Capítulo 3

Con el fin de las vacaciones las cosas se habían mostrado algo… alteradas. O al menos eso pensaba Kardia, que había, a su manera observado el extraño actuar de su hijo, no era que el joven estuviera sufriendo una psicosis, el resultado de un trauma –Dios no lo quisiera- ni nada por el estilo, pero estaba preocupado.

Milo caminaba por la gran mansión de su abuelo desde que era un niño, q su a su padre había adorado a Milo, más lo que nunca lo había querido a él –recordó con cierta melancolía- siempre habían pasado juntos las vacaciones –aún más tras la muerte de su encantadora esposa- . Pero en aquella ocasión, las cosas se habían dado de forma…. Diferente.

No era que el muchacho no hubiera pasado las vacaciones con su abuelo, lo había hecho. Lo extraño era que no habían salido en ningún salido en ningún viaje, de placer sino parecían haberse fundido, en la casa, y Kardia sospechaba- con cierta desazón puesto que en realidad quería a su hijo y no deseaba que un abismo terminara de separarlos- que el patriarca de la familia estaba educando a su hijo en la futura dirección del imperio familiar.

Kardía sacudió la cabeza, paseando lento en su despacho, y se dirigió, para calmar su mente, a tomar unos papeles… tenía que concentrarse.

No sentía, se dijo, celos de su hijo, en realidad no; por mucho que su padre le mostrara a su hijo más afecto, cariño, confianza y amor, del que nunca le ofreció a él. Tampoco le molestaba, demasiado, que prefiriera a Milo por encima de Kardía en todo, porque sentía más confianza en el nieto que en el hijo. No.

Solo estaba preocupado, porque había visto a milo palidecer a veces, y enrojecer en otras, lo había visto un tanto más agotado a veces y , en otras, mirar a la nada con los ojos perdidos y el rostro cada día más pálido.

Sabía que su hijo estaba pasando por un disturbio emocional, sospechaba de hecho que estaba enamorado, aunque no tenía demasiadas ideas de quién, ahora que lo pensaba ni siquiera conocía a los compañeros de su hijo, al mismo tiempo, al llegar a la idea del amor, el mismo había palidecido, puesto que recordaba, demasiado bien, la conversación que tuviera con su padre, hacia un par de meses.

Dejo los papeles a un lado, pálido y ligeramente ansioso.

No creía que Milo fuer a hacer nada mal… algo... Equivocado, además su padre no parecía molesto, aunque sin duda sabía de aquel asunto más que Kardía.

Aun así, la sola idea de que Milo estuviera dando aquellos titubeantes pasos, con respecto al amor…. Solo, de que hubiera un error por delante.

Era horrible.

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Milo no había visto a Alessandro desde la fiesta de los gemelos –Saga y Kanon- dónde sospechaba que se había ido con alguien más, aunque al mismo tiempo lo dudaba, pero verle aquel día con aquellas ojeras que decían que apenas había descansado le dijo que algo no iba bien, no creía, en verdad no creía que aquello tuviera que ver con Afrodita, a quien no había visto en la fiesta –eso lo había sorprendido, recordó puesto que el peli aguamarina era bastante animado, mucho más que Camus que simplemente había dicho que no iría con él … frunció un poco el ceño recordando aquello, al final la fiesta no había estado mal.

-Hola Alessandro – saludo lento y seguro, mirándole, la verdad sea dicha ellos no hablaban demasiado, tenían amistades diferentes, por un lado y Alessandro solía hablar con Lune bastante…. Se estremeció recordando la belleza de aquellos ojos, y lo cruel que podía ser el joven.

-hola- contesto irónico el italiano, pareciendo, en lo absoluto, cansado, había algo extraño en él, desde que Milo viera que Alessandro y Afrodita empezaran a salir el rostro del italiano había asumido una expresión más encantadora tranquila, sin embargo, desde la fiesta, parecía haberse fundido y regresado de golpe y porrazo al pasado, la línea de sus labios se había formado irremediablemente cínica, -no iba agregar que le daba cierto atractivo- pero de repente se preguntó si no sería él quién estaba influyendo negativamente en el peli celeste en ves de que ocurriera lo contrario.

-hey! A que viene esa cara? Pareciera que no has dormido bien últimamente –bromeo ligeramente tenso, no quería pensar en posibilidades, el mismo sentía que las cosas ni iban bien con Camus….

Le pareció que Alessandro le miraba de manera extraña, como si le dijera algo que no entendía bien.

En realidad Milo tenía más razón de la que pensaba, Alessandro no había dormido bien las últimas noches.

Cuando ya había pasado una semana desde aquella desgraciada mañana, había ido a ver a Shaka, tras una conversación con Afrodita, una conversación en la que el más joven había estado comentando acerca de la cual una investigación que estaba haciendo –planeaba estudiar algo así como psicología o psiquiatría según Alessandro sabía.

-Resultando por ello- había sonreído al fin- una opción más saludable el solucionar los problemas cuando están empezando antes de permitir que estoy devoren nuestras conciencias–había terminado de leer el ensayo y lo había mirado con ansiedad- ¿Qué te parece?

-¿Qué me estás lanzando una indirecta? –había sonreído de lado mientras se miraban a los ojos y parecía que en realidad estaban bien, Afrodita se había sonrojado un poco.

-En realidad es un escrito que pensaba presentar como parte del trabajo de letras –se encogió de hombros –supongo que recuerdas que nos dejaron tarea –en ese momento había sonreído de lado y encantadoramente, Alessandro, que había estado pensando más de lo que deseaba hacerlo, había deseado besarle en aquel momento besarle hasta dejarle sin aire, pero conociendo que el más joven estaba esperando su opinión había hablado.

-los hice en cuanto entre a mi casa –no mentía realmente estaban hecho, es increíble las cosas que uno hace para no pensar- me gusta el ensayo, lo hiciste bien, aunque tu investigación del caso me pareció un tanto excesiva –Afrodita le había mirado a los ojos dulcemente y le miro y ligeramente culpable con una sonrisa engreída- ¿pretendes sacar notas perfectas en todo? –en parte se había sonreído de lado, ante aquello, puesto que algunas cosas de su joven adoración le seducían aun.

Afrodita se había sonrojado un poco, pero dejando el trabajo a un lado se había acercado a él.

-realmente no… pero gracias –y se habían besado… en ese momento Alessandro había decidido que hablaría con Shaka y lo solucionaría todo… sin arrastrar culpas ni errores, se sentía bien con Afrodita y no quería que aquello se arruinara por algo sin importancia.

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Solo que no era algo sin importancia.

Y se había dado cuenta de ello en cuanto había visto a Shaka, este le había recibido en su casa, vestido con un saari blanco y mirándole con expresión ligeramente sorprendida y asustada, le había pedido hablar y en realidad, al principio había parecido que todo iría bien.

Habían empezado de forma titubeante, mirándole a los ojos le había explicado que en realidad….

Que lo de aquella noche, en la fiesta, había sido un error, que no se sentía bien, que había creído… en fin que quería pedirle disculpas, Shaka le había escuchado tranquilo y le había contestado que todo estaba bien. Que en realidad sabía que estaba saliendo con alguien y ambos estaban bebidos.

Habían estado ebrios, dijo, era normal que se cometiera algún error.

Entonces Alessandro había dejado de mirar la pared detrás de Shaka y le había mirado a los ojos.

Y se dio cuenta d eque las cosas no estaban bien en lo absoluto.

Conocía a Shaka, en cierta medida lo conocía más que a cualquier otro alumno, vivían cerca, y habían sido algo así como amigos, en el pasado. Shaka tenía unas maneras calmadas para poder soportar a Alessandro. Por eso había podido leer en sus ojos de manera más efectiva, aprecian calmados, pero no le fue difícil notar que en realidad estaba herido, ligeramente ofendido, y un poco más que….

Se habían mirado a los ojos, y muy a su pesar, había visto lo hermoso que era.

En verdad se lo había parecido, hasta que claro él se había perdido en los ojos azules de Shaka y había notado que no era sincero, que se sentía herido, y… que en realidad, aquella noche si había sido importante.

"estúpido, estúpido"

Se había acercado a él, solo quería quedar bien.

De acuerdo, quizás eso ultimo no fuera cierto y le había causado cierto placer a su ego saber que había dejado efectos en alguien tan deseable, pero en realidad no esperaba cometer el mismo error, de nuevo.

Y en esa ocasión era perfectamente consciente de lo que hacía.

Al final, después de todo el desastre solo se habían mirado a los ojos, los suyos mostraban una mescla de satisfacción y arrepentimiento y los de Shaka resignación…

-no se lo diré, no le diré nada a Afrodita…- había respondido a su mudo temor y eso había sido último que había escuchado de él…

Y desde entonces no había podido dormir….

"estúpido"

-no he dormido bien –se encogió de hombros –y mañana empiezan las clases, no puedo decir que este de buen humor…

No tenía por qué confesar sus pecados antes de tiempo…

Y realmente

Realmente no quería pensar en ello.

Extra.

-Necesito un nuevo estado Wathsaap – dijo Marín con gesto intranquilo mirando su móvil – dime algo.

-gatitos al poder –contesto Esmeralda que en aquel momento miraba imágenes felinas en el suyo.

-no, otro… -contesto la pelirroja mirando a su nueva amiga.

-los gatos conquistaran el mundo… -contesto de vuelta la rubia.

-no, algo bonito –la hermosa rubia la miro escandalizada.

-¡los gatos son lindos!- elevo la voz evidentemente ofendida.

-cierto, me diste una idea – sonrió recordando una cosa y comenzó a escribir.

Nuevo estado: "gatito"