Hello there :) I'm here again with another beautiful story to share with you and for that... Thanks to Hopesparkles for let me translate it. Thanks girl :D

Hola :) Aquí estoy de nuevo con otra hermosa historia que compartir con ustedes y por eso... Gracias a Hopesparkles por dejarme traducirla. Gracias chica :D

Como siempre nada me pertenece, los personajes son de Stephanie Meyer y la autora de la historia es Hopesparkles, yo solo la traduzco.

Y gracias a mi compañera de armas, mi amiga y Beta Erica Castelo por seguirme soportando :P


"Yo pedí, específicamente, margaritas. Todo ha sido elegido de acuerdo a esos colores—blanco, amarillo y plateado. ¿Cómo puede decirme que no tiene disponibles?"

Bella presionó la palma de su mano contra su frente en un esfuerzo por aliviar el dolor de cabeza que sentía que aumentaba. El servicio de banquetes había cometido varios errores en su planeación y Bella pasó toda la mañana resolviendo esos problemas, ahora discutía con la florista que no había tenido cuidado de asegurar suficientes margaritas para los centros de mesa. Alice, al notar su aflicción, tomó rápidamente el teléfono de la mano de Bella y lo remplazó por un vaso de té.

"Habla Alice Whitlock, una amiga de la novia. ¿Con quién hablo?" Después de un momento, Alice comenzó a alejarse, dejando a Bella sola por un momento para que tratara de calmarse. "Bueno, Karen, ¿qué necesitamos hacer para resolver esto?" Sus palabras se fueron apagando mientras Bella se sentaba en una silla cercana y respiraba profundamente.

Había planeado cada detalle de su boda, y hasta esta mañana, todo estaba bajo control. Jake y ella habían estado saliendo por unos seis meses antes de proponerle matrimonio. Al principio, a Bella le había parecido repentino, pero supuso que a diferencia de muchos de los chicos que conocía, Jake simplemente había estado preparado para sentar cabeza. La había llevado a cenar y le hizo la propuesta en el restaurante a la hora del postre. Fue un poco cliché, y en ese momento, Bella se había preguntado por un instante si era realmente lo que quería. Aunque aparentemente él era perfecto para ella, siempre estaba esa molesta sensación en el fondo de su mente de la que no podía deshacerse. Lo había conocido toda su vida y su papá hubiera estado encantado cuando comenzaron a salir. Siempre había pensado en Jacob como el hijo que nunca tuvo. Charlie, su papá, había muerto en un accidente de coche hacía un año, y Bella no pudo evitar preguntarse si su decisión de salir y eventualmente casarse con Jake, tenía algo que ver con honrar los deseos de su padre.

Su editora, Jane, había estado más que entusiasmada. Su tercera novela saldría a la venta el día de su boda y su editorial lo había visto como la perfecta oportunidad para publicidad. La trama de su último libro seguía la historia de una joven que, después de mucha aventura y angustia, se casa con su primer amor. ¿Qué mejor forma de promocionar su libro, que el que su propia boda coincidiera con el estreno? Honestamente, con todo el mundo emocionado y feliz, él debería ser perfecto para ella, ¿cierto?

Los problemas vinieron con la finalización de la edición y el planear su boda al mismo tiempo. A menudo se sentía abrumada con una cosa u otra, y algunas veces pasaban días sin que viera al hombre con el que pronto se casaría. Su amistad con Alice había sido su salvación. Alice intervino y se hizo cargo de muchos de los detalles, liberando a Bella de una enorme cantidad de estrés. Sin embargo, a partir de hoy faltaban dos días para la boda y todo había empezado a desmoronarse.

Primero, Jane había llamado temprano por la mañana y le informó que los medios locales se habían enterado de las noticias de su boda y querían enviar a alguien para entrevistarla al respecto y sobre la salida a la venta de su libro. Después, el servicio de banquetes había llamado para finalizar el menú y la distribución de asientos lo que había conducido a una reunión improvisada para arreglar sus errores. Fue mientras estaba reunida con ellos, que la entrevista salió al aire en las estaciones locales y alguien de los medios nacionales había retomado la historia de inmediato. Su última novela había llegado a la lista de los bestsellers del New York Times, y esta ya había superado en preventas a esa novela. Se esperaba que fuera su novela mejor vendida hasta el momento. Su editorial los había invitado a enviar un equipo de filmación, prometiendo la primera entrevista con la pareja en la víspera de su boda.

Ahora, el fiasco con la florista la había hecho entrar en pánico. Y encima de todo, había estado llamando a Jake por horas, y no respondía sus llamadas, ni las había devuelto. Nadie parecía saber dónde estaba, y Bella se encontró molesta. No que algo de esto fuera su culpa, pero le hubiese gustado tenerlo para apoyarse un poco en él.

"¿Bella?"

Levantó la vista para ver a Alice y Rosalie caminando hacia ella. Al menos estaban sonriendo.

"Todo está bajo control con las margaritas. ¿Qué sigue?"

Bella vio la hora en su teléfono y dejó escapar un suspiro. "Bueno, el vuelo de mi mamá debería llegar en una hora. Necesito estar allí para ayudarla a conseguir un coche rentado y llevarla al hotel."

Rosalie extendió su mano y palmeó la mano de Bella, dándole un gentil apretón. "Emmett y yo nos dirigimos a casa. Podemos encontrarnos con ella y encargarnos de dejarla instalada."

"Mmmm. Y nunca me dejaría olvidarlo. Tengo que verla en algún momento. Al menos solo tengo que lidiar con ella hasta que termine la boda. Una vez que estemos en el avión, será toda suya."

Las dos chicas le dieron una expresión de horror fingido antes de que las tres estallaran en risitas. Finalmente las risitas se acabaron y Alice revisó su lista una última vez.

"Muy bien, bueno, parece que todo aquí está transcurriendo sin problema. Jasper va a recibir la camioneta con las sillas y mesas de alquiler que debería llegar en una hora. Esme le dio al fotógrafo tus decisiones finales y el servicio de banquetes estará aquí mañana a las cuatro de la tarde para organizar todo para la cena de ensayo. Ve a hacerte cargo de Renee y duerme bien esta noche."

Quince minutos más tarde, Bella iba de camino al aeropuerto disfrutando del silencio en su coche. Había estado rodeada de ruido todo el día. Preguntas sobre los detalles de la boda, llamadas de Jane, sus amigas tomándole el pelo y burlándose de ella intentando aliviar sus preocupaciones… al fin sentía que la tensión la dejaba y esperaba recibir a su madre al menos con una actitud calmada.

Mientras conducía, trató una vez más de contactar con Jake. Después de cuatro timbrazos, su correo de voz respondió de nuevo. "Hablas con Jake. Deja un mensaje."

"Jake, estoy algo preocupada. Por favor, llámame tan pronto escuches esto." Soltando un suspiro, colgó y arrojó el teléfono al asiento junto a ella. Minutos más tarde, estacionó el coche y entró al aeropuerto, dirigiéndose hacia el reclamo de equipaje. Lamentablemente su madre ya estaba allí, esperando con una mueca en su rostro.

"Hola mamá, ¿llegó antes tu vuelo?"

"No, llegó justo a tiempo, Bella. Si tienes otras cosas que hacer podrías haber dicho algo y no me habría quedado esperando."

Bella se tragó la fea respuesta que tanto deseaba dar. En lugar de eso, levantó las maletas y condujo a su madre hacia el coche. Una vez que estuvieron acomodadas y conduciendo, se pusieron de acuerdo en un restaurante para cenar, antes de que Bella la dejarla en el lote de coches rentados.

Veinte minutos más tarde estaban sentadas e inspeccionando sus menús. Renee nunca quitó los ojos del menú mientras hablaba.

"Así que, Jacob decidió no venir contigo, por lo que veo."

"No. Se ofreció a hacerlo, pero pensé que sería bueno que tuviéramos una cena juntas, ya sabes, solo nosotras. Probablemente será la única oportunidad que tengamos con todas las festividades."

Renee bajó el menú y miró furiosa a su hija al otro lado de la mesa. "Lo que en realidad quieres decir es que te programaste una agenda muy apretada para que no te vieras forzada a pasar tiempo conmigo."

Bella respiró profundo y en silencio contó hasta diez antes de mirar a su madre. Cuando por fin habló, mantuvo su voz tan uniforme y calmada como fuera posible.

"Mamá, realmente esperaba que pudiéramos disfrutar de una linda cena y conversación. Sé que no has estado contenta con mis elecciones y entiendo tus razones. Pero por favor, por favor, ¿podemos olvidarlo por los próximos dos días?"

Renee aceptó a regañadientes cuando el mesero apareció para tomar su orden. La siguiente hora estuvo llena de conversación que giró en torno a la boda y los planes que Bella había hecho con relación a su novela. Había optado por una corta gira mediática después de la luna de miel en lugar de una gira promocional, sin querer perderse sus primeras semanas como recién casada por su carrera. Renee hizo preguntas y oyó las respuestas de Bella evidentemente al borde de la disconformidad y desaprobación, pero nunca lo dijo. Sin embargo, era más que obvio para Bella, y ya estaba impaciente porque terminara la tarde.

Durante la cena y el viaje al hotel, revisó su teléfono por una llamada o mensaje de texto de Jake. No había ninguna. Entre la tensión con su madre y la falta de comunicación con su prometido, Bella tenía crispados los nervios.

Después de la cena, condujo rápidamente de vuelta a su departamento y se preparó un baño. Añadiendo un poco de aceite de lavanda y poniendo en su iPod una lista de reproducción de tranquilizadora música instrumental, se acomodó en su bañera de hidromasaje y cerró los ojos.

Intentó dejar de pensar en la tensión con Renee, pero le estaba siendo difícil. Renee había sido muy clara con sus opiniones y el futuro de Bella cuando estaba en la universidad. Por supuesto, había estado más que molesta cuando Bella eligió otro camino e incluso después del éxito de sus libros, Renee aún no podía dejar de lado su irritación. Aprovechaba toda oportunidad para hacer comentarios hirientes y expresar su decepción por su hija. Jacob también había sido otra fuente de disputa con Renee. No le había gustado en absoluto, y lo consideraba por debajo de ella. Bella sabía que era de esperarse. Nada de lo que hizo fue nunca lo suficientemente bueno para su madre. ¿Por qué pensaría que su boda iba a ser diferente?

Había llegado a ver a otra mujer como su 'madre'—Esme, la madre de Alice, siempre había sido el ideal de Bella. Era amorosa y comprensiva, incluso cuando sus hijos tomaban decisiones con las que no estaba de acuerdo. Trataba a Bella como a una de los suyos y Bella la adoraba. Ella y Carlisle tenían lo que Bella consideraba el matrimonio perfecto. Idealizó lo que vio en su hogar, y en parte basó los personajes de sus libros, en ellos. Habían criado a tres hijos—Alice, la más joven, y dos chicos, Emmett y Edward.

Emmett era como un enorme oso de peluche. Atlético y siempre activo, era ferozmente protector de aquellos que amaba, incluyendo a Bella. Era exactamente lo que siempre quiso en un hermano mayor. Edward era el más joven de los chicos, y mientras Emmett era el más 'fraternal' de los dos, Edward era el que siempre hacía que a Bella se le parara el corazón. Era increíblemente guapo y muy creativo. Cuando ella se expresaba a través de las palabras, él encontró su escape en la música. Empezó a componer a una edad temprana y ahora se ganaba la vida componiendo música para películas y programas de televisión. Tocaba varios instrumentos, pero prefería el piano, y junto con Alice, era el amigo más cercano que tuvo Bella al crecer.

Con el tiempo, habían crecido y continuado con sus vidas de adultos. Emmett se graduó de la universidad cuando Alice y Bella se graduaron del instituto. Conoció a Rosalie durante su segundo año en la universidad y se casaron en el verano siguiente. Edward se graduó dos años más tarde y se había mudado a Nueva York para continuar su carrera. Alice se casó con Jasper mientras estaban en su último año de universidad y ahora trabajaba como comprador para Macy's.

Ahora, a solo unos días antes de su propia boda, Bella se encontró anhelando días que eran más simples. Días sin la preocupación de ser responsable de la felicidad de otra persona. Días cuando su prometido en realidad contestaba sus llamadas.

Extendiendo su mano, cogió su teléfono para revisar una vez más por una llamada perdida o mensaje. Mientras miraba fijamente la pantalla, sabía que era inútil mirar si había estado junto a ella, en silencio, por los últimos treinta minutos. Justo cuando lo dejaba nuevamente encima de la toalla, sonó. Echando un vistazo al identificador de llamadas, respondió rápidamente.

"¿Alice?"

"Hey Bella. Solo quería ver cómo estabas. Antes te vi un poco abrumada."

"Estoy bien, Alice, solo tratando de permanecer calmada. No he escuchado de Jake en todo el día. No sé si estar enojada o enferma de los nervios."

"Aparecerá. ¡Deja de estresarte! ¿Cómo está Renee?"

Bella suspiró y se rio entre dientes. "Igual que siempre. Ya sabes, siempre puedes contar con Renee para que te diga exactamente lo que estás haciendo mal."

"Aguanta. Solo dos días más, entonces te irás a una playa soleada y sin preocupaciones. Pero por ahora, tengo algo para animarte. Espera un segundo."

Antes de que Bella pudiera responder, Alice estaba hablando con alguien más y Bella pudo escuchar el sonido del teléfono siendo pasado a otra persona. Un momento después, una sonrisa se extendió en su rostro y sintió relajarse de nuevo contra la bañera.

"¿Bella? ¿Qué es eso que escuché de que te estabas poniendo nerviosa? Me echabas de menos, ¿verdad? Bueno, no temas, ya estoy aquí, puedes relajarte."

Bella soltó unas risitas y sacudió su cabeza. "Hola Edward. Te extrañé mucho."

"Por supuesto que sí, soy un tipo encantador." Edward se quedó callado por un momento antes de preguntar con voz más suave, "Ya en serio, ¿cómo estás, B?"

"Estoy bien. Estoy muy nerviosa y me alegraré cuando todo esto termine y pueda desaparecer en una esquina de nuevo. Pero realmente es de ayuda saber que estás aquí. Significa mucho para mí que hayas venido, Edward. Gracias."

"Las gracias no son necesarias. Quería estar aquí para ti, Bella. Además, Emmett y yo hicimos una apuesta. Él dice que vas a dar diez pasos hacia el altar antes de tropezarte. Yo digo que cinco. ¡Con cincuenta dólares en juego, tenía que venir a asegurarme de que no hiciera trampa!"

"Genial, gracias por el voto de confianza." Edward se echó a reír al escuchar el tono sarcástico de su voz. Bella había olvidado lo mucho que le gustaba su risa, "Me da mucho gusto escuchar tu voz, Edward."

Siguieron hablando por un rato. Fue solo cuando Bella empezaba a temblar un poco porque el agua del baño se estaba enfriando, que se despidieron y cortaron la llamada. Edward siempre tenía una forma de calmar sus nervios, lo que encontraba extraño ya que había sido su primera ilusión y el chico con el que comparaba a todos los otros. Cada chico que conocía, incluyendo a Jake, la ponía como un manojo de nervios. De niños, ellos se habían tomado el pelo el uno al otro, cuidado del otro como adolescentes, y ahora él estaba dispuesto a apoyarla aun cuando sabía que en realidad no aprobaba su elección de esposo. Él personalmente, no tenía nada contra Jacob, simplemente no pensaba que fuera merecedor de Bella.

Una vez que salió de la bañera, llamó a Jacob una última vez y cuando no contactó con él, dejó otro mensaje y se metió a la cama.

Algún tiempo después, Bella despertó con el sonido de un zumbido. Dándose la vuelta y levantando la cabeza, vio la hora—2:17 a.m. Tomando su teléfono y aceptando la llamada, aclaró su garganta para responder.

"¿Hola?"

"¿Bella?"

Soltando un suspiro de alivio, Bella se incorporó al mismo tiempo que sentía sus hombros tensarse por la ira y la frustración que sabía que venía. Se esforzó mucho para que no se notara en su voz mientras hablaba.

"Jake, ¿por qué en el cielo me estás llamando a mitad de la noche? Te llamé todo el día y nunca contestaste y he estado preocupada y nerviosa." La línea estaba en silencio. "Jake, ¿estás allí?"

Hubo silencio en la línea por un largo tiempo. Bella sabía que estaba allí porque podía escuchar su respiración.

"¿Jake? Me estás asustando. ¿Estás bien?"

Por fin, lo escuchó respirar hondo. "Sí, estoy bien. Bella, yo…" Sus palabras se detuvieron y Bella esperó, al saber que algo estaba mal. No tuvo que esperar mucho tiempo.

"Bella, lo siento tanto. No sé cómo solucionar esto."

"¿Qué pasa? Jake, por favor, dime qué pasa." Podía sentir el pánico aumentando y se levantó de la cama al mismo tiempo que encendía la lámpara de mesa.

"¿Estás sola?" ¿Sola? ¿Qué importaba?

"Sí, ahora, por favor, dime lo que está pasando."

"¿Recuerdas a Leah Clearwater?"

"Sí."

"Bella, Yo-Yo no sé cómo hacer esto."

Sintiendo el miedo y pánico en su voz, Bella comenzó a temblar. Lo que sea que estuviera tratando de decir, iba a ser malo.

"Solo dilo, Jake. Puedes decirme lo que sea. Solo, por favor, de verdad me estás asustando."

En los minutos que siguieron, Bella desearía no haberle suplicado que hablara.

"Leah y yo nos conocemos por un largo tiempo, Bella. Hemos sido cercanos desde que éramos niños. La amo. Creo que siempre la he amado. Tratamos de luchar contra eso, pero simplemente fue demasiado. No puedo casarme contigo, Bella. Lo siento mucho."

Las palabras comenzaron a salir atropelladamente de la boca de Bella antes de que pudiera detenerlas.

"Solo estás asustado, Jake. Podemos resolver esto. La boda es en dos días y todo está listo. No tienes que preocuparte por nada y podemos resolver todo esto—"

"¡Bella! La amo. Estamos—Bella, está embarazada. Volamos a Las Vegas anoche y nos casamos."

Bella sintió como si alguien le hubiese sacado el aire con un puñetazo. "¿Se casaron? ¿Qué quieres decir con que se casaron, Jake? Nuestra boda es en dos días." Sus palabras se apagaron mientras trataba de entender lo que él acababa de decir.

"Sé que esto es un shock para ti, pero es lo correcto, Bella. Todos seremos más felices así. Te ayudaré con lo que sea que necesites en lo que tiene que ver con cancelar las cosas de la boda. Solo dime…"

Bella bajó el teléfono de su oído y desconectó la llamada unos minutos después. Se quedó allí por un rato, solamente mirando a la pared, tratando de aceptar el hecho de que todo su mundo se acababa de derrumbar a su alrededor.

No tenía idea de cómo sucedió, pero se dio cuenta que estaba sentada en su coche en la entrada de los Cullen. Mirando su teléfono, sabía que no había manera que pudiera tocar a la puerta a las 4:00 a.m., pero no sabía a dónde más ir y no podía lograr que su mente se concentrara más allá del hecho que su prometido estaba casado con otra mujer.

Una mujer que amaba.

Una mujer que llevaba a su hijo.

Casados.

Se asustó con el sonido de la puerta de su coche abriéndose y el frío aire de la noche invadiendo el coche. Escuchó su voz antes de que pudiera levantar su mirada y encontrar sus verdes orbes llenas de preocupación.

"¿Bella? ¿Por qué estás sentada aquí afuera?"

Vio su camiseta de tirantes azul pálido y sus pantalones cortos de algodón a cuadros para dormir. No tenía zapatos en sus pies y estaba pálida y temblando. Edward supo que algo estaba terriblemente mal y se puso de cuclillas junto al coche, tocando su mejilla y girando su rostro hacia él. "¿Qué pasa, B?"

Ella susurraba una palabra repetidamente. Tuvo que acercarse para entenderla y estaba confundido por lo que escuchó.

"Casados."

Poniéndose de pie, la sacó del coche y la ayudó a entrar en la casa. La sentó en el sofá, tirando de una manta en una silla cercana y envolviéndola alrededor de sus hombros. Subiendo las escaleras a toda prisa, corrió hacia la habitación extra al final del pasillo, sin detenerse a tocar, y despertó a Alice.

En cuestión de minutos, Edward, Alice y Jasper rodeaban a Bella mientras trataban de entender qué estaba murmurando. Jasper, tan paciente como era, estaba cansado y de mal humor. Levantándose de su asiento, se arrodilló directamente frente a Bella y le habló con firmeza y franqueza, demandando que se concentrara.

"Bella, no podemos ayudarte si no nos cuentas. Ahora, mírame y dime qué ha sucedido."

Cuando los ojos de ella se centraron en los suyos, gruesas lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas mientras ella luchaba por conseguir que las palabras salieran antes de que rompiera a llorar.

"Él- Él se casó. Se casó. En Las Vegas."

Los ojos de Alice se ampliaron cuando comprendió las palabras de Bella. "¿Jake? ¿Se casó con alguien en Las Vegas?"

"Con Leah Clearwater." Tan pronto como el nombre pasó por sus labios, Bella cubrió su rostro con sus manos y dejó que las lágrimas la vencieran. Jasper se levantó y la rodeó con sus brazos, mirando con impotencia a su esposa y cuñado. Alice solo sostuvo su mano, demasiado conmocionada para ofrecer algunas palabras de consuelo.

Edward se quedó en silencio, observando la escena frente a él. Aparentaba estar extremadamente calmado, pero sus puños apretados y el intenso fuego en sus ojos hubiesen parado en seco a cualquiera. En ese momento, estaba agradecido de no tener idea de dónde estaba Jacob, porque estaba seguro de que lo mataría.

Tres horas más tarde, cuando la familia comenzó a despertarse, Alice entró en la cocina para preparar café, solo para encontrar a Edward apoyado en la encimera, bebiendo una taza. Mientras Alice se sentaba en un banco frente a la barra, Edward sirvió una taza y la puso frente a ella, junto con crema, azúcar y una cuchara.

"¿Cómo está?"

Alice siguió añadiendo crema a su café al mismo tiempo que respondía, "Durmiendo, al fin. Papá se ofreció a darle algo, pero creo que finalmente lloró hasta quedarse dormida." Levantando la vista hacia su hermano, continuó. "Si pudiera encontrarlo en este momento, lo mataría. Lo castraría, luego lo mataría. Leah está embarazada. Al parecer ha estado ocurriendo por algún tiempo."

"Lo sé."

Si no hubiese estado tan enojado, Edward se hubiera reído de la expresión en el rostro de Alice.

"¿Lo sabes? ¿Qué quieres decir con que lo sabes?" Para cuando terminó de hablar, Alice estaba parada en el último peldaño del banco, inclinándose hacia adelante en un intento de intimidar a su hermano.

Respirando profundamente, Edward confesó. "Los vi juntos cuando estaba en Portland el mes pasado."

"¿Cómo pudiste no decir nada? ¿Le permitiste continuar planeando esta boda a sabiendas de que él la había traicionado? ¿Cómo pudiste hacer eso, Edward?" La voz de Alice se elevó hasta que casi estaba gritando. Edward levantó su mano de inmediato, cubriendo sus labios con sus dedos.

"¡Demandé que le dijera o yo lo haría! Supuse que se comportaría como un hombre y lo haría hasta que llamaste la semana pasada para hablar de la boda y me di cuenta que no había dicho una palabra. Nunca imaginé que huiría a Las Vegas y se casaría con ella."

"Tenemos un millón de llamadas que hacer. La filial de la NBC estará aquí en tres horas para entrevistar a Bella y su prometido. Lo alquilado ya está aquí, y los servicios de banquetes van a traer todo. Necesito ir por mi lista."

Alice se puso de pie para dejar la habitación cuando Edward extendió su mano y sujetó su brazo.

"Espera, Alice. Tengo un plan, pero necesito de tu ayuda."


Bueno, pues aquí está la nueva historia. Como ven Jacob es un hdp que dejó a Bella casi en el altar, y no solo se trata de una humillación frente a familiares y amigos a lo que ella se enfrenta, sino a humillación nacional, por el lanzamiento de su libro y la publicidad que rodeaba su boda. Pero llega Edward a salvar el día, ¿será? ¿Cómo creen que reaccione Bella? Y, ¿consideran que Edward debió haberle dicho a Bella lo que vio? ¿Por qué no lo hizo? Espero que les haya gustado el primer capi y que me hagan saber sus opiniones y conjeturas. De antemano, gracias por alertas y favoritos, y mucho más por sus reviews ;) No olviden que esos me animan a seguir compartiendo con ustedes estas lindas historias. Saludos y nos leemos en el próximo capi.