Capitulo 15. Epílogo: Los cobardes de tiempo completo

En aquella época, antes de que Vonnie y Brock quedaran atrapados en la dimensión más peligrosa imaginable, había encuentros secretos que siempre se realizaban por la noche, después del acostumbrado trabajo de medio tiempo y cuando el aviso de "cerrado" ya se encontraba exhibido en la puerta.

- Bienvenido – Emitió Phil al hombre rubio que entraba al local.

Brock observó el lugar, vacío como de costumbre. Se sentó al lado del único "cliente" que había.

- Pensé que dijiste que iríamos a beber – Comentó el ojiazul al pelinegro a su lado.

Ante lo mencionado, Phil sacó una botella.

- ¿Lo ves? Aquí tenemos bebida – Rippen sonrió.

- Supongo que es mejor que nada – Emitió Brock mientras le llenaban el vaso.

- Y bien… ¿Qué le dijiste a tu mujer para que te dejara salir? – Preguntó el ojirojo, con su tono burlista - ¿Qué ibas a beber con un amigo?

- Le dije que iba a dar un paseo y aprovecharía de comprarle lo que se le antojara – Bebió de su vaso – Al salir de aquí tengo que ir por algo dulce para ella y Penn.

- Vaya… pero que buen marido y padre eres – Emitió sin apartar de su rostro aquella sonrisa.

- Deja de burlarte Rippen – Amenazó, indispuesto a soportar su sarcasmo.

- No lo hago por maldad – Bebió del licor – Sólo soy sincero.

- ¿Tú sincero? – Ésta vez, él fue el que tuvo deseos de reírse – No creo que hayas sido sincero una sola vez en tu vida Rippen, ni siquiera contigo mismo.

El ojirojo se mantuvo en silencio.

- No podemos seguir reuniéndonos así… - Brock negó con la cabeza - Vonnie podría llegar a sospechar…

- ¿Por qué lo haría? Te la pasas besándole los pies, dándole tu entera devoción… - Mencionaba desganado - Esa mujer tonta es incapaz de darse cuenta siquiera de en dónde está parada…

PLAM!

- ¡No hables así de ella!

Brock se puso de pie con brusquedad, haciendo caer la silla estrepitosamente.

- Está bien querido, ya no lo haré más – Rippen hizo un ademán con su mano – No tienes porqué alterarte tanto.

- Eres despreciable Rippen – Añadió el rubio, cansado de las burlas del otro – Voy al baño… luego me largo de ésta pocilga.

Tranquilamente, Rippen mantenía su rostro sobre la palma de su mano. Observó como el ojiazul le pasaba por un lado, evidentemente molesto.

- El cuento de nunca acabar – Emitió Phil, quién había estado viendo todo desde el principio – Él siempre viene y tú nunca te cansas de hacerlo rabiar.

- Es su culpa – Se defendió Rippen – En todo momento se pone a hablar de su esposa… esa fea mujer ni encanto tiene. No sé ni que le ve el muy tarado…– Bebió ceremoniosamente de su vaso.

- Mientes. Sabes que Vonnie es una mujer hermosa, sumamente encantadora – Prosiguió Phil – Es tierna, amable, dulce y sincera… poseedora de todo de lo que tú careces, mi buen amigo.

- Cierra la boca Phil… - Emitió en un murmullo. Sabía que el caucásico tenía toda la razón y eso lo llenaba de una rabia inmensa – Bien… creo que yo también iré al baño antes de irme – Exclamó para luego ponerse de pie.

- ¿Nunca aprenderás verdad? – Cruzándose de brazos.

La respuesta por parte del ojirojo, fue una sonrisa coqueta.

Phil suspiró. Parecía que Peces Pescados, fuera en realidad una extensión del teatro que estaba justo al lado pues, esos hombres, siempre montaban el mismo show cuando entraban a su local.

Dentro del baño, Brock se lavaba las manos mientras que Rippen no le quitaba los ojos de encima. El anillo de matrimonio del rubio siempre le cegaba la vista.

- ¿Viniste a vigilarme? – Le miraba a través del espejo.

- Quién sabe… - Continuó – Me pregunto porqué siendo enemigos, eres capaz de darme la espalda.

- Te conozco. Nunca me atacarías por detrás.

Rippen alzó las cejas para luego esbozar:

- ¿Estás seguro? Soy el villano aquí – Recalcó.

- Sólo lo sé – De nueva cuenta, el ojiazul reafirmó su posición.

- ¿Qué hay de ti señor Héroe? Si te doy la espalda… ¿Qué harás?

Brock se giró, su rostro denotaba completa seriedad.

- Sabes muy bien lo que haría… - Contestó con un anhelo profundo - Esa sonrisa tuya… - Prosiguió mientras le delineaba el mentón, poblado por aquella barba negruzca – Tan siniestra… pero a la vez tan encantadora…

- Sé que te gusta - Rippen amplio más aquella sonrisa. Le fascinaba perderse en aquellos ojos azules que lo miraban con extremado deseo, en esa y cada una de las dimensiones en las que se encontraban.

- Me vuelve loco.

- Je je… lo sé… me lo has dicho tantas veces.

Poco a poco el ojiazul se acercó a sus labios, Rippen permaneció quieto, esperando, pues en esas ocasiones, permitía que Zero lo dominase… y es que así le gustaba… desfallecer ante sus encantos.

Brock no le capturó en un beso; de nueva cuenta y con brusquedad, lo agarró de las muñecas y lo hizo estamparse contra la pared. El pelinegro se dejaba hacer, mirando al rubio con docilidad, como siempre lo hacía en aquellas circunstancias…

- Te gusta que te trate de éste modo ¿No es así Rippen?

- ¿Quieres que te responda? – Añadió con sensualidad, deseaba cuanto antes que lo tocara.

Brock volvió a comportarse agresivo, haciendo que el ojirojo se girara, manteniendo su rostro pegado a la pared a la que estaba acostumbrado a estamparse en cada uno de sus encuentros fortuitos.

Las manos del ojiazul le acariciaban dónde debían, conociendo a la perfección cada uno de sus puntos erógenos. En esos momentos Rippen no tenía que decir nada, pues Zero sabía lo que debía hacer.

Rippen deslizaba torpemente sus dedos sobre la baldosa, al tiempo que era penetrado desde atrás. Deseaba vociferar tantas cosas, pero se censuraba a sólo gemidos, resonantes en aquel baño que sólo los custodiaba a ellos dos.

Decir "Te quiero"… ¿Para qué? No era necesario…

El rubio llegó a su límite y el pelinegro también. En ese instante, Brock fue en busca de los labios de Rippen y éste ansioso recibió aquel beso cansado… el único que lograba recibir de su parte.

Un beso semejante a una asfixia…

Ya luego, Brock se arregló y salió del sitio en completo silencio. Phil esperó a que de nueva cuenta, Rippen volviera a tomar su lugar en la silla.

- Voy a tener que empezar a cobrarles por usar el baño para sus asuntos – Habló con su modo habitual de expresarse de todo – Ganaría más que con lo que consumen… ¿Por qué no se van a un motel o a tu departamento? – Le sirvió más licor al ojirojo, sabiendo que era lo que más necesitaba en esos momentos.

- ¿Para qué? Está bien así – Rippen se encogió de hombros – Después de todo, para él, esto no es más que eso… un desahogo sin importancia… - Metió el dedo en el vaso e hizo remolinos con la bebida.

- ¿Y qué hay de ti?

- ¿Qué quieres decir? – Preguntó sin interés.

- ¿Para ti está bien que sea de ese modo?

- Pues… con tal de que venga a mis brazos, no me importa realmente cuál sea el modo Phil – Respondió sin tapujos, sin una pizca de vergüenza.

- Veo que te has resignado a quedarte con las sobras. Explícame algo ¿Qué hay con todo ese coraje que desprendes cuando te enfrentas a él durante a las misiones? Porque parece esfumarse cuando se encuentran a escondidas.

Rippen sonrió, aunque se trataba de una sonrisa fingida.

- Ahí Phil, no sólo me enfrento a Brock, sino también a Vonnie… los héroes, el matrimonio Zero es mi enemigo… y yo le doy batalla. Ahora en middleburg, el único que me enfrenta es Brock… y yo… - Rió un poco - ¿Qué te puedo decir Phil? Sólo con Brock Zero, anhelo con desespero el momento de verme vencido… así sea pegado a la pared del baño de un restaurante donde sirven pescado frito y licor barato de dudosa procedencia – Exhibió con sumo embeleso. Le parecía estúpido, pero así se sentía en realidad.

- Estás completamente enamorado Rippen – Fue la conclusión categórica de Phil.

- ¿Yo? ¿Enamorado? – Se rió de nuevo abiertamente – No lo creo Phil… - Bebió de su vaso buscando de ahogar las palabras. Más luego volvió a repetir en un tono bajo y sin rastro de burla en su voz: - … No lo creo…

… O más bien, deseaba inútilmente, desesperadamente… que no fuera así…

FIN