bienvenidos a mi primer historia con OC, que participa en el reto 6 del forum "La Torre Stark (y un 12 por ciento de JARVIS)"

bueno la pequeña Audrey Elizabeth Bannister, es inglesa, tiene 241 años a pesar de lo cual sufre de absesos infantiles, puede ser madura o inmadura y una niñita dependiendo de la situacón. Se lleva escondiendo mucho tiempo de SHIELD, HYDRA y cualquiera que quiera sus habilidades: teléquinesis, telepatía y proyección de energia (aun que la ultima aun no la controla y se sale cuando tiene emociones negativas)

Cuando dice su nombre real es porque esa persona le interesa, aun asi, sus enemigos y los bajos mundos la conocen como Idunn, apodo que le fue dado por su "inmortalidad"

No es mala, es buena pero solo quiere que la dejen pasear por el mundo al cabo que no tratara de dominarlo en lo más mínimo.

Disclaimer: nadie me pertenece desgraciadamente, solo Audrey :)


Muchas veces he escuchado aquélla anécdota del hombre que le decía a Chaplin que invirtiera su dinero en la bolsa, justo un dia (o dias, no recuerdo exactamente) antes de la Gran Depresión en 1929. Y puedo decir que es cierto. Yo estaba atrás de ellos escuchando y en cuánto el hombre se fue, fue el mismo Chaplin quién me dijo que sacara mi dinero de las inversiones. Aún tengo el autográfo que me dio en una servilleta.

Una semana después me mudé a Brooklyn para mantener mi perfil bajo y conmigo venía mi ropa y mis millones de dólares en 2 maletas. Ese mes fue mi favorito, conocí al hombre más gracioso del mundo y al niño más valiente de todos...


1929

Brooklyn en épocas de crisis económica no es bonito y ahí andaba yo con un traje a la última moda de Europa y una bolsa de dinero. Corté camino por un callejón, pero un hombre me seguía. Cuando me di cuenta caminé más rápido y divise una avenida dónde varios niños jugaban baseball justo al final del callejón. Él comenzó a correr y yo también. Crucé la avenida y rebasé a los niños.

No conocía muy bien y acabé en un callejón sin salida. Sin saber que hacer le rogué que se alejara pero no me escucho. Si me alteraba lo suficiente, mi energía mataría a muchos. El sujeto me tomó de las muñecas cuando una piedra le dió en la cabeza y lo aturdió soltando una de mis manos. Atrás de él había un niño tal vez de nueve, rubio, ojos azules y flaco como un palo.

"¡Déjala en paz!"

El tipo se rió y lo ignoró, pero en cuánto le dió la espalda otra piedra lo golpeo. "¡Métete con alguien de tu tamaño!"

Yo aproveché la situación y le di un puntapié en el muslo y un golpe bajo con mi rodilla. El pequeño y yo emprendimos retirada. Corrimos y corrimos. Pronto noté que yo lo estaba dejando atrás. ¿Qué clase de niño no puede correr rápido a esa edad? En una esquina él se detuvo y yo me tuve que regresar para ayudarlo.

"¿Estás bien?"

"Usted corra señorita...estoy bien..." El aire le faltaba y estaba más rojo que un tomate. Empezó a buscar desesperado en sus bolsillos hasta que sacó un inhalador y respiró con el. Por eso no podía correr...

Ambos nos sentamos en la acera. "¿Cuál es tu nombre?"

"Steve. Steve Rogers."

"Yo soy Audrey." Él había salvado mi vida, lo natural era que mintiera sobre mi nombre. Me contó de sus aflicciones, cómo salvar personas y ser golpeado, además de la preocupación de su mamá por que no se le acabar su inhalador. Era muy noble y tenía once años según me dijo. Quería salvar al mundo.

"¿Qué es eso en tu rodilla?"

"Estaba jugando y me caí."

Le arqueé la ceja y confesó la verdad. "Jhonny me empujó. Pero Bucky le dió su merecido."

Lo llevé a mi casa, curé sus heridas y le di un jarrón con muchos chocolates. Hubiera deseado tener una foto de su cara. "No puedo aceptarlo señorita."

"Audrey; señorita es muy impersonal. Además yo no los comeré, puedes compartirlos."

"¿Vive sola?"

"Si."

"Me parece bueno que una mujer pueda ser independiente."

"Espero que lo sigas creyendo cuando tengas novia."

Steve se sonrojó un poco. "Prometo que así será. Con el corazón."

En cuánto fue hora de irse salimos y lo acompañé a su edificio. Antes de despedirnos, Steve corrió hacia un niño castaño, más alto y fornido que él, que lanzaba una pelota vieja contra la pared. Lo llamó para que me conociera. Era Bucky Barnes. Tenía un sonrisa simpática y una mirada maliciosa cómo para tener 12 años. Pero trataba a Steve con cariño. No por eso dejaba de darle una que otra palmada en la espalda.

Antes de irme me acerqué a Steve, lo abracé y le di un beso en la mejilla que lo dejó atolondrado y rojo a más no poder. Mientras me alejaba escuché a Bucky exclamar lo orgulloso que estaba de que su amigo hubiera tenido su primer beso.

Esa noche me regresé a Inglaterra tan rápido como pude. Apreciaba a ese niño y vivía muy cerca de mí edificio. Tenía que alejarme.


1943

Es la novedad americana. Asi que fui. Y ahí estaba yo, junto a un montón de jóvenes mujere con sus hormonas alborotadas. Todos querían conocer al Capitán América, el espectáculo de gira en Europa y que prometía salvar al mundo cada vez que comprabas bonos de despensa. Era guapo, vaya que lo era. Y paciente, porque yo no hubiera soportado tener que posar con fotos con esos bebés llorones.

"Su trasero es apachurrable." Todas eran insensatas, pero esa fue la peor. La frase salió de una castaña que tenía turno para foto después de mí. La miré sorprendida, que lengüita tan bonita.

"¿No lo crees?"

"No lo sé...Yo no pienso así de los hombres." Traté de no juzgarla.

"De todos modos, mira al asistente del senador junto a él, no podrías tocarle más de lo debido. ¿Cuál es tu nombre?"

"Melissa." Cómo odiaba (aún odio) tener que mentir.

"Katherine Lewis."

Cuando fue mi turno, me acerqué para retratarme y al ver sus ojos sentí una familiaridad. Él también, porque me miró con sorpresa pero sonriendo. "¿Te conozco?"

He conocido a tantos en 241 años que ya no recuerdo a todos por caras sino por nombres. Me encogí de hombros. El fotográfo nos apuró y en cuánto terminamos, él tomó la foto recién revelada. "¿Qué recuerdas más?¿Caras o nombres?"

Su pregunta me sorprendio pero respondí. "Nombre."

El Capitán firmó, me sonrió y me fui. Cuando estaba pagando al empleado observé la firma: Steve Rogers. Siempre supe que el pequeño de Brooklyn sería un héroe...y además guapo.


1945

Todos hablaban de él y su sacrificio. Todos veían a un hombre fuerte, valiente y temerario. Yo veía (aún veo) a un pequeño niño de Brooklyn que sólo desea hacer el bien y que ha tenido aventuras más reales que los dragones de su infancia.


2015

Saber que esta vivo y que el pequeño héroe sigue dando todo de sí, me hace sentir que no me equivoqué al darle mi jarrón de chocolates.


espero les haya gustado! :)