¡Hola a todos!
Me disculpo por la "pequeña" demora, digamos que estuve algo ocupada con la escuela, ademas antes de subir esta parte me dedique a corregir algunas cosas. Les agradezco a aquellas personas que entraron a leer y agregaron esta historia a favoritos, de verdad, eso me puso feliz. Sin más aquí se les dejo la segunda parte, responderé reviews al final.

Disclaimer: Gravity Falls y todos sus personajes no me pertenecen, todo es propiedad de Alex Hirsch y Disney, solo los pocos que nunca se mencionaron en la serie son creación mía. Esta historia fue hecha sin fines de lucro.
Imagen de portada no me pertenece, créditos a su respectivo autor.


Stanley caminaba con algo de prisa por las calles de la ciudad con el objetivo de llegar lo más pronto posible a su casa. De pronto sintió una horrible sensación en su pecho, una corazonada para nada agradable y lo primero que se le vino a la mente fue...

-Ford...- Susurro angustiado, algo le decía que debía apresurar su paso. Fue cuando comenzó a correr.

Después de haber cruzado unas cuantas calles más llego a su hogar. No fue necesario usar la llave ya que la puerta no tenia seguro, eso significaba que su hermano o su madre estaban en casa; Una vez que entro cerró la puerta tras de sí y dejo caer su mochila al suelo.

-¿Ford?- Lo llamo en voz alta pero no obtuvo respuesta, sólo hubo un silencio sepulcral acompañado por un ambiente demasiado pesado. Vio una pequeña nota que estaba en la barra de la cocina y la tomo en sus manos, era de la Sra. Pines la cual decía que había salido con sus amigas y no regresaría hasta tarde; La volvió a dejar en su lugar, al menos ya era seguro que su hermano estaba en casa. -Oye Nerd ¿Dónde estás?- Volvió a llamarlo pero de nuevo fue el mismo resultado, se percató que en el suelo había pequeñas manchas de sangre. Comenzó a preocuparse.

Subió las escaleras y vio la mochila de su gemelo tirada en medio de estas y más manchas rojas por el suelo, su preocupación crecía más y más. Cuando llego al segundo piso vio que la puerta del baño estaba entre abierta con las luces encendidas, se acercó lentamente y con cada paso que daba sentía el ambiente aún más tenso... Una vez que estuvo frente a la puerta la abrió lentamente. Abrió los ojos horrorizado y sintió como la sangre se le fue a los pies al ver lo que tenía enfrente.

Su gemelo se encontraba tirado en el suelo totalmente inconsciente y magullado y por toda la habitación había todo un desastre.

-¡Ford!- Se acercó rápidamente arrodillándose a un lado suyo y comenzó a sacudirlo. -¡¿Que te sucedió?!- Pero el joven no parecía escuchar sus gritos, el menor comenzó a asustarse. Se percató de un frasco de medicamentos con varias píldoras tiradas alrededor a unos treinta centímetros de distancia de donde estaban los gemelos Pines. Palideció totalmente, reconocería ese frasco en donde sea: Los somníferos de su padre.

¿Su hermano había sido tan cabeza hueca como para tomarse esas porquerías?

No podía ser posible.

-¡Stanford, no es hora de tomar la siesta! ¡Despierta!- Stanley grito asustado sacudiéndolo aún con más fuerza.

No tenía caso, así que se acercó a su pecho para estar seguro de que no había cometido una estupidez.

Que equivocado estaba.

Su respiración se escuchaba entrecortada y forzada acompañado por sus latidos poco continuos y débiles.

Su mente comenzó a bloquearse, no había nadie a quien pedirle ayuda, no había nadie en casa, sus vecinos no sabrían que hacer y si llamaba a una ambulancia sería muy tarde cuando llegara. Debía actuar rápido.

-Estás loco si crees que te dejare tirado aquí- Diciendo esto tomo al castaño inconsciente pasando su brazo detrás de su cuello y lo echo sobre su hombro cargándolo como si de un costal se tratara, estaba más ligero de lo que solía ser pero al menos se le facilitaría más el llevarlo. Bajo presurosamente las escaleras y salió de la casa directo a un hospital.

Así fue como de nuevo comenzó a correr, esta vez con su gemelo sobre su hombro. Evadió gente de manera brusca y atravesó calles donde casi lo arrollaban por no fijarse si venían autos, eso causó que se ganara unas buenas groserías y maldiciones hacia su persona. Pero no le importaba ese hecho, poco le importaba lo que dijera la gente sobre él, solo le importaba una cosa en ese momento: Mantener con vida a su hermano gemelo.

Después de haber corrido unos cuantos kilómetros por fin diviso el hospital más cercano, así que apresuro sus piernas lo más que pudo, una vez que llego entro por la puerta principal agitado y jadeando. Algunas personas que esperaban su turno lo vieron de manera extraña junto con la mujer que atendía recepción.

-¡Mi hermano necesita ayuda!-Stanley grito desesperado esperando que Ford recibiera la atención que necesitaba, pero nadie se inmutó. -¡Por favor, se encuentra muy mal!- Una enfermera de cabellos rubios que iba pasando por uno de los pasillos se acercó rápidamente al joven Pines al escucharlo tan angustiado.

-¿Que le sucede?- La joven enfermera le hizo un ademan al castaño indicándole que necesitaba verlo, Stan entendió y bajo a Ford a sus brazos aun cargándolo, la enfermera exclamo sorprendida al ver el rostro del joven genio tan lastimado y el susto del joven robusto aumento cuando vio su piel ya tan pálida y sus labios sin color.

-C-cuando lo encontré estaba inconsciente, se le dificultaba para respirar- Tartamudeo, nunca en la vida le había pasado tal cosa.

La mujer poso sus dedos índice y medio sobre el cuello de Ford buscando sus signos vitales.

-No detecto pulso…- Dijo la enfermera para sí misma, al joven Pines se le helo la sangre. -¡No te quedes ahí sin hacer nada y llama al médico!- Grito la de blanco a la recepcionista que estaba viendo todo lo que estaba pasando con los gemelos, saltó un poco de su lugar al escuchar el grito de parte de la rubia pero sólo asintió y tomó el teléfono rápidamente. -¿Que sucedió exactamente? ¿Lo golpearon muy fuerte? ¿Algo que haya ingerido?- Pregunto la joven mientras seguía examinando a Ford en busca de sus signos.

-N-no estoy muy seguro pero... -Tuvo que tomar aire para tranquilizarse. – Estoy más que seguro que tomo las píldoras de dormir de mi padre.

En cuanto Stanley termino de hablar hicieron aparición dos enfermeras que traían consigo una camilla a toda prisa y con ellas iba un hombre de unos treinta y tantos años de edad que tenía puesta una bata blanca. Quedaba más que en claro que era el médico.

-Por favor, ponga al joven en la camilla- Hablo una de las enfermeras recién llegadas, Stanley acato de inmediato la orden y dejo a su gemelo con sumo cuidado. Las enfermeras rápidamente comenzaron a darle oxígeno a Ford con un respirador manual.

-¿Cuál es la situación?- Pregunto el doctor a la rubia tomando su estetoscopio que tenía colgado en su cuello y revisar rápidamente al joven de seis dedos.

-Lo más seguro es que tiene una sobredosis de somníferos, no pude detectar su pulso- Hablo la aludida acercándose para auxiliar a sus compañeras.

-Sus latidos son demasiados débiles- Hablo el médico retirándose el aparato rápidamente, al menor de los gemelos sentía como su corazón quería salirse de su pecho. –No hay tiempo de hacerle estudios, necesita un lavado de inmediato- Las enfermeras asintieron y de inmediato se llevaron a Ford aun intentando darle oxígeno. La rubia estuvo a punto de seguirlos pero Stanley la detuvo.

-Señorita, dígame que salvarán a mi hermano- Hablo el castaño con voz quebrada, la mujer tomo sus manos.

-Haremos todo lo posible por que así sea- Inmediatamente dejo al joven solo. A Stanley no le había convencido para nada esa respuesta.

"Haremos todo lo posible"

Eso significaba que... ¿Su hermano podría no sobrevivir?

Lo único que pudo hacer fue el sentarse en una de las tantas sillas de aquella sala de espera dejando caer su peso sobre sus brazos y ocultar su rostro entre sus manos. Odiaba tener tanta incertidumbre en su vida, nunca fue para nada paciente.

Pero ahora lo único que podía hacer era esperar noticias sobre Ford.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Por fin.

Después de tanto tiempo finalmente sintió tranquilidad en su vida, tuvo la paz que necesitaba... Podía descansar sin sentir el dolor que alguna vez le provoco su cuerpo.

De pronto escucho ruido.

Alguien quería molestarlo de nuevo... ¿Por que tenía que llegar alguien a interrumpir esa paz?

Quiso abrir sus ojos para ver quién diablos se atrevía a querer sacarlo de su letargo, pero algo no lo dejaba, es como si alguien estuviera cubriendo sus ojos con alguna venda para que no cumpliera su cometido.

Podía escuchar varias voces, pero las escuchaba demasiado lejanas, muy repentinamente sentía que manipulaban su cuerpo. Genial ¿Ahora intentaban despertarlo a sacudidas?

-Esta-diendolo- Escucho de pronto, se oía como una frecuencia de radio con una muy mala señal.- Empeo...Cada-mas- Tuvo que afinar su sentido del oído para escuchar claramente que estaba diciendo aquella persona. -¡Lo estamos perdiendo!- Ahora manipulaban su cuerpo con más rudeza, sintió como varios piquetes para nada cuidadosos le causaban cierto ardor.

-Ignora eso Ford...- Le susurro de nuevo esa voz que escucho antes en su hogar. -Si te relajas lo suficiente ya no sentirás nunca más estos maltratos a tu persona- Por alguna razón sintió miedo e incertidumbre... Hubo unos momentos sin respuesta, la voz se impaciento.-No comiences a dudar ¡Hazlo!

Fue cuando Ford se dio cuenta de la situación.-No quiero...-Respondió el castaño con algo de decisión.

-¿Que has dicho desgraciado?- Pregunto aquella voz sombría con algo de furia. -Tú querías esto en primer lugar.

-No... TÚ querías esto...-Por primera vez sintió seguridad en su persona. -Te aprovechaste de mí, como lo han hecho todos... ¡Tú me orillaste a esto!- De pronto el joven pudo abrir los ojos juntando todas sus fuerzas, esperaba ver luz alrededor suyo pero el resultado fue otro: Se visualizó en un lugar totalmente negro.

-Le estaba haciendo un favor a tu asquerosidad de vida- El de anteojos volteo a todas partes buscando el origen de esa voz.

-Fui un imbécil al escucharte en ese momento- Respondió con rabia aun buscando el origen, de pronto a unos tres metros de distancia vio a alguien vestido con una túnica desgarrada color negro grisoso, no pudo ver su rostro ya que estaba cubierto por una capucha. Se percató como esa persona sacudía sus hombros de repente y se escuchaba una pequeña risa provenir de ella.

-Admito que si lo fuiste Stanford...- La persona de ropajes negros dejo de reír. -Pero créeme que lo hice por tu bien. Anda, ven conmigo...-Estiro su brazo dejando ver una mano totalmente huesuda.

-Solo pensaste en ti- Retrocedió unos pasos horrorizado.- No lo haré.

-Eres un malagradecido- Repentinamente hizo aparecer una enorme guadaña en su mano, se acercó al joven castaño en un abrir y cerrar de ojos teniendo el filo de su arma justo en el pálido cuello del joven. -Tanto trabajo que me costó traerte hasta aquí. ¿De verdad quieres volver a ese mundo lleno de escoria? ¿Quieres que se sigan burlando de tu maldita desgracia?- Con su huesuda mano tomo la muñeca de Ford y la alzo mostrando sus seis dedos. -Dime... ¿Es realmente lo que quieres?

-Tu no tomas mis decisiones- Le escupió el castaño dedicándole una mirada retadora.

El de la capucha soltó una enorme carcajada. -Lamento decirte que si lo hago, puedo llevarte en este momento conmigo si yo quiero- Encajo el filo de la guadaña lentamente en la piel del joven donde unas pequeñas gotas de sangre se escapaban de la herida recién hecha, el joven quiso huir pero por alguna razón su cuerpo no respondía a sus órdenes psicomotrices. De un momento a otro el de ropajes negros se detuvo con su tarea y se quedó en silencio unos segundos aun en la misma posición, esto confundió un poco al mayor. Poco a poco el de ropajes negros comenzó a reírse en bajo para después soltar una sonora risotada. -Dejare que te vayas esta vez... Un viejo amigo va a necesitar de ti en un futuro...-Retiró la guadaña de su cuerpo y comenzó a retroceder lentamente. -Te arrepentirás de esta decisión Stanford Pines...- Vio como esa persona se desvanecía totalmente. -Preferirás haber MUERTO- Dicho esto una potente ráfaga de aire se dejó venir hacia el joven haciendo que cayera repentinamente al suelo totalmente debilitado y su vista comenzara a nublarse poco a poco. Lo último que pudo ver fueron dos halos de luz rojizos acompañados por una risa totalmente sombría.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Abrió los ojos ansioso pero tuvo que entrecerrarlos porque la luz lo cegó un poco, al parecer estaba en una habitación de colores pálidos, poco a poco su vista se fue adaptando al entorno y se percató que estaba en dormitorio ¿Estaba en su cama acaso? No estaba seguro, su vista no ayudaba mucho.

Llevo una mano a su rostro con la intención de tomar sus lentes para limpiarlos y se percató que no los tenía puestos. Cierto, los había dejado en el baño cuando hizo... Eso. Ni siquiera quería pensarlo, había cometido una total estupidez pero al menos eso explicaba su batalla por enfocar lo que lo rodeaba. De pronto se dio cuenta de otra cosa:

Un tubo plástico demasiado delgado pasaba por su mejilla, con sus dedos siguió su camino para ver a donde iba el cual llego hasta su nariz, ¿Tenía un maldito respirador conectado? También se dio cuenta de la fina aguja que estaba incrustada en su mano por donde pasaba un líquido frio y trasparente.

-¿Pero que...?- Susurro con la voz un poco ronca demasiado confundido, su cabeza daba muchas vueltas. Escucho como se abría una puerta.

-Ya despertaste...- Dijo alguien de pronto con un tono bastante afligido, reconocería esa voz donde sea.

-¿Stanley?- Trató de forzar sus ojos para estar seguro de hablarle a la persona correcta pero solo podía distinguir su silueta, odiaba tener tan mala vista. Esa silueta se acercó lentamente a donde él estaba.

-Tu, Nerd...- Finalmente llego a lado suyo y dio por hecho que era su gemelo con el que estaba hablando, vio el semblante de su hermano que tenía una expresión entre molesto y dolido. -Tenemos que hablar muy seriamente.

-¿H-hablar?

-Sí, hablar- Stan tomo una silla que estaba en el dormitorio y la puso justo a un lado de la cama tomando asiento de modo que se vieran cara a cara.-Esta vez no tienes a donde huir, según el doctor te quedaras aquí un BUEN rato más.

¿Qué demonios?

-¿Me trajiste a un hospital?- Pregunto Ford un poco incrédulo, era un poco obvio cuando vio lo que tenía conectado pero estaba demasiado confundido y no lo dejaba pensar claramente.

-¿Creíste que te dejaría ahí tirado cuando cometiste la idiotez más grande de tu vida?- Stanley se cruzó de brazos esperando su respuesta.

Ford frunció el ceño. -Si vas a sermonearme preferiría no hablar, esperaría eso de papa- Desvió la mirada de la de su gemelo.

-Si papa se enterara de esto ya te hubiera colgado en este mismo instante- Hablo el menor con una notable molestia. -Agradece que ni siquiera mama sabe que estas aquí- Ford volvió a verlo. -No quiero empezar otra discusión, sólo quiero saber...- Tomo aire tratando de relajarse. -¿Porque nunca me mencionaste que te seguían molestando?

Se quedó en silencio, volvió a desviar la mirada para dirigirla a sus manos, comenzó a jugar con la sábana.

-¿Y bien?- Pregunto de nuevo al ver que no recibía respuesta. -Sabes que no soy muy paciente.

El aludido cerró sus ojos. -Yo...- Los abrió dando un suspiro, ya no tenía opción. Había llegado demasiado lejos. -No quería seguir siendo una carga para ti, no soportaba ver que te molestaran a ti también por el simple hecho de estar conmigo...- Se quedó en silencio esperando que su hermano hablará pero al parecer quería seguir escuchándolo. -Cuando vi que por fin pasabas tiempo con alguien que no fuera yo me sentí feliz por ti, no quise ser egoísta para quitarte eso...

El menor negó con la cabeza poniéndose de pie. -¿Quién te metió esa idea tan estúpida a la cabeza?- Se alteró un poco, paso una mano por sus cabellos intentando relajarse de nuevo. -¿Acaso fue el imbécil de Fescher? ¿Él te hizo eso?- Pregunto refiriéndose a los notables moretones de su cuerpo además de su rostro. Ford cubrió sus brazos como si eso fuera a ocultar los numerables golpes que había recibido antes. -Créeme que ese idiota se las verá conmigo por haberte mole-

-NO solo fue el, Stanley- Lo interrumpió alzando un poco su tono de voz y dedicándole una mirada que expresaba irritación. - Fueron todos los que me rodean, toda esta sociedad que...-Cerro sus puños con fuerza temblando un poco. -Solo busca malditas excusas para poder joderte como sea- Apretó la mandíbula furioso. Su hermano se dio cuenta de eso, incluso vio como sus nudillos se estaban tornando blancos.

-Tranquilízate...- Dijo Stan en un intento de hacer que su hermano dejará de hacer eso con sus manos. -El doctor dijo que necesitabas estar relajado.

-¡Al demonio con eso!- Grito el aludido más furioso que antes. -¡¿Quieres saber por qué hice esto?! ¡¿Quieres saber por qué quería suicidarme?!- El menor abrió los ojos sorprendido, nunca antes vio a Ford tan lleno de ira. -¡Porque yo nunca seré aceptado por los demás por esto!- Mostró sus peculiares manos a su hermano. -¡Soy un maldito deforme! Soy...Soy... Un fenómeno...-Unas lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos que amenazaban con salir en cualquier momento.

-Ford, entiendo que...- El joven robusto intento hablarle pero fue interrumpido.

-¡No Stanley, no lo entiendes!- El agua salada logro brotar de sus ojos resbalando por sus mejillas. -No sabes lo que es levantarte cada día de tu vida sabiendo que tienes que soportar a todas esas personas...- Bajo la mirada y su cuerpo de nuevo comenzó a hacer esos pequeños espasmos a causa del llanto. -Y también saber que nunca te podrán ver como a uno de ellos... Siempre ser un maldito marginado...

Stan se quedó sin habla, sentía una opresión en su pecho al ver a su hermano tan frágil y vulnerable, era la primera vez que lo veía tan destrozado.

-Stanford- Lo llamo Stanley acercándose.

-Déjame solo ¿Quieres?- Dijo Ford tratando de limpiar las lágrimas que no dejaban de salir. -Ya tuve suficiente de esta conversación.

-La última vez que te hice caso solo causo que llegarás a parar aquí- Stan ahora tomó asiento en la cama donde yacía su hermano viéndolo frente a frente. -Yo ya te escuche, ahora te toca a ti quieras o no.

Ford se quedó en silencio, detestaba cuando su hermano tenía la razón, era un golpe bajo a su orgullo.

-Primero que nada, no sé porque le tomas tanta importancia a las personas, el mundo allá afuera siempre ha sido así de... Tú sabes, salvaje- Se rasco la nuca, era algo difícil hablar de ese modo, se sentía como su padre. - Eso ya lo deberías tenerlo más que en claro.

-Sí, pero ellos-

-En segundo- Lo interrumpió antes de que le quitara la palabra. -En algo tienes razón, nunca serás aceptado por los demás y jamás serás iguales a ellos- El mayor sintió un nudo en la garganta al escuchar a su propio hermano decirle eso. Bajo la mirada triste. - Es porque tú eres alguien único.

El joven alzó su vista un poco dudoso. -¿A qué te refieres?

-A lo que me refiero- El menor de los gemelos le dedico una pequeña sonrisa. -Tu eres alguien increíble, además de que eres el prodigio de toda la familia Pines ¿Sabes?

-No digas tonterías...

-Sabes que es verdad, lo tienes todo, una casa, familia- Se quedó en silencio pensando en que decir. - Un hermano poco brillante y algo tosco pero que se preocupa por ti- Dijo dándole un leve golpe en el hombro en forma de broma, eso hizo que Stanford soltara una risilla, sonido que no salía de sus labios desde hace tiempo. -¿Recuerdas el día que encontramos el Stan O' War en la playa?

El mayor parpadeo confundido. Asintió en silencio.

-Ese día te preguntaste si había algún lugar en el mundo donde personas como tú pudieran encajar. Ahora yo te pregunto ¿Cómo vas a saberlo si no haces un esfuerzo por averiguarlo?

El joven de seis dedos desvió la mirada incómodo. Ya había comprendido a donde quería llegar su hermano.

–Sé que lo que hice fue una… Estupidez- Eso último lo dijo en un tono de voz más bajo. – Sé que había otras maneras de resolverlo pero yo… Estaba desesperado y… - Su voz temblaba de nuevo.

-Oye Sixer- Lo interrumpió el menor alarmado. No quería que de nuevo se alterara, había de admitir que le costó trabajo tranquilizarlo. –No lo dije con esa intención, lo que quiero decirte es que no debes caer tan fácilmente. Debes demostrarles a todos de lo que estas hecho.

Lo que le pedía Stanley era imposible, no podía ignorar tan fácilmente los comentarios de la gente cómo lo hacia su hermano. Si, físicamente eran como dos gotas de agua pero eran tan malditamente distintos, el menor siempre fue tan relajado en todas las situaciones posibles que afronto a lo largo de su vida y era mucho más fuerte no solo en fuerza, también en voluntad propia. Y el… Él era el típico "Nerd" como le llamaba su hermano que era un traga libros y un maldito genio…Pero débil, débil en fuerza, en mente, en voluntad, todo en general.

-No soy como tú, Stanley…- Sintió como su hermano posaba ambas manos sobre sus hombros.

-Stanford, mírame- Sabia que cuando no lo llamaba por su diminutivo es porque hablaba en serio. Volteo a verlo un poco temeroso. –No tengas miedo, se perfectamente que estas asustado pero déjame decirte algo: No estás solo y nunca lo estarás porque yo estaré ahí para apoyarte en lo que pueda ¿Me escuchaste?

El joven de seis dedos abrió los ojos pasmado, aun después de todo lo que había hecho para alejar a su hermano junto con lo mal que llego a tratarlo estaba apoyándolo como si nada hubiera pasado entre ellos.

-Solo quiero que me prometas que jamás volverás a hacer una tontería como esta. No soportaría perder a mi único y verdadero amigo.

-Yo…

-Por favor, es lo único que te pido que hagas Sixer.

Ford sintió cierta culpabilidad por la forma en que se lo pidió, con un tono de voz algo triste. Suspiro antes de hablar.

-Lo prometo- Stanley dio un pequeño suspiro aliviado. – ¿Pero por qué lo haces? Te trate mal, incluso te golpee en la cara…-Menciono con cierto recelo viendo como le había dejado un pequeño moretón en su mejilla.

Stan le dedico una pequeña sonrisa. -Porque eres mi hermano y estamos juntos en esto desde que vinimos al mundo- Ford sintió como sus ojos volvían a humedecerse con sus palabras. El joven robusto alzo su mano.- ¿High Six?- Pregunto aún con su sonrisa esperando la respuesta de su hermano.

Pero en vez de chocar sus manos lo que recibió fue un repentino abrazo, esto le sorprendió bastante ya que el joven de seis dedos nunca fue de dar muchas muestras de afecto. Ford se maldijo mentalmente, detestaba estar tan sensible pero realmente necesitaba ese abrazo.

-Lo siento, fui un grandísimo idiota, lo siento, lo siento…- Repetía con la voz quebrada. Stanley al salir de su pequeño shock finalmente correspondió al abrazo dándole pequeñas palmadas en la espalda.

-Te prometo que nunca estarás solo. Da eso por hecho.

Estuvieron en silencio en la misma posición un pequeño rato hasta que Stanford pudo tranquilizar sus emociones.

-Stanley- Lo llamo el mayor aún sin separarse.

-¿Hm?

-Ya que estoy aquí… ¿Cómo vamos a decirle esto a mama y papa?

-No arruines el momento, Nerd.

FIN.


Y aquí termina este mini fic, me disculpo si en algunas partes me salio medio homosexual, se me salio lo marica (? Y espero esta parte les haya dado tantos feels como a mi. Espero hayan visto la pequeña referencia con alguien en especial de la serie (Ustedes saben quien es:3).
Ahora responderé reviews.

-Casery Blood: Me pone feliz que no fui la única con esta idea, alguien comparte mis locuras, me alegro muchísimo que te haya gustado la primera parte, espero que te haya agradado este capitulo de la misma manera y también te agradezco por haber agregado esta historia a favoritos, eres un amor:')

-Luty Malfoy: Agradezco tu comentario:D Si, te sorprendería lo que puede llegar a hacer la gente para conseguir lo que quiere sin molestia alguna, en este caso, molestar a Ford y tuviste razón, fue algo fundamental que necesitaba para desarrollar la historia.

-Elice Bcest: Me alegro que te hayas disfrutado el fic y lamento decepcionarte muchacha, pero no fue Stancest:( Algún día tendrás uno.

-Luz: Yay, alguien que si entendió la referencia, me alegro mucho que hayas disfrutado el fic, gracias:D

Y va de nuevo, les agradezco a todas esas personas que siguieron y agregaron a favoritos esta historia, me motivaron a subir el capitulo:') Espero lo hayan disfrutado. Quizás me anime a subir un bonus pronto:D Si hay algún error haganmelo saber, sus opiniones y criticas constructivas son bienvenidas.
¡Los veré en otra ocasión! ¡Gracias!

¡Tengan lindo día/tarde/noche! ¡Hasta luego!