Disclaimer: Los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, solo la trama es mía.


-Epílogo-

2 años después…

Abrí la puerta del piso y Alice y yo entramos intentando no hacer mucho ruido. Eran las tres y media de la madrugada y no queríamos despertar a los vecinos con nuestras risas y nuestros golpes. Tras cerrar la puerta me quité la americana que llevaba, la colgué en el perchero, y vi a Alice descalzándose de cualquier manera y dejando el bolso sobre la mesa.

—Qué gran noche, ¿verdad? —me preguntó con una sonrisilla y los ojos brillantes por el alcohol. No estaba borracha pero desde luego achispada, como yo.

—Sí. Y en poco menos de un año nos vamos de boda.

—No sabes las ganas que tengo —apuntó Alice emocionada—. ¿Has visto la cara de Charlotte? Casi se cae de la silla cuando Peter se ha arrodillado en medio del restaurante y le ha enseñado el anillo.

Aquella noche habíamos quedado para cenar con Peter y Charlotte a pesar de que la intención de mi amigo era pedirle matrimonio a su novia, y después, aprovechando que ella le había dicho que sí, habíamos ido a bailar para celebrarlo. Obviamente los recién prometidos no se habían separado casi ni para respirar en toda la noche, por lo que Alice y yo hicimos lo propio en la pista de baile.

—Y tú también te has emocionado, que he visto cómo se te caía la lagrimilla —la pinché, dándole golpecitos en la cintura con mi dedo, haciéndola reír.

—Claro que sí, ha sido una pedida de mano preciosa. Como tú ya sabías que Peter le iba a pedir matrimonio no te ha sorprendido tanto.

—Es lo que tiene que trabajemos juntos. Peter llevaba meses dándome la murga con el tema, pero me pidió que no le dijera nada a nadie.

—Ya… ni siquiera a tu novia —fingió Alice enfurruñarse.

Me reí entre dientes y me acerqué a ella, rodeando su cuerpo con mis brazos, pegando su espalda a mi pecho y mi boca a su oído. Aprovechando que estábamos tan cerca empecé a cantar:

Something in the way she moves… —Alice se rio con suavidad y entrelazó sus manos con las mías, que se encontraban en su abdomen—. Attracts me like no other lover, something in the way she woos me…

—Eres malo, sabes que me tiemblan las piernas cada vez que me cantas esa canción.

—Sí, por eso lo hago. Además, es una buena forma de que me perdones cada vez que hago algo que te enfada.

—Pues no te acostumbres, porque esa fórmula mágica se puede acabar si la usas demasiado.

I don't want to leave her now, you know I believe and how…*

Alice volvió a reírse y echó su cabeza hacia atrás, apoyándola en mi hombro.

—Me alegra que Peter y Charlotte sean tan felices. Si es que son tal para cual.

—Es verdad —ladeé la cabeza y le di un beso a Alice en la mejilla aprovechando su postura—. Como tú y yo.

Al instante sentí un cuerpo frotándose contra mis piernas y al mirar hacia abajo me encontré a George, que al parecer había salido de alguno de sus escondites para recibirnos.

—Hola, bonito —musitó Alice agachándose para tomarlo en brazos y besarle la cabeza—. ¿Lo has pasado mal sin nosotros?

—¿Mal? Seguro que ha estado como un rey subiéndose en la cama y en el sofá, y durmiendo como un perezoso toda la noche, ¿verdad? —inquirí acariciándole las orejas al gato.

—Creo que tiene celos de ti. Antes él era el hombre de la casa, pero desde que te viniste a vivir con nosotros le has quitado ese honor —comentó Alice abrazando al animal contra su pecho.

Tras un año y medio de relación, Alice y yo decidimos que queríamos probar el irnos a vivir juntos, y como yo sabía que a ella le encantaba su piso, decidí que me mudaría yo con ella. Total, conservaba mi piso por si acaso, y en el de Alice había espacio de sobras para ambos, así que no hubo ningún problema. Llevábamos cuatro meses compartiendo vivienda y por el momento no habíamos tenido conflictos graves ni irreconciliables, y esperaba que así continuara siendo.

—Sinceramente, creo que sigue siendo él el hombre de la casa.

Alice se echó a reír sin poder evitarlo y, dejando a George en el sofá, volvió a acercarse a mí y me rodeó el cuello con sus brazos.

—Los dos sois los hombres de casa, no hace falta que me demostréis vuestra hombría. Ya sé que sois muy machos.

—Me alegro, aunque espero que sepas que estoy dispuesto a demostrártelo —bromeé, haciendo que Alice pusiera los ojos en blanco—. Por cierto… Hay algo que quiero preguntarte.

— ¿Sí? Pues dime.

—Es que… es algo delicado.

Alice frunció el ceño y alejó un poco su cara de la mía para poder mirarme mejor.

— ¿Qué pasa? ¿Es malo?

—No, pero no sé. Es algo que lleva semanas rondándome por la cabeza, aunque quizá es un poco precipitado…

—Jasper, me estás poniendo nerviosa. ¿Qué te pasa?

La miré fijamente a los ojos y me di cuenta de que realmente parecía preocupada. Pero bueno, yo también lo estaba.

—Es que… quería saber si… —estaba más nervioso de lo que había esperado e incluso me estaban empezando a temblar las manos. Por suerte las tenía colocadas en la cintura de Alice y ella no podía notarlo. Aún.

—Jasper, por favor, dilo ya. Sea lo que sea.

Respiré hondo y solté todo el aire que había estado conteniendo.

—Quería saber si quieres casarte conmigo.

Alice se me quedó mirando en silencio durante unos largos segundos, pues el único sonido que se escuchaba en el piso era el de los ronroneos de George, que parecía muy feliz jugando con su cola en el sofá.

— ¿Me…? —empezó a hablar sin apartar sus ojos de los míos, nerviosa. A continuación se humedeció los labios resecos y probó de nuevo—: ¿Me lo estás pidiendo en serio?

—Claro. Jamás jugaría con algo como esto.

Me fijé en que empezaron a temblarle los labios y por eso se los mordió, en un intento por detener su agitación.

—Es que… me has pillado por sorpresa.

—Esa era mi intención —le comuniqué con una sonrisa.

Podía parecer que le pedía matrimonio a Alice porque Peter se lo había pedido a Charlotte, pero en realidad no era así. Alice había sido la única mujer que me había hecho desear pasar mi vida entera junto a otra persona, y era consciente de que nadie más lo conseguiría nunca. Y también era consciente de que no necesitaba un papel que me asegurara que íbamos a estar juntos para siempre, pero sabía que Alice lo deseaba, y yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que la hiciera feliz. Como si me hubiera leído el pensamiento me dijo:

—Jazz, no necesitamos casarnos… No me malinterpretes, lo que quiero decir es que sé que me quieres igual que yo te quiero a ti, y no necesito que ningún papel nos lo asegure. Tú me lo demuestras cada día.

—Lo sé. Pero también sé que a ti te gustaría casarte algún día, y que por descontado tu madre sería muy feliz viéndote vestida de blanco y casándote con el hombre al que amas. No nos olvidemos de mi madre, que está deseando que siente la cabeza… —Ambos nos reímos con ese último comentario—. Y sé que deseo casarme contigo. Deseo que todo el mundo sepa que eres mía, y más importante aún: que todo el mundo sepa que soy tuyo y que quiero serlo para siempre.

Alice volvió a morderse el labio inferior y acercó su rostro al mío, apoyando su frente en mi mejilla.

—Dios, Jasper. Cada día me sorprendes más —susurró sujetando una de mis manos y colocándola sobre su corazón, mostrándome lo rápido que latía—. Claro que me casaré contigo.

Al escuchar su respuesta mi corazón se acompasó al suyo y llevé la mano que me quedaba libre a su barbilla, pidiéndole en silencio que volviera a mirarme. Cuando lo hizo la besé en los labios, rodeando de nuevo su cuerpo con mis brazos y apretándola contra mí.

— ¿Sabes? —le pregunté una vez que nos separamos, sin poder evitar sonreír de oreja a oreja—. Acabas de hacerme muy, muy feliz.

Alice sonrió igual que yo y, acariciándome las mejillas con sus dedos, me respondió:

—Y tú a mí, Jazz. Y tú a mí.

-Fin-


*Tú sabes que no quiero dejarla ahora, tú sabes que creo y cómo. (Something,The Beatles).


¡Hola! Lo prometido es deuda y aquí os dejo este pequeño epílogo para terminar de cerrar del todo esta historia. Os agradezco de corazón que me hayáis acompañado hasta el final en esta nueva aventura y espero que os haya gustado mucho (aunque la actitud de los protagonistas os haya hecho batallar, jajaja). Ya sabéis que sin vosotros una historia no puede avanzar, así que, de verdad, mil gracias por estar ahí.

Pero bueno, no me despido demasiado, porque como ya comenté en diciembre voy a volver por aquí para participar en un reto, así que no os vais a librar de mí tan fácilmente ;) De nuevo gracias por todo, y hasta pronto.

XoXo