Habían pasado varios días desde aquel encuentro en el balcón con su jefa, y Kara se sentía un poco absorta en sus pensamientos, aunque con ganas de encontrarse con Miss Grant de nuevo. Ese jueves era fiesta, por lo que la muchacha se había quedado en su casa, comiendo un poco de helado, mientras que decidía lo que tenía que llevar al día siguiente, pues Cat le había ordenado acompañarla a una gala que tenía la mujer. Como su asistenta, claro, pero Kara estaba un poco nerviosa porque no sabía que llevar para esa clase de cenas con baile, y no quería decepcionar a su jefa; y si bien no habían vuelto a hablar del asunto, las dos tenían un comportamiento más cercano e íntimo en el trabajo, sintiendo Kara que cada vez que la veía, se le iba a salir el corazón disparado del pecho.
El timbre de la puerta sonó, sobresaltando a la muchacha mientras esta se levantaba del sofá, dejando la televisión encendida, pues estaba viendo una serie que a ella le gustaba bastante, sobre un grupo de personas que cantaban en el coro del instituto, y que, casualmente, una de las protagonistas se parecía a ella. Se dirigió a la entrada, limpiándose el helado de los labios porque, aunque no esperaba a alguien, se imaginaba que quizás era alguno de sus amigos, por lo que tenía que estar algo presentable.
Sin embargo, la joven se sorprendió cuando, al abrir la puerta, se encontró con Alex al otro lado de esta, con una caja de donuts, y la vista algo baja, como si se sintiese algo intimidada. La rubia se quedó con los labios entreabiertos, sin saber cómo reaccionar, mientras que sus ojos analizaban la expresión del rostro de su hermana, quien se veía que había hecho un gran esfuerzo para aparecer allí con la caja de donuts.
―No sé si quieres que pase o...―habló al final la mayor de las Danvers, esperando a que la menor reaccionase. Que al menos, le dijese que podía pasar o no, sosteniendo la caja en sus manos.
―No...O sea, sí, pasa―dijo rápidamente mientras que Alex la miraba un poco confusa, haciéndose a un lado su hermana para dejarla entrar en el apartamento―. Adelante...
La morena dudó un instante pero, al final, decidió pasar dentro del apartamento, quedándose un instante en la entrada mientras que Kara cerró la puerta tras de sí, observando la espalda de la mayor por detrás antes de pasar por su lado, quedándose entonces las dos frente a frente. Hubo un instante de silencio hasta que, al final, la otra le tendió la caja con lo que había comprado, esperando que su hermana menor lo aceptase.
―Espero que te gusten...Son tus favoritos...
Kara terminó por dedicar una sonrisa a su hermana, que duró tan solo unos segundos, aunque eso no impidió que tomase la caja entre sus manos, abriéndola para poder observar los donuts, humedeciéndose los labios de manera inconsciente, sin poder evitarlo, para al final, volver sus ojos hacia los de Alex.
―Gracias...susurró sincera la rubia mientras dejaba la caja sobre la encimera de la cocina, volviéndose entonces hacia su hermana―. Esto... ¿Quieres algo? Para beber, o comer―aclaró rápidamente, al darse cuenta de que podría interpretarse como una reclamación borde hacia su hermana.
Era extraño. Sentía que toda su relación con Alex había cambiado por completo por lo sucedido con Astra. Y aunque era comprensible, eso no quitaba que le doliese estar en esa situación con la muchacha, acomodándose el cabello con una mano de forma un poco nerviosa.
―No, no...No tengo mucho apetito―Alex bajó la mirada, haciendo una pausa para, al final, clavar sus ojos marrones en el rostro de la menor―. Yo...Solamente quiero que hablemos.
Kara asintió en silencio, apretando un poco los labios, mientras se acariciaba el brazo con calma, buscando una manera de intentar mantener los nervios bajo control, aunque en verdad, le costaba, pues ahora mismo, tenía los sentimientos a flor de piel, y no sabía bien si esa conversación iba a acabar bien, aunque en parte, lo necesitaba.
Necesitaba a su hermana más de lo que se hubiese podido imaginar. No solo por el hecho de que la echaba de menos, sino porque lo sucedido con Cat la tenía bastante nerviosa, y no sabía bien cómo reaccionar ante su jefa, después de esas palabras, y del beso que había surgido entre ellas dos. Tenía ganas de hablar con ella en privado, y aclarar lo que significaba aquella muestra de cariño para las dos. Y a su vez, temía hablarlo por si la mujer le indicaba que no tenía que precipitarse con aquello, aunque Kara se estuviese muriendo por volver, incluso, a besarla.
―Kara...Yo...Sé que debí de haberte dicho la verdad desde el principio.
―La verdad es que hubiese estado bien eso...―admitió la rubia, cruzando los brazos sobre su pecho. En cuanto se dio cuenta de que eso había sonado a reproche, sacudió la cabeza, lamentando aquello―. Lo siento, no quería que...
―No lo sientas―le interrumpió la morena, clavando sus ojos marrones sobre los azules de la otra―. Sé que no fui muy acertada...En todo―hizo una pausa, meditando cómo proseguir lo que estaba diciendo―. Intenté decírtelo, pero nunca encontraba el momento. La vi a punto de matar a Hank...Y no pensé. Solamente reaccioné.
Kara prestó atención a las palabras de su hermana. Era cierto que Astra había intentado matar a Hank, aunque suponía que no era verdad cuando se descubrió que había sido Alex, pensando que el hombre explicó eso como una forma de justificarse ante ella. Pero no había sido eso. De verdad su tía había estado a punto de asesinar a un amigo, a un hombre que era casi como un padre para ella, pues al fin y al cabo, él había tomado esa referencia, el papel de ser su padre para ella.
―Estaba a punto de convencerla, Alex...Necesitaba tiempo.
―Pero no teníamos tiempo, Kara...No sirve de excusa, pero a mí me han enseñado a reaccionar, no a esperar. No iba a permitir que le matase. Porque por mucho que fuese tu tía, iba a asesinar a Hank, que es como un padre para mí―añadió la morena, encontrándose con los ojos de su hermana, quien la miraba entristecida―. Solo pensé en impedir que actuase...No pensaba en matarla, Kara. Y siento no habértelo dicho antes, pero también tenía miedo de que dejases de ser mi hermana.
Al decir esto, los ojos de Alex se humedecieron, apartando la vista de su hermana, sintiéndose bastante entristecida por la situación. Kara no tardó en comprender sus palabras, pues ella también temía perderla después de todo aquello. Y ahora mismo, no sabía bien qué decir ante eso. Tragó saliva, sintiendo que ella también tenía ganas de llorar, haciendo una especie de pucheros que le salían de forma natural, humedeciéndose los labios antes de hablar.
―Nunca voy a dejar de ser tu hermana, Alex...―susurró en bajo, mientras negaba con la cabeza, sin saber bien qué explicarle, o cómo hacerlo―. Yo...He necesitado vivir una experiencia para que...Para poder entender que no quiero perderte, suceda lo que suceda entre nosotras...
―No me has contado todavía lo que sucedió en ese mundo alternativo, Kara...Eso que te tuvo tan...
La rubia apartó la vista, mientras soltaba un suspiro. Se acomodó en el sofá, y le hizo un hueco a la morena, esperando que se acomodase a su lado. Se humedeció los labios, mientras la miraba a los ojos, observando sus movimientos, quien se sentó a su lado, aunque a cierta distancia, sin atreverse del todo a estar cerca suyo. Era como si temiese que, en cualquier momento, ambas se pudiesen quemar. Como si ese contacto que antes las relajaba, ahora las dejase bastante tensas.
―Yo...―La rubia bajó la vista, pensando en cómo hablar de lo sucedido en ese mundo alterno. Ese mundo que podría haber llegado a ser el reflejo de lo que había ocurrido anteriormente en el suyo―. Ese mundo era diferente a este...Es decir, éramos las mismas personas, pero...―hizo una pausa―. Mi yo de ese mundo alterno se encontraba afectada por la kryptonita roja―le explicó a su hermana mientras jugaba con sus manos, un tanto nerviosa―. En esa vida...Bueno...Tú y yo no éramos hermanas. No te tenía a mi lado como te he tenido en este mundo―sus ojos se alzaron para encontrarse con los de su hermana―. Me puse a pensar en lo que sería una vida sin ti, Alex, y comprendí que...Comprendí que no podía vivir sin ti. Y que no quiero tampoco hacerlo.
Alex sintió que sus ojos se humedecían mientras se mordía en labio inferior. Kara también sentía sus ojos húmedos, y finalmente, ambas hermanas no se pudieron contener y terminaron fundiéndose en un fuerte abrazo. La morena cerró los ojos, añorando un momento así con la menor, mientras que esta permanecía con los ojos abiertos abrazada a su hermana mayor, aspirando el aroma de su colonia. Y eso la hizo entristecerse más, pues la Alex de ese universo había llevado la misma colonia. Tan iguales, y a la vez, con vidas completamente diferentes.
Estuvieron así durante unos minutos, en silencio, sintiendo que podrían ser separadas en cualquier momento. Y aunque ninguna quería apartarse de la otra, finalmente, lo acabaron haciendo. Alex sonrió un instante a la rubia, aunque al final, terminó por distanciarse del todo. Ambas eran consciente de que iba a ser un proceso lento, y que ambas hermanas iban a tener que tomarse un tiempo antes de volver a la normalidad; pero al menos, ambas habían dado un paso para ello, y eso era algo que les servía a ambas.
―Sucedió algo más...―terminó por pronunciar Alex, mientras observaba con atención a Kara.
La conocía. Era capaz de observar el rostro de su hermana y saber que algo más la había afectado, sin tener claro en un principio si se refería a ella esa circunstancia dolorosa, o a otra persona; sin embargo, logró recordar como al despertar después de haber sido traída de vuelta por Barry a su tierra, la mujer se marchó volando a gran velocidad, porque tenía que hacer una cosa. O más bien, seguramente, tendría que ver a una persona. Pero, ¿a quién? ¿Quién sería tan importante para su hermana como para ir a ver a esa persona?
―Sí, sucedió algo más―confirmó Kara en un susurro, aún pudiendo visualizar la escena en su mente―. Sucedió que...―hizo una pausa mientras se quedaba en silencio, para al final, proseguir―. Sucedió que mi yo de ese universo terminó asesinando a Cat―pronunció esas palabras en un susurro.
Alex entreabrió los labios, impresionada ante esa confesión. Imaginaba lo doloroso que debió de haber sido para Kara el momento en el que vería como su propia imagen asesinaba a la que era su mentora en ese mundo. Alguien que le había importado tanto, y que le seguía importando, pese a que, por lo que le había contado, la situación había estado tensa entre ellas dos.
―Así que...Fuiste a ver a Cat en cuanto te despertaste―comentó la morena, atando cabos, finalmente, asintiendo Kara ante esa afirmación por su parte―. Necesitabas asegurarte de que estaba bien. De que se encontraba bien...
―No solo eso, Alex...Yo...Cuando vi eso, me di cuenta de que...
La mayor de las Danvers se la quedó observando detenidamente, esperando que le siguiese contando lo que parecía querer decirle, aunque también podía percatarse del propio titubeo que mostraba su hermana, quien se colocó mejor el cabello, pasando la mano por este.
― ¿De qué? ―Le invitó a continuar hablando.
Kara respiró hondo, mientras sus ojos observaba de soslayo la figura de su hermana. ¿Se tomaría bien el detalle que estaba a punto de confesarle? ¿Sobrellevaría bien el hecho de que quería estar con Cat Grant? ¿De qué la amaba con todas sus fuerzas? ¿De que se había enamorado de su jefa, quien la sacaba veinte años de edad, al menos, en apariencia?
―Fui a verla porque necesitaba confesarle que era Supergirl...No quería seguir mintiéndole.
― ¿Qué? ―Alex entreabrió los labios, poniéndose de pie―. ¡¿Le confesaste que eres Supergirl?! ¡Kara! ¡Es Cat Grant de quien estamos hablando! ¡Tu jefa! ¡La reina de los medios de comunicación! Le dijiste que...―la mayor sacudió la cabeza, pensando que era lo peor que la rubia podría haber hecho en esos momentos.
―En verdad, no se lo conté...Ella ya lo sabía.
Alex, quien se había girado para darle la espalda a su hermana, caminando de un lado a otro, un tanto nerviosa por lo que llegaría a suceder si alguien se enterase de que la mujer era conocedora de la verdadera identidad de Supergirl, se detuvo de repente, girándose hacia la rubia, mirándola atenta. Tampoco le sorprendía que lo supiese, pues su hermana era un tanto obvia a la hora de preocuparse por la gente que le preocupaba.
― ¿Sucedió algo más? ―Kara hizo una pausa, lo que hizo que la otra se pusiese más nerviosa―. ¡Kara!
― ¡Nos besamos, Alex! ¡Nos besamos! ―Exclamó nerviosa la heroína, con sus mejillas teñidas de un tono rojizo, lo que hizo que la otra se sorprendiese, mostrándose, esta vez, incrédula―. Fui para confesarle también que...Que estoy enamorada de ella, Alex...―alzó la mirada para terminar por encontrarse con los ojos marrones de su hermana, quien la miró un poco incrédula.
¿Kara enamorada de Cat? Sintió una especie de punzada por esas palabras, un poco extrañada por esa sensación. Por supuesto, no le molestaba el hecho de que su hermana le estuviese contando eso, pero sí que tenía una pequeña sensación de envidia. Como si la rubia pudiese explicar sus sentimientos en alto. Alex tragó saliva, quitando unos pensamientos que afloraron en su interior, pensando rápidamente en que, posiblemente, se sentía así por lo que estaba viviendo con Maxwell, y no por otra cosa más presente en ella, y que siempre terminaba por esconder esos sentimientos en lo más profundo de su interior.
Terminó por volverse a sentar en el sofá, sin dejar de mirar a su hermana, con una expresión suave, dejando atrás la alteración que sintió cuando le confesó que le había dicho su identidad secreta a Cat. Ahora, quizás, se veía una compresión más propia de una hermana mayor, pues se percataba de que Kara parecía estar avergonzada de sus sentimientos, o más bien, ahora que la observaba mejor, no avergonzada, pero sí temerosa de lo que pudiese llegar a opinar.
―Kara...―la llamó, esperando que esta se atreviese a mirarla. Esperó con paciencia unos segundos, y cuando la rubia sacó valentía y clavó sus ojos azules en los de su hermana, Alex, dejó escapar el aliento―. ¿Amas a Miss Grant?
El silencio se hizo entre las dos, sin dejar de mirarse ambas hermanas a los ojos.
―Por supuesto, usted no es Hank Henshaw.
El hombre se encontraba sentado en una sala vacía, con sus manos esposadas, aunque eso no sirviese de mucho. Se encontraba en silencio, observando la figura del comandante y de Lucy Lane, quienes estaban de pie frente a él, entrando recientemente en la sala, dispuestos a interrogarlo. Primero a él, y luego, llamarían al resto, para descubrir quien había ayudado a ese alielígena a estar allí, simulando una especie de interrogatorio.
―No, no soy...Hank Henshaw―dijo al final J'onn mientras tragaba saliva, humedeciéndose los labios.
Siempre había temido que llegase el momento en el que le descubriesen, y ahora que había llegado ese instante, no sabía bien cómo comportarse. Sería muy fácil hacer que olvidasen todo aquello, y huir. Pero huir sería demostrarles que, verdaderamente, podía ser una amenaza para la raza humana, y lo que menos pretendía era causar eso. Lo que quería era ganarse la confianza de esas personas, pero lo veía verdaderamente complicado.
― ¿Qué ha sido del verdadero Hank Henshaw? ―Esta vez, quien hizo la pregunta fue Lucy, quien observaba al hombre con cautela, y a la vez, curiosidad. ¿Cómo podía ser que tuviese la misma forma que un hombre que, en verdad, se encontraba desaparecido? ¿Sería una buena persona, en verdad?
―Desapareció sin dejar rastro―explicó Hank mientras mantenía sus ojos clavados en los de la morena, quien se sintió un poco intimidada por la forma en la que él la miraba―. Supongo que habrá muerto.
―Usted lo mató―interrumpió el comandante, con expresión seria. El aludido desvió sus ojos oscuros hacia el chico del ejército. Le sorprendía que, con lo joven que era, tuviese un rango tan importante como el de comandante.
―No―respondió con firmeza y claridad―. Era él quien me perseguía a mí...Y si hubiese conseguido atraparme, me hubiese matado―agregó, aunque imaginaba que a ellos dos, no les debía de importar mucho ese detalle.
― ¿Y Jeremiah Danvers?
―Jeremiah...Me ayudó.
―Él había sido enviado para atraparlo y asesinarlo, como usted dice―comentó Lucy, aunque no como un ataque, sino queriendo comprender lo que les estaba contando.
Hank era consciente que todo aquello era una estupidez. El comandante no parecía creer sus palabras, y dudaba que la hija del general Lane fuese a hacer lo mismo. Sin embargo, también era capaz de notar la mirada de ella. Podía observar como la mujer parecía querer saber todo aquello, y le gustaba pensar que si no fuese por ese hombre, ella le podría llegar a creer. Al contrario que su padre, Lucy era una chica que luchaba por su patria, y aunque quizás no entendiese las cosas de la misma forma que el resto, sí que parecía ser tolerante. Quizás le diese ella la oportunidad que, de normal, el ejército no solía dar.
―Es cierto. Fue enviado para capturarme―concedió eso, mientras que ella le miraba con más atención―, pero...Yo le salvé la vida―los dos que se encontraban en frente suyo lo observaron con más curiosidad―. Y él me ayudó a mí también.
― ¿Y como murió?
―Lo...Lo mató Hank Henshaw. Se encontraron ambos y empezaron a pelear...No pude nacer nada por Jeremiah. Cuando vinieron a por ellos, decidí hacerme pasar por Hank para sobrevivir, y para cumplir la promesa que le prometí a Jeremiah.
Lucy se lo quedó mirando detenidamente, entreabriendo los labios, sintiendo un poco de duda ante las palabras del extraterreste, pues aunque le habían enseñado a desconfiar de lo que era extraño, de lo que no conocía, podía mirar al hombre y saber que decía la verdad. Que no había hecho daño a Jeremiah, ni a Hank. Simplemente, se encontraba en el lugar rquivocado, en un mundo equivocado.
― ¿Qué le prometió?
―Le aseguré que me haría cargo de sus hijas, y me aseguraría de que no sufriesen peligro alguno.
El comandante observó de reojo a Lucy, quien parecía apartar la vista, pensando un momento en Kara. Sabía que era la hija de Jeremiah, y también era consciente de que había crecido junto a su hermana, Alex, y las dos se habían convertido en unas grandes personas. Se cuestionaba a sí misma si ellas serían conscientes de que Hank las había estado mintiendo. Se preguntaba a ella misma si alguien más aparte de los allí presentes, sabrían que Kara es Supergirl, cosa que incluso a ella misma todavía le impresionaba. Es más, no había tratado mucho el tema con Kara, y tampoco quería hacerlo, pues no quería saber porque la rubia iba aparentando una vida que, en verdad, no era cierta.
―Creo que es hora de marcharnos―habló al final el otro hombre, mientras le hacía un gesto a Hank para que se levantase de la silla―. Llévalo a la celda, Lucy―le ordenó el hombre mientras se marchaba de allí.
La aludida se quedó a solas con el otro hombre, acercándose a donde él. Este le mantenía la mirada, con una expresión algo más relajada de lo normal, mientras que la morena se detenía a su lado. Para sorpresa suya, la joven general le quitó las esposas, sintiendo más comodidad el hombre, tragando saliva, sin comprender ese gesto.
― ¿Por qué me sueltas las manos?
―No creo que se vaya a oponer a venir conmigo―explicó la morena, mientras le sujetaba del brazo, empezando a dirigirse con él hacia fuera, caminando por el pasillo―; además, creo que si quisiese, podría haberse escapado hace mucho tiempo...―añadió, mientras que él, ante ese comentario, la observó de reojo.
De verdad, Lucy era completamente diferente a su padre, para bien de todos. Una leve sonrisa se formó en el rostro del hombre, aunque no dijo nada. Simplemente, caminó al lado de la que ahora ocupaba su cargo, siendo la directora del DEO. Y la verdad, creía que lo estaba haciendo bastante bien, aunque eso supusiese que estuviese encerrado en ese lugar. Cuando le ingresó en la celda, el hombre apoyó la mano en el cristal, mirando a Lucy detenidamente.
―Gracias, Lucy―murmuró el hombre, mientras que ella asentía con gesto serio.
―De nada...
―J'onn. Mi nombres es J'onn―aclaró él, ante el titubeo de la morena. Lucy se sintió un poco extraña al darle nombre a quien, suspuestamente, era el enemigo. Y más confuso era no considerarlo como tal.
―Gracias, J'onn―susurró ella, asintiendo, y finalmente, salió de la sala, dejando a solas al marciano.
― ¿Mamá?
Carter se asomó al salón, un poco curioso. Había notado esos días a su madre más contenta de lo habitual, y aunque aún era joven, e ingenuo, podía imaginarse un poco la razón de su alegría, aunque aún no terminase de comprender del todo lo que podría haber sucedido. El castaño últimamente estaba notando que su relación con su madre había mejorado notariamente desde que ella misma había cambiado un poco su forma de ser. La habñia notado tan decaída y depresiva que, el hecho de ver lo feliz que parecía estar últimamente, estaba haciendo que estuviese receptiva, y más cariñosa de lo habitual.
Carter siempre había amado y adorado a su madre, pues ella le quería de la misma forma. Sin embargo, era cierto que era una mujer ocupada, que de normal incluso un día como ese, que era festivo, se solía marchar a la empresa para poder seguir con su trabajo, un poco más tranquila ante la ausencia de gente. Y el hecho de que estuviese allí, aunque fuese, sirviéndose una copa de vino, causaba curiosidad en el menor.
―Dime, enano―respondió la mujer, girándose hacia él, viéndole en la entrada del salón.
―Venía a verte un rato...Si no estás ocupada...―murmuró el menor, quien dejó paso a su madre, quien se empezó a dirigir hacia la cocina―. Podríamos preparar esas galletas que solíamos hacer cuando era más pequeño... ¿Recuerdas?
Cat sonrió ante las palabras de su hijo. Por supuesto que lo recordaba. Ella solía ser una mujer dada a la cocina, que disfrutaba de esos momentos sencillos en la cocina, donde no tenía que aparentar que era Cat Grant, esa mujer fuerte y decidida. Ahí, en medio de los platos que preparaba, y las horas pasar, podía mostrar un poco una faceta oculta de su personalidad.
―Claro... ¿De chocolate?
― ¡Sí! ―Exclamó el pequeño mientras entraba con ella en la cocina.
La mayor tomó un delantal entre sus manos y se lo colocó, observando de reojo como Carter hacía lo mismo con el suyo, sintiendo un poco de orgullo Cat de haber inculcado a su hijo su gusto por la cocina. Ambos solían cocinar juntos cuando tenían tiempo, y preparaban unos platos deliciosos que, no era por poca modestia, pero les quedaban demasiado espectaculares.
―Mañana tienes la cena de gala, ¿no?―Quiso saber el chico mientras empezaba a sacar los ingredientes, disponiéndoselos a su madre en la encimera mientras ella sacaba los utensilios necesarios, dando un sorbo a la copa de vino cuando la volvió a sujetar en su mano.
―Sí...Es mañana―respondió, sin darle mucha importancia al asunto, aunque internamente, sí que estuviese algo nerviosa.
Era la primera vez que se iba a ver con Kara después de ese encuentro que habían tenido en el balcón de su despacho, y no había hablado de lo ocurrido; ni siquiera sabía si la mujer querría tratar sobre ello en algún momento, pues aunque se habían besado, y por supuesto, le había encantado, no sabía en qué posición las dejaba a ellas dos. Y aunque se moría de ganas de volver a encontrarse con la mujer, y aclarar las cosas, también estaba asustada. Y el sentirse así con respecto a sus sentimientos por Kara, era algo totalmente novedoso para ella. Solía tomar las iniciativas en sus otras relaciones, y ahora, el sentirse desconcertada, y no saber cómo actuar, la estaba haciendo hasta sentirse como una adolescente.
―También tengo entendido que va a ir Kara, ¿no?
Cat detuvo sus manos sobre la encimera, sin saber muy bien qué decir ante esa pregunta, o más bien, indirecta, de su hijo. Podía notar el tono de voz del muchacho, lo que hizo que se mordiese el labio inferior. De normal, no le costaba disimular sus sentimientos, pero con su hijo menor era totalmente diferente, por lo que, cuando se quiso girar, y se encontró con sus ojos azules clavados en su rostro, respiró hondo, intentando disimular el posible sonrojo que amenazaba con formarse en sus mejillas.
― ¿A qué viene tanta pregunta, enano?
―Solamente quería saber―esbozó una sonrisa inocente, provocando que su madre arquease una ceja, aunque esta no comentó nada al respecto, dispuesta a volver a sus quéhaceres, aunque las palabras de su hijo la interrumpieron―. ¿Te puedo hacer una pregunta, mamá?
―Es lo que llevas haciendo estos últimos minutos―replicó la mujer, aunque suspiró, asintiendo―. Venga, dispara―le respondió, mientras que esperaba con paciencia la posible cuestión que le pudiese hacer su hijo.
― ¿A ti te gusta Kara?
Cat entreabrió los labios, impresionada ante la pregunta tan directa que le había lanzado su hijo hacia ella. ¿Cómo le podía preguntar eso? ¿Tan obvio era que tenía sentimientos hacia su asistenta? Miró hacia los lados un poco, carraspeando, mientras se pasaba las manos por encima de su ropa, señal de que estaba nerviosa; y gesto que no pasó desapercibido para el castaño, quien sonrió de medio lado, sin poder evitarlo, al comprobar con ese comportamiento que, efectivamente, su madre gustaba de Kara.
―No entiendo a qué viene esa pregunta, pero no es asunto tuyo.
― ¿Eso es un sí? ―Inquirió Carter con una gran sonrisa pícara en los labios.
―No―sin embargo, arrugó la nariz, un poco confusa―. ¿Por qué has llegado a esa conclusión?
―Últimamente hablabas mal de ella porque había rechazado a Adam, y de repente, hablabas bien de ella como solías hacer de antes, pero diferente y...
―Porque está volviendo a hacer bien su trabajo―le interrumpió.
No es que quisiese negar sus sentimientos hacia Kara, ni mucho menos, pero tenía claro que su hijo quizás se iba a hacer ilusiones, y no quería eso. Su relación con la rubia estaba sin aclararse del todo, y veía que podía ser un tanto complicado. Primero, porque ella era una mujer mayor. Segundo, porque tenía un hijo menor, al que ella amaba y adoraba, pero no sabía si Kara se quería involucrar de esa manera, por mucho que adorase al menor. Tercero, era Supergirl, y tendría una vida bastante ocupada, y aunque para ella eso no supondría problema alguno, para Kara, visto lo que sucedió con Adam, quizás sí. Y cuatto, y último, ella era una mujer conocida públicamente, y quizás no quería verse la rubia en medio de una relación así, sometida a ser juzgadas por ser dos mujeres, por ser Cat mayor que Kara, por muchos detalles.
―Está bien...Lo siento...Me habré equivocado yo...
Carter dedicó una suave sonrisa a su madre mientras se volvía a centrar en preparar las galletas con ella. Cat se lo quedó observando, terminando por sonreír con ternura, sacudiendo la cabeza.
Claramente, se notaba que era su hijo.
―Entonces... ¿Estás enamorada de Cat Grant?
Se notaba como Alex parecía seguir procesando toda la información, mientras que Kara permanecía con los brazos cruzados sobre su pecho, mostrándose un poco pensativa. Sus ojos azules iban detrás de los coches que se movian a lo largo de las carreteras de la ciudad. Incluso podía llegar a escuchar conversaciones ajenas de los vecinos que vivían en frente de su apartamento. Y eso no conseguía siquiera que se calmase. Tenía ahora mismo sus sentimientos a flor de piel.
―Ya te he respondido que sí, Alex...La amo. Estoy completamente enamorada de ella―afirmó la superheroína mientra se giraba hacia su hermana, con los brazos cruzados sobre su pecho.
― ¿Y ella siente lo mismo por ti? ―Se encogió de hombros tímidamente como respuesta, observando la expresión de incredulidad de su hermana―. Pero... ¿Cómo? Pensaba que estabas enamorada de James. Incluso se te formaba esa sonrisita boba cuando lo veías aparecer, y te comportabas como una colegiala―comentó la morena, mientras que su hermana menor se encogía de hombros, de nuevo―. ¡Dime algo!
― ¿Por qué te altera tanto, Alex? ―Quiso saber la rubia, un poco impresionada de que su hermana se mostrase tan ansiosa.
La aludida se quedó callada de repente, sin saber bien tampoco qué responderle. No estaba alterada, ni le molestaba la idea de que a su hermana le gustase Cat. Pero no comprendía lo que se había perdido, y existía una sensación de vacío en su interior que ella no era capaz del todo de comprender. Finalmente, dejó escapar un suspiro, mordiéndose el labio inferior.
―No me altera...Solo...No entiendo porque no me di cuenta antes, o porque no me lo has contado antes y...―se encogió de hombros, sintiendo incluso cierta tristeza, pues no se esperaba que Kara tuviese siquiera reparos en contárselo, aunque al final, lo hubiese hecho.
―Alex...
Kara no sabía cómo explicarse. El problema no había sido la morena, ni mucho menos, sino aceptar ella misma sus sentimientos, y también, comprenderlos. Porque era cierto. James al principio le gustaba, y mucho; pero Cat le había provocado tanto, que incluso ella misma se había asustado. Porque todo lo que la rubia le hacía sentir era tan impresionante, que eso le causaba cierto temor. Y ese temor había disiminuido al ser conocedora, en parte de que, al menos, su jefa sentía algo por ella. Más que algo profesional. Más que una posible amistad. Más de lo que se esperaba. Y eso había servido para que se sintiese un poco más valiente.
―Siento si no te he hecho sentir cómoda para que lo hablases, con todo lo que ha sucedido pues...
―No era eso, Alex. De verdad―aclaró la rubia mientras se le escapaba un suspiro de sus labios―. Yo...He estado algo confusa con mis sentimientos hacia Cat...Al principio si me gustaba James, y mucho. Pero...Mis sentimientos fueron cambiando sin darme cuenta y...Ahora mismo lo que siento hacia ella es...Es real. Es algo que me hace sentir feliz.
― ¿Eres lesbiana?
¿Era lesbiana? Era la primera vez que le gustaba una mujer de esa forma, y era consciente de que los chicos también le gustaban. Sin embargo, no era algo sobre la sexualidad, como lo estaba planteando su hermana. Era mucho más que el hecho de gustos. Era un sentimiento que le provocaba su jefa, y que eso le causaba sensaciones, entre ellas, una atracción sexual que le costaba cada vez más contener, sonriendo incluso nerviosa al pensarlo.
―No, no soy lesbiana. Me gusta Cat solamente. La quiero a ella.
― ¿Y no es posible que quizás te gusten las mujeres? ¿O que seas bisexual?
―No, Alex. O sea, puede ser, pero si te soy sincera, no me importa. Sé que hay gente que encaja en esas etiquetas, que se sienten lesbianas unas mujeres, otros hombres se consideran hays, otras personas son bisexuales...Pero yo no necesito etiquetarme en nada para comprender mis sentimientos, o para definirme. Sé lo que siento. Sé hacia quien lo siento, independientemente de que sea una mujer o un hombre. Creo que lo que importa es el amor que puedes llegar a sentir...
La morena se quedó impresionada ante las palabras de su hermana menor, terminando por sonreír un poco, sintiendo un gran orgullo por Kara. Admiraba su forma de ver el mundo. Ella no veía a hombres o mujeres, ni sus defectos, sino que siempre buscaba lo bueno de cada persona, pareciéndole todos iguales. Incluso tenía esperanzas en las personas que demostraban no ser buenas personas, aunque por algunas razones, llegaban a comportarse así, queriendo incluso llegar a entenderlas. Kara era una buena persona, y era capaz de ver más allá de lo que los demás mostraban. Posiblemente, eso le habría sucedido con Cat, viendo más allá de esa faceta frívola, egoísta, y superficial que parecía tener la mujer más poderosa de National City.
―Me siento muy orgullosa de ti, Kara...―la aludida sonrió con timidez ante las palabras de su hermana, acomodándose de nuevo a su lado en el sofá.
― ¿De verdad? ―Cuestionó con timidez mientras se mordía el labio inferior, respirando profundamente,
―De verdad...Y me alegro de que Cat parezca sentir lo mismo por ti, aunque...Me preocupa lo que pueda venir después―la joven asintió en silencio, mientras soltaba un suspiro―. Sabes que puede llegar a ser complicado.
―Lo sé...Lo sé―se limitó a responder, mientras que la morena negaba con la cabeza.
―Igual, ahora lo que tienes que hacer es centrarte, e intentar saber lo que Cat siente por ti de verdad...Y espero que pase lo que pase, puedas ser feliz, Kara.
―Gracias, Alex...―susurró la rubia mientras le dedicaba una sonrisa, mientras se encogía de hombros.
―No me tienes que dar las gracias, Kara...
―Sí te las doy. Sé que estamos pasando por una época dura ambas, y agradezco que hayas tenido el detalle de que me apoyes con lo de Cat, aunque te haya sorprendido...Quizás con el tiempo, me acabes comprendiendo.
Alex se limitó a asentir, sin decir nada en un principio, aunque al final, decidió dedicarle una sonrisa a su hermana menor.
―Por ahora, vamos a buscar el vestido que llevarás mañana...Tienes que dejar a Miss Grant con la boca abierta.
La rubia soltó una risita ante las palabras de su hermana, notando como sus mejillas se teñían de un tono rojizo debido al calor que estaba sintiendo en esos momentos debido a la vergüenza. La morena se levantó del sitió, y le ofreció su mano, tomando la menor esta para poder incorporarse junto con su hermana y, tras esto, se dirigió hacia su cuarto, con el fin de escoger ambas el vestido que llevaría para la gala que tenía con Cat al día siguiente.
Bueno, al fin he aparecido, y podreís matarme con todas las ganas que queráis. Lamento la demora, de verdad, pero como ya expliqué, solamente iba a actualizar cuando tuviese ganas de escribir. Y si soy sincera, he tenido bastante pocas. Con el comienzo de las clases, y el hecho de que Cat ya no sale, me ha tenido un poco bajoneada. Y también el detalle de que ahora vayan a hacer a Kara con Mon-El me tiene entristecida. Y el hecho de que Cat ya no sale. Sé que lo he dicho ya, es para recalcar el duro golpe que ha sido para mí perder a mi bebé :''(
Voy a comentar un par de cosas con respecto a la segunda temporada, para posibles dudas o cuestiones, pues aunque yo me centro en la primera, también luego va a seguir cierta trayectoria de la segunda temporada:
-Para empezar, Cat no se va a marchar de CatCo, para posibles dudas. Este fic que va a tener la primera temporada, y la segunda, por continuidad, no va a contar con la ausencia de Cat, más que nada porque la historia es SuperCat, y no tiene sentido que se marchase.
-Aunque en la serie no se haga, yo seguiré haciendo juegos con las distintas tierras, para el que se haya olvidado que trataba estas perspectivas. Quizás comente lo del crossover más adelante, aunque a mi manera. Ya veré ese aspecto.
-Van a aparecer el resto de personajes. Lena, Mon-El, Clark Kent, y Maggie, además de los villanos, aunque por ahora, no van a aparecer, pues aún seguimos en la primera temporada. También es posible que aparezca Lois Lane.
-Aclaro que no va a haber SuperCorp, ni Karamel, para quien se haga "ilusiones" o algo de un posible drama con triángulo amoroso. La trama es SuperCat, y va a ser así. No quiero ni triángulo amoroso lésbico ni con un chico por medio, primero porque no me gustan esas tramas, que ya lo expliqué en su momento, y porque esas dos parejas de por sí, no me gustan. Tampoco quiero decir con esto que no pueda hacer esa trama, pero no la voy a hacer con SuperCat.
-No sé si va a haber Sanvers, pues este fic es Malex, y yo no sabía que iban a hacer a Alex lesbiana (sinceramente, aunque me encanta ese cambio, creo que la trama del personaje fue cambiada por el cambio de cadena, porque al principio me parece que no tenían pensado explotar ese aspecto, y hacer a Alex lesbiana, aunque al final la CW se ha animado, cosa que me ha encantado). Por tanto, esa trama no sé cómo la trataré, puede que haga al personaje gay, puede que no, pero lo comento para que nadie piense que hay homofobia, o algo similar. Simplemente, esa trama en mi fic no estaba planteada, ni me lo veía venir, así que el tema de Alex, para quien tenga dudas, es una incógnita. Y al igual que puedo hacer a Kara estar con una mujer, creo que si me apeteciese, podría hacer que Alex fuese heterosexual, bisexual, sin etiqueta como Kara...En fin, que ya lo iréis descubriendo. Y lo que vaya a hacer con este tema no significa que vaya a quitar Malex de repente, porque no tiene sentido eso en mi trama.
-La trama de Adam con Winn también va a seguir. Es una trama independiente de la serie, que no influye tanto, así que lo voy a seguir desarrollando a un ritmo lento.
-Sobre Maxwell y Lucy en la serie, ya descubriréis si en el fic, más adelante, seguirán o no. Pero si alguno de ellos se fuese a ir de mi fic, tendrían una salida justificada, eso puedo asegurarlo.
¿Por qué aclaro estos puntos, cuando podría ir haciéndolo en el fic? Porque quiero dejar claro por donde va a ir la historia, y también me gusta aclarar lo que va a pasar en líneas generales, para que la gente que aún me quiera seguir leyendo la historia, sepa un poco de que va el asunto, y no espere cosas que no van a suceder, o que sí pueden llegar a suceder.
De nuevo, lamento mi ausencia, pero ya estoy de vuelta. Me he animado a escribir, así que cuando tenta tiempo libre para hacerlo, y quiera, seguiré con las historia; aunque lo que más me motiva a escribir es la necesidad de tener un poco a Cat presente, porque creo que lo que más me ha desanimado es ver como gran parte del fandom se ha olvidado de ella, cuando era y es uno de los mejores personajes con los que puede contar Supergirl.