Buenas chicuelos y chicuelas. Hace ya un tiempo en el que me interesa bastante esta pareja. Al ser la segunda pareja entre hermanas a la que shipeo (la primera fue Elsanna) me he dado cuenta de que este tipo de relación entre hermanos no es tan mala como nos hace creer la sociedad.
Os pido que leáis este fic de tan solo dos capítulos con la mente abierta, y que lo disfrutéis tanto como yo disfruté escribiéndolo.
DECLAIMER: Ni el contexto ni los personajes usados en este fic me pertenecen, si no a Disney Channel. Solamente escribo por diversión, no merezco una denuncia :').
IMPOSIBLE.
El color de sus mejillas se tornó en un tono rozando al bermellón. La piel de su espalda al descubierto le maravillaba. El impulso de acariciarla con las yemas de sus dedos era más fuerte que ella y todavía no comprendía de donde estaba sacando las fuerzas para no acercarse lentamente por detrás y besarle suavemente la curva que se formaba entre su cuello y su hombro. Se notaban sus músculos definidos con cada movimiento que hacía, sobre todo los de los brazos, no por nada era la jugadora estrella del equipo de baloncesto del instituto. No podía despegar sus ojos de pupilas dilatadas de su figura, que sin permiso alguno se aventuraban explorando, bajando por el torso hasta llegar a sus caderas...
Cuando la tela de la camisa del pijama cubrió lo que la muchacha con tanto esmero observaba, Liv Roony se dio cuenta de que llevaba un rato bastante largo conteniendo la respiración. Estaba desconcertada, ¿qué hacía ella mirando tan obsesivamente el cuerpo de su hermana?
Hacia una temporada que le pasaba ese tipo de cosas, desde un par de meses después de haber vuelto de Holiwood se había hecho inseparable de Maddie Roony, su hermana gemela. Habían pasado muchos años separadas por la carrera de Liv, actriz que había protagonizado la serie de televisión "Sing it Loud". Eso era normal, eran hermanas y querían recuperar el tiempo perdido. Lo que no era tan normal eran cosas como quedarse mirando los carnosos labios de Maddie mientras le hablaba, quedando hipnotizada, sin enterarse de nada de lo que le estaba contando. O morirse de celos cada vez que su hermana hablaba de tal o cual chico que se le había acercado a hablarle en el intercambio de las clases.
No, eso no era para nada normal, y lo que de verdad le traía de cabeza a Liv era nada más y nada menos qué clase de insano mental se fijaría en su propia hermana de la forma en la que ella la estaba empezando a ver.
Se repetía sin parar que realmente no le estaba empezando a gustar Maddie, que tenía las hormonas revueltas porque estaba por bajarle la regla.
Pero las semanas pasaban y ya le bajó y se terminó, y se iba quedando sin excusas que decirse a si misma, tendría que asimilarlo porque para ella estaba claro como el agua que se estaba empezando a enamorar.
Cada noche cuando ambas se iban a acostar Liv miraba a Maddie por el rabillo del ojo mientras se cambiaba de ropa, robando los únicos momentos en los que podía contemplar la piel desnuda de su hermana y las curvas que formaban sus caderas, dificiles de ver cuando llevaba la ropa puesta porque no solía ponerse prendas que las remarcaran, por desgracia, pensaba Liv.
Pero aunque tenía estos momentos de regocijo, la mayor parte del tiempo su mente le traía pensamientos que le decían que eso no estaba bien, ya no solo que Maddie fuese una chica! siempre le habían gustado las chicas tanto como los chicos, si no que era su hermana. Se sorprendía imaginando la cara de repulsión que pondría su gemela si llegaba a enterarse de los sentimientos que le profesaba la actriz.
Maddie, por su parte, estaba bastante preocupada, Liv tenía unos cambios de humor muy repentinos y completamente contrarios. En un momento podía estar canturreando feliz como en el momento siguiente con la mirada perdida en la nada y una cara como si le hubiesen quitado lo más preciado de su vida. No habría perdido sus tropecientos pares de zapatos, ¿verdad? Eso le causaría un enorme trauma a su hermana, ella adoraba sus zapatos.
-Hey Liv, ¿te encuentras bien? - le preguntó Maddie en una de las veces que le pilló al borde de las lágrimas.
-¿Eh? - miró a su hermana un tanto aturdida, no se había dado cuenta de en qué momento había entrado esta en el cuarto.- Sí, estoy bien, no te preocupes - respondió Liv con la mejor sonrisa que pudo fingir.
-¿Estas segura? Ultimamente apenas te arreglas si quiera, eso es alarmante en ti.
-Si sabes que no me hace falta para estar preciosa, tú tampoco te arreglas y lo estás todos los días.
En el momento en el que salieron las palabras de su boca Liv se arrepintió de haber dicho semejante cosa. Pero la risa de su hermana hizo que la tensión que se había formado en su cuerpo se disipase y rió con ella, aliviada por que no hubiese encontrado en sus palabras todo el significado del que iban cargadas.
Había pasado ya un tiempo desde aquel episodio y Liv ya había aceptado en su interior lo que sentía por Maddie. Decidió que no se puede luchar contra un sentimiento de ese calibre, si no puedes con ellos, únete. Ahora lo que atormentaba sus pensamientos era el hecho de que jamás podría tener nada con su hermana. Tampoco lo esperaba, que hubiese aceptado sus sentimientos no significaba que no se sintiese un monstruo de la sociedad por ello.
-¿Qué le pasa a mi niña?, ¿te encuentras mal cariño? - una Karen preocupada se sentó al lado de su hija.
Ella también se había percatado del extraño comportamiento de Liv, pero había decidido dejarle algo de espacio antes de tener que meter las narices en el asunto. Al ver que la cosa no mejoraba, harta de ver las caras largas de una de las gemelas y las caras de preocupación de la otra fue a ver qué podía hacer para solucionar lo que fuese que le pasase a su hija.
-Ay mamá... - las lagrimas de la chica de pelo ondulado y rubio se desbordaron de sus ojos, ya le resultaba demasiado doloroso guardarselas.
-Shh... Vamos cielo, desahogate, cuentale a tu madre qué es lo que te sucede. - Dijo acariciando su cabeza.
-Mamá... - dijo Liv cuando su respiración se normalizó - ¿alguna vez has estado enamorada de alguien con quien sabes que jamás vas a conseguir estar?
-Oh mi vida, no tienes que preocuparte por eso, ¿le has dicho a esta persona lo que sientes?
Los ojos de la chica se abrieron de horror solamente al pensar en esa posibilidad, pero era normal, su madre no sabía a qué se refería.
-No mamá, y no creo que lo vaya a hacer, no quiero que me vea como un bicho raro si se entera.
-¿Como un bicho raro? Perdoname pero ando completamente perdida ahora mismo, nunca habías tenido problemas de ese tipo con los chicos.
-A ver mamá, vamos a empezar con que la persona que me gusta es una chica.
En los ojos de la mujer se podía ver la sorpresa ante lo que le acababa de decir su hija. Liv apartó la mirada incómoda, aquella era la primera vez que le había hablado a su madre de sus gustos sexuales y no sabía cómo se lo tomaría.
-B-bueno... ¿y sabes si a esa otra persona también le gustan las chicas? - en la voz de Karen tidavía estaba la sorpresa de la información que recién había recibido, pero la chica agradeció enormemente el esfuerzo que estaba haciendo su madre por asimilarlo y ayudarle con su problema.
-Pues la verdad no lo sé...
-Entonces ve y preguntaselo, y depende de lo que te responda estarás un paso más cerca de poder estar con esta chica. Pero por favor hija, deja de estar tan decaida. Nos mata verte así, pero si hasta Joey ha preguntado si sabíamos qué te ocurría.
Una sonrísa que no tenía ningún tipo de alegría se estableció en sus labios ante la sugerencia de su madre. Ni aunque Maddie fuese la chica más lesbiana del mundo entendería lo que sentía. Pero estaba realmente feliz de que su madre se hubiese tomado tan bien el tema de su orientación sexual, así que le dio las gracias y le abrazó fuerte.
Bueno, hasta aquí el primer capítulo de este fic, el próximo día más y mejor. ¿Qué hará Liv para solucionar esto que le trae de cabeza?
Espero que os haya gustado.
Bisu (~^3^)~
Yomi.