Bill pasó lentamente la saliva por su garganta mientras se acomodaba de nueva cuenta el pequeño corbatín negro que había elegido ponerse para aquella ocasión tan especial. Había conocido a Dipper cuando era un joven recién graduado de la universidad, por aquel entonces decidió probar un poco de suerte en el pequeño pueblo de Gravity Falls.
Fue ahí donde vio por primera vez al pequeño Pino, quien en ese entonces trabajaba en la tienda de su tío abuelo Stan. El encuentro casi podría decirse que fue por casualidad pero ya después de un tiempo de salir ambos se convencieron de que había sido por algo más. Por ese entonces el menor aún estaba enamorado de una chica pelirroja que también trabajaba en la tienda.
Le tomo mucho convencer al joven de que aceptara salir con él, uso varios trucos y artimañas pero ¿Qué podía hacer? Lo suyo fue amor a primera vista. Después de varias –muchísimas– citas convenció a Dipp de que él era su alma gemela y que comenzaran una "relación" lejos de la vista de todos hasta que el joven pudiera cumplir la mayoría de edad y que no lo metieran a la cárcel por pedofilia.
Y por fin, aquel día, su amado Pino cumplía los dieciocho años, después de muchos momentos buenos y malos que ambos compartieron hoy por fin le dirían al mundo de su relación comenzando claramente con la familia del más joven. Su adorable cuñada –Mabel– había organizado una pequeña cena para celebrar aquel evento, evento en el cual Dipp les daría a todos la noticia.
– Estas exagerando – Hablo el menor a su espalda al ver que no había movido un musculo desde que llegaron a la entrada de la cabaña.
– Se llama ser precavido – Bromeo sin ganas. – Es solo que… me preocupa que no les agrade y terminen separándome de tu lado ¿Y si te mandan a un internado en Siberia? ¿Y si me meten a una cárcel de alta seguridad por abuso de menores? ¿Y si…?
– Dios Bill ¿Qué clase de personas piensas que son mis familiares? – No sabía si Dipp estaba molesto o si tomaba con gracia todo lo que decía. – Estaremos bien
El rubio asintió aunque seguía algo renuente, Dipper se colgó de su cuello rápidamente para robarle un pequeño beso que hizo que ambos sonrieran. Bill toco levemente la puerta después de separase de su pequeño Pino; Mabel no tardo en abrir y lo primero que vio la pareja fue a toda la familia Pines sentada en la sala mirándolos fijamente. El rubio volvió a pasar saliva por su garganta, aquella iba a ser una larga, muy larga noche.