Quiero recalcar que este es un AU {Universo alterno} trataré que la personalidad de mis tres personajes principales sean lo más apegadas a la realidad. Contiene ligero lenguaje vulgar, que por el momento lo mantendré en lo mínimo.
Espero no ofender a nadie con esto.
El clima helaba el cuerpo de Umi por completo, ni siquiera el grueso abrigo de lana era capaz de mantener su calor corporal adecuadamente. Sabía que era irresponsable tomar un paseo a altas horas de la noche, el riesgo de un atraco o en este caso un resfriado eran bastante altos, pero era la única forma en que la inspiración que necesitaba apareciera. Dio la vuelta en la siguiente esquina y la tienda de convivencia la saludo como cada vez que tomaba ese rumbo. Un café caliente y una rosquilla parecían demasiado apetitosos en ese momento.
"Buenas noches" El empleado de turno se inclinó en cuanto entró.
"Buenas noches" Respondió Umi con una sonrisa. "Un café grande y una rosquilla de chocolate, por favor… ¡Ah, y una más de cereza!" No podía olvidarse de la joven que la esperaba en casa.
"Un momento" El joven se retiró hasta la pequeña área de panadería para volver minutos después con su pedido. "¿Algo más?"
"No, muchas gracias"
Sacó un billete para pagar, tomó la bolsa de papel, el café y salió de ahí.
"Uff, hace más frío"
Acercó el vaso de cartón a sus labios, dio un pequeño trago y termino acariciando su lengua con la parte baja de sus encías; el café estaba demasiado caliente. "Debí comprar una bebida para ella" Estaba a punto de dar media vuelta para entrar nuevamente a la tienda cuando un fuerte estruendo a un lado de la misma llamo su atención. Un par de gritos siguieron después.
"Te dije que me la chuparas, maldita"
Umi permaneció en su lugar, una voz masculina era lo único que podía oír.
"¿Qué fue lo que dijiste? "
Nuevamente el ruido de un golpe, pero ahora acompañado de un quejido femenino. Sin pensarlo más Umi soltó lo que llevaba en las manos y corrió hacia el lugar poco iluminado.
"¿Qué cree que está haciendo?" Fue lo primero que Umi pronuncio ante la escena frente a sus ojos. Ahí una joven rubia intentaba levantarse del suelo, su rostro sangraba dejando caer pequeñas gotas que resbalaban rápidamente. El hombre que la acompañaba lucia sucio y tremendamente furioso.
"Lárgate de aquí" Ignoró por completo la pregunta y en su lugar levantó por la fuerza a la joven, haciendo golpear su cuerpo contra el compartimiento de basura. La ira de Umi aumento en una milésima de segundo y en dos zancadas recorrió la distancia que la separaba de él; un puñetazo directo al rostro le propinó.
"Maldita estúpida"
El hombre no tardo en responder y devolvió el puñetazo, pero Umi lo esquivo eficazmente para después golpearlo con el puño izquierdo. Un casi imperceptible 'crack' llego a los oídos de la chica y después la sangre comenzó a salir a borbotones de la nariz ajena. Pero en lugar de detenerse, él comenzó a lanzar puñetazos en todos sentidos. La pésima visibilidad evito que Umi esquivara uno de los golpes causándole un fuerte e inmediato dolor en la quijada, pero no vacilo en lo más mínimo y aprovecho que los movimientos eran cada vez más lentos para acertar dos golpes más en el rostro y el último en el estomago, el cual hizo caer al hombre.
"Zorra" Apenas logro murmurar mientras sostenía su estomago con visible dolor. Umi lo ignoro, en su lugar buscó con la mirada a la joven, pero no había rastro alguno de ella.
Camino hasta la acera y a lo lejos diviso una silueta ligeramente tambaleante. Debía ser ella. Con pasos apresurados logro acercarse y confirmar que realmente era ella.
"Hey" Posó su mano en el hombro contrario haciendo que se detuviera. Su piel estaba extremadamente helada, Umi se preguntó si acaso no tenia frío. Su vestimenta era demasiado escasa como para no tenerlo. "¿Estás bien?"
"¿Acaso no puedes verlo?, estoy perfecta" La desconocida no brindó ni una mirada en dirección a quién la había salvado, solo siguió caminando.
"¡Disculpa! Fue una pregunta tonta" Umi se quito el abrigo, ofreciendolo a la desconocida. Ella se detuvo y la miró sin ninguna expresión en particular. "Úsalo, por favor" Umi no le dio tiempo alguno para responder pues ya había pasado la prenda por los hombros titubeantes.
"Gracias" Se aferró al caliente abrigo con apuro, y Umi no pudo evitar sonreír, mas no podía dejarlo solo así.
"Mi casa esta a dos cuadras de aquí, ven conmigo, curare tus heridas"
"No es necesario"
"Por favor, yo no puedo dejarte ir así"
La rubia suspiró y deteniendo su paso se enfrentó a su 'salvadora'.
"No me importa que me hayas salvado de ese imbécil, mi cuota seguirá siendo la misma aún si mi rostro esta hecho mierda, ¿Entiendes?"
"Entiendo... no, realmente no lo entiendo. ¿Cuota? ¿A qué te refieres?"
"Vaya" La rubia sonrió y Umi se asombró de que aún si su rostro estaba en pésimas condiciones, ella lucia linda. "Cariño, soy una prostituta"
"Oh" Fue lo único que pudo responder, eso explicaba la escasa ropa.
"¿Y bien?"
"¿Qué?"
"¿Todavía quieres que vaya a tu departamento?"
"¡Por supuso!" Umi respondió de forma inmediata cayendo en cuenta segundos después "P-Pero no para que me proporciones tus... servicios. Sólo no quiero dejarte ir con esas heridas"
"Si tú lo dices" La rubia no confiaba totalmente en ella, pero no tenía ninguna otra opción; arriesgarse era necesario.
"Sigueme, p-por favor" Sintió vergüenza de su propio tartamudeo, pero el frío comenzaba a pesarle. Gracias al cielo su departamento estaba cerca. En menos de cinco minutos se encontraba intentado abrir la puerta.
"Lo siento, es nueva cerradura y aún esta un poco dura"
"Entiendo"
Después de que logró por fin abrir la puerta, movió el interruptor en la pared para iluminar el recibidor.
"Adelante"
La joven se adentró al cálido departamento, dejó sus zapatos de tacón y aceptó las pantunflas frente a ella.
"Ponte cómoda, no tardo" Umi se perdió por el pasillo. Mientras tanto la chica tomo asiento en el sofá, observando desde ahí los retratos sobre la pared. La chica de cabello azul y una pelirroja, estaban en cada foto; París, Egipto, Londres, fueron algunas de las ciudades que logró reconocer. Era fácil llegar a la conclusión de que su salvadora era acaudalada.
"Espero no haber tardado" Umi abrió el botiquín de primeros auxilios y lo dejó sobre la mesa de café. Pensándo que tal vez necesitaría aún más que simple agua oxigenada y gasas.
"Para nada."
"Bien." Cogió la toalla que había traído con ella desde el baño y con cuidado limpio la sangre fresca que adornaba el rostro ajeno. Habiendo quitado todo el excedente procedió a empapar cantidades considerables de algodón con agua oxigenada.
Quedaba la última herida, la más grande de todas. Con un vistazo era fácil saber que se necesitaría puntadas. Para su buena suerte el ruido en la puerta le hizo saber que ella por fin había llegado.
"Estoy en casa"
"Bienvenida" Umi alzó la voz desde la sala. Segundos después una joven pelirroja la observaba interrogante.
"¿Quién es ella?"
"Es una larga historia" La peliazul se removió incómoda sobre su lugar. Sabía que un fuerte regaño vendría tarde o temprano. "Necesita puntadas, ¿Podrías?"
"Llévala al hospital" Dejó el maletín que llevaba sobre la mesa y prácticamente se tiró sobre el sofá contiguo. El cansancio era palpable con sólo mirarla.
"Maki, no puedo llevarla. Por favor, hazlo"
"¿Por qué no puedes?" Sus ojos se encontraban cerrados, dando la impresión de que de un momento a otro caería dormida.
"Te explicaré más tarde." Umi comenzaba a sentirse incómoda entre las dos chicas. "Pediré tu comida favorita."
Maki abrió un párpado y después el otro, con un gruñido se levantó del sofá y observó desde arriba a su 'invitada'. "Prepárame el baño también"
"Claro" Sonriendo, Umi se levantó y dejó a ambas chicas solas.
Maki estaba acostumbrada a ese tipo de circunstancias. Umi de vez en cuando llevaba animales heridos o desnutridos a casa, no importaba las veces que ella la regañara por el comportamiento infantil, siempre volvía a hacerlo. Pero llevar a una persona, eso jamás había sucedido. Retiró su mirada penetrante de la rubia y se perdió por el pasillo sin emitir palabra.
"Joder" La joven no presto atención al comportamiento grosero de la pelirroja, tenía cosas más importantes en cuales enfocarse, como: el dolor punzante. Tanteó con preocupación su rostro golpeado; la piel estirada por la hinchazón le dio una para nada cálida bienvenida. El dolor pasó rápidamente a segundo término, ahora la preocupación tomaba el liderazgo. Era una temporada alta en cuanto trabajo, pero con el rostro tan lastimado dudaba mucho que alguien quisiera pagar el precio justo, tendría que rebajar la tarifa... ¡Se maldecía una y otra vez! Ir a parar con un estúpido alcohólico y con una tipa con sueños de heroína era lo último que deseó para su noche. Pero al menos la última había resultado de mayor ayuda.
"Levanta el rostro" La voz impregnada de fastidio obtuvo su atención. Levantó el rostro tal y como le fue pedido, un segundo después sintió el pinchazo de la aguja. Poco a poco la anestesia comenzó a surtir efecto, sabía que un par de dedos enguantados inspeccionaban la herida, pero le era imposible sentir el tacto.
"No te muevas" Después de inspeccionar y limpiar a adecuadamente la herida, Maki, procedió a suturar; un par de puntos fueron suficiente.
El timbre se escuchó por todo el departamento, Maki dejó los instrumentos sobre la mesa mientras Umi atendió al llamado.
"La cena está aquí"
Sonriendo, Umi regresó a la cocina y Maki se encargo de recoger cada cosa que estorbaba para comer ahí mismo. Dada la profesión de la pelirroja, comer en la sala se convirtió en lo más común, aún para disgusto de Umi.
"Aquí tienes, Maki" La peliazul le entregó un plato rebosante de espaguetis a la boloñesa. "Esperó que no te desagrade el espagueti..." Umi hizo pequeña pausa al entregar el plato a su visita, aguardando para escuchar su nombre, pero la sutil indirecta no llegó a la rubia.
"Están bien, gracias"
"No es nada" Umi tomó su propio lugar a un lado de Maki "¿Cómo estuvo el trabajo?"
"Igual que siempre, estresante"
"Qué mal"
El resto de tiempo, cada una de las ocupantes de la habitación permaneció en silencio. Todas hundidas en sus propios pensamientos. Al terminar la cena, Umi le mostró a su visita el lugar donde pasaría la noche.
"Esta será la habitación donde dormirás, en el armario hay pijamas que seguramente serán de tu talla, el baño se encuentra detrás de esa puerta"
"Gracias"
Umi comenzaba a sentirse incomoda frente a la rubia. No importaba lo que le dijera, nunca recibía más de dos o tres palabras.
"¿Puedo saber tu nombre?"
La joven dejó de observar la habitación y centró su atención en ella. Pareció pensar breves segundos antes de finalmente responder.
"Roxanne"
"Soy Sonoda Umi, es un gusto Roxanne"
Como cualquier persona educada, Umi hizo una leve inclinación que no fue respondida.
"Bueno, descansa, si necesitas algo estaré en la habitación contigua"
"Entiendo"
Umi regresó a su propia habitación donde Maki ya la esperaba.
"¿Necesitas que te de un masaje?"
Maki negó con la cabeza mientras sujetaba la toalla alrededor de su cuerpo, el baño había logrado calmar su cansancio.
"Sólo te necesito a ti"
Umi sonrió en cuanto la pelirroja la envolvió en un sutil abrazo, sus brazos apenas la sostenían. Parecía un infante al regresó de su primer día en el kinder, cansado y sin deseos de volver nuevamente.
"Te extrañé"
"Yo también te extrañe" Dejó un suave beso sobre el cabello húmedo y con sus dedos comenzó a trazar figuras imaginarias a lo largo de la aún mojada espalda ajena.
"Aún no sé si mañana llegaré a dormir"
"Entiendo, no te preocupes"
"No lo hago"
Generalmente las palabras de Maki no eran sinceras, pero sus actos siempre lo eran. Cada beso que los gentiles labios de la pelirroja dejaba sobre el cuello contrario, eran la mayor prueba de ello. No fue hasta que se topo con una marca sobre el mentón que se aparto con brusquedad de Umi.
"¿Quién te golpeó?" No tardo en re-formular la pregunta. "¿De dónde salio esa chica?"
Después un suspiró, Umi comenzó a relatar todo lo sucedido. Palabra a palabra las cejas de Maki comenzaban a reconocerse como tantas veces antes.
"No puedo creer que seas tan idiota, Umi. Pudo haberte sucedido algo, aquel tipo bien podría haber traído un arma"
"Lo sé, lo sé, pero no fue así"
"¡Pero pudo haber sido!"
"Hey, seré más cuidadosa, ¿sí? Nunca me perderás"
Los ojos de Maki se empañaron de lagrimas ante un recuerdo lejano. Confiaría en Umi; confiaría en jamás ser abandonada.
No sé si decir que este sera mi primer fanfic que contará con más de dos capítulos capítulos o no (?) Tengo otro, pero más que nada son una serie de one-shots, así que éste sera algo así como mi primer bebé. Esta idea rondo por mi mente desde hace mínimo siente meses y hace cuatro comencé a escribirlo, pero perdí la inspiración y ahí quedo. Si me atrevo a publicar es porque estoy segura que tarde o temprano lo terminaré.
Para los fans de Eli, lo siento (?) intentaré ser muy cuidadosa con ella, pero no puedo prometer escenas del tipo que ya imaginan. Si no les agrada, es mejor que eviten leer futuros capítulos. Ah, cierto 'Roxanne' es Eli, tome el nombre de una famosa canción, puede ser algo confuso al inicio, lo sé.
Bueno, eso sería todo. Espero poder leer sus comentarios sobre este primer capitulo c: