Renuncia: Tokyo Ghoul pertenece a Sui Ishida.

Personajes: Kaneki/Haise!centric.

Advertencias: spoiler (basado en el capítulo 53 de :Re).


Un abismo llama a otro abismo

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–Un abismo (Kaneki) llama a (Haise) otro abismo–

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Dicen que una vez se durmió sobre un campo de cadáveres, y despertó entre la maleza y todo lo puro. Desde su mente más profunda unas sombras se le han reído tachándolo de ignorante, gritándole de manera cínica cómo él había arruinado su propio reino.

–Pero, pero yo soy Sasaki Haise.

Pero las risas aumentan tras sus espaldas, y hay unas garras que lo están abriendo, y encuentran dentro de él la oscuridad que más apetece. Pues mamá le golpeaba por ser débil, y una tal Rize-san le mordisqueaba por ser débil, y nadie en este mundo le ama por ser débil, y nadie ha logrado no contener la respiración ante la tragedia andante de un tal

–Acéptame, Haise.

Kaneki Ken.

Nadie en este mundo ha logrado amar a Haise; y lo cierto es que nunca supo amarse a sí mismo, pues él ya no es rey sino un mendigo, y cree estar vacío.

(–Pero estás lleno de palabras purulentas y nauseas que son tragedias, Haise. Solo que tú no lo sabes).

A Haise le gustaría silenciar los llantos en su cabeza, pero resultan ser los suyos propios.

–Si mi memoria (oh, dulce y espantosa mía) fuera recuperada, ¿los olvidaría a todos, chicos? No. No quiero, no quiero, no quiero

(despertar).

olvidarlos.

Pero, pero entre su propia ignorancia puede verse a sí mismo llamar su nombre de mentiras, furioso, reclamándole por no dejarlo despertar. (Haise, Haise, debes dejarme salir de aquí. Que mente más espantosa podemos tener, ¿ver-dad?).

Sasaki Haise no sabe que desde sus orígenes nauseabundos tuvo asco al canibalismo majestuoso, y la noche turbulenta en que aceptó ser un demonio andante («yo soy, yo soy un ghoul, ¿por qué no me protegiste, mamá?») volvió a dormirse enamorándose de la muerte.

– ¿Fue un bonito despertar, Haise?

(Pero…).

Pero Sasaki Haise no es más que un sueño que tiene todo lo bello, aunque aún hay un chasquido de ciempiés en cada silencio, y aún le apetece arrancar costillas y devorar entrañas. Porque él es

(un ghoul)

Kaneki Ken.

(–Entonces si yo soy un sueño bello, tú eres una pesadilla de la que todos se compadecen, ¿no?

Kaneki Ken, el abismo albino, sonríe sollozando.

–Es hora de volver a dormir).

Hay así en sus noches pesadillas interminables, y Haise ya no sabe si se ve a sí mismo o si ve una sombra carcomida revolcarse sobre las baldosas heladas. A veces se despierta a mitad de la noche con un grito mudo, rayando su garganta; pocas veces se ha despertado riendo, riendo con los labios secos y con un hambre que no tiene origen.

–Recuerdo que una vez quise ser todo lo que soy ahora. Pero lo cierto es que quiero romper espejos cada vez que veo mi reflejo, mamá. Oh, mamá, tengo tanta hambre…

(Eso es, Kaneki-kun, vivir es comer).

Así que:

– ¡Lo cierto es que mi sueño es morir con estilo!

(dormir es muy, muy aburrido).

Entonces Haise siente que de repente todo es una noche infinita, pero no se encuentra durmiendo como siempre, listo para las pesadillas. Ahora está deambulando por todo lo inexistente, y de repente se encuentra flotando entre todos los sueños que fueron pero no serán. Haise es una fantasía, Haise es de men-ti-ras. (Llámame ficción, llámame ese capítulo perdido de tu novela trágica; así existir no es tan agonizante).

Entonces cierra los ojos, esperando por todo lo perenne.

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–Buenas noches Haise, ahora es tu turno de deambular entre mis pesadillas.

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–Akira-san (chicos, todos), lo siento, me he vuelto un

(abismo)

sueño de noches que no amanecen.

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–Estoy cansado, muy cansado, ¿puedo volver a dormir? Una vez más. Lo prometo, mamá, solo una vez más. Prometo despertar con el cabello revuelto y los colmillos limpios.

Hay sobre su rostro una brisa que no logra consolarlo. Y se duerme mientras le arrancan la garganta, amablemente.

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