Disclaimer:Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad del gran y adorado Masashi Kishimoto, sin embargo la trama es de mi dominio.

Pareja:SasuSaku

Fiction Ranking: M, mayores de 16 años

Summary: "La nueva casa era casi perfecta, excepto por el fantasma pegado a la ventana frontal. A pesar de su rostro pálido y ojos tristes, era increíblemente guapo. ¿Qué estaba pensando? ¿Un fantasma apuesto?"

Advertencias: AU (Universo alterno), OOC abundante, lemon

Estado:En proceso

Nota: Este fanfic está disponible en fanfic. es bajo el fandom de kpop (exo). Prohibida su publicación en cualquier otro sitio. No otorgo ningún tipo de permiso sobre mis fanfics.

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AFTER PARADISE

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Capítulo 1. Los fantasmas no existen.

Todo era casi perfecto, casi. Después de cruzar la puerta se dio cuenta.

Sakura miraba a la nada mientras el vendedor explicaba las cualidades de la casa. Era espaciosa e iluminada, con dos pisos y un gran jardín. Quedaba muy cerca de la universidad y el vecindario parecía tranquilo.

Esa era la primer ocasión en varios años que tenía esperanza en la vida y nuevas ilusiones. Si, incluso el precio era perfecto. Pero en ese momento las cosas no se veían bien.

—Rayos—susurró.

—¿Dijo algo?—preguntó el vendedor.

Ella asintió—Tengo curiosidad sobre el pasado de esta casa.

La mujer palideció con la pregunta de Sakura—Nada interesante. Una pareja joven fueron los últimos dueños, se mudaron a otra ciudad.

—Me pregunto por qué la temperatura es más fría dentro…—ella lo sabía, pero como siempre lo iba a ignorar. Aceptarlo estaba prohibido para ella.

—Quizás...pueda reducir el precio—sugirió el vendedor con una sonrisa incómoda.

El nuevo precio era tentador. No tenía mucho dinero, quizás debería comprarla, pero él aún seguía ahí, uno de sus más grandes problemas.

Respiró profundo. La casa en la primer impresión no se sentía depresiva, pero sí calmada. La temperatura era fría cerca de él, quizás Sakura podía quedarse ahí a vivir sin coger un resfriado. Pero la molestia seguiría estando ahí.

Se giró a la entrada, la razón que la detenía a comprar la casa no se había movido siquiera un centímetro. Como siempre, podía sentir su aura fantasmal. Era tan débil pero podía verla.

Ahí estaba un hombre joven, quizás en los veinte años—más sus años como fantasma—. Todo el tiempo había estado mirando a un punto lejano, sin pestañear.

—Eso es deprimente—pensó Sakura— pobre de él, quizás está condenado a estar junto a esa ventada para siempre.

Entonces algo sucedió, el chico se giró y elevó la vista, sólo para mirarla. Sus fríos ojos eran terribles, pero, era atractivo en una manera muy tonta. ¿Por qué un fantasma podía ser tan guapo?

Sakura dio un paso hacia atrás y trató duramente de disimular. De repente el aire se volvió más denso. Bueno, su presencia era débil pero de algún lugar sacaba fuerza, quizás si ella trataba de no mirarlo mientras él estuviese en la casa, todo estaría bien.

Aunque ella movió sus ojos de él, pudo sentir que la miraba. Eso la puso nerviosa.

—¡Esta casa es hermosa! Escucha, esta es una oferta maravillosa, puedo bajar el precio, pero es lo último, sólo porque pareces una chica decente.

Cuando el vendedor propuso el nuevo precio, ella rápidamente aceptó.

Vivir con un fantasma no era su plan original, pero quizás podría controlarlo. Era tan silencioso, no como los otros fastidiosos fantasmas, podría vivir con él.

Sakura Haruno era una chica ordinaria—o al menos así lo pensaba—con aspiraciones normales. Tenía 22 y estudiaba la universidad. Tenía aspiraciones como cualquier chica normal de su edad.

El único problema era que no estaba cerca de la definición de una chica normal. Desde que podía recordar, podía ver esos molestos espíritus. El hecho era que, ella los odiaba. Cuando tenía cinco años, la asustaban todo el tiempo y en cualquier lugar, su niñez fue simplemente horrenda. Cuando era adolescente pensó que podía ayudarlos, un total error. Sakura aprendió su lección sobre el mundo fantasmal cuando conoció a su mejor amiga. Juró entonces nunca hablar con algún otro fantasma.

El primer día que llegó a ocupar la casa fue un poco extraño. Tratar de acomodar los muebles y al mismo tiempo tratar de ignorarlo era irritante. Ocupaba espacio, y su maceta favorita pudo lucir hermosa en el mismo lugar donde él estaba parado.

Ella podría ver fantasmas, pero sentía como cualquier otra chica. Ese tipo definitivamente era sexy. Sólo su apariencia, porque cada vez que ella cruzaba a su lado podía sentir disminuir la temperatura. Por un segundo tuvo curiosidad de saber cómo había sido la vida del chico. Pero eso era un tema con el que ella no podía entrometerse si quería tener una vida normal.

Después de pasar todo el día de un lado para otro, por la noche se dejó caer en un sillón de la sala. Estaba conforme con el resultado. Encendió el televisor y sin mucho interés saltó de canal en canal hasta encontrar una película. De reojo podía ver al chico, seguía en el mismo lugar.

Era curioso cómo ellos –los fantasmas— podían pasar días enteros sumidos en su penitencia. La de ese chico era estar viendo por la ventana, quizás esperando ver a alguien afuera. Sin embargo había casos peores.

Sakura no podía sacarse de la cabeza uno de los peores casos que había visto. Una joven se había suicidado en los baños de la escuela secundaria, cortándose las venas. Cada vez que quería ir al baño tenía que topársela. La chica estaba condenada a seguir la misma rutina día a día, hasta que quizás algún día pudiera conseguir cruzar. Se quedaba llorando en una esquina por unos minutos hasta que se paraba frente al lavabo y comenzaba a cortarse las venas. La sangre salpicaba por todo el lugar.

Pero aquel chico no parecía poder generar mayores problemas, o por lo menos eso parecía en su primera impresión. Quizás estaría todo bien si él seguía de esa forma.

Cuando comenzó a cabecear optó por apagar la tv e irse a dormir. Apagó las luces con el interruptor cerca de la puerta. Cuando todo se quedó a oscuras soltó un pequeño grito apenas audible. La luz de la luna entraba por la ventana e iluminaba a aquel fantasma de una manera muy peculiar. Sin embargo eso no fue lo que la sorprendió, sino el hecho de que el chico había girado la mirada en su dirección. Agradeció que las luces estuviesen apagadas pues él no podía ver que ella le devolvía la mirada. Fingió haberlo visto y pasó a su lado para tomar las escaleras. Mientras caminaba podía sentir que él no le despegaba los ojos de encima.

Incluso bajo las mantas no podía borrar esa mirada tan penetrante. Había algo en ella que no podía descifrar ni con todos sus años viendo fantasmas. ¿Era odio? ¿Dolor? ¿Angustia? Estuvo dando vueltas a ello por un buen rato.

—Los fantasmas no existen Sakura, no existen—dijo en voz baja para si cuando se desesperó, era su lema para convencerse de algo tan obvio.

Se cubrió de pies a cabeza con la sábana y por fin durmió.

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N/A: Este fanfic lo tenía desde hace tiempo pero bajo otro fandom, no me había dado cuenta que la personalidad del prota era muy parecida a como manejo la de Sasuke xD así que hoy, pasada de la media noche he decidido adaptarla :P Este fic lo tengo próximo a continuar y para la siguiente serán capis más largos! –este es decepcionantemente corto- La historia en sí…bueno, luego les platicaré de dónde surgió. ¿Quieren que la continúe? Rw's please!