Hello babies! Antes que nada quiero disculparme por tardar tanto con esta mierda, sí, lo sé, soy la peor escritora de la vida *llora* pero bueno, ya saben, estoy con finales y la carrera está pesada T_T y ahora como estoy con un agujero de vacaciones terminé de perfeccionar este capítulo.

Ahh… Tengo nuevo OTP (TsukiYachi) así que próximamente se me viene un one-shot de eso (YEY \O\)

Y... quiero agradecer sus reviews, la verdad que amé encontrar tantas fans que disfrutan de este pedacito de cielo que estoy escribiendo, la verdad no esperaba una buena aceptación, aunque no son millones de reviews, los poco que tuve me dieron ánimo de continuar aunque me faltaba la inspiración ^^, este cap va para ustedes que esperaron mucho.

y ya saben, TODOS LOS DERECHOS DEL AUTOR para Furudate-sensei, obviamene, todos los derechos a ese Satán que nos dejó sin batalla del basurero u_u

AQUÍ VA... 3... 2... 1...


— Yamaguchi

El muchacho, que se hallaba sentado en el piso de la sala del club, giró su cabeza al escuchar que alguien lo llamaba con bullicio, sin embargo no encontró nada llamativo; se volvió a girar al no ver a nadie y suspiró mientras se disponía a quitarse la remera para guardarla porque apestaba a sudor. "¿Qué fue eso?" Pensó moviendo la cabeza en un gesto de desconocimiento.

— Ehhh… Yamaguchi —Pero esta vez sintió el peso de un brazo que le rodeaba por el hombro. Al instante sintió como otro brazo lo rodeaba justo por el lado opuesto. Yamaguchi sobresaltado dio un grito, que al ver que se trataban de Nishinoya y Tanaka, fue apagándose y lentamente cambió a una expresión de resignación con otro suspiro.

— Yamaguchi, necesitamos hablar como los hombres que somos —dijo Noya a su izquierda con una mirada muy seria. Se preocupó por un momento y se giró para ver a Tanaka, igual que el otro, llevaba una expresión como si estuvieran a punto de hablar sobre el tema más delicado del mundo.

— No creo que hablar con ustedes cuente como "hablar como los hombres que somos" —remarcó Ennoshita con una risotada traviesa atravesando el umbral de la puerta y cerrándolo por detrás suyo. Tanaka se levantó con ademán de decir algo pero al escuchar el portazo volvió a colocarse en frente de Yamaguchi, quien como Nishinoya, se había levantado del piso y permanecía parado en el mismo lugar. Él miró a Yuu y ambos asintieron volviendo a su antigua expresión hacia el peliverde.

Yamaguchi solo los miraba alternadamente con una mirada que expresaba toda su confusión.

¿Faltaba decir que el alma se le salía por la boca?

— Yamaguchi —volvió a decir Tanaka—. Lastimosamente nosotros ya no estaremos el año que viene —E hizo un ademán de estar limpiando una lágrima e inhalando fuertemente haciendo un "sniff" muy fuerte, Noya solo hizo el mismo gesto, como si se trataran de héroes. —Entonces, necesitamos gente que se encargue de nuestra tradición de cuidar a nuestras bellas mánagers —sus ojos brillaron por un instante.

— Alguien con suficiente valor y entrega para continuar con nuestras obras —continuó Nishinoya también con ese brillo, levantando la barbilla mientras hablaba heroicamente

— Alguien que esté dispuesto de proteger —añadió de nuevo Tanaka

— De cuidar…

— Alguien con entrega

— ¡Y que no permita que otras escuelas se atrevan a echarle un ojo de más!

Yamaguchi estaba escuchando todo lo que sus sempáis decían con los ojos en blanco y con la boca abierta. ¿Era eso tan importante para comportarse así? Dejó su último aliento cuando pensó que era un idiota por no darse cuenta de que precisamente ese par no tendría nada mejor de qué hablar seriamente que no sea de chicas, se sobresaltó en ese instante al insinuar de que estaban tratando de persuadirlo.

Noya colocó su mano izquierda en el hombro de Yamaguchi, asustándolo nuevamente haciendo que su cuerpo entero temblara, alzó su brazo derecho y colocó la palma de su mano sobre su pecho, empujándolo levemente aunque este no se movió demasiado porque los compañeros de segundo seguían sosteniéndolo por los hombros.

— Y ese alguien eres tú, Yamaguchi —dijo retirando su palma sin doblar el índice, señalando su corazón sobre la camiseta que no se había podido quitar antes. El muchacho bajó la cabeza para mirar su dedo con un poco de pesadez.

Recién cuando todo el salón quedó en silencio por unos segundos fue capaz de pensar en qué le habían estado diciendo; ¿Que continuara su tradición?

¿¡Que cuidara a las mánagers!?

¿¡Que QUÉ?!

— ¡¿QUÉ!? —respondió exaltado apartando la mano de Nishinoya de su pecho. Sacudió los hombros y así se deshizo de todas las ataduras. Los miró a la cara y aún traían esa expresión de ser totalmente serios sobre lo que estaban hablando "¿Qué demonios?" Pensó rápidamente—. ¿Por qué me hablan de esto?

— Nos conocemos, Yamaguchi —dijo Tanaka carraspeando y tratando de volver a poner su mano en el hombro, a lo cual Yamaguchi reaccionó apartándolo con un golpe suave —. Sabemos que Yacchan te gusta —hizo una pausa agotadora. Yamaguchi abrió bien grande los ojos al escuchar eso, sin embargo, Tanaka y Noya seguieron sin cambiar de expresión—. Y también sabemos que no tienes el valor de confesarte.

Yamaguchi estaba a punto de enojarse, de gritarlos, y empujarlos para que salieran del salón, para que lo dejaran solo. ¿Qué se suponía que era eso? ¿Todo ese alborote para sacar un tema como ese? ¿Era una broma? ¿Se estaban burlando de él? Pensó con más rabia; Abrió la boca muy grande para gritarles con todo, pero se detuvo en el momento en que los vio con la mirada hacia el piso, ambos; aparentemente seguían con la misma expresión del comienzo pero esta vez no se atrevían a mirarlo a la cara.

— Nosotros también fuimos así —Noya levantó la cara y le dio un empujón sobre el hombro—. Después de darnos cuenta de que nunca seríamos capaces de hablarlo bien, entonces decidimos cuidar a Kiyoko-san de esta forma—su voz se iba apagando, era algo tan inusual en Yuu—. Aunque a veces éramos idiotas y nos pasábamos— soltó una risotada que seguía siendo apagada.

Ahora Yamaguchi era el que bajaba la mirada, no quería seguir viendo aquello.

— No te preocupes, Yamaguchi, vas a tener un futuro tan brillante como el nuestro —Tanaka sonrió burlonamente por encima de su hombro. Noya lo siguió con otra carcajada.

— Ser como tú es la cosa menos brillante que se me ocurre, Ryou

— Me refería a ti también, idiota —gritó de nuevo, pero divertido. Ambos terminaron riendo con gran estruendo.

Siguieron haciendo un gran escándalo hasta que de repente la puerta se abrió, cruzando la larga figura de Tsukishima a través de ella, el dúo volvió a golpear a Yamaguchi por un hombro cada uno, ambos le dedicaron una sonrisa radiante y se retiraron con una ruidosa algarabía.

— Cuidar a Yachi-san —repitió Yamaguchi por lo bajo, sin ser escuchado.

— Ese par es el peor de los males de Karasuno —exclamó Tsukishima con pereza— ¿Qué era lo que te decía ese par? —preguntó Tsukishima tomando sus cosas de su casillero, echando una ojeada rápido a Yamaguchi antes de él pudiera notarlo—. No tienes buena cara

— No fue nada, Tsukki —sonrió el moreno con ganas. Tsukishima volteó hacia sus cosas de nuevo al ver que su amigo no le diría nada y decidió dejar de insistir.


— ¡Yachi-san! —gritó Hinata desde lo lejos levantando una mano saludándola mientras bajeaba a gran velocidad sobre su bicicleta. Yachi se pegó un gran susto al escuchar sus gritos, llevó la mano a su pecho para tranquilizar su corazón cuando se dio cuenta de que solo era el estruendo de Hinata en plena mañana, pero cuando se giró a verlo se asustó aún más al ver que venía a gran velocidad sin tener ambas manos en su manubrio. Hinata le sonrió espléndidamente cuando se supo visto y bajó la mano con la que le saludaba y la puso sobre el manubrio; empezó a apretar el freno cuando se encontró cerca parando definitivamente al lado de Yachi, en la entrada del colegio.

Ella suspiró aliviada al verlo bajarse entero de la bicicleta, la verdad nunca le habían agradado esos instrumentos, ella que era un caos y bastante torpe, siempre acababa con uno que otro rasguño por andar en esos, así que con el tiempo los dejó de lado y aunque su madre le compró una vez para que aprendiera, nunca más volvió a subirse en uno.

— Ehh...Yachi, ¿le tienes miedo a las bicicletas? —preguntó Hinata al ver como la chica miraba con terror su bici.

— ahh... No, no —trató de explicar torpemente totalmente desprevenida ante su pregunta—. Ehh… ahh… yo… solo no me llevo bien con esos instrumentos —declaró mientras sonreía tímidamente para ocultar su simpleza. Empezó a caminar de nuevo hacia el interior del colegio mientras Hinata hizo lo mismo colocándose a su lado sosteniendo su bici por el manubrio.

— Pero si son muy divertidas… y me ayudan a llegar más rápido que caminando —alegó como si se tratara de un tema sencillo—. Además, al ir y venir en bicicleta ya estoy haciendo una especie de entrenamiento individual— sonrió sonrojado con orgullo latente al pensar en su entrenamiento y en cuánto se esforzaba.

— Siempre pensando en el voleibol —apuntó Yachi riéndose de la situación. Hinata se sonrojó aún más.

— T-te equivocas… —dijo casi al tono de gritar, totalmente rojo—. Yo no solo pienso en el voleibol.

— ¿Ahh no? —Yachi estaba riéndose mentalmente más de lo que demostraba, disfrutando la situación con inocencia—. ¿También la comida es muy importante?

Muy al contrario de lo que quería expresar, Hinata estaba sin saber qué demonios iba a decir y completamente rojo ya que al ser pelirrojo era muy sencillo que se le pusieran hasta las orejas rojas; Era ella, últimamente tenía la sensación de que le ponía muy inquieto, simplemente se ponía más idiota de lo que ya era cuando estaba cerca y no lograba entender por qué. Pasaba mucho tiempo pensando en ello y naturalmente era ella, pero "¿Por qué ella?" Era en lo que siempre terminaban sus pensamientos, nunca llegaba a una respuesta concreta.

Pero por supuesto no quería decirle eso.

Pero también había una pequeña parte en su interior que quería comentarlo.

—Ah... ¡Kageyama! —dijo Yachi quitando a Hinata de su nube mental, haciendo que olvidara todo el embrollo mental que tenía y volvió a recuperar su color normal, se sentía aliviado, pero al ver a Kageyama el pelirrojo reaccionó como si todos sus pelos se erizasen tal cual gato enojado. Se pararon ambos a esperarlo al notar que él ya los estaba viendo.

— Hola —saludó Kageyama un poco despacio al alcanzarlos, tan despacio que ambos se miraron confundidos al escuchar que hablaba tan bajo.

— Hola, Kageyama-san —respondió Hinata con un tono burlón, sonriendo con malicia; Se giró de nuevo hacia Yachi y tomó su mano sin darse cuenta. Kegayama y Yachi se sonrojaron al mismo tiempo, Kageyama intentó apartar la vista un poco molesto preparándose para decir algo, por su parte Yachi simplemente se quedó perpleja sin poder decir nada. Mas antes de que alguno pudiera decir algo, Hinata llevo la mano de Yachi hacia el manubrio de su bicicleta, haciendo que Yachi la sostuviera —Yacchan, te encargo mi bici.

Y casi al mismo tiempo de haber dicho eso, se salió disparado corriendo lo más rápido que pudo gritando a todo pulmón "VOY A GANARTEEEE, KAGEYAMAAAAA"; El moreno se miró un momento con Yachi, ambos ya habían recuperado el color de sus mejillas, ella lo miró con confusión al ver que no salía corriendo como idiota detrás del pelirrojo.

— ¡Mierda! —gritó después de notar que llevaba desventaja mientras aceleraba lo más rápido que podía dejando atrás a la rubia.

Yachi sonrió con soltura cuando vio que Kageyama avanzó corriendo detrás de Hinata. Estaba muy contenta de verlos así, siempre le parecía que aunque mantenían cierta rivalidad y siempre estuvieran compitiendo, eran más cercanos de lo que ellos mismo esperaban; Al principio solo trataba de verlos como compañeros, pero después de ese regalo sorpresa que le habían comprado por su cumpleaños abandonó esa idea. Ellos no eran simplemente compañeros de equipo o algo así, ellos eran amigos, los tres lo eran y ella estaba muy feliz por haberlos conocido.

A Yachi le tomó más tiempo de lo que pensó llegar al gimnasio; tuvo que ir a buscar el estacionamiento para bicis (del cuál no tenía ni la más pálida idea) y lo encontró después de que una chica del club de béisbol le ayudara indicándole el camino, como estaban ya de vacaciones entonces la escuela se encontraba algo desolada y agradeció infinitamente no ser el único club que se estuviera preparando para la inter-high de invierno. Una vez que aseguró la bici de Hinata regresó al gimnasio de vóleibol para ayudar a sus compañeros en lo que ella pudiese; como era natural no estaban todos los miembros del club aún por ser muy temprano, miró a través de la puerta y buscó a Hinata y Kageyama con la vista, y los encontró estirando preparándose para practicar.

— ¡Yacchan, he ganado de nuevo! —gritó Hinata al ver a la rubia entrar al gimnasio, Kageyama le dio un golpe en la cabeza para que dejara de gritar –o dejara de alardear-

— Solo es una derrota de las miles de victorias que tuve sobre ti, imbécil, no festejes tanto.

— Estás ardido por perder.

— Chicos —dijo Yachi una vez que llegó para que dejaran de discutir—. ¿Por qué no utilizan toda su energía para practicar en vez de discutir?

— ¡Sí! —gritaron los dos como si se tratasen de dos niños amaestrados, Kageyama estaba ligeramente sonrojado. Yachi sonrió ampliamente al verlos correr de nuevo hacia la cancha para practicar.

Yachi miró hacia la entrada cuando vio la figura larga de Tsukishima entrando seguido por Yamaguchi, quien sonrió con timidez al verla.

—Ehh… Tsukishima-kun, llegas temprano hoy —dijo Yachi sonriendo juntado las manos como queriendo aplaudir, en realidad estaba muy feliz de ver a Tsukishima llegar temprano, cada vez llegaba menos tarde, en el fondo era como que él también estaba disfrutando del equipo y del deporte y pensar en ello le hacía muy feliz.

— Ahh... sí —respondió Tsukishima un poco retraído—. No es como si tuviera algo mejor que hacer. —enfatizó tratando de disimular muy mal su desinterés, Yamaguchi sonrió.

— Tsuki solo quiere parecer un tsundere —Yachi y Yamaguchi rieron, el muchacho suspiró al ver como estaba hablando con la rubia y de repente sintió pesar en su corazón; Rápidamente se giró y se dirigió a trotar alrededor de la cancha para calentar, Tsukishima y Yachi se miraron un poco extrañados por el inesperado cambio de actitud suyo, al final Tsuki alzó los hombros y se dirigió a correr también siguiéndole de todas formas.

» Los de primer año se encontraban haciendo mucho ruido como siempre era de esperarse en los entrenamientos, nadie se quedaba con ninguna sola gota de energía para sí mismos y daban todo lo que tenían en los entrenamientos matutinos que tenían con sus senpáis, siempre tratando de aprender de ello. Hinata siempre quería lucirse con ellos y mostrarles cosas interesantes, pero Kageyama siempre de un golpe le devolvía a su realidad en la cual era muy malo con las técnicas del voleibol, aun así los de primer año siempre quería escuchar lo que él tuviera que decirles con muchas ganas.

A Yachi le encantaba ese ambiente; no solamente había pensado que seguir en el club de voleibol se iba a poner un poco solitario sin los de tercero y sin Kiyoko-san, sino que también el hecho de tener que volver a escalar en los torneos para volver a llegar al torneo nacional y tratar de conseguir la meta máxima pensó que haría muy difícil la estadía en el gimnasio, pero estaba muy feliz de ver que para nada se habían cumplido sus miedos. Todos parecían divertirse y disfrutar al máximo de todo, así que ella también trataba de disfrutar y dar su mejor esfuerzo para ellos.

» Cuando hubo terminado el entrenamiento de mates y recepción se dieron un pequeño descanso en los cuales Yachi aprovechó para llevarles botellas de agua a todos para que pudieran hidratarse, la rubia aprovechó que todos aún seguían descansando para ir hasta donde estaba Hinata.

— Buen trabajo, Hinata —dijo con una sonrisa que demostraba bastante admiración. Hinata se enrojeció hasta las orejas y no supo disimular la alegría que sintió mezclado con su torpeza y dejó caer su botella derramando todo el agua que contenía por el piso.

— Lo siento —gritó ligeramente asustando un poco a Yachi, ambos se agacharon para tratar de alzar la botella y Hinata enloqueció aún más al tenerla tan cerca, Yachi alzó rápidamente la botella sin darse cuenta de nada. "¿Qué crees que haces, Hinata idiota?" pensó en su mente con al típico estilo de Kageyama.

— No te preocupes, yo lo secaré después —dijo la Rubia sin entender bien qué había pasado—. Ahh, quería decirte algo…

Hinata se puso aún más rojo mientras se recomponía.

— Ehh ¿Qué? —preguntó ansioso, Yachi aprovechó que ya estaba de pie para devolverle la botella, aunque pensó que debía llevar a cargar de nuevo.

— Ahh… bueno… este… —Yachi balbuceaba palabras tratando de encontrar la forma correcta de decir las cosas. Hinata, al verla tan nerviosa, superó el nerviosismo que tenía y recuperó su color habitual por el momento.

— ¿Qué pasa, Yacchan? —preguntó un poco más asustado, llevó la botella a su boca tomando los últimos tragos, tratando de disimular su estado torpe sin motivos

— Bueno, es que… Tú… me diste un regalo… y yo.. —Yachi juntaba las puntas de sus dedos índices y miraba como jugaba con ellos sin atreverse a ver la cara de Hinata—. Yo… bueno… podemos…ir…al…ci…ne… ¿juntos?

Hinata escupió la poca agua que había alcanzado tomar, mojando aún más el piso. Yachi puso los ojos en blanco al ver su reacción, no supo qué hacer, ni qué había pasado. ¿No querría ir con ella? Trató de respirar mientras tenía los brazos en lo alto para calmar al pelirrojo pero no consiguió nada, por suerte estaban alejados de los demás pensó triunfante en su mala suerte.

— ¿Qué pasa, Hinata imbécil? —preguntó Kageyama al ponerse detrás del pelirrojo, Yachi suspiró de nuevo— Hoy estás más idiota que siempre —sentenció sonriendo con su malicia característica.

Hinata se dio media vuelta lentamente para ver a Kageyama y éste se quedó mudo al verlo tan rojo, miró después a Yachi quien miraba con una mezcla de horror y nerviosismo, como si no supiera qué hacer, aún con sus brazos en lo alto. El moreno intentó comprender qué demonios había pasado entre los dos y solamente sintió un calor asfixiando subir por su pecho, algo que quería salir para matar a Hinata… ¿Por qué?

— ¡Claro que Kageyama también! —dijo al fin la rubia un poco calmándose, pensó que si Kageyama venía también entonces él también iba a querer salir con ellos, aunque desde el principio tenía planeado hablar con los dos sobre aquello.

Hinata se sintió estúpido al entender realmente lo que pasa… ¿Yachi quería invitarlos a ambos a salir como agradecimiento? Pero su sentimiento de ingenuidad se convirtió en una angustia en seguida porque ¿Qué es lo que estaba pensando? O más bien dicho, ¿qué era lo que estaba esperando? ¿Estaba decepcionado? ¿Quería realmente estar a solas con Yachi? ¿Qué solamente fuera él y no Kageyama-kun?


Continuará~·~·~

¿Qué pasará en el cine? ¿Estará Kageyama celoso? ¿Hinata es tan BOKEEE como dice Kageyama? ¿Qué va a pasar con Yams?

Dejen sus RRs para saber si les agrada o no n_n

Bai