Era un viernes como cualquier otro para Ranma Saotome, estuvo durmiendo durante clases aburridas y mantuvo estúpidas pero habituales peleas con su prometida sobre lo mal que ella cocina y por lo egocéntrico que es él en el instituto. Cuando sonó el timbre y dio por finalizada la jornada estudiantil, el joven de pelo negro se apresuró hacia el Neko Hanten, ya que Ukyo le había comentado que se rumoreaba que Mousse tenía planeado traer agua de Nannichuan en un viaje que tenía previsto hacia la China. Como de costumbre, todo era mentira, el pobre chico pato tenía que trabajar en el restaurante de Shampoo, así que por ahora, nada de cura de la maldición para ninguno de los dos.

Ranma regresaba decepcionado hacia la casa de los Tendo cuando ya anochecía.

Nabiki lo recibió en la puerta mientras se descalzaba y le pidió que se esperara en el comedor. Él obedeció dudoso, no entendía qué pasaba, hasta que Soun y su padre entraron y se sentaron frente suyo con una mirada seria y demasiado formal para ese par. "Qué bien, otra charla sobre celebrar una nueva boda con Akane o un discurso sobre cómo tratarla mejor" pensó el chico mientras veía como su futuro suegro seguía mirándolo fijamente sin decir nada, como si estuviera escogiendo las palabras correctas.

- Ranma, ¿sabes dónde ha ido Akane al salir del instituto?

- No tengo que saber todas las cosas que hace en todo momento, ¿por qué? ¿qué ha hecho esta vez la marimacho?

- No digas esas cosas de tu prometida chico, no es momento de hacer broma – Ranma vio la cara de preocupación de su padre y se asustó. Se levantó de repente y clavó sus puños en la mesa con furia.

- ¿Dónde está? ¿Qué le ha pasado? – gritó asustado exigiendo una respuesta.

- Está bien muchacho, ella está arriba en su habitación, pero es mejor que no sub…- Soun no tuvo tiempo de terminar su frase porque Ranma ya estaba subiendo las escaleras a paso acelerado. Algo le decía ella no estaba bien y no podía permitirlo, no después de Jusenkyo.

Entró en la habitación de su prometida abriendo la puerta rápidamente haciendo mucho ruido. Akane, que estaba estirada en la cama rodeada por Nabiki, Kasumi y Nodoka se asustó y cubrió su cara con las sábanas.

- ¡Akane! ¿qué le pasa? ¿estás bien? – él corrió hacia la cama de la chica, pero Nodoka lo frenó y se lo llevó al pasillo antes de que la peliazul levantara la vista escondida detrás de la tela. Ranma a regañadientes siguió a su madre.

- Hijo… hay algo que debes saber antes de hablar con Akane, parece que después de las clases algo le ocurrió, nada físico creemos, nada le duele, pero cuando ella regresó a casa no me reconoció. No nos recuerda ni a mi, ni a tu padre… ni a ti – esto último lo susurró con tristeza, sabía que eso afectaría al muchacho demasiado.

- No puede ser, otra vez no… Seguro que ha sido Shampoo y su maldito champú, deja que entre con Akane, tengo que hablar con ella.

- Estás muy alterado, la asustarás, piensa que para ella ahora eres un desconocido. Si quieres hablar con ella hazlo calmado y sobre todo sé amable, debe confiar en ti ¿entiendes?- él asintió – Nada de insultos Ranma… Nada de peleas, ella está muy sensible.

Cuando estuvo más calmado picó suavemente la puerta hasta que Kasumi le abrió, preguntó si podía pasar y ella se apartó para que entrara.

-Será mejor que os dejemos solos chicos, ¿te parece bien Akane? – preguntó Nabiki mirando a su hermana menor. Ella dudó un poco dirigiendo su mirada hacia Ranma algo confundida, pero finalmente afirmó con un leve movimiento de cabeza.

Ranma se acercó lentamente a ella una vez sus hermanas salieron, cogió la silla del escritorio de la joven Tendo y la encaró hacia la cama. Ella se sentó en el colchón mirándole seriamente de arriba abajo aún desconfiada y algo confundida.

- No me recuerdas, ¿verdad? – Dijo Ranma entristecido, ella respondió que no con un suave movimiento - Soy Ranma Saotome, soy tu… tu…

- Mi prometido – afirmó ella insegura, él asintió nervioso.

- Esto… no es la primera vez que te olvidas de mi, hay alguien que parece que quiere borrarme de tu memoria, y creo que sé quien es. ¿Podrías decirme si recuerdas algo de hoy, algo raro que te haya pasado?

- Lo siento, no recuerdo nada.. ni a la señora Saotome o al señor Panda… y tampoco a ti, perdona – dijo ella arrepentida y con una voz muy dulce y suave.

- No, no es tu culpa Akane – confesó él agachando la cabeza y enfureciendo, no podía creer que esto volviera a ocurrir, empezó a pensar dónde podría encontrar el champú 119 que debió haber usado la vez que la amazona atacó a Akane, pero su prometida lo sacó de sus pensamientos.

- Ranma-kun…

- Llámame Ranma, por favor – le suplicó con la mirada. No soportaría distanciarse de ella por algo como esto después de todo lo que habían pasado.

- Ra-Ranma ¿puedo preguntarte algo?

- Sí, claro.

- Nosotros, mmm ¿cómo es que estamos prometidos? Mis hermanas me han contado poco sobre nuestra relación y me siento muy triste por no reconocer a mi… futuro marido – Ranma abrió los ojos de par en par y se puso rojo a más no poder ¿Cómo responder a semejante pregunta? En la vida había hablado con Akane de esto… Apenas hacía tres meses de la boda fallida y ni siquiera de eso habían conversado. Dudó un rato, igual debería decirle simplemente la verdad, escondiendo sus sentimientos.

- Nos prometieron nuestros padres incluso antes de que naciéramos. Querían unir sus dos escuelas de artes marciales, y bueno, cuando llegué aquí desde China hace dos años se decidió que tú serías mi prometida en lugar de Nabiki o Kasumi.

-Ah pero aún así, aunque no lo decidimos nosotros… si tu ya llevas dos años viviendo aquí dices, imagino que de alguna manera, estamos juntos, ¿verdad? – Ella lo miró con ojitos de cordero, Ranma cambió el rojo de su cara por un fucsia más exagerado, no sabía qué contestar, y pensó en negarlo todo como siempre hacía, pero recordó las palabras de su madre sobre ser amable con ella.

- Yo ahm… cómo decirlo… bueno, sí, supongo que de alguna manera se podría decir que sí.

-Me alegro entonces, si a pesar de ser un matrimonio concertado nos llevamos bien es una suerte - le sonrió de una manera tan dulce que Ranma no pudo evitar quedarse embobado mirándola. Ya tendría ocasión de explicarle mejor que bien, lo que es bien tampoco se llevaban. A él le encantaba hacerla rabiar insultándola y a ella golpearlo siempre que tuviera ocasión, aunque ahora se encontraba frente una Akane muy relajada, una Akane que parecía estar feliz de saber que era su prometido y eso le hizo pensar que igual era una segunda oportunidad para que las cosas fueran mejor entre ellos. Desde que pasó todo lo de Saffron y después de la boda fallida las cosas entre ellos iba mejor, pero parecía que ninguno se atrevía a dar el paso.

- Akane, tengo que ir a buscar la cura para que vuelvas a acordarte de mi, ¿si? No hagas muchos esfuerzos y cualquier cosa que recuerdes sobre lo que ha pasado hoy díselo a tus hermanas rápidamente. Volveré pronto.

- Tranquilo estaré bien. Gracias por preocuparte así por mi, eres muy dulce – un momento ¿quién era esta Akane? Ranma quedó petrificado ante su cumplido, ella casi nunca le decía estas cosas.

Sin decir nada salió corriendo de la habitación y bajó las escaleras hasta llegar a la cocina donde Kasumi estaba preparando la cena. Estaba de espaldas limpiando una sartén y el chico intentó calmar sus nervios antes de hablar con ella.

-Kasumi, a parte de olvidarse de mis padres y de mi… ¿has notado algo raro en ella? – le preocupaba que su violenta Akane fuera de repente tan amable y sumisa. Algo más tenía que pasar aquí.

- Deja que piense… - dijo colocándose el dedo índice en el labio – creo que no… ¿sucede algo?

- No, es solo que… que ella está como muy calmada… no es la Akane de siempre.

- Eso puede ser por la pastilla que le di, se asustó al ver a un panda y al saber que estaba prometida y le dimos algo para tranquilizarla un poco. Se enfadó mucho primero al saber que papá le buscó un prometido sin su consentimiento, pero parece que al final lo entendió. Además… Nabiki le dijo que tu y ella siempre sois muy tiernos el uno con el otro, quizás por eso intenta ser menos violenta contigo – Ranma enarcó una ceja mostrando incredulidad… esa Nabiki se las pagaría, con razón Akane se portaba así con él.

- Voy a buscar a Shampoo, estoy seguro de que fue ella. Regreso en una hora.

Ranma empezó a correr por las calles de Nerima en busca de Shampoo, no se encontraba en el Neko Hanten, de hecho esa misma tarde cuando fue a ver a Mousse ella ya no estaba… lo que indicaba que muy probablemente estuviera haciéndole quién sabe qué a Akane en ese momentos. La última vez que su prometida perdió la memoria él tuvo que gritarle e insultarle para que ella reaccionara y lo reconociera, pero en esta ocasión todo era distinto, no se había olvidado sólo de él, sino también de sus padres… Saltó de tejado en tejado sin saber donde más buscar a la amazona, entonces pensó en ir a ver si Ukyo podía serle de ayuda. Entró en el restaurante y vio a su amiga de la infancia cocinando unos ricos okonomiyakis para los dos únicos clientes que había allí. Ella le saludó y él hizo lo mismo, pero esperó paciente a que terminara. La joven, que miraba de reojo a su prometido vio que estaba nervioso aunque quisiera fingir calma. Jugaba con sus dedos índice y movía sin parar de arriba a abajo el talón del pie derecho haciendo tambalear toda la mesa. Sirvió los platos de comida y se sentó al lado de él.

- Y bien Ran-chan, ¿a qué debo tu visita?

- ¿Has visto a Shampoo?

- Estoy bien gracias por preguntar… ¿Desde cuándo te importa a ti lo que esa haga? – respondió celosa.

- Desde que le hizo algo malo a Akane, desde esta tarde que no sabe quien somos ni mis padres ni yo. Estoy seguro de que fue ella – Ukyo no pudo evitar sonreír aunque lo disimuló muy bien, esto era una situación perfecta, y tenía que aprovecharla como fuera. Le sabía mal por Akane, pero en el amor no hay reglas que valgan.

- Vaya… entonces ¿no sabe que estáis prometidos?

- Sí lo sabe, se lo explicaron sus hermanas. Pero no puedo dejar que esto se quede así, ella tiene que recordar todo lo que hemos vivido juntos, tiene que saber quién soy… - Ukyo entrecerró los ojos, y empezó a pensar cómo esto podría ayudarla en su relación con Ranma. Así que primero debería hacerle creer que estaría dispuesta a colaborar con él.

- Entiendo Ran-chan, haré todo lo que pueda para que ella se acuerde de ti. Si descubro donde está Shampoo, te lo diré. Mañana por la mañana iré a por ella.

- Muchas gracias U-chan, eres la mejor – ella sonrió y le sirvió su okonomiyaki preferido.

- Por cierto, sabe que tu y yo… también…

- No, todavía no sabe nada de mis otras prometidas – explicaba mientras comía.

- Entiendo… - susurró Ukyo mientras pensaba en un plan.

El joven Saotome llegó algo más tarde de lo previsto a casa de los Tendo, Kasumi le explicó que después de cenar las pastillas hicieron efecto del todo y Akane se fue a dormir ya. Hablaron un poco de qué podían hacer y finalmente acordaron ir a ver al doctor Tofu.

Al levantarse al día siguiente, Akane se quedó un rato en la cama pensando. Mil cosas pasaban por su cabeza, pero una era la que le impedía saber cómo comportarse, de repente su vida había cambiado, estaba prometida. El día anterior conoció al que sería su futuro marido, de algún modo se sintió segura con él, no le reconocía pero su aroma, su presencia le parecían familiares y sentía que podía confiar en él. Además, para qué negarlo, le pareció muy, muy guapo. Eso tenía que agradecérselo a su padre, podría haber escogido a un chico horrendo o despreciable, pero estaba contenta de que el elegido hubiera sido Ranma. Aún así, se sentía un poco rara, no sabía cómo actuar con él, tener prometido era algo nuevo para ella. Nabiki le había dicho que eran muy tiernos cuando estaban juntos y ella no quiso sonar arisca ni nada el día anterior pero no sabía qué hacer o decir, aunque él se ponía colorado por todo cada vez que ella sacaba algún tema amoroso, al pensar en eso sonrió. Esperaba que poco a poco se acostumbrara a tenerlo cerca y a hablar con él, a ser… una buena prometida. Aunque aún sabía muy poco sobre Ranma o de lo que habían pasado juntos, tendría que empezar a conocerlo.

Bajó insegura al comedor donde ya estaban todos sentados en la mesa esperándola, vio que el único sitio libre era al lado de Ranma, así que allí se colocó. Le preguntaron si había dormido bien, si sentía alguna molestia o si recordaba algo, pero ella seguía igual que ayer. Vio que su prometido estaba muy callado, estaba jugando con su comida en lugar de zampársela y pensó que igual era por todos los problemas que ella le estaba causando. Tímida se atrevió a hablarle.

-¿Descubriste algo Ranma-ku…Ranma?

- No, no encontré a la persona que buscaba… lo siento Akane… - dijo él como si se odiara por no haber encontrado una solución aún.

- No pasa nada, seguro que tarde o temprano os recuerdo – dijo sonriente ella.

- Ahora iréis los dos a la consulta del doctor Tofu, ¿sabes quién es verdad, Akane-chan? – le preguntó Nodoka, ella asintió.

Una vez terminaron de desayunar los dos salieron hacia la consulta del médico.

El chico iba unos pasos al frente. Ella lo miraba de reojo, y sintió una punzada en su corazón, algo le pedía que se acercara a él, no entendía por qué pero necesitaba hacerlo, como si fuera un acto involuntario. De repente Ranma notó como alguien le cogía la mano, se giró para ver quien era y no podía creérselo, Akane. Él frenó y se quedó mirando sus manos entrelazadas para empezar a sonrojarse y temblar hasta quedar petrificado. Al notar esto la peliazul reaccionó y se dio cuenta de algo.

-No vamos cogidos de la mano normalmente, ¿verdad? – dijo ella con una voz entre confundida, avergonzada y decepcionada.

- Mmm la verdad es que no… bueno quizás alguna vez… pero si alguien nos viera aquí eso sería un problema, pero, yo tampoco, nunca…- decía él nervioso rascándose con la mano libre la cabeza.

- Perdona, pensé que al estar prometidos sería lo normal. Disculpa si te incomodé – le sonrió honestamente mientras soltaba la mano de Ranma algo abochornada.

- No me molesta en absoluto – respondió con una sonrisa entrelazando sus dedos con los de ella – aunque no lo hagamos casi nunca, no me importa que vayamos así ahora – Ranma temía encontrarse a alguna de sus locas prometidas y que lo descubrieran así con ella, aún tenía muchas cosas que contarle… como por ejemplo que ya estaba prometido con dos chicas más. Pero eso podía esperar, primero tenía que ver si podían encontrar su cura.

Llegaron al médico y entraron a la sala de espera, Tofu los atendió rápidamente puesto que Nodoka lo había llamado para avisarle de que la joven pareja iba para allá. El doctor examinó a Akane de arriba abajo, estuvo casi 2 horas haciéndole preguntas y al final descubrió qué tipo de técnica habían usado esta vez:

-Se trata de una antigua técnica muy difícil de dominar llamada "La raíz que olvida", consiste en arrancar uno o varios cabellos de raíz del cuero cabelludo para conseguir que se borre la memoria de una persona. Cada pelo está conectado a un determinado recuerdo, de esta manera la persona que practica la técnica puede escoger qué eliminar exactamente. Por lo que dices Akane, me temo que han borrado tus recuerdos de los dos últimos años, quizás no todos, pero está claro que quien sea que te lo hiciera, quería que para ti Ranma y sus padres, que llegaron a Nerima hace exactamente este tiempo sean unos desconocidos.

- ¿Cómo se cura esto doctor? – preguntó ella curiosa y ansiosa.

- Si todo va bien, cuando el pelo vuelva a crecer recobrarás la memoria. Es distinto en cada persona, pero entre 5 y 10 días. Sin embargo…

- ¿Sin embargo qué? – exigió Ranma, ya sabía él que esto no sería tan fácil.

- Si la persona que le hizo esto a Akane domina "La raíz que olvida" a la perfección, hay la posibilidad de que le aplicara un ungüento para impedir el crecimiento del cabello.

- En ese caso no… ¿no recordaría estos dos años nunca?

- Es muy probable que no… tendremos que esperar unos días para ver a cuál de los dos casos nos estamos enfrentando. Espero que sea el primero, muy pocas personas han llegado a tener total conocimiento de esta técnica que yo sepa. Eso sí, cuando recobres la memoria, automáticamente borrarás los recuerdos que hayas adquirido estos días, ¿comprendes? – ella asintió.

-Gracias por todo doctor – dijeron los dos a la vez mientras partían hacia casa.

Durante el trayecto Ranma estaba muy callado pensando en todo lo que les había dicho el doctor… tenía que descubrir quien le hizo eso a Akane, quién podía dominar una técnica tan precisa. De repente unas palabras resonaron en la cabeza del de la trenza, no había caído en algo… si ella se había quedado con el recuerdo de dos años atrás… eso significaba que quien le gustaba era…

-¿En qué piensas? Estás muy callado… - dijo ella al ver que su expresión cambiaba.

- Akane… ¿te… te gusta Tofu? – preguntó algo nervioso sin levantar la mirada del suelo.

- ¿Cómo? ¿Qué clase de pregunta es esa?

- Es que… cuando yo te conocí… hace dos años, a ti te gustaba él.

- ¿Te lo conté? – ella se sorprendió, en qué momento creyó necesario contarle eso a su prometido… desde luego no acababa de entender la relación que tenían.

- Sí… Jurabas que odiabas a todos los chicos, sin embargo vi que a él le tratabas de otra manera, era distinto al resto.

- Así era… pero eso lo siento en el pasado, puede que no recuerde muchas cosas pero ya no me gusta el doctor… y tampoco odio a los chicos como solía hacerlo. Se me ha borrado la memoria, pero no he viajado en el tiempo Ranma… Lo curioso es que tampoco he olvidado cosas que he aprendido en la escuela estos últimos meses, sin embargo, no tengo recuerdos con nadie… Por cierto ¿No estarías celoso?- dijo ella mirándolo con una sonrisa.

- ¿Yo, celoso? ¿del doctor? ¿por ti? ¡qué va!

- Ah… bueno… pensé que quizás…

- No pienses tanto, tenemos que descubrir quién te hizo esto Akane… más tarde iré a ver si la encuentro…

- Puedes ir ahora si quieres, conozco el camino a casa – contestó ella algo seca después de la respuesta del joven Saotome.

- Sí claro, para que te pase algo más.

- Sé cuidarme sola.

- No muy bien la verdad… la última vez que regresaste sola a casa sin mi, déjame pensar, ah sí, ¡perdiste la memoria!

- ¡Eres un idiota! – gritó ella sin pensar mientras le golpeaba la cabeza.

- Y tu una engreída, intento protegerte y así es como me lo pagas.

- Perdona Ranma… no sé por qué reaccioné así, solo me salió… - decía ella arrepentida – si quieres acompáñame a casa y luego puedes ir a ver si encuentras al culpable – el chico sonrió, por fin se había salido con la suya. Empezaba a gustarle esta nueva Akane dulce, aunque a quién quería engañar, violenta o tierna Akane siempre le gustaba.

La joven se acercó a él y volvió a cogerle la mano sin darse cuenta. Rápidamente recordó lo sucedido antes e intentó apartarse, pero él se la sujetó con firmeza.

- Ya te he dicho que no me importa, no seas testaruda, además así te tengo más vigilada – le guiñó el ojo y ella enrojeció. Seguía sin entender de dónde venían estos impulsos que le daban, se sentía una desvergonzada.

- Ranma… ¿crees que cuando vuelvas, podríamos hablar? Me gustaría saber más cosas de ti.

- Claro, esta noche pregúntame lo que quieras.

Después de asegurarse de que Akane estuviera a salvo en casa se dirigió de nuevo en busca de Shampoo, tenía que saber si fue ella costara lo que costara, y esta vez no regresaría sin una respuesta. Por fin la encontró en el Neko Hanten llegando con su bicicleta. Ranma se posicionó frente a ella apretando los puños.

-¿Qué le hiciste?

- Airen, Shampoo muy contenta de verte – dijo ella saltando encima del chico. Él la apartó.

- No juegues conmigo Shampoo, ¿qué le hiciste a Akane?

- ¿Chica violenta olvidar Airen?

- Sabía que habías sido tu… dime cómo puedo hacer que se acuerde de mi – dijo él cambiando su mirada, empezaba a estar realmente cansado de esta chica.

- Ser culpa de Akane, ella no querer dejar a Airen… yo pedir educadamente que olvidarse de ti, explicar que tu ya tener a Shampoo, pero ella no querer oír… así que yo practicar nueva técnica con chica fea. Primero pensar que no funcionar pero ahora ver que sí. Ranma, yo ser mucho mejor prometida que ella, ahora que ella olvidarte los dos poder ser felices.

- No te voy a perdonar nunca esto que le has hecho Shampoo… después de destrozar nuestro intento de boda ahora me vienes con estas… ¿cuándo vas a parar?

- Nunca – dijo firme la amazona, con una mirada desafiante.

- ¿Dónde aprendiste "La raíz que olvida"?

- ¿Cómo tu saber qué técnica usé?

- No me subestimes Shampoo… dime qué le hiciste exactamente – Ranma quería comprobar si ella había llegado a untar el ungüento en Akane, si no era así, no diría nada más, en unos días la joven Tendo recobraría la memoria.

- ¡Ja! Shampoo nunca dirá… no hasta que tu tengas cita conmigo.

- Está bien, la tendré, pero tu me dirás lo que quiero saber.

- Lunes por la tarde, ahora y mañana yo estar muy ocupada.

- Hay otra condición… en tu vida, ¿me oyes? En tu vida vuelvas a acercarte a Akane, como vuelvas a tocarle un pelo… nunca mejor dicho… te arrepentirás. Después de esa cita, no volverás a molestarla nunca.

Tras esa tensa pero necesaria conversación Ranma regresó a casa, tomó un baño y subió al tejado a relajarse. Se estiró con los brazos detrás del cuello mirando al cielo donde la noche empezaba a oscurecer el paisaje. Necesitaba que ella le recordara… y si la Akane de ahora solo quería estar con él por el compromiso de sus padres… él sabía que por fin había creado algo junto a ella, en dos años habían pasado muchísimas cosas, y todas eran importantes para ambos, les habían ayudado a crear un vínculo que solo ellos entendían. Cómo explicarle que se convertía en chica… se había olvidado completamente de ese tema. Las dos prometidas eran otro problema, más la loca de Kodachi, la boda fallida, Saffron, el neko ken, tantísimas cosas…

-Ranma, por fin te encuentro – dijo la chica subiendo junto a él y sentándose a su lado abrazando sus piernas encogidas con los brazos.

- Hola Akane, ¿cómo estás?

- Bien, gracias. No hemos podido hablar antes… ¿descubriste algo?

- Sí… fue Shampoo, tal y como imaginaba.

- ¿Shampoo?

- Es… una larga historia, te importa si hablamos de ella mañana, hoy no estoy de humor. No he conseguido mucha más información, pero el lunes sabré si llegó a untarte eso o no…

- Está bien, no te preocupes.

- ¿Querías hablar conmigo verdad? Saber más de mí. Dispara.

- Sí… me… me gustaría saber cosas que hayamos vivido juntos – ella se sonrojó y miró el cielo.

- Mmm… a ver ¿algo divertido? – ella sonrió y asintió.

Ranma pensó que antes de adentrarse en historias pasadas, tenía que contarle lo de su caída en Jusenkyo… que se convirtiera en mujer era algo imprescindible para que entendiera la mayoría de cosas que habían sucedido. Sorprendentemente Akane se lo tomó muy bien, lo entendía y le pidió que al día siguiente le enseñara como le afecta el agua fría. Ranma alegre al ver la reacción positiva de su prometida empezó a explicarle algunas anécdotas de las que habían pasado, comenzando por el día que se conocieron y el incidente en el baño. Le contó aquella vez en que él creyó ser mujer y se paseó con ella por el centro comercial buscando ropa, le habló del director del instituto y de sus locuras, y le contó que resultaba ser el padre de Kuno. Habló de sus padres y de Happosai, también de cómo se reencontró con su madre, pero omitió cualquier historia relacionada con Ryoga, Mousse, Shampoo y Ukyo, consideraba que por ahora la pobre ya tenía muchas cosas por asimilar.

-Vaya, parece que no nos hemos aburrido…

- Qué va… y aún falta mucho por contarte – sonrió él mirándola e intentando evocar algún recuerdo en ella – siento que lo hayas olvidado todo… aunque agradezco que no recuerdes nuestras peleas.

- ¿Peleas?

- Sí… bueno… digamos que los dos tenemos un carácter fuerte y chocamos a veces.

- Yo no tengo carácter fuerte – recriminó la peliazul.

- Eres la chica más violenta y marimacho que conozco.

- Y tú el tipo más idiota del mundo – ella se tapó rápido la boca.

- A esto me refería, no son peleas serias, pero ahí están, bueno, así somos nosotros – Ranma empezó a reír… con o sin memoria estaban destinados a ser así el uno con el otro. Estas pequeñas cosas le alegraban, esa era su Akane.

- Bueno se está haciendo tarde, mejor vayamos a dormir – él asintió y se levantó, ella hizo lo mismo. Cuando estaban frente a la habitación de Akane, ella le agarró la manga de la camisa, y sin mirarlo le habló dudosa.

- Ranma… si no llego a recordar todo… ¿qué crees que pasará?

- No lo sé… supongo que en ese caso… puedes hablar con tu padre y hacer con el compromiso lo que quieras – dijo él fingiendo desinterés, ella enarcó las cejas con disconformidad.

- No… no entiendo… si al final no recuerdo nada… por favor, cuéntame todo lo que hayamos vivido, día por día, para que llegue a conocerte tal y como lo hice la primera vez.

- De acuerdo Akane, pero tranquila, haré que me recuerdes – comentó confiado.

- Te tomo la palabra.

- Voy a dormir. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes donde estoy.

- Sí, muchas gracias por todo Ranma.

- Descansa Akane.

- Buenas noches – la peliazul se puso de puntillas frente a él y le dio un inocente beso en la mejilla.

Ranma tragó saliva lentamente, estupefacto, Akane le había besado. El ardor de su rostro empezaba a hacerse visible y el rojo de su camisa china se difuminaba de maravilla con su piel. Quedó parado, no decía nada, así que ella entendió.

-Es la primera vez que te beso, ¿verdad? – dijo cabizbaja – disculpa, no lo sabía… es que yo, solo… siempre pensé que haría este tipo de cosas con mi prometido, entiendo que nuestra relación es distinta, al fin y al cabo, todo lo decidieron nuestros padres. Hasta mañana.

Cerró rápidamente la puerta y se apoyó detrás de ella colocando su mano sobre su corazón que estaba latiendo a mil por hora. ¿Por qué se portaba así? Cuando estaba con él sentía una gran necesidad de cogerle la mano o besarle… ¿sería que le gustaba? Pero si acababa de conocerle como aquel que dice… ¿Qué pensaría él de todo esto o de ella? ¿Sería un amor correspondido?

Ranma por otro lado entró en su habitación aún flipando. ¿Acababa de suceder lo que creía que había sucedido? Sí, estaba claro que sí. Las palabras de Akane resonaron en su cabeza "siempre pensé que haría este tipo de cosas con mi prometido" y es que esto era lo normal para un par de prometidos ¿no?... ¿por qué le costaba tanto pues? Pobre Akane, cómo se sentiría ella ahora después de todo lo ocurrido, él se había ido sin decir nada.

"Está claro que no somos la pareja que Nabiki me hizo creer… cómo no dudé de ella… siempre inventando y malmetiendo" pesaba la joven Tendo, cuando iba a cambiarse y ponerse el pijama escuchó como picaban a su puerta. Intentó recomponerse rápido y abrió.

-BuenasnochesAkane – dijo Ranma rápidamente como si de una palabra se tratara. Cerró los ojos y torpemente le devolvió el beso rozando sus labios con su mejilla. Sin decir nada más él volteó y se dirigió a su habitación, ella podía ver como a él le temblaban las piernas. Sonrió y entró a su habitación. Podría dormir tranquila.

La mañana siguiente Akane se levantó y bajó a desayunar. Como era domingo Ranma salió con su padre a entrenar y no regresaría hasta la noche. La menor de las Tendo entró a la cocina y empezó a ayudar a su hermana con la comida.

- Ahora que ya habéis hablado un poco ¿Qué te parece Ranma, Akane-chan? – preguntó curiosa Kasumi.

- Me parece un chico muy interesante, creo que me gusta – la menor de las Tendo se sonrojó un poco por su repentina confesión mientras que su hermana dejó caer al suelo el cuchillo que tenía en las manos mientras cubría su boca rápidamente con sus dedos mostrando gran sorpresa.

- ¿Pasa algo onee-chan?

- No, es solo que es la primera vez que admites en voz alta que Ranma te gusta, me alegro mucho por ti.

- Bueno, no es que lo conozca demasiado aún, pero creo que nos parecemos en muchas cosas. Ayer me dijo que discutimos sin parar pero por ahora me trata con mucho cuidado y la verdad es que siento que puedo confiar en él, siento que siempre me va a proteger.

-Eso no lo dudes Akane-chan, Ranma siempre ha estado allí cuando lo has necesitado.

- Nuestra relación… no es como la de una pareja normal, ¿cierto?

- A Ranma le cuesta mostrar sus sentimientos, es algo patoso con las palabras, egocéntrico y presumido también, pero no hay ninguna duda de que le importas mucho Akane, siempre habéis sido los dos muy orgullosos y testarudos, pero creo que ahora os estáis llevando mucho mejor y espero que esto os ayude a ser la pareja que los dos queréis llegar a ser.

- Cualquiera diría que llevamos dos años prometidos…

- Pues sí hermanita, sois más lentos que una tortuga, a ver si espabilas a Ranma de una vez… un beso o algo no os haría daño… - dijo Nabiki maliciosa mientras entraba a la cocina y Akane se sonrojaba sobremanera.

- Bueno… yo… yo… ayer…

- ¿Le besaste? – Gritaron las dos hermanas emocionadas.

- En la mejilla, en la mejilla… pero sí… me sorprendió que nunca lo hubiéramos hecho antes… pero creo que a él no le importó.

- Qué atrevida Akane… y pensar que lo "conociste" hace apenas dos días – comentó Nabiki pícara.

- Lo sé – la menor de las Tendo se avergonzó – no sé qué me pasa…

- Yo sí Akane-chan… tu corazón no ha olvidado a Ranma… puede que no le recuerdes pero estoy segura que tus sentimientos siguen allí. Y ahora que no tienes todas las barreras que te impusiste, que os impusisteis mejor dicho, puedes actuar como siempre quisiste – afirmó sabiamente la mayor de las tres hermanas.

...

Vuelvo a subir el primer capítulo de este fic que hice hace algún tiempo ya... perdón ayer se subió mal y no se leía bien...

Copio las reviews que me dejaron ya, millones de gracias por comentar :)

Rizzasm : Kyaaa pero que historia más romántica, aunque todo se complica con la cita con Shampoo, no quiero ni pensar en que va a pasar cuando Akane se entere de eso y del resto de la historia, ya quiero leer el cap dos, por fa no te demores en subir, besos. Blaupadme: Se nota un texto un poquito menos pulido, pero me encanta, ya tengo ganas de más, gracias.

-Si alguien más comentó, por favor, volved a subir la review que he tenido algunos problemas :( Me encanta que comentéis todo lo que se os ocurra!

Ya me despido XD ¡Espero que os guste! :)