¡Finalmente el capitulo final! A decir verdad no me esperaba que acabara esta historia en tan poco tiempo, supongo que de algo sirve el estar enferma XD –suplanten esto por una cara de sufrimiento–. Bueno ya dejando de lado esto, agradezco y espero que les haya gustado tanto como a mí me encanto escribirla, y opinen sobre las otras historias –en especial de Mi niña bonita, Libre soy, En busca de la felicidad y En busca de los sueños perdidos–. TwT bien les dejo este episodio y cerrare esta historia como solo yo hago –es decir, dejando a la imaginación del lector el resto– XD. Ah se me olvidaba, han transcurrido ya 10 años desde todo el rollo y finalmente es la boda –que chingados (perdonen esta palabrota) – y no hay final alterno, me duele la cabeza.

Te seguiré amando
Octavo paso

La suave brisa matutina sopla dulcemente. Los pétalos de cerezo flotan en la dulce brisa y que decir del cantar de los pájaros. Suavemente la puerta es abierta, dejando ver a una joven adulta, de facciones similares a las Sakura, de aproximadamente 17 años, llevando un vestido de caída libre, en color rosa pastel. Zapatillas del mismo color, cabello suelto y una diadema a juego.

– ¡Es hora de irnos o llegaremos tarde!–se escucha la suave, delicada y seductora voz de Sakura de 30 años. Lleva un vestido lila, zapatillas a juego y su melena recogida en una coleta.

–Ya entendí– aparece Yukihina, llevando traje negro.

Riendo –te ves raro Yukihina–san– habla la dulce doncella.

– ¡Yukina, es tu papa!– le regaña Sakura, dándole un golpecito en la cabeza.

–Ya entendí mamá, ¿podemos irnos ya? Llegaremos tarde a la boda de Yuki–Yukina avanza alegremente, viendo a lo lejos a Mishiru –usando un kimono tradicional, de color azul marino y estampados de flores de cerezo, su melena recogida en un peinado tradicional con una peineta en este y maquillada– y Kouji –usando un kimono tradicional para hombres– en compañía de su hijo – ¡Shun–kun!–se acerca y lo abraza efusivamente –ha pasado mucho tiempo– sonríe animadamente.

–Lo mismo digo Yukina–san– sonríe amablemente. Kokumonji Shunsuke es su nombre y nació a los escasos seis meses de embarazo. Si bien al principio los doctores detectaron que no sobreviviría, todo cambió en el momento en el cual Sakurako le dio vitalidad. De cabellos rubios, ojos esmeraldas y piel clara, sus rasgos similares a los de su madre más el porte y masculinidad de su padre, lo hacen el chico más popular de todo Kibou.

– ¡Vamos o llegaremos tarde!– Yukihina toma del brazo a su hija, arrastrándola literalmente hacia la camioneta.

Riendo –nunca cambia– Sakura avanza tranquilamente, abordando la camioneta junto a Shunsuke y partiendo hacia la boda.

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La puerta se abre, dejando ver un esplendido jardín, bien preparado y ordenado. Las mesas de un blanco puro son adornadas, encima flores frescas y la música clásica no deja de tocar. Sakura avanza a paso seguro, tomada de la mano de su ahora esposo Sakurakouji Yukihina. A lo lejos yace Yukina, platicando ampliamente al lado de Shunsuke, el cual contesta cortésmente a todas sus preguntas. No muy lejos de ahí, yace el futuro novio: Sakurakouji Yuki, esperando a su tan ansiada esposa Fujiwara –prontamente Sakurakouji– Mashiro. A su lado yace Toki –de traje y corbata– junto a su pequeña hija Haruka –igual a Nenene, solo que ambos ojos son azules y lleva un vestido negro– intentando llamar la atención de Shunsuke.

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Mashiro, rubia de cálidos ojos marrón y tez nívea, llevando un hermoso kimono completamente blanco, adornado por brillos –dándole forma de rosas plateadas– y caminando hacia el altar como es debido. Después de realizar la ceremonia correspondiente, donde los novios comparten su rosario –el equivalente al lazo matrimonial en México– y beber el sake en el orden adecuado, el sacerdote finalmente los declara marido y mujer.

Nenene lloró al ver a su hija felizmente casada. A diferencia de sus amigos, Nenene y Toki solo tuvieron dos hermosas y sensuales chicas como hijas. Mashiro de apariencia juvenil y comportamiento juguetón al de Toki, en cambio la dulce Haruka bien parece ser hija de Rui ante la inocencia que muestra en las relaciones amorosas. Toki en cambio si bien se muestra feliz por ella, el pobre Yuki –el guapo novio cuyo porte y elegancia compite con la de su padre Yukihina, salvo la piel morena que equivale a la tez nívea de Sakura– siente la ira comprimida en el pecho de su ahora suegro.

–Felicidades Yuki– Sakura abraza a su hijo, en cambió Yukihina se limita a estrechar la mano con Mashiro y Yukina abraza a la chica, para después volver a los brazos de Shunsuke, bajo el mirar triste de Haruka.

–Gracias madre, padre– mirando a ambos –por todo su apoyo– mira de reojo a su esposa, la cual habla tranquilamente con el pobre de Shunsuke sobre algo que causa sonrojo en el hijo de Mishiru y Kouji.

– ¡Mashiro–san! – Shunsuke se aleja de la novia, la cual no para de reír por su plática personal.

– ¡Espera Shun–kun!– Yukina le siguió hacia el jardín trasero, bajo el mirar celoso de su padre y hermano.

–Yuki– habla Mashiro en tono molesto –no hagas algo indebido– le recordó.

–Lo mismo va para ti Yukihina–san– infla los mofletes en señal de molestia, para luego abrazar a Mashiro, Mishiru y estrechar la mano a Kouji.

–de acuerdo– ambos, padre e hijo, deciden convivir con sus respectivas esposas, dándole espacio a la pequeña Yukina –aun es pequeña, a pesar de sus 18 años, medidas perfectas y apariencia adulta– de resolver las dudas presentes el pequeño corazón que late cada vez que ve a Kokumonji Shunsuke.

–Siempre tan protector– habla Kouji, divertido de ver tanto a padre como a hijo contenerse en espiar o no a la pequeña Yukina.

Sonriendo –querido, no hables sobre los demás– le reclama Mishiru, acariciando suavemente su vientre y dejando sorprendido a Kouji.

–Espera… ¡estas!– no pudo continuar al ver la risa de complicidad de Mashiro, Sakura y Mishiru.

–Si… Según Sakura–san tengo aproximadamente 10 semanas de embarazo– declara Mishiru feliz.

–Felicidades Kouji–dono, Mishiru–dono– Sakura sonríe, mirando a lo lejos a su pequeña Yukina salir furiosa de un arbusto, manipulando con maestría el elemento agua que le rodea y atacando sin piedad a su padre y hermano.

–He de suponer que Yukina–chan está furiosa– Toki truena los dedos al igual que Kouji.

–Papá no lastimes a mi esposo… Prometiste mantenerlo vivo hasta que vea el nacimiento de su hijo– bromeo Mashiro, ocasionando que Toki se dirija con cierto grado de molestia en busca de Yuki.

–Kouji–dono por favor– Sakura mira con dulzura en sus ojos al pobre de Kouji, el cual asiente para ir a detener aquella pelea de niños.

Riendo –no puedo creer que aún a esta edad sigan actuando como niños– aparece Rui, vestida por el kimono más caro jamás hecho por algún artesano. Los exquisitos detalles en este, lo hacen una digna pieza de arte. El porte con el que lo lleva y la elegancia de su andar mezclándose con su cantarino hablar, la hacen la dama más hermosa y elegante, por debajo de la novia claro está, de aquel evento social.

–Príncipe–dono– Sakura abraza cuidadosamente a Rui, quien si bien viste como una diosa, lo único que la hace mortal frente a ellos es su enorme vientre de 8 meses de embarazo. A su lado aparece Yuuki, llevando un traje de etiqueta en color caoba, cargando a un pequeño de unos 10 años. El pequeño pelirrojo de ojos azul celeste y piel nívea, viste un traje estilo marinerito que lo hace adorable a la vista de todo mundo –Yuuki–kun… Yuu–kun– Sakura besa suavemente al pequeño en la mejilla, causándole un sonrojo.

–Es bastante tímido– aclara Rui, mirando a lo lejos a su primer amor, cargando tal cual costal de papas al novio y esquivando los ataques de Toki, Kouji y Yukina –nuevamente interrumpieron la confesión de Yukina–chan ¿verdad?– Rui simplemente no puede evitar reír al ver finalizada aquella batalla al sentir el poder de Shunsuke salir en todo su esplendor –Al parecer Shunsuke será un excelente peleador– mirando a los padres –¿Qué harán cuando su verdadero potencial no pueda ser reprimido más?– no obtuvo respuesta alguna –de acuerdo, no diré más– decide ir en busca de Yukina.

–Lo siento– se disculpa Mishiru al ver el semblante triste de Sakura, quien forzó una sonrisa –si no fuera por aquello, quizás Sakurako–san estuviera con nosotros– Mishiru acaricia su vientre al sentir un pequeño movimiento, lo cual la sorprendió bastante pues esa clase de movimientos no se sienten hasta meses avanzados.

–Mamá hizo su elección al salvarle la vida a Shunsuke–kun hace años al igual que yo hice la mía al pelear por Yukina y Yuki– dijo decidida, para después excusarse e irse en busca de su familia. El destino es incierto al igual que el futuro y no hay nada que les asegure que en el mañana puedan estar nuevamente en peligro, pero eso es otra historia.

Fin.

¡Al fin he acabado esta historia! Si bien al principio empecé rápido, conforme paso el tiempo la inspiración para este relato se fue, mas volvió para otros –Mi niña bonita, por ejemplo–, bueno espero y les hará gustado. Los invito a leer mis otras historias en especial de En busca de los sueños perdidos pues en lo personal es mi favorita –Orochimaru de papá, háganme el favor– y las criticas son bien recibidas. Me despido de todos ustedes y espero haya sido la segunda parte que tanto esperaban después de leer Te declarare mi amor, los quiere:

Shaoran Uchiha de Nikaido.

Los hijos quedaron así –para quien no entendió–.

Sakurakouji Yuki y Yukina –hijos de Sakura y Yukihina–.

Fujiwara Mashiro y Haruka –hijas de Toki y Nenene–.

Kokumonji Shunsuke –hijo de Mishiru y Kouji, a la espera de otro–.

Aoba es estéril, no puede tener hijos.

Tenpouin Yuu –hijo de Rui y Yuuki, a la espera de un par de gemelas–.