Nota: Esto no es plagio, soy Akudo en amor yaoi y ao3.

Este drabble surgió por la misma duda existencial que me provocan esos pelos de Bokuto.

Disclaimer: El universo de Haikyuu le pertenece a Furudate Haruichi.


— … ¿De qué color será el vello púbico de Bokuto?

Sentado a su lado Tsukki lo miró como si acabara de ofender a sus oídos y toda su capacidad comprensiva con semejante ridiculez.

— ¿Crees que sea blanco o negro? ¿Tal vez ambos? ¡Vamos, no me mires así!

— Es la única mirada que tengo para ti en este momento.

— No me hagas quedar como un enfermo, no puede ser que no te hayas preguntado lo mismo.

El rubio se mantuvo abrazado a sus piernas entrecruzadas, mirando por encima de sus rodillas flexionadas hacia el centro de la cancha donde Bokuto hablaba con Akaashi (más bien gritaba todo, como siempre) hasta que con mucha resignación el azabache aceptó hacerle algunos pases más para que rematara libremente ahora que ambos bloqueadores se habían ido a una esquina a descansar, sintiendo náuseas por la maldita estamina infinita que poseía el As.

— Mis interrogantes con respecto al color de cabello de Bokuto-san no llegan hasta sus partes privadas.

Kuroo dejó caer su espalda contra la pared, exhalando una especie de queja incomprensible por el hecho de que el otro no le haya seguido la corriente.

— Aunque… —quiso detenerse ahí pero ya había captado la atención de Tetsuro, además, aunque quisiera, ahora no podía sacarse el tema de la cabeza. Maldición— Siendo ustedes tan pegajosos cómo es que no lo has descubierto aún.

El de Nekoma quedó con la boca abierta mientras procesaba las diferentes maneras de interpretar eso, hasta que por fin habló.

— Oye, la lechuza tonta y yo nunca nos hemos enredado. ¡Juro que no te fui infiel con él antes de conocerte!

— Eso no tiene sentido.

Pasó un brazo por encima del más alto pegándose a él, haciendo que el sudor de sus ropas se sintiera desagradable.

— Pero también quieres saber. No has dejado de mirarlo.

Tsukishima hizo una mueca tratando de disimular el sonrojo que saltó sobre su cara.

— No es una prioridad en mi vida.

— Pero quieres saber. —repitió, con una sonrisa estresante para el menor— Tengo una idea.

Es decir, una mala idea.

— Ay, no.

— Apostemos.

— Basta ahí.

— Quién lo averigua primero.

— …

— Anda, no puedes ignorar la curiosidad.

— Puedo ignorarte a ti.

— Haré lo que quieras si ganas.

Hizo sobresalir su ceño al apretar sus pequeñas cejas. Kuroo lo miró expectante.

— Dices eso porque tienes ventaja.

— ¿Porque es mi amigo? Estamos hablando de Bokuto; si fueras a curiosearle tú seguro te respondería como si nada, incluso te preguntaría si quieres ver.

— Son tal para cual.

Escucharon los poderosos remates golpear el piso del gimnasio, seguros de que podrían hacer temblar las placas tectónicas bajo ellos. Tsukki jugó con sus dedos un rato hasta que por fin accedió, haciendo que el pelinegro le robara un beso rápido. El cansancio y el sueño debían tenerlo idiota.

— Pero no se vale tener la ayuda de Bokuto-san.

— Me parece bien. En otras palabras, hay que descubrirlo sin que él lo sepa.

Chocaron palmas cerrando el acuerdo.

Después de esto Tsukishima se levantó con morosidad, tomándose su tiempo para dirigirse hacia el par de Fukurodani, mientras que Kuroo atravesó la cancha como un rayo para corretear a un asustado Koutarou que terminó siendo tacleado contra el suelo, gritando y luchando por evitar que ese loco pelo-de-cama lo desnudara tan repentinamente.

Al rubio le bajaron varias gotas por la cabeza viendo tal escena, y al llegar donde Akaashi hizo lo posible por mantenerle la mirada y así transmitirle la importancia de la situación.

— ¿De qué color es el vello púbico de Bokuto-san?

El novio tenía que saberlo mejor que nadie.