Hola, amigos de fanfiction, siento un poco la demo... en fin, lamento que esto no sea lo que esperaban, sí, el dichoso capítulo de Vegeta en Equestria, pero estoy seguro que esta historia igual les gustará mucho. Ya tenía tiempo queriendo hacer esto, sólo lo hacía en deviantart, pero ahora lo haré aquí, qué es?
Bueno, un homenaje a las voces que prestan en Latino a Twilight y Goku, es decir, Mario y Carla Castañeda, fue uno de los motivos por los que me dio hacer crossovers de estos dos dibujos animados, además de ser mis favoritos. De acuerdo, ya me falta poco para acompletar el capítulo de Vegeta en Equestria, lo publicaré en la semana, después de eso haré una pausa con ese fic, para concentrarme un poco en este, no me odien por favor, les prometo que será pequeña. Y es que ahora sólo me la eh pasado en deviantart, y en todo este tiempo se han creado muchos fanfics que no eh leído, relacionados con Mlp y Dbz, incluyendo el de ustedes, por lo que también tomaré algo de tiempo para leerlos.
Creo que son todos los anuncios que debo dar. Disfruten de esta historia, para amortiguar un poco la demora del siguiente cap de Vegeta en equestria ;D.
Dragon ball Z y My little pony no me pertenecen, sólo hago esto por diversión.
Hola, mi nombre es Twilight Sparkle, soy una estudiante excepcional de Cantelot High (Nerd o cerebrito en el término Bullying) mi mamá no es mas que la misma directora de la escuela, su nombre es Celestia… sí, pero como todos los adolecentes, yo tengo un secreto que sólo mi mamá y mi tía conocen y por lo que sospecho, ellas saben de qué se trata todo esto, nunca consigo persuadirlas para que me digan algo, en fin,mi secreto se trata acerca de unas habilidades muy especiales que me hacen exageradamente diferente de los demás, y no, no es nada relacionado con mi personalidad, se trata de mi fuerza sobre sobrehumana, mi extrema agilidad y rapidez.
Al principio pensé que esto era algo normal para una puberta de 17 años como yo, pero después de salir un poco y conocer mejor el mundo, me di cuenta que no. Ah, se me olvidaba mencionar que es gracias a estas habilidades que tampoco tuve amigos desde el kínder hasta la secundaria, ellos, al igual que todos, pensaban que era una niña de otro mundo que venía a chuparles el cerebro y raptarlos en una nave espacial, já já, qué tontería. Bueno, suficiente de eso, en la secundaria conocí a mis 5 mejores amigas, que raramente, son muy opuestas a mí, y muy opuestas entre ellas mismas, sí, quizás por eso nos entendemos… eso es!, puede que el vínculo que nos une sea ese!... ah, concéntrate Twilight. Bueno, les presentare sus nombres, son Pinkie pie, Applejack, Rarity, Fluttershy y Rainbow Dash, ellas al igual que yo, también son estudiantes de Canterlot High.
Ugh… mis amigas, a parte de mi mamá y mi tía son lo mejor que me han pasado en la vida, porque a pesar de no conocer mis secretos que me hacen tan extraña, se que han notado algunas cosas fuera de lo normal, pero no dicen nada al respecto, bueno, a excepción de cierta capitana de los equipos de deporte, diciendo que es algo muy cool tener la fuerza de 5 hombres.
Oh, casi me olvidaba, también tengo otro amigo muy especial, que siempre está conmigo para hacerme sentir bien, su nombre es Spike, y mi mamá lo trajo a casa cuando cumplí 7 años, podría decir que es lo mas cercano que tengo a un hermano, bleh… no es como que quisiera uno, pero bueno, ese no es el caso, Spike es mi mas leal y fiel amigo, y lo cuido y enseño todo lo que aprendo en la escuela, siendo una puberta muy estudiosa, dedico gran parte de mi tiempo a leer libros acerca de astronomía, química avanzada, matemáticas aplicadas, etc etc. Sí, se que suena horriblemente aburrido, pero bueno, son mis gustos.
En fin, ya eh perdido mucho tiempo hablando conmigo misma, no se preocupen, no estoy loca, esto suele pasar cuando paso demasiado tiempo en soledad, pero vamos, es que el ruido no deja concentrarme ni una pizca para poder leer los libros que me da mi madre, a ella le preocupa un poco, pero siempre la convenzo de que dejaré de pasar tanto tiempo a solas y saldré con mis amigas, aunque no siempre sea verdad jeje. Bueno, ya es hora de levantarme para ir a la escuela, de seguro mi mamá y mi tía ya estarán por venir a mi cuarto para despertarme en 3… 2… 1…
Knock!knock!.
—Twilight?... hija, ya son las 6:40 de la mañana. —Anunció una voz femenina, pero más madura desde el otro lado de la puerta de su habitación. —Tienes 20 minutos para desayunar, bañarte y alistarte.
—Uugh… puede que sea una estudiante ejemplar, pero definitivamente levantarme temprano no es una de mis cualidades. —Pensó la adolecente, mientras abría sus ojos color violetas lentamente.
El sol filtraba delgados hilos de luz entre las cortinas de la ventana del tan llamativo cuarto color rosa con morado, la chica de cabello azul con destellos rosados se alzó lentamente en su cama apoyando el peso de su cuerpo en sus brazos hasta quedar sentada, aún un poco adormecida se talló los ojos lentamente, no era buena idea desvelarse hasta tarde chateando con sus amigas y leyendo libros, siempre terminaba resintiendo su falta de descanso a la mañana siguiente. La chica de mirada violeta no entendía cómo es que su tía Luna podía quedarse hasta tarde organizando sus papeles, y verse también en la mañana. Quizás por eso le pusieron Luna de nombre, era curioso ese detalle, además, su cabellera azul tan brillante asimilaba mucho al color de las estrellas y el cielo oscuro de la noche, puede que eso haya influido un poco.
—Un momento… ¡¿20 minutos?!. —Exclamó la chica de cabellos azules con rosado, abriendo los ojos como platos. —Si no me apuro no me alcanzará el tiempo!.
Mientras tanto, en la planta baja de la casa donde vivían las 3 féminas se encontraban Celestia y Luna, la hermana mayor estaba preparando el desayuno y la menor se encontraba bebiendo café y leyendo el periódico tranquilamente, mientras disfrutaba de un cupcake de cereza. Las dos hermanas dieron un salto al escuchar el grito aterrado de la fémina menor de ellas, para después calmarse rápidamente y seguir con sus labores, manteniendo una sonrisa casi burlesca en su rostro.
—Te dije que la despertaras más temprano. —Dijo la mujer mas pequeña, mientras tomaba un trago de café.
—Lo sé, Lulu, pensé que 20 minutos le serían suficientes. —Respondió la mayor, negando ligeramente con la cabeza.
Al cabo de diez minutos, se escucharon los pasos veloces que venían en descenso desde las escaleras, hasta que llegaron a la entrada de la cocina. Celestia y Luna alzaron ligeramente la mirada de su desayuno para encontrarse con la mirada impaciente y nerviosa de Twilight, quien a pesar de haber tomado un baño se encontraba sudando ligeramente, pudieron notar que se había vestido de manera apresurada, lo delataba su camisa levemente desabotonada y su paño guinda mal acomodado.
La chica caminó lentamente, hasta tomar su lugar en medio de las dos mujeres, que aún la miraban con una ceja ligeramente arqueada, entre confundidas y divertidas. Dejó caer la cabeza en la mesa, soltando un pesado suspiro de cansancio.
—Diez minutos… es un nuevo record. —Anunció la peli azul, aún con la cara plantada en la mesa. Celestia y Luna soltaron una suave carcajada.
—No era para tanto, hija, aún te sobraron diez minutos para comer. —Le dijo la mujer de cabello color celeste, buscándole la mirada. —Desayuna, que pronto nos iremos.
Twilight alzó su cara lentamente de la mesa, mirándose directamente a los ojos violetas de su madre, justo como los heredó ella. Sonrió suavemente y observó su desayuno, hot cakes de manzana, sus favoritos. Sin preocuparse más por el tiempo, comenzó a ingerir sus alimentos tranquilamente.
—Sobrina Sparkle, espero que no hayas olvidado hacer tu proyecto de ecología. —Comentó Luna, mirándola con interés a los ojos.
—Claro que no, tía Lulú, lo hice desde antes que comenzara el fin de semana. —Anunció la adolecente, orgullosa de si misma al ser muy responsable. —Ahora es el día de la exposición.
Luna asintió con una sonrisa, mientras le acariciaba una mejilla. Ella, un poco mas que Celestia, siempre estaba muy orgullosa de los logros y metas que ganaba su pequeña sobrina, por eso es que siempre demostraba mucho empeño a la hora de ayudarla y aconsejarla, siempre estando al margen de todas sus actividades y responsabilidades, recordándoselas cada vez que podía, sin hostigarla mucho. Celestia se sentía feliz al ver la conexión tan fuerte que había entre su hermana menor y su hija, eso siempre le alegraba el día.
Al poco tiempo de terminar de alistarse, las tres féminas partieron rumbo a la escuela, Luna conducía el automóvil, mientras Celestia miraba el reloj, llevaban tiempo ganado para abrir el plantel, los alumnos no llegarían hasta dentro de otros treinta minutos, consecuencia del horario de invierno. Al llegar prepararon todo lo necesario para recibir a los estudiantes, como era de costumbre cada día, los maestros ya se encontraban preparándose en sus respectivas aulas, al igual que los encargados de la cafetería, biblioteca y demás departamentos de la escuela.
Twilight aún no podía creer que era hija de la directora de esta grandiosa escuela llamada Canterlot High, sin mencionar que su tía era la subdirectora. Se sentía muy afortunada.
—Hola Twilight!. —La chica peli azul fue sacada de sus pensamientos al ser tacleada en un abrazo de oso por su amiga de cabellera rosada, Pinkie pie.
—Pinkie… pulmones… oxígeno… imposible… respi…rar. —Susurraba la adolecente con toda su fuerza.
—Oh!, es verdad!. —La chica de ojos color pastel aflojó el agarre en el que tenía sostenido a su amiga, dejándola tomar enorme bocanas de aire. —Las chicas están a la vuelta esperándonos, falta poco para que comience la primera clase.
—Oh… sí, por supuesto. —Contestó Twilight, ajustándose de nuevo la mochila a su espalda. —Vayamos entonces, debemos pasar por el campo de deportes, hoy es el día que nos toca inscribirnos en la clase del maestro Iron Will.
La chica de cabellera rosada y esponjado asintió, mientras seguía dando saltos, hasta llegar al resto de las adolecentes que se encontraban sentadas en una banca, enseguida de los casilleros.
—Hola, chicas, cómo les fue con la tarea de Química?. —Preguntó la estudiosa, sonriéndoles de manera cálida.
—Uugh, enserio?. —Rainbow Dash se cruzó de brazos, arqueando una ceja. —No nos hemos visto desde el viernes, y cuando lo hacemos nos recibes con esto?. —Preguntó de manera sarcástica. —Nerds… nunca los entenderé. —Murmuró, volteando su mirada a otro lado.
—Vamos querida, no seas tan ruda con Twilight. —Le reprochó Rarity, con un gesto desaprobatorio.
—Hmm, como sea. —Masculló la amiga leal, mientras se cruzaba de brazos y giraba su vista a otro lado, la mención de la tarea la irritaba al instante.
—Umm… Twilight.. te ves un poco tensa… —Murmuró Fluttershy, analizando de pies a cabeza a la chica estudiosa.
Lo cierto era que, las otras chicas ya se habían percatado de esto, pero quisieron dejarlo pasar por el momento, pudieron notarlo en el cuerpo tenso y la mirada penetrante de la peli azul.
—Uuh… tensa?!, no, cómo crees?! ¡Ja já!. —Respondió apresuradamente la cuestionada, moviendo su mirada nerviosamente de un lado a otro.
Twilight no quería mortificar a sus amigas con sus problemas, que podrían ser sencillos para cualquiera, pero no para ella. Siempre tratando de encontrar y lograr la perfección en todo, sus desvelos no solo se debían a lo interesantes que eran los nuevos libros que su madre le obsequiaba, ni tampoco a las largas y entretenidas pláticas con sus amigas en el chat. No, era algo más, que la tenía intranquila desde tiempo atrás, una sensación de ansiedad que en momentos le sofocaba el pecho, no entendía el por qué, y si no quería preocupar a sus amigas, mucho menos a su madre y tía, ya bastante tenían ellas con todo el estrés y el trabajo de mantener en orden y dirigir la escuela más prestigiada de Canterlot.
Applejack se acercó a ella y colocó una mano con tacto suave sobre su hombro, mirándola con un cierta inseguridad.
—Sé que a todos nos tiene presionado esto de las exámenes. —Comentó con su inconfundible acento norteño. —Pero cielos, no son lo suficientemente difícil como para hacernos perder los estrígos, terroncito.-
—Uh!, quizás Twilight nos quiere ocultar la verdad paraquenonospreocupemos!. —Opinó Pinkie con su hyper tono lleno de energía.
En otras ocasiones les hubiera parecido tonto, pero lo que Pinkie acababa de decir les hizo reflexionar un poco a las otras cuatro chicas, poniendo aún mas nerviosa a la ya chica en cuestión, que comenzaba a sudar lentamente.
—Umm… bueno, es que… —La peli azul se iba a excusar, pero ya habían llegado al gran gimnasio de la escuela.
—¡Muy bien holgazanes, si siguen así podrán ponerse al nivel de mi abuela!. —Gritó un hombre vestido con una camisa desmangada de basketball, y un pantalón deportivo color azul.
Cuatro de las chicas se pusieron nerviosas al instante al ver a ese hombre, que era el maestro de la clase de atletismo. El gran instructor Iron Will, ganador de múltiples concursos de fuerza, velocidad y resistencia, además de ser un gran prodigio en las artes marciales, el mejor de todos en Canterlot, reconocido a nivel mundial, y para mala suerte de los estudiantes, un hombre con complejo de dictador, estricto hasta la mugre de sus uñas. Fluttershy, Pinkie, Rarity y Applejack se pusieron algo nerviosas, aunque esta última no tanto, ya tenía suficiente condición para el ejercicio, el trabajo duro de tener un rancho era suficiente para fortalecer su cuerpo.
Por otro lado, las únicas dos que no estaban asustadas por lo que les deparaba con el maestro dictador eran Rainbow y Twilight, la primera chica amó desde pequeña el deporte y ejercicio, siempre practicando y tratando de ser mejor, fue por eso que se volvió la capitana del club de deportes de la escuela, Iron Will conocía y sabía las capacidades de la peli arcoíris, por eso le confió el puesto de líder de los equipos de deporte, ella ya estaba acostumbrada a este estilo de vida, y más que estar asustada, era por emoción y entusiasmo que latía con fuerza su corazón.
Twilight era un caso muy diferente, a ella nunca le llamó mucho la atención este tipo de actividades, las consideraba un poco irrelevantes, pero no era por eso que se encontraba tan tranquila, es aquí donde su mayor y oscuro secreto jugaba un papel importante. Su fuerza sobre natural y agilidad que pondría en vergüenza a un felino le daban una enorme ventaja para el esfuerzo deportivo, su madre y tía tuvieron problemas al principio, pero con el tiempo lograron que ella pudiera controlar estos aspectos, al principio les costó muchos platos rotos, muebles averiados y demás, pero al final pudieron lograrlo, en cierta medida. Desde que tuvo la capacidad para razonar mejor las cosas, Twilight se esmeró y trabajó arduamente para buscar el significado, el por qué de estas anomalías en ella, pero a pesar de lo duro que trabajaba, su investigación no parecía dar fruto, y cuando trataba de consultar la ayuda de su madre y su tía, ellas evadían el tema diciendo que ella había recibido un don, y no debía cuestionarlo.
Claro que, la chica era terca por naturaleza, y a pesar de que su búsqueda parecía imposible, no mostraba ni el más mínimo signo de derrota, en ocasiones escuchaba a Luna mencionar con algo de melancolía que esa actitud la había tomado de su padre, pero de ahí no pasaba a más. Ese era otro misterio que la estudiosa joven quería resolver, quién era, o quién fue su padre, ya que Celestia le confesó a una edad prudente que él había muerto en un terrible accidente de viaje, y que no se encontró rastro alguno de él.
—Twilight, ya es tu turno. —La voz suave de Fluttershy sacó a la peli azul de sus pensamientos, al parecer mientras ella se había quedado en el espacio, sus amigas ya habían tomado su lugar en la lista.
El día de clases fue atareado y aburrido para las seis mejores amigas, pero al final, las agujas del reloj ya marcaban que el sol había llegado a su punto medio, era la hora de salida.
—Bueno amigas, dentro de tres días tendremos una celebración y una fiesta en toda la escuela!. —Exclamó la joven fiestera, dando saltos de emoción.
—No es la gran cosa, Pinkie. —Señaló Rainbow, cruzándose ligeramente de brazos. —Además, no creo que mi padre asista al evento.
—Pero qué dices, terroncito. —Dijo Applejack, con un tono burlón, provocando que la peli arcoíris la mirara de manera fulminante, cosa que ignoró por completo. —Si tu padre nunca falta este día, le encanta mostrar lo asombros…—
—Sí si, lo que digas!. —Exclamó Rainbow, con molestia y vergüenza, sólo provocó que sus amigas rieran al ver cómo se le coloreaban las mejillas de un rubor rosado.
La única que parecía no seguir la cuerda de la plática era Twilight, con la mitad de su atención a ellas y la otra mitad pensando sobre qué estaban hablando sus amigas.
—Ya organizaste el evento, Twilight?. —Preguntó Rarity, aplicando un tono de voz suave. —Piensas participar?.
—Eeh?, de qué están hablando?, qué evento?. —Preguntó, claramente confundida, sus amigas negaron con la cabeza, mientras una gota de sudor resbalaba por sus frentes.
—Duh… el día de los padres!. —Exclamó Rainbow, alzando sus brazos en el aire, la chica podía ser muy volátil en ocasiones.
—Con que eso era lo que me tenía tan rara. —Pensó Twilight, para después negar su afirmación, ya había pasado mucho tiempo sin su padre, Celestia dijo que él falleció cuando ella apenas tenía dos años, no era tan impresionante el no recordar nada.
—Hmm, no lo sé chicas, el disfraz que usaba mi tía Luna ya no podrá engañar a los jueces del evento. —Confesó, al mismo tiempo que compartía una cálida risa con sus amigas.
Fue en sexto año cuando Luna trató de hacerse pasar por el padre de Twilight, porque no soportaba el llanto y los berrinches tan dolorosos que le hacía su pequeña sobrina. Al mostrarle las fotos a sus amigas estallaron en carcajadas burlescas, llevándose como premio un "silencio" por parte de la subdirectora, entre molesta y avergonzada.
—Vamos, será divertido, la directora Celestia siempre te deja el trabajo de la organización. —Comentó Rarity de forma casual, colocándose una mano en la cadera. —Pronto serás tú la directora de Canterlot High, la escuela con más prestigio en Canterlot!.
—Ya ya, señorita "alta sociedad", a Twilight no le interesan esas cosas. —Le reprochó Applejack en tono burlón, provocando más risas en el grupo.
Después de despedirse y partir por diferentes caminos a sus casas, Twilight permaneció en la escuela hasta que su madre y tía pudieron desocuparse de las labores de supervisión del plantel, para entonces ya habían pasado dos horas, lo que indicaba que ya era la tarde, el sol se encontraba descendiendo nuevamente y el clima se había refrescado un poco. En el camino de la escuela a casa, Luna y Celestia platicaban alegremente como era de costumbre, pero esta vez Twilight decidió permanecer en silencio, los eventos del día le daban mucho espacio para reflexionar un poco.
—Hija, estas bien?. —Escuchó la voz melodiosa de su madre, alzó su mirada para detenerse en sus ojos violetas.
—Sí. —Respondió inconscientemente tajante, lo que ocasionó y pequeño salto de sorpresa de su madre, Luna le lanzó un rápido vistazo por el retrovisor, para después seguir conduciendo a su hogar.
La noche había arribado temprano, trayendo corrientes frescas de aire a la ciudad de Canterlot, Twilight se encontraba terminaba de elaborar los reportes que habían pedido sus maestros ese día. Después de tomar un baño relajante decidió ir a cenar, después de todo ya era la hora en que las mujeres mas grandes de la casa se sentaban a la mesa.
—Hola tía, mamá… —Dijo con un tono de voz algo decaído, para la preocupación de las dos hermanas.
—Sucede algo, sobrina?. —Preguntó Luna, con un tono de voz dulce, casi imposible de apreciar de ella. Comenzó a tomar sus bocados con más calma, para no perderse detalle alguno de lo que sucedía.
—Es solo que… nada. —Murmuró, la respuesta no pasó desapercibida por la peli azul y la peli celeste, que la miraron con más preocupación.
—Hija, puedes decirnos lo que quieres, sabes que puedes confiar en nosotras. —Le confesó, dedicándole una sonrisa sincera, al igual que Luna.
—Mama, tía… en ocasiones tengo un extraño sentimiento. —Comenzó lo joven peli azul, moviendo sus ojos violetas a la ventana del comedor. —Que lo extraña que soy, debe tener alguna relación con mi padre, no lo creen?.
Al instante, las dos hermanas sintieron un escalofrío correrles por la espalda y que todos los bellos de su cuerpo se ponían de punta, no esperaban algo como esto, y menos en este día.
—Extraña, de qué estas hablando, hija?. —Preguntó Celestia, ya tenía bastante experiencia ocultando sus emociones, por lo que era fácil esconder su nerviosismo, pero no era tan sencillo cuando se trataba de su hermana e hija, que la conocían perfectamente.
—No trates de evadirme esta vez, madre. —Dijo Twilight con voz molesta, cosa de la que se arrepintió rápidamente, cambiando su gesto frustrado, a uno melancólico. —Estuve pensando acerca de eso toda la tarde, en especial porque las chicas me recordaron que se acercaba el día del padre, y bueno, me dejarás organizar el evento, mama?. —Preguntó, tratando de cambiar radicalmente la conversación.
—Twilight… —Comenzó Luna, dedicándole una mirada rápida a su hermana mayor, quién asintió algo insegura. —Tu padre era un gran hombre, era único, y también… un héroe que salvó la vida de millones. —
—Ehh?!. —La sorpresa de Twilight le hizo caerse de su silla casi de golpe, provocando que las hermanas se levantaran rápidamente a socorrerla.
—Estás bien?!. —Preguntó alarmada Celestia, sus instintos maternos se activaron rápidamente.
—Sí… solo que, tía Lulú, me has tomado por sorpresa. —Confesó, levantándose con el apoyo de ellas. —Me puedes contar más acerca de él?.
—Su nombre era… —Comenzó esta vez Celestia, mirando por la ventana, donde su vista se perdía en la nada.
####Dbz&Mlp####
—GOOOOKUUUUU!. —Gritó con furia el kayosama del norte, corriendo con sus pequeñas extremidades en busca de aquél ser que tanto cólera le provocaba.
En el planeta de los kaiosamas era muy común el desechar artículos y reliquias destrozadas, era el planeta en el que los guerreros de la galaxia que ya habían muerto entrenaban con fervor para incrementar sus fuerzas y habilidades, el supremo kaiosama, líder de los cuatro kaiosamas siempre estaba muy contento al tener su hogar de peleadores importantes, que hicieron grandes hazañas en su vida terrenal, no le importaba mucho el enterarse de algunas reliquias rotas o estructuras dañadas. Pero había un solo guerrero que marcaba una importante excepción, por tener unas capacidades de destrucción masivas, en ocasiones inimaginables. Su nombre?, Goku, un saiyajin criado en la tierra, que defendió mas tarde de numerosas amenazas, gracias a las habilidades que habían sido heredadas junto con su sangre. Ese guerrero saiyajin era el más respetado entre todos en el planeta de los kaiosamas, mucho se rumoreaba entre los nuevos que su entrenamiento con el supremo lo había vuelto invencible, y eso no les encarnaba miedo alguno, si no emoción y esperanza de que en alguna ocasión pudieran combatir con él.
Goku realmente se sentía en el paraíso, pero había ocasiones en las que sentía un vacío en su interior, ocasiones que raramente eran notadas por los sus amigos del otro mundo, sólo su maestro, el kaiosama del norte podía ver sus inconformidades a través de sus ojos, pero estas rápidamente desaparecían, él lo entendía. Desde que venció al hermano y padre de Freezer, King cold y Cooler, a costas de su propia vida, el saiyajin tuvo que renunciar a sus amigos, y lo que era más importante para él, su familia. El guardián del lado norte de la galaxia reflexionaba un poco sobre esto, 18 años de estar muerto sin ver a sus seres queridos podían ser algo tormentosos, no es que mucho a él le importara, pero admitía que sentía un poco de empatía por el saiyajin.
Retomando el tema del por qué de su furia contra el saiyajin, como ya se había mencionado antes, este era la excepción del supremo kaiosama, tenía que entrenar y luchar lo más lejos posible del castillo y la arena, ya que sus poderes adquiridos con los 15 largos años de entrenamiento, eran devastadores, incluso en la más mínima cantidad. Pero en este particular día se le ocurrió practicar la transformación del súper saiyajin 3, y el cabeza dura había olvidado que se encontraba en la arena del castillo del supremo kaiosama, provocando ciertas averías en la estructura que tomarían días en reparar, y quién era el dueño de toda la culpa?, claro, su maestro!.
—Dónde te metiste cabeza hueca!. —Gritó con furia el semi dios, la vena gruesa de su frente palpitaba con fuerza. —Cuando te ponga las manos encima…—
Pronto lo ubicó en una colina no muy alejada del castillo, parecía estar sentado meditando. El kaiosama llegó rápidamente hasta el saiyajin, aún bufando vapor por su narices.
—Goku!. —Exclamó, pero rápidamente fue detenido por el saiyajin.
—Kaiosama… siento una extraña energía maligna que se aproxima a la tierra. —El saiyajin de gi rojo con camisa azul abrió lentamente los ojos, su expresión era seria. —No tardará mucho en llegar al planeta.
Los lentes del kaio adquirieron un brillo inmediato, mientras su entrecejo se fruncía ligeramente, olvidando por completo el motivo de su ira contra el saiyajin. Sus antenas comenzaron a moverse rápidamente en el aire, hasta que de ellas brotó una chispa destellante que desapareció al poco momento, una gota de sudor resbaló rápidamente por su frente.
—Hmm… tienes razón, Goku. —Dijo el semi dios, asintiendo con cuidado. —Pero no es solo una presencia, si no cuatro de ellas. —Aseguró, colocándose las manos por detrás de la espalda. —Pero, estás muerto, no puedes ir al mundo de los vivos.
—Sí, lo se… —Respondió el saiyanjin, con un suspiro desalentador. —Pero… puedo pedirle un pequeñísimo favor a Edmadayosama, sí!, eso es!. —Anunció con euforia.
—Se te olvida que Vegeta también está en la tierra?. —Preguntó con curiosidad Kaiosama. —Por lo que eh visto él también ha mejorado mucho desde aquella batalla contra Cooler. —Sabía que las 3 amenazas que se acercaban a la tierra no eran el principal motivo de su discípulo.
—Lo sé… al parecer se ha vuelto más fuerte. —Respondió el saiyajin, dándole la espalda en un enfoque dramático. —Pero no creo que sea suficiente para detener a lo que esté por llegar al planeta tierra.
—Hmm… realmente las extrañas demasiado, no es así?. —Preguntó el Kaio, leyendo el lenguaje corporal del saiyajin, que delataba que había sido atrapado con las manos en la masa.
—Demonios haha, ya te diste cuenta. —Anunció el saiyajin, con su gesto alegre que tanto lo caracterizaba. —Necesito un poco de tu ayuda, andaaa, si?.
El Kaio del norte suspiró de forma cansada, negando con la cabeza y una sonrisa suave en su rostro.
—Está bien Goku, me has tentado el corazón con tu tonta excusa. —Respondió, secándose una gota de sudor con su paño.
—Geniaaaal!, siiiiii!. —Exclamó con emoción el saiyajin, dando un salto de alegría. —No podemos perder el tiempo, vamos!. —Colocó su mano en la espalda del semi dios.
—Espera un momento!, ¡aún faltan Bubbles y Gregory!. —Exclamó, pero ya era demasiado tarde, el saiyajin los había teletransportado a la entrada del otro mundo, donde las almas de todo el universo llegaban a su destino final.
Reaparecieron en la oficina del guardián gigantesco, tomándolo por sorpresa a él y a sus sirvientes, las almas parecían no prestarle mucha atención a los nuevos allegados.
—Vaya, qué sorpresa Goku. —Saludó el guardián del otro mundo, con una sonrisa cálida.
—Hola, Edmadayosama. —Saludó el saiyajin de cabello alborotado. —Ahora mismo no tengo mucho tiempo, verás, la tierra está en un… —
—¡No seas tan grosero, cabeza hueca!. —Gruñó el Kaio del norte, dándole un golpe en la cabeza al saiyajin.
—Ayyy ¡YAYAYAYYY!. —Gimió Goku de dolor, sobándose la cabeza. —Por qué haces eso?. —Preguntó, quitándose una lágrima del ojo.
—Porque recordé lo que hiciste en el castillo del supremo Kaiosama. —Masculló el semi dios. —Ahora déjame hablar a mi, antes de que lo arruines todo.
—Y bien, qué es lo que sucede, Kaio del norte?. —Preguntó Edmadayosama, divertido por la escena frente a él.
—Goku necesita ir a la tierra, una amenaza se aproxima con destruirlo todo. —Anunció el Kaio del norte, colocándose las manos por detrás de su espalda.
—Hmm. —Edmadayosama se quedó por un momento pensativo, analizando la información que se le había dado de forma tan seca.
Fue un momento tenso de silencio, incluso los sirvientes del gran guardían del paraíso y el infierno estaban atentos a lo que siguiera después, Edmadayosama le debía mucho al saiyajin, en varias ocasiones salvó la tierra, y mantuvo el orden entre la vida y muerte que tanto alteraban esos villanos que sólo vivían para exterminarlo todo, además, él nunca quiso visitar la realidad de los vivos en los 15 años que ahí llevaba, quizás podía usar la excusa de que había acumulado 15 días, para no romper las reglas de la vida y la muerte, sí, eso sonaba a muy buena idea.
—Bien Goku, entiendo tu situación y sí podré ayudarte. —La respuesta del guardián hizo saltar de emoción al saiyajin. —Tienes 7 días para resolver tus conflictos en la tierra, cuando este lapso de tiempo termine, Uranai Baba irá a recogerte, de acuerdo?. —Preguntó, al ver que el saiyajin estaba tan emocionado que casi no prestaba atención.
—Sí, eso es más que perfecto!. —Respondió el guerrero con aureola angelical. —7 días serán suficientes para detener a esos sujetos y encontrar las esferas del dragón.
—Muy bien goku, primero debes informarle al supremo que ya no entrenarás… —El kaio del norte se quedó callado cuando se dio cuenta que Goku había desaparecido con la transmisión instantánea, llenándolo nuevamente de furia.
—Jaja, ese Goku nunca cambiará. —Comentó Edmadayosama, reclinándose tranquilamente en su silla.
—¡GOKU, ERES UN IDIOTA, CÓMO SE SUPONE QUE VOLVERÉ AL PLANETA DE LOS KAIOSAMAS! —Gritó con fuerza, haciendo retumbar el eco hasta el camino de la serpiente.
****Dbz&Mlp****
El saiyajin reapareció afuera de Kame house, donde se encontraba el maestro roshi y sus inquilinos, tomando el sol con suma tranquilidad. La llegada de Goku los sobresaltó inmediatamente a todos, que casi se caen de sus lugares por la impresión.
—I-imposible… de verdad eres tú, Goku?. —Preguntó Krillin, tallándose los ojos para aclarar mejor su vista, a un lado de él se encontraba su novia Maron, quién no entendía nada de lo que estaba sucediendo.
—Goku… cómo… qué… ha pasado mucho tiempo. —Alcanzó a decir el maestro ermitaño, quitándole el paño a sus lentes de sol. —Hace tiempo que creímos que nunca volverías a la tierra.
—Jaja, hola a todos!. —Saludó con alegría el saiyajin, la aureola en su cabeza destellaba ligeros brillos que se perdían con la intensidad del sol a sus espaldas. —Es bueno verlos de nuevo.
—Goku, cómo es que pudiste volver a la tierra?. —Preguntó Puar, ahorrándole el trabajo a los demás.
—Ah sí, bueno… lo que pasa es que eh venido, porque alguien malo se aproxima a la tierra. —Respondió el saiyajin, sin perder su sonrisa. —No creo que sea muy fuerte, pero puede causar varios líos si no se controla a tiempo.
—Qué?, una amenaza dices?. —Preguntaba Krillin, arqueando una ceja. —Pero si yo no puedo sentir ningún Ki maligno.
—Además, Vegeta está viviendo en la corporación capsula con Bulma. —Anunció el cerdo humanoide. —No crees que el sería suficiente para acabar con esta amenaza que mencionas?.
—Eeh?!, con Bulma dices?. —Preguntó Goku, ligeramente sorprendido. —Con que eso es lo que lo hizo quedarse en la tierra. —Dijo en sus pensamientos.
—Sí, él y Bulma se casaron y ahora tienen un hijo llamado Trunks. —Reveló Krillin, con un semblante sarcástico. —No me lo digas, yo a veces tampoco me lo creo.
—Sí, entonces ese era el otro ki poderoso que sentía. —Pensó de nuevo el guerrero de gi rojo. —Bueno, eso es una gran sorpresa. —Admitió, sonriendo de manera calidad
—Él ha estado entrenando desde aquella vez con Cooler. —Mencionó Krillin, un tanto melancólico por recordar la muerte de Goku. —Se ha vuelto muy fuerte.
—Ya veo. —Comentó Goku, rascándose la frente en señal de pensamiento.
—Goku, tú también has estado entrenando en el otro mundo?. —Le preguntó el maestro Roshi, mirándolo atentamente.
—Sí, maestro, yo también me eh vuelto muy fuerte en estos 15 años que han pasado. —Anunció el guerrero, con algo de orgullo. —Me gustaría probar mis nuevas habilidades contra Vegeta, pero primero debo reunir las 7 esferas del dragón, para poder revivirme.
—Quieres decir, que vas a pedir que te devuelvan a la vida?. —Preguntó Krillin, con una gota de sudor en su frente. —Eso es genial!.
—Ah, vienes por la esfera de cuatro estrellas?. —Preguntó el maestro Roshi.
—Sí, maestro, si me la podría dar, por favor. —Le solicitó el saiyajin, con una sonrisa cálida. El ermitaño asintió más que alegre, entrando en la casa para buscar la esfera.
—Bien, Goku, me podrías mostrar qué tan fuerte te has vuelto?. —Preguntó su mejor amigo, con una sonrisa altanera. —Vegeta es mucho más fuerte que la última vez que lo viste, no podrías creer el poder tan increíble que tiene.
—Hmm, está bien, te demostraré mi poder. —Respondió Goku, con una amplia sonrisa. El maestro Roshi comenzaba a salir de la casa, con la esfera en manos.
El guerrero de cabellera alborotada se apartó casi a la orilla de la isla, donde se irguió un poco, abriendo sus piernas y concentrando su Ki.
—¡Gaaaaah!. —Sus músculos se tensaron, el viento comenzó a correr con más fuerza, al igual que la marea comenzaba a subir con algo de brusquedad.
En una explosión de Ki, su cabellera y cejas cambiaron de un color negro, a uno dorado brillante, al igual que sus ojos se volvieron azul acqua.
—Este es el súper saiyajin perfeccionado, digamos que a su máximo poder. —Les anunció mientras su aura de Ki dorado bailaba con elegancia a su alrededor.
—Vaya, tienes casi la misma fuerza que Vegeta, impresionante Goku. —Mencionó Krillin, mientras se cubría el brazo con su cara, al igual que lo hacía el maestro Roshi, mientras Puar y Maron se aferraban a sus tobillos con fuerza para no salir disparados.
—Hehe, aún no lo demuestro todo. —Reveló el saiyajin, con una voz más profunda. —Este…—
Sus músculos crecieron más, su cabello se erizó de golpe, y a su alrededor comenzaban a bailar destellos de electricidad. El gesto de impresión en los rostros de los inquilinos de Kame house no tenían impresión.
—¡GIIAAAAH!. —Con una onda expansiva de Ki, aumentó su aura de golpe, provocando un cráter en donde se encontraba parada, al mismo tiempo que provocaba una ola gigantesca que salía dispersada alrededor de la isla, con la fuerza de un tsunami.
—Este, es cuando logras sobrepasar los poderes del súper saiyajin ascendido, o podríamos decir, que es el súper saiyajin 2. —Anunció, con una sonrisa altanera, el aura bailaba con violencia a su alrededor, mientras habían descargas eléctrica constantemente a su alrededor.
—I-increíble… tu ki es sorprendente. —Decía Krillin, anonadado por la bestialidad de poder que tenía su amigo. —Eres mucho más fuerte que Vegeta.
—Súper saiyajin 2?. —Preguntaba el maestro Roshi, bajando de una palma a la cual había salido disparado en el momento de la transformación. —Es mucha más increíble que el súper saiyajin 1.
—Lo sé. Esta transformación es increíble. —Confesó Goku, volviendo a su estado base. —Bueno, me tengo que ir, maestro, pronto vendré a visitarlos.
Tomó la esfera que sostenía el ermitaño en sus manos y se despidió con un ademán de mano, para después desaparecer con la transmisión instantánea.
Mientras tanto, en otro lado del planeta, Pícoro y Vegeta estaban sudando, al haber sentido esa poderosa concentración de Ki, que ni en sus sueños pensaron que lograrían sentir.
—Muy bien, es hora de visitar a Celestia. —Decía el saiyajin en su mente, volando a la velocidad de la luz.
Gokú se sentía muy emocionado, quería volver a ver de nuevo a su mujer, y por supuesto, a la hija que dejó atrás por 15 años.
****Dbz&Mlp****
Entrando a la vía láctea, una nave viajaba a toda velocidad con dirección a la tierra, en ella viajaban cinco alienígenas guerreros. Su único objetivo, buscar a Goku para matarlo.
—Hmm, estoy ansioso por llegar y hacer añicos a ese saiyajin. —Murmuraba entre dientes un guerrero de piel azul y cabellera naranja, sentado en una especie de trono.
—No coma ansias, maestro Bojack, pronto tendrá el placer de acabar con ese saiyajin, y conquistar la tierra. —Le comentaba una guerrera de su misma apariencia. Con una belleza incomparable.
—Lo se, Zangya, lo sé… —