Los personajes mencionados pertenecen a Masashi Kishimoto, la historia me pertenece.

SU RECUERDO EN TI

Cap. II

El Primer Encuentro I

En un hotel para nada lujoso, sino más bien de mala muerte, las armas estaban dispersas en toda la mullida cama, el aseo era aceptable, las espesas y pesadas ropas de invierno yacían en la silla de una esquina, la ducha estaba abierta y con ella el hombre de cabellos negros, algo largos, se bañaba con tranquilidad, sus manos tenían pequeñas heridas y el torso estaba ligeramente cubierto de moretones, mientras tocaba sus brazos y codos los recuerdos de aquellos hombres a los que golpeó hace unos días lo satisfacían, la memoria de su hermano lo lastimaba. ¿Cuándo pasaría todo?, ¿La paz llegaría a su alma alguna vez?, unos golpes en la puerta lo sacan de aquellos vagos cuestionamientos, apresuradamente con una toalla se cubre la parte inferior del cuerpo y toma una de las armas pequeñas de la cama, la puerta es abierta ligeramente. - ¿sí?

-Vengo a dejar las sábanas que pidió...- Una joven carga con ambas manos unas cuantas sábanas algo percudidas.

-¿Cuánto es?- Dijo con tono cortante y frio.

-Solo tómelas- La chica se sonroja al verlo solo con una toalla y deja las sábanas a la fuerza para alejarse apresuradamente.

-Mocosas...- Dice con un tono burlón e hiriente. No estaba acostumbrado a ser amable o comunicativo, la fuerza y agilidad era lo que el reconocía.- ¿Dónde puedo sacar información de Akatsuki?... Sousuke menciono a los Uzumaki, pero no son una familia grande, apenas un viudo y un huérfano... Si Akatsuki alguna vez trabajo para ellos, ¿Qué tipo de trabajo sería?... ¿De qué falleció la esposa?...

-¿Ya estas lista?- Una señora de cuerpo voluminoso apresura a la chica de cabellos rosas, quien prepara unas maletas.

-Espera un poco Ankko... A estos instrumentos se los trata con delicadeza...- La chica vestía elegante y su voz era melodiosa.

-Pues que extraño... yo te conocí de una manera violenta y peor cuando aquel hombre apuesto de hermoso cabello negro pensó que te haría daño...- Refutó la mujer.

-... A él ya no lo menciones... Por favor.- Tenía puesta una mirada seria sobre lo instrumentos.

-Terminaron... Lo entiendo... esta boca se cierra para siempre- Sin saber lo que realmente paso aquel día fatídico respondió a la petición de la joven.- Pero eres joven, puedes iniciar de nuevo con otro hombre mejo...

-Termino de mala manera, no quiero a nadie mas en mi vida, estoy mejor sola.- sonrió de manera disimulada.- Ahora ayúdame a llevar esto al auto.

-Se supone que tu padre adoptivo nos debería enviar ayuda masculina- Aqueja la voluminosa mujer.

-Esta bien, en cualquier momento llegará alguien- Carga algunas maletas sobre sus piernas.

-Bien niña, como tu asistente te informo que dentro de dos semanas habrá un concierto de orquesta sinfónica al cual estas invitada para cantar, ¿Aceptas o rechazas?

-¿Qué hace él aquí? -Sakura señalaba al chico con el que había crecido dentro de aquella familia rica.

-Te acompañaré todo este viaje, los otros nos seguirán de lejos, el Sr. Minato me envió.

-Pues tardaron mucho.- Ankko uso un tono de reclamo.

-Bien, ahora ¿A dónde debemos ir?- preguntó Sakura para cambiar de tema.

-Debemos estar en la capital para el concierto, instalarnos en un hotel y asistir a los ensayos- Dijo muy animosa la mujer de cabello negro.

-Vamonos entonces.

Los viajes de noche era de lo que más la agradaba a Sakura, en aquella camioneta color negro, todo era cómodo, pero no quería dormir, sabía que soñaría y no quería recordar nada del pasado. Los árboles pasaban a gran velocidad, los faroles, las señales, los recuerdos, no iba a poder olvidar el viaje en el que lo conoció, esa accidental confusión de asientos en el tren y la futura confesión de lo poco accidental que fue, realmente él buscaba conocerla. Fueron buenos tiempos para ambos, las citas casuales, las conversaciones en los teatros, los juegos infantiles, los "me gustas" y "te amo", cerró los ojos y quiso pensar que era él quien estaba al lado, pero no podía, su imagen se volvía borrosa en la mente.

-Sakura- Trata de despertar a la chica.- Sakura tendremos que tomar el tren, el tráfico es demasiado para llegar, además Sai no debe conducir muy tarde.

-¿El tren?- Preguntó nerviosa.

-Bueno es que el organizador del concierto lo tomará dentro de 5 estaciones y seria bueno que hablaras con él... Sai vamos directo a la estación.

-¿Dentro de 5 estaciones?, ¿Cuánto tiempo estaremos en el tren?- Dijo descontrolada.

-Si tienes alguna fobia seria bueno que hables ahora, porque será como unos dos días a lo mucho.

-¿Dos días?, eso es mucho tiempo, ¿No podemos ir solo en auto?

-Las relaciones con el director son beneficiosas para ti, esto no debe desaprovecharse.

-Bien.

-El equipaje lo sacaremos Sai y yo, tu tomarás tu boleto y buscarás nuestro minicuartito, ¿Ok?

-Si, después de todo no es tan difícil encontrarlo.- El desánimo y la tristeza se apoderaron de ella.

Con el paso lento se dirigía a las casetas de boletos, después de entregarlos, su cuerpo andante parecía un alma en pena, la estación no era la misma, ni siquiera la ruta lo era, pero aún así los recuerdos florecian. No quería esperar fuera, una vez vio aquel gusano de metal elegante decidida entro en él.

-Los pasillos deberían ser más anchos...- Murmuró, después de caminar unos minutos encontró sus asientos pero cuando toco la manecilla de la puerta había otra mano en ella, una fría y familiar mano.

-Son mis asientos.- No espero saludos ni preguntas, él no tenía tiempo para esas cosas, pero algo no estaba bien, ella solo lo observaba, sus hermosas iris verdes se hacían pequeñas en aquel mar blanco que crecía alrededor de ellas.- Son mis asientos- Repitió seriamente, pero no obtenía respuesta, Sasuke podía perder la paciencia pero aquel rostro le parecía misterioso y sintió que podía verse así mismo.

-T tú...- Sakura pudo abrir sus labios después de algunos largos segundos de asimilación, ¿Era Itachi?, aunque no tiene las marcas en las mejillas, la forma y color de los ojos, el cabello, el color de piel, ¿Por qué era tan parecido?.- ...¿Quién eres?

-Yo...- Lo único que salió de sus labios fue aquel monosílabo ante la presencia de aquella mujer que mucho ocultaba.

...

No esta tan largo porque hay una segunda parte… Debido a dos accidentes, con mis dos celulares no pude escribir muy seguido, los capítulos ya los tenia hechos de ambos fics pero el trabajo y el estudio hacen que el movil salga del bolsillo ruede todas las escaleras y se haga M.I.E.R.D… okay de todas maneras agradezco comentarios y estrellas o pulgares, Bueno gracias por leer...

Se despide la autora *-* Rivalea.