H-Holis… Aún estoy viva… Pero como no quiero mentirles con escusas baratas… ¡Aquí está el capítulo!

Este capítulo está dedicado entera y completamente a Ara-chin. Porque no existe otra persona en el mundo que haya leído tantas veces esta historia y le haya dado tanto amor a estas letras que hoy por hoy siento que no merecen toda la admiración que me has expresado. Saber eso me dio las fuerzas para poder continuar esto aun cuando todo se veía cuesta abajo… Gracias, mil gracias. *Florecita*

Aclaratorias: Los pensamientos van entre comillas "…", los recuerdos, flashback y énfasis van entre comillas latinas «…», los desvaríos en alta velocidad de Deku irán entre las tilde ~… ~

Advertencia: Contenido shonen-ai, yaoi y lenguaje vulgar (+18).

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece todos son propiedad de Kōhei Horikoshi.


Preludio

Notó con preocupación la actitud fuera de lo común que tenía su amigo. Aquello le hacía sentirse impotente ante la situación, pero era bastante difícil hacer un acercamiento a nivel personal con él, por lo que ayudarle a resolver su problema parecía una tarea imposible. Aún así, lo intentó.

—Bakugou, ¿qué te pasó? —fue el comentario que hizo Kirishima cuando se aproximó para determinar su estado de ánimo.

Los ojos fulminantes que recibió, le hicieron tragar saliva; sin embargo, estaba preparado para eso. Suspiró para tomar las fuerzas necesarias, siempre llegaba a necesitarlas debido a la terquedad del chico.

Era la hora de estudio libre.

Aprovechó lo oportuno del momento y arrastró su silla hasta un costado del pupitre de Bakugou, sentándose en la misma a ahorcadas.

Sabía que la selección de palabras era crucial cuando se llevaba una conversación con él, por lo que pensó unos segundos antes de decir algo, pero por su naturalidad terminó soltando lo primero que se le vino a la cabeza.

—¿Estas mal con tu novia? —Después de escucharse a sí mismo, asimiló las palabras. Esto le enfurecería de seguro, era un tema que siempre buscaba evitar. Pero era eso, o preguntarle por qué rayos sacó esas notas; así que la primera opción era aparentemente la más adecuada para conservar su estado físico en buenas condiciones.

Bakugou le sostuvo la mirada unos cuantos segundos; el semblante frío e inexpresivo que ahora mostraba era signo visible de que no estaba bien. Luego de unos instantes de completa tortura vio como éste le ignoraba completamente, recostándose sobre el pupitre y observando la pared.

Ahora si estaba preocupado. Esas actitudes no eran propias de él, esperó gritos o reproches, pero en cambio, un silencio sepulcral fue lo que recibió. La frustración que le acometió debido a su incompetencia, le hizo arrugar su boca insatisfecho, y lo único que pudo hacer fue permanecer a su lado completamente enmudecido.

Desde atrás, Deku miró toda la escena sorprendido. El hecho que Bakugou rechazara las buenas intenciones de Kirishima no era normal. ¿Le había afectado tanto el sacar esas calificaciones? Entendía el porqué; después de todo, su novio era alguien que estuvo siempre en la cima, sobre todos los demás, siendo alabado por su gran inteligencia y capacidad; un golpe como ese debió ser muy duro e inesperado.

"No es como si fuera algo tan grave, ¿no? —se dijo internamente a sí mismo para tranquilizarse— además, aun faltan las pruebas practicas y él irá aventajado como siempre."

—¿Deku?

"Le enviaré un mensaje a mamá para que haga su comida favorita, sí, eso servirá para levantarle los ánimos".

—¡Deku! —el grito de Ochako lo sacó de su ensoñación.

—¡A-Ah!... ¿Q-Qué sucede Uraraka-san….?

La castaña arqueó una ceja por el extraño comportamiento.

Dirigió la mirada hacia la dirección a dónde previamente su amigo tenía toda la atención puesta. El cuadro que detalló, podría ser perfecto para un melodrama. La mala vibra que desprendía de Bakugou se sentía a kilómetros y sin mencionar del rostro entristecido de Kirishima, uno que casi nunca mostraba, un poco más y seguro vería un aura negra rodearles. ¿Eso era lo que tenía tan nervioso a Deku?

Ella no era tonta, desde hace un tiempo comenzó a notar una pequeña diferencia en el trato entre Deku y Bakugou. Ninguno de sus compañeros se había percatado; y posiblemente ni ella lo hubiera hecho, a no ser porque sus ojos siempre estaban puestos sobre Izuku.

No sabía decir con exactitud que era, pero el nerviosismo fingido que llegó a presenciar por parte de su amigo en varias ocasiones había comenzado a llamar su atención. Bakugou también hacia cosas fuera de lo normal: Volteaba a mirar a Deku repetida veces desde su pupitre y le daba miradas amenazantes sin ningún motivo o por un simple roce entre ambos, armaba un escándalo descomunal, muy exagerado. Era como si ocultaran algo, como si no quisieran que nadie se diera cuenta de que algo está sucediendo. Pero para ella, esos sutiles esfuerzos por disimular la situación no habían resultado.

Frunció el ceño descontenta.

—Te decía que deberíamos ir a la nueva cafetería con temática de héroes que abrieron…

—Ah, b-bueno… no creo poder ir… —El tono de voz suave y ligeramente entrecortado le traicionó. Hasta él mismo se había dado cuenta que no fue pronunciado de manera normal. Observó a su amiga directo a los ojos esperando que comprendiese y rogando que por favor no le hiciera más preguntas.

Ella suspiró al escucharle, se lo esperaba.

Hacía bastante tiempo que Izuku no salía a pasear con ellos, siempre tenía mucha prisa por llegar a su casa. Todos los días tenía una escusa diferente, debía darle un premio por la excelsa capacidad de no haber repetido alguna; y a ella, ninguna terminó de convencerle del todo.

"Las esperanzas es lo último que se pierde, ¿no?", pensó para animarse.

Desde hace tiempo lo sabía. Estaba enamorada de Deku.

La sensación innegable de estar a su lado iba en incremento a medida que su amistad se iba fortaleciendo, deseaba hacer las mismas cosas, quería verlo a todo momento. Era consciente que esto la afectaba más de lo que le gustaría, hasta sus notas se vieron afectada por eso. Sin embargo, ella estaba al tanto del crecimiento por el que estaba pasando su compañero: Su fuerza, su voluntad, su inteligencia, su actitud. Esas cualidades evolucionaban a medida que él entrenaba y se iba desarrollando como héroe. No quería interferir con eso, sabiendo que el más grande anhelo que tenía Deku era llegar a ser un héroe tan grande como su ídolo.

Este no era el momento de pensar en romances escolares, debían aprovechar la oportunidad que se les presentaba frente a ellos y tratar de cumplir sus sueños en el proceso. Pero después de todo, era un chica, y aunque sus razonamientos le dijeran lo contario, el palpitar y la sensación de felicidad cuando estaba a su lado no cesaba ni desaparecía.

Había tomado una decisión, no interferiría ni insinuaría nada, pero tampoco perdería las esperanzas. Eso estaba bien para una joven simple como ella y no se arrepentía de su decisión.

Ahora, la preocupación de que la persona que le gustaba estaba metido en algún problema, era la que no dejaba que ella estuviera en paz.

—¿Midoriya, te sucede algo? —cuestionó Todoroki, quien se hallaba a un lado de ellos.

—Es cierto, te ves más nervioso de lo normal. —secundó Iida al de cabello bicolor.

—B-bueno, no… yo… ¡estoy bien! Sólo que debo ir a ayudar a mamá a bajar unas cosas del armario. Ya saben, ella no podrá sola.

—Tu mamá es muy activa, siempre anda moviendo cosas a todos lados. —Era normal que Iida hiciera ese comentario, era una de las típicas excusas que llegaba a dar Midoriya para escabullirse de sus amigos e ir con su explosivo novio después de clases.

—¡S-Sí!

La respuesta vacilante, hizo que Todoroki deshiciera su semblante inexpresivo. Sus ojos detallaron a Deku minuciosamente, desde hace algún tiempo se percató que algo fuera de lo normal ocurría con su "nuevo amigo", si es que en verdad podía decir que era eso, o tal vez compañero era la mejor identificación.

Ese power-up que había dado de una manera sorprendente, era una de tantas cosas que había notado. Sus notas sobre salientes, su semblante vivaz y su actitud decidida, eran el reflejo claro de que algo había cambiado. Sentía curiosidad. No entendía porque todo lo referente a Midoriya le parecía interesante y le llamaba la atención. Por ahora no seguiría insistiendo, si él no quería hablar del asunto, no lo obligaría.

A unos cuantos puestos, Kaminari terminaba de leer un capítulo de su manga favorito, estas horas atentaban su salud mental, ¡eran terriblemente aburridas! Por eso siempre traiga algo para entretenerse mientras tanto. Aun faltaba algo de tiempo para que finalizara el periodo, por lo que miró a los lados para ver en que podía ocuparse. Desde su puesto observó a su amigo pelirrojo y al brabucón de Bakugou al otro lado del salón, caminó hacia ellos despreocupadamente y arrastró consigo una silla para sentarse junto a ellos.

—¡Hey chicos! ¿Qué cuentan?

Al ver a su compañero llegar, Kirishima le brindó una sonrisa como siempre lo hacía. —¿Nada y tú, bro?

El recién nombrado, se acomodó despreocupadamente extendiendo sus pies y metiendo en las manos en los bolsillos. —¡Ahhh! Estoy supremamente aburrido… Estas horas son un completo fastidio.

—Sí, supongo.

Desde el momento que llegó, se percató de que Bakugou no había levantado el rostro ni un instante, eso no era habitual, a pesar de que no era muy sociable por lo menos siempre tenía la decencia de lanzarle un gruñido cada vez que se acercaba a hablarle. No entendía el porqué hoy era diferente.

Molestarlo, resultaba ser tan divertido, aunque muchas veces su vida estuvo en riesgo por intentar hacerlo; pero no importaba, era gracioso y hoy era un día como para hacerlo, todo estaba demasiado callado para su gusto. Aclarándose la garganta, dijo con una voz burlona: —¿Qué se siente bajar del top ten, Bakugou?

Esas palabras tan simple fueron suficientes para enardecer al explosivo Katsuki.

Levantó lentamente su cabeza y fijó sus ojos afilados en ese idiota.

—Fiu… Veo que eso te ha molestado. Pero hombre, no te sientas mal, a cualquiera le puede pasar… Aunque… Que Mineta te haya pasado es preocupante —expresó tapándose la boca para contener las risas.

—Deja de joder, bastardo… —Sí, estaba molesto; pero era innecesario gastar energía en ese estúpido del rayo, trataría de ignorarle como trataba de hacer la mayoría de las veces; pero…

—¡Wow! ¡Tu cara daba miedo, hombre! —dijo en un tono aguado haciendo una mueca de asombro.

Ante la molestia que recibía, Bakugou chasqueó su lengua descontento, cada palabra que salía de esa boca el enfurecía más.

—Es extraño, siempre eres el mejor en todo. ¿Qué sucedió?

—Eso no te interesa, pedazo de mierda… —gruñó apretando sus puños.

—¿No te molesta haber quedado debajo de Todoroki y hasta de Uraraka? Seguro lo peor que te pudo pasar fue saber que Midoriya te venció también. Que tu rival te dé una patada por el trasero debe doler…

Suficiente. Ya había sido suficiente.

Iracundo, se levantó rápidamente moviendo con rudeza el escritorio y tomando del cuello a Kaminari. ¿Cómo se atrevía a compararlo con esa gentuza? ¿Cómo tenía la osadía decir que Deku le había pateado el trasero?

"Este tonto…"

No lo aceptaría jamás. Él era Bakugou Katsuki, no iba a permitir que nadie lo menos preciara a tal grado. —¡Sigue sacando mierda por esa boca y te mataré!

—¿Por qué te enojas así? Sólo estoy diciendo la verdad. —replicó asustado, al ver como el otro levantaba su puño con toda la intención de partirle la cara.

—¿Diciendo la verdad? ¿Insinúas que soy un mediocre, comparable con el "dos caras" y con el idiota de Deku? ¡Estás equivocado! Si yo quiero puedo pisotearlos hasta que no quede nada,
¡no son nada!

¡Esto se estaba saliendo de control! —¡Bakugou, cálmate! —Intervino Kirishima intentando detener la pelea.

Aunque sus intentos fueron inútiles, porque al acercarse, fue empujado con rudeza haciendo que cayera sobre los pupitres cercanos para que no interfiriera en el asunto.

—¡No te metas idiota! Esto es entre él y yo…

Para Kaminari, esta situación le estaba hastiando, ya no soportaba la actitud detestable de Bakugou, por lo que le diría sus verdades sin importarle las consecuencias. Presionó la mano que lo apresabas y lo miró con el ceño fruncido. —Eso no quita el hecho que quedaste de decimo y Midoriya de segundo.

Era suficiente… lo molería a golpes… —Te voy a destrozar esa cara de niño lindo…

—¡Espera, Kacchan!

Su mano fue interceptada por Izuku quien la atajó en el aire y cerró entre sus dos manos, deseando que este conflicto no terminara en algo más.

Lentamente giró su rostro para encontrarse con la mirada preocupada del otro. Esto le enfada y mucho.

—¿Ahora te crees que puedes enfrentarme por una simple puntuación, maldito nerd?

—¡N-No, sólo que está mal golpear a los demás!

—¡¿Ah?! ¡Pedazo de basura, no jodas! —replicó invadido por la furia, forcejeando el agarre.

—¡Kacchan, detente, no actúes así! —Izuku exclamó de forma autoritaria, olvidado por completo donde estaban, usando ese tono que siempre utilizaba en casa cuando discutían.

Para Katsuki, esto había sido el colmo. Su mente se nubló debido al enojo que recorría cada rincón de su ser. Y sin premeditarlo, lanzó un puñetazo al estómago de Izuku, con tal fuerza que le hizo arquear. Pudo ver como este se sostenía el estómago, justo en el momento que expulsó un poco de saliva, incapaz de retener lo que había desayunado y terminó por caer de rodillas al suelo por el dolor.

—¡Nerd, no vengas a darme ordenes! —Exaltado, estaba listo para lanzarse encima del incapacitado muchacho, con todas las intenciones de hacerle saber quién era él.

Los demás espectadores, al ver que esto se estaba saliendo de control, tomaron cartas en el asunto. Varios de los chicos retuvieron a Katsuki y Ochako se acercó para brindarle ayuda al agredido.

—¡Déjenme en paz, bastardos! —gritó sobre saltado, pudiendo por fin soltarse. Miró con detenimiento a su novio, verlo ahí tan vulnerable y tosiendo por la falta de aire, le hizo fruncir más el ceño. Chasqueó la lengua molesto, esta situación le estaba fastidiando demasiado. Tomó su mochila y salió del salón, sin decirle nada a nadie.

—¡Espera Bakugou, aun falta un periodo para salir! —Ni lo llamados de su pelirrojo amigo, lo detuvieron. Caminó rápidamente hasta salir de la escuela, sabiendo que mañana seguro recibiría una reprimiendo por parte de Aizawa.

Izuku estaba en shock. Su mente estaba en caos y el dolor en su estómago no le permitía procesar con facilidad todo lo que acababa de suceder.

"¿Qué es esto? Kacchan me golpeó enserio. No fue como cuando jugamos, o cuando discutimos en casa, en verdad deseaba lastimarme. No… eso… eso es imposible… "

—¡Deku-kun! ¿Estás bien? —preguntó alarmada la chica al no recibir respuesta.

Levantó lentamente sus ojos hacia ella y trató de sonreír, no deseaba preocupar a nadie, esto debía parecer otra de las rabieta de Kacchan. Como si en verdad fuera normal que lo odiase y descargara ese sentimiento de forma violencia hacia él. —S-Sí… no te preocupes… estoy acostumbrado a esto…

—¡Bakugou-kun no puede seguir actuando de esa forma! —Exclamó Iida muy preocupado—. Pensé que ese temperamento había mermado.

—Es por lo de sus notas, ya saben cómo es… —se inmiscuyó Kirishima tratando de excusarlo. —Hay que dejarlo solo, ya se repondrá.

Le sorprendía la facilidad con la que Kirishima podía interpretar cada una de las acciones y palabras que venían de su novio. A él, le costó mucho, y aprendió de muy mala forma para apenas comprenderle, sin embargo el pelirrojo, lo leía como si de un libro se tratara. Se sentía celoso de eso, más no podía rivalizarle. Ambos eran semejantes, esa era la razón por la que se entendían tan bien.

Se levantó como pudo y se dirigió al baño, sin pronunciar una palabra, dejando a sus compañeros intranquilos.

.~*~.

El crepúsculo, se hacía presente en el horizonte en el momento que salió de la escuela y se dirigió a su hogar. Esta situación se le hacía muy familiar, por ello sabía lo que debía hacer. Tomó el tren de las cinco como de costumbre y esperó paciente hasta llegar a la estación que se encontraba cerca de su casa. Salió a toda prisa del vagón, debía buscarlo y tratar de animarlo por lo sucedido.

—¡Hey!

"Esa voz…"

Sus ojos se dirigieron por inercia hacia ese lugar. Era Kacchan. Estaba esperándolo en el mismo sitio como todos los días. Lo detalló con minuciosidad buscando un signo que le ayudase a determinar el estado de emocional que poseía, pero no había nada fuera de lo normal. Se acercó con timidez y un tanto temeroso, para él era difícil tratar con el rubio cuando tenían problemas de algún tipo, y el de hoy excedió los límites normales a los que estaba acostumbrado por lo que decidió actuar con cautela.

—¿K-Kacchan?

—¡Como tardaste! Aún no entiendo porque te demoras tanto después de clases. —bramó con fastidio mientras comenzaba a caminar.

—Fui a buscar unos libros en la biblioteca… —le respondió instantáneamente anonadado, para después seguirlo.

Una típica conversación, con el tono de siempre.

Anduvieron en silencio hasta que llegaron a su vecindad, momento en el cual Bakugou le extendió la mano para que la tomara, como lo hacía habitualmente. El chico miró incrédulo el gesto, pero no se arriesgó a preguntarle algo que pudiera encender su ira, así que la tomó.

El resto de la tarde hicieron las actividades que comúnmente realizaban: Bakugou le ayudó a su madre a cocinar y posteriormente comió con gusto el Karaage que Inko había preparado especialmente para animarlo. Vieron televisión, se ducharon y se colocaron su ropa para dormir. Bakugou fue el primero que se metió debajo de las sábanas ante la mirada desconcertada de su compañero.

En la mente de Midoriya pasaban miles de interrogantes, es como si a Kacchan se le hubiera olvidado por completo lo que aconteció, como si nada hubiese pasado. Eso no era normal en él, siempre que algo lo molestaba difícilmente se quedaba tranquilo, terminaba por explotar todas sus emociones hasta estar completamente satisfecho, pero esta extraña actuación le preocupaba. Inmerso en sus pensamientos, escuchó la voz de su pareja llamándole.

—Oye, ven aquí. —Ordenó, levantando el extremo contrario de la cobija invitándolo a acostarse con él.

El de cabellos verdes abrió los ojos sorprendido y dudó en hacerlo o no. La decisión se le hizo muy fácil cuando vio ese semblante somnoliento en el otro. Ese rostro no podía ser de alguien que estaba enfadado o a punto de cometer un suicidio. Así, que sin más cuestionamientos, se recostó a su lado, siendo arropado de inmediato por los cálidos brazos que lo atrajeron más cerca del cuerpo ajeno. Sintió como Katsuki apoyaba la cabeza en su hombro, sin decir nada, como siempre…

"Claro, sólo vamos a dormir. No pasa nada… ¿verdad…?"

Observó el techo por varios minutos tratando de conciliar el sueño, más era inútil, su cabeza no paraba de crear conjeturas. No se sentía tranquilo, no entendía como Kacchan podía dormir como un bebé.

"¿Acaso no le afectó? ¿Y esa mirada llena de odio?" ~¿Por qué no discutió? ¿Es algo tan grave que no quiere contarme o…~ —terminó por susurrar lo que estaba pensando.

—¿Qué pasa? —murmuró repentinamente Bakugou sin moverse de donde estaba.

—¿Ah? ¿Q-Qué?... N-Nada, no pasa nada… ¿Por qué lo dices?—eso lo tomó desprevenido. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se percató que desde hace algunos segundos, el rubio lo miraba detenidamente.

—Tu jodido murmullo me despertó. Así que… ¿Qué pasa?

¿Realmente pasaba algo?, se cuestionó el menor. Ni siquiera sabía porque estaba tan preocupado, pero algo dentro de él no le permitía tranquilizarse, es como si estuviera dando por hecho que algo malo pasaría. Debía dar una respuesta, y si el mismo Katsuki estaba decidido a preguntar, no se cohibiría.

—¿Estás bien? —preguntó por fin armándose de valor. Tampoco estaba seguro si ese cuestionamiento sería el más acertado, pero fue lo único que se le ocurrió.

—¿Por qué carajos no habría de estarlo?

—Ya sabes… por lo de hoy…

Katsuki chasqueó la lengua al escuchar eso.

—Tch… Eso… ¡Por supuesto que estoy bien! No soy una jodida niñita llorona.

—Ah… Pensé que estarías enfadado… Cómo me golpeaste… y eso… —dijo balbuceando, seleccionando con cuidado las palabras a utilizar, no queriendo decir algo que pudiera dar inicio a una discusión a estas horas.

—¿Estas molesto? ¿Por esa puta caricia? No eres tan débil ¿o sí? —el rubio cambio por completo su semblante, no creyendo que estuvieran teniendo esta conversación.

—¡No! Es que… fue diferente… —exclamó apresurado para aclarar el mal entendido, no estaba enojado, todo lo contrario, estaba preocupado por él, pues si algo le molestaba quería estar ahí para ayudarle a solventarlo.

—¿Mmm? A ver… —Katsuki se levantó sentándose en el colchón, dirigiendo su mirada completamente a Izuku—. Para que te quede claro, nerd. Lo único que me jodió fue toda la mierda que salió por la boca del idiota del rayo. Ni la mierda pega bolas, ni el dos caras y ni siquiera tú, son más que yo. —dijo con arrogancia señalándolo—. Así que cualquiera que tenga esa boca lo suficiente suelta para decir eso, merece que lo muerda hasta morir.

—Pero…

—No vuelvas a meterte en mis asuntos, ¿escuchaste? Si no, volverás a salir lastimado. Y no quiero que me digas que todo lo que me pase te incumbe. Esto… —movió sus manos señalándolos a ambos, haciendo referencia a su relación— no significa que eres mi dueño o algo parecido. Yo hago lo que se me dé la gana y seguiré mis ideales sin importar qué. Aun si tengo que pasar sobre ti o de quien sea.

—Pero yo no…

—¡Ahhh, ya basta! No te regocijes tanto, no volveré a sacar notas como esas. Me confié, eso es todo; además he perdido demasiado tiempo con tus tonterías. No volverá a pasar, así que no te creas mucho por estar en ese puesto, nerd.

Solo fueron unos segundos en los que Midoriya analizó lo recién dicho. Las emociones se aglomeraron en su interior a consecuencia de ello, sabía que debía quedarse callado y asentir, pero desde hacía algún tiempo, ese nerviosismo y miedo que antes experimentaba con Katsuki había mermado lo suficiente como para armarse de valor y exteriorizar en ciertas ocasiones lo que en verdad deseaba.

—¡Yo no estoy confiado, Kacchan! —Afianzó el agarré en las sábanas que descansaba sobre sus piernas para tomar las fuerza necesarias para hablar—. Todo lo contrario, quiero dar lo mejor de mí para poder ser tan genial y fuerte como tú. ¡Quiero que los dos estemos en la cima y juntos ser los mejores héroes del mundo!—Sus ojos verdes resplandecían de ilusión al vislumbrar un maravilloso futuro al lado de Katsuki, en donde pudiera luchar codo a codo como iguales contra los villanos y salvar a todas las personas que estuviera a su alcance.

Si antes su sueño al seguir los pasos de All Might, era asombroso y resplandeciente, verse cumpliéndolo al lado de la persona que más quería y admiraba parecía ser el escenario más perfecto que pudiese existir, sin embargo, dentro de Katsuki dicha idea lucía completamente diferente.

—Tch… Eres un idiota, iluso… —Con su mano tapó el rostro de Izuku y lo empujó ligeramente hacia atrás para que quitara esa cara de tonto que ponía cada vez que estaba emocionado.

No quería admitirlo, pero verlo así era molesto y agradable al mismo tiempo, tanto que era insoportable quedarse observándolo más de un segundo cuando estaba en ese estado. Usó su tono habitual tratando de parecer desinteresando y cansado del asunto, pero la verdad es que pensar en que el gran King Explode, héroe número uno; y que Deku, el segundo mejor héroe del mundo, fueran pareja, le revolvía el estómago de diversas formas. No obstante, eso era lo menos que aceptaría de él, Katsuki Bakugou no andaría con un idiota debilucho, pero tampoco le permitiría que su ego se subiera más de la cuenta, pues nadie podría ser tan bueno como él y menos Deku.

—Kacchan… —susurró con una ligera sonrisa al ver como su novio se acostaba para intentar conciliar el sueño.

Luego de tener esa importante conversación, todo parecía estar en orden. Sólo era su imaginación trabajando de más, era el típico Katsuki cuando se enojaba… Sí, sólo era su imaginación... Y la afirmación de eso se hizo presente cuando logró ver ese rostro ligeramente sonrojado y avergonzado en Katsuki hacia unos momentos.

Eso debía ser una buena señal, ¿verdad…?


Después de tanto tiempo de hiatus, quizá este no fue el mejor comienzo ni lo que esperaban, pero ya me conocen, sino explico todo exploto.

Si les soy sincera, esto me costó un mundo sacarlo y no sé con qué regularidad seguiré sacando los capítulos ni la extensión de los mismos… Sólo haré lo que mi corazón me dicte…

Gracias por leer esto, y por todos sus comentarios. ¡Gracias!

Byebye!