Anime: Owari no seraph /Seraph of the end.

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Título: "El día libre de Guren".

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Género: intento de humor / leve AU junto.

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Decleimer: Owari no seraph no me pertenece ni sus personajes, solo la historia es de mi total creación y las locuras en ella sin fines de lucro y sin pedir algo a cambio.

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Disfruten de la lectura.

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Sumary: un buen descanso cualquiera lo merece, en especial el, aquel hombre que con todo su ser defendía a los débiles de las temibles garras de los vampiros; aquellos que querían arrebatarles su libertar y explotarlos como ganado. Un día perfecto para el gran Guren, hasta que cierto grupo de personas hacen de su día una pesadilla.

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El día como en la mayoría de todos en la semana, había amanecido parcialmente nublado con una leve caída de llovizna por la mañana, las hojas de los arboles eran movidas por el fresco viento de aquella mañana.

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Disfrutando de una caliente taza de café junto a unas crujientes tostadas con crema, el teniente coronel Ichinose Guren desayunaba tranquilamente en el comedor general de la susodicho gran: "Ejército Demonio Imperial Japonés"; ya muchos de sus amigos se habían idea a sus respectivos deberes de este grupo militar creado con el único fin de vencer a los vampiros.

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Bebía de su taza cuando una chiquilla que si por el fuera la tendría resguardada bajo llave, llego sentándose frente a el y recargando sus codos sobre la mesa para sostener su cabeza; su mirada se enfocaba en aquella figura frente de ella mientras mecía sus pies de adelante hacia atrás. Sin inmutarse ante la presencia de aquella niña, Guren continuo con su desayuno hasta terminar la ultima gota de café.

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—¿Sabes que día es hoy? —pregunto Hīragi observando cada movimiento del mayor quien hacia oídos sordos —hoy es su día libre, teniente coronel Guren-san —respondiendo ella misma a su pregunta.

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Dejándola ahí y después de dejar su charola en la barra, salio del comedor aun sin un lugar fijo donde ir, no tardando mucho Shinoa en seguirlo como la mayoría de las veces lo hacia solo para sacar algo de provecho.

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—¿No sabe aun que hará?

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Podía escuchar las voces de los profesores impartiendo clase a los futuros protectores de la humanidad, aquellas clases en las que el estuvo, los ruidos y sonidos se iban siendo cada vez menos al ir bajando de nivel hasta llegar al último, sin ser aun dejado por la pequeña chica.

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—Sabe, e escuchado que por la tarde Sayuri-san estará libre.

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Abrió la puerta a la calle del lugar donde algunos soldados y tenientes rondaban chalrando sobre los ataques y algunos puntos que servirían de ayuda para la batalla. Avanzo por estos siendo saludado con respeto pero el los ingoraba tal y como lo hacia con Hīragi.

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—No podrá ingonarme todo el día, teniente coronel Guren-san.

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Shinoa no perdía momento en estar con aquel hombre a quien le gustaba molestar; sabia que tarde o temprano ella vencería de una u otra manera. Las clases de ese día para ella y su equipo habían sido canceladas por unos días hasta que se recuperan del todo por sus lesiones ante el combate contra los vampiros.

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—Yuu-chan se a estado comportado mejor de lo usual —comento Shinoa mirando de reojo al mayor —y parece llevarse muy bien con Mitsuba-chan.

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—¡Achú!

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—Salud —ofreciendole un pañuelo para limpiarse.

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—Oye Yoichi, ¿me traerias un jugo? La verdad siento la garganta muy seca.

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—Claro que si, Yuu-kun.

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Y como fiel y buen amigo de Yūichirō, Saotome salio de la habitación en busca del jugo para Hyakuya, quien al verlo salir tomo una chaqueta y zapatos para salir sin ser visto por las enfermeras en busca de Guren.

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—¡Achú! —estornudo Mitsuba mientras caminaba por las instalaciones del lugar en busca de ciertas personas que le debían un par de cosas, hasta que a no muy lejos de ahí, vio pasar a un chico con un cabello muy conocido para ella.

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—Teniente coronel Guren-san —se escucho decir a la chica antes mencionada quien llegaba a paso rápido donde ellos, pero con un rostro mostrando inconformidad —no tolero el comportamiento de Hyakuya y Shihō —hablo molesta.

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—No me importa —respondio pasando por un lado de ella dejándola aun mas molesta.

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—¡¿A quien le llamas "niño" ?!

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—¡¿Y tu a quien le dices poste?!

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Mientras Kimizuki y Hyakuya se agarraban a golpes solo por una tontería dicha de parte de Yūichirō; Yoichi intentaba separarlos inútilmente ya que este mas que nada temía por su integridad física.

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—Yuu-kun, Kimizuki-san, por favor paren.

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—¡Es el colmo! —sentencio Mitsuba al lanzar a ambos con una pata.

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—¡Oh! Mitsuba-chan, comprendo tu pena —finguendo total tristeza, Hīragi tomo las manos de la chica entre las suyas —el estar cerca de aquel amor que llego caído del cielo sin poder tenerlo mas que como uno del grupo entristece tu pobre corazón, Yuu-chan sufre tu misma pena —lanzando miradas picaras a la chica de orbes azules quien aumentaba aun mas su molestia y no solo eso, el rubor en sus mejillas y vergüenza.

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—De que demonios hablas —soltandose fuertemente del agarre de la chica.

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Mientras el par seguían con sus charlas que al final terminarían en una pelea mortal a muerte por parte de Matsuba, ya Guren se había librado de aquella que le sacaba de quicio solo para que otro peor tomara su lugar intentando con total fracaso como siempre de golpearlo.

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El pie directo a la nuca de Ichinose fue hábilmente detenido por este para segundos después estarle pranticando una llave.

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—Fui tolerante contigo en el hospital, pero afuera es otra cosa, Yūichirō.

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—¡Ggrrr! ¡Como se atrevió a separarme de mi familia! —grito Hyakuya mientras su pierna era torturada aun.

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—Tu familia esta aquí, dejate de niñerías y larga te a tu cuarto que si no yo mismo te ato a la cama.

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Hasta dejar que se tranquilizara, o igual le tronara la pierna y decir que tropezó por las escaleras ante un mareo, Hyakuya fue soltado ante la suplica de Yoichi quien al parece era quien mantenía vigilado a Yūichirō hasta que este le pido un jugo y el obedientemente fue por el.

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—Yuu-kun ¿estas bien? Yuu-kun —ayudando a Hyakuya a levantarse del suelo, este solo gruño mirando a Guren —hay que regresar al cuarto antes de que te resfries.

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Durante el transcurso del rato que llevaba fuera del edificio, el clima era bastante frío por lo que algunas ramas de los arboles se movían de un lado al otro. Reviso su reloj el cual indicaba veinte para las once del día.

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—Oye Guren.

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Llamo ahora Kimizuki al aun nada irritado Ichinose, quien se giro a verlo con cara de pocos amigos.

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—¿Comó permiten que idiotas como Hyakuya estén dentro de una unidad especial, y mas dejarlo usar un equipo, cuando es un monstruo?

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Aquella pregunta había dejado callado a los presentes ahí, nadie desde aquel incidente menciono algo sobre lo que había pasado, y menos tan directamente al mismo Guren en persona.

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—Preocupate por tus asuntos y deja a los grandes trabajar.

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Sabiendo que aquella respuestas no calmarian la duda de quien pregunto y de los presentes, Hīragi ya se encontraba a dos pasos delante de él.

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—Expliquenos por favor, teniente coronel Guren-san —mas que el mismo Yūichirō en persona, Shinoa tenia mas interés por saber los detalles de lo que realmente le han hecho a su amigo y compañero de equipo, y al no haber recibido palabra ella sola, al exponerlo Shihō seria mas difícil de ocultar para Guren.

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—Ya dije que dejen a los adultos trabajar.

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Pasando por un lado de Shinoa y esquivar de nuevo la patada de Yūichirō, se dio a perder de ellos al doblar la esquina de uno de los edificios.

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Solo saliendo de los limites de la fortaleza pudo tener momentos de tranquilidad, o eso creía hasta que cierto par de vampiros se atravesaron en su camino.

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—¡Ah! Pero si es un líder de los humanos —hablo Ferid mirando a Guren quien detuvo su paso a verlos —¿qué te trae por esta morada?

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—Verte a ti no lo creo, pero si te aniquilo, podre dormir en paz esta noche.

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—Creo que seguirás sin poder dormir en paz.

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—Pero primero tendría que matar a tu guarda espaldas del rubio.

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—Mika-kun se encuentra indispuesto. Pero te aseguro que le seria agradable verte para acabar contigo por lo que le hiciste a su princesa.

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Aquello logro sacar una risa al teniente coronel —¿princesa? Si te refieres a Yuu, lo único que tiene de princesa son sus berrinches. En cambio el rubio ese, tiene la fachada de una.

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—¿Mika-kun una princesa? Que cosas dices —río Ferid .

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Crowley sólo se limitaba a ver el par quienes le parecían un tanto similares en la forma de pensar.

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Unas cuantas gotas comenzaron a caer del cielo para luego venirse una fina lluvia, la sonrisa del séptimo progenitor se ensanchó con burla mientras Guren sólo sonreía burlonamente posando su mano sobre su arma en espera de cualquier reacción por parte de ambos vampiros.

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—Sera mejor irnos Ferid, no queremos hacer esperar a nuestra tercera fundadora.

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—Ah, cierto —girandose a ver a su compañero para luego volver la vista a Guren —aun que, creó que unos momentos de diversión no nos caerían mal.

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Después de aquellas palabras, ambos retadores empezaron una danzante pelea con sus espadas de un lado al otro, saltando y corriendo, esquivando los ataques del otro; ambos tenían lo suyo, pero es de esperarse que Ferid por el simple hecho de ser vampiro tiene más ventaja que el mismo coronel Ichinose.

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El viento arrastraba consigo las gotas de lluvia y hojas de los árboles que fácilmente se soltaban de las ramas ante la estación del año, ambos seguían luchando hasta que un tercero y cuarto se les unieron a la batalla.

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—Dispara, Byakkomaru.

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Continuará...