Capitulo 27


NOTA: ultimo capitulo...que emocion, espero les guste, en lo personal casi me quedo sin habla jajaja, ahora comencemos...


POV NAMI


El doctor seguía moviendo la vara en mi interior y apretaba unos botones en la máquina, cada segundo que pasaba me preocupaba más y más, por favor que no sea nada malo. Unos cinco minutos después dijo que había terminado, me pidió que me cambiara y luego hablaríamos. Asentí y me metí nuevamente en el cuarto. Mis manos estaban temblando asi que se me complicó un poco al abrocharme los pantalones, cuando salí Koala estaba caminando de un lado a otro. El médico me dijo que me sentara y asi lo hice, junté mis manos y traté de dejarlas quietas pero me fue imposible.

- ¿Está todo bien? - Dije, las lágrimas se estaban acumulando en mis ojos.

Él me miró a los ojos un segundo y luego anotó algo en una carpeta. Cuando termino juntó sus manos sobre el escritorio y volvió a mirarme fijamente. A decir verdad su mirada me cohibía bastante, Koala seguía caminando de un lado a otro, verla me ponía de los nervios.

- Koala. - Llamé. Ella me miró. - ¿Puedes sentarte?, el verte caminar de un lado a otro me esta poniendo los pelos de punta. - Ella asintió.

- Si, lo siento. - Dijo y se sentó junto a mi.

- Bueno. - Dijo el doctor. - Tengo una buena y una mala noticia, ¿cual prefieres primero?

Koala y yo nos miramos, ella me tomó la mano fuertemente.

- La buena. - Dijo ella, yo ni siquiera podía pronunciar una palabra.

- Bien, pues parece que el bebé está completamente sano, su tamaño es correcto, sus latidos son fuertes, en fin, esta perfectamente.

Liberé el aire que estaba aguantando, Koala sonrió, estaba feliz de que mi bebé estuviera bien, pero aún quedaba la mala noticia.

- ¿Cuál es la mala? - Preguntó Koala.

- Bueno, al parecer usted señorita Harrison tiene fibromas uterinos. - Dijo seriamente.

- ¿Fibromas? - Pregunté. Él asintió.

- Si, son tumores. - En ese momento mi mundo se vino abajo.

- ¿Ella tiene cáncer? - Preguntó Koala. El doctór negó, respiré aliviada.

- Los fibromas son tumores benignos, no son cancerígenos asi que puede estar tranquila. - Yo asentí y llevé mi mano a mi vientre. Estamos bien pensé. - Lo que me preocupa es que estos tumores suelen aparecer mayormente en mujeres mayores de treinta años, pero he conocido casos de jovenes que los tienen.

- Vaya al grano ¿quiere? - Dijo Koala. - ¿En que perjudican esos tumores a Nami?

- Bueno los que tiene están muy pegados a la pared del útero, por lo tanto su embarazo corre riesgo, no es bueno que se altere ni se estrese por nada, y tiene que permanecer en reposo durante la gestación.

- ¿Es una broma? - Dije molesta. - No quiero pasarme nueve meses en una cama.

Él doctór rio.

- No necesariamente tiene que ser en una cama, a lo que me refiero es que usted no puede hacer esfuerzos, no puede levantar nada que pese más de tres kilos, no puede caminar durante mucho rato y por supuesto evitar cualquier tipo de alcohól y nada de fumar.

- Si entiendo, ¿trabajár tampoco?, ¿aunque sea en una oficina? - Pregunté, no podía quedarme todo el día en casa, me moriría del aburrimiento.

- No, el trabajo de oficina por más leve que sea, la hace caminar y estar mucho tiempo en una sola posición lo que no es conveniente.

- ¿Y que se supone que haré?, no puedo estar todo el día sin hacer nada. - Dije molesta.

- Es un pueblo bonito, puede salir a comer algún lado, también está la playa, obviamente no se puede meter en el agua debido al golpe de las olas, eso sería peligroso pero puede caminar un poco en la arena, tenemos lindos parques, puede hacer muchas cosas. - Me dijo sonriendo, tenía ganas de abalanzarme sobre la mesa y arrancarle los ojos.

Koala vio que estaba a punto de explotar y apoyó su mano en mi hombro, me relajé un poco pero aún estaba tensa.

- Descuide doctorsito, yo me encargaré de que cumpla con el reposo. - Dijo Koala muy convencida.

- Bien, que bueno que tenga una amiga que se preocupe por usted, bien y sobre su dieta... - Él abrió un cajón del escritorio, sacó un papel y me lo entregó. - Aqui dice todo lo que puede comer, lo que no y también las cantidades.

- Gracias. - Digo.

- Y la quiero ver cada més y medio, quiero tenerla muy controlada. - Asentí. Él escribió algo en unos papelitos y me los dio. - Aqui están las recetas para las vitaminas prenatales. - Me las entrega y las guardo. - Muy bien, eso es todo. - Ambas nos levantamos y saludamos al Doctor Smith. - La espero el próximo mes señorita Nami.

- Si claro. Descuide le prometo que haré reposo y comeré sano.

- Me parece muy bien.

Al salir de la consulta me sentía muy cansada, Koala me dijo que luego de retirar los medicamento me llevaría a casa. Pasamos por la farmacia del hospital y había una fila enorme, Koala decidió que fueramos a una particular, yo estaba muy cansada pero no quedaba otra, necesitaba las vitaminas. Para cuando llegamos a casa estaba agotada, lo primero que hice fue tirarme en el sofá, Koala rió ante mi demostración de cansancio y se sentó junto a mi.

- Asi que voy a ser tia. - Dijo muy seria.

- Todavía no lo asimilo, voy a ser mamá.

"¡VOY A SER MAMÁ!"

- Bueno ya te acostumbrarás a la idea.

"No creo que lo haga. Es mucha responsabilidad."

- No se nada sobre ser mamá, ¿y si me equivoco en algo?, ¿y si llora y yo no se que hacer?, ¿y si me odia? ¿y si... - Koala me sacudió por los hombros.

- Calmate. - Dijo ella. - Todo va a estar bien, hay clases para eso, estarás preparada creeme. Ahora vamos a lo importante ¿cuándo se lo dirás a Luffy?

No quería tener que hacerlo, de seguro se lo tomará muy mal, él no está preparado para esto, yo tampoco pero creo que él lo está menos. Me quedé callada y bajé la cabeza.

- Nami, se lo dirás ¿verdad? - Me levanté y fui a la cocina a por agua. Ella me siguió. - No me digas que no pensabas decirle, ¿estas loca?, tiene derecho a saberlo. - Gruño molesta.

- No quiero darle más problemas. - Digo bajito.

- ¿Problemas?, por Dios Nami, es su hijo del que estamos hablando tiene derecho a saberlo. - Ella bufó. - Mirá te he apoyado en tu decisión de irte, pero no seré tu complice en esto, tú se lo dirás, si no lo haces lo haré yo.

- No, lo haré yo ¿si?, solo dame tiempo. - Ella se acerca y me toma las manos.

- Escúchame, lo que menos tienes es tiempo, dentro de dos meses comenzará a notarse tu pancita, tienes que decírselo.

- No estoy lista para hablar con él.

- ¿Y cuando lo estarás?

- No lo se.

- Mira, te daré dos semanas para decirselo, si en eso tiempo no lo haces da por seguro que se lo diré yo.

- Esta bien, solo dame unos dias y se lo diré.

- De acuerdo. - Ella volvió a la sala y sacó algo de su bolso. Volvió a la cocina y me tendió un sobre. - Esta es la carta que me dio, traté de disimular que no sabía nada de ti pero él es muy listo.

- Si, lo es. - Dije con una sonrisita. Es muy listo, apuesto, cariñoso cuando quiere y lo amaba.

- Bueno, voy a hacer unas compras, me demoraré asi que duchate y descansa un poco.

- Esta bien - Ella me dio un beso en la cabeza y se fue.

Después de tomarme un vaso de zumo volví a la sala y me senté cruzada de piernas en el sofá. Miré el sobre unos minutos tratando de encontrar el coraje para abrirlo. Cuando decidí que estaba lista lo abrí, saqué la nota y comenzé a leer.


) - O - (


Nami

Lamento que hayas tenido que tomar la desición de irte, nunca imaginé que lo harías y menos por mi. Admito que me he comportado como un idiota y tú no te merecias eso, has pasado por mucho y lo único que pedías era mi apoyo, mi cariño, y lamento no habértelo dado. Es verdad que estaba a punto de perder las empresas, pero el viaje que hice fue para solucionarlo, se que te hable de la peor manera y te pido perdón por eso, hemos pasado por mucho últimamente y siento que por culpa de mi estrés tu te vieras afectada. Se que no volverás, lo he pensado y creo que es lo mejor para los dos. Admito que al principio me puse como un loco buscándote, pero luego entendí que no te mereces a alguien como yo, eres una increíble mujer y de verdad deseo que seas feliz, te agradezco la consideración que has tenido al seguir con el contrato. Jamás podré agradecerte el mejor año de mi vida. De verdad lamento todo esto, espero que encuentres el amor y seas muy feliz, te lo mereces.

Con todo mi cariño.

Luffy


) - O - (


Sentí un nudo en mi garganta, una opresión en mi pecho, él decidió dejarme libre, yo no quiero ser libre, yo lo amo, pero es lo mejor para ambos. Dejo la carta a un lado y llevo mis manos a mi plano vientre.

- Esto es lo mejor para todos. - Le hablo a mi bebé. - Él lo sabé y lo entiende. - Suspire. - No se que hacer, si le digo de seguro vendrá aqui y estará obligado a permanecer conmigo y yo no quiero eso. No quiero obligarlo a nada. - Unas lagrimitas reveldes salieron de mis ojos

El resto de la tarde me la pase pensado, tomé una ducha y me recosté en la cama con un libro, leía pero no leía al mismo tiempo, tenía tantas cosas en la cabeza que ni siquiera registraba las palabras que decían en el libro. Koala llego al atardecer, la sentí entrar atropelladamente en la sala, salí de la cama y bajé para ayudarla. Me paré en seco al ver las cosas que traía.

- ¿Pero que has hecho? - Dije.

Ella levantó la mirada y sonrió

- Unas pocas compras. - Dijo despreocupada.

- ¿Unas pocas compras? - Dije mirando a mi alrededor, había una caja enorme del tamaño de un sofá en una esquina, encima de ella había cajas más pequeñas y por supuesto unas cien bolsas esparcidas por todo el suelo, ahh casi me olvidaba del peluche gigante que ella trataba de sostener. Me acerqué y trate de ayudarla pero ella me lo impidió.

- Suelta, tu no puedes hacer fuerza. - Giré mis ojos.

- Por dios Koala es un peluche.

- Si, un peluche que pesa aproximadamente unos diez kilos, asi que hazte a un lado y déjame esto a mi. - Gruño, levanté las manos en señal de derrota y me hice a un lado.

Ella como pudo dejó el peluche en el sofá y luego se volvió hacia mi.

- Bueno he comprado unas cosillas para mi sobrinito o sobrinita. - La miro y me cruzo de brazos molesta. - ¿Que? - Dice fingiendo inocencia.

- ¿Porqué?, yo no te pedí que compraras nada. - Gruñi furiosa

- Pero yo quería hacerlo, ya ya, deja de gruñir y pórtate como la señorita que eres. - Ella tiró de mi mano y me sentó junto al peluche. - Tu solo mirarás y asentirás feliz ¿he sido clara? - Yo rei pero asentí. - Bien.

Tomó unas pocas bolsas y las apoyó en la mesita frente a mi, de la primera sacó unas cinco mantas. No podía creer lo que veía, se suponía que yo compraría las cosas para mi bebé y no ella. Ella abrió cada una de ellas y me mostró los diferentes diseños, había una roja con mariquitas, otra verde con flores blancas, otra azul con barquitos, una amarilla con solecito pequeños y una blanca con un bordado de encaje en las esquinas.

- Están hermosas. - Dije emocionada. Ella aplaudió como niña y siguió mostrándome el resto de las cosas.

Asi estuvimos hasta bien entrada la noche, en total tenía cinco mantas, diez mamelucos, cuatro enteritos con diseño de animales, tres buzitos con frases, dos vestiditos y tres pares de zapatitos tan pequeños que daban ganas de llorar al verlos. Por otro lado en la caja que ocupaba la mitad del espacio de la sala había una cuna enorme que venía con una cómoda incluida, en las cajas mas pequeñas había una silla para bebé, un corral y un reposador. Todavía no podía creer que Koala hubiera comprado todo eso.

- Koala, no era necesario, esto...esto es demasiado. - Ella negó.

- Nop, no lo es, y no me importó hacerlo, al contrario me la pasé genial comprando todo. - Comencé a llorar, ella se acercó preocupada. - ¿Que pasa?

- Nada, las hormonas. - Dije y ambas reímos, aunque era verdad.

- Veo que tendré que acostumbrarme a tus cambios de humor.

- Lo siento por ti. - Me limpié un poco las lágrimas.

- ¿Yyyy?, ¿leíste la carta? –

"Ohh si la carta"

- Si, y ahora que lo pienso no creo que sea buena idea decirle lo del bebé. - Le dijé pero ella me miró enojada.

- ¿Que?, pero claro que lo harás.

- Espera aqui. - Me levanté y fui corriendo a buscar la carta, volví a la sala y se la mostré. - Leela.

- ¿Estas segura? - Asentí y ella la leyó. Unos minutos después dejo la carta a un lado y se quedó en silencio.

- ¿Koala? - Llamé.

- Jamás imaginé que hubiera escrito eso, creí que rogaría porque volvieras o algo asi, pero nunca que te dijera que esta mierda fuera lo mejor y mucho menos que te dijera ¡SE MALDITAMENTE FELIZ CON OTRO!

- Él no dijo eso.

- Pues eso es lo que te quiso decir, aunque lo escribió con otras palabras.

- Es lo mejor Koala, no puedo decirle.

- Tienes qué, el debe saberlo aunque no estén juntos.

- No puedo. - Me senté y llevé mis rodillas a mi pecho. Koala se agachó junto a mi.

- Si que puedes, por favor Nami, no le niegues esto, este niño se merece un padre.

En eso tenía razón, yo sabía lo que era crecer sin un padre, bueno si lo tenía conmigo pero era como si no estuviera, no me dio su amor ni una sola vez, nunca estaba cuando lo necesitaba, y eso me afectó, veía como los padres de las niñas del colegio venían a recogerlas, reían, bromeaban, y en los días festivos veía a sus familias completas y felices, yo solo tenía a mi mamá, ella me dio todo su amor y le voy a estar agradecía todos los dias de mi vida, pero sentía un vacío en mi corazón al no tener a mi padre cerca de mi.

- Tienes razón. - Me levanté y tomé el teléfono. Dudé por un segundo. - ¿Estará despierto? - Pregunté.

- Por Dios Nami, claro que si, apenas son las diez.

- Si tienes razón. - La mire allí parada ansiosa. - Te importaría... - Dije.

- Ohh, si claro. - Ella tomó su bolso y me sonrió. - Iré a buscar la cena, se me apetece una pizza. ¿Esta bien?

- Si claro, me gusta la pizza.

- Genial. - Vi como se iba con una sonrisa en la cara.

Marqué el número y esperé pacientemente.


POV LUFFY


Supongo que Nami ya debió de haber leído la carta, sentí una opresión en el pecho al escribirla pero era lo mejor ella se merecía a alguien mejor que yo, alguien que la valorara y la protegiera como se merecía. Pero maldita sea, como dolía. Me serví una copa de whisky y me senté junto al fuego, hoy por la tarde llevé a Bonney al médico, al parecer todo estaba bien, ella estaba muy contenta cuando salimos, la llevé a comer y luego compramos algunas cositas, como no sabíamos todavía el sexo de mi sobrinito o sobrinita compramos en colores neutros. Mi hermana parecía muy feliz con el bebé pero yo no estaba tan seguro de que aún lo fuera cuando la criatura naciera, era mucha responsabilidad y Bonney era una niña, ni siquiera sabía calentar la leche, ¿como iba a cuidar de un bebé?.

Estaba concentrado en mis pensamientos cuando el teléfono comenzó a sonar. Makino ya se había ido a dormir al igual que Bonney asi que no me quedó otra que contestar, me levanté de mala gana y descolgué.

- ¿Si? - Dije molesto, ¿a quien demonios se le ocurría llamar a esta hora?

- ¿Luffy? - Esa voz, conocía esa voz.

- ¿Nami? - Dios, no podía creer que fuera ella.

- Si, hola. - Su voz sonaba algo triste.

- ¿Esta todo bien? - Pregunté preocupado.

- Si, todo esta bien. - Hubo un claro silencio y luego ella volvió a hablar.- Recibí tu carta. - Oh era eso.

- Asi que después de todo tenía razón con respecto a Koala. - Lo sabía, no le costaba nada a mi "amiga" decirme que al menos Nami estaba bien.

- No te enojes con ella, solo me estaba ayudando. - Si, alejándote de mi, pero era lo mejor. No quería que por haber leído la carta se arrepintiera de su decisión de haberse marchado, seguramente era por eso que llamaba, no podía dejar que volviera, ella merecía algo y alguien mejor.

Con todo el dolor del mundo le dije.

- ¿Que quieres? - Dije groseramente.

- ¿Que te pasa? - Su voz temblaba. No quería que llorara pero prefería eso a que volviera.

- Nada, sabes, ya me cansé Nami, te escribí esa carta para que entendieras que ya no te necesito, estoy bien.

- No tienes por qué hablarme asi, yo no te he hecho nada. - Dijo furiosa. - Además no es por eso que te llamo.

- No me importa el motivo por el cual llamarás, no quiero volver a saber nada de ti, tuvistes razón al irte, solo nos hacíamos daños, es mejor que cada uno siga su camino a partir de ahora.

- Pero... - La interrumpí.

- Basta, ya dejamos todo claro, no quiero volver a saber de ti ni nada que tenga que ver contigo, acepta que estamos mejor asi.

- No me digas eso. Luffy yo...

- No quiero hablar más, que seas feliz y encuentres a alguien que te quiera y te proteja, adiós Nami. - Antes de que contestara corté.

- ¡MALDITA SEA! - Grité, lancé el vaso que tenía en la mano contra la pared, el vidrió se hizo añicos y se esparció por todo el suelo. Me dejé caer en el suelo, miré las llamas quemando la madera en la estufa de leña, me sentía incompleto, infeliz, se que jamás me perdonará esto pero no me importa con tal de que un día se olvide de mi y vuelva a retomar su vida. Comencé a llorar, jamás me había pasado esto, se que nunca amaré a alguien como amo a Nami. Me levanté como pude y me acerqué al bar, me serví otro trago y volví a sentarme, al menos el alcohol me haría olvidar aunque sea por un rato.


POV NAMI


Me quedé mirando el teléfono en mi mano, mi mente aún no registraba lo que acababa de pasar. Dejé el telefono en su lugar y fui a la cocina, me moría por algo de alcohol pero no podía, llevé mis manos a mi vientre.

- Parece que solo somos tu y yo. - Le dije a mi bebé.

Me serví un poco de jugo, lo tomé, volví a la sala y me senté en el sofá, me quedé mirando a la nada un segundo y luego solté un sollozo, me acurruqué en una esquina y lloré, ni siquiera sentí a Koala volver, cuando levanté la cabeza ella venía corriendo hacia mi.

- ¿Pero qué pasó? - Los sollozos no me dejaban hablar, ella me abrazó y me acarició la espalda. - Por favor Nami cálmate, no puedes angustiarte, le hace mal al bebé. - Ella tenía razón, no podía dañar a mi bebé.

Traté lo mejor que pude de calmarme, unos minutos después cuando ya no lloraba más le conté a Koala la conversación.

- Me dijo que no quería saber nada de mi ni de lo que tuviera que ver conmigo, me hablo muy mal. - Dije con tristesa.

- Que idiota. - Koala estaba furiosa. - ¿Incluso después de decirle lo del bebé te hablo asi?

Volví a llorar.

- Ni siquiera me dejó decírselo, solamente me decía que me olvidara de él, que no quería saber nada de mi.

- Imbécil, maldito Imbécil. - Ella me besó el cabello. - Tranquila Nami, cálmate, además nadie necesita de él, nosotras podemos con esto solas.

- Gracias. - Le dije.

- Venga, comamos algo, necesitas alimentar ese cuerpecito, de seguro que el pobrecito se está muriendo de hambre. - Asentí.

Ella fue a la cocina y volvió con dos platos, abrió la caja de la pizza y se me hizo agua la boca al oler el aroma que desprendía. Me serví un trozo y comencé a comer. Estaba buenísima, la verdad es que estaba hambrienta. Cuando terminamos la ayudé a limpiar, ella me regañó al principió pero terminé ganando yo. Nos sentamos a mirar un poco de tele, mi cara aún estaba triste pero estaba segura de que pronto volvería a ser la Nami de antes, solo necesitaba algo de tiempo.

Se que todo iba a mejorar con el tiempo…

-.- F -.-

Nota: BUAA…Que triste e injusto final que tiene esta historia, me hubiera gustado que terminase diferente….

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"ESTOY BROMEANDO, Y ademas puse una F nomas, asi que no saquen sus conclusiones muy rapido, JAMAS DEJARIA A TODOS MIS LOS LECTORES Y FANS DE ONE PIECE CON UN FINAL COMO ESTE, ASI QUE DE AHORA EN ADELANTE ESPEREN PACIENTES…. QUE SE VIENE LA CONTINUACION MAS PRONTO DE LO QUE PODRIAN IMAGINAR… CON EL TITULO:


[[ -_-_-(( -.- O -.- ))-_-_- ]]


"Entonces, Hagamoslo"


[[ -_-_-(( -.- O -.- ))-_-_- ]]


Nuevos acontecimientos se avecinan… y un final increible.

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