Advertencias

1.-Bien, antes que nada, debo advertirles que este es un fic SasuNaru.

3.-No tengo nada en contra del NaruHina o del SasuSaku de hecho estoy del lado de ambos.

3.-No es un fic yaoi. (No me gusta para nada el yaoi. Pero respeto a las personas que sí, cada quien tiene sus gustos). Es por eso que en esta historia Naruto es 100% mujer y su nombre es Naruko.

Lo se lo sé, muchos querrán golpearme por hacer a Naruto mujer. Pero no piensen que tengo algo en contra de él, de hecho es mi personaje favorito junto con Sasuke, Itachi, Neji, Lee, Gaara, y Minato.

Pero verán, hace unas semanas uno de mis mejores amigos me pregunto que si alguna vez me había imaginado como sería si Naruto hubiera sido una mujer en vez de un hombre. Yo le conteste que estaba loco ya que Naruto es mi amor imposible del anime y la historia justo así como lo había hecho Masashi Kishimoto era simplemente perfecta.

Aunque para ser sincera esa pregunta me estuvo rondando algunos días, y me hizo llegar a la conclusión que no era tan mala idea. Después de todo no es muy seguido ver a una chica con la increíble personalidad que tiene Naruto.

Capítulo 1

¡Yo soy Naruko Uzumaki! ¡De veras!

-¡NARUKO!-gritaban un dúo de ninjas.- ¡Detente! ¡No creas que te podrás salvar esta vez! ¡Vuelve aquí niña!

-¡Ja!-exclamo la niña.- ¡Ya veremos eso!... ¡Idiotas!-dijo mientras comenzaba a dejar a atrás al dúo de ninjas.- ¡Nunca me atraparan!

Naruko Uzumaki era una niña de 12 años. Cabello rubio hasta la cintura, ojos azules, baja estatura para su edad y tres marcas de bigotes en cada mejilla. Era una niña traviesa, con demasiada confianza en sí misma, alegre, optimista, un poco irrespetuosa pero con una increíble habilidad para expresar sus sentimientos.

-¡Lord Hokage! ¡Lord Hokage!-exclamo un Jōnin que entraba rápidamente a la oficina del tercer Hokage y hacia una reverencia.

-¿Qué se te ofrece?-pregunto.-Espero que sea algo importante.

-Mi lord…es Naruko. Naruko ha pintarrajeado por completo los rostros de los honorables Hokage.

-Mphh.- soltó el Hokage con pesadez. Detestaba que siempre le vinieran con las cosas que hacia Naruko. Deberían tenerle más paciencia.- pensó.- Si ese es el caso, ¿entonces porque no lo han atrapado? Es solo una niña y ustedes Shinobi.

-Es verdad Lord Hokage, pero es que…

-Ya no es necesario molestar al Hokage.- dijo un ninja de rango chūnin que se acercaba a la escena.- Iruka-sensei, ya la atrapo.

-¡Suélteme!-gritaba molesta la niña mientras pataleaba por ser cargada como un saco de papas.

-No.-dijo firmemente el joven sensei.-Pienso llevarte hasta la academia. Se supone que deberías estar en clase. Además si te suelto, intentaras escapar y todavía no han terminado las clases.

-Le prometo que no escapare.- dijo la pequeña rubia haciendo un puchero.

-No Naruko.-dijo de manera gélida.- La última vez me dijiste eso, te creí y terminaste escapando. Así que no te bajare.-sentencio.

-¡No es justo!-exclamo.

En el salón…

-Yo ya estoy cansado de esto Naruko. Has fallado tu examen de graduación dos veces.-dijo Iruka-sensei.- Mañana tendrás otra oportunidad, y no la estas aprovechando.

-Mphh.- soltó molesta la niña y volteando la cara.

-Con que esas tenemos.-pensó. Mientras fruncía el ceño.-Pues porque tú fallaste ahora todos tendrán que repasar el Jutsu de Transformación.

-Ay no.-dijo molesta una chica rubia de una coleta, su nombre, Ino Yamanaka.- Siempre tenemos que pagar por las tonterías de Naruko.

-¡Dios! ¡Todo esto es un fastidio!- dijo un chico que soltaba pereza hasta por los poros, el nombre del chico, Shikamaru Nara.

-Naru-chan, prometiste ya no meterte en problemas.-pensó cierta chica que poseía el Byakugan.

Hinata Hyuga se había convertido últimamente muy cercana a Naruko. Se habia convertido en una buena amiga para ella, ya que la primogénita del líder del clan Hyuga tenía una gran admiración por la joven rubia. Admiraba mucho la seguridad que tenía ella en sí misma y su forma de no callarse nada de lo que sentía. Eran cosas de las que Hinata carecía, pero estaba decidida a aprenderlas de Naru-chan, como ella la llamaba cariñosamente.

En el lugar de los rostros de los Hokage…

-¡Rayos!-grito Naruko.- ¡Esto es un asco!-decía mientras era obligada a limpiar el desastre que había hecho a los rostros de los Hokage.

-¡No te iras a casa hasta que hallas limpiado completamente el desastre que hiciste!-sentencio severamente Iruka-sensei.

-¡Y eso a mí que!- ¡No es como que alguien me esté esperando en casa!-exclamo con cierta tristeza. Iruka-sensei lo noto y lamento haber dicho eso último.

-Amm…Naruko.-dijo suavemente el joven.

-¿Qué es lo que quiere ahora, sensei?-pregunto molesta mientras seguía con su trabajo.

-Estaba pensando que tal vez, después de que termines, podríamos ir por un poco de ramen a Ichiraku, suena bien, ¿no?

-¿Enserio?-pregunto emocionada.- ¡Ahora si estoy realmente motivada!-exclamo alegre.- ¡Ya vera como lo limpio en seguida, Iruka-sensei! La niña se sentía muy bien con la compañía de Iruka-sensei, después de todo era de las pocas personas que no la miraba como si la odiara o le tuviera desprecio.

-Mmm esto está muy bueno.-dijo la niña con la boca llena.

-Amm… ¿Naruko?, ¿Por qué le hiciste eso a los rostros de los Hokage?-pregunto el sensei con intriga demasiado aparente.- ¿Tu sabes quienes fueron ellos?, ¿Cierto?

-Claro que lo sé- dijo la rubia.- Ellos fueron los mejores Shinobi de su tiempo.- tomo el caldo que quedaba de su ramen y prosiguió.- Fueron grandes ninja, poderosos en batalla e imposibles de vencer. Eran lo mejor de lo mejor, ¿no? Además el cuarto Hokage fue el que salvo a la aldea del zorro de las nueve colas…Él fue el más sorprendente.

-Entonces ¿Por qué?...

-Porque yo voy a ser más grande que cualquiera de ellos… ¡Yo! ¡Naruko Uzumaki! ¡La primera Hokage de esta aldea! ¡Una leyenda ninja! Entonces todos tendrán que dejar de tratarme mal y tendrán que verme hacia arriba. ¡De veras!-decía mientras apuntaba con sus palillos a su joven sensei y esbozaba una enorme sonrisa.

El joven Iruka solo miraba con atención a la niña. Debía de admitir que la pequeña tenía agallas para haber dicho todo lo que habia declarado hace unos momentos.

-Amm ¿Iruka-sensei?-pregunto Naruko.- ¿Puedo pedirle un favor?

-¿Quieres otro tazón?-pregunto al ver que ya habia terminado. La pequeña solo negó con la cabeza.

-¿Podría probarme su banda?-pregunto entusiasmada.- Por favor.

-Esta banda.-dijo señalando su banda negra con el símbolo de Konoha en ella. Ella asintió.- No, ¿Cómo crees? Solo podrás usar una, cuando te hayas graduado de la academia y apruebes tu examen, mañana.-dijo Iruka con una sonrisa.

-¡Eso no es justo!-exclamo.- ¡Quiero otro tazón!

El sensei solo atino a reír por la reacción de su joven alumna, a la cual amaba como si fuera su propia hija.- ¿Es por eso que te quitaste tu listón?-pregunto mientras la pequeña rubia solo lo fulminaba con la mirada.

Naruko siempre usaba un listón verde en la frente, el cual quedaba muy bien con su cabello dorado. No era una chica muy femenina, bueno en realidad no era para nada femenina. De hecho, cualquiera que la mirada dijera que era un niño si no fuera por su larga cabellera. La joven portadora del Kurama era hermosa aunque no lo mostrara a primera vista.

Vestía un pescador de color gris hasta debajo de las rodillas, a partir de ahí usaba unas calcetas como de red negra, las cuales le cubrían todo lo que quedaba de sus piernas hasta llegar a sus pies. Usaba sandalias negras. También usaba una camiseta de manga larga color negro y arriba una chaqueta color blanco con rayas anaranjadas y con el símbolo Uzumaki en la espalda.

-Bien. Es hora de empezar con el examen final.- anuncio Iruka-sensei a sus alumnos.-Cuando mencione su nombre procederán al salón de exámenes. El examen final será, Jutsu de Clonación.

-¡No!-pensó Naruko.- ¡Esa es mi peor técnica!-Mientras ponía sus manos en su cabeza en señal de desesperación.- ¡Genial! ¡Voy a reprobar!

-Naru-chan, ¿pasa algo?-pregunto Hinata con preocupación al ver la reacción de Naruko.

-¿Ah?- solto al verse sacada de sus pensamientos.- No, no pasa nada…Hinata. De veras.-dijo mientras intentaba sonreír.

-Bueno, pero…

-Hinata Hyuga.- llamo el sensei.

-Suerte.- dijo Naruko al ver que su amiga daba un saltito asustada al escuchar su nombre.- Tu nunca cambias Hinata.- pensó la rubia.

El examen final comenzó. Poco a poco empezaron a llamar a todos los niños al salón de exámenes. Todo el que entraba, aprobaba. Después de un buen rato, por fin llegó el turno de Naruko, fue la última.

-Muy bien, tú puedes. Solo concéntrate Naruko. De veras.-pensó la niña.

Naruko posiciono sus manos como era debido para poder llevar a cabo el Jutsu. Dejo fluir su chakra y este comenzó a rodearla mientras tomaba un color azul. Parecía que lo lograría.

-Jutsu de Clonación.- grito. Y acto siguiente apareció un clon no muy favorable. La niña al ver el clon que creo, opto por empezar a morderse las uñas, mientras que a Iruka-sensei le daba un tic en el ojo al ver tan deprimente clon.

-Naruko… ¡Fallaste!-exclamo el joven castaño.

-Ahh.-grito asustada al ver la cara de su sensei.

-Iruka-sensei.-dijo un joven que estaba sentado a su lado, captando la atención de Iruka y Naruko.- Es verdad, no lo consiguió como esperábamos, pero sus movimientos no estuvieron tan mal, y sin duda logro hacer un clon, tal vez deberíamos aprobarla. Este es su tercer intento y tú sabes cuánto desea convertirse en ninja. La pequeña rubia se entusiasmó al escuchar eso. Solo tal vez, solo tal vez, si se podría convertir en ninja.

-Mizuki-sensei.- dijo Iruka.- Los demás niños ya han hecho la réplica al menos tres veces, y fueron replicas efectivas.- se aclaró la voz.- Pero Naruko solo ha hecho una, y mírala...- todos concentraron sus miradas en la desfavorable replica que habia creado la rubia.- Es lamentable, no puedo aprobarla.

-Fue increíble.-dijo un chico que habia aprobado.

-Si lo sé, ahora ya somos ninja de verdad.

-Estoy muy orgulloso de ti, hijo.

La pequeña rubia miraba sentada en un columpio desde lejos a todos los aprobados. Todos los niños ahí se veían tan felices y alegres, estaban acompañados de sus padres. Naruko solo veía la escena con una cara que reflejaba tristeza total.

-Te cocinare todo lo que desees, tu solo di.- dijo una madre.

-Gracias mama.-contestaba el chico mientras abrazaba a la mujer.

-¿Puedes verla? Ella es la chica.-dijo una mujer con desprecio, refiriéndose a Naruko.

-Sí, escuche que fue la única que no aprobó.-dijo mirando a la rubia de manera fría.

-Mphh, pues se lo merece. Imagínate que hubiera pasado si se hubiera convertido en una ninja. Porque ella es la chica que ti…

-Shh. Recuerda que no tenemos permitido hablar de eso.

-¿Naruko?- dijo Mizuki-sensei .

-Ahh…-solto la niña al sentir que alguien la llamaba.

-Ven, hay algo que quiero decirte.-decia Mizuki con el propósito de que la niña lo siguiera. La rubia lo siguió dejando atrás el columpio en el que antes estaba.

-Sabes Iruka…Hay algo de lo que tenemos que hablar.- dijo el Hokage sin expresión alguna en su rostro. El joven asintió.

-Iruka-sensei es estricto, pero no está en tu contra.-hablo Mizuki con el intento de darle ánimos.

-Entonces… ¿Por qué solo a mí?-pregunto mientras soltaba un suspiro.

-El desea que seas fuerte con todo su corazón, pero eso jamás pasara si se te dan fáciles las cosas.-una ráfaga de aire hizo que todo su blanco cabello se moviera.- Él es igual que tu…sin padres, ni familia.

-Pero… esta vez, enserio deseaba graduarme.

El joven Mizuki-sensei sonrió.- Entonces creo que debo de decírtelo.

-¿Mmm?

-Esto es un secreto, pero voy a contártelo.

-¿Un secreto?-pensó Naruko.

Iruka se encontraba en su casa descansando. Ya era de noche y después de todo, habia sido un día agitado. El joven que yacía en su cama, comenzó a recordar lo que ese día le habia dicho el Hokage…

Flash Back

-Iruka…

-¿Qué pasa, Lord Hokage?

-Se cómo te sientes, tu creciste igual que Naruko…sin conocer el amor de un padre o una madre, ni el calor de una familia.

Fin del Flash Back

Después de eso, Iruka también empezó a recordar como sus padres habían muerto el día del ataque del zorro de las nueve colas. Pero su mente se vio interrumpida por unos fuertes golpes en la puerta.

-¡Iruka-sensei! ¡Despierta!-grito Mizuki del otro lado de la puerta.

La puerta se abrió.- ¿Qué? ¿Qué sucede?-dijo el joven.

-Necesitas venir con Lord Hokage, ahora…Es por Naruko, ella se robó el pergamino sagrado.

-Hablas del pergamino del sello.- ¡No!-grito.

En un bosque no muy lejos de la aldea…

-Así que, veamos.- dijo la pequeña rubia.- Esté es el primero, Jutsu Multiclones de Sombra… ¡Ah! No otra vez, ese es mi peor Jutsu.

-Lord Hokage, esto no es solo un juego, es un crimen.-decia un ninja.

-Ese pergamino sagrado tiene secretos que fueron sellados por el primer Hokage.-dijo otro.- Secretos que solo le conciernen a nuestra aldea.

-Si ese pergamino callera en manos equivocadas… temo que podría cambiar drásticamente nuestro estilo de vida.

-Bien, traigan a Naruko de una vez.-ordeno el tercer Hokage.

Naruko se encontraba sentada en el piso. Habia estado entrenando duro, así que se sentía cansada.

-Se acabó, Naruko.- dijo Iruka mientras se acercaba a la niña.

Naruko solo rio, su sensei solo arqueo una ceja.- No está mal, me atrapaste. Valla que eres rápido. Solo tuve tiempo de aprender una técnica.-dijo con una sonrisa.

-Ha estado practicando, puedo ver claramente cuanto se ha esforzado.-pensó.

-Escuche sensei…voy a enseñarle este increíble Jutsu y luego usted va a dejar que me gradué, ¿verdad? Y así todo estará bien. Así funciona esto, todo el que aprende una técnica del pergamino, aprueba.

-¿Eh? ¿Quién te dijo eso?-pregunto con intriga.

-Mizuki-sensei me conto al respecto. También me dijo dónde encontrar el pergamino y este lugar, de veras.

-¿Mizuki?-pensó.

Una ráfaga de kunais se acercaba. Iruka-sensei no tuvo tiempo de esquivar bien el ataque, pero sí de poder poner a Naruko fuera del alcance de ellos.

-Veo que lograste encontrar nuestro escondite.- dijo Mizuki.

-Con que así son las cosas, debí imaginarlo.-dijo Iruka mientras apretaba los dientes.

-¡Naruko!-grito Mizuki.- Dame el pergamino.- ordeno.

-Esperen un momento.- dijo temblorosa la niña.- ¿Qué está pasando aquí?-ahora simplemente no comprendía nada de lo que estaba pasando.

-¡Naruko! No dejes que Mizuki tome el pergamino sagrado. Ese rollo contiene Jutsu prohibidos que pueden poner en peligro a la aldea.- esta vez fue Iruka el que grito.- Mizuki solo te utilizo para obtener el pergamino y tener su propio poder. La pequeña solo miro con enojo a Mizuki.

-Naruko…-dijo Mizuki-sensei.- Iruka solo está tratando de asustarte porque no quiere que tengas el pergamino sagrado.

-Ahhh.- solto la niña.

-Ya no mientas, Mizuki. ¡No dejes que te engañe Naruko!

-No, te diré quién es quien realmente esta mintiendo…

-¡No Mizuki!-abrió los ojos como platos.

-Han estado engañándote toda tu vida, Naruko. Desde el decreto hace doce años.

-¿Decreto? ¿Qué decreto?-pregunto inocentemente la niña.

-Todos lo saben excepto tú. Iruka trata de ocultártelo incluso ahora. El haría cualquier cosa por callarme la boca.

-¿Cuál decreto? ¿Por qué todos lo saben menos yo?

-¡No Mizuki! ¡No le digas! ¡Está prohibido!-grito con desesperación Iruka.

-El decreto es que nadie debe de decirte del zorro de nueve colas que está dentro de ti.

-¿Qué?-pensó. Repentinamente todo empezaba a cobrar sentido. Porque todos la miraban con desprecio, de manera fría, porque nadie la aceptaba.

-El espíritu del zorro de nueve colas que mato a los padres de Iruka y destruyo nuestra aldea, está dentro de tu cuerpo.- Tu eres el zorro de las nueve colas.-grito mientras sonreía de manera triunfante al ver el rostro de la rubia.

-¡Detente!-gritaba Iruka.

-Todos lo han comentado en secreto y te han ocultado cosas toda tu vida. No se te hace extraño que todos te traten como te tratan, como si te odiaran por el simple hecho de estar viva.

-¡No! ¡No! ¡No!-exclamaba la niña. Quería negarlo, pero no podía, todo apuntaba a que era verdad.

-Todos te odian y por eso nunca tendrás la aceptación que quieres.- Mizuki disfrutaba el sufrimiento por el cual estaba pasando la rubia.- Hasta tu amado sensei te odia.

Iruka se sentía impotente, Mizuki habla y hablaba, y él sabía que cada palabra que salía de su boca era como un kunai para la pequeña rubia. Poco a poco empezó a intentar a retirar los kunais que se le habían enterrado por el ataque de Mizuki.

-¡Ahora muere niña!-grito mientras se preparaba para tirar una shuriken de gran tamaño hacia la rubia. La niña vio lo que pensaba hacer y comenzó a gatear lejos de ahí.

-¡Naruko agáchate!-grito Iruka, ella obedeció.

La pequeña cerró los ojos esperando el ataque, pero no pasó nada. Abrió lentamente sus ojos y se horrorizo.

-Ahhh.- solto con dolor-¿Naruko?-dijo Iruka-sensei.- Es…tas bien, que bue…no.-dijo con la voz entre cortada ya que él se puso como escudo para la pequeña, haciendo que la shuriken impactara en él.

-¿Eh? ¿Por qué?-pregunto la niña. Se supone que la odiaba porque arriesgar su vida así, por alguien que odias.

-Porque somos iguales, cuando yo perdí a mis padres…nadie se preocupó por cuidarme, no tenían tiempo para mí. Se les olvido que estaba ahí, bajaron mis calificaciones y me convertí en el payaso de la clase…yo solo quería que me vieran y se supieran mi nombre. Mi trabajo en clase no era suficiente para llamar su atención, así que hice muchas locuras y luego tuve que pagar por ellas.-empezó a llorar.- Fue muy duro, se lo que se siente Naruko. Estar en soledad, te lastima por dentro, yo sé que pude haber hecho más por ti, te quede mal…lo siento.

-¡No me hagas reír! ¡Él siempre te odio!-exclamo a lo lejos Mizuki. Habia escuchado todo.-Iruka es huérfano porque el zorro de las nueve colas mato a sus padres. El diría lo que fuera por que le entregaras el pergamino.

Naruko todavía no podía procesar toda esa información. Era demasiada y no solo eso, también era hiriente. No sabía qué hacer. No sabía quién decia la verdad, así que solo corrió, corrió lo más lejos que pudo de ahí.

-¡Naruko!-grito Iruka con el inténtento de que la niña se detuviera.-¡Narukooooooooo!

Mizuki comenzó a reír nuevamente y se acercó a Iruka.- Y tú sabes que cuando ella decide algo, nada la detiene. Ahora ella utilizara el pergamino y cobrara venganza de la aldea. ¿Ya viste esos ojos? Son los ojos de la bestia.-rio.

-No.- dijo Iruka mientras se quitaba la shuriken de la espalda.- ¡Naruko no es así!-decia mientras le tiraba con ella a Mizuki y el la esquivaba con facilidad.

-Eres un chiste.- solto con desprecio.- Luego que termine con la niña, y obtenga el pergamino vendré por ti.

-Esto no es bueno.- decia el Hokage al observar lo que habia ocurrido con Naruko, Iruka-sensei y Mizuki atreves de su esfera.- Mizuki tiene una gran boca. Esto es malo. Ha herido a Naruko como nunca antes.-sudo frio.- Si Naruko sigue viendo ese pergamino, el sello que mantiene al zorro de las nueve colas podría desatarse y la bestia podría salir, y si eso pasa…lo lamentaremos todos.

Mientras tanto en el bosque, Iruka habia logrado alcanzar a Mizuki…

-Eres un tonto.- dijo Mizuki.- ¿Por qué sigues protegiendo a esa niña fenómeno? Por su culpa murió tu familia.

-No me importa lo que digas.-dijo Iruka.- Tu no pondrás tus manos en el pergamino. A lo lejos cierta niña se escondía detrás de un árbol y escuchaba atentamente lo que decían.

-Como si pudieras detenerme. ¿Qué no entiendes? Naruko es igual a mí.

-¿Qué quieres decir?-pregunto Iruka.

-Ella quiere el pergamino para su propio beneficio y poder. Quiere vengarse, así son las bestias.

-Tienes razón.- dijo Iruka.

-Entonces es verdad…Iruka-sensei jamás creyó en mí. El también piensa que soy como las…bestias.-se dijo a sí misma la rubia.

-Así son las bestias. Pero así no es Naruko, ella no es nada parecido a eso. Naruko es única, trabaja duro y pone todo su corazón en lo que hace. Claro comete errores y a veces exaspera. Pero su sufrimiento solo la hace más fuerte. Eso es lo que la hace diferente a una bestia. Así que estas mal, ella no se parece en nada al zorro de las nueve colas. Ellas es ¡Naruko Uzumaki! De la aldea escondida entre las hojas.-finalizo Iruka-sensei. La joven rubia no creía lo que escuchaba. No sabía si reír o llorar. Pero se sentía feliz. Mizuki por otra parte se molestó.

-¿No creerás esa tontería? Yo te iba a dejar para después, pero cambie de opinión.-decia Mizuki mientras lanzaba su última shuriken gigante hacia Iruka.- ¡Muere!

-Así que…aquí termina todo.-pensó el castaño.

-¡Ahh!-grito Naruko, mientras le daba una patada en el rostro a Mizuki, y así logrando salvar a su sensei. Mizuki cayó al suelo.

-No está mal para una tonta.- decia mientras se paraba del suelo y se limpiaba la sangre de su labio.

-Si te atreves a ponerle una mano a mi sensei.- dijo la niña.- Te mato.- lo amenazo.

-Ja! Que grandiosas palabras.- dijo Mizuki.- Si yo quisiera podría matarte con un solo movimiento.-sonrió de manera arrogante.

-Dame tu mejor golpe.- dijo de manera severa la pequeña rubia.- Yo te lo devolveré por mil.

-Quiero que lo intentes.- reto Mizuki.

-Bien, tú lo quisiste así.-pensó la niña.- ¡Jutsu Multiclones de Sombra!-grito. Miles de copias exactamente iguales a Naruto aparecieren alrededor de todo el bosque y comenzando a arrinconar a Mizuki.

-Esto es simplemente sorprendente. Ella acaba de lograr perfeccionar un Jutsu muy avanzado.-pensó Iruka.- Y tan solo en unas horas.

-¡Que! ¡Como hiciste eso! ¡Noooooo!-grito Mizuki al verse rodeado de tantos clones de Naruko que comenzaron a atacarlo hasta dejarlo inconsciente.

-Lo siento.- dijo mientras reía la rubia.- Creo que me deje llevar.- ¿Estas bien Iruka-sensei?

-Ahh.- solto el sensei.- Si, estoy bien.- Es sorprendente, quiere sobrepasar a todos los Hokage, y estoy comenzando a creer que tal vez si lo hara.- Naruko, ven aquí un minuto.

En la aldea de Konoha todavía no habia pistas del paradero de Naruko, los ninjas se comenzaban a preocupar.

-No se preocupen.- dijo de manera suave el tercer Hokage.- El pergamino está a salvo, Naruko lo traerá en unos momentos.

-¿Ya puedo abrir los ojos, sensei?-pregunto con impaciencia la niña.

-Espera.-dijo mientras le colocaba su propia banda ninja de color azul en la frente.- Ahora sí, ya puedes abrirlos. Felicidades estas graduada.- dijo Iruka mientras le bridaba una sonrisa. La pequeña solo empezó a sonreír.- Y para celebrar, iremos a comer ramen a Ichiraku.

-¡Iruka-sensei!-exclamo alegre mientras le daba un abrazo y lo tiraba al suelo.

-¡Oye! Eso duele.- dijo sonriendo y aceptando el gesto de la niña.

Naruko, esto es solo el comienzo. Ahora todo empezara a ponerse más difícil, ahora que eres una ninja…

Continuara…

Bueno. Hasta aquí el capítulo de hoy:'D ¡Gracias a Dios! Lo termine. Espero que les haya gustado.

Pero bueno si les gusto o no háganmelo saber o si tienen alguna sugerencia también. Ademas en el siguiente capítulo ya saldrá Sasuke*-* Bien. Eso es todo:3

Mata ne, Sayonara n.n