Prólogo


Hacia mucho no hacía algo más que dormir y ahogarme en mis penas, en la culpa. En medio de mi enfermedad denominada depresión había olvidado lo que era ser un humano.

Hacía semanas que no salía de mi apartamento.

Limpie los restos de lágrimas que aun pendían de mis pestañas y respire hondo. Estaba lista. En esa ocasión no escribiría poesía o algún relato corto para niños, mi público favorito, sino que se trataba de una carta, o más bien un mensaje de disculpa que empezaba con:

"Sakura, lo siento mucho..."

Cada palabra que le siguió a ese inicio agónico me mataba lentamente. Sabía que sería el fin de nuestra amistad. O mejor dicho, el fin definitivo, puesto que justo en el momento en que ella descubrió mi idilio con su novio supe que había perdido su confianza.

La parte más triste era que no solo perdería a una amiga con ese mensaje, sino que perdería a mi "amante". Pero no había vuelta atrás, Había decido que lo más digno que podía hacer en esos momentos era desistir a la única cosa que había amado con devoción...

A mi buen amigo...a Naruto. Con quien había compartido todo de mi...

Luego de 21 años de vida finalmente había tomado la decisión correcta, la de amarme a mí misma por, sobre todo.

Pero, dejar a mi mayor adición no fue fácil. Me tomaría meses de sueños y cientos de lágrimas que nunca recuperare. Pero al final del día yo misma era consciente de que haber estado con él desde un principio ya me había costado toda mi dignidad.

Me había costado amistades. Todo por satisfacer los deseos más bajos de mi amigo.

Todo por ser su "Amiga Especial".