Universo: Ninguno.

Spoilers: Ninguno.

Advertencias: Ninguna.

Nota adicional: Este oneshot puede considerarse un complemento de Anxiety, pero no necesitas leerlo para comprender esta historia.


RELAPSE

[Oneshot]

A la misma hora.

En el mismo lugar.

(El reloj siempre marca las 6 de la tarde).

Con las mismas sensaciones.

(Se necesitan el uno al otro. De la misma forma. De diferentes formas).

Los mismos sentimientos.

(Y una Kagura diferente para cada ocasión).

Los lunes va vestida de ansiedad y experiencias nuevas, con las manos temblorosas de la necesidad y los ojos empañados con el deseo; con los labios hinchados y rojos (alguien más la ha besado, pero no parece ser suficiente para ella). Él tiene el deber velar por ella (es su maestro, después de todo), y con manos expertas y una boca conocedora, le desnuda de la ansiedad y la deja blanca y pura, sin nada más excepto sus sentimientos sinceros y el ardor esparciéndose por su sangre. No le da todo lo que tiene (nunca va a hacerlo), pero sabe que, incluso si se lo entrega, no va a ser suficiente.

Ella no obtendrá suficiente de él.

No se cansará de tomar.

(Nunca).

Para el martes, Kagura se pone su traje de culpa y temor, y entrega caricias entrecortadas y labios vacilantes, dolorosos; es como si le asustara que él le dejara y se culpara por no querer dejarlo (pero tal vez hay más que eso, tal vez también piense en sus otros, pero él no está seguro y nunca se lo pregunta). No le reprocha. Él la entiende. Cada semana sus sentimientos se mezclan con los de ella y no puede abandonarla.

No importa que sepa que está mal acostarse con su estudiante e ilusionarla.

No importa.

(Ambos no pueden dejarse).

Los miércoles es su día y ella se viste de acuerdo a su gusto: de rabia, de alegría, de pasión, de celos o de consuelo. Los miércoles no suele desvestirla porque él le entrega los trajes: normalmente son hechos de emociones oscuras porque pretende lastimarla. Tal vez si la hiere lo suficiente ella se vaya de su lado y le quite el peso de su vicio y le deje rehabilitarse de su esencia y su sabor.

Pero no lo hace.

Ella no se aleja.

(Kagura siempre vuelve).

Cuando es jueves, ambos están desnudos desde el inicio. Ni ella ni él se ocultan (sólo del mundo). Es el único día de la semana en el que sus sentimientos y verdaderos deseos están en el aire. Los de ella son fáciles de ver porque los pone en palabras ("te quiero", "déjame estar a tu lado", "esperemos a la graduación", "sólo puedes ser tú"), los de él son más ambiguos: no sabe si la quiere (tal vez lo hace; o quizás sólo quiere ser dueño de su cuerpo y de su alma), no sabe si debe continuar con todo o si debe obligarse a parar, no sabe si quiere destruirla o mantenerla a salvo; no está seguro de si debería obligarle a deshacerse de sus otros (y él de sus otras). No sabe si busca un futuro más allá de la graduación (quizás no es ella, no es su risa, no es su personalidad ni su calidez, quizás sólo es la manera en la que usa el uniforme) y si sólo puede ser ella.

No quiere que sólo pueda ser ella.

(No puede quererlo).

Viernes significa despedida. No la ve en el fin de semana. No lo acostumbra (todo podría empeorar si descubre que no es sólo el uniforme). No piensa hacerlo.

Los viernes ella se viste de arrojo y promesas. Los viernes le entrega todo lo que tiene y deja promesa de darle más, mucho más, algo diferente cuando llegue el lunes.

Él piensa en los sábados y domingos como terapia, fuera de lo tóxico de su presencia; vive en abstinencia. Se prueba qué tan lejos puede llegar.

Pero al final sólo espera con ansias el lunes todo el fin de semana.

(Gintoki vive por los lunes, por cualquier día entre semana).

Kagura es inteligente, sabe jugar su juego; sabe que de otra manera, él la dejaría (eso piensa él, no está seguro). Pero él también es inteligente; nunca le da todo lo que tiene, no le asegura un mañana y no se compromete con palabras que atan ("te quiero"; "sólo a ti", aunque le gustaría. Quizás. No está seguro. Nunca está seguro de nada cuando la está respirando); ella es la única que se enreda más cada vez que abre la boca para hablar y no para besarle.

(Ella es la que enreda a otros con sus pérfidas palabras).

Kagura es la que cae cada vez más profundo sin saber si algún día tocará el fondo del abismo.

Sin saber si hay un fondo en absoluto.

(Y él recae con ella.

Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes—.

A la misma hora.

El reloj siempre marca las seis de la tarde—

En el mismo lugar

Y una Kagura diferente para desnudar en cada ocasión—).

[FINAL]


[Notas y aclaraciones]

Mientras escribía este Ginkagu casi escribo en inofensivo (fluff) D: ¡Ya casi estoy rehabilitada!

(En otras noticias, relapse significa recaída).

¡Besos embarrados de Nutella para todos!

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