.

.

.

Hola queridos lectores

muchas gracias por su paciencia y por sus hermosos reviews :D espero que les siga gustando mi fic lamento mucho la demora pero agradezco que sigan aqui

saludos

.

.

.


CAPITULO 17 CACERIA Y BUSQUEDA DEL CORAZON I

EL MAL DEL SUEÑO


Entre las sombras me he hallado ahora,

En una soledad interminable sin ti,

Como la luz de la luna entre nubes,

Comienzan a arrollar la vida,

La luz, mi aliento, sin ti no sé cómo escapar,

Si en la vida todo ha sido tinieblas hasta que llegaste,

Pero si las tinieblas sean todas y lo demás no sea lo que es

¿Cómo poder seguir adelante?

¿Cómo ir en contra de las sombras?

¿Por qué seguir en la luz?

¿Por qué aferrarse a la mentira?

¿A la falsedad?

¿Por qué engañarse a sí mismo?

Era mejor irse con la corriente,

Dejar que las sombras invadieran por completo mi esperanza…

La esperanza de mi vida…

Mi vida ahogada en un mar interminable de sufrimiento….

Era cruel…

Pero la vida no siempre es justa…

Y la justicia no siempre es justa con todos…

Maldita paradoja

H.G.P


Estaba en mi antigua casa, escuchando las voces aquellas que me estaba atormentando día y noche, o el tiempo ya que no tenía consciencia del tiempo, es más ni siquiera sabía ya donde estaba.

No dormía

No vivía

Pero tampoco estaba muerta

Solamente sabía que esto podría ser aun peor que el mismo infierno

¿Cómo salir de esta maldita maldición?

¿Por qué? ¿Quién quería atormentarme tanto?

Escuche que alguien entraba a mi alcoba.

Pero yo estaba en el closet intentando no hacer ruido, pero fue inútil.

-Vaya aquí estás cariño

Era aquel hombre que apenas había vuelto a ver…

Mi tío.

Sentí un escalofrió recorrer por mi espina dorsal

Sentí temor.

Sentí dolor y sin saber porque, al final avance hacia la mano de él.

-Conmigo estarás a salvo, mi niña

-¿Por qué?

-No eres tan bonita como tu hermana, es por eso que tus padres no te quisieron –Respondió como leyendo mis pensamientos, aquello me dolió pero en el fondo mi tío tenía razón

Nadie me extrañaba

Las voces se iban haciendo más llevaderas, más lejanas de mi ante este pensamiento o afirmación diría yo

-Ven querida vámonos

-Si –Susurre con temor pero deje que me guiara hacia otro cuarto

Cuando entramos mi tío cerró la puerta con una fuerza que me sobresalto

-¿Qué…que pasa?

-Te hare la persona más feliz, daré todo mi amor hacia ti como ese niño no puede, porque es eso querida un niño

-No…no entiendo

-Yo soy un hombre y las niñas como tú, necesitan un hombre

-No…no…solo quiero irme

Intente acercarme pero él me sujeto

-No…necesitas amor, ven pequeña vamos hacia allá –Me enseño una cama detrás de nosotros.

Me hizo sudar aún más frio

-No

-Ven acá Helga, te va a gustar y te aseguro que seré cuidadoso esta vez

Helga sintió náuseas y horror

-¿Qué?

-El juego especial de tío Smith siempre te gusto pequeña, te hare cosquillas como antes, lo prometo

-¡No!

En ese momento despertó

Estaba en medio de un cuarto, sentía el sudor de su frente, se escuchaban los ronquidos de las demás personas que había en aquella habitación pero no sabía dónde estaba.

Parecía que iba a amanecer y hacía ya calor.

-¿Dónde…donde estaré?

No recordaba mucho, solo que había sido secuestrada por su tío, y que la sombra estaba detrás de todo eso.

-Vaya no esperaba que despertaras tan pronto –Murmuro alguien en la oscuridad

-¿Quién…quién es?

-Soy yo Helga…tu amigo

-¿Amigo? Ni siquiera te conozco

Unos ojos llenos de odio la miraron con una sonrisa curveada –Quizás no ahora pero seremos buenos amigos

-No lo creo

-Seré el compañero en tu dolor

-Tú eres el que hablaba en mis sueños ¿cierto?

-Hay cariño, veo que no eres tan densa como aquel niño por el que tanto has sufrido, ese niño milagro no merece tanto amor

Era un hombre, de tez morena y cabello azabache, tenía encima una camisa negra y un pantalón de mezclilla, ¿Cómo podía estar vestido así? Sería un misterio para Helga, ya que todavía arriba de la camisa, llevaba una pequeña capa de color negro.

-¿Sombra?

-Exactamente hija, y como puedo ser muy malo como algunos dicen puede ser también benevolente con aquellos que me sigan ¿quieres hacerlo tú?

-No

La sombra se rio

-¿Y a Arnold si no?

-¿Qué tiene que ver eso?

La sombra saco un diario rosa

-Creo que lo sabes bien

-¿Qué…que…?

-Solo quiero que lo hagas sufrir

-Olvídalo hermano

La sombra sonrió

-Entonces quedaras siempre en esos sueños –Murmuro

-¿Qué?

Pero en ese momento sintió como el sueño volvía a ella con pesadez, miro al hombre y vio que tenía un brillo especial en los ojos, pero no vio más de lo que ese hombre hizo pues cayo nuevamente en las sombras

.

.

.

Arnold estaba en el pequeño bote que habían encontrado para ir a San Lorenzo, era bastante temprano, miraba el sol salir del este.

-Aguanta Helga….te encontrare –Murmuro el rubio mirando hacia el lado del sol pensando en aquella rubia que le robaba el aliento

-¿Estas bien Arnold?

-¿Qué haces aquí Lila?

-Solo creí que necesitabas compañía

-No

-Oh, lo siento

Arnold se sintió mal por lo que la sujeto del brazo

-No….perdóname Lila es solo…que estoy preocupado y…prefiero estar solo

-No te preocupes, Arnold comprendo

-Gracias –La soltó para después volver a mirar hacia el sol, pensando en Helga

Lila miraba al rubio, mientras pensaba como se acercaría más y más a él.

"Sé que aun te gusto, Arnold, y cuando tu primo vea que perdió, me rogara volver a intentarlo"

Sonrió maliciosamente pensando en ello

.

.

.

Henry, Harlette y Miles estaban llegando al aeropuerto del Salvador.

-Ustedes me esperaran aquí, la jungla es muy…

-No nos importa –Dijo rápidamente Henry –Estas hablando de nuestros hijos, no podemos simplemente quedarnos aquí esperando que los encuentres o…

-No pueden ir porque la sombra no es benevolente con nadie, no quiero a más personas afectadas, menos mi hijo

-Pues ese niño también es nuestro hijo y no lo dejaremos solo –Dijo Henry molesto –Quieras o no, te parezca bien o no, iremos

Harlette asintió

Por lo que Miles suspiro –Bien, pero harán todo como yo les diga ¿De acuerdo?

-De acuerdo –Dijo Harlette sonriéndole mientras los tres caminaban hacia afuera del lugar.

.

.

.

-Lo que no me dijiste Arnold es que hubiera tantos mosquitos

-O que hiciera tanto calor –Añadió Lila quitándose la blusa de manga larga, dejando al descubierto sus hombros y ombligo, por una playera de tirantes que tenía abajo, de color verde.

Sid la miro con un leve sonrojo

-Vaya señorita Lila se ve usted hermosa –Menciono Stinky igual sonrojado

-Gracias Stinky es muy gentil de tu parte

-Por nada

-¿Arnold?

El rubio la miro confundido -¿Qué ocurre?

-¿Tu no me dirás nada?

-Oh…

-Oye Arnie, hay que preguntar cuanto falta y ver si podemos comer algo antes de llegar ¿No lo crees?

-Si tienes razón Gerald, vamos

Lila miro con molestia a Gerald pero no dijo nada.

De esto se dieron cuenta los demás, Rhonda miro a la pelirroja sorprendida y con sospecha.

.

.

.

Bob Pataki salía del lugar donde había pedido ayuda, la doctora Bliss estaba realmente ayudándolo demasiado, además de que también llevaría esa tarde a su hija Olga, no veía nada bien a ninguna de las personas que fueron su familia.

Su obsesión por el trabajo fue lo que ocasiono o detono que él no se concentrara tanto en su familia. Pensó que alentar a su hija mayor era lo mejor que podía hacer pero se olvidó que existía también Helga, pero es que vio que Helga no lo necesitaba tanto como Olga, esa niña había sacado su carácter y su fortaleza por esa razón no le había prestado demasiada atención.

Y cuando Helga venia en camino pensó que necesitaría más dinero para que a Olga no le faltara nada con temor de que todo fuera para Helga, pero cometió un error sin darse cuenta.

Le dio las cosas a Olga, que quizás ni siquiera necesitaba y se olvidó de Helga…

Luego el alcoholismo de Miriam, necesitaba realizar cambios en su casa y ni siquiera sabía si lo que hacía era correcto, tampoco sabía si Miriam o Olga aceptarían ir a una terapia.

El apenas llevaba 3, en la primera ni siquiera quería hablar pero después de platicar un rato con la doctora Bliss se percató de muchas cosas que no había entendido en su momento y aunque esta le había comentado que ella no se dedicaba a la psicología de los adultos, realmente fue buena la charla.

Además no supo a donde más ir, recordó que Helga había ido con ella un tiempo y realmente le había estado funcionando.

Que estúpido fue.

Pensando que la que estaba mal era su hija y no el.

Pero era tarde ahora.

Quizás demasiado.

.

.

.

Los niños llevaban caminando como una hora, detrás del hombre que supuestamente conocía bien San Lorenzo, el señor Simmons iba encantando enseñándoles a los niños toda clase de plantas exóticas que no conocieran o señalaba donde se suponía había cuevas con lenguaje antiguo.

Seguramente aun pensaba que su interés en ir era por algo educativo.

Pobre señor Simmons, no tenía idea de lo que pasaría.

-Chicos yo creo que acamparemos aquí.

-¿Aquí? –Pregunto Arnold un poco desesperado –Deberíamos avanzar más ¿No?

-No lo creo niño, además el guía soy yo ¿No?

-Si pero… -Arnold miro el diario de su padre.

-Pero nada.

Arnold solo lo miro molesto

Esperaba haber llegado mínimo donde estaba la cascada para estar más cerca de donde estaba la aldea de los ojos verdes, pero seguramente este señor no querría avanzar más.

No le dio tiempo de pensar mucho en eso, porque en ese momento un grupo de hombres llego a donde estaban y se escuchó un grito del guía.

-¡Corran! –Grito el guía al momento de que se escuchaba un disparo.

Los niños no se lo pensaron dos veces, el profesor Simmons tomo de la mano algunos para que comenzaran a correr.

.

.

.

Iba junto con Gerald quien llevaba de la mano a Phoebe. No sé cuantos minutos habíamos corrido por la selva, quizás no eran tantos pero se sentían eternos.

Se escuchaban los pasos cercanos y a la distancia se escuchó más disparos que nos hizo tener escalofríos.

-¡Vamos por allá! –Les grite pero solo Gerald y Phoebe me escucharon o eso pensé en un momento hasta que alguien tomo mi brazo

Era Lila, pero no me podía detener así que solamente la sujete de la mano para seguir corriendo

Llegamos a un precipicio, ahí seguramente era donde estaba la cascada que describían mis padres.

Corrí con mayor fuerza hacia ese lado.

Sentía el corazón salirse de mi cuerpo.

Sentía a Gerald y Phoebe cerca de nosotros.

-¡Arnold ¿Qué es lo que…?!

Pero en ese momento se vio un pequeño puente de madera –Por ahí, ¡Corran! –Grito el rubio soltando a la pelirroja indicándole que pase primero junto con Gerald y Phoebe

Las chicas iban por delante y ellos detrás de ellas.

Pero en ese momento

-¡Niño milagro ¿te vas tan pronto?!

Un hombre de cabello azabache lo miro desde atrás

Arnold lo miro e inmediatamente sabia de quien se trataba.

Era la sombra

-Arnold vámonos –Lo tomo del brazo para que avanzara

-¿Qué acaso no quieres a tu amiguita? –Pregunto el hombre señalando a Smith con una rubia tomada de su mano

Helga tenía los ojos abiertos pero parecía no estar ahí

Sus zafiros estaban más oscuros que de costumbre y su mirada no mostraba nada.

Como si no hubiera alma ahí.

-¡¿Helga?!

Pero cuando menciono su nombre la rubia no lo miro como siempre, solo vio reflejado un odio infinito en sus celestes, que le provocaron terror al rubio.

-Si la quieres devuelta tendrás que hacer algo por mí

-No –Susurro el rubio mirando a la sombra

-Por supuesto que si –Dijo el hombre acercándose a la rubia –Si no ella no volverá…jamás –Paso su mano por la frente de la rubia y esta cayo inconsciente

-¡Helga!

-¡Arnold! –Gerald lo tomo del brazo para evitar que el rubio avanzara

-Buscaras el corazón de los ojos verdes ¿Verdad?

Arnold miro como la rubia era cargada por Smith quien le dio una sonrisa al rubio

-¿Cómo sé que la dejaras en paz?

-Tráeme el corazón y entonces lo sabrás

Miro a Gerald quien le dio una sonrisa corta animándolo –Bien

-Excelente mientras tanto tus amigos pueden quedarse aquí –Un hombre traía de la mano a Phoebe y a Lila

-¡Phoebe!

-¡Arnold! –Lila intento agarrarlo, pero el hombre la sujeto con fuerza

-Ellos no tienen la culpa

-Arnold, mi pequeño niño milagro ¿No comprendes que esto no es un juego?

-Pero….

-Tienes dos días Arnold, para traerme el tesoro, Kart ira con ustedes

Arnold lo miro con furia pero no tuvo mucho tiempo, ellos comenzaron a avanzar para el lado contrario mientras el hombre grande y mal encarado se acercaba para empujarlos para el puente.

Vio como Smith se llevaba a Helga.

Tenía que hacer algo.

No podía traicionar la tribu que sus padres tanto cuidaron tanto que habían abandonado a su propio hijo para poder ir con ellos.

Pero Helga…

Helga era especial para él, demasiado…no podía dejarla sola

No podía abandonarla en aquellas sombras.