Me, Myself and I

I

Por Aomine Daiki


La sangre que tiembla en la palma de su mano emana un desagradable olor. Huele a pérdida, tristeza y dolor. Su consistencia es pesada, el color un rojizo quemado y la habilidad para desbordarse entre sus dedos extrema. Hay algo irreconocible en ella, algo que no puede identificar o nombrar.

"N-Tony"

La voz que le habla rebota en la entrada de su conducto auricular. El shock que ha traído consigo esa sangre le ha bloqueado el sentido del oído. Y por más que Rhodes intente hablarle, Stark sigue perdido.

Las pupilas caoba se estremecen a momentos, los labios se separan y la mirada bien abierta le da un aspecto perdido al único hijo de Howard. No hay cabida para lo que ha ocurrido en el interior de la gran mente de Anthony Edward. Puede percibirlo, sentirlo, el cómo la información rebota. El cómo sus sentimientos y códigos moralistas almacenados en su cerebro repelen los datos con violencia. Las probabilidades de que esto esté ocurriendo son bajas, casi nulas. Por no decir de cero. Y su renuencia consciente a aceptarlo es tan real como los sucesos presentes.

"To-ny"

Debe haber una explicación lógica, un error de interpretación, algo extraño capaz de distorsionar el tiempo y espacio o bien, solo tratarse de una burda broma.

"El capi-tán cough Ton-y cough es..."

La voz de James es débil pero insistente y aún así Stark sigue sin poder escucharlo.

"To-ny... ¡Tony!"

Incluso cuando Rhodes se apoya, con dificultad, contra su cuerpo, su sistema no logra identificarlo. El calor ajeno, la humedad filtrándose a través de las ropas y el tacto hosco, torpe y tembloroso de su preciado amigo no pueden sacarlo de su desconcierto. Esto es un error grave en el interior de su estructura. Un fallo imperdonable en su vida. ¿Cómo dejó que pasara?, ¿cómo? ¿cuando Rhodey, su Rhodey, es tan importante, especial, único, y su mejor amigo?

"Tony... escucha... tienes q-ue hacerlo... no... te-nemos... ya no..."

Es esto, ¿también culpa suya?

James puede verlo venir, a ese maremoto de lágrimas que ha empezado a mojar los grandes y bellos ojos de Tony. Lo está pensando, lo está creyendo de nuevo, que todo ha sido culpa suya. Para su amigo leerlo tan fácilmente es un privilegio que en momentos como estos se torna una maldita tortura. Rhodes no quisiera llevarse ésta lectura como su último recuerdo al otro lado del desierto. No. Quiere dejar fuerza y determinación en Stark. Quiere que no se derrumbe porque ya no podrá estar allí para levantarlo nunca más. Y está al tanto de que los recuerdos solo sirven para entristecer a Tony.

"...culpa, no es tu cough culpa, ¡hey, Tony!, por favor mírame"

Tiene que alcanzarlo, tiene que hacerlo antes de que se le acabe el tiempo. Por ello sujeta precipitadamente la mano ensangrentada y temblorosa de Tony. Y es allí cuando la oportunidad se le viene.

Stark tiene ahora los ojos centrados en él. En Rhodey, su Rhodey.

"Nunca aprendiste a n-escuchar"

A su amigo, el sargento, no parece importarle el momento ni las condiciones para reprenderlo, y esa actitud jocosa le parte el alma al hombre de hierro.

"Rod"

La voz se le quiebra a Tony, no ha encontrado todavía la respuesta a este caos ni tampoco a lo que debe hacer ahora. La culpa ajena, el dolor, el shock, el aroma de esa sangre que no es suya y el escenario de un departamento ubicado en la parte más alta de una torre que solo sustenta una enorme y ridícula A, lo tienen preso en la incertidumbre e ignorancia.

"¿Quién te ha hecho esto, amigo?, ¿quién?"

Al hombre de color se le viene una risilla ahogada que termina saliendo como un bufido.

"Es eso... lo que ngh... he intentado decirte"

Tony estruja la mano de James, quiere sujetarse a lo que le da estabilidad, aún cuando ésta se esté derrumbando.

"Es el capitán..."

"¿Ah?, ¿qué tiene que ver el viejo con esto?"

Las palabras de Rhodes no están ayudándole en lo absoluto a cuadrar la información que obtuviera desde que arribara a la torre de los Vengadores y encontrara el apartamento destruido y a su valioso amigo con el abdomen abierto, mostrando parte del hígado y lo que bien podría ser el estómago.

"Él es..."

Es irónico que ahora que James ha conseguido la total atención de Anthony las energías se le hayan esfumado. La vida corre al frente, lejos de Tony, lejos de él. Y hay tantas cosas que le hubiera gustado hacer. Pero esta es la realidad. Se está muriendo. Está dejando a Stark.

"...Hydra ...él"

Pujando por hablar James intenta torpemente palpar la mejilla de Tony. Pero la fuerza no es suficiente. Y el gesto se le es negado por él mismo.

"Suficiente. Dejaremos esta plática para después lo primero es atenderte. Y hacer pagar a quien te hizo esto"

Lo dicho le roba una sincera sonrisa al teniente porque eso suena más al Tony que conoce. Pero sabe que esa cara del genio no va a durar mucho tiempo, porque terriblemente él, James Rodhes, va a volverlo miserable ahora que deje de respirar en un par de minutos más.

"N-no, Tony, esto es impor-"

"Olvídalo, pienso el ignorarte hasta que te hayan cosido ese vientre plano de angelito de Victoria's Secret"

"Diablos escucha"

"¡¿Qué es lo que no puede esperar?!"

Tony no quiere exaltarse, pero ya lo está. Rhodes no quiere estresarlo pero ya lo ha hecho. Ambos no quieren separarse del uno del otro, por ello se aferran desesperados en mitad de un horrible escenario que está a punto de tonarse más negro y tenebroso e imposible de reestructurar.

"Deberías oír lo que el teniente coronal está tratando de decirte, Tony"

Un sonido vuela rápido por la derrumbada habitación, levantando todo a su paso, agitando las paredes destrozadas, helando cada milímetro de concreto, hasta detenerse justo en el pecho de Stark, quien se paraliza de inmediato, sintiendo la calidez de los dedos de Rhodey apagarse súbitamente.

"Rogers"

El nombre le sale venenoso, Tony no lo ha perdonado, no ha olvidado ni superado lo acontecido tiempo atrás con el asesino de sus padres. Con Barnes.

"¿Qué haces aquí?, no recuerdo haberte llamado"

Steve sale de entre el marco de la derrumbada cocina, vistiendo ropa de civil y sosteniendo en la mano derecha un objeto similar al escudo que Howard Stark le confeccionara cubierto de sangre, de la misma que tiembla en su mano y la que emana del vientre de Rhodes.

"No podía esperar ni un segundo más a que te decidieras. Estaba seguro de que tu terquedad no te lo permitiría"

"Yo lo llamaría dignidad"

"Hum"

El sonido de una risa contenida y el semblante afable hacen que Tony enarque la ceja izquierda y mire a Steven confundido.

"¿Qué es esto?, esa mueca suya no se ve bien"

Rogers luce igual, o eso parece. El aspecto joven que no se deteriora, el cuerpo atlético, las pupilas claras como el cielo y esos malditos dientes perfectos están allí. Pero pese a ello esto no se siente bien. De una forma u otra no es el mismo. Es esa aura anómala rodeándole lo que tiene los sentidos de Tony en alerta absoluta.

"N-Tony"

"Shh, no hables. Necesito que guardes esas energías hasta que te vea un médico"

Stark se incorpora con dificultad, intentando cargar a Rhodey en el proceso, igual que a un saco de papas.

"Me gustaría quedarme a tomar el té, no la verdad es que no, pero como ves tengo mejores cosas que hacer que quedarme a charlar con un vejete. Vamos, amigo"

Esa última palabra la enuncia con ímpetu en su intento de recalcarle a Steve lo que ya no son y no volverán a ser. Con trabas pero decidido empieza a caminar a paso lento con James acuestas hacia la salida. No puede perder tiempo, no con Steve, no cuando su mejor amigo está muriéndose. Por lo que busca activar el traje de Iron Man pero justo en el instante en que envía la orden para que Friday mande su armadura un objeto redondo intenta golpearlo.

"¡¿Qué mierda?!"

Logra repelerlo al pegarle con el guante ya desplegado en su mano, pero no consigue conservar el balance con el teniente encima. Ambos caen y el precipitado contacto con el suelo hace que la enorme herida de Rhodes vuelva a sangrar copiosamente.

"Ngh"

James aprieta los dientes para no gritar y Tony no puede evitar entrar en pánico.

"Rhodey, ¿estás bien, hey, cariño?, hey"

"To-ny... t-en... cui-... Hydra... el cap-"

"¿Hah?"

Los escombros del departamento crujen, alguien está caminando sobre ellos. Es Steven quien se halla levantado el objeto metálico anteriormente lanzado. Lo está tomando como si se tratara de un simple frisbee mal lanzado.

"¿Qué quieres?"

Pregunta Tony mientras mira al capitán sacudir la superficie de la cosa esa con cierta indiferencia.

"El verte"

Rogers no le mira, sigue con los ojos clavados en esa maldita cosa.

"Basta con que teclees mi nombre en Google. Oh, espera, eso es mucha ciencia para ti"

Tampoco responde a eso.

"No lo repetiré. ¿Qué haces aquí?"

Esta vez, aunque no ha habido respuesta verbal, ha sido capaz de distinguir una expresión acongojada en ese atractivo rostro. Le duele, eso es notorio, fuese lo que fuese el capitán está herido.

"Vine porque te necesito"

Rogers lo suelta sin dudas, con un tono doloso y sincero mientras lo mira intensamente para descolocarlo en su totalidad.

"Pero"

Tras ello le echa un vistazo fugaz a James, quien sigue tirado entre los escombros semi consciente. Y esa acción golpea las fibras nerviosas de Stark. La respuesta se le revela, de forma cruel y espantosa.

"Te ama, el teniente coronel, Tony"

Hirviéndole la sangre, acelerándole el pulso, enfriándole el cuerpo y quemándole la piel. Los ojos se le abren enormemente, el maremoto de lágrimas que se había disipado regresa para hundirlos en sus aguas. Los dientes chirrían y los labios se tensan. Es él, Steven Rogers, el capitán América, el hombre recto y justo, quien ha tratado de arrebatarle una de las cosas más valiosas a Tony.

"Lo siento"

Esas palabras bastan para que sus emociones rotas se sobrepongan al raciocinio. Alza la mano enguantada para hacer uso, esta vez, de su traje pero no lo logra. El guante está dañado, el ataque con ese disco lo ha arruinado. Está en desventaja y lo sabe.

"Tony"

Steven da un paso al frente, contemplándolo desde su posición con esos iris color diamante. A diferencia de Stark, Rogers tiene una expresión digna, determinada e inquebrantable. Se ve tan imponente y respetable que el hijo de Howard tiene que contener sus deseos por vomitar. Es un cínico. Un mentiroso. Un rastrero. Un traidor.

"Ven conmigo"

Stark se hace hacia atrás cuando Steve empieza a caminar en dirección suya. Arrastrándose torpemente por el piso resquebrajado. Apuntando con el guante al capitán, intentando uno, dos, seis disparos que no logran concretarse.

"No"

Su negación hace suspirar a Steve a escasos centímetros de él.

"No quiero forzarte si no es necesario"

Anthony no abre la boca, solo se queda mirándole con un profundo odio pintado en el marrón de sus grandes ojos. Esa es su respuesta, la única que Steven recibiría. Y lo peor es que lo entiende, lamentándolo con toda su alma. Apretando los párpados e inspirando hondo.

Sí así estaban las cosas, entonces que así fueran.

Rogers extiende la mano para alcanzar el cuello de Tony, sin embargo algo o alguien lo ha detenido.

"Olvídalo, este odioso sujeto se queda"

"¡Rhodey!"

El teniente ha saltado en pro de defender a Tony a pesar de sus heridas. Steve no puede evitar sorprenderse por tal acción de aquel hombre, en serio que su amor por Tony es grande. Pero lamentablemente el amigo del ingeniero no representa gran problema. Con un fuerte puñetazo directo a la mandíbula Steve logra sacarse de encima al teniente.

"¡Bastardo!"

La acción provoca que Tony se lance en un ataque igual de infructuoso que el de James. Rogers esta vez disminuye su fuerza, pero aún así logra reventarle el labio inferior al millonario y mandarlo contra los dañados muebles situados en la sala de televisión.

Stark no es, y éste mismo lo sabe, una amenaza para él. Sin el traje, Tony solo es un sabelotodo con dinero.

"No lo compliques"

Steve le dice cuando se acerca para levantarle la cabeza al tirar de sus cabellos.

"Lo siento, pero n-ese no es mi estilo"

Le aprieta la cabellera al escucharlo.

"Ngh"

Para después estrellarle la cara en el suelo.

Las vasos sanguíneos en el interior de las fosas nasales de Tony se rompen, comenzando a sangrar incontroladamente.

"Cough cough"

La agitación y el esfuerzo hacen toser a Stark y Rogers prefiere dedicarse a ver ese lindo rostro hecho un lío. El capitán se pierde tanto en esa imagen que no se percata de que Tony ha sacado un dispositivo con forma de bolígrafo capaz de soltar descargas eléctricas lo suficientemente poderosas como para paralizar a un luchador de boxeo peso pesado. En su desesperación el ingeniero lo clava en el hombro de Rogers, quien recibe de inmediato una serie de potentes descargas.

"¡Argh!"

El ataque le obliga a soltar a Tony, el cual aprovecha para huir al ponerse de pie pero Rogers, aún con el dispositivo clavado, consigue prensarlo del tobillo izquierdo.

"N-no te de-jaré es-capar"

Tony patea con la pierna libre el estómago de Steve pero sin resultado alguno.

Es allí que la pelea se intensifica, Tony trata desesperadamente de defenderse pero la fuerza de Rogers lo supera con creces. Araña, patea, incluso muerde al otro pero nada, no puede conseguirlo, el librarse de ese bastardo.

Por su parte Steven está perdiendo la paciencia y aunque no quiere hacerlo no tiene otra opción más que esa.

En cuanto la oportunidad se le es otorgada prensa a Tony del cuello. Ejerciendo la suficiente presión como para debilitarlo. Los dedos clavados en su brazo ceden de inmediato y Tony empieza a sentirse adormilado. Justo antes de que se desvanezca, Steve pone la palma de su mano izquierda sobre el reactor situado al centro del pecho de Tony para arrancárselo de forma brutal. Haciéndole sangrar. Gemir. Ahogarse en un dolor mudo. Tirando el artefacto a ningún lado. Admirándole cerrar los ojos por completo y susurrar algo en un volumen tan bajo que no alcanza a escucharlo.

Inspira hondo, hasta tranquilizarse, sin apartar ni un segundo la vista del agujero que el reactor ha dejado en el pecho del millonario. La carne, la piel desgarrada y la sangre pululante son prueba de la humanidad y vida pertenecientes al hijo de Howard. Steve echa la cabeza hacia atrás, cierra los ojos, frunce el ceño y contiene poderosamente un grito de dolor. Deja correr el tiempo antes de volver a mirar a Tony inconsciente. Luce tan tranquilo, tan frágil, que Rogers no puede frenar sus deseos de tocarlo. Y así lo hace. Tomando algo del líquido bermejo brotando de aquella herida, al usar solo la yema de los dedos, lo acerca a su nariz para olfatearlo dejando que ese aroma se grabe en su subconsciente para después introducirlo a su boca y lavarlo con ahínco usando la lengua. El sabor dulce, ferroso y picoso le ha provocado una especie de orgasmo que le espabila los sentidos.

Niega con la cabeza antes de tomar en brazos a Tony. Se gira para ver vagamente el apartamento destrozado por su puño. El cuerpo agonizante del teniente coronel a unos cuantos metros y al atardecer muriendo a los lejos. Baja la cabeza por un instante a manera de disculpa para entonces emprender su salida. Dejando que el ruido de los escombros hagan eco en esas ruinas.

Y susurrando: "Hail Hydra", como si de una nana se tratase.


Continuará...


N/A. Pues después de lo revelado por Marvel no podía quedarme sin escribir algo. A parte esta es mi forma de decirle a Tony: Feliz cumpleaños, you precious little shit. Hasta la próxima, y advierto que será un vil gore.