A/N: Un proyecto que planeo al menos finalizar en doce escritos, publicando uno por cada mes. Básicamente son Levi/Petra one-shot, provenientes de headcanons o párrafos olvidados de un cuaderno. Escritos que tienen potencial, probablemente las narrativas sean extrañas, algunas traducidas de escritos en inglés pero simplemente buscan el fin de disfrutar un poco más que este pairing no pudo brindar en el canon. Todas son universos alternos, ya que el mundo canon para mí es más quisquilloso de cuidar, y estos capítulos son con puro fin de entretenimiento.

Disclaimer: Los personajes y la trama original de la saga de Shingeki no Kyojin, son propiedad de Hajime Isayama.


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En una casa donde pocos visitantes aparecen en diferentes periodos del año, un hombre de mirada fría y cabellos oscuros ha llegado a acostumbrarse con el paso del tiempo a la pálida tonalidad coral de las paredes cada vez que mira a su alrededor, a las diferentes imágenes que han sido decoradas por medio de marcos de lustrosa madera y al pequeño teclado de teclas amarillentas que permanece situado en un rincón de la pequeña sala.

El ligero sonido de la navaja proveniente de las tijeras las cuales cortan con precisión las piezas de papel, evitando en no caer en el error de recortar más allá de lo que la línea punteada indica; es una situación un tanto inusual para una persona como él, pero debe de admitir que le ayuda a relajarse de alguna forma, al menos por una fracción de tiempo. Su mirada se enfoca hacia el infante del lado opuesto de la mesa, cual niño de su edad se enfrasca en la experiencia de resolver sencillas tareas, y el hombre no puede evitar sumergirse en sus propios pensamientos, intentando encontrar la palabra adecuada para describir a aquella alma inocente y digna de pureza.

Un niño de maravillas. Con la impresionante similitud de su padre, cabellos dorados en un delicado corte de flequillo, llamativos ojos azules mezclados con una especial chispa muy parecida como de otra persona que llegó a conocer, llega a ser muy sencillo de concluir que el pequeño es la casi exacta versión de su antiguo amigo Erwin Smith, sólo que en una etapa de niñez y descubrimientos infantiles, recordando a la vez que aquella casa se encuentra llena de reconocimientos y medallas de la mayoría, o quizá de todos los logros obtenidos a lo largo de su corta edad.

Prodigio. La palabra permanece en su mente por un momento, dejando caer el peso de su definición mientras la repite una y otra vez a sí mismo. Armin es un niño prodigio. , lo es.

Sin duda alguna.

—Creo que ya son suficientes. —Dijo en su usual monótona voz, cogiendo con su mano las piezas de papel y deslizándolas a través de la mesa.

—Gracias, señor Ackerman. —Respondió Armin con gentileza, y tomó dos imágenes con cautela. Una delgada línea se dibujó en la parte media de sus pobladas cejas rubias al analizarlas con cierta curiosidad. —Esta imagen no queda, ¿Cierto?

—Escoge otra, como esta.

La diminuta mano de Armin se junta con la suya por un segundo, mientras la imagen llega a su cuaderno de tareas, y no puede evitar alcanzar a escuchar la suave respiración del pequeño en el momento que el pegamento se adhiere a la imagen para posteriormente colocarla en una de las hojas.

—Señor Ackerman. ¿Puedo hacerle una pregunta? —El niño de cabellera rubia se caracterizaba por su avanzada perspectiva en diferentes situaciones y manera analítica de pensar, o quizá le incitaba hacer preguntas por el simple hecho de traicionar mentes; pero tal y como su abuelo le había dicho dos o quizá hasta tres veces, su naturaleza era simplemente curiosa.

—Habla, niño.

—¿A usted le gusta mi mamá?

—Ella está bien. —Fue su ambigua respuesta, dejando escapar un dudoso tono en sus labios. Lo ha tomado por sorpresa. Mocoso preguntón, pensó. Los remanentes del café que había bebido se revolvieron en su estómago, al igual del extraño silencio sobre lo que sus pocas más sin embargo sutiles palabras incitaban.

Su relación con Petra había sido peculiar desde el principio, generalmente controversial dada a las variadas formas de pensar de cada uno, mezclado con sus fuertes temperamentos y el cómo pudo surgir el hecho de que una mujer como ella; testaruda, mandona y defensiva en sus opiniones, le haya permitido descubrir con el transcurso del tiempo que era la persona más gentil que había conocido. Apreciada y estimada por muchos, fue ilógico durante el principio, hasta que los deberes y los casos por resolver se unieron junto a las historias de sus pasados y fue ahí donde verdaderamente la conoció.

Petra Ral era de esas mujeres que habían nacido para cambiar vidas, no por el hecho de procrear amistades en cualquier rincón de la oficina, sino por destacar por sus gentiles sonrisas y palabras de aliento a todos aquellos que los necesitaban. Fue ahí donde descubrió que le interesaba saber más de ella.

—Mi mamá es muy bonita, ¿No?

El niño de cabellos dorados sonrió con picardía ante la confusa expresión de su acompañante, y todo lo que el hombre pudo pensar en ese instante fue la débil percepción que tuvo desde el inicio. Quizá fue la simple idea de ella, separada de una persona que llegó a considerar como amigo en algún punto de su vida, o el hecho de que su rostro era redondo y con mejillas muy rosadas para su gusto, o el cómo sus cabellos cobrizos destellaban cada vez que el sol se recostaba en su cabeza con delicadeza.

—Sí, lo es.

Era mucho más que una figura bonita. Más que una mujer de amorosa naturaleza y simpática sonrisa, existía una grandiosa mujer que había intentado reconstruir una vida normal junto a su unigénito, el cual había conocido tiempo atrás en una incómoda situación en la oficina de su compañera de trabajo. Quizá lo más sorprendente, era cuán bien él y Armin se llevaban—o el niño cabeza de limón, como en ocasiones le decía—a pesar de la amplia diferencia de edad y de personalidad.

—Entonces si le gusta.

—Dime cabeza de limón, ¿En qué momento te has acostumbrado a hacer preguntas personales? —El hombre se cruzó de brazos, su mirada escéptica ante el pequeño de orbes azules y brillantes.

—Mi mamá se le ve muy feliz cuando nos visita, señor Ackerman. —Su rostro es enternecedor, un pensamiento se dibujó en su mente infantil. —Y creo que esta casa necesita un papá para ya no sentirnos solos nunca más.

El señor Ackerman—Levi, es un hombre muy distinto a la primera elección que una vez Petra llegó a amar con todo su corazón, donde una prometedora familia terminó en cenizas gracias a no aprender a priorizar y tomar la mejor decisión. Sintió el cómo las palabras se desbarataron ante su respuesta, cayendo en cuenta de que su tarea se encontraba casi terminada y a la vez, en los peligros de acercarse cada vez más a esta destrozada familia, pero no pudo evitarlo; el anhelo de protegerlos y cuidarlos como la familia que nunca llegó a soñar aumentaba con el paso de los días y Levi entendió con firmeza que era lo que más anhelaba en todo el mundo.

—Ya veo. —Dejó caer un agotado suspiro, notando el caos que el niño había dejado en la mesa y lo mucho que a su madre le desesperaba el desorden, por lo que le ordenó a que se limpiase las manos.

—Aún espero una respuesta, señor Ackerman. —Insistió Armin por una última vez, alcanzando a escuchar una puerta abrirse a la distancia, las quietas pisadas en el piso de madera que provenían de una linda mujer de estatura pequeña y cabello cobrizo que destellaba cada vez que el sol caía en su cabeza.

—Somos amigos, Armin.

Por ahora.


A/N: Vale, se suponía que éste escrito era para el mes de Enero—lógicamente publicaré el segundo a final de mes. Este universo lo inventé junto con una amiga de tumblr donde básicamente empieza con un Erwin/Petra y su extensa historia amorosa que empieza a cambiar a partir del nacimiento de Armin y las decisiones de Erwin Smith sobre qué camino tomar: Viajar por el mundo en búsqueda de salvar vidas como un aclamado doctor, o truncar en cierto modo sus sueños por llevar una tranquila y feliz vida junto a su familia. Un resultado terrible, trágico donde la moral de este headcanon son las segundas oportunidades, y lo mucho que pueden cambiar las circunstancias para Petra, con la persona que menos esperas—como con su compañero de trabajo, el huraño y serio Levi Ackerman. Quizá uno de los pocos universos con un final feliz, para que vean que no todo es tragedia.