"El secreto está en encontrar a una persona que sepa estar sin ti, pero prefiera estar contigo"


Extraños con Recuerdos

Capítulo XI

Cuenta regresiva: un día y restando.

Esa noche Sakura se acercó a su marido y se aferró a él. Las hormonas le estaban jugando una mala pasada, pero ella aún estaba consciente que no podía cometer los errores del pasado.

Tranquilamente cerró los ojos y lo sucedido hace cinco años empezó a pasarse por su mente como una película.

Sakura se estiró perezosa en la cama, el día anterior habían recorrido los alrededores como Shaoran lo había prometido. Habían reído, compartido y hecho el amor.

Abrió los ojos y notó que estaba sola en la cama y en la habitación, se concentró en sentir si se escuchaba ruido en la cocina, pero nada.

Estirándose de nuevo, se sentó en la cama y buscó con qué abrigarse para salir a buscar al castaño, pero antes miró por la ventana de la habitación, para corroborar que hacía un día precioso.

Bajo contenta y en su mente tarareaba una canción; buscó a su alrededor, pero nada.

Entró a la cocina y miró en la mesa, encima había un tazón, una flor y una nota.

- El error es mirar lo de ayer con ojos de hoy, querer que las cosas vuelvan a ser igual cuando tú ya no eres el mismo, como si se pudieran reciclar los suspiros o dar un mismo beso por segunda vez –Sakura paso su dedo por sobre esas líneas y un vacío en su pecho le robo la respiración- ¿Shaoran? –preguntó inaudiblemente- Dios, no –llevo sus manos a su pecho y cayó de rodillas.

Lloró un par de minutos o quizás fueron solo segundos. Simplemente lloro hasta que una idea cruzo su mente.

Corrió escaleras arriba y busco ropa que ponerse. Buscó su teléfono y empezó a hacer una llamada.

- Tomoyo, necesito ayuda –y cortó.

A los pocos minutos su amiga estaba estacionada afuera, Sakura salió corriendo de la casa y se subió al auto.

- Estabas preparada –asumió la castaña cuando Tomoyo solo dio marcha al auto y ni preguntó el camino.

- Shaoran le avisó a Eriol y… –alzó los hombros restándole importancia- Habían dos opciones.

- O me quedaba llorando y lo dejaba ir, al fin; o me daba con la realidad en la cara y superaba el pasado.

- Yo siempre esperé que fuera lo segundo. Lo amas, Sakura, no entiendo por qué te demoraste tanto en entenderlo.

- No soportaba la idea que estuviera con otras, pero no lo quería a mi lado –confesó- Es egoísta, lo sé.

Cuando llegaron al aeropuerto, lamentablemente, el avión de Shaoran ya había partido.

El vacío del pecho de Sakura incremento y volvió decepcionada donde Tomoyo.

- Toma –le entregó Tomoyo una carta- La dejó en la puerta de nuestra cabaña.

Sakura la tomó y leyó:

Tomate tu tiempo, cerezo… solo no tardes mucho.

Shaoran.

- Debiste darme una cachetada cuando aún tenía tiempo de retenerlo a mi lado –le dijo a Tomoyo una vez que subieron al vehículo de la amatista para volver a la cabaña.

- Mi misión como amiga es aconsejarte y apoyarte en lo que decidas –dijo sabiamente- Te dije que amabas a Shaoran más de una vez, ya no podía hacer más. Tú decides.

- Lo sé –fue lo último que dijo la castaña y apoyo su frente en el vidrio de la puerta del auto.

Como era el último día de las vacaciones, lo ocuparon en empacar y subir todo al auto, dejar la cabaña y tomar el camino de regreso a casa.

El viaje a Sakura se le hizo largo, como iba sola en la parte trasera se recostó y jugó con su celular.

Si llamaba a Shaoran, ¿él contestaría?

Si enviaba un mensaje, ¿le respondería?

Sakura sabía que necesitaba hacer algo más que una llamada o un mensaje. Sakura sabía que debía recuperar al hombre de su vida. Pero también sabía que necesitaba tiempo.

El tiempo suficiente para ser la mujer que Shaoran se merecía.

Pasó un mes exacto en que no se comunicó con él, no pidió noticias de él ni permitió que sus amigos se la dieran. No preguntaba por él y nadie hablaba de él.

Entonces fue cuando Sakura lo notó, supo lo que Shaoran debió haber sentido cuando sanó sus heridas, podía sobrevivir el uno sin el otro, pero preferían estar juntos.

Cuando al mes de estar separados se sintió sanada, empezó a pensar cómo podía volver a ver al castaño, pues llegar a su puerta y decirle que estaba lista distaba mucho de ser una buena manera de volver. O por lo menos, una manera mínimamente romántica.

No creía correcto solo llegar y entrometerse en la vida del castaño.

Al mes y medio de darle vuelta al asunto empezaron a atacarlas las dudas.

¿Y si estaba con otra?

¿Y si ya no estaba enamorado de ella?

¿Y si la había olvidado?

Generalmente las dudas la asaltaban durante la noche y no podía conciliar el sueño, durante el día se encontraba tan ocupada que ni siquiera pensaba en ello.

Pero fue un domingo en la noche, fingiendo ver una película, que no pudo contenerse.

Agarró sus llaves y manejo a casa de Tomoyo.

Golpeó varias veces y tras unos minutos, Eriol abrió.

- ¿Sakura?

Sakura lo miró de pies a cabeza, no había duda de lo que sus amigos estaban haciendo, pero no tuvo tiempo de disculparse por la interrupción.

- Necesito saber cómo y dónde está –más sonó a súplica que exigencia.

Tomoyo apareció abrochándose la bata detrás de Eriol y una bella sonrisa que expresaba que había esperado ese momento quizás más que la propia Sakura.

- Bien y en China –contestó el de ojos azules.

- ¿Soltero? –preguntó asustada.

Eriol asintió.

- No es algo que yo le hubiese preguntado directamente, pero si hubiera conocido a alguien supongo que me lo hubiera contado –dijo tras meditar sobre el asunto.

- Pero entonces no puedes asegurarme que no esté con alguien –concluyó la castaña derrotada.

- Ha viajado mucho estos…

- Sakura, entra, hace frío –interrumpió la amatista tomando a su amiga de la mano y haciéndola entrar mirando de reojo a Eriol, quien solo alzó los hombros en muestra de inocencia.

Una vez dentro, los novios se sentaron frente a la castaña.

- Yo le pregunté directamente –informó Tomoyo.

Ante esa información los ojos verdes brillaron expectantes

- Cuando respondió se puso a reír y dijo "si ella quiere saber, que venga y lo averigüe".

Las palabras de Tomoyo seguían en su mente cuando esa misma madrugada Sakura estaba arriba del avión rumbo a China.

Su estómago subía y bajaba, su pecho le avisaba de lo nerviosa que se encontraba. Su respiración no lograba estabilizarse.

No recordaba cuánto tiempo tomaba de Tokio a Hong Kong, pero lo que fuera sabía era una eternidad.

Cuando se bajó y se encontró en medio del aeropuerto, agradeció enormemente que Tomoyo la obligara a ponerse un vestido, de ser por ella hubiera venido con la ropa de casa que andaba trayendo.

Aferrada a su pequeña maleta de mano, que traía lo necesario para un par de días, camino con paso firme fuera del aeropuerto.

Busco en el bolsillo de su maleta la dirección que le diera Eriol de la casa y de la oficina de Shaoran, pues era lunes y el castaño de seguro estaría trabajando cuando Sakura llegara a Hong Kong.

Su básico manejo del idioma no impidió que se comunicara y expresara dónde quería llegar.

Cuando pagó el taxi y se bajó ante el imponente edificio de las empresas Li, sus piernas temblaron y no cayó solo por la fuerza de voluntad.

No recordaba realmente ese edificio, pues nunca acompañó a Shaoran en su trabajo. Se lamentó, siendo consciente de la cantidad de errores que había cometido con el castaño.

Armándose de valor entró al edificio. Como era de esperarse, la entrada del edificio era tan imponente como el edificio mismo. Un hall espacioso, con gente en traje yendo y viniendo.

Se acercó a la recepción y esperó que las mujeres allí sentada dejaran de atender el teléfono.

- Bienvenida a Li Corporation, ¿en qué puedo ayudarla? –dijo limpiamente en Chino la mujer.

- Necesito ver a Shaoran Li –dijo torpemente la castaña.

- ¿Sha-o-ran? –repitió confundida la mujer.

- Xiao Lang –pronunció perfectamente Sakura.

La muchacha la miró de pies a cabeza y le hizo una seña de que esperara un momento.

Sakura se sintió intimidada. Por supuesto que no sería tan fácil reunirse con el dueño de la empresa.

- ¿Tiene una cita? –pregunto la mujer tras un momento de teclear algo en su computadora.

Sakura negó.

La mujer hizo una mueca que no pasó desapercibida para la castaña.

- Veré si el señor Li puede atenderla.

Sakura asintió y se alejó un paso del mesón mirando a su alrededor.

¿Cuántos pisos tendría ese edificio? ¿Y en cual de esos pisos estaría Shaoran?

La lógica le indicaba que los dueños de esas compañías siempre tenían sus oficinas en lo más alto del edificio, pero la lógica también le decía que no sería tan simple subir.

Pensaba en todo eso, porque la mujer jamás pregunto su nombre, así que asumía que no la dejarían pasar.

- Señorita –la llamó la mujer de pelo negro y con un perfecto moño- ¿Cuál es su nombre?

Sakura frunció el ceño con desconfianza.

- Hiraguizawa.

La mujer abrió los ojos sorprendida y volvió a anotar algunas cosas en su computador.

Sakura fingió confianza y esperó.

- Señorita, por favor acompáñeme.

Sakura caminó junto a la mujer hasta un ascensor que no estaba a la vista de todos, apretó algunos botones y salió del ascensor.

Sakura tuvo miedo.

- Alguien la recibirá arriba –le informo formal y el ascensor cerró sus puertas.

Efectivamente el ascensor subió a lo que Sakura pensó era el último piso y como le dijera la mujer, otra con un uniforme de un tono más claro que la de abajo la recibió.

- Buenos días, señorita Hiraguizawa. Por favor acompáñeme, el señor Li la atenderá en un momento.

Sakura se puso nerviosa, siempre había sido despistada, pero la facilidad con que la habían llevado a la oficina del dueño la preocupaba. O la seguridad era muy buena o muy débil.

Se sentó a esperar, la nueva mujer le ofreció algo de beber que rechazó amablemente.

Pasaron los segundos y los minutos. Empezó a jugar con su pie, marcando un ritmo que solo existía en su cabeza.

Había olvidado todo lo que había planeado decirle a Shaoran.

Concentrada en entender lo que decían a su alrededor notó como dos mujeres la miraban.

Y algo llamó su atención, ¿trabajaban puras mujeres allí?

Frunció el ceño y detuvo el movimiento de su pie.

Pronto, el mismo ascensor por el que ella había subido volvió a abrirse.

Un hombre con traje oscuro gris, camisa y corbata a tono, zapatos negros debidamente lustrados, pelo castaño y ojos ámbar salió de él.

Sakura se puso de pie como si tuviera un resorte en el trasero y el movimiento que hizo su vestido hizo que Shaoran fijara su vista disimuladamente en las piernas de ella.

- Hisana –llamó con voz grave y la mujer que la había recibido cuando el ascensor apareció frente a ellos, se paró frente a Shaoran.

- Señor Li –dijo asustada y luego carraspeo para aclarar su voz- Ella es la mujer que dijo ser una Hiraguizawa, aquí está su expediente.

Sakura abrió los ojos y la boca cuando la mujer le pasó a Shaoran una carpeta que él recibió y con un gesto, la que ahora sabía se llamaba Hisana volvió a su puesto de trabajo.

Shaoran estiró su mano con la carpeta indicándole a Sakura que avanzara a la gran puerta que había a unos pasos. Una vez dentro a Sakura pareció volverle la voz.

- Diez minutos –dijo asombrada- ¿Habré estado diez minutos acá y te hicieron una carpeta con mis antecedentes?

Shaoran se sentó y abrió la carpeta.

- En realidad has estado acá 18 minutos –informo.

- ¿Por qué me dejaron subir?

- Hay cámaras de seguridad en la mayoría de los lugares del edificio –se reclinó en su silla hacia atrás- Mi jefe de seguridad tiene fotos y datos de las personas cercanas a mí.

Sakura abrió la boca y la cerró. La abrió de nuevo y volvió a cerrarla.

Shaoran con una sonrisa de medio lado se puso de pie, rodeó su escritorio y al quedar frente a Sakura se apoyó en su escritorio y se cruzó de brazos. La analizo de pies a cabeza.

- Y bien, señorita Hiraguizawa, ¿viene a informarme que se casó con mi mejor amigo y le robo el novio a su mejor amiga?

Sakura lo analizó, se mordió el labio y bajo la cabeza.

- Tus recepcionistas me atemorizaron y no sabía si me dejarían subir.

- Existe el celular, Sakura –aclaro el castaño- ¿Por qué no me llamaste?

- No se me ocurrió, solo quería verte, no estaba en mis planes decirte por teléfono que estaba en la recepción de tu edificio.

El porte cómodo y dominante de Shaoran hizo temblar por dentro a Sakura. Su olor inundó sus fosas nasales y la imagen de él penetrándola llegó a su mente. Volvió a morderse el labio mientras con su mirada inspeccionaba a Shaoran.

- ¿A qué debo tu distinguida visita?

- Tengo que hacerte una pregunta –dijo seria.

- Ya veo, una que no podía ser por teléfono ni por correo –se descruzó de brazos y puso sus manos en el escritorio una a cada lado de su cadera- Bien, soy todo oídos.

- ¿Estás con alguien? –pregunto de forma directa.

Los segundos en que Shaoran alzó las cejas y formo una mueca parecida a una sonrisa en su boca, fueron eternos para la de ojos verdes.

- Con alguien, ¿cómo? –jugó el castaño.

Sakura suspiró exasperada.

- No juegues conmigo, Shaoran –pidió jugando con sus dedos en la manilla de su maleta de mano- Sigues… ¿soltero?

- No me he casado –contestó rápidamente.

- ¿Y estás con alguien ahora como pareja, novia, lo que sea?

- No soy bueno teniendo amigas, deberías saberlo –le recordó- No tengo novia y…

Dejo la respuesta en el aire cuando ante sus ojos Sakura palideció y de no ser por su rápida reacción la castaña hubiera dado con la cabeza en el suelo.

- ¡Sakura, Sakura! ¿Estás bien? –pregunto el castaño alterado con ella en el suelo.

- Si –dijo suavemente ella, pestañeando lentamente- Solo…me maree –dijo llevando su mano a su frente.

Shaoran suspiró aliviado y pegó su frente a la de ella, cuando ella bajara su mano. Ambos cerraron los ojos.

- Bien, no vuelvas a hacerme esto. No tengo a nadie en mi vida –aclaró tan rápido como pudo.

Sakura, aun con los ojos cerrados, sonrió.

- Eso es bueno, porque vine a decirte algo importante.

- Bien, pero eso tendrá que esperar –dijo alzándola en brazos y llevándola al sillón de cuero negro que tenía el castaño en su oficina. La dejó ahí con delicadeza y se arrodilló a su lado.

Sakura llevo su mano a la mejilla de él y la acarició, él movió su cara para poder besarle la palma.

- ¿Necesitas algo? ¿Agua? -Sakura negó y la duda se notó en su cara ante la mirada de Shaoran, por lo que él expresó sus pensamientos- Será raro, pero cuando compré este sillón siempre pensé que podríamos tener sexo desenfrenado en él.

Sakura enrojeció y fue consciente de lo suave y blando que era el sillón.

- Lo siento –dijo él tomando sus manos- ¿Tenías algo que decirme?

- Quiero decirte que aprendí a vivir sin ti…

La carcajada de Shaoran la interrumpió.

- Pues fue un largo viaje para solo decirme eso –dijo aun sonriendo.

Sakura sintiendo que el mareo se le había pasado se sentó con la ayuda de Shaoran el que al terminar su misión se sentó junto a ella y dejaron sus manos entrelazadas.

- …pero prefiero estar contigo –terminó la castaña.

Shaoran le regaló ese día una sonrisa que Sakura solo volvió a ver dos semanas después, cuando descubrieron que el mareo que había sufrido la castaña era producto de los dos meses, recién cumplidos, de embarazo.

Descubrió también que el sillón negro de la oficina de Shaoran era muy cómodo para tener sexo y que el castaño había sido muy valiente en aguantarse para cumplir su fantasía de tener relaciones con su secretaria cuando hizo que ella se hiciera pasar por una. La hizo apoyarse en el escrito levantar su falda y no llevar nada abajo, para penetrarla libremente.

La tercera vez que volvió a ver la sonrisa especial de Shaoran fue cuando dieron el sí, un mes después, convirtiéndose en marido y mujer. Sakura dejó de ser Kinomoto y paso a ser la señora Li. Se mudó a China, aprendió las costumbres un poco conservadoras de la familia de Shaoran; aprendió el idioma e incluso de finanzas.

Cambio su vida, acepto el pasado, vivió el presente y fue feliz.

Porque después de eso ella fue testigo de las innumerables veces en que Shaoran le regaló esa sonrisa, que solo tenía para ella y su hijo.

O como supo unos cuantos años después…sus hijos.


¡Hola, hola!

Lo sé, lo sé. Es raro y lo entiendo. Simplemente creo que fue la forma correcta de darle el desenlace a la historia. Espero de todo corazón que les guste como a mí, porque se los digo, a mí me gusto.

Lamento mucho si las confundí y espero disfruten esta lectura.

Después de esto solo queda un capítulo que es muy probable empiece desde donde quedamos en el capítulo anterior y así la historia habrá terminado. Aun no lo decido, acepto sus opiniones.

Recuerden dejarme sus review.

Nos leemos.