¡Hey! ¡Hola!
¿Cómo están?
Esto es solo algo súper súper súper corto que se me ocurrió al ver un art de Marinette haciéndole mimos a Plagg mientras que Adrien y Tikki se los quedan mirando totalmente incómodos. Me encantaría ponerla pero... ¡se me olvido donde la vi! T-T Si una buena personita sabe donde está, por favor, que me lo diga.
— MI KWAMI —
— ¿Sabes dónde guarda la señora Cheng el queso? —le preguntó Adrien a Tikki, ahora sí, rindiéndose al fin, después de meter la nariz en todos los armarios y cajones de la cocina, sin haber llegado a oler el dichoso Camembert.
La kwami roja no pudo evitar soltar una pequeña risa, a la vez que señalaba un punto exacto, que estaba justo delante de los ojos verdes del chico, que se abrieron como platos.
— ¡¿Es en serio?! ¡¿Estaban todo el tiempo ahí?! Ahhggg, ¿cómo no los vi? —se quejaba de si mismo mientras tomaba la apestosa bandeja llena de Camembert. Tenía que recordarse agradecerle mil veces a su "suegri" por esto.
— Te inmunizaste al mal olor, tal vez —comentó la kwami de pasada mientras acompañaba al rubio al piso de arriba.
— Sí, tal vez —dijo un tanto preocupado.
Había tardado tanto en encontrarlo, que hasta Tikki había bajado a buscarle. De seguro ahora Plagg estaría completamente irritable y le saltaría al cuello en cuanto viera la primera ebra rubia de su cabeza...
Sin embargo, no fue así.
— ¡Owww, Plagg! ¡Eres una autentica monada~! —aseguraba Marinette completamente acaramelada. Su mejilla estaba unida a la del kwami felino mientras le acariciaba tras la oreja. Acto que derretía del gusto al ser negro.
Fue inconsciente. Adrien, completamente víctima del shock por una imagen que nunca esperó ver, volteó la bandeja e inevitablemente los trozos de queso se estamparon contra el suelo. Ni tan siquiera Plagg noto éste hecho, demasiado concentrado en las caricias de la humana. Cosa mala.
Una llama de celos nació dentro del rubio, imposible de ignorar. Sus instintos fueron más rápidos que la razón, ni tan siquiera Tikki pudo pararlo en cuanto leyó sus intenciones en su rostro.
En dos zancadas el chico llegó junto a los dos traidores y los separo sirviéndose de la bandeja.
Bien, eso fue sorpresivo para ambos. Pero que Adrien dejase caer el objeto al suelo, para tomar al kwami protectoramente entre sus manos, pegándolo a su pecho, mientras miraba enfadado a Marinette, tal cual gato defendiendo su territorio de extraños, sorprendió hasta a Tikki.
— MI kwami —le dejo en claro a la versión civil de Ladybug, en modo de bufada advertencia.
Adrien amaba a Marinette como no amaría a ninguna otra, eso era seguro. Y por supuesto que no le importaba compartir con su novia... Pero había cosas que eran sola, única y exclusivamente, suyas: como Plagg.
La peliazul parpadeó dos veces, un tanto sorprendida, pero no pudo evitar reír como idiota. Es que, ver a Chat Noir, Adrien, así era, oh, por los Miraculous, tan hilarante.
Escuchándola, el chico pareció volver en sí, y la siguió en una risa incomoda. Hasta Tikki, que no sabía donde meterse, lo hizo.
Pero había alguien que no reía.
Alguien que repentinamente había notado el alimento triangular y amarillo por los suelos.
— ¡MI QUESO! —gritó agónicamente— Adrien, me da igual que seas mi portador. ¡DATE POR MUERTO!
*La siguiente escena está censurada por violencia por el queso. Sin embargo ningún chico héroe disfrazado de gato resultó herido por su kwami... al menos no mientras llevaba dicho disfraz*
¡Okey! ¡Sí, lo se! Una auténtica trolleada... ¡pero necesitaba escribirlo!
Y sí, tenía un poco de Yaoi, me pillaron XD
En fin,
¡Nos vemos!