguien…

» Traté de hacer con Wakaba lo mismo que ellos hicieron para ayudarme y fallé estrepitosamente…. Me doy cuenta de lo afortunado que he sido en mi vida completa. Si no hubiera sido por lo que le hicieron a Wakaba, seguiría sin tomar el peso a esto. Siempre he estado en el lado soleado de la calle, a diferencia de Wakaba que camina siempre en la oscuridad.

—¿Te sientes mejor ahora que te diste cuenta?

—Sí… Definitivamente, sí.

—Ven, saca la bandeja y pon los muffins en un plato… serviré el café y esta vez, comeremos acostados.

Koushiro sonrió. Era tan afortunado y por primera vez, era consciente de aquello.


Esto lo quería publicar hace algunas semanas pero el cansancio me ganó. Entre medio, salió la noticia de la chica que creó el algoritmo para ver un agujero negro. Espero que muchas más mujeres puedan demostrar su valía al mundo y que se les reconozca por eso.

Saludos y gracias por leer.