Porque es Natsu

FAIRY TAIL © HIRO MASHIMA

Y participa este Oneshot en el Reto: "Tipos de Relaciones" del Foro Grandes Juegos mágicos

Sinopsis: Natsu no tenía respeto por su privacidad, estaba todo el día en su casa como si nada pasara e incluso le hacía bromas. Sin embargo, porqué es Natsu, Lucy seguiría confiando en él. [Este Oneshot participa en el Reto: "Tipos de Relaciones" del Foro Grandes Juegos Mágicos]

Nota de la autora: Bienvenidos a este reto del foro Grandes Juegos Mágicos donde a mí me tocó: "Personaje 1" confía ciegamente en "Personaje 2", aunque "Personaje 2" le gusta hacerle bromas a "Personaje 1" que yo reemplace por: Lucy confía ciegamente en Natsu, aunque Natsu le gusta hacerle bromas a Lucy.

Aclarado esto, ¡Empecemos!


Capítulo único: Porque es Natsu

Lucy suspiró exhausta mientras se metía en la bañera. Había sido un día muy largo en cuanto a la labor de cumplir misiones. Ahora estaba quitándose el polvo que tenía en su cuerpo gracias a Natsu y la confianza excesiva que deposita en él.

¿Cómo podía confiar en alguien como él?

Había creído cuando le dejó una carta notificándose que iría a entrenar y que volvería en algún tiempo. Aunque en un principio lloró y no entendió porque se fue sin avisarle en persona, Lucy confió y esperó. Un año después estaba en el estadio de los Grandes Juegos Mágicos viéndola con la gran sonrisa socarrona que lo caracterizaba. Cuando el gran secreto que lo relacionaba con Zeref fue revelado, supuso que saldría vivo y así fue. Si bien había cosas que aún no se habían terminado de aclarar, su vida estaba a salvo.

Siempre confió en él cuando parecía que no debería y por eso creyó cuando Natsu le ofreció ir a una misión como en los viejos tiempos. Solo ellos tres. La misión era una cuya recompensa se veía atrayente porque permitiría pagar varios meses de renta.

La oferta era excelente, pero Lucy tenía una duda.

—¿Crees que podrás evitar destruir cosas?

Natsu parpadeó un par de veces antes de procesar lo dicho. Le pedía lo mismo de siempre: evitar daños así no había que pagarlos y así no reducir la recompensa.

Una parte de él sabía que le correspondía decirle que no podría hacerlo, que tarde o temprano ese lado que su hermano definía como «libre de cadenas y cosas razonadas» saldría a la luz e iba destrozar todo a su paso. Pero si era sincero, Lucy no lo dejaría que fuera a esa misión y diría de hacerlo sola, que contaba con sus espíritus trajes estelares y principalmente, que no era débil.

En su mente, Natsu no pudo evitar bufar molesto.

Heartfilia no era débil. Quizás sus habilidades no eran tan físicas como las de Erza o Gildarts, pero él podía asegurar que todo lo físico que los magos clase S podían emplear, ella lo exponía esplendorosamente en cuanto a espíritus y trajes estelares. Porque para el mago de fuego, los sujetos de las llaves ofrecían mucha ayuda cuando sus ataques iban a todas direcciones debido a que los espíritus eran un poco más racionales. Además, si no estaba para proteger o estar con la rubia en los momentos duros, podía contar ellos...

Así que Natsu entendía que convenía dar palabra de que no realizaría ninguna destrucción por el bien de ambos. Porque aún había cosas que sabía que si debería decirle sinceramente para disipar algunas barreras que tenían. Confesar lo que sentía, que tenía por ella más que un afecto de amiga o compañera de equipo, que cuando Igneel le dijo que pensara en el futuro; ella estaba en sus planes.

Existía mucho para expresar, pero había cosas por resolver. Algunas ya resueltas y otras como su pasado, todavía inquietaban y no aspiraba entrar a una relación seria habiendo problemas. Quizás era egoísta consigo mismo y con Lucy, porque era consciente de sus sentimientos hacia él. Sin embargo, si realmente quería realizar la promesa hecha a Igneel y así mismo, tenía que resolver sus propios asuntos.

Al fin y al cabo, era joven para contraer el tan dichoso matrimonio, tener la esposa que quería para regocijarse con ella y disfrutar los muchos hijos que aspiraba. Natsu Dragneel no era tonto o asexual. Era más bien indolente, todo en apariencia, y pensativo en algún sentido espeluznante y que implicaba a su dragón interior.

Tras un debate interno, contestó.

—Creo y prometo que no destruiré cosas.

Lucy entonces sonrió tranquila y se dispuso a salir del gremio para partir a su destino donde la esperaba una misión sencilla y una gran recompensa. Mientras Happy se les unía en la puerta y el dragón slayer de fuego recogió su mochila de viaje, contuvo su risa pensando cómo reaccionaría la contratista de espíritus cuando la destrucción fuera inevitable.

El escenario absurdo en su mente pronto creo una inesperada pregunta.

¿Por qué Lucy depositaba tanta confianza en él?

Con una expresión seria en el camino hacia la estación llegaron a su mente aquellas promesas que se rompían en un corto tiempo. Lucy siempre decía sus pactos parecían malas bromas y este se podía asegurar que eso era cierto, sin embargo, también estaban las bromas que ocurrían en su departamento. Sobre todo, las que involucraban a su ropa interior.

Ya en el tren y bajo los efectos del mareo, en su mente recordó la última gran broma que él y el exceed azul le habían hecho.

—¡Todo despejado! ¿tienes la bolsa, Natsu?

El dragón slayer miro al exceed, que se colocaba en el piso del departamento, y le mostro que en su mano tenía la bolsa para guardar la ropa interior de Lucy. ¿Por qué el motivo de la broma pesada? Por el simple hecho de que Natsu se despertó aburrido en el departamento de la maga.

Ella se había ido con Levy a la biblioteca de Magnolia y a comprar víveres para los tres porque prácticamente Natsu y Happy vivían en su departamento desde que su antigua casa paso a ser el alojamiento permanente de Zeref.

En ese momento, Natsu había tomado sus cosas y recuerdos de misiones para irse donde Lucy sin avisarle. Al principio la maga se enojó, pero tras llegar a un acuerdo, el mago podía dormir con Happy en el sofá, aunque eso solo aplicaba al gato porque él seguía junto a ella y ya no había remedio. La rubia lo dejaba y empezaba con su rutina mientras el dragón slayer continuaba sobre su cama.

Cuando despertó ese día, se sentía aburrido y solo se le ocurrió algo: molestar a Lucy.

—¡Agarremos toda su ropa interior y llevémosla a casa!

—Natsu, ahora esta es nuestra casa —le recordó el gato azul.

Happy tenía razón.

—Tienes razón, pero…—y ante la idea repentina que adorno su mente en ese momento, la risa de un niño travieso volvió a adornar su rostro. Era un maestro de las bromas—, …me refiero a donde esta Zeref.

—¡Aye!

Natsu y Happy hicieron de las suyas y solo bastaron unas cuantas horas para que la maga, en un deseo de bañarse, descubriera que no tenía ropa interior. Enseguida concluyó de quien era obra y un chillido ceñido de ira interrumpió la calma de la ciudad. El sonido fue tan importante que incluso un mago, deduciendo por la visita de su hermano, supo que todo ese escándalo era a causa de una broma.

¿Qué clase de acto le habían hecho esta vez a la maga estelar?

Al abrir la puerta y ver el estado de Lucy, Zeref supo que su hermano se había pasado del límite.

—Hola, Zeref…, —expresó la maga recobrando el aire. Tener delante suyo a un ser poderoso y amo de incontables magias negras no era algo fácil—, …perdón por molestar.

—No eres una molestia, hija de Layla. No tienes rasgos para causar algo así en la gente —le contradijo con lentitud.

—Gracias por el cumplido —contestó sonriendo, nerviosa. Eso hizo sonreír al solitario mago, aunque sea un poco—. En fin. Solo quería saber si Natsu estaba aquí.

—Sí, está en la parte trasera de la casa.

Repentinamente, Zeref sintió como lanzaban algo en la parte de atrás de su cabeza.

—¡Eres un traidor! —gruño el dragón slayer saliendo de su escondite.

Unos segundos después, al rostro del pirómano se le enterraba una terrible patada de Lucy. Esto provoco que cayera y, por ende, al incorporarse, optara por huir de la furiosa maga.

—¡Natsu, no huyas! —grito Lucy.

Contrario a lo que dijo la maga, Natsu desapareció y se perdió en el horizonte.

Esa broma de la ropa interior costó que durmiera en el sofá por tres días, pero había valido la pena. Tenía la sensación de que su próxima destrucción seria otro motivo más de risas.

Natsu se arrepentiría de pensar eso horas más tarde.

Con solo un cuarto de la recompensa en sus manos, Lucy no le permitió ingresar en el departamento hasta que ella decidiera. Eso no era nada nuevo para él, sin embargo, había dicho algo que él no esperaba y lo dejo pensativo en su regreso con Zeref.

—No sé porque confió tanto en ti. Creo que no debería hacerlo más.

Natsu estaba molesto consigo mismo. Estaba jugando con la confianza de Lucy y eso no le agradada. Quizás debería ser sincero y decirle que era una amenaza si ella quería conseguir toda la recompensa, que se fuera con Gray o Erza porque ellos eran prudentes y no harían destrozos.

—En realidad, es lo más adecuado —se dijo. No cooperar en más misiones, no compartir más el viaje en el tren. Era preferible perder todo eso con ella a que dejara de confiar en su persona—. Es un sacrificio al que accedo.

El dragón slayer lo sabía. El sacrificio por quien añoras para la eternidad era donde se requiere valor. Su hermano y la fundadora de gremio pasaron por eso y aunque lo que él haría no era nada comparado a aquello, si era igual de sincero.

Entre las divagaciones del dragón slayer que iba devuelta hacia el hogar que compartían. Lucy estaba reflexionando sobre lo que pasó y que había dicho. Era cruel y mentirosa no solo con él, sino consigo misma.

—No podre jamás dejar de confiar con él…

Su mirada fue atraída por una fotografía de ellos sacada tras le derrota definitiva del Imperio Álvarez y Acnología. Había sido tomada en el hospital del gremio donde estaban en la misma cama, esto a pedido de Natsu que yacía en un estado de shock por las heridas de Lucy y sumado al hecho de que no permitía que la alejaran.

Eso motivo burlas por los otros integrantes del gremio y cosas que harían enfurecer a alguien que no quiere verse relacionado con una amiga. Cosas que a Natsu no lo enojaron e hicieron reír más. Esa situación sorprendió a la maga estelar y todavía la recuerda.

Porque es Natsu. Con pro y contras, ella siempre confiara en él.

—Porque si hubiera desconfiado de él, jamás hubiera podido estar en Fairy Tail.

Natsu, que ya estaba colado en su morada, alcanzo eso para quedarse tranquilo. Frases humildes que, para alguien de mente y acción sencilla como él, lo alegraban. Es ahí cuando decide asomarse y contempla a la maga estelar mirando su fotografía.

—Fue un gran día, jamás lo olvidare —enuncia de forma natural.

—Natsu…—ella no se sorprende. Sabía que tarde o temprano vendría—. Sí, fue un buen día.

Cuando se acerca, nota que no lanzo lejos de inmediato. Eso quiera decir que todo estaba perfecto. Por lo menos ella, porque él no iba a permanecer con los brazos cruzados sin hacer nada al respecto.

—Tengo algo que decirte.

—¿En serio? —pregunta. No puede evitar echar un vistazo a su compañero cuyo su semblante es formal, salvo su mirada jade. Lucy notó que esa era desconsolada y reflejaba mucho dolor—. Bueno, dime.

Exhala aire con todo lo que puedan almacenar sus pulmones de dragón. Está en una cuerda floja donde la caída representaba sufrir el alejamiento de Lucy y el cruce era no compartir misiones, pero iba a conversar lo más importante, su confianza plena.

—Tienes razón con lo que dices —suelta sin más. Lucy lo mira, confundida—. Eso de la confianza. Aunque escuche tu comentario sobre que jamás podrías dejar de confiar en mí —una sonrisa se formó en su rostro—. Me alegra y no sabes cuánto.

—Entonces escuchó lo que dije —pensó la rubia a sus adentros. Sin embargo, no sabe hacia dónde quiere apuntar su amigo—. Natsu… ¿qué me quieres decir?

—Solo quiero que confíes en mí, ¿sí? —la voz se le quiebra, más por lo que venía a decir a continuación—. Creo que tendrías que ir a misiones con Gray o Erza porque sus promesas de cero destrozos si se cumplen. No quiero que desconfíes de mí, no lo quiero…

No puede evitar morderse el labio inferior furioso. La situación era más difícil de lo que esperaba y se da cuenta que no puede dejar ir a Lucy porque la necesita arraigada a él.

—Seré egoísta, pero Lucy creyó en mí para entrar en Fairy Tail cuando apenas me conocía. Lucy me confío su gran sueño y no quiero que esa confianza se pierda —se dice a sí mismo, quedando tranquilo por primera vez desde la tarde.

—Y seguiré confiando, idiota —el dragón slayer ve a su amiga, emocionada. Se da cuenta de qué hablo en voz alta. No puede evitar sonrojarse—. Tú mismo lo dijiste, gracias al confiar en ti entre a Fairy Tail y cambie mi vida. Natsu, no solo cumpliste mi sueño. Tú y Happy creyeron en mí para la primera misión en equipo, creíste en mí cuando Mirai Rogue aseguraba que yo cerraría el Portal Eclipse —el rostro de la maga se torna serio—. Aunque al final lo termine cerrando.

—Sí, pero había un gran motivo. Si estuviéramos muertos ahora y tú…—y la escena donde Mirai Lucy se ve destrozada por las sombras del otro Rogue lo atraviesa. No puede evitar pensar que tanta confianza la manga estelar tiene en él cuando le entrego la trayectoria de su futuro por unos momentos—, …Lucy, yo…

—No tienes que disculparte, dije algo que es una gran mentira. No importan tus bromas, tus disparates y tus lados de los que habla Zeref…

—Espera —le interrumpió—. ¿A ti también te hablo de eso? —Lucy responde asintiendo—. Ese bastardo…—gruñe entre dientes. Ella no puede evitar reírse y abrazarlo por la espalda.

Natsu se sorprende, pero esta vez sujeta las manos que rodean su cuerpo y se queda envuelto en esa calidez.

—Gracias, por confiar en mí.

—Ahora y siempre —declara Lucy perdiéndose en el calor de su espalda, calor del cual se separa porque que el pirómano, sin soltar sus manos, la gira. Sus miradas se cruzan—. ¿Natsu?

—Sí, confías en mí sabrás que significa esto.

—¿Eh?

Lucy no logra articular nada más porque en sus labios estaban unidos a los del dragón slayer dándose un beso algo inexperto. Todos los sentimientos que ella debía de entender yacían en esa caricia.

Porque es Natsu, porque solo por ser él confía ciegamente. Incluso ahora, en los sentimientos que le transmite con el beso y que, a ciencia cierta, los unirán en muestra del futuro que les depara.

Porque es Natsu, sabe que eso será como piensa: eterno.