Este fic participa en el "Amigo Secreto" del Foro Aldea Oculta entre las Hojas.

Mi amiga secreta es Una chica del DS

La petición que elegí fue: Primer pedido Un fic donde Shisui se ves obligado a mantener una relación sentimental con Shiho, Ahre. Pues que ahí él se vaya a enamorando poco a poco de ella, pero esta tenga temor de estar con él

Ojala que te guste este.. primer cap? Jajaja eh de admitir que tu pedido se escapa totalmente de mi zona de confort, nunca maneje esos personajes, pero busque info y disfrute haciendo este fic, aunque en un principio no lo crei, pero si, lo hice y mucho. Y sobre todo tengo que admitir que use a mi favoor tu falta de detalles en el pedido taaan dificil que me hiciste jajaja y eso que era la mejor opcion! Espero lo disfrutes y seme sincera, que te parecio? Que te gusto mas? Que parte menos, nada o decepcionante? Jajaja

Disfrutenlo!


Como la lluvia.

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Se sentía completamente destrozada, nunca hubiera querido eso. ¿Por qué ella? En sus manos ese pergamino, se había vuelto cenizas. Un objeto tan importante y valioso como aquel, en otras manos... hubiera sido mucho mejor. Era justo en ese preciso momento donde más firmemente creía que tal vez algo hubiera cambiado. No, tal vez no, sabía que todo se habría desarrollado de otra manera.

De la aldea de Konoha solo quedaban escombros y con suerte partes de algunas estructuras más lejanas de donde se había desarrollado la pelea de Naruto contra Pain, perteneciente a la organización de Akatsuki. En estos momentos los esfuerzos de todos estaban concentrados en devolver a Konoha toda su gloria, reconstruyendo todos sus cimientos.

Shiho, una shinobi de la aldea, en ese momento se encontraba en su laboratorio, era una de las pocas construcciones que milagrosamente quedaba semi en pie. Se encontraba arrodillada ante una pequeña caja de madera que contenía cenizas.

Esa era la única prueba de que había pasado algo de lo que el tiempo no tenía recuerdos.

Y volvió a sentirse desolada y desdichada, las lágrimas comenzaban a bajar por su rostro. Pesadas lágrimas que ahogaban su corazón y que cargaban con el peso de un sentimiento de angustiante soledad. Sus labios, blancos de la presión que ejercía en ellos para ahogar los gritos de dolor que su pecho anhelaba liberar. Y su espalda, encorvada sobre el objeto, temblaba, enseñando una imagen de una niña perdida y desesperanzada, muy por el contrario de la shinobi que era, alegre y sonriente, animada ante todo.

Su mente guardaba recuerdos dolorosos y amargamente dulces, recuerdos que nadie más que ella compartía y era algo que la torturaba a diario, cuestionando si todo lo que está en su mente pasó, si lo que siente su corazón es real, si tanto sufrimiento y amor pueden ir de la mano en todo su ser. Pero ahí estaba esa caja. Era real. Existía. Todo había sido real.

—Vuelve... por favor, vuelve a ser lo que eras. Te lo suplico... por favor. —Su voz, quebrada en llanto, murmuraba cada palabra derramando su dolor. Pero nada paso.

— ¿Shiho? ¿Qué sucede? —La voz de Shikamaru Nara a sus espaldas la hizo temblar. La escuchó murmurar y se acercó frunciendo el ceño, él estaba sorprendido de verla asi, la imagen que reflejaba la muchacha era completamente desoladora.

—Nunca... nunca debiste traerme ese pergamino. —Su cuerpo se convulsionó al pronunciar esas palabras. Palabras que lo hacían todo más real.

Nara supo de qué pergamino hablaba, se lo había entregado un mes antes de la reciente invasión de Pain, lo habían encontrado con su equipo en una misión y se lo dio para que analizara su contenido.

Ella, por alguna extraña razón, se había sentido fascinada por él y su complejidad. Supo a simple vista que era un objeto antiguo y que no había sido utilizado muchas veces.

Ninguno de los métodos comunes había dado resultados para descifrar su información ni su utilidad, pasó días sin dormir, se obsesionó con él, como si su vida dependiera de descifrarlo. Fué al cuarto día que pasaba sin descanso que, accidentalmente, se cortó la mano con los vidrios de un vaso que se le había roto. La herida no le pudo importar lo más mínimo cuando vio la sangre que cayó sobre el pergamino. Desesperada quiso quitarla con su otra mano, pero al tocarlo, en un segundo su chakra estaba siendo violentamente absorbido, no podía quitar la mano y se asustó al ver cómo los símbolos del papel comenzaban a brillar hasta que un destello la cegó obligándola a cerrar los ojos.

Nunca se imaginó cómo ese pergamino cambiaría el resto de su vida.

Se sentía débil y con miedo, la luz que no la dejaba ver. Lentamente bajó de intensidad hasta desaparecer por completo y a su cuerpo llegó un golpe de aire frío que la hizo temblar, al abrir los ojos tuvo que parpadear varias veces. Su laboratorio había desaparecido. Estaba en medio del bosque en una noche helada, a sus pies estaba el pergamino nuevamente enrollado como si nunca hubiera sido tocado. Rápidamente lo recogió guardándolo bien y observó alrededor suyo, necesitaba saber dónde estaba para volver y entender lo que había sucedido. El lugar lo reconocía, era el bosque que rodeaba la aldea, pero estaba ligeramente cambiado. Se preguntaba si habría sido a causa del pergamino cuando sintió dos presencias tras de sí y volteó rápidamente sacando un kunai. Pero nada la hubiera preparado para lo que veía.

—U... Uchihas... — Su pulso comenzó a temblar ligeramente ante las miradas serias y analíticas que le mandaban los dos usuarios del kenkei genkai. Estaba más que claro que no la reconocían como una ninja de Konoha. La vista de Shiho se dirigió a las ropas de los usuarios y pudo ver manchas de sangre, pero eso no fue lo que la aterró, sino, ver las máscaras que tenían a un costado de sus rostros. Máscaras Anbu, diseñadas para ocultar las identidades de sus usuarios en misiones peligrosas, consideradas de clase S. Fue un descuido a causa de la impresión de lo que podía sucederle por descubrir la identidad tras esas mascaras en particular, que mencionó sus nombres. Fue un susurro, demasiado bajo hasta para ninjas entrenados, pero no para quienes tienen los sentidos tan sensibilizados como para ser Anbu y aún más al volver de una misión con la adrenalina aun recorriendo sus sistemas volviéndolos depredadores peligrosos.

—Uchiha Itachi. —dio un paso atrás —. Uchiha Shisui... —volteó su cuerpo rápidamente para huir de ese sitio, tan rápido como sus piernas le permitieran, más el cuerpo de Shisui le bloqueó el camino y un golpe en su nuca la hizo desmayarse. Lo último que vio fueron los ojos de Shisui desactivar el sharingan, volviéndose de un negro tan profundo como la oscuridad de la noche.

Unas voces comenzaron a despertar sus sentidos, ya no sentía el frío de la noche, al contrario, estaba cálida y tan cómoda como si estuviera en su cama, pero no recordaba haberse ido a acostar ni tampoco que su cama oliera tan bien o que latiera. Al abrir los ojos no pudo más que gritar del susto de verse cargada por Shisui Uchiha, éste la soltó en un instante en el que ella trastabilló casi cayendo, pero fue al girar y ver a su alrededor que se cayó sentada. Le impresionó descubrir en la oficina que se encontraba y la persona que estaba tras el escritorio.

— ¿Quién eres? —preguntó el honorable y difunto tercer Hokage de Konoha, Sarutobi.

Ante la locura de lo que veía no hizo más que tironear de sus pelos ocultando su rostro entre sus rodillas.

—Esto no puede estar pasando, tiene que ser un sueño, sí, sí, es un sueño y cuando despierte no habrá Uchihas ni Sandaime ni aldea, no, no... Sí, esto es un sueño, porque la aldea ya no existe, sí, Pain la destruyó y, y... Naruto... él... él...

— ¡Silencio! —Fue una simple palabra del Hokage pronunciada tan firmemente lo que sumado a la situación la calló, a ella, Shiho.

—Mírame —Ella obedeció, sintiendo la presencia del otro ninja tras su espalda sin saber bien en qué momento se movió —. Dime tu nombre, ocupación, lugar de origen y lugar de residencia.

—Shi... Shiho... Ninja de Konoha del escuadrón de criptoanálisis, soy y siempre seré de la aldea Konoha— señaló su banda que estaba atada en su cintura vuelta hacia su espalda y vio al Sandaime fruncir el ceño ante sus respuestas.

Tras unos momentos de silencio sepulcral que estaban a punto de desquiciarla, el Hokage volvió a tomar la palabra.

— ¿Hiciste algo distinto a lo que acostumbras usualmente? ¿Te encontraste algo nuevo? —Ella supo que se refería a su especialización ninja.

—Sí, de hecho he estado investigando un pergamino y por accidente derrame sangre en él, al tocarlo absorbió mi chakra y de un momento a otro estaba en el bosque... y luego...

—Shisui me ha informado del resto. ¿Tienes ese pergamino contigo?

Ella asintió y se lo entregó, quien solo tuvo que abrirlo un instante para saber qué era.

—Este es uno de los pergaminos de tiempo más complejos y por ello, más buscados en el mundo ninja.

—Entonces... yo...

—Sí, viajaste en el tiempo, pero este pergamino es especial a los otros que hay, este en particular no afecta la línea temporal.

—¿Es eso posible? —preguntó Shisui, más relajado al saber que ella no era un peligro potencial.

—Lo és. —Fue el único comentario que hizo al respecto mientras observaba a Shiho que aún seguía en el piso.

—¿Qué es lo que debo hacer para volver? —Se ajustó los lentes poniéndose de pie, era obvio que estaba preocupada, que lo único que deseaba era volver a su tiempo, a su hogar, porque si bien era la misma aldea, no podría llamarlo hogar si no se encontraban sus amigos y familiares.

Antes de que el Hokage pudiera decir algo la puerta del despacho se abrió de golpe, ingresando en el mismo Danzo Shimura, el sexto Hokage —provisional— de su tiempo.

—¿Así que ésta es la persona que ha visto la identidad de dos de los Anbus que se encuentran bajo tus órdenes? Sabes lo que significa esto ¿no? El consejo no estará satisfecho hasta que esta mujer sea ejecutada y tiene que ser ésta misma noche. La mirada fría y calculadora de Danzo estaba puesta sobre Shiho, quien por los nervios tensó su espalda, poniéndose firme como la ninja que era, actitud que no pasó desapercibida por las personas que la acompañaban antes de la intromisión. Una actitud que demostraba estar capacitada para llevar la banda que portaba en su espalda y que dejaba de lado a la asustadiza chica que se vio hace unos instantes, entendible al ser el primer impacto de la situación en la que se encontró violentamente envuelta. Después de todo uno no estaba entrenado para viajar en el tiempo y ver personas que se suponían muertas. Pero nunca esperó que la conversación siguiera de esa forma, ella no quería morir, no de esa manera, tampoco quería esa solución abrupta pero parecía ser lo que salvaría su cuello.

—No será necesario, Danzo, es una ninja de Konoha y no solo eso, es la prometida de Shisui. Estoy seguro que el honorable consejo entenderá y quedará conforme con la situación. —La mente de los shinobis quedó totalmente en shock por lo que acababan de oír, los tenían totalmente sorprendidos, pero sus rostros y cuerpos no lo demostraron. Shisui era un Anbu y como tal había sido entrenado para poder suprimir sus emociones de ser necesario, y aunque Shiho no lo había sido, lo hizo muy bien, aunque agradecía que sus lentes evitaran que las personas vieran sus ojos o hubieran notado como se abrían ante el nuevo impacto.

—¿Crees que por unas palabras y que sea una ninja de la aldea, que por cierto, nunca la había visto? —dijo viéndola de arriba a abajo con marcado desdén —. ¿Convencerá en algo al consejo? La ley es clara, ninja o no, de descubrir la identidad de un Anbu, la pena es la muerte, y en este caso no sólo fue uno sino dos Anbus de élite. Si lo que dices es cierto el consejo no se calmará hasta verlos casados.

—Tienes razón, Danzo. —Su mirada fue dirigida a Shisui y Shiho respectivamente —. Tendrán que adelantar su boda, es la única manera en la que puedas sobrevivir y salgas de esta situación. —La observó serio, esperando su respuesta.

—Si Hokage-sama. —Fue la única respuesta de Shiho, perfecta para el momento, que fue correspondida por una leve sonrisa de parte de Sarutobi, en cambio Shisui frunció el ceño y... fue visto por todos.

—¿Hay algún problema con la situación, Uchiha Shisui? ¿El casarse mañana te supone alguna molestia? —Era claro que Danzo lo estaba probando, sabían que no terminaba de creérselo, y ni siquiera el Hokage se esperaba haber visto esa expresión de disgusto en él.

—Claro que hay problemas —comentó enojado, sorprendiendo a los presentes —. ¿Cree usted que me gusta adelantar la boda y cancelar los planes que tenía para ella? Aunque no lo crea, soy un hombre al que le gusta complacer los sueños y fantasías de mi prometida. Quisiera poder darle algo mejor de lo que puedo preparar en un día. —dijo volteando a verla directamente a los ojos a través de los lentes, como si fuera más una excusa hacia ella y no una aclaración para Danzo. Teniéndolo frente a ella mirándola tan fijamente la hizo ruborizar y sintió sus latidos acelerarse. —Pero haré lo que sea para protegerla. —dijo volviendo a ver a Danzo, colocándose frente a Shiho, ocultándola a su espalda de manera recelosa —. Ya me encargaré yo de velar por su felicidad el resto de su vida junto a mí.

Un silencio pesado se instaló en la habitación y la lucha de miradas que mantenían los que anteriormente discutían, fue cortada solamente cuando el Hokage aclaró su garganta sonriéndole a la pareja.

La boda se realizara mañana en la tarde, en la plaza central de Konoha. Pueden retirarse, los espero aquí al mediodía, para entonces ya habré hablado con el consejo. —La recién formada pareja de prometidos hicieron una reverencia al Hokage y se retiraron tan callados como estaban, ella lo siguió sin saber exactamente qué hacer.

—Dime Hiruzen, ¿Cómo es que nunca había visto a esa ninja por aquí? ¿Y cómo es que Shisui está prometido y nada más que con un shinobi fuera de su clan? Conociendo las orgullosas tradiciones de los Uchihas me cuesta trabajo creer lo que sucede y aún más por cómo está la situación con ellos. —Danzo exigía una respuesta y no se iría hasta oírla.

—Es exactamente por eso. Esta unión fue planeada por mí hace mucho tiempo, con el fin de tener más alianzas con el clan Uchiha. Para fomentar la confianza con la aldea e integrarlos. La boda se apresuró pero creo que en el momento exacto, los Uchihas no podrán negarse a esta unión, no sin crear disturbios. Ha sido suerte que tras un compromiso arreglado ellos hayan podido congeniar como has visto. —dijo con una leve sonrisa —. Y simplemente no la habías visto porque apenas ha llegado de una misión luego de tres años. Y, no es como si conocieras a cada ninja de la aldea. —Ante este comentario Danzo frunció el ceño, claramente molesto.

—Le diré al consejo que en un momento estarás con ellos. —Sin más palabras abandonó el lugar cerrando las puertas al salir.

El Hokage se recostó en la silla suspirando y observando fijamente el cajón donde se encontraba el pergamino.

Tenía un mal presentimiento. Solo esperaba estar equivocado.


Nota de Autor año 2017: Dos años después encuentro la inspiración para terminar este two-shot y por ello es que decidí primeramente corregir el primer capítulo, arregle el asunto con las rayas de diálogo, eh aprendido como hacerlas, espero que no me equivocara en ninguna y arregle algunas oraciones para que sea mejor a la hora de leerlas. Espero les guste los cambios, y dentro de poco estaré subiendo la continuación.

Saludos! Con amor y gracias por la enorme paciencia Sasu Love.