To love and be loved

Era una mañana aburrida en el instituto Otonizaka, demasiado aburrida en opinión de Nozomi.

Mirando a través de la ventana mientras su profesora de historia hablaba monótonamente sobre la batalla de Okehazama, la joven no pudo evitar dejar a su mente divagar; sus pensamientos eran de naturaleza variada, pero la mayoría de las veces giraban alrededor de una cierta chica rubia que se sentaba enfrente de ella.

Han pasado ya tres años desde que la conoció, tres maravillosos años en los que Nozomi se había enamorado profunda e irremediablemente de la joven de sangre rusa. No sabía cuando había ocurrido exactamente, mirando atrás, tal vez se enamoró de Eli desde un principio, ese destinado día en el que la rubia entró en la case por primera vez.

Se acuerda de muchos pequeños detalles sobre ese día, la mirada fría que Eli le lanzó a sus nuevos compañeros mientras se presentaba, su postura rígida y estilizada, su voz clara y precisa que bañó a Nozomi en ella... Nozomi, no había dejado de mirar atentamente a la rubia desde que entró a través de las puertas correderas. La verdad, cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que parecía casi amor a primera vista, casi, porque Nozomi sabía que sus sentimientos antes no se empezaban a comparar a lo que sentía estos días... bueno, decir meses sería más acertado.

Desde que se unieron a μ's las cosas habían cambiado, la amistad que duramente trabajó para forjar durante los últimos dos años se estaba convirtiendo lenta pero inexorablemente en algo más, al menos por su parte. Miradas robadas, contactos prolongados más de la cuenta, latidos acelerados y suaves sonrojos cuando sus ojos se encontraban... Nozomi estaba al mismo tiempo alegre y exasperada de la naturaleza densa y despistada de su mejor amiga cuando a esa clase de cosas se refería, estaba segura de que por lo menos Nico ya se había dado cuenta de lo que Nozomi intentaba con todas sus fuerzas ocultar cada día, incluso Kotori intercambiaba con ella miradas de complicidad de vez en cuando; normalmente ocurría cuando un suspiro particularmente anhelante escapaba de su traidora boca, justo como ahora, excepto que esta vez no era la joven de pelo marrón grisáceo quien estaba allí para notarlo.

-Nozomi.

Otro suspiro se le escapó mientra continuaba mirando a través de la ventana, apoyando la mejilla en su mano.

-Hey, Nozomi.

Un Kami del viento pasó frente a sus ojos, flotando libremente en el aire, una cálida brisa seguramente siguiéndolo a su paso. Esto la hizo sonreír ligeramente, algunas personas eran realmente listas con un gran talento para la música como Maki, otras, como Umi, eran buenas en los deportes y desarrollando letras de canción o nacieron con una belleza y gracia natural, justo como Eli... y Nozomi, bueno, ella había sido bendecida con poder ver a los Kamis de todas las cosas; rocas, árboles, ríos, animales, lugares y personas, esto además le ayudaba en sus adivinaciones, pero tenía un pequeño inconveniente. La gran mayoría de la gente no puede ver a los Kami, ni siquiera cree en ellos, así que Nozomi era bastante reservada cuando se trataba de su habilidad.

La razón de esto es que lo que la gente no puede ver, no puede entender... les asusta, y Nozomi ya había aprendido por las malas lo que la gente asustada era capaz de hacer, lo que el miedo a lo desconocido les podía obligar a hacer.

Quitándose esa clase de pensamientos de la cabeza, se concentró en las cosas buenas que su habilidad le da diariamente, como sus interesantes charlas con el fantasma del baño del segundo piso, con quien había formado una extraña amistas, o ser capaz de ver a los amables espíritus del templo donde trabaja, quienes le hacen compañía todas las mañanas, incluso la formación de μ's fue también, en parte, gracias a esa habilidad.

-¡Hey! ¡Nozomi!

Escuchar su nombre ser gritado tan cerca de su cara la hace saltar un poco en su sitio, girándose hacia la voz se encuentra con una Eli haciendo pucheros y con una Nico entretenida con lo que veía. Las únicas que quedaban en la clase eran ellas tres.

-La clase acabó hace un rato -. comentó la más bajita.- bienvenida al mundo real por cierto, Eli te ha estado llamando desde hace unos minutos.

-Ah, perdona Elichi.

Su disculpa es recibida con una cabeza girada y un pequeño carraspeo en señal de desaprobación.

-En serio Nozomi, ¿sobre qué estabas pensando? Parecía que estabas muy perdida .- interrumpe su morena amiga.

-Nada importante. Sólo estaba repasando mentalmente la coreografía para nuestra nueva canción.

-¿Ah sí? -. comentó Nico, para nada convencida.

-Sí, así es Nicochi, ¿quieres que te castigue? -. respondió Nozomi mientras sonreía y hacía gestos de manosearla.

Protegiendo sus pechos con ambos brazos, su pequeña amiga huyó rápidamente, murmurando algo acerca de ir a ver a Maki.

Aún sonriendo, la joven de ojos turquesa se giró hacia su amiga restante.

Su linda amiga, todavía haciendo pucheros, que estaba mirándola directamente, haciendo que su corazón diera uno o dos vuelcos.

-¿Qué pasa Elichi? Tienes cara de como si alguien se hubiera comido tu última barrita de chocolate -. se burló Nozomi

-Nozomiiii… .- se quejó Eri, haciendo aun más pucheros.

-¿Queeeeee? .- respondió ella usando el mismo tono que la rubia.

-Hey, no te metas conmigo así, mala.

Eran momentos como ese los que hacían que Nozomi se enamorara incluso más de su amiga, ver lado poco frecuente de Eli que la presidenta del consejo estudiantil solo muestra ante ella.

-Perdón Elichi, seré buena.

-Está bien, se buena y dime que es en lo que estabas pensando antes.

''Te amo'' casi escapa de su boca, ese inevitable sentimiento de querer hacer todo lo que la rubia le pidiese asentándose en Nozomi.

-¿No es esa Umi? preguntó en su lugar.

Como su increíblemente infinita suerte quiso, sin duda alguna allí estaba Umi en la puerta del aula, buscándolas.

''Bueno, más bien buscando a Eli'' pensó Nozomi mientras observaba a Umi aproximarse a ellas.

-Eli, Nozomi, buenos días.

-Buenos días Umi -. saludó de vuelta Eli, totalmente tranquila y compuesta.

La chica de ojos turquesa sonrió ligeramente ante eso, poniendo su atención en la joven del curso inferior.

-¿Qué te trae por aquí Umi-chan? .- preguntó entonces, un poco curiosa.

-Ah sí... Quería hablar con Eli sobre unos de los nuevos movimientos para la coreografía -. contestó la joven tímidamente.

-¡Umi-chan! ¡Qué diligente eres! -. dijo Nozomi mientras se levantaba.

Dando unas palmaditas en la espalda a Umi en señal de ánimo, comenzó a dirigirse hacia la puerta.

-No quiero entreteneros, nos vemos más tarde en las prácticas -. dijo por encima del hombro.

-¡Espera, Nozomi!

Dándose la vuelta, Nozomi pude ver como el ceño de Eli se fruncía, sus ojos, normalmente de un claro azul, se enturbiaban ahora con preocupación.

Con toda la voluntad que pudo, la joven de pelo morado puso una enorme sonrisa en su rostro.

-Elichi, todo está bien, yo estoy bien, de verdad, así que deja de preocuparte, ¿vale? -. le pidió dulcemente.

El ceño fruncido en el rostro de Eli va desapareciendo poco a poco y una tímida sonrisa toma su lugar.

-Está bien -. respondió la rubia bajo la atenta mirada de Umi quien, a pesar de no entender lo que estaba pasando, se dio cuenta de que algo ocurría entre sus dos amigas.

Con una rápida despedida con su mano, Nozomi sale de la clase sin mirar atrás.

Tal vez, si lo hubiera hecho, habría visto la sonrisa en el rostro de Eli desvanecerse, habría visto la mirada de comprensión que Umi le daba a la rubia mientras apretaba su hombro ligeramente.

Tal vez, si Nozomi mirará un poco más atentamente a la ojiazul, se daría cuenta de la manera en la que Eri la observaba, realmente la observaba cuando pensaba que nadie más estaba mirando. La manera en la que sus ojos seguían cada movimiento, se concentraban en cada sonrisa que la sacerdotisa le daba, la manera en la que Eli siempre buscaba una excusa para tocarla.

Pero por supuesto, Nozomi no lo hacía, no por el momento al menos. Ser capaz de ver más que los humanos normales tiene sus desventajas al fin y al cabo.

Ella era perceptiva, podía ver lo que las personas sentían unas por otras, ver a los kami siempre la ayudó con eso, pero, cuando se trataba de lo que la gente sentía por ella... Nozomi tenía dificultades para saberlo. Aprendió a diferenciar las cosas básicas, cuando la gente se estaba comenzando a molestar, lo que les hacía estallar, lo que les hacía felices, pero Nozomi nunca entendió realmente el amor; la amistad, sí, era lo que tanto había deseado todos esos años atrás, su deseo de la niñez podría decirse.

Y ahora que por fin lo había conseguido, en la forma de 8 increíbles amigas, Nozomi estaba aprendiendo nuevas cosas, a amar y, en el futuro cercano, a dejarse amar.

-Ya no falta mucho -. comentó el espíritu de una pequeña niña, sentada sobre un inodoro mientras sonreía abiertamente.

Lavando sus manos en el grifo, Nozomi se giró ligeramente para mirarla, mandándole una mirada interrogante a la fantasma. Su única respuesta fue un pequeño guiño antes de que su pequeña amiga desapareciera lentamente en el interior del váter.

Saliendo de los baños, la joven de pelos morados se detuvo y, en un capricho, sacó una carta de su baraja de tarot.

''El loco derecho, ¿eh?''

Sonriendo para si, continuó en su camino, con un nuevo sueño en mente a perseguir.


OMAKE

-Hey, ¿no era esa Tojo-sempai saliendo del baño de los de segundo? -. preguntó una joven mientras se dirigía a dicho baño.

-¿Qué? ¿Estás de broma? ¿No llegué a verla? -. se quejó su amiga.

-¿Qué estaría haciendo ahí?

-No lo sé, ¿tal vez buscando al fantasma que vive en el baño?.-rió la risueña joven mientras entraba al baño.

-¿Y que más? -. se burló la otra mientras miraba nerviosamente a su alrededor.

-¿Estás asustada? -. le preguntó su amiga burlándose.

-¡No! Y date prisa, que no tenemos todo el día.

-Sí, sí, ya lo sé.

Una vez dentro del stall, la joven estaba apunto de bajarse sus bragas cuando...

-¡Oh! Hola jovencita, wow, braguitas blancas, hoy en día es realmente difícil ver tanta pureza una voz desde el interior del váter.

Dice la leyenda de Otonizaka que los agudos chillidos de las jóvenes consiguieron romper todas las ventanas del segundo piso.

Más tarde ese día, en la sala del consejo estudiantil, Eli decidió que algún día discutiría con Nozomi la extraña petición de ''hacer algo con el fantasma pervertido en el baño de los alumnos de segundo año'' que acababa de recibir.

A/N: muchas gracias por leer, espero que les haya gustado :)