Love Live no me pertenece~
—Es una sorpresa, sólo diré que la noche apenas empieza.
Nozomi al escuchar aquello tembló levemente y sintió como su piel se erizaba. El tono que la rubia había utilizado era atrayente, incluso seductor. Se mordió el labio y miró hacia fuera nerviosa. La noche estaba cayendo y la vista de la ciudad era hermosa, esas luces en contraste con la oscuridad le daba un encanto a la situación que para la pelimorada era difícil de comprender.
Pasaron unos minutos y se detuvieron. En el transcurso del viaje ninguna habló, estaban inmersas en sus pensamientos.
—Llegamos —habló Eli, la astrónoma inspeccionó el lugar, parecía algo, por no decir bastante, lujoso. La rubia bajó y le abrió caballerosamente la puerta. Al bajar se acercó un hombre con uniforme y la bailarina le pasó las llaves para que acomodara su automóvil.
—Buenos días —dijo la rubia sonriendo y la recepcionista le devolvió el saludo—. Tengo reservación, Ayase Eli.
Nozomi veía el intercambio de palabras curiosa. Cuando entraron sintió que no encajaba en ese lugar, todos vestían elegantes y ella andaba con ropa casual. Para su sorpresa no se detuvieron ahí, subieron a un ascensor y la persona que los guiaba apretó el botón que indicaba el último piso. Bajaron y entraron a un pequeño salón donde había una mesa para dos finamente decorada junto a una ventana que daba una increíble panorámica de la ciudad.
—Nuestra prima ballerina —un hombre de facciones extranjeras entró a escena—. Es un honor tenerla aquí, la mejor vista del edificio, como ha pedido.
—Muchas gracias Arthur —Eli se acercó y el hombre la saludó con un beso en su mano, Nozomi al verlo frunció el ceño— y disculpe que haya sido tan repentino.
—Descuide, me sorprendió que al fin diera uso de sus privilegios —la rubia sonrió y negó suavemente.
—Solo espero que no haya corrido a nadie.
—Para nada, no cualquiera puede darse estos lujos. Espero tengan una linda velada Ayase-san y…
—Tojo Nozomi —respondió la pregunta al aire la astrónoma.
—Tojo-san.
Al decir aquello el hombre dio una reverencia y salió junto a la persona que los había guiado dejándolas a solas.
— ¿Champagne? —Preguntó la rubia acercándose al balde con hielo que contenía la botella, no sabía que más decir para romper la tensión.
—No deberías beber si vas a conducir —Eli negó.
—Yo no beberé, tampoco tienes que hacerlo si no quieres —Nozomi asintió y acercó una copa.
—La vista es muy bonita —la pelimorada se encontraba en una encrucijada similar a su acompañante. Se acercó a la ventana, bebió de su copa y guardó silencio. Eli tragó saliva nerviosa, la vista de perfil con el fondo de la vida nocturna de la ciudad la dejó sin aliento.
—Demasiado —respondió aunque ella no se refería a la ciudad precisamente. Se acercó a la mesa, tomó uno de los menús y se lo entregó a la mayor—. Puedes ordenar lo que quieras, aprovecha que hoy invito yo.
—Este parece un lugar lujoso —Eli levantó los hombros restándole importancia.
—Gano bastante y sólo ocupo el dinero para pagar la universidad de Alisa y los gastos de la casa, lo demás lo ahorro. Además —sonrió y miró hacia la ciudad— ser la bailarina principal tiene sus beneficios, aunque no suelo ocuparlos.
— ¿No? —Preguntó Nozomi mientras leía la lista de platillos que ofrecía el local.
—No me siento muy cómoda con tantas atenciones, el director de la compañía suele decirme que como la bailarina principal debería ser más diva pero no me acostumbro —Nozomi subió una ceja algo incrédula, después de todo estaban en un restaurante lujoso, Eli al ver la mirada de su acompañante se avergonzó—. Si es contigo no me incomoda hacer uso de esos privilegios.
Ahora fue el turno de Nozomi de avergonzarse. Ocultó su mirada tras el menú y trató de controlar su pulso en silencio.
—Creo… Creo que pediré Yakiniku.
— ¿Segura? —Nozomi rodó los ojos—. Entiendo, es tu comida favorita, Yakiniku será, ¿Quieres Sake, también? —Asintió—. Ok, iré a avisar de nuestra elección, ya vuelvo.
Al quedar sola, la pelimorada soltó un gran suspiro. Se sentó, puso los codos sobre la mesa y apoyo su cabeza en sus manos. "¿Debería de darle una oportunidad a Elicchi?" La respuesta a esa pregunta la había estado pensando desde la noche anterior. No, desde mucho antes. Luego de meditarlo mucho tenía tres cosas claras. Primero, aunque le había costado aceptarlo, Eli no había hecho nada malo, sólo había estado con alguien que no era ella; segundo, estaba dolida, tenía tanto resentimiento en su interior que se le haría imposible hacer como que nada hubiera pasado, porque a pesar de que Eli no había hecho algo mal, salió dañada por su culpa, y de algún modo tenía que dejar la frustración que eso generaba salir; y tercero, aunque decidiera darle un oportunidad era imposible que estuvieran juntas como algo más que amigas, por varias razones, entre ellas la distancia.
Eli volvió y Nozomi dejó aquella lucha interna fuera de la velada, la rubia no había mencionado nada todavía y esperaría a que ella sacara el tema cuando estuviera preparada.
La cena pasó entre conversaciones banales y memorias de la preparatoria. Ninguna mencionó cosas que tratara sólo de las dos, sabían sería un tema delicado y no querían romper la atmosfera agradable que se había formado. Al terminar salieron del edificio y Eli invitó a subir nuevamente a Nozomi a su automóvil.
—Ahora… ¿A dónde? —Preguntó la mayor, Eli le dedicó una sonrisa cálida.
—Hay un lugar que quiero mostrarte, lo descubrí por casualidad con Alisa y la vista del cielo es hermosa, aunque —la miró algo nerviosa— tal vez no tanto como dices se ve en donde trabajas.
— ¿Me llevarás a ver las estrellas? —La rubia asintió desviando la mirada, no se le había ocurrido nada más en el poco tiempo que tuvo para planear todo. En el momento le pareció una idea estupenda, llevar a Nozomi al mar, un lugar solitario donde la ausencia de luces hacía que se pudieran apreciar mejor las estrellas y disculparse-confesarse. Ahora que lo pensaba, Nozomi veía el cielo todos los días, aquello era para nada innovador. Se regañó mentalmente.
Nozomi veía entre divertida y nerviosa las expresiones que ponía la bailarina. Creía tener una idea de lo que pasaba por su cabeza. Por un momento sus miradas se encontraron y la pelimorada la desvió de manera nada sutil hacia la ventana. "Qué me estás haciendo." Pensó frustrada apoyando su frente en el frío vidrio. "Hace tiempo que no me sentía de esta manera, por favor calmate." Se dijo a sí misma mientras tocaba su pecho. Su estomago era un revoltijo, a pesar de todo lo que había pasado entre ambas, seguía sintiendo esa mezcla de emociones. "A quien engaño, estoy muriendo por ella." La miró de reojo y suspiró. "Pero no puedo, es imposible".
El automóvil se detuvo y la pelimorada salió de sus pensamientos. Se encontraban unos kilómetros lejos de la ciudad. A pesar de que la llegada del invierno era inminente, el mar estaba calmo y la noche despejada. Caminaron por la arena hasta llegar cerca de la orilla. Nozomi miró hacia el cielo, quizás el firmamento se veía más nítido en el desierto de Atacama, pero por alguna razón verlos ahí, acompañada de aquella rubia que tantos dolores de cabeza le había provocado, era inigualable.
—Nozomi —la nombrada miró a su acompañante—. Hay varias cosas que quiero decirte, ¿Podrías escucharme?
La pelimorada asintió mientras sentía como una gran ansiedad nacía en su interior. Estaba asustada y podía apostar que la menor se encontraba de la misma manera.
—Verás, primero que nada, lo siento, sé que sufriste mucho por mi culpa, no tengo excusa para ello, eras la persona más importante para mí y aún así jamás pude ver cómo te sentías —tomó una pausa y miró a la mayor tratando de aparentar tranquilidad, aunque en su interior era un caos, al ver que su acompañante sólo guardaba silencio decidió continuar—. La razón por la que terminé con Umi fue porque cuando supe lo que había provocado tu malestar, noté el gran error que había cometido, no me malentiendas, de verdad la quiero, pero a ti te quiero de manera distinta —Nozomi frunció el ceño levemente al escuchar aquello—. No me arrepiento de haber estado con ella —continuó Eli devolviendo la mirada al mar— pero creo que si hubiera hablado las cosas contigo en su momento, todo habría sido distinto. Tal vez esté siendo egoísta diciéndote todo esto, pero he decidido hacerme cargo de mis decisiones pasadas y de las venideras. Nozomi —tomó una gran bocanada de aire, era el momento de la verdad, del todo o nada— te amo y espero egoístamente que no vuelvas a alejarme de ti —terminó con un susurro tratando de no quebrarse
—Eli yo… no sé qué decir.
La rubia la miró afligida, rogaría si fuera necesario pero no quería que se fuera sin más. Nozomi trataba de parecer fuerte y segura, de verdad estaba dando todo lo que tenía intentándolo.
— No… no te pido que salgas conmigo ahora —hizo una pequeña pausa para darle un poco más de intensidad a sus palabras y tomó las manos de la mayor con las suyas— sólo que me perdones por el daño que te hice.
— ¿Crees que es tan fácil? —Eli hizo una mueca al escuchar aquello—. Para empezar, no creo que deba perdonar algo, sé que nunca quisiste dañarme, es sólo que…
— ¿Sólo que…? —No hizo esfuerzo en ocultar su ansiedad, la situación la estaba superando.
— No sé cómo explicarlo —Eli suspiró frustrada, no estaban llegando a alguna parte— . Mira, como digo sé que no quisiste dañarme, pero aún así, no tienes idea de cuánto dolía verte besarla —su voz se quebró levemente— abrazarla, tomar su mano con una delicadeza que demostraba cuanto la amabas —continuó mientras acariciaba suavemente con su pulgar la mano de la rubia, parando de golpe y alejándose un poco, dejando a la menor confundida con su actitud— . Pero eso podría haberlo soportado, si no fuera por tus malditas atenciones.
— ¿A qué...? —Tragó saliva nerviosa—. ¿A qué te refieres?
—A que habían veces que me tratabas con la misma ternura que a ella, Eli —lágrimas comenzaron a recorrer lentamente las mejillas de la astrónoma y la rubia no sabía cómo reaccionar—. Pequeños detalles que a pesar yo saber que tu corazón le correspondía a otra, hacían que el mío corriera a un pulso insano.
Eli bajó la mirada. Si en un inicio se sentía mal, eso había aumentado de gran manera con cada estocada que le había dado Nozomi. "Me lo merezco, ¿No?". Dejó de luchar en ocultar sus lágrimas, las que comenzaron a caer libremente sobre la arena. La pelimorada seguía en silencio, viendo como la silueta de la rubia temblaba cada dos por tres. A momentos le daban ganas de correr y consolarla, pensando que se había pasado, pero luego recordaba que seguía molesta, que aún tenía cosas por decir, que finalmente quería desahogarse y dejar salir todo y una parte de ella no le importaba desquitarse con la menor porque en el fondo sentía que se lo merecía.
—Antes que comenzaran a salir —siguió hablando luego de respirar hondo— por un tiempo, lo sospeché. Sospeché de que la querías, aún así, no podía evitar derretirme por cada palabra, cada gesto, cada mirada que me dedicabas. Quería creer que me equivocaba, que la persona a la que querías era yo, me aferré a esa idea —rió sarcásticamente—. Como pude ser tan idiota.
—Nozomi… —la rubia no tenía más palabras, en un impulso se acercó y la abrazó, tomando por sorpresa a la mayor—. Lo siento.
— ¿Lo sientes? Ya lo dije, ¿No? No tienes culpa —deshizo el abrazo y la miró dolida—. Yo tuve la culpa, yo fui la idiota que se enamoró de ti, la persona más densa del planeta —las últimas palabras las dijo en un susurro inaudible para la menor—. El día que las encontré me sentí tan jodidamente traicionada, fue un golpe bastante directo de la realidad. Quería morir. Pensé en morir. Sólo era una adolescente y sentí que todo se me vino encima por un amor no correspondido. ¿Estúpido no? Eso fue lo que me dije después. Pero a pesar de ello seguí pensándote, cada segundo, cada instante de mi miserable vida, mientras tú eras feliz con ella. Sentía envidia, envidia porque era ella quien te hacía feliz, en momentos deseaba que toda su relación se fuera al carajo y yo pudiera reconfortarte. Todos esos pensamientos negativos comenzaban a superarme, debía hacer algo, me estaban matando de a poco, y la oportunidad llegó, el destino, me dije a mi misma y sin pensarlo me fui del país. Pero adivina qué, seguí pensándote. Seguías siendo un fantasma que me torturaba cada noche. Conocí otras personas pero en cada una de ellas veía algo que me recordaba a ti. Eli, yo sólo quiero poder ser feliz, ¿Sabes?
—Entiendo —Eli bajó la cabeza y apretó los puños frustrada, sentía como cada músculo se tensaba por la desesperación pero no quería que fuera del todo visible para su acompañante, no quería incomodarla. No sabía que más decir, no sabía que más hacer, sólo una frase se le venía a la cabeza pero le daba terror tan sólo pensar en la respuesta de la pelimorada. Respiró hondo y trató de relajar sus músculos, tarde o temprano tendría que preguntar aquello, aunque no quisiera. Sacó fuerza de voluntad de donde ni ella sabía que tenía y habló—. ¿Quie- Quieres que desaparezca completamente de tu vida? Si ese es tu deseo, me aseguraré de cumplirlo —su voz se quebró y ahora fue el turno de Nozomi de tensarse. No sabía cómo responder—. De alguna u otra forma lo haré.
—Mentiría si dijera que ese es mi deseo, no sabes cuánto te he extrañado, pero… —la batalla mental de Nozomi parecía no tener fin y aquello se podía deducir de su expresión. Eli la miró fijamente, el que haya dicho indirectamente que no la quería fuera de su vida le había devuelto un poco su confianza—. Aún si dejáramos todo en el olvido, es imposible empezar algo entre nosotras, ¿No lo crees?
— ¿Eh? —Eli se sorprendió por un instante, Nozomi había dado a entender que lo estaba considerando, ¿No? —Espera, ¿Por qué imposible? —Preguntó al caer en cuenta de las palabras de la mayor.
—Tú eres exitosa aquí y yo estoy en una situación similar al otro lado del mundo, no podría pedirte que te fueras conmigo y sé que no eres lo suficientemente egoísta para pedirme que deje mi puesto para quedarme contigo.
— ¡Te equivocas! Si me das la oportunidad, me iría de aquí sin dudarlo.
—Elicchi —un temblor recorrió el cuerpo de la rubia al escuchar el apodo que le había dado Nozomi luego de tanto tiempo—. Estás pensando aquello por la intensidad del momento, de verdad amas bailar, ¿Serías capaz de dejar tu sueño? Aún si me dijeras que sí, no me gustaría ser la razón por la cual no puedes seguir haciendo lo que amas —Eli bajó la cabeza, derrotada, no sabía cómo contrarrestar aquello. Nozomi se acercó, con una de sus manos levantó el rostro de la menor y limpió las lágrimas de su mejilla, acariciándolas en el proceso—. Prometo no volver a alejarte, como dije te he extrañado demasiado y no soy tan masoquista, pero viajo de vuelta el domingo, así que por favor, no lo hagas más difícil.
Eli apoyó su cabeza en el hombro de la mayor y comenzó a llorar sin reparo mientras la apretaba en un abrazo lleno de necesidad. Nozomi se lo devolvió de la misma manera, a pesar de la reconciliación, sentía un dolor en el pecho. "Es mejor así". Se repitió por enésima vez esa noche.
Maki iba saliendo de la universidad, era viernes y el cansancio por todas las actividades de la semana había llegado de golpe. Aún así se sentía mejor que otras veces, el haber pasado la tarde anterior junto a Nico de algún modo le había subido los ánimos. Tal vez no se le iba a hacer tan difícil salir adelante con su ayuda. Comenzó a fantasear con ella, como cada momento libre que había tenido durante el día.
—Señorita Nishikino —la voz familiar de un hombre la sacó de su ensoñación. Miró con el ceño levemente fruncido al chofer de la familia cuando este le abrió la puerta del vehículo.
—Al parecer no tengo elección —dijo más para sí que para el hombre que ya había cerrado la puerta y se dirigía al lugar del conductor. Se cruzó de brazos y miró hacia el exterior. Sospechaba para qué la citaban, hace días que sus padres estaban tratando de localizarla y ella había dado todo de sí para poder evitarlos. Camille le había comentado que pronto habría un evento social donde darían a conocer al nuevo presidente de la Sociedad Japonesa de Medicina y su padre era uno de los candidatos, de seguro querían que ella esté presente.
—Por qué no entienden que no me interesa nada de ese mundo —susurró mientras veía las calles pasar. Respiró hondo y marcó a Nico, se suponía que se verían con Umi y ella en el restaurante en unos minutos. No sabía para qué, pero si Umi le había pedido juntarse debía ser importante—. ¿Aló? ¿Nico-chan?
— ¿Maki-chan? ¿Estás por llegar? Te estamos esperando.
—Para eso llamaba, no sé a qué hora podré llegar —suspiró nuevamente— mis padres literalmente me han raptado para que me junte con ellos y no sé cuánto tiempo me tome.
— ¿Todo bien? Te oyes algo cansada.
—Sí —sus mejillas tomaron un poco de color por la demostración de preocupación— . Sólo estoy algo agotada, bueno Nico-chan, ya llegamos, te hablo apenas salga.
— Adiós Maki-chan~ No olvides que la gran Nico-ni te quiere mucho, no la hagas esperar demasiado.
—Idiota —respondió mientras terminaba la llamada sonriendo levemente.
El chofer le abrió la puerta. Salió y caminó hacia la entrada de la casa. Tocó el timbre.
— ¿Qué se le ofrece?
—Madre, soy yo.
Y sin respuesta la puerta fue abierta. Se tomó un segundo, respiró profundo, tratando de calmarse y se adentró en aquel lugar. Su madre la esperaba en la puerta y la miraba con una expresión que no pudo descifrar.
—Apura Maki, la cena está servida.
"Ni siquiera un saludo…"
Su padre ya estaba sentado, le dedicó una inclinación de cabeza y la invitó a tomar asiento también. Comenzaron a comer en silencio.
—He escuchado que sigues siendo la mejor de la promoción —comenzó la conversación con voz altanera el hombre mayor. Maki rodó los ojos, no quería fingir una cálida cena familiar con conversaciones sin sentido, no se sentía cómoda y quería salir de ahí lo más pronto posible para reunirse con Nico.
— ¿Pueden ir al grano? No creo que me hayan citado para hablar del clima o de mis calificaciones.
El señor Nishikino la miró serio y Maki comenzó a intimidarse por dentro. No le gustaba aquella mirada, pero no dejaría que el hombre lo notara.
—En aproximadamente un mes hay una reunión de la Sociedad Japonesa de Medicina, y debes asistir.
—Ya hablamos sobre esos eventos —respondió la ex compositora sin titubear al totalitario tono de su padre—. Yo he cumplido mi parte con obtener buenas calificaciones.
—Asistirás —habló nuevamente el hombre mayor, alzando un poco la voz—porque daremos a conocer tu compromiso.
— ¿Qué? —El shock en la ojivioleta era evidente—. No puedes estar hablando en serio, ¿No?
—Hablamos seriamente Maki —su madre la miraba algo molesta.
— ¡No pueden hacerme esto! —Gritó frustrada—. ¡Acepté estudiar medicina y heredar el hospital! ¡Me he esforzado para ser la mejor! ¿No pueden al menos dejarme estar con quien quiera?
— ¡Lo iba a hacer! —Respondió sin ocultar su furia el hombre mayor—. Pero resulta que diste un espectáculo frente a las futuras generaciones de médicos y ahora todo el mundo piensa que mi heredera es lesbiana y que no puedes hacerte cargo del hospital por tu cuenta.
Al escuchar aquello quedó congelada en su lugar. Su padre lo sabía, sabía lo ocurrido en la fiesta. "Espero no sepan lo de Nico-chan." Meditó sus opciones.
—Soy mejor que ellos, ¡¿Cómo no podría hacerme cargo del hospital?! Madre —miró suplicante a la mujer mayor, esperaba ella la comprendiera— Sabes que soy capaz, ¿No?
— Lo sé, Maki, y tu padre también, pero el hospital no lo atenderás sólo tú, y con los rumores que andan serás una marginada —la pelirroja al escuchar esas palabras sintió como el último afecto que sentía por su madre comenzaba a desaparecer. "¿Eso es lo que piensa? Menos mal y creen que sólo es un rumor".
—Tu prometido viene de buena familia, es uno de los mejores neurólogos del país, deberías estar orgullosa.
— ¿Quién es? —No era como si el saberlo fuera a cambiar algo, pero sentía demasiada curiosidad.
—Ken Mashimoto.
— ¡Pero si es un viejo! —Maki comenzó a temblar de ira. — ¿Cuánto tiene? ¿40? ¿50? ¡Podría ser mi padre! —Endureció su expresión y soltó con odio— Me están vendiendo al mejor postor, ¿No? De seguro todo eso de los rumores son excusas, ¿Desde cuándo lo tenían planeado?
—Maki, no permitiré más faltas de respeto de tu parte, te casarás y fin del asunto —habló su padre de manera tajante.
—No… —Maki se puso de pié y caminó hacia la salida—. Escúchame bien, puedo hacer lo que quieras, todo este tiempo lo he hecho, pero en esto definitivamente no daré mi brazo a torcer. No esperen por mí ese día.
Sin esperar respuesta, salió corriendo del lugar.
Estaba tirada en su cama, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí. Sentía que todo se iría al carajo. A pesar de decirle aquellas palabras a su padre, tenía miedo, lo conocía y sabía de lo que era capaz.
— Y todo por una maldita borrachera —se cubrió los ojos con su antebrazo y sintió como su teléfono comenzaba a vibrar—. Cierto, dejé plantadas a Umi y Nico-chan.
—Nico-chan —trató de aparentar alegría, sin conseguirlo.
— ¡Maki! Al fin contestas, ¿Dónde estás?
— No seas tan exagerada, te dije que iría donde mis padres —habló cansada.
—Eso fue hace casi seis horas, ¿Sabes siquiera qué hora es? —"¿Seis horas?" Pensó la pelirroja y alejó un poco su teléfono para ver la hora.
— ¿¡Las una de la mañana!? —Gritó sin medir su tono de voz ganándose un "auch" del otro lado de la línea—. Lo siento Nico-chan, vine directo a casa, ahora estoy en mi recamara.
— ¿Pasó algo? Aquí ya estamos cerrando, si quieres puedo pasarme por ahí y así me cuentas.
— ¿Podrías hacerlo? —No quería parecer desesperada, pero la necesitaba.
—Estaré allá en unos minutos.
Maki giró en su cama con el teléfono en la mano, en un inicio había pensado no decirle lo ocurrido a Nico, pero sabía que sola no podría hacer frente a todo.
Pasaron los minutos y Nico llegó, al ver el estado en el que estaba la pelirroja la abrazó fuertemente.
—Maki, ¿Qué ha pasado? —preguntó preocupada.
Maki la invitó a sentarse en el sofá y comenzó a relatarle lo sucedido con su familia. La sorpresa en el rostro de la mayor era evidente. No podía creerlo.
— ¡Cómo pueden hacerte eso! —Gritó exaltada, Maki se acurrucó donde ella.
—No tengo idea, pero Nico-chan —se acercó y le robó rápidamente un beso, tomando por sorpresa a la mayor—. Pase lo que pase, no me separarán de tu lado, lo prometo.
Nico asintió y abrazó nuevamente a su novia. "¿Por qué tiene que pasar esto cuando al fin estamos juntas?" Pensó frustrada. Pero al igual que había dicho Maki, tampoco dejaría que la alejaran de su lado, daría todo de sí para evitarlo.
Hola! Aquí el nuevo cap~
¿Qué creen? ¿Se conformará Eli con ser sólo una amiga para Nozomi? ¿Qué pasará con Maki? Bueno, al menos tiene el apoyo de Nico~
Espero les haya gustado, gracias por sus reviews y todo eso, espero actualizar pronto :D
PD: En algún punto pensé que era demasiado drama pero al releerlo quedé algo conforme, espero no haya exagerado, que tampoco es la idea xD.
Saludos :)