Disclaimer: Los personajes pertenecen a Naoko–sensei. Yo solo escribo por diversión.

Summary: Serena es una joven comprometida a la fuerza con Darién, por eso huye a Francia. Pero el encuentro en un teatro, con un enigmático joven de mascara y rostro desfigurado, le enseñara que nada puede contra sus sueños y el amor verdadero.

Aclaración: No, no es una adaptación del Fantasma de la ópera, solo es la idea base, pero el argumento como verán es todo mío.

Advertencia: Tiene Lemon, se me dio algo cursi, creo, espero lo disfrutes.


.

El Rostro del amor

.

Pasa una semana, una semana sin que yo vea a Seiya, Diamante no se me ha acercado tampoco, pero su mirada sigue fija en mi a cada función del teatro. Extraño las pláticas y las peleas con Seiya, así que me armo de valor, y una noche bajo a buscarlo, aunque los pasadizos parecen un laberinto sin terminar, mi corazón me guía, y la providencia me ilumina, al toparme con él en medio de la oscuridad.

–Seiya.

Palpo su pecho.

–¿Qué haces aquí abajo?

–¿No es obvio?, vine buscando a mi fantasma favorito.

–¡Eres una inconsciente, pudiste lastimarte! ¡Por ahí hay trampas mortales!

–¿Por qué?

Pero Seiya no responde, su mano enguantada me toma firmemente y comienza a guiarme hacia arriba.

–¡Que aburrido será volver allá arriba! ¡Muéstrame todo Seiya! ¡Muéstrame tu mundo subterráneo!

–Pareces una niña malcriada.

–¡Lo soy!

Y me suelto de su agarre y comienzo a correr.

–¡Atrápame si puedes!

Corro feliz, feliz de escuchar las pisadas de Seiya tras de mí.

–¡Serena! ¡Solo trata de subir, por favor!

–¡Si, si, lo que diga mi maestro enmascarado!

Pese a su advertencia, sigo corriendo entre risas.

Pero me detengo en seco, al no sentir el piso bajo mis pies, y los brazos de Seiya apretándome la cintura, evitando que caiga al vacío.

–¡Te dije que era peligroso!– me reprende.

–Pero no hay problema, ya que siempre estará mi fantasma de la opera, rondándome– declaro acariciando sus guantes.

–No tienes remedio– dice riendo.

¡Seiya sonrió! Y eso me hace sonreír también. Se queda pensativo unos segundos, como juzgando lo que tiene que hacer.

–Te llevare a un sitio especial.

Seiya me toma de la mano, y me lleva nuevamente escaleras abajo, subimos a la barca, y a lo lejos comienzo a ver luz, luz de cientos de velas emergiendo de las aguas, y lo que parece un escondite, Seiya me ha traído a su habitación, y mi corazón late desbocado.

Pero solo me invita a cenar, y mientras comemos, me cuenta que el padre de Diamante lo salvo de un circo, que sufrió humillaciones y maltratos, y la solución fue llevarlo a las entrañas de Paris, donde nadie lo viera, eso me entristece, una vida llena de soledad.

–Galaxia sabe de mi existencia– eso me sorprende– y no quiere que nadie me vea, sería muy mala publicidad para su teatro.

–Entiendo.

–Galaxia era amiga de mi madre, por eso me ayudo.

–Supongo que no es tan mala.

–Pero mejor no te acerques a ella.

–De acuerdo

:.

El destino es curioso, porque yo no me acerque a Galaxia, fue ella quien me busco, una noche después de la función.

–Así que tienes un admirador– dice tomando una pequeña cajita de regalo, que cada noche Seiya dejaba, a veces contenía una nota con un bello poema, otras una pulsera, maquillaje o un velo, ya que no tenía muchas cosas de mujer, como durante un tiempo fingí ser un muchachito, Seiya sabia que eso me servía. Galaxia apretó la cajita, hasta aplastarla, eso me molesto y se la quite– Debes tener cuidado, el fantasma de la opera puede ser tu perdición, ¿sabías que mato a alguien?

–¡Eso es mentira!

–No lo es querida.

Cuando Galaxia se va, deseo buscar a Seiya, preguntarle si es verdad, pero resuelvo no hacerlo, confió en el plenamente, no me importa lo que haya dicho la señora.

Pero las cosas malas vienen juntas, y un día entre el público, un conocido de mi familia me ve, me busca y se da cuenta que soy yo, pero ya no me importa, si ellos vienen por mí, nunca más dejare que manipulen mi vida, conocer la vida triste de Seiya me ha dado fuerzas, a pesar de todo lo malo que ha vivido, aun es capaz de sonreír, e iluminar el lugar donde este, no importa que no tenga rostro.

Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo no logro dormir, tengo miedo del futuro, con mis ojos cerrados, comienzo a escuchar cantar a Seiya, es la primera vez que le escucho, claro que cuando me daba clases entonaba conmigo, pero oírlo cantar una canción, es una agradable sorpresa, y esa canción tiene mi nombre, y aunque es algo melancólica, logro conciliar el sueño, bajo el arrullo de su voz

.:

Hoy paso algo extraño, Galaxia no pudo cantar, Mina que era la suplente tampoco, y por razones inesperadas, termino siendo la protagonista de la noche. Mi éxito me abruma tanto que no puedo creerlo. Y por fin logro mostrarme con mis cabellos dorados, por fin me ha crecido, por lo menos a la cintura.

Por supuesto, como es habitual desde hace unas noches, soy yo quien baja a buscar a Seiya.

–¡Fui la protagonista!

Seiya no se vio sorprendido por la noticia, es más, apuesto que mi fantasma tuvo mucho que ver para que yo pudiera cantar.

–Lo sé, tus quejidos llegaron hasta el inframundo.

–¡Que malo!

–Sí, muy malo.

Y sonrientes, comenzamos a bailar espontáneamente, mientras Seiya cantaba mi canción, la que tiene mi nombre.

–Tu podrías trabajar en el teatro, cantas mejor que Taiki.

–No puedo.

–Trata.

–No sigas con eso.

–Está bien.

Y me recargo en su pecho, su pecho que me infunde tanta paz.

Nuestras manos– aunque solo sea mi piel contra la tela de los guantes–, parecen brillar por el toque.

Al terminar de bailar, Seiya me conduce a la superficie, y comenzamos a caminar en las calles de Paris, bajo la luz de la Luna, el cielo esta plagado de brillantes estrellas, Seiya aun porta su máscara, pero no me importa, porque me encanta su compañía.

–Este paseo es una doble celebración, ya que hoy es tu cumpleaños.

–¡Lo había olvidado! Hoy cumplo mi mayoría de edad.

Seiya me hace sentir especial, única.

–Ya eres toda una mujer, has cambiado tanto en estos meses, ya no eres la liebre asustadiza de antes, o más bien nunca lo fuiste.

–Contigo a mi lado, ya no tengo miedo, Seiya.

Me recargo en su hombro, y siento que no necesito más para ser feliz.

:.

.:

Ni Galaxia pudo contener mi éxito, cuando me regreso al coro después de tan estupenda función que di como cantante principal, el público exigió mi regreso, pero tal como esperaba, ha llegado a mi camerino este grupo de personas.

–Hija– me dice mi madre abrazándome, la condesa Rei Hino– te ves tan cambiada, jamás imagine que cantaras de esa forma, nunca lo hiciste.

–Es que nunca me diste la oportunidad de hacer nada.

–Serena– ahora quien me habla es Darién– tienes que volver, tenemos una boda pendiente.

–¿En verdad quieres casarte conmigo?, nunca me volteaste a ver siquiera, estoy segura que, si no fuera rica, ni siquiera estaría en la lista de tu madre, ella es la que desea esta boda, no tu– Darién simplemente agacha la cabeza, ante la mirada dura de Neherenia, por supuesto que he dicho la verdad– ojala algún día dejes de ser su títere, en verdad te deseo felicidad.

–¡Como te atreves a decirle eso a mi hijo! – reclama Neherenia– ¡ahora veraz!– ella levanta su mano en mi contra, pero inesperadamente mi padre Jadeite que había estado tan silencioso la detiene.

–Yo nunca fui un padre amoroso, pero ahora que ya estas convertida en una mujer, te apoyare, de verdad.

–¡Gracias!

Lo abrazo.

–¡Vámonos! – le dice Neherenia a Darién, ojala algún día corte los hilos.

Ambos salen del camerino, y de mi vida para siempre.

–Hija, bueno yo– dice mi madre– si quieres cantar, puedes hacerlo también en Inglaterra, regresa con nosotros.

–Rei, es una maravillosa– apoya mi padre.

–No lo había pensado.

–Yo también apoyo la propuesta– dice Galaxia entrando al camerino– regresa a casa querida.

¿Regresar? ¿A casa? ¿No estoy ya en casa? Por alguna razón, alejarme de este lugar, me comprime el corazón.

–¡Necesito pensarlo!– salgo corriendo, en el pasillo me topo con Diamante.

–Supe que tus padres vinieron, y estoy resuelto a pedirte en matrimonio.

–¡¿Cómo?!

Me da un beso en la mano.

–Eres una mujer diferente a las otras, quiero formar una familia contigo.

Aparto mi mano, por alguna razón pienso en Seiya, y desearía que fuera él quien me dijera esas palabras.

–No eres el indicado.

–Entonces, ¿quién es el indicado? ¿Seiya? Él no puede darte nada, y aunque quisiera salir de la oscuridad, y todas las personas aceptaran su condición, es buscado por la policía, acusado de asesinato, lo mandarían inmediatamente a la horca.

–¡Seiya no es un asesino!

Levanto mi largo vestido, y huyo de sus palabras a toda prisa, ¡no puede ser que mi fantasma sea un asesino, no puede ser!

:.

.:

Solo Seiya, solo él puede quitarme este pesar que siento en el corazón, y mientras desciendo las escaleras, una luz inunda mi mente y corazón, ¡ya sé porque no puedo regresar a Inglaterra!, se por qué no pude aceptar a Darién ni a Diamante.

¿Cómo no lo vi antes?

¡Estoy enamorada de Seiya!

¡Mi maestro!

¡Mi fantasma!

Pero los nervios, y mi corazón que no deja retumbar en mi pecho, obnubilan mi mente.

Siento que me estoy perdiendo en los laberintos subterráneos.

–¡Seiya! ¡Seiya! ¿Dónde estás?

Las llamas de antorchas pronto se apagarán, y aun no obtengo una respuesta.

Solo hay una forma en la que puedo encontrarle en este momento, y comienzo a entonar una canción.

Durmiendo me canto, en sueños fue, mi nombre pronuncio, yo lo escuche, y si soñando estoy, y veo por fin, Fantasma de la opera aquí estas, dentro de mí.

Mágicamente, el llamado de mi amor es contestado.

Los dos extraño dueto, hemos de hacer, y sobre ti tendré mayor poder. Y aun cuando tu mirada huya de mí. Fantasma de la opera soy yo. Dentro de ti.

Quien ya tu rostro vio, terror sintió. Yo soy tu mascara.

Y a mí me oyó.

Mi espíritu y tu voz, fundido aquí– cantamos juntos, pero aún no lo veo– fantasma de la opera eres tu/soy yo, y estas en mi…

Estoy en ti– me contesta, ya puedo sentir su presencia en mi espalda– Tus fantasías ven, verdad ideal, de hombre y misterio soy…

Un ser total– canto girándome para verle– La puerta al laberinto esta ante ti…

–Mi ángel de la música– dice extendiendo sus brazos para recibirme.

–¡Seiya!

–Así que has rechazado a dos pretendientes, te has vuelto muy exigente.

–¿Lo viste?

–Escuche todo, ¿aún no sabes que estoy en todos lados del teatro, soy un fantasma, pero Serena, deberías pensar en tu futuro.

–Por eso los rechace, porque pienso en lo que quiero, y lo que quiero eres tú.

–No bromees– dice Seiya soltándome.

–Soy una boba, pero con esto no bromeo, te quiero Seiya, te amo tanto, que no sé como no me di cuenta antes.

Seiya se aleja.

–¿Por qué no puedo amarte? ¿No soy suficiente mujer para ti?

–Eres un ángel, y yo un monstruo.

–No me importa como te veas, yo te amo.

–Lo dices porque no has visto mi rostro, solo eres capaz de ver mis ojos, y parte de mis labios, pero te aseguro que es todo lo que tengo, la única mujer que me vio, murió, supe que tenia pesadillas que nunca la dejaron dormir, y termino ahorcándose.

–¡¿Te acusan de un asesinato que no cometiste?! ¡Es injusto!

–No me acusan de ese asesinato, me acusan de otro, un desdichado que entro al subterráneo y termino atravesado en las estacas de un pozo, fue por las trampas, pero, ¿Cómo sabes que estoy sentenciado?

–Yo, lo escuche, pero eso no importa, yo nunca creí algo así, tu eres un ser puro y especial, incapaz de hacer algo así.

–Con este rostro no tengo defensa, nadie le creería a un cadáver viviente.

–Seiya, te amo, déjame quedarme a tu lado– lo abrazo y me impregno de su perfume– por favor.

Me toma de la mano y me guía hasta su habitación.

–Serena, yo también te amo, y por eso no puedo permitir que te quedes conmigo, no puedes vivir en la oscuridad como yo, eres un girasol que necesita la luz del sol.

–¡Pero de que me sirve la luz, si no te tengo a mi lado es como estar en las tinieblas!

–Por favor no insistas, si me amas, regresaras al exterior y nunca más vuelvas a buscarme.

Las lágrimas salen, no puedo contener la tristeza que me mata, me he enamorado y no puedo estar con mi amado, quisiera morir, ahora si entiendo la verdadera tristeza.

–Está bien, Seiya, me marchare, y no te buscare, con una condición.

–La que tú quieras.

–Hazme el amor, márcame en la piel tus sentimientos, haz que se fundan con los míos, solo así podre ser feliz lejos de ti.

–Pero Serena, yo no debo, soy un monstr…

Pongo mis dedos en sus labios.

–Si lo que no deseas es que te vea– digo tomando la mascada enredada en mi pelo y poniéndomela en los ojos– entonces no lo hare, hacer el amor no es asunto de miradas, sino de sensaciones.

Me quedo quieta, sin ver nada, esperando su respuesta. Oigo un objeto caer, y entiendo que se ha quitado la máscara de su rostro.

–Serena, mi amor…yo tampoco puedo contener más estos sentimientos– me toma por los hombros– que arden en mi interior, te deseo tanto, desde que te vi, nunca pensé que algo así se pudiera dar, porque yo… bueno ya sabes porque.

–Solo una noche, mi fantasma.

Y en esta oscuridad, mi corazón se descoloca por completo, al escuchar como Seiya se ha quitado la capa, trago saliva nerviosa, al sentir sus dedos enguantados desabotonar mi vestido, yo palpo nerviosa su varonil pecho, y encuentro los botones que amurallan su piel, con movimientos torpes logro quitarle la ropa de encima, mientras que Seiya me ha desnudado por completo, me toma de la cintura fuertemente, mientras por primera vez conozco el sabor de sus labios, y entonces me toma en sus brazos, y me deposita con suavidad en su lecho, siento como sus dedos enguantados recorren nerviosos el contorno de mi cuerpo, no entiendo porque no se atreve a recorrerme con sus manos.

–Serena– me dice con voz ronca– no solo mi rostro esta desfigurado, mis manos no son dignas de tocarte– pareciera que leyó mi mente– perdóname.

–No tengo nada que perdonarte– digo entre gemidos.

Pero puedo sentir su pecho, sus músculos tensarse encima de mis senos, rozándose, en una deliciosa fricción, mientras que sus manos acarician mi cuerpo, siento su nerviosismo, sé que al igual que yo, es su primera vez, somos tierra virgen, que ahora se reclaman la una a la otra, con pasión, con fiereza, abro mis piernas para que se acomode mejor encima mío, y su poderosa masculinidad comienza a abrirse paso en mi interior, me provoca dolor, de pronto se queda quieto, como dudando.

–Mi amor– le digo – soy tuya, márcame con tu esencia, no temas.

–Te amo.

Y es lo último que dice, penetrándome por completo de una sola vez, arrancándole un rugido que silencia mi quejido de dolor al ser poseída por él, es como un león devorando a su presa, y la presa soy yo, ahora soy su mujer, somos uno solo, comienza a moverse, desesperado por sentirme más, por saciarse de mí, pero no sabe que yo también estoy siendo saciada, mientras ambos estamos conectados en la oscuridad, sus labios lamen mi pecho, yo tiemblo, mis gemidos hacen un eco maravilloso en estas catacumbas, los gruñidos de Seiya también me dan placer, porque se que esta disfrutando poseerme, me toma de las caderas y me aprieta a su perfecto abdomen, puedo sentir sus músculos golpeando mis glúteos, mientras me toma con fiereza.

–¡Oh!, ¡Serena, eres exquisita!

–¡Sei…yaaaaa!

Siento como mi interior es llenado de un calor tremendo, y mi cuerpo y el de Seiya, tiemblan, mientras sus movimientos se vuelven más frenéticos, más afiebrados, nuestros gemidos se vuelven ronroneos apenas audibles.

Seiya deja de moverse, pero no se aleja de mi interior, me toma una mano y la besa, recorriendo desde mi muñeca hasta la clavícula.

Trata de no besarme mucho en los labios, seguro teme que yo desee investigar un poco su rostro, y todo el tiempo me ha tenido de las muñecas para evitar que le toque el rostro, mientras vuelve a retomar fuerza su palpitante masculinidad, y comienza a penetrarme con renovado vigor, yo abro aún más las piernas, para darle mejor acceso, para que vuelva a encontrar, ese punto que me vuelve loca de placer.

–Oh, Seiya, eres, un amante maravilloso.

Ríe complacido entre gemidos, mientras nuevamente me nubla los sentidos, al sentir un potente orgasmo venir a mí, me jala hacia él, y quedamos sentados, yo encima de él, mi boca apenas roza sus cabellos largos, que se le han soltado, al igual que los míos, haciéndonos unos salvajes en el lecho, quisiera besar su rostro, pero no quiero incomodarlo, no quiere enseñármelo, y respetare eso, pero mi idea se va, cuando nuevamente siento que moriré de placer en su brazos, sus manos comienzan a subir y bajar mis caderas, torturándome con su miembro, deslizándome arriba y debajo de su erección, introduciéndose en mi interior, de una forma que me enloquece. Sus labios rozan mi oreja, como compensando la falta de besos, pero no puedo quejarme, me está dando un placer que no conocía, y no puedo hacer otra cosa, que aferrarme a su espalda desnuda, mientras mis pechos erectos, se rozan con su pectorales, giro mi cuello en un movimiento complicado, como incitándolo a besarlo, mientras me penetra de esta forma, y siento su lengua gustosa deleitarse en mi piel, mientras sus embestidas no paran, si en este lugar hay fantasmas, no hay duda que los hemos ahuyentado con nuestros gemidos de pasión.

Pero todo lo delicioso tiene que terminar, después de mi tercer orgasmo, ambos descansamos entre las sabanas de seda, yo aún sigo vendada, pero no necesito ver, para saber que mi hombre yace a mi lado, satisfecho y sudoroso, al igual que yo, su respiración tranquila, y su silencio me anuncia que se ha quedado dormido, beso su pecho, y me siento a su lado, un deseo de verle inunda mi mente, prometí que no le vería, pero, no lo puedo evitar, desato el nudo de la mascada y lentamente abro los ojos, y entonces veo con horror el porqué de esa mascara, el rostro de mi amado parece el de un cadáver, así con los ojos cerrados, parece el retrato vivo de la parca, y no puedo más que gritar, es un grito de dolor, no de miedo, es un grito que me hace sentir impotente, de saberle prisionero del subterráneo, es un grito de impotencia por saber que no puedo hacer nada por él, está condenado a vivir en la oscuridad, porque las personas no pueden soportar ver a alguien diferente.

–¡No me veas!

Lo he despertado con mi grito, y rápidamente, aun desnudo, toma su máscara y se la pone.

–¡Aléjate de mí!

Huye de mi lado, pero no logro articular palabra, y poder explicarle que puedo vivir con eso, y comienzo a llorar, porque he arruinado este hermoso momento.

:.

.:

Han pasado varios días, me siento como una muñeca sin vida, pareciera que me dan cuerda por las noches y solo así logro cantar, inesperadamente estoy rodeada de amigos, Taiki se ha vuelto una persona muy preciada, Ami y Mina han abierto su corazón para mí, por fin han entendido que no deseo gloria, solo quiero cantar, compartir mi voz, y canto con todo mi corazón, esperando que Seiya me escuche, no lo he visto desde aquella noche que nos unimos en un mismo ser, pensé que podría vivir en paz después de eso, pero no puedo, ahora más que nunca deseo tener a Seiya, dormir en sus brazos, que su interior inunde mis entrañas, ahora que conocí las mieles de su amor, siento que no puedo respirar sin su presencia.

Antes de irme a mi habitación, busco a Taiki, me presto un jabón, y no quiero parecer aprovechada, le compre uno nuevo, pero antes de entrar a su camerino, escucho los gemidos de Galaxia, se me había olvidado que eran amantes ocasionales. Aunque más bien es a la fuerza, a cambio de darle placer a Galaxia ella le da trabajo, que ruin es la vida.

–Entonces… ¿Es cierto que hay un fantasma?– pregunto él.

Justo cuando me disponía a darles privacidad.

–Es cierto, un infeliz, hijo de Hotaru, una amiga que tuve hace años, ella se caso con el hombre que amaba, Zafiro, pero me encargue de que su amor no fuera para siempre, mande a matarlo, y cuando me entere que ella estaba encinta, busque los servicios de una bruja, y maldijo a la criatura, le dio un rostro horrible, pero aun así Hotaru lo amo, por eso también la mate, pero mantuve vivo al niño para torturarlo.

–Eres cruel, ¿porque me dices esto?

–No se, nunca se lo dije a nadie, además no pueden probarme nada, fueron crímenes perfectos.

–Pero si el fantasma tiene una maldición en su rostro, puede ser quitada.

–Así es querido, pero nadie se arrancaría los ojos por ese pobre diablo.

–¡¿Arrancarse los ojos?!

–Sí, quitarse los ojos y lanzarlos a las aguas oscuras del subterráneo, pidiendo en una plegaria sea salvado de su desdicha.

¡Tiene solución! Camino presurosa, yo puedo darle esa plegaria, no me importa quedarme ciega, en mi habitación busco un objeto filoso, una daga que me regalo Seiya, llena de zafiros, bajo las escaleras que dan al subterráneo, ¿encontrare a Seiya? Quisiera verlo antes de quedarme en penumbras, pero acepto mi resolución, y me sumerjo en las aguas negras, y tomo la daga, mi grito doloroso retumba en las cuevas y pasadizos, mis alaridos hacen temblar las antorchas, siento mis manos manchadas de sangre caliente.

"Por favor, creador, cielo, ángeles, por este amor que siento por Seiya, por favor, darle ese rostro que le fue robado al nacer, no permitas que siga viviendo una injusticia, mis ojos a cambio de su normalidad, que pueda caminar sin temor en las multitudes, que pueda oler la flores en un día asoleado, rodeado de niños jugando en un parque, que ya nadie le tema…"

Siento como las fuerzas me abandonan.

:.

.:

–Serena.

Una hermosa voz me llama.

–Serena, ¿Qué has hecho?

Ya no puedo verle, Seiya esta conmigo, y ya no puedo verle. Mi mano se estira temblorosa, y toco su cara, ya no tiene mascara, puedo sentir unos hermosos pómulos, pero llenos de lágrimas.

–Serena, no debiste.

–Si debía, porque te amo, ahora podremos caminar a la luz del sol.

–Un sol que ya no veras, soy tan desdichado, prefería mil veces vivir así, que tu…

–¿Sabías la cura?

–Si, una vez Galaxia me la dijo, segura de que nadie se sacrificaría por mí.

–Ella estaba equivocada, el verdadero amor, es sufrido. Y no sientas pena por mí, mientras estés a mi lado seré feliz, y aunque estoy ciega, podre cantar, pero no aquí, llévame lejos, quisiera compartir mi voz con los menos agraciados, recorrer el mundo contigo.

–Claro que si, recorreremos el mundo juntos, y la luz que tú me mostraste con tu amor, te la devolveré con creces, cada noche.

Seiya me carga, y por primera vez sube al exterior sin mascara, escucho los murmullos de todos, Taiki se nos acerco, al igual que Mina y Ami, me despedí de todos, deseándoles lo mejor, nadie pregunto porque de mi estado, y se los agradecí profundamente.

Diamante le otorgo el dinero que le correspondía a Seiya, quien creo una compañía de artistas itinerantes, dábamos funciones de teatro musical en los pueblos, no era un gran negocio para el bolsillo, pero si para el alma, Seiya escribía por a mis padres lo que yo quería, aun no les daba la noticia que estaba ciega, solo a Luna tuve el valor de confesarle todo.

Con el tiempo se nos unieron todos los artistas del teatro de Galaxia, supe de su boca que ella sufrió un accidente, un gato hambriento entro a su recamara, y en vez de regalarle algo de comida, lo maltrato, a cambio de eso, el gato le araño el rostro hasta desfigurárselo, lo siento por ella.

También supe que gracias a los testimonios de Taiki y Andrew, Seiya fue absuelto del asesinato, Galaxia fue arrestada, pero para su desgracia no fue condenada a muerte, pero si a vivir con su rostro desfigurado en una celda.

Por mi parte, no me cansaba de escuchar lo atractivo que era Seiya, para mí siempre lo fue, incluso cuando conocí que no tenía rostro, pero ahora me entristecía no poder contemplarlo, pero me guardaba mis lágrimas silenciosas, porque a pesar de todo yo era feliz.

:.

.:

Hoy me encuentro sola, Seiya fue a resolver unos asuntos con Taiki, se han vuelto tan amigos, y un nuevo cantante se les unió, llamado Yaten, hasta parecen hermanos de lo bien que se llevan.

–Mi niña– escucho la voz de Luna– ¿alguna vez te conté que de joven peque mucho? Una vez estaba muerta de hambre, y una mujer me ofreció dinero a cambio de maldecir a un niño, soy una bruja, fui mala en mi juventud; y ahora, con el ultimo poder que me queda, te devuelvo tus ojos.

Una calidez amorosa, rodeo mis cuencas vacías, y de pronto, pude ver la hermosa mañana que era, y como Luna se desvanecía, corrí a abrazarla, ella pidió perdón a Seiya, él ya no la escucho, pero con el corazón tan grande que tiene la perdono.

También pudimos ir a Inglaterra, con todo y la compañía de teatro, mis padres apoyaron que fuera una artista, todo se volvió de pronto perfecto.

:.

.:

–Serena– me dijo desnudo, y ahora puedo contemplar lo perfecto que era Seiya, que siempre fue para mí– eres mi ángel de música, te amare por siempre, pero no merezco esta dicha.

–¿Por qué? – pregunto abrazándolo, yo también estoy desnuda, sola la luz de la luna entra por la ventana, misteriosa y curiosa– No te sientas más ese monstruo lleno de pecados, ese que nunca fuiste.

–Tienes razón. Con tu amor, he superado está herida que tenía en el alma.

Me aprieta contra él, y puedo sentir su pulsante erección acariciarme, deseosa de mí, lo mejor de que ahora Seiya tiene rostro, es que puedo besarle como lo hago ahora, que puedo acariciar su faz con mis manos, que el ya no tiene miedo que le mire, y que después que hagamos el amor, tengo la seguridad que habrá un mañana, ya no en las penumbras del subterráneo, pero si bajo un cielo azul y luminoso, o un cielo plagado de estrellas, como es la noche de hoy, titilando encima de nosotros, mientras nos amamos una vez mas.

.

Fin

.


Comentarios

Creo que al final me apresure un poco, en mi defensa diré que no me siento bien de salud y me gano el estrés de un reto que tengo por ahí, pero hice lo mejor que pude, y espero te haya gustado este minific.

Talantia, en serio que intenté hacerlo cochinote, pero pensé dos cosas: ambos eran vírgenes, estaban en una época conservadora, y de plano no pude, pero te prometo que algún día si los hare sudar como cerdos XD

Ren, ¡gracias por el comentario!

bunny-bulma, Pues listo, ya paso algo entre ellos, muchas gracias por leer.

gregorioabel, Pues tengo que decirte que en la versión original ella se queda con Diamante, aunque si guardo sentimientos profundos por el fantasma, quien murió, pero conmigo nada de finales tristes, no aún.

Iveth, muchísimas gracias por leerme, por darme un hermoso review, eso alimenta mi alma escritora, gracias.