Los personajes de Katekyo Hitman Reborn, no me pertenecen, son de Akira Amano-sensei y yo solo los uso por diversión.

La historia y personajes extras si me pertenecen.

-diálogos-.

"pensamientos/énfasis"

-llamada telefónica o mensaje-.

(opiniones o comentarios de la autora).

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-LA FAMILIA YA LO SABE-

Era casi el mediodía, las barrigas cada vez más grandes, solo daban más razones para el mal humor de quienes las cargaban y el calor incesante no ayudaba a apaciguar a las fieras.

Takeshi, estaba suplantando a su jefe y a su mano derecha en el papeleo, como tercero en la escala de poder dentro de la familia recaía en él ese tipo de responsabilidades, mientras Reborn tomo el control de las misiones designando a cada uno las que se adaptaban a sus habilidades.

-extraño la utilidad de Kyoya y Mukuro, en las misiones, ahora tengo el triple de trabajo-. Se quejo el mejor hitman del mundo.

-por mi parte me encanta, desde que ellos no trabajan, el papeleo disminuyo un 70 por ciento…es increíble la destrucción que ocasionan solo ellos dos-. Se descargo el morocho, ya que esos papeles que tenía en su escritorio, una montaña de ellos, solo era el 30%, sentía pena por su amigo.

-no te creas, tu noviecito también causa desastres en sus el mayor.

-lo dices como si tú no fueras un desastroso en las tuyas-. Remato el espadachín sellando una orden.

Miro el sello en su mano, leyó en el papel "Takeshi Yamamoto. Guardián de la lluvia. VONGOLA X", y sonrió al recordar el día que ese sello fue entregado. A muchos les había parecido una total locura que el Sawada decidiera que sus guardianes tuvieran la misma autoridad que él, por así decirlo, ya que Tsuna tenía el cien por ciento del poder, Gokudera el noventa y cinco y el resto el noventa. El castaño prácticamente dividió el mando de la familia entre todos ellos. Por supuesto, las negativas le habían importado una mierda al jefe, que aclaro que sus guardianes lo conocían y que todos ellos tomarían las decisiones correctas.

Perdido en los recuerdos no noto que Lambo entraba con cara de alivio y saltaba, perdiendo toda su masculinidad en el proceso, a sus brazos, logrando que ambos cayeran con silla y todo, Reborn les dedico medio segundo de su tiempo antes de volver a mirar los papeles entre sus manos.

-mi maestro está cocinando-. Lloriqueo el menor.

La información obligo a salir a todos corriendo. Los hermanos Gokudera no habían nacido con el don de la gastronomía, por lo menos no con la apta para el consumo humano.

Al llegar a su destino, los tres se asomaron lentamente por la puerta, notando que el peliplata no estaba solo y que además no era el único intentando cocinar.

La niebla derretía chocolate, mientras la nube batía lo que parecía ser la mezcla para torta, el Shimon preparaba crema, por otro lado las féminas enmantecaban y enharinaban pequeños moldes, el cielo lavaba los trastos, la niebla de Varia iba y venía trayendo ingredientes y llevando platos, todo bajo la supervisión de la tormenta, quien con recetario en mano indicaba que hacer.

-me gustaría saber que experimento preparan y advertirles que no seré objeto de prueba de ninguno de ellos-. Alerto el sol Arcobaleno, entrando seguido de los otros dos.

-mama dijo que cocinar postres es desestresante-. Contesto Gokudera.

-¿saben lo que hacen?, digo creo que es la primera vez de todos cocinando-. Consulto el mayor.

-estamos siguiendo a pie de letra el recetario que mama nos dejo-. Volvió a hablar Gokudera, notándose algo molesto en su voz.

-pero…

-Reborn, estoy seguro que tiene cosas más entretenidas que hacer además de juzgarnos-. Se quejo Tsunayoshi, mirándolo, igual que todos, con odio infinito.

Los tres hombres desaparecieron con la misma velocidad que habían llegado, solo para encontrarse con un muy nervioso Ryohei.

-¿y a ti que te pasa?-. Pregunto de muy mala gana, el pelinegro.

-Hana acaba de llamarme, para decirme que ellas están por llegar-. Alerto el sol.

-¿Cuándo llegaran?-. Quiso saber Lambo, entendiendo el nerviosismo del otro.

-¿las tres?-. Añadió Takeshi, entrando en nervios el también.

-las tres y…- . Se oyó un auto frenar en la puerta de la mansión-. Llegaron, AL EXTREMO!-.

La primera en entrar fue Haru, la cual tenía el cabellos corto hasta los hombros, vestía una falda tableada hasta debajo de las rodillas y una blusa suelta color blanca, Kyoko a su lado tenía un short de jean y una camisa lila, detrás venia Hana con su cabello trenzado y vistiendo una vestido corte princesa arriba de las rodillas.

La chica sonrió cuando fijo sus ojos en los de su esposo, sin más acelero el paso y se colgó de su cuello, sin perder tiempo Ryohei rodeo su cintura y la levanto del suelo, se abrazaron con mucha fuerza y se besaron con toda la ternura que ambos podían demostrar.

Mientras las otras dos se acercaron a saludar a los demás, por supuesta al primero que atacaron con besos y abrazos fue al no tan pequeño Lambo.

-debieron avisar con tiempo, para organizar una bienvenida-. Hablo Yamamoto rompiendo el abrazo con Haru.

-una bienvenida al estilo Vongola-desu-. Hablo abrazando a Reborn.

-por supuesto-. Señalo.

Los esposos seguían felizmente abrazados, cuando por la puerta de la cocina apareció el posible motivo de un divorcio.

-chicas-. Soltó risueño el decimo, haciendo que las tres giraran, dispuestas a correr para saltarle encima, pero el abultado vientre las detuvo en seco.

Una especie de crack, se oyó cada vez que un embarazado hacia presencia.

-¿PERO QUE COÑA PASO?-. Grito Haru, con toda la histeria que su chillona voz poseía.

Kyoko por su parte se acercaba lentamente al castaño, al final fue este quien tomo las manos de sus amigas y las coloco sobre su vientre, les regalo una cálida sonrisa.

-mi bambino-. Hablo, ambas chicas ya estaban de rodillas con las caras pegadas al vientre, llorosas y babosas.

Haru rápidamente se movió hasta Gokudera y beso su vientre, ambas chicas hicieron eso con todos, incluso con Hibari, quien las miro con asco.

Pero Hana seguía firme, ya separada de su esposo, son una indescifrable expresión en su rostro.

-Hana-chan-. Tomo la palabra Yamamoto.- si no les dijimos fue por seguridad-. Cada palabra la decía con un tono más bajo q la anterior.

-los felicito-. Dijo sin más y emprendió su camino a la habitación.

Todas las miradas se clavaron en el sol que salió corriendo tras su mujer, pocos segundos después.

Ya en su habitación, Ryohei estaba sentado en la cama mirando a la mujer frente a él ir y venir.

-cariño, se que actué mal en no decirte, pero era por la seguridad-.

-Ryohei-. Interrumpió, este callo y ambos se miraron.-quiero un bebe-.

Y no hizo falta más nada, para que la fabricación comenzara.

Cuando la luna estaba alta en el cielo, la pareja se digno a salir de su habitación, con rumbo fijo al comedor, donde sabían debía de haber una fiesta, por la llegada de las chicas.

En efecto, todos estaban allí.

-aquí hay mucha más gente de la que recordaba-. Susurro la pelinegra.

-todos vivimos aquí ahora-. Respondió Fran, pasándole una porción de pizza.

La mujer lo miro unos minutos antes de girarse a ver al resto, todos ellos se veían cómodos y sonrió, ella amaba esa loca familia de la que formaba parte, sujeto con fuerza la mano de su esposo.

-bueno-. Dijo Hayato acercándose-. Como vez, el la familia está en la dulce espera-. Coloco una sonrisa picara.- ¿Cuánto piensan tardar en unirse?-. Pregunto, el Sasagawa se sonrojo a más no poder.

-ya estamos en eso-. Respondió la señora de Sasagawa, arrancando una risotada feliz de su amigo.

-bienvenidos al club-. Levanto su copa Spanner.

-por lo que más quieran, no tengan sexo en el gimnasio-. Rogo I-pin, recordando la ocasión en la que fue a pedir ayuda con su secadora al mecánico y se lo encontró ocupado, muy ocupado.

OMAKE: "La temible mano derecha".

La llamada fue sorpresiva para todos, de por si habían notado el silencio y una pequeña sensación de vacío, pero que Tsunayoshi, llamara desde su avión a medio vuelo rumbo a Japón, para avisarles que mama se había lastimado y por el apuro solo se había llevado una mochila y a quienes encontró en su camino a la salida, siendo estos Ryohei, Chrome e I-pin, dejo desencajado al resto de la familia.

Reborn estaba que echaba fuego, no solo por la partida de su pareja, quien tenía prohibido viajar sin él, sino por la forma en la que se entero que su suegra estaba herida.

Por otro lado, los guardianes intercambiaron miradas, antes de emprender un intento de huida.

-de acuerdo, el Décimo no está, punto. Ustedes tienen misiones que completar y yo reuniones a las que ir-. Y dando un aplauso, se puso en marcha, sin dirigir una segunda mirada a los demás, que entendían el significado de ese aplauso.

La tormenta, era una mano derecha de envidia, responsable, atento, muy fuerte y obediente, pero lo que más sorprendía era su facilidad para tomar las riendas de la familia en ausencia de su jefe. El chico se había ganado el respeto como segundo al mando, antes incluso de que Tsuna lo nombra como tal.

"-eres mi mano derecha, eso es una cosa y se supone que el líder de CEDEF es como un segundo al mando, pero si algo llegara a pasarme, quiero que seas tú quien se ocupe de la familia hasta encontrar a un nuevo sucesor…uno que por supuesto tenga tu aprobación-."

Al tiempo que Tsuna asumió el puesto, tomo esa decisión, increíblemente, todos, desde Iemitsu, pasando por Xanxus, hasta Reborn y los lideres más cercanos, la creyeron perfecta.

Y ya que su amigo había depositado en él toda esa confianza, el peliplateado se esforzaba al máximo en cumplir las expectativas.

Dos días habían pasado ya y la fecha de la cumbre de capos de la alianza estaba a horas de distancia. El pobre Hayato solo rogaba a dios no verse obligado a suplantar a su jefe en aquel lugar, supo que sus suplicas habían sido ignoradas cuando al hablar con su jefe, este le informo que se quedaría unos días más a hacerle compañía a Nana.

Las horas pasaron y el junto a los guardianes que estaban y Reborn se dirigieron al lugar de la reunión, entrando todos estoicos y elegantes.

Varias fueron las reacciones al no ver al castaño, los cercanos, sabían ya de la ausencia, actuaron con normalidad, los que ya habían tenido la oportunidad de estar en una reunión encabezada por la tormenta se ahorraron los gestos o comentarios negativos, no fue el caso para aquellos que recientemente asumían el puesto y no sabían cómo era tratar con ese hombre.

Ya en sus lugares, Gokudera obligado por sus amigos se sentó en la gran silla que solía ocupar el Décimo.

-¿no crees que es mucha osadía ocupar ese lugar?-. Pregunto indignado uno de los presentes.

-lo creo, por supuesto, aun así aquí estoy-. Contesto sin alteración alguna.

Fue Dino, quien rápidamente expuso la razón de la reunión y las discusiones y acuerdos no tardaron en comenzar.

Cada jefe planteaba diferentes opciones, en la que su familia saliera mas beneficiad.

-creo que con este tratado de reordenamiento de mercancías y conservación de aéreas todos estamos conformes, es la manera que mejor beneficia a todas las familias-. Interrumpió una acalorada discusión Gokudera, tirando al centro de la mesa un nuevo tratado que acababa de hacer.- por supuesto esto es el borrador, una vez que se le agreguen detalles y sea oficial será enviado para que todos lo firmen-. Aclaro, al ver las expresiones de algunos.

-perfecto-. Contesto Yuni, tomado el sello de su familia.- firmemos este, como prueba del acuerdo, una vez que el legal esté listo, reemplacémoslo-. Ya firmado se lo paso a Byakuran, que hasta el momento se había dedico a hacerle caritas a Mukuro, que lo ignoraba olímpicamente, a su vez el papel paso de mano en mano, con una mayoría a favor.

-sin la firma de Vongola, esto no sirve como certificado-. Menciono uno de ellos.

-yo firmare en nombre de Vongola-. Informo el albino, que comenzaba a sentir su cabeza latir.

-no tienes el derecho, eres un simple subordinado-. Discutió el mismo sujeto.

Para ese momento, los demás guardianes, ya tenían sus filosas miradas clavadas en él, sobre todo cierta lluvia y un pequeño rayo, furico por la falta de respecto a su maestro.

-soy la mano derecha del Décimo, todos son consientes de que tengo permitido firmar en su nombre-. Hablo posicionando ambas manos sobre la mesa. Los demás capos asintieron, dándole la razón, cosa que solo hizo enfurecer más al otro.

-PALABRERIAS, NO FIRMARE UN ACUERDO PROVISIONAL NI NO ESTA LA FIRMA DEL DECIMO TAMBIEN, NO ME IMPORTA CONTRACTUAR CON UN SEGUNDO AL MANDO DE DUDOSAS INTENCIONES-. El elevado tono de voz, fue punzante en la adolorida cabeza del peliplata, que sin ganas le dirigió una mirada cansada.

-las intenciones de todos los guardianes Vongolas es clara, esta a simple vista, es seguir las ordenes de nuestro Jefe, es el mismo Décimo quien nos permite hablar en su nombre, ya que a diferencia de los subordinados que usted puede o no tener, nosotros somos leales-. Fue Takeshi quien contesto, no sin antes posicionar una mano sobre su katana.

-ya deja de hacer berrinches y firma herbívoro, hay quienes tienen otras cosas que hacer-. Kyoya, por ejemplo tenía una cena con el potro y no iba a posponerla por un idiota.

El sujeto siguió quejándose unos minutos más, aburriendo a todos, hasta que cometió lo que todos consideraron un grave error.

-seguir las órdenes de un bastardo indigno de heredar el mandato de su familia, que es mandoneado por un mocoso inútil-.

Lambo fue quien con su paciencia colmada, termino sobre la mesa con un filoso cuchillo apuntando a la garganta del tipo.

-retracta tus cochinas palabras y discúlpate con mi maestro o de este lugar ni tu ni ninguno de los tuyos sale entero-. Sin importarle que 8 pistolas apuntaran a su cabeza el más joven de los guardianes mirada a su objetivo contando segundos para unirse al club de Reborn y mandar a ese infeliz al infierno.

-Lambo-. Con la sola llamada, el menor se alejo de su presa, sin guardar su cuchillo ni cambiar la mirada.-usted ha logrado enojar a su discípulo, lo felicito, no es un niño que pierda la razón rápidamente, ahora bien ese no es el caso de quien le habla-. La sonrisa de superioridad que se hizo presente en las facciones mitad italianas mitad japonés, invoco un escalofrió en aquellos que sabían que sufrirían las consecuencias.

Reborn asintió ocultando su mirada bajo el ala de su fedora, mientras la tormenta disciplinaba al capo y a sus acompañantes, dejando de ellos simples despojos.

Sin brindarles mayor importancia, la reunión siguió y concluyo con la normalidad frecuente.

Ya en la despedida, un capo comento en tono gracioso.

-nunca es buena idea provocar a la más terrible de las manos derechas-. Recordando la primera vez que el menor se había echo presente en lugar de Tsunayoshi y como había dejado claro que le debían respeto, a punta de TNT.

Ya en la mansión y habían regañado a Lambo, solo para terminar despeinándolo y besando su cabeza con el amor que solo Gokudera podía, todos fueron a hacer lo suyo, algunos felices de no tener que haber intervenido, otros listos para irse a comer y otro con toda la intención de que su peliplata pareja no durmiera esa noche.

Reborn, sentado en el marco de la ventana pasaba el reporte a su pareja, que del otro lado de la línea sonreí satisfecho.

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Graciaspor sus comentarios que son el alimento de mi autoestima creativo. Ademas quiero agradecer a todas las personitas que pusieron esta historia en favoritos o alerta.

Ok, esto es todos, nos leemos pronto, los amo conejitos 3