Hola a todos, bienvenidos a mi primer One Shot de One Piece. La historia toma lugar después de la salida de Water Seven, justo antes de llegar a Thriller Bark.

Originalmente la historia tendría dos o tres capítulos pero temporalmente solo tendrá uno, ya decidiré si sumarlos o dejarlo como un One Shot.

Cabe aclarar que One Piece así como sus personajes son propiedad de Eiichiro Oda.


Era una noche turbulenta en el Thousand Sunny, los rayos parecían extenderse y repetirse más con el tiempo y las olas azotaban con fuera el barco de los sombrero de paja.

-Luffy! –Gritaba la navegante mientras dirigía su dedo hacia las velas del barco – ¡Deja de comer y extiende las velas!

El joven con el sombrero de paja (aun el pedazo de carne en su boca) asintió rápidamente a las palabras de Nami así que estiro sus brazos para abrir las velas tanto como le fue posible, todo esto mientras el cocinero observaba con preocupación.

-Nami-Swaaaan! – Gritaba el cocinero con corazones en sus ojos – ¿No deberíamos pelear contra la tormenta?

-No Sanji-Kun – Contestaba Nami bastante seria -Lo mejor ahora es dejarnos llevar por la tormenta, si nos enfrentamos a esta podríamos dañar el barco – Concluyo.

-Deberías hacerle caso a la bruja – Contestaba el espadachín con una sonrisa en su rostro.

-QUE DJISTE DE MI NAMI-SWAN MARIMO? – Decía enojado Sanji mientras su pierna se desataba en llamas.

-LO QUE OISTE CEJAS RIZADAS! – Respondía Zoro mientras desenfundaba sus espadas y se abalanzaba sobre el cocinero.

Tras una leve pelea y un golpe en la cabeza de cada uno, todos se dirigieron al interior del barco a observar desde sus cuartos como la inmensa tormenta azotaba sin piedad el lugar, mientras las olas se movían en un despliegue de destrucción.

-Nami – Preguntaba Usopp algo tembloroso – Crees que la tormenta terminara pronto?

La navegante poso una de sus manos sobre su frente y con los ojos cerrados respondió – Debería haber finalizado para mañana, vayamos a descansar. Por cierto – Dijo abriendo los ojos y dirigiéndose hacia Luffy – Esta noche te toca quedarte de guardia Luffy.

– Pero Nami! Yo no quiero ser guardia! Además hay una tormenta!. – Contesto Luffy preocupado.

-Ni te atrevas a contradecir a mi Nami Swan – respondió Sanji al oír las palabras de Luffy – O haces de guardia o mañana no desayunas!

-Esta bieeeen – Contesto el chico de sombrero de paja a regañadientes mientras todos los demás se iban a sus cuartos para poder descansar.

La noche estaba en su punto más alto y en el cuarto de las chicas una joven de cabellos naranja no podía conciliar el sueño, se movía inútilmente de un lado a otro tratando caer dormida sin resultado aparente.

-Te encuentras bien Nami? – Preguntaba Robin al ver a su amiga bastante frustrada.

-Eh? – Nami se sorprendió a Robin despierta – Lo siento Robin, no quería despertarte, solo que no puedo dormir – Decía la chica desanimada.

-No te preocupes – Contesto Robin con una sonrisa – Algo te preocupa, verdad? –

Nami se sorprendió un poco al oír estas palabras pero tras pensarlo un poco y soltando un leve suspiro decidió responder. – Creo que fui bastante dura con Luffy, me preocupa como este en esta tormenta – finalizo.

Robin reía mientras se tapaba la sonrisa con sus manos. – Algo me lo decía Navegante-San, quizás si le llevas algo te sentirás mejor, no lo crees? – Decía la arqueóloga.

-Es una grandiosa idea! – Dijo con alegría Nami mientras se levantaba y tomaba una de sus pequeñas cobijas roja en sus manos – Gracias por la idea Robin! – concluía la pelinaranja mientras se marchaba del lugar con una sonrisa en su rostro y la arqueóloga la observaba satisfecha.

Pasaron unos pocos minutos hasta que Nami logro llegar a la parte de debajo de la torre, no había sido fácil debido a la tormenta que azotaba el barco y lo único que quería era poder subir rápidamente a donde se encontraba su capitán.

-Luffy! – Grito la navegante – Puedo subir?

En ese momento la escotilla que daba acceso a la torre se abrió totalmente y su capitán se asomo asombrado.

-Oi Nami, estas bien? – Pregunto Luffy asustado mientras subía a Nami a la torre.

-No te preocupes Luffy– Contesto Nami mientras se limpiaba un poco – Gracias a ti estoy bien – Concluyo la chica con una sonrisa en su rostro. Sonrisa que, por cierto, dejo impresionado a Luffy.

Si bien nuestro ingenuo capitán tenía una confianza y un cariño indudable a sus nakama, el cariño que sentía hacia su navegante era distinto. Las miradas que esta le dirigía hacían latir con una fuerza increíble su corazón, y se había sorprendido varias mañanas al recordarla en sus sueños más profundos.

-Luffy? Te lastimaste o algo? – Pregunto Nami extrañada al ver la mirada perdida de su capitán mientras tomaba uno de sus hombros con su mano tratando así de hacerlo reaccionar.

-Estoy bien Nami, solo estaba un poco sorprendido, es todo – respondía Luffy felizmente tras haber podido reaccionar.

-Me alegra – Contesto Nami con otra de sus sonrisas – Mira, traje esto – Decía mientras alzaba la cobija en sus manos.

-Es increíble! – Grito Luffy con emoción – Pero, porque me la trajiste Nami? – pregunto extrañado el chico.

-Estaba preocupada por ti – Dijo la navegante mientras jugaba con la cobija en sus manos – Era lo menos que podía hacer – Concluyo con la mirada cabizbaja.

No paso mucho tiempo hasta que Nami pensara en lo que había dicho, se sintió sumamente avergonzada y con algo de pena miro a Luffy, el cual, la miraba atónito.

¿Cómo había dicho algo como eso? Ella no sentía algo por su capitán, así que solo era preocupación de amigos, ¿cierto?. Se preguntaba la navegante en silencio.

-Quiero decir, pensé que tenías frió y yo… - Decía Nami angustiada con un rubor en sus mejillas- Y además no usaba la cobija así que la traje por eso – finalizaba con una sonrisa algo fingida en sus labios, frente a la cual Luffy solo se limitó a sonreír.

Sus miradas se encontraron levemente en ese momento pero antes de poder decir algo un estrepitoso rayo sonó afueras del lugar asustando a Nami y provocando que esta cayera abrazando a su capitán.

-Lo siento Luffy, me asuste un poco – Decía Nami alejándose de su pecho, aunque, para sorpresa suya, su capitán la abrazaba imposibilitándole su salida . – Luffy? Pasa algo? – Pregunto extrañada.

-Nami, podrías quedarte conmigo esta noche? – Preguntaba el chico de sombrero de paja con una voz suave – Hace bastante frio y no quiero estar solo- Concluyo.

-Por su puesto Luffy – Contesto Nami bastante feliz, mientras se acomodaba a su lado y extendía la cobija encima de ambos.

Quizás era la temperatura entre los dos, quizás era el hecho de que el miedo había desaparecido por completo o que incluso la compañía del otro era suficiente, pero, fuese lo que fuese, esta noche seria inolvidable para la navegante y su amado capitán.


Muchas gracias por leerlo hasta el final, y si quieren dejen sus reviews ya que son de mucho apoyo. Nos vemos próximamente!