Marinette, frente a semejante sorpresa, retrocedió varios pasos de manera inconsciente. ¿Qué ocurría con ese gato? Esos fliltreos cada vez parecían írsele más de las manos; algo que, naturalmente, conseguía incomodar de más a la muchacha.

-A-ah... Es eso. Una broma, ¿verdad? -De un lado a otro, sus ojos buscaron cámaras ocultas que justificasen que, en efecto, Chat Noir no hablaba en serio, aunque, tal y como esperaba, no hubo buenos resultados.

-¿Qué ocurre, Princess? ¿Acaso tienes miedo de dormir con un inofensivo gatito?

De un brinco, el rubio se levantó de la silla, y sus pasos se dirigieron con firmeza hacia Marinette, quien, de inmediato, continuó retrocediendo hasta que sus piernas se toparon con cierto sillón rosado, haciéndola por tanto, perder el equilibrio hasta quedar sentada sobre el mismo. ¡Ni en este tipo de situaciones conseguía liberarse de su reconocida torpeza!

-Vamos, Chat... Ladybug se pondrá celosa... - O realmente no, pero de alguna manera debía convencerle de que lo que quería hacer no era lo correcto.

Entonces, Chat se detuvo, dubitativo por un momento. ¿Ladybug celosa por él? Por desgracia, no conseguía imaginarse algo como eso, y solo un largo y pesado suspiro escapó de sus labios. -No hay manera de que algo así ocurriese, Princess. Ya me ha dejado claro demasiadas veces que no tengo ninguna oportunidad con ella.

Los ánimos del rubio se desvanecieron de inmediato, y consecutivamente, se sentó al lado de Marinette, cabizbajo. ¿De verdad dañaba tanto los sentimientos de Chat Noir cuando le rechazaba? Ella siempre se lo tomaba como uno de sus tantos juegos, pero ahora comenzaba a ver que sus coqueteos no eran falsos del todo, y la sensación de culpabilidad no tardó en estremecer su pecho.

-O-oh... Quizás no esté preparada para comenzar una relación... -Debía escoger sus palabras con mucho cuidado, y eso era costoso. No podía simplemente decirle que quizás ya tenía a alguien en su vida; eso solo frustraría aún más a su compañero, y era lo último que deseaba.

-Hm... Dudo que eso sea cierto, pero no hablemos más de ella, o quien se pondrá celosa serás tú~ -Pretendiendo que nada había sucedido, volvió a levantar la cara, esta vez con una sonrisa más amplia de lo habitual. Sus cejas subían y bajaban, insinuantes, dado que se encontraba dispuesto a proceder con el juego que había ideado tan solo unos minutos atrás.

Pero esta vez, no consiguió volver a intimidar a Marinette. Ahora conseguía ver con claridad a través de sus intenciones, por lo que, en lugar de continuar retrocediendo, ésta vez fue ella quien se adelantó y rodeó al rubio con sus brazos. -Gato idiota...-Susurró, tras recostar su cabeza sobre la ajena.

-¡...! -Chat no contaba con ese tipo de reacción, y sus ojos se abrieron inevitablemente de par en par.- ¿… Qué haces, Princess? -Alcanzó a decir, en un hilo de voz.

Pero Marinette no contestó enseguida. Ésta solo continuó acariciando la cabeza del chico con su diestra mientras que, su zurda, se encargó de masajear su espalda, paulatinamente, y haciendo estremecerle, quizás, por la falta de costumbre a ese tipo de afecto.

-Esto es lo que buscabas de verdad, ¿cierto? -Cuestionó Marinette, luego de unos largos segundos de silencio.- No viniste con la idea de dormir aquí, sino con la intención de recibir algo de cariño…

Chat Noir tan solo apretó los labios. Las manos de Marinette estaban logrando encoger su corazón, y de sus labios, solamente una pesada bocanada de aire logró salir. Por consiguiente, él también alzó sus brazos y se aferró al cuerpo de la muchacha con fuerza; inclusive ocultando su rostro en el hombro ajeno.

Frente a esta situación, la de cabellos azules esbozó una pequeña sonrisa. Al parecer, estaba en lo cierto, aunque no terminó de comprender por qué había recurrido precisamente a ella. -Ay, gatito… -Murmuró, sin cesar su labor. Aquel chico resultó ser más vulnerable de lo que aparentaba con la máscara puesta.

Ninguno supo decir cuánto tiempo transcurrió, pero una vez que el rubio se sintió reconfortado, poco a poco fue cediendo su agarre, hasta finalizar del todo ese abrazo que parecía haber renovado sus energías.

-¿Estás bien? -Inquirió la muchacha, cuando volvió a tenerle frente a frente. Por supuesto, perfectamente le constaba que bajo ningún concepto debía intervenir en su vida privada, pero llegados a aquel extremo, fue inevitable que preguntase.

-¡C-claro que sí! Es solo que… -Con la mirada perdida, guardó silencio unos momentos más. Debía encontrar las palabras adecuadas cuanto antes, o su identidad se pondría en riesgo.

Pero entonces, un estruendoso ruido osó interrumpirles. Ambos se levantaron y a toda prisa, se acercaron a la ventana para ver qué ocurría. Sin embargo, solo alcanzaron a ver humo alrededor de un edificio cercano. Podrían haber víctimas, así que debían apresurarse antes de que la situación fuese a peor.

-He de irme, Princess. Asegúrate de no salir afuera. Es peligroso. -Tan pronto como le dedicó una última mirada a la joven, Chat abrió la ventana, dispuesto a salir por allí con su bastón en mano.

-… Ve con cuidado, Chat.

Éste tan solo asintió, y sin necesidad de añadir algo más, salió de la habitación de la muchacha para ir directo al lugar de los hechos. Esperaba que aquello no fuese obra de otro akuma.

Por su parte, Marinette esperó a que su compañero desapareciese entre los tejados, y seguidamente, llamó a Tikki; el tiempo era oro.- ¡Tikki, hay que ayudarle!

La pequeña kwami simplemente asintió, por lo que, sin más dilación, la muchacha procedió a transformarse en Ladybug para acto seguido, tomar el mismo rumbo que el rubio con el fin de llegar cuanto antes.

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En el lugar atacado, aún había gente evacuando, y el caos se palpaba en el ambiente. El fuego, niños buscando desamparados los brazos de sus padres… Unas vistas nefastas, y eso era algo que Chat no soportaba ver. Debía asegurarse de que dentro del edificio no quedaba nadie, por lo que, sin esperar a que Ladybug llegase, se tomó la libertad de actuar por su cuenta y ponerse manos a la obra, infiltrándose pues entre las grandes nubes de humo y desapareciendo en el acto.

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-¿Chat? Chat, ¿dónde estás? -Cuando Ladybug llegó, lo primero que hizo fue buscar a su compañero, pero la multitud de gente no ayudaba demasiado. Tan solo una niña se le acercó, señalando a la puerta, y entonces solo se imaginó lo peor.- Oh, no… Dichoso gato. Siempre precipitándote…

Antes de hacer algo más, se aseguró de que las últimas personas que quedaban cerca, se retirasen a un lugar más seguro, y aunque los bomberos también estaban haciendo su trabajo, no podía simplemente quedarse de brazos cruzados a esperar. Por tanto, con el yoyó en su mano, se dispuso a saltar hacia una de las ventanas, mas pronto se vio interrumpida por quien, al parecer, había ideado todo aquello. La ventana que había frente a sus ojos, había desaparecido, y confusa, miró hacia los lados, en busca de una explicación.

-¿Quién anda ahí? -Preparada para atacar con el yoyó, se mantuvo expectante, hasta que por fin, cierta silueta empezó a apreciarse desde las sombras de un callejón.

-Ha pasado mucho tiempo, Ladybug. -El aspecto del individuo, poco a poco comenzó a ser visible para ella, y la sorpresa, no tardó en acudir a su rostro, dejándola perpleja.

-¡¿L-le Dessinateur?! -Con los ojos abiertos de par en par, retrocedió un paso. ¿Cómo era posible que Nathanael hubiese sido demonizado de nuevo? O más bien, ¿cuál había sido el motivo esta vez?- V-vamos, vuelve en ti. Estás causando mucho daño…

Pero sus palabras no tuvieron ninguna clase de impacto en él.- Esta vez soy mucho más hábil, y ni tú podrás detenerme.

Su mano se movía con rapidez sobre la tableta que reposaba en el brazo contrario, y ahí fue cuando Ladybug optó por dar el primer paso y atacar, corriendo hacia él para ello. Pero tal y como había dicho, era mucho más hábil, y evitarla no le supuso ningún tipo de esfuerzo. Ni siquiera lanzando el yoyó conseguía darle. Si tan solo Chat saliese de aquella pantalla de humo… Esperaba que al menos estuviese bien.

-¿Eso es todo? Entonces ahora es mi turno.~ -Con una amplia sonrisa, aquel joven dibujó uno de los Miraculous de la chica, y momentos después, lo hizo desaparecer, tanto de la pantalla, como de la oreja de Ladybug.

-¿Qué…? -Horrorizada, palpó su lóbulo con los dedos, verificando así que, en efecto, uno de sus pendientes se había esfumado. Sin embargo, aún mantenía su transformación, así que no podía darlo todo por perdido.- L-Lucky Charm! -Exclamó entonces, pero nada sucedió.- ¿P-por qué…?

-Hm… Parece que si te falta un pendiente, no puedes hacer demasiado. -La sonora carcajada del pelirrojo, obligó a la chica a apretar sus dientes, frustrada, y eso fue algo que, irremediablemente, enorgulleció al joven.- Ahora haré lo mismo con ese gato y ambos estaréis acabados. La victoria será mía.

Oh, vamos. La situación no podía ir a peor. Tenía que pensar en algo y rápido. Pero antes de poder hacer algo, el inoportuno de su compañero por fin salió del edificio, con un par de personas sobre sus hombros, inconscientes, al parecer.

-¡Chat, tenemos que irnos! -Definitivamente, no podían hacer nada bajo esas circunstancias, por lo que, para evitar que el Dessinateur se adelantase a sus movimientos, alcanzó a romper las luces que les rodeaban para evitar que dibujase algo más.

-My Lady, ¿qué ocurre? -Chat Noir no entendía nada, y aún sin responder, Ladybug corrió hasta él para agarrarle y salir de allí cuanto antes.

-Hoh… No os preocupéis, chicos. Nos volveremos a ver muy pronto. -Le Dessinateur, en cambio, no pareció preocuparle que huyesen; de hecho, le pareció divertido ver cómo se escabullían entre los edificios. Sí. Sin duda, dejaría que la desesperación les consumiese antes de dar el siguiente paso.

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Mientras tanto, los dos superhéroes continuaron saltando de techo en techo hasta que el yoyó de Ladybug terminó por fallar, haciéndoles caer por tanto, sobre el ático de un edificio cualquiera.

-Ugh… ¿Estás bien, Chat? -La pregunta no fue solo por la reciente caída, sino porque también le preocupaba el atrevimiento que había tenido el joven al infiltrase entre tanto humo.

-Eso creo… -Murmuró, rascándose la cabeza.- Pero ahora me debes una explicación. ¿Por qué hemos huido?

-Le Dessinateur… Ha hecho que desaparezca uno de mis Miraculous… -Al mencionarlo, volvió a palpar la oreja con sus dedos, lamentándose por haber bajado la guardia.- … No puedo usar mis poderes.

-¿¡Qué!? -Sin dar crédito a lo que había escuchado, agarró la muñeca de la chica para verificar que lo que había dicho, tristemente era cierto.- My Lady… -No sabía qué decir. Solo se lamentaba por no haber estado con ella. Quizás así, hubieran podido evitar que todo eso sucediese.

-Chat Noir, escúchame. -Para asegurarse de que le prestase atención, presionó las mejillas del rubio con sus manos, en busca de su mirada.- Tienes que ir con mucho cuidado desde ahora. Si hace desaparecer tu anillo también, no tendremos posibilidad de ganar. Así que no te transformes imprudentemente, ¿de acuerdo?

Frente aquellas palabras, el muchacho inclinó sus cejas, aún apenado.- ¿Y qué hay de ti? ¿Qué planeas hacer tú, Ladybug? -La pregunta no tardó en salir de sus labios, y por ende, la chica le dedicó una sutil sonrisa, como si hubiese adivinado que esas serían sus palabras.

-… Aún no lo sé. Pensaré en un plan. Tiene que haber una manera de que todo vuelva a la normalidad. -Tras un suspiro, se levantó del suelo, y entonces, el pendiente restante comenzó a pitar, aunque no de la misma manera de siempre. Eso le alarmó.- S-será mejor que me vaya.

Imitándola, Chat se levantó tras ella, pero antes de dejar que se marchase, agarró su muñeca, dejando entrever en su rostro cierto desasosiego.- Ten cuidado tú también, Ladybug.- Murmuró, para luego soltarla. La chica, enternecida, asintió con la cabeza, y antes de que su transformación acabase, se retiró del lugar.

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Así, tras unos largos minutos de continuos y torpes saltos, Marinette consiguió llegar a tiempo a su habitación, donde deshizo su transformación. Pero lo que no esperaba, fue que Tikki cayese sobre sus manos de aquella forma tan brusca. Su pequeño cuerpo estaba frío, y su respiración, demasiado agitada. Marinette se sintió palidecer en ese instante.

-¡Tikki! ¿Qué te ocurre? -Sus manos temblaban, al igual que su voz. Esto no podía estar pasando.

-Mari…nette… -Susurró la pequeña, con los ojos entrecerrados.- …Tienes que recuperar… El Miraculous… -Sin fuerzas para pronunciar una palabra más, se regocijó entre las manos de su compañera, buscando algo de calor.

Marinette enseguida lo comprendió, por lo que la acercó a su pecho, mordiéndose el labio inferior debido a la impotencia.- Tranquila, Tikki… Lo recuperaré. Te lo aseguro…

Angustiada, miró la hora del reloj. Era bastante tarde, pero se trataba de una emergencia, y solo había un sitio al que podía recurrir. Por lo que, aprisa, y procurando que sus padres no se percatasen, salió corriendo de casa en busca de la única persona que probablemente podría ayudarla en un momento tan trágico como aquel…

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Continuará.

¡Hola! Antes de nada, quería disculparme por haber tardado tanto en actualizar, pero me ha llevado algo de tiempo organizar mis ideas para la continuación.

¿Qué puedo decir? Un día, simplemente una pregunta pasó por mi mente: "¿Qué pasaría si Ladybug perdiese uno solo de sus Miraculous?" Y aquí llego, escribiendo sobre ello. Aunque hubiese preferido que el villano fuese otro en vez de Le Dessinateur, pero él tiene la habilidad más idónea para facilitarme el desarrollo, así que, ese otro villano, me lo guardaré para otro fic. (?)

De todas formas, no sé si alguien habrá escrito ya algo sobre la temática de los pendientes de Ladybug, pero de ser así, me gustaría leerlo más adelante 3

Y bueno, creo que eso es todo, así que espero que haya sido de vuestro agrado. ¡Nos vemos!