Mi segundo fanfic GaaMatsu, espero que les guste, este fic será más relajado y me gustaría darle un poco más de humor!
Los personajes son de Masashi Kishimoto.

1.- Mentirosa

Mi postura ante lo ajeno siempre es respetuosa, ser el Kazekage de Sunagakure me mantiene lleno de problemas, a veces intento sobre llevarlos para que estos no afecten mi salud. Sin embargo hay algo que me tiene un poco molesto.

Desde hace unas semanas Matsuri, mi antigua estudiante, ha llegado a entregar sus reportes de misiones en muy mal estado, supongo que ella cree que nadie lo nota. Tengo bien estudiada su anatomía, y puedo ver que sus ojos están más cerrados, no brillan como antes, sus labios tienen comisuras con cicatrices, probablemente provocadas por golpes, también maquilla su rostro y otras partes de su cuerpo, oculta moretones y rasguños… Y no me parecería raro que todas esas lesiones fueran provocadas por las batallas en las misiones, sin embargo, de ser así no las cubriría, porque ella nunca hacia eso.

Le pregunte repetidas veces a Mikoshi, su compañero de equipo qué era lo que le sucedía a Matsuri, el no supo contestar mis preguntas, así que acudí a la poco astuta pero al final chica, Yukata. Ella me explico que desde hacía mucho tiempo Matsuri salía con un chico, este muchacho no parecía confiable, y probablemente él era el responsable de aquellas palizas. Desgraciadamente yo no sé, mucho sobre relaciones amorosas. Mis citas con algunas kunoichis de alto nivel eran totalmente formales y ninguna de ellas parecía querer estar conmigo de manera sincera, la mayoría eran forzadas; así que prácticamente necesitaba hablar con ella y sugerirle un par de cosas, que en mi conocimiento parecían lógicas.

Cité a la jovencita a las 9:00 a.m. con la excusa de que el llenado de un formulario estaba mal y necesitaba que lo firmara de nuevo en mi oficina. Pero como siempre llego con 10 minutos de retraso, lo que me dio tiempo de pensar en las preguntas que le formularia.

-Buenos días, señor Kazekage.- Matsuri hiso una reverencia y se acercó a mi escritorio. Yo solo extendí la mano en señal de que tomara asiento, ella ya conocía mis expresiones, no cuestionaba ninguna indicación. Se sentó y bajo una mochila que llevaba en la espalda.

-Matsuri ¿Que llevas puesto en el rostro?- La castaña toco su mejilla derecha con brusquedad, quitando por accidente un poco de maquillaje que llevaba.

-Oh!... Verá, es maquillaje.- Bajó la mirada y limpió sus dedos en la falda con torpeza.

-¿Por qué cubres tus heridas? – La vi directo a los ojos y ella trago saliva. Comenzó a ponerse pálida y su nariz se tornó roja.

-…Es que…- De repente sostuvo mi mirada, sus ojos se abrieron más que nunca y sonrió un poco para mí.

-Intento gustarle a un chico, y las heridas son poco atractivas…-

-"Mentira"…Bien, y ¿Quién es?- Me crucé de brazos, y recargué la espalda en la silla, ella me mentía, siempre su nariz se ponía roja era porque no decía la verdad.

-…Usted.-

Eso provoco un silencio incomodo, ya que en realidad Matsuri no me era atractiva en un sentido amoroso, además no podía verla de esa manera, y tampoco le creía del todo. Muchas chicas en Sunagakure me regalaban cosas y me llamaban con apodos cariñosos, pero en realidad no me interesan, ellas no me conocen bien, y solo les gusto por mi apariencia física.

-…Siento si lo incomodo, Señor Kazekage.- Matsuri se agachó para sacar algo de su mochila.

-Por cierto, Señor, espero que le guste este regalo de cumpleaños.- Una caja de cartón con un listón rojo, sonrió una vez más y se inclinó hacia mi extendiendo su mano.

-Gracias Matsuri.- Le dí un apretón de manos cordial y ella parecía seguir feliz.

-¿Sobre el papel que debía firmar…?-

-No es nada, cometí un error…Por cierto, a tu novio no le agradará que le confieses sentimientos a otro hombre.- Ella se puso pálida y nerviosa.

-….Lo siento.- Tomó su mochila y se fue rápido haciendo una última reverencia.

Así que después de todo si tiene un novio. Y seguramente había mentido para que no la cuestionara o juzgara sobre sus decisiones. Supongo que ese chico hacía que Matsuri tuviese miedo a muchas cosas.

Abrí mi regalo, porque efectivamente era mi cumpleaños. Temari me había llamado desde temprano para felicitarme y mucha gente en la aldea esperaba a que saliera para felicitarme, pero en mi naturaleza estaba el alejarme del amor, y sé que está mal, pues los sentimientos de los aldeanos son sinceros, pero me es incómodo aceptar el afecto de los demás. El regalo de la castaña era un pequeño huerto de Cactus en una pecera, bastante elegante y excelente regalo, ella sabía que los cactus eran mi planta favorita y me gustaba cuidarlos, el cactus de en medio de la pecera tenía una flor rosada, lo cual me pareció fascinante, ninguno de los míos había florecido como este.

-Gaara…-

Kankuro llego a felicitarme. Me dio un fuerte abrazo y me llamo "viejo", solo reí un poco.

-¿Qué dices si vamos a un lugar nocturno?-

-Imposible.-

-Deberías ir un día, son interesantes y no tienes nada que hacer hoy.-

-Sabes que cuando la gente me vea no me dejará en paz, sobre todo las mujeres…-

-Usa un camuflaje, puedes hacer esa técnica que Naruto hacía para convertirte en alguien más.-

La verdad me parecía fascinante ir a un lugar de esos, donde todos "se la pasan bien", en Konoha Naruto me había invitado, pero fue una experiencia totalmente fraternal ya que todos los presentes eran sus amigos, gente que conocía, pero tenía que darle ese gusto a mi hermano, de lo contrario me reprocharía el solo querer salir con Naruto.

-De acuerdo, pero si no me gusta… nos vamos.-

-Trato hecho.-