Nota de autora: Pues esto es todo, amigos. Disfruten del extenso capítulo final. Por un momento pensé en dividirlo, pero creo que es mejor así, para no cortarles la inspiración al leer.
(Viernes 14 de noviembre de 2014. Casilleros de la Escuela Secundaria Ooo. Hora de salida.)
(Lana, Sarah y Ruby están cantando una canción de One Direction. Lana está grabando.)
Sarah: Más te vale que borres esto después, qué vergüenza.
(Siguen cantando unos segundos más, pero Lana empieza a enfocar la cámara y a hacer acercamientos hacia el pasillo.)
LANA: Ay no… miren para allá.
(Se ve su mano apuntando hacia un casillero en la fila de enfrente, casi junto a la puerta de un aula. Finn, el chico alto y rubio de la fiesta, se acerca a Bonnibel, quien está poniendo en orden sus pertenencias.)
RUBY: Mmm… a Phoebe no le va a gustar nada esto.
SARAH: Pero Phoebe ya tiene otro novio, ¿por qué se habría de molestar?
RUBY: Ella sabe que a él siempre le gustó Bonnibel, y obviamente eso nunca le hizo gracia.
(Finn le habla de algo a Bonnibel y ella lo escucha pero sin mirarlo, y le responde cortésmente mientras sigue tomando los libros que necesitará, y guardando los que ya terminó de usar. Él se le acerca más y ella no parece inmutarse. En un momento, el chico le pone una mano en el brazo y en ese instante sale despedido hacia el la fila opuesta de casilleros, como si alguien lo hubiese tacleado. El estruendo es muy fuerte y el estudiante cae después de impactar.)
TODAS: ¡FINN!
(Las chicas corren hacia Finn, incluida Bonnibel. Él está en posición fetal con expresión de dolor.)
BONNIBEL: ¡Finn! Pero, ¿qué rayos?
FINN: (aún en el suelo, y se mueve poco) Eso mismo… quisiera saber yo.
SARAH: ¿Estás bien?
LANA: ¿Cuántos dedos ves?
(Levanta dos dedos ante la cámara.)
FINN: Creo que… dos…
RUBY: La enfermería está cerca de aquí, hay que llevarlo para que se recueste.
LANA: ¡Sí! Bonnie, tú… ¿Bonnie?
(Lana voltea la cámara hacia todas partes, pero Bonnibel no está.)
LANA: Mierda, Bonnibel…
(Lana sigue grabando mientras los chicos del equipo de fútbol ayudan a Finn a incorporarse, y todas los acompañan a la enfermería, que está a la vuelta de ese mismo pasillo. En cuanto los dos chicos que ayudaban a sostenerlo entran, Lana se da media vuelta y empieza a correr por los pasillos.)
LANA: ¿En dónde podrá estar…?
(Ella corre, poniéndose de puntitas para ver a través de la pequeña ventana que está en las puertas de las aulas, para saber si Bonnibel está en alguna de ellas, pero no la encuentra. Corre por un pasillo que intercepta a ese y empieza a revisar puerta por puerta, y pasa corriendo por un aula que está abierta, deteniéndose al ver a una solitaria figura parada junto al ventanal, cerca de la pizarra. Es Bonnibel.)
LANA: ¿Bonnie…?
(Bonnibel no voltea y sigue mirando hacia la esquina. Está muy quieta, pero murmura algo. Parece muy enfadada. Entonces empieza a gesticular, como si peleara con alguien.)
BONNIBEL: ¡No puedes volver a hacer eso!
(Lana da unos pasos hacia ella, pero se lo piensa mejor y retrocede, dando media vuelta para salir. Está en la entrada del aula otra vez, y se escuchan unas voces en el pasillo.)
RUBY: ¡Lana!
SARAH: Lana, ¿dónde estás? ¿Bonnibel?
LANA: ¡Chicas, aquí!
(Ellas corren hacia Lana, jadeando.)
RUBY: ¿Dónde te habías metido?
LANA: Estaba buscando a Bonnibel.
RUBY: ¿Y la encontraste?
(Lana señala hacia el aula de la que salió.)
LANA: ¿Cómo está Finn?
RUBY: Aturdido, pero no le pasó nada serio. Hay que dar gracias, si no fuese tan corpulento se pudo haber lastimado.
LANA: Oigan, Bonnibel está…
(Ruby y Sarah se miran entre sí y suspiran.)
RUBY: Phoebe ya debe haber salido de su examen. Mejor vamos a ver a Bonnie.
(Las tres ingresan al aula, y Bonnibel está ahí, todavía haciendo aspavientos y mirando hacia la esquina. Murmura muy rápido, pero no se escucha lo que dice.)
SARAH: (murmurando) Acércate.
LANA: Claro que no, estás loca. Ya viste lo que le pasó a Finn.
RUBY: Esa no fue Bonnibel, y lo sabes.
LANA: ¡Exacto!
SARAH: Alguien tendrá que hablarle.
LANA: Ruby, te toca.
RUBY: ¡¿Yo?!
LANA: ¡Sí, tú eres su mejor amiga!
(Ruby voltea hacia Bonnibel, y después hacia Lana y Phoebe. Suspira y empieza a caminar muy despacio hacia Bonnibel.)
RUBY: (susurra) ¿Bonnibel?
(Alarga la mano, hasta que está casi por tocarla. Lana va caminando justo detrás de ella.)
BONNIBEL: ¡No, es que…! ¡No, no puedes! ¡Porque no! ¡No puedes ir por la vida empujando a los que…!
(Se voltea de repente, justo antes de que Ruby le ponga la mano en el hombro. Está muy molesta, y se ve muy pálida.)
BONNIBEL: ¿Qué?
(Se escucha un grito ahogado de las tres chicas. Ruby trastabilla y se tropieza con un pupitre. Lana casi deja caer la cámara y la imagen se mueve violentamente.)
LANA: ¿B-Bonnie?
SARAH: ¿Qué haces aquí sola?
(Bonnibel las mira, pero tiene la vista perdida, como si apenas se diera cuenta de dónde está.)
BONNIBEL: Yo… necesitaba estar sola.
SARAH: ¿Con quién hablabas?
BONNIBEL: Improvisaba la escena de una obra… ¿cómo está Finn?
RUBY: Él… él está bien.
BONNIBEL: Me alegro. (Sonríe) ¿Nos vamos?
(No espera respuesta y sale del aula. Las demás se miran entre sí, dudando, pero la siguen a una distancia considerable.)
SARAH: No sé ustedes, pero eso a mí me dio un miedo…
RUBY: Fue escalofriante.
LANA: Por Glob, pensé que me iba a orinar.
(En una esquina, Phoebe las intercepta.)
PHOEBE: ¿Qué es eso de que Finn estuvo en la enfermería por Bonnibel?
(Todas siguen mirando a Bonnibel, que camina rápidamente frente a ellas. Salen del edificio.)
LANA: Si te lo dijéramos, no nos creerías.
PHOEBE: Pruébame.
(Lana se detiene. Rebobina la grabación, justo al momento en que Finn está hablándole a Bonnibel, y se ve cuando sale despedido hacia los casilleros.)
(Después de ver la grabación, Phoebe está en silencio, con una mano en la boca.)
PHOEBE: Bueno, está decidido. Esta noche huiré a Tijuana.
RUBY: Y yo a China, con mis abuelos.
SARAH: ¿No vamos a hacer nada con respecto a Bonnie?
LANA: Sarah, ya lo viste… Finn la tocó y terminó en la enfermería.
(Todas están en silencio. Bonnibel se voltea.)
BONNIBEL: ¿Por qué caminan tan lento?
(Empiezan a caminar más rápido, a regañadientes.)
(Estudio de grabación. Sarah Mayer.)
SARAH: Bueno… creo que al ver ese video, no quedan muchas dudas, ¿no? Ya no podíamos seguir negando lo evidente. Digo… Bonnibel hablaba sola, cosas raras pasaban a su alrededor…
BLAKE: ¿Estaban convencidas de que su extraño comportamiento era producto de la invocación que hicieron esa noche?
"Totalmente. Hablamos de manera muy seria al respecto… todas estábamos asustadas… pero también nos sentíamos culpables, ¿sabe?"
"¿Culpables?"
"De todas, Bonnibel era la más escéptica… dudo que se le cruzara por la mente que algo fuera a suceder en realidad esa noche. Pero… pasó, y bueno… ella ni siquiera temía pero…"
(Sarah comienza a sollozar. Niega varias veces con la cabeza.)
"¡Esa cosa la tomó a ella! ¡La… poseyó, o lo que sea! Suena estúpido, pero de verdad… juro que los videos son reales… lo juro."
"¿Qué decisión tomaron todas ustedes? ¿Harían algo respecto a Bonnibel?"
"Bueno… tuvimos buen cuidado de documentar todo… en video, principalmente. Sabíamos que la gente no nos creería a menos de que hubiera pruebas. Decidimos buscar ayuda… profesional, por así decirlo."
(Comienza una nueva grabación. La imagen se mueve de manera desordenada. Alguien sostiene la cámara encendida en su mano. Luego la sostiene ante sí; es Ruby.)
PHOEBE: ¿Te volviste loca? ¿Piensas ir a casa de Bonnibel tú sola?
RUBY: ¿Tienes una mejor idea?
PHOEBE: No, pero…
RUBY: Tengo que saber qué pasa… tengo que estar a solas con ella para saber si… (Suspira)
PHOEBE: Llámame en cuanto salgas, vendré por ti.
(Viernes 14 de noviembre de 2014. Casa de la familia Pinkman. Ruby lleva la cámara en una mochila deportiva, por encima de todo lo demás, pero solo se alcanza a ver el techo de la residencia Pinkman. Se le añadieron subtítulos al video, debido a la mala calidad del audio.)
BONNIBEL: Me alegra que hayas venido… un minuto más aquí, a solas y te juro que perderé la cabeza.
RUBY: Bonnie… oye, tengo que preguntar… ¿te has sentido bien estos días?
BONNIE: Excelente, de hecho.
RUBY: ¿De verdad? Te enfermaste dos veces.
BONNIE: Sí, eso fue muy extraño, pero ya pasó. Ahora me siento como nunca. Ven, voy a tocar algo para ti. Pero tendrá que ser algo clásico, porque papá está en casa y sabes lo mucho que odia que toque algo que no sea eso.
(Comienza a sonar "Troika", de Tchaikovski. Al terminar, Ruby vuelve a hablar.)
RUBY: Bonnie…
BONNIBEL: ¿Qué piensas?
RUBY: Eso… eso fue perfecto.
BONNIBEL: Gracias.
(Hay silencio. Ruby está dubitativa.)
RUBY: Bonnie… ¿tienes idea de lo que le pasó a Finn hoy?
(Bonnibel se queda en silencio y responde muy despacio.)
BONNIBEL: No, no tengo idea. Fue muy extraño, ¿no? De repente estaba hablando con él y… bueno, sucedió.
(Más silencio.)
RUBY: Bueno, ya veo… ¿quieres tocar algo conmigo?
BONNIBEL: Eso me encantaría.
(Ambas practican en conjunto por espacio de una hora. Al final, Ruby vuelve a hablar.)
RUBY: Ya debo irme, se hace de noche.
BONNIBEL: Me da gusto que hayas venido.
(Pasan unos segundos.)
RUBY: Bonnie…
BONNIBEL: ¿Sí?
RUBY: Hace mucho frío aquí, ¿cómo es que no te congelas?
BONNIBEL: (ríe) ¿Te parece que hay frío? Qué raro, yo no siento nada.
(Se escucha salir a Ruby un rato después, saca la cámara y detiene la grabación.)
(La cámara vuelve a encenderse, y esta vez es colocada sobre una superficie lisa. Ruby y Phoebe discuten mientras Sarah las observa atentamente y alguien, seguramente Lana, se encarga de acomodar la videocámara correctamente.)
RUBY: Bueno, es oficial: Bonnibel tiene algo raro.
LANA: ¿Lo juras?
SARAH: Lana, por favor. Esto es serio.
LANA: ¡Claro que es serio, eso ya lo sé!
(Las chicas empiezan a gritar al mismo tiempo, pero Phoebe se queda callada, pensando.)
PHOEBE: ¿Chicas? (Nadie le presta atención) ¡Chicas!
(Todas la miran.)
PHOEBE: ¿Alguna de ustedes…? ¿Alguna de ustedes tuvo sueños… con… 'eso'?
(Las cuatro se quedan calladas.)
LANA: Sí.
SARAH: Pensé que había sido la única…
RUBY: Fue…
PHOEBE: Horrible, ya lo sé. Era como un vampiro, o algo así.
(Vuelven a quedarse en silencio.)
PHOEBE: ¿Se les ha ocurrido que tal vez Bonnibel no sólo lo soñó?
(Más silencio.)
(En el estudio, de nuevo Sarah está hablando.)
RUBY: Nos parecía una posibilidad abominable, pero ninguna de nosotras podía descartarla. Teníamos que buscar ayuda, y pronto. Me costó mucho contactar al señor Butler, pero hice mi mayor esfuerzo para convencerle de que no le estaba contando algo falso.
(Miércoles 19 de noviembre de 2014. Casa de Peter Butler, demonólogo. Ruby toca la puerta. Un hombre pelirrojo de unos cuarenta años de edad abre la puerta.)
BUTLER: ¿Señorita Lam?
RUBY: (asiente) He traído a mis amigas, ellas también participaron en el ritual y experimentamos cosas inusuales… y todas somos amigas de Bonnibel, la otra chica de la que le comenté.
(Butler asiente, y su vista se fija en la cámara de Lana.)
LANA: Eh… nosotras… bueno, hemos estado documentando…
BUTLER: ¿Desde cuándo?
PHOEBE: Desde el principio. Desde que hicimos el ritual.
(El hombre las observa con atención, y al final les hace una seña.)
BUTLER: Pasen. Necesito ver todo lo que hayan grabado.
(Peter Butler, 42 años. Está sentado con una carpeta entre las manos.)
BLAKE: "¿Cómo fue contactado por la señorita Lam?"
BUTLER: "Soy conferencista y escritor, he escrito más de diez libros sobre simbología, demonología… también tengo un canal en YouTube, en el que recientemente alcancé diez millones de suscriptores. Ella me comentó de su caso, por medio de mensajes que llamaron mucho mi atención, por las características de estos, y vi que estábamos bastante cerca, así que la invité a visitarme para que me contara todo. No es muy frecuente que yo haga esto, ya que recibo cientos de mensajes falsos al día."
"¿Vio todos los videos que grabaron cada día?"
"Todos y cada uno, y era muy obvio por qué esas chicas estaban tan asustadas. Esto era algo muy real. El demonio que invocaron no es uno de los más usuales en invocación… por eso no hay tanta información acerca de ella, como lo hay de otros."
"¿Ella? ¿Es una mujer?"
"Es una fémina, sí… esa es la forma que adopta."
"¿Podría darnos la información general acerca del demonio?"
(Él abre la carpeta que sostiene.)
"La invocación que realizaron las jóvenes Pinkman, Lam, Spacey, Mayer y Redfield, corresponde a una deidad pagana cuyos registros no son precisos, pero su figura se popularizó en el siglo XV. Las formas de su invocación han variado a lo largo del tiempo, pero no hay duda de que se trata de la misma entidad, dada la similitud de los pocos casos reportados."
(Saca unas fotografías en los que se distingue una representación en piedra de una criatura con apariencia de murciélago.)
"Al parecer, esta es su forma original, la que adopta al presentarse por primera vez… sin embargo, el folklore señala que el demonio puede cambiar su apariencia a gusto propio, incluyendo a semejanza de una doncella a la que reclamó como sacrificio. Se dice que la muchacha pidió que el demonio exterminara a su civilización, en venganza. Otros afirman que en realidad puede adoptar esta forma debido a que es la hija de un demonio mayor y una humana."
"¿Con qué objetivo adopta esta forma?"
"Para seducir. Es un súcubo, pero también se presenta ante mujeres."
"¿Qué nombre recibe?"
"Al principio se le conocía con el mismo nombre que al demonio mayor, que según se rumora, es su padre, pero se le terminó dando otro nombre para evitar confusiones. Las leyendas cuentan que concedía habilidades sobrenaturales a soldados de guerra que la invocaran, haciéndolos prácticamente invulnerables en la batalla. Por eso se le terminó conociendo como 'Marceline', haciendo referencia a esto."
"¿Y cuál es el precio a pagar?"
(Butler hace una mueca.)
"Es indeterminado. Ella lo decide."
"¿Qué pasa si, como en el caso de estas chicas, es invocada como un juego? ¿Si en realidad, no tienen nada que pedir?"
"Bueno… la señorita Pinkman desapareció. Creo que eso responde a su pregunta. El demonio simplemente tomará lo que quiera. Tampoco es que siga reglas estrictas."
"¿Qué medida de acción decidieron tomar?"
"Necesitaba documentarme apropiadamente, y ver a la señorita Pinkman en persona, pero me dijeron que tenían un viaje escolar por hacer ese mismo viernes, y que no volverían sino hasta la madrugada del lunes, probablemente. Les dije que era muy importante que Bonnibel no fuera, que el demonio la seguiría a cualquier parte."
(Se enciende una cámara, y la imagen se va aclarando. Se ve un ventanal y afuera de este, ramas de un árbol. Es de día, y está ligeramente nublado, así que la luz se cuela por el vidrio.)
(Jueves 20 de noviembre de 2014. Edificio principal de la Escuela Secundaria Ooo, aulas de último año.)
LANA: (suspira) Bueno, el loco al que visitamos dice que debemos mantener a Bonnie aquí, ¿no?
RUBY: Esto no me gusta nada… digo, es obvio que Bonnie nos va a ignorar.
SARAH: Chicas…
LANA: Ya viste las cosas que pasan alrededor de ella: gente volando y todo eso.
PHOEBE: ¿Han notado lo fría que está? La toqué hace un rato y Glob…
SARAH: ¡Chicas! Bonnibel está muy rara.
(Todas voltean y observan con atención a Bonnibel. Está sola dentro del aula, como la vez que la encontraron hablando hacia la esquina de la pared, pero en esta ocasión está sentada en un pupitre. Parece estar haciendo una tarea; está muy concentrada y escribe cosas en una libreta.)
LANA: Alguien tiene que hablar con ella.
RUBY: Iremos todas.
LANA: Sí, temí que dijeras eso.
(Se miran unas a otras y asienten. Entran con sigilo en el aula y se paran detrás de Bonnibel. Ahora que están más cerca, puede escucharse un murmullo: está diciendo cosas en voz baja, pero se escucha muy poco.)
RUBY: ¿Bonnibel?
(Bonnibel da un respingo y cierra de golpe la libreta. Voltea a ver a sus amigas, nerviosa.)
RUBY: ¿Estabas hablando latín?
BONNIBEL: Sí, estaba practicando un poco, ya sabes.
PHOEBE: Pero si los exámenes ya pasaron…
BONNIBEL: (se encoge de hombros) Sabes que me gusta estudiar aunque no haya exámenes.
LANA: (resopla) Bueno, en eso tienes razón.
RUBY: Bonnie, queremos hablar contigo de algo.
BONNIBEL: Oh. Adelante, habla.
(Se endereza en su asiento y les hace una seña a sus amigas para que se sienten. Frunce el ceño al ver que Lana sigue con la cámara.)
BONNIBEL: ¿Todavía no se aburren de jugar a 'Actividad Paranormal'?
RUBY: Bonnie, queríamos hablar contigo porque… estos últimos días han sido tan raros… y no sé, lo hemos hablado y opinamos que…
LANA: No deberías ir al viaje escolar.
(Bonnibel alza las cejas, parece desconcertada, pero sonríe.)
BONNIBEL: ¿Perdón?
RUBY: Te enfermaste dos veces… y de gravedad. Bonnie, la primera vez tuvieron que meterte a una tina con hielo por la fiebre tan alta que tenías y…
BONNIBEL: Pero ahora estoy bien, así que no comprendo por qué quieren que me quede.
SARAH: P-pensamos que no deberías exponerte… es invierno, y el lago Licht es un lugar muy frío…
BONNIBEL: (ríe) Eso es lo divertido del lago Licht, ¿no? He estado cuidándome para poder ir, chicas. Les aseguro que nada va a pasarme y…
RUBY: De verdad, deberías quedarte.
(La sonrisa de Bonnibel vacila un poco, pero sigue teniendo casi la misma expresión. Vuelve a ensanchar su sonrisa, y se levanta de su asiento con parsimonia. Se para frente a Ruby, quien luce desconcertada.)
BONNIBEL: Párate.
(Ruby parece querer decir algo, pero obedece y se levanta, quedando de pie cara a cara con Bonnibel.)
BONNIBEL: Dime, Ruby… ¿tú impedirás que vaya al viaje?
(Ruby abre y cierra la boca sin saber qué decir. Antes de que pueda dar alguna respuesta, Bonnibel le hace otra pregunta.)
BONNIBEL: ¿Cómo vas a impedirlo, exactamente?
(Ruby no responde. Bonnibel voltea hacia Phoebe.)
BONNIBEL: ¿Acaso lo harás tú, Phoebs? Ponte de pie.
(Phoebe no le hace caso, ni tampoco le responde.)
BONNIBEL: Qué remedio…
(Bonnibel la toma por las solapas del saco y la pone de pie. Phoebe luce muy molesta.)
BONNIBEL: Asumo que tú tampoco me detendrás, entonces… ¿alguna de ustedes dos lo hará?
(Mira a Lana y Sarah, que la miran con atención y ya están de pie. Nadie le responde y se da la vuelta mirándolas a todas.)
LANA: Oye, Bonnie, tranquila… sólo estamos preocupadas por ti…
BONNIBEL: ¡Estoy tranquila! (ríe) O lo estaba, hasta que ustedes sacaron este tema. No tienen que preocuparse por mí: yo estoy maravillosamente, ¿no se nota?
RUBY: Bonnie, de verdad, deberías quedarte.
BONNIBEL: (alza las manos para indicarle que se detenga) Ya no pienso hablar de esto. Con permiso.
(Guarda su libreta, toma sus cosas y se va.)
(Todas se quedan paradas. Phoebe es la primera en hablar. Se ve ofuscada y no deja de alisarse las solapas del saco.)
PHOEBE: A la mierda. Me trae sin cuidado lo que le pase ahora.
(Toma su mochila y se marcha rápidamente.)
LANA: A mí esto ya me dio miedo. Por un momento pensé que iba a… no sé, a volverse loca. Nunca le había visto esa mirada.
(Ella también se da media vuelta y se va, no sin antes apagar la cámara.)
RUBY: "Todas estaban aterradas y… bueno, no las culpo, porque la mirada de Bonnibel en esa ocasión era para infartarse. Podías sentir su enfado, era tan palpable que el aire en la habitación pareció viciarse."
BLAKE: "Bonnibel no hizo caso a su consejo."
"Nos estuvo evitando, y nosotras a ella… o más bien, Lana, Phoebe y Sarah lo hacían. Yo seguía intentando convencerla de quedarse, pero no me escuchó. Al final de la semana, estaba ahí con su equipaje, lista para abordar el camión."
"Hábleme de ese viaje."
"Era un viaje organizado por la escuela para los estudiantes de último año. Era por un fin de semana, en el lago Lich, en el norte del estado de Nueva York. En esta época del año, el lago se congela y el bosque está nevado, así que podemos esquiar, o practicar snowboarding… actividades así."
"¿Cómo transcurrió el viaje al lago Lich?"
"Fue eterno. Bonnie se sentó junto a nosotras, pero no nos habló en todo el camino. Phoebe eligió ignorarla. Sentíamos como si estuviésemos viajando junto a una bomba."
(Blake está frente a la cámara, y mientras habla, se ve un mapa y fotografías de la zona en pantalla.)
BLAKE: "El lago Lich es un cuerpo de agua localizado en la zona montañosa de Nueva York, con una superficie aproximada de 5 kilómetros cuadrados. Es un popular destino turístico tanto en verano como invierno, no sólo por las actividades que se realizan en ambas estaciones, sino por ser además una locación en donde se reportan múltiples fenómenos sobrenaturales. Fue también el escenario del asesinato de Benjamin Root en 1952."
(Phoebe Redfield está en el estudio. Empieza a contar los sucesos a partir del viernes 21 de noviembre de 2014.)
BLAKE: "¿Por qué dejaron de grabar justo el día del viaje?"
PHOEBE: (resopla) "Yo dejé en claro que no me interesaba tratar de convencer a Bonnibel de quedarse en casa. Me molestó mucho la actitud que tomó cuando la confrontamos, pero también me inquietó. Lucía como si estuviese dispuesta a lastimarnos si nos seguíamos metiendo con ella. Así que Lana tomó mi ejemplo y dejó de filmar todo. Pensamos que tal vez ni era para tanto, y que íbamos a estar vigiladas por los profesores y padres de familia voluntarios que fueron al viaje. Además, ya habíamos contactado con Butler y él nos podría ayudar cuando regresáramos. Tontamente creímos que tal vez lo que estuviera siguiendo a Bonnie, se quedaría en New Haven."
"Trate de contarme los hechos de manera cronológica."
(Phoebe se queda pensando, se mordisquea el labio y frunce la cara para ordenar sus ideas.)
"Bueno… salimos muy temprano de New Haven, y llegamos al lago Lich para la tarde. Bonnibel no nos habló en todo el camino, sino que se la pasó mirando por la ventana, y a veces escribía algo en su cuaderno."
(Se detiene un momento, como si recordara algo.)
"Es extraño… ese cuaderno nunca fue encontrado. Bueno… cuando llegamos, seguimos sin hablar, y ella se veía muy tranquila… pensativa, incluso. Las chicas y yo, por nuestra parte, tratamos de relajarnos y respiramos tranquilas cuando vimos que Bonnibel se veía de mucho mejor humor y hasta estaba participó en una pelea de bolas de nieve con nuestros otros compañeros. Estaba emocionada y no dejaba de decir lo bello que le pareció el lugar. Al parecer, había sido bueno salir de casa."
(Suspira.)
"En fin… era obvio que era demasiado bueno para ser verdad. Ese día fue bastante tranquilo y por la noche todos estábamos con sueño y muy relajados. Bonnibel nos hablaba de manera muy alegre, y aunque nuestras interacciones no eran como las acostumbradas, comenzábamos a retomar la confianza. Nos tocaba dormir juntas a todas en el enorme hotel, pero esto ya no sonaba tan desalentador como pensamos al inicio del viaje."
"¿Sucedió algo esa noche?"
"No, y eso nos hizo bajar la guardia todavía más. Estuvimos escuchando música en nuestros móviles por la noche, junto con el bullicio de las otras habitaciones y de hecho nos la estábamos pasando bastante bien. Si bien, Bonnibel no estaba tan conversadora como en otras ocasiones, estaba más normal. De hecho, fue la primera en dormirse y no tardamos mucho en hacer lo mismo."
(Es el turno de Sarah Mayer para hablar.)
BLAKE: "Usted fue quien retomó las grabaciones."
SARAH: "Sí, pero no lo hice con intenciones de seguir con lo de vigilar a Bonnie, ¿sabe? Era más bien porque era un viaje para recordar, y eso… como a todas nos traumó un poco lo que habíamos grabado hasta el momento, ni siquiera se nos ocurrió hacerlo mientras nos divertíamos, así que le pedí la cámara a Lana y la mayoría de los videos que tomé eran de todos jugando, o tratando de hacer snowboarding… niñerías, ya sabe. O al menos, todos los videos de ese viaje eran así hasta que capté a Bonnie en un pequeño muelle rústico que estaba a orillas del lago."
(Sábado 22 de noviembre de 2016. Lago Lich, Nueva York. Cerca de medio día.)
(Los primeros minutos de la grabación parecen ser de una caminata por el bosque. Al regresar, Sarah va a ver a sus otros compañeros. Algunos tratan de practicar snowboarding; unos chicos hacen un muñeco de nieve y le colocan una zanahoria en la parte baja, simulando unos genitales y empiezan a reírse.)
SARAH: Tarados…
(Sigue caminando por un rato. Hace un acercamiento a la puerta del hotel donde se quedan y ve que sus profesores están tomando café y chocolate caliente, conversando entre ellos. Enfoca el lago y distingue una figura solitaria que está parada en el borde del muelle, observando hacia el horizonte. Se trata de Bonnibel; su cabello rosado resalta incluso a la distancia.)
SARAH: Ay, no puede ser…
(Sarah corre, pero no para hablarle a Bonnibel sino para tener una mejor vista de ella. En todo el rato, la chica no se voltea ni una sola vez. Ni siquiera se mueve, solo se queda estática frente al lago. Sarah tarda veintitrés minutos observando a Bonnie.)
SARAH: "Aún después de apagar la cámara, Bonnie seguía ahí. Fui a buscar a mis amigas y para cuando íbamos de regreso, Bonnie ya no estaba en el muelle, sino que estaba tomando una taza de té en el vestíbulo del hotel. Me calmé al verla, pensando que sólo era mi paranoia la que me había alertado. Me sentí avergonzada por ser tan asustadiza, pero no era para menos."
BLAKE: "¿Cuándo se dio cuenta de que su temor no era infundado?"
"La madrugada siguiente. Uno pensaría que los demonios no se aparecen en domingo, ¿no? Por ser el día de Dios, y todo eso… pero me desperté porque escuché unos ruidos en la habitación y… bueno. El video habla por sí solo."
(Se escucha ruido. La cámara está grabando, pero no se ve nada porque la habitación está a oscuras. Se escucha la voz de Sarah. Son las 2:47 de la mañana.)
SARAH: Chicas… ¡chicas! ¡Despierten!
(Se escucha más ruido y unos segundos después, quejidos de las otras muchachas.)
LANA: Sarah, ¿pero qué mierda…?
SARAH: Bonnie se fue.
(Hay silencio.)
RUBY: ¿Cómo que se fue?
SARAH: Hace como quince minutos… escuché que se levantaba y salía por el pasillo. Luego… bueno, supongo que salió, porque vi algo moverse en la oscuridad.
LANA: ¡¿HACE QUINCE MINUTOS?! ¡¿Y NO CONSIDERASTE DESPERTARNOS ANTES, O PREGUNTARLE A DÓNDE IBA?!
SARAH: ¡Estaba asustada! ¡No sabía qué hacer!
PHOEBE: Bueno, ¿y ahora qué?
RUBY: Tenemos que encontrarla.
LANA: ¿Has perdido la cabeza? ¿Estás sugiriendo que salgamos a buscarla en este momento?
PHOEBE: Deberíamos decirle a algún profesor…
RUBY: Ajá, ¿y qué vamos a decirle? ¿Que dejamos que Bonnibel se fuera de madrugada a quién sabe dónde? En lo que le avisamos a alguien, Bonnie podría perderse.
(Todas se quedan calladas.)
LANA: Mierda, Bonnibel…
RUBY: ¿Viste a dónde iba, Sarah?
SARAH: No sé activar el modo nocturno… pero vi algo moverse hacia el bosque.
LANA: Estás bromeando…
(Pasa un rato.)
PHOEBE: Entonces, de verdad iremos a buscarla…
RUBY: Iré yo. Ustedes vayan y avísenle a alguien.
LANA: Y una mierda, no vamos a dejar que vayas sola al bosque.
RUBY: Entonces alguien quédese, y distraiga a quien esté en la recepción para que no nos vean regresar.
PHOEBE: Que se quede Sarah.
LANA: (suspira) Pues sí. Con lo miedica que eres, Sarah querida, creo que es lo más conveniente.
(Sarah le entrega la cámara a Lana, quien la apaga. Cuando vuelve a encenderse, están saliendo por una puerta trasera, rodeando la edificación para ir hacia el bosque.)
RUBY: Bueno, este es el plan: caminamos un poco, buscamos a Bonnie. Si la encontramos, la convencemos de regresar por la paz, y si no… pues volvemos corriendo a dar aviso.
(La única que no se tropieza al caminar es Lana, que lleva la cámara en modo nocturno. De vez en cuando le advierte a Phoebe y Ruby que tengan cuidado con las ramas y raíces.)
PHOEBE: De repente no me parece buena idea haber venido por ella en vez de decirle a algún profesor.
RUBY: Me da miedo que Bonnie salga huyendo si escucha que alguien la persigue… además…
(Duda antes de proseguir. Ahora que están en el bosque, sacan unas pequeñas linternas de bolsillo.
RUBY: Nosotras la metimos en esto.
LANA: ¿De qué hablas? Nadie la obligó a jugar con nosotras.
RUBY: Exacto: nadie. Todas hicimos ese ritual de buena gana, así que corregiré mi frase. Nosotras NOS metimos en esto. Las cinco.
(Se quedan calladas, caminando por otros minutos. Phoebe es la primera en hablar.)
PHOEBE: Chicas, ¿qué es eso?
LANA: ¿Qué cosa?
PHOEBE: Apaguen sus linternas.
(Lana y Ruby obedecen y se quedan en silencio. Lana gira la cámara hacia todas partes.)
PHOEBE: (señala) Allá, mira.
(Se ve un pequeño fulgor a lo lejos.)
LANA: (suspira de alivio) Ay, por fin. Por un momento pensé que Bonnibel se había metido en lo más profundo del bosque.
(Continúan caminando y llegan a un pequeño claro. Se ven pequeñas antorchas que lo iluminan, en el centro se ve una especie de dibujo trazado en la fina capa nieve, dejando la tierra al descubierto y encima de este, está Bonnibel de pie. Las tres amigas se quedan en silencio absoluto y sólo se escucha la respiración agitada de Lana, quien voltea a ver a Ruby y Phoebe, pero ellas se miran entre sí, confundidas. De repente, Lana voltea de nuevo hacia el claro y Bonnibel está mirándola fijamente, aún sin dejar el dibujo del suelo, lo que le provoca un sobresalto a Lana. Entonces empieza a caminar hacia ellas.)
RUBY: ¿B-Bonnie? Bonnie, ¿q-qué ha-haces…?
PHOEBE: ¿E-estás bien…?
(Bonnibel no responde y sigue avanzando, con expresión seria.)
LANA: Oye, Bonnibel, no te enojes… sí, te seguimos pero… pero… pero creo que ya mejor nos vamos.
(Cuando ven que no piensa detenerse, las tres corren de regreso.)
LANA: ¡AL DIABLO CON ESTO!
(Sólo se ve movimiento ajetreado y se escuchan los jadeos de las tres chicas al correr. Una de ellas lanza un quejido al tropezar. Todas van gritando para encontrarse. Lana tiene la cámara, está colgando de su muñeca y se ve que la chica se cae de bruces sobre la nieve y por el ruido se nota que comienza a dar arcadas. Luego se le escucha vomitar. Se escucha ruido en la nieve, indicando la llegada de alguien. Todo este tiempo, lo único que se ve en la cámara es el reflejo de las luces en la superficie del lago.)
(Lana está vomitando.)
PHOEBE: Oh Dios, oh Dios, oh Dios… ¡¿DÓNDE ESTÁ RUBY?! LANA, ¡¿Y RUBY?!
RUBY: (tose) Aquí… aquí estoy…
(Todas jadean y luchan por recuperar el aliento, hasta que alguien llega a jalar del brazo a Lana.)
¿?: Oh por Dios… ¡¿pero qué demonios hacen aquí?! ¡Las encontramos! ¡Hey!
(No se observa mucho en la cámara mas que la tenue luz del vestíbulo del hotel. Se ve más movimiento caótico.)
¿?: ¡¿PERO EN QUÉ PENSABAN AL METERSE EN EL BOSQUE?!
RUBY: Fui… fuimos por… nuestra amiga… Pinkman sigue en el bosque…
¿?: Pinkman… oh Dios…
(La persona se aleja para dar indicaciones, mientras a las tres chicas las guían al interior del hotel. Están cubiertas por mantas y conversando entre ellas, ahora que Sarah se les ha unido, pero regresa un profesor airado, a confrontarlas.)
PROFESOR LEMONY: ¡¿ACASO CREEN QUE ESTO ES UN JUEGO?!
(Todas se miran entre sí, sin saber qué responder. El profesor Lemony prosigue.)
PROFESOR LEMONY: ¡Pinkman está en su habitación! ¡La misma donde ustedes deberían estar dormidas ahora mismo! ¿Creen que su broma fue divertida?
LANA: ¡¿QUÉ?! ¡Eso no es posible! Profesor Lemony, se lo juro…
PROFESOR LEMONY: Esto es inaceptable… A partir de ahora, ustedes cuatro no irán a ninguna parte sin supervisión… sí, tú también, Mayer…
(Todas regresan a la habitación, donde siguen protestando, pero la luz está encendida y Bonnibel las recibe con un abrazo. Lana apaga la cámara.)
(Phoebe Redfield al habla.)
PHOEBE: "Me le fui encima a Bonnibel… Estaba enojada, pero sobre todo estaba cansada… Tenía unas ganas de estrangularla… Los profesores tuvieron que apartarnos cuando escucharon los gritos. Yo estaba tan convencida… digo, lo teníamos en video… pero los profesores pensaron que se trataba de una broma muy elaborada… digo, no se veía nada bien que nosotras dijéramos que Bonnibel estaba fuera y que en realidad estuviera en el dormitorio, mientras nosotras paseábamos por el bosque. Todos pensaron que era una jugarreta de mal gusto, por envidia o algo así."
BLAKE: "Entonces, Mayer alertó a todos cuando vio que no regresaban…"
PHOEBE: "Eso fue… Dios, eso fue tan extraño… cuando corrí de vuelta al hotel, mi reloj de muñeca se resquebrajó, como si le hubiesen puesto un pie encima, y no me di cuenta sino hasta después… y cuando hablé con Sarah… no me extraña que nos estuvieran buscando. Eran casi las seis de la mañana cuando nos encontraron… yo juraría que no tardamos más de cuarenta minutos, pero…"
(Lana Spacey está en el estudio.)
LANA: "Oh, por Dios… no, eso fue lo más terrorífico de mi vida. Sé que en la grabación luce como un mal proyecto de escuela, o algo así, pero de verdad… eso fue real."
BLAKE: "¿Qué sucedió a la mañana siguiente?"
LANA: "Todo estaba tan tenso… los profesores, empleados del hotel y padres voluntarios… bueno, nos miraban con recelo, y con mucha razón. Tres chicas locas se lanzaron a la búsqueda de una cuarta, que todo ese tiempo estuvo dormida en el hotel… o eso creen ellos."
"¿Qué hicieron el resto de ese día?"
"Conversamos, nos convencimos de que eso no había sido un sueño… ideábamos una forma de hacerle entender a los demás que no era una tonta fantasía, sino que a Bonnie le pasaba algo en serio… ella estuvo tranquila todo ese día, hasta que nos enteramos."
Sigo preguntándome por qué no cedí ante Marceline antes, mientras camino con energía palpable hacia la escuela. Jamás en la vida me había sentido tan briosa… mi corazón palpitaba con fuerza y me sentía eufórica al pensar que un ente tan poderoso estaba conmigo. Era como un poder contenido, que me daba seguridad y excitación…
Pero debo disimular, aunque sea un poco, pienso mientras me acerco a la escuela.
"No te descontroles, ¿sí?"
"¿Es una orden?"
"Es una petición, mi dulce demonio…"
La escucho carcajearse, mientras me dirijo a clases, y el día transcurre sin mayor acontecimiento… hasta la hora de salida.
—Hola, princesa.
Es Finn… demonios. Yo esperaba que este chico desistiera enseguida, una vez que le hube dado los argumentos de que Phoebe es mi amiga, y todo eso, pero al parecer el chico no desiste. Es guapo, y todo, pero de verdad… no tengo interés alguno.
—Eh… hola, Finn. —sigo acomodando mis libros en el casillero, para que entienda que no tendrá mi atención. Aun así, me pone la mano en el antebrazo.
—Sé que no pudiste asistir a la fiesta de Halloween, y todo eso, pero… me preguntaba si en el viaje escolar… tú… querrías salir conmigo. No sé, me parece un lugar romántico, ya sabes: a la orilla de un lago y…
En ese momento Finn sale despedido hacia los casilleros de enfrente y me apresuro a ver cómo está.
— ¡Finn!
Me volteo, furibunda, y veo que ella está frente a mí, usando un anticuado pero hermoso vestido, y con expresión de profundo enojo en el rostro.
"¡¿Era completamente necesario eso?!"
"Te estaba tocando. Eres mía, y nadie puede tocarte, ¿lo olvidas?"
No parece arrepentirse de lo que hizo, así que me inclino para ver que Finn esté bien. Mis amigas también lo ven, así como los chicos del equipo de futbol americano. Cuando todos están distraídos, me voy corriendo a un aula vacía y la confronto.
— ¡¿Se puede saber qué te pasa?!
Parece sorprendida por mi pregunta, y alza una ceja.
—Ya te lo dije: te tocó.
—Ah, ¿y creíste que yo no iba a protestar por eso? Le pude haber dicho que no me tocara, ¿sabes? No tienes que reaccionar así de buenas a primeras.
—Sé que piensas que es guapo.
—Deja de meterte en mi mente. —le espeto, aunque el corazón me da un vuelco cuando me dice eso. —Además, ya sabes que él no es mi tipo.
—Oh, eso lo sé muy bien. —dice con una sonrisita ladeada. —Pero tenía que asegurarme.
—La gente comenzará a pensar cosas raras… no, ya lo piensan. Mis amigas van a todas partes con esa estúpida cámara porque saben que no te has ido.
—Toda la gente sabe que un demonio no se va así como así, Bonnie.
— ¡Pues ellas no lo sabían antes! Y yo había leído antes al respecto, pero siempre pensé que eran patrañas.
—Auch, eso dolió. —dice llevándose una mano al pecho como si estuviese ofendida.
—Estoy hablando en serio, Marceline. —le reclamo, haciendo aspavientos para enfatizar mi punto. — ¡No puedes volver a hacer eso!
— ¿Por qué no? —es evidente que mi respuesta no le interesa, porque está riéndose y veo que en realidad se está mofando de mí. Me sonrojo al pensar que de seguro me ve como una niña protestona, que poco podrá hacer para cambiar la situación.
—Piénsalo, ¿qué es lo que los humanos piensan cuando alguien de repente adquiere poderes y súper fuerza?
— ¿Y cómo voy a saberlo yo? No soy humana.
— ¡Marceline!
—Está bien, está bien… —se resigna poniendo los ojos en blanco. —Supongo que piensan en brujería y pactos, ¿no?
— ¡Exacto!
—Pero qué tontería, tú ni siquiera me llamaste para hacer un pacto, simplemente eres mía porque no te dejé otra opción. —dice riéndose con muchas ganas.
La miro con severidad pero ella no está amedrentada, sino más bien parece darme su propia versión tétrica de una mirada tierna. Seguro que para ella parezco un pequeño gatito tratando de actuar con la ferocidad de un tigre, algo que te haría soltar un suspiro de deleite y no caminar hacia atrás aterrorizado. Mi actitud le resulta pueril, inocua y siento cómo se burla.
—Tendrás que disculparme, pero no me hace gracia que alguien toque mis juguetes. Soy como una chiquilla egoísta. —su voz me habla con tranquilidad, y eso me sosiega, a mi pesar. Trato de no perder la determinación.
— ¡No, es que…! ¡No, no puedes! ¡No puedes ir por la vida empujando a los que…!
Ella mira por encima de mi hombro y señala con la cabeza para que volteara.
Ruby está casi por ponerme la mano en el hombro; Lana y Sarah están con ella y las miro.
— ¿Qué? —pregunto, malhumorada.
Ellas tres dan un respingo por la sorpresa y Ruby retrocede, asustada hasta que se tropieza con un pupitre. Lana deja caer la cámara.
— ¿B-Bonnie…? —me pregunta con voz trémula.
— ¿Qué haces aquí sola?
Miro a mi alrededor y apenas me vengo a dar cuenta de que sigo en un aula de la escuela.
—Yo… necesitaba estar sola. —digo sin profundizar más en el tema.
— ¿Con quién hablabas?
—Improvisaba la escena de una obra. —me encojo de hombros. — ¿Cómo está Finn?
Ellas notan mi obvio intento por cambiar el tema central de la conversación lo más rápido posible, pero no se atreven a rebatirme. En cambio, siguen mirándose con miedo y me siguen cuando salgo del aula. Las escucho cuchichear a mis espaldas y las apremio. Toda la semana ha sido igual: es como si quisieran mantenerme vigilada, pero tuvieran miedo de que las descubra, como si no lo hubiese hecho ya. La verdad es que hasta me parece gracioso. Ruby incluso ha venido a visitarme, mostrándose preocupada y condescendiente y le aseguro que todo está perfecto, pero por supuesto no logro convencerla. No a ella: me conoce demasiado bien y eso me pone un poco nerviosa, haciendo que me pregunte por un segundo si podrá percibir la presencia de Marceline en mi cuarto. Ella sólo nos observa, inmóvil como una estatua, con ojos brillosos y ronroneando de gusto cuando me escucha tocar. Esto me hace sonreír y espero que Ruby no lo note, porque de seguro tengo una expresión de chiquilla tonta enamorada en el rostro, pero parece anonadada por la calidad de mi ejecución y no repara en otra cosa. Creo que eso le ha hecho sospechar todavía más, lo noto cuando me despido de ella.
En casa todo es una tensa calma… como siempre ha sido, pero de alguna manera siento que es diferente, o tal vez sólo lo es para mí, porque estoy consciente de lo que pasará en breve. Me siento hasta excitada; cada noche me tiendo en la cama, ansiosa porque ella se coloque encima de mí y me deje en claro que soy de su pertenencia. Me toma sin falta, deleitándose en cada detalle de mi cuerpo, deteniéndose en cada lunar para proclamarse su dueña y yo sólo puedo asentir mientras me provoca una mezcla de sensaciones que nunca pensé que pudiesen ir de la mano, tales como dolor y placer.
Mucho tiempo me sentí agobiada por sentirme atraída hacia las mujeres… eso es ya casi un recuerdo lejano mientras me retuerzo bajo el inquieto tacto de su lengua, y ese inocuo beso que le di a Ruby meses atrás es algo que parece haber sucedido en otra vida… sólo puedo pensar en Marceline, que está conmigo ahora.
¡¿Pero qué se han creído?! No sé si reírme o sentirme indignada. Ahora esta panda de tontas cree que puede decirme qué hacer y qué no. He tenido que ponerme un poco severa… seguro que más de una ha captado el mensaje a base de miedo. Insisten en que no debo ir al lago Lich… están convencidas, y saben de la presencia de Marceline.
—Esto no habría pasado si no hubieras lastimado a Finn. —le reclamo a Marceline mientras toco "Agosto" de Tchaikovski. Papá no ha irrumpido ni una sola vez en la habitación para reclamarme porque, para variar, he estado usando el metrónomo y yo me siento en paz con ello, sabiendo que no será por mucho tiempo, pero estoy molesta con ella.
— ¿Qué más da lo que piensen? —me mordisquea el cuello de manera suave y sensual, lo que me hace casi fallar unas notas, pero logro controlarme y sé que esa es la influencia de ella sobre mí: ser excelsa.
—Podrían buscar una manera de alejarte. —la perspectiva me entristece. Marceline me confiere una seguridad tal que… vaya. Es como si yo fuese una deidad. No puedo ni describirla. No quiero alejarme de ella, aún si al principio fui una escéptica.
—Pueden buscar lo que quieran, pero no lo harán. —me mete la lengua en la oreja y siento un delicioso escalofrío. —Tú eres mi dulce coñito y no pienso dejarte.
Antes me habría parecido de lo más ofensivo y desagradable que alguien se expresara así de mí, pero hoy me predispongo a ella y permanezco un largo rato con la cara entre sus piernas. Es tan glorioso tener para mí sola a este ser, que lo demás viene sobrando.
Es el día anterior al viaje escolar… el momento en que culminará todo. Estoy dividida entre la emoción, la incertidumbre y el temor.
—Mi hermosa chiquilla, no veo por qué temes. —Marceline me frota la parte delantera de los pantalones de invierno que me he puesto, y puedo sentirla como si tuviera la piel desnuda. Yo no puedo evitar sonreír. —Serás completamente mía en menos de lo que crees, y ya no tendrás que lidiar con tus amigas chismosas, o con tu padre, el pederasta controlador.
Eso me levanta el espíritu. Me siento feliz… viajo junto a mis amigas, que no hacen esfuerzo por iniciar conversación conmigo desde la "escena" de severidad que he tenido que presentarles, pero no me ofendo. La perspectiva del lago Lich, un lugar profano si lo hay, me enerva. Para esto me ha estado preparando ella. En mi mente, repaso el ritual que debo hacer, el cual he estado dibujando una y otra vez sin parar en una libreta que llevo conmigo a todas partes.
Finalmente podré darle descanso a Neddy.
Finalmente podré darme descanso a mí misma.
Estoy tan emocionada que quiero que Marceline me tome aquí mismo, en el autobús escolar y sé que lo haría, pero prefiero no externarlo. En cambio, prefiero decirle que se controle, pues entraría en frenesí si le dijera que quiero que me posea aquí y ahora. Sirve de poco, sin embargo, porque sé que ella lo sabe y está salivando al pensar en todas las maneras en que quiere mancillar mi cuerpo con el fin de hacerme sentir placer, a mi pesar, a la vez de castigarme por no permitirle disponer de mí en este momento.
El lago Lich es hermoso. Cuando lo veo, no puedo evitar exhalar con adoración mientras observo el panorama entero desde una pequeña colina localizada justo antes del hotel donde nos quedaremos. Es bellísimo como una postal, e incluso Marceline murmura con aprobación a mi lado.
"¿Habías visto este lugar antes?" le pregunto en mi mente.
"Sí, en varias ocasiones. Me parece bello ese manto siniestro que lo cubre, pero supongo que ustedes, los humanos, encuentran más fascinante su belleza etérea."
"Yo también adoraré ese 'manto siniestro' del que hablas, ¿no?" dirijo una mirada de amor hacia donde sé que está su rostro y me acaricia muy suavemente la mejilla.
"Yo creo que ya lo haces." Me asegura al tiempo que sigo el paso de los profesores, guías, padres de familia y compañeros con los que estoy.
Estoy tan impaciente… me siento como una niña pequeña. Me río de la nada y me enfrasco en una encarnizada batalla de bolas de nieve con mis compañeros. Marceline me observa, risueña, pero atenta a cada cosa que hago. Incluso añade fuerza extra a mis bolas de nieve, porque le parece muy divertido que termine aturdiendo a mis contrincantes con ellas. Todo es parte de un insulso entretenimiento juvenil. A ella le gusta ver mi inocencia en un entorno natural y yo la dejo deleitarse con eso, como si estuviese desnudándome frente a un voyerista. Al final, después de todo el jugueteo del día, termino agotada. Puede que Marceline sea un demonio impaciente y despiadado, pero me da gélidas caricias hasta que me duermo profundamente, mientras mis amigas escuchan música y cotillean acerca del bullicio en las otras habitaciones, y se me aparece en los sueños. Su presencia, que antes me mermara, ahora me es reconfortante e incluso necesaria.
Creo que ellas ya han perdido el interés en mí, y espero que así sea. Yo estoy de lo más tranquila, esperando el momento por el que tanto ruego… ahora ya me es imposible aparentar que estoy tan juguetona y pueril como el día anterior. Me dedico a pasear por el bosque, disfrutando del agradable crujido de la nieve bajo mis pies y sintiéndola en mis manos, que apenas si procesan el efecto del hielo en ellas.
— ¿Quién te pareció la más guapa?
Para saber lo que hay en mi mente, parece sorprendida por mi pregunta y hasta se ríe.
—Oh, ¿a esto vamos a jugar?
—Es en serio, quiero saber.
Frunce los labios y entorna los ojos en gesto pensativo.
—Phoebe es toda una tentación. —me responde al fin.
—Phoebe es pelirroja. —observo cruzándome de brazos. —Eso es algo así como… trampa, o no sé.
— ¿Cómo puede ser trampa si nació siéndolo? —pregunta en medio de su risa.
—Y yo qué sé, pero eso es algo como tener la competencia ganada.
De alguna forma, me molesta que considere que Phoebe es guapa. Sé que es estúpido, porque Phoebe ni en sueños estaría dispuesta a ocupar el lugar que tengo yo ahora.
— ¿Por qué yo? —pregunto, observando mis manos cubiertas por el gélido cúmulo blanco que se deslizaba entre mis dedos al jugar con la nieve del suelo.
—Tienes un espíritu obstinado. Eso siempre ha sido algo que no puedo resistir.
Y me tira ahí mismo, sobre la nieve mientras yo gimo, pensando en lo incorrecto de esto, pero de la misma forma, deseando que nos descubran. Observo mi aliento condensarse en el aire y sonrío mientras sus helados dedos se entierran en mí y mi espalda choca contra la rugosa corteza de un árbol. Atrás ha quedado ya ese sentimiento de pavor que me provocaba estar a solas con ella, y ha sido reemplazado por el éxtasis. Casi podría gritar de deleite cuando me pone de rodillas, estando ella justo de pie frente a mí y sonriendo, me da una orden implícita que capto al momento. Me toma suavemente del cabello, pero con firmeza y sé que esto lo hace para burlarse de mí: yo estoy de pie, y tú de rodillas, parece decirme. El pensamiento hace que mi cuerpo reaccione de manera responsiva y eso le causa gracia, porque ¿a quién no le causaría gracia que una chiquilla terca y orgullosa sienta gusto al encontrarse en esta situación que en días normales consideraría humillante? Pero estos ya no son días normales. Y dudo siquiera que se pueda considerar que sigo siendo yo misma.
O tal vez lo soy. Quién sabe, a lo mejor en este momento soy más real que en toda mi vida. Tengo la sensación de que es así.
Me he tomado la mayor parte del día para observar el lago Lich en su vasta majestuosidad. Hay algo en este lugar que me causa un escalofrío delicioso, que empieza justo desde mi coxis y se extiende hasta mi cráneo.
"¿Debería estar celosa de este estúpido lago?" me pregunta ella mientras estamos de pie frente al lago congelado.
Yo no puedo hablar, ni siquiera en mis pensamientos. No parece contenta, y lanza un gruñido animal para advertirme, pero no dejo de observar el lago.
Finalmente decido expresar el motivo de mi fascinación.
"¿Es aquí donde todo terminará?"
"Sí, si lo haces bien. No temas, claro que lo harás."
Sigo observando la superficie congelada del lago y comienzo a resoplar. Estoy impaciente por llevar a cabo el plan, pero también me da miedo.
"Alguien te observa." Señala ella.
"Es Sarah. Lleva ahí un rato, ¿no?"
"Ajá. Ahora va a buscar a tus amigas."
"Será mejor que me vaya, o de nuevo comenzarán a acosarme. Vamos al hotel, se me apetece una taza de té."
Estoy sentada en el vestíbulo, cuando veo entrar a mis amigas, quienes lucen alarmadas un momento, y al siguiente, desconcertadas. Seguro que Sarah ha exagerado las cosas… o quizá la mente de ellas mismas se encargó de eso. Yo sólo les sonrío mientras el líquido caliente se desliza por mi garganta.
Hoy es la noche. No… hoy es la noche que le precede.
Casi no puedo contener mi emoción. Platico con las chicas y me muestro sociable, pero es sólo para aparentar. Un ligero temblor me invade y hago ver que tengo frío, aunque hace días que eso no me molesta. Podría salir completamente desnuda en una noche fría como esta y no sentiría nada. No después de sentir el frío que emana Marceline.
Me pongo a recordar la primera vez que escuché su nombre, y cómo se deslizó por mis oídos hasta hacerlo por mi lengua. Era el nombre más bello que hubiese pronunciado en mi vida. Sonaba tan bien en mis labios que parecía ser el propósito de mi vida: decir su nombre una y otra vez.
Todas nos vamos a dormir temprano; es una noche fría y todas han estado jugando sin parar, justo como hice yo el día anterior. Sonrío al pensar que todavía encuentro regodeo en actividades tan poco serias, como los juegos. Luego recuerdo que todo esto inició como un juego para nosotras, que avanzó hasta convertirse en algo más para mí.
"Qué ritual tan estúpido." Pienso riéndome en silencio, cubierta de pies a cabeza con un cobertor, con las luces apagadas.
Una carita feliz y un litro de leche…
"Cállate."
Me sigo riendo un poco más hasta que paro para no hacerla enojar y me duermo profundamente en segundos.
"Despierta."
Abro los ojos de golpe, con la sensación de haberlos cerrados apenas segundos antes. Pulso un botón en mi móvil para ver la hora. Es el momento y me levanto, vistiéndome en silencio y ella me observa como siempre, desde su esquina. Dejo el móvil en la mesita de noche y salgo de la habitación, con ella guiándome.
"No te preocupes, no hay nadie aquí."
Camino con pies ligeros, segura de mí misma y jamás delatando la adrenalina que corre por mi cuerpo.
"Ten cuidado aquí, yo te diré cuando avanzar."
Ella me señala múltiples cámaras conforme vamos caminando.
"Por aquí. Esto es punto ciego."
Sigo sus instrucciones al pie de la letra. Para salir del edificio me hace dar muchas vueltas y comienzo a impacientarme, pero sé que no debo dejar rastro de mi salida. Debo volver cuanto antes y hacer ver que todo este tiempo he permanecido aquí. Termino saliendo por una ventana que me indica desde el segundo piso.
"Déjate caer."
Cualquiera se lo habría pensado dos veces por lo menos, considerando la distancia entre el segundo piso y el suelo, pero yo le hago caso de inmediato. Me tiro y ella me atrapa, haciéndome sonrojar, porque por un momento luzco como si estuviera siendo cargada por un bombero, o por un novio justo antes de cruzar el umbral de la habitación con su esposa en brazos, justo en su noche de bodas. Marceline me mira con intensidad por un segundo y corro teniendo cuidado de alejarme de las luces del edificio lo más pronto posible.
"¿Y por qué no simplemente salté por la ventana de mi habitación?"
"Una de ellas te observaba. Debes dejar tu rastro en las cámaras de seguridad para cuando regreses, aunque no demasiado. Ha visto tu silueta correr."
"Ya veo."
Esto me preocupa mucho. La que me haya visto de seguro alertará a alguien y podría venir gente a buscarme. Corro más rápido y en poco tiempo llego al claro donde efectuaré el ritual que ya me aprendí de memoria. Limpio un poco el lugar, quitando el exceso de nieve, dispersándola con las manos. Una vez hecho esto, trepo a un árbol cercano para desatar una bolsa de plástico en la que dejé madera, previendo lo difícil que sería encender fuego con ramas mojadas.
Enciendo el fuego y me pongo a trazar el dibujo sobre la nieve. No es tan fácil, ya que tengo que encorvarme para lograrlo, y las líneas son un poco trémulas, pero son constantes y no se rompen en ningún sitio, así que según ella esto bastará. Me pongo en pie y procedo a recitar con voz firme, sacándome un poco de sangre de la mano, cosa que no me cuesta porque tengo una herida a medio sanar en la palma de esta. Tengo los ojos cerrados y me mantengo en posición fetal, a la expectativa de lo que va a pasar. No escucho nada, salvo los sonidos típicos de un bosque y comienzo a pensar que tal vez no lo hice bien, aunque apenas si han pasado unos segundos y un perro comienza a ladrar.
¿Un perro?
Abro los ojos, pensando que tal vez ya hay alguien buscándome, pero veo un panorama que no coincide y no hay nieve debajo de mí, sino pasto húmedo.
¡Lo reconozco! ¡Estoy en el jardín trasero de casa!
Volteo a ver a Marceline, quien me da una sonrisa de satisfacción y me tiende la mano para ayudarme a poner en pie. La mano me escuece un poco pero ignoro el dolor al tiempo que me vuelvo a poner los guantes que llevaba un rato antes.
"Esta ha sido la parte fácil."
Me alza la capucha de la sudadera que estoy usando y me atrae hacia sí, dándome un beso. Yo suspiro en sus labios y me deja ir. Avanzo con la cabeza gacha hacia donde está el panel de control del sistema de seguridad. Ingreso las claves y una a una, voy desactivando todo. Voy hacia donde está el DVR y las cámaras, apagándolo. También me encargo de desenlazar la dirección IP a la que se transmiten todos los videos. Todo esto me lleva tiempo, incluso conociendo las claves. Tengo que asegurarme de que ninguna cámara quede activada y que la casa esté incomunicada por completo. Al final suspiro, pero estoy segura de que ya he terminado.
"Es ahora cuando la diversión comienza."
Y vaya que lo hace. Entro a la habitación de mis padres y meto sus móviles en mi bolsillo. Observo un rato a mis progenitores y sonrío. Alzo el mazo que llevo en la mano y lo dejo caer con fuerza sobre el cráneo de papá. Mamá es la siguiente.
Estamos todos en la planta baja y he puesto un disco de Edith Piaf. No sé por qué, pero me pareció de lo más apropiado. Un adecuado soundtrack para asesinar y ser asesinado… a saber por qué.
Mis padres me observan con mezcolanza de miedo y sorpresa. No sé si sea sorpresa de verme aquí, cuando debería estar a kilómetros de distancia, o si están sorprendidos porque los tengo amarrados y con un trozo de cinta en la boca, aunque de seguro son ambas cosas.
Yo pongo todo lo que necesito sobre una pequeña mesa de jardín que me he traído a la sala, observando a mi alrededor. Todo cubierto por una capa de plástico.
—Tengo un dilema. —hablo y mis padres intentan gritar, pero es inútil. —No sé quién de ustedes dos deba irse primero.
Me acerco a ellos y los observo desde arriba.
—No sé si debas ser tú, papá, para que mamá lo vea y… bueno, en realidad no va a pasar nada, porque mamá no va a hablar, ¿verdad, mami? No dirás nada, igual que toda tu vida. Igual que nunca dijiste nada para defender al pequeño Neddy de los regaños de papá.
No dejan de hacer ruido y me irrito. Pienso en un par de cerdos a punto de ser sacrificados, pero creo que incluso los cerdos lo llevarían con más dignidad. Mis padres están llorando y negando con la cabeza, con la cara completamente roja.
—Por otro lado, mamá podría ser la primera en partir, y así papá vería el horrendo destino que le espera. Justo como yo, después de la muerte de Neddy. Me la pasaba pensando que ahora tú me harías esas visitas nocturnas, o que simple y llanamente terminaría por suicidarme debido a la culpa que me embargaba.
Se me hace un nudo en la garganta al recordar a mi hermano, pero me sobrepongo.
"Me agrada la segunda idea."
Volteo, viendo a Marceline. Tiene su forma original y está observando todo como si de una película se tratara. Casi espero ver un bol de palomitas en su regazo.
—Mamá, papá. —les hablo con gesto solemne y señalo con la mano a donde está Marceline. —Ustedes no pueden verla, pero todo esto es gracias a mi… amiga, Marceline. Bueno, he dicho amiga, aunque más bien es mi amante.
Eso le da mucha risa, pero ahora mis padres me miran como si estuviera loca. Creo que tienen razón, en realidad, después de todo estoy a punto de matarlos.
Le doy gusto a Marceline y comienzo con mi madre. Había leído que asesinar a alguien no era tan fácil como se pintaba en las películas, pero con un demonio de mi parte me resultó tan fácil como a un niño le sería sencillo arrancarle las alas y las patas a un insecto.
— ¿Cuánto tiempo me queda?
"Lo suficiente."
Marceline me ha dicho que el tiempo transcurriría mucho más lento una vez que estuviese yo aquí, gracias a otro ritual que hice el día antes a mi salida.
"Elle écoute la java
Mais elle ne la danse pas
Elle ne regarde même pas la piste
Et ses yeux amoureux
Suivent le jeu nerveux
Et les doigts secs et longs de l'artiste
Ça lui rentre dans la peau
Par le bas, par le haut
Elle a envie de chanter
C'est physique
Tout son être est tendu
Son souffle est suspendu
C'est une vraie tordue de la musique"
Canto la canción completa, de memoria mientras termino con mi madre y comienzo con papá. Se mueve de un lado a otro, trata de patearme y yo sólo lo someto con tranquilidad. Tengo que golpearlo varias veces para que pare, porque me estoy hartando. Termina muriendo sin energía, y sin esperanza de poderse escapar por algún milagro. Supongo que al final ha comprendido que no hay espacio para los milagros en un lugar como este.
Termino demasiado pronto, preferiría haberlo prolongado más, pero estoy eufórica. Observo los órganos de mis padres y me siento como de seguro se siente un artista después de finalizar su obra cumbre. Ahora procedo a lavar y desinfectar todo lo que ocupé, guardándolo de nuevo en su lugar, en la repisa que mi papá destina a su equipo de caza. Me baño a consciencia, pero sin el tinte obsesivo que esperaba tener una vez realizado el acto. Vuelvo a ponerme la ropa que llevaba al principio, llevándome aquella que se manchó de sangre para deshacerme de ella por ahí y cambio el disco de Edith Piaf por el primero de música clásica que encuentro. Estoy por marcharme cuando recuerdo algo.
Saco el celular de mamá y escribo un mensaje para la señora Trunks, avisándole que no requeriremos sus servicios el lunes y que puede tomarse el día libre. Hago una mueca; espero que encuentre otro trabajo pronto, pero al menos le he ahorrado el trauma de llegar el lunes por la mañana y ver mi obra maestra, en caso de que nadie los encuentre hasta entonces, cosa que me parece probable dado que dejo la puerta de enfrente sin seguro. Programo la aplicación para que envíe el mensaje a las nueve de la mañana y apago ambos teléfonos.
Marceline suelta una risa burlona.
—La señora Trunks me agrada. —me defiendo.
—Como digas.
Estoy por salir al jardín de nuevo, pero tomo a Marceline de los hombros y le planto un beso en los labios. Ella me toma por la cintura y yo me aferro a su cuello. Le tomo la mano y corro al jardín, volteando para sonreírle. De seguro quien nos viera pensaría que somos una inocente pareja enamorada… Qué risa me da pensar eso.
Este ha sido su regalo. Un obsequio hermoso y macabro, comparable al canario decapitado que un gato dejaría a la vista de su humano. Justo cuando pienso que no puedo sonreír más, hace que me voltee y me presenta algo con gesto triunfal: es el metrónomo, y lo despedaza con la mano. Casi grito de dicha.
Regreso al lago Lich más feliz que nunca, y esta emoción se ve nublada cuando al llegar de nuevo al bosque, Marceline gruñe a mis espaldas. Está muy molesta y volteo para ver que Lana, Phoebe y Ruby están mirándome con absoluto pánico en el rostro.
Lana trata de aligerar el ambiente, pero empiezo a caminar hacia ellas, y salen corriendo. Yo también corro a una velocidad sobrehumana, pero no para darles alcance, sino para llegar al hotel antes que ellas. Trepo para meterme por la primera ventana que me indica Marceline y recorro el hotel hasta llegar a la recepción para comprar una botella de agua mineral. Hay un ajetreo ahí mismo y todos me miran como si fuese un fantasma.
— ¿Bonnibel? —Es Sarah.
— ¿Pinkman? —habla el profesor Lemony.
— ¿Sí? —mantengo una sonrisa en mi cara, como siempre.
— ¿Cuá… cuánto tiempo llevas en el hotel?
— ¿Cómo dice? —pongo cara confundida, como si no supiera de qué me habla.
— ¿Estabas fuera? —me pregunta tomándome del hombro con fuerza.
— ¿Cómo iba a estar fuera, si ustedes están aquí? Me habrían visto pasar, ¿no?
Las personas se miran unas a otras. El recepcionista está blanco como el papel.
— ¡Mayer dice que te vio salir, y que Redfield, Lam y Spacey están allá afuera buscándote!
— ¡¿Qué?! ¡Eso es absurdo! ¿Cómo van a estarme buscando ellas solas? ¡Debe estar como a… no sé, -50 grados allá afuera!
— ¡Te vi salir! —me grita Sarah.
— ¿Me viste? ¿Estás segura de eso?
Todas la miran con avidez y ella se encoge.
—Yo… bueno… estaba oscuro y…
—No puedo creer esto. —murmura Lemony. —Pinkman, sube a la habitación. Tú no, Mayer, te quedarás aquí hasta que encontremos a las otras.
No mucho después escucho gritos señalando que al fin habían encontrado a mis amigas. Yo finjo inocencia, por supuesto, pero ninguna de ellas se la cree, ya que llevaban su maldita cámara y me grabaron, como siempre. Phoebe intenta estrangularme y estoy a punto de lanzarla por la ventana, pero Ruby va por ayuda y los profesores la apartan de mí. Yo dejo que me grite todo lo que quiera, poniendo cara de circunstancias. No tengo que hacer o decir nada para hacerla verse peor de lo que ya lo hace por sí misma. Marceline está riendo como desquiciada y yo también quisiera hacer lo mismo. Nadie duerme, ni siquiera por una hora.
Cuando me siento a la mesa del desayuno, todos miran a al cuarteto de tontas, y ocasionalmente a mí, pero como yo no le presto atención a nada más que a la enorme pila de hot cakes en mi plato y la poco saludable cantidad de tocino crujiente que me serví, desisten al poco tiempo.
Me gasté el día paseando alrededor del lago, tomando fotos y mirando al horizonte. Me da un poco de abatimiento pensar que esta seguramente sea la última vez que esté aquí; ahora recordaré este lugar con cariño, como se recuerda a una ciudad natal, porque en cierta forma en el lago Lich he renacido.
"Estoy pensando qué color de cabello debería elegir ahora. El rosa es demasiado llamativo… ¿Qué te parece castaño?"
"Me parece muy bien." Me dice con voz aprobatoria y sonrío.
(22 de noviembre de 2014. Orillas del lago Lich.)
SARAH: No se ha movido de ahí en horas.
PHOEBE: Deja de grabarla. Ya tuvimos suficiente de ella.
(Comienzan a grabar actividades de recreación que hacen juntas, pero para la tarde escuchan agitación a lo lejos.)
RUBY: ¿Qué pasa?
(Todas vuelven corriendo al lago, donde hay una multitud de adultos alterados.)
(Uno de los profesores, Lemony, toma a Ruby del brazo.)
LEMONY: ¿Has visto a Pinkman?
RUBY: N-no… no desde la mañana.
(Todos están tratando de encontrar a Bonnibel.)
LANA: (sosteniendo la cámara) ¿Pero qué pasa?
SARAH: A lo mejor ya se dieron cuenta de que ella también estaba en el bosque.
RUBY: No, no armarían tal ajetreo por eso.
(La gente se dedica a buscar a Bonnibel. Las chicas intentan preguntarle a alguien qué pasa, pero nadie les hace caso.)
LANA: ¡Pero qué mierda pasa!
(Entonces voltea la cámara hacia el lago, y ahí está Bonnibel, de pie en el muelle en el que Sarah la vio parada hace días y horas antes, y ahoga un grito. Habla con voz estremecida.)
LANA: Hey. Bonnibel está ahí.
(Empiezan a gritar para llamar la atención de la gente, alguien corre al muelle para buscarla y cuando Lana vuelve a enfocar el lago Bonnibel se ha ido.)
LANA: No… ¡no! ¿Otra vez?
(Corren hacia la orilla del lago, y uno de los encargados del hotel se acerca primero, mira hacia abajo y comienza a llamar a más gente.)
(El grupo de amigas mira hacia la misma dirección cuando llegan al lago.)
RUBY: Esto no puede ser en serio…
(Hay un enorme agujero en la delgada capa de hielo que cubre la superficie del lago.)
Un sujeto llamado Benjamin Root fue asesinado aquí mismo, y arrojado al lago. Su cuerpo en descomposición fue encontrado días después, flotando cerca de la orilla y el hallazgo conmocionó al país entero. Desde entonces, se dice que su espíritu vaga por estos parajes y eso es una tontería. Lo sé porque Marceline me lo dijo.
Lo que también sé es que este lago es siniestro, y todo lo que hay a su alrededor también, pero el lago es una aglomeración de energía casi palpable. Tomo aire y sé que ya me han visto, pero cuando las personas apartan la vista por un segundo, salto al lago. El hielo no se rompe al instante, así que con el puño termino la tarea hasta que me hundo.
Demonios…
Sé que dije que el frío no me afecta desde que llegara Marceline a mí, pero incluso yo puedo sentir lo helado del agua envolviéndome y por un segundo me quedo en blanco, pero sé que todo esto es parte de lo que tengo que superar para al fin acabar con esto. Comienzo a nadar por un tiempo que parece una eternidad, y sé que en este momento ya todos deben estar tratando de rescatarme, aun sabiendo que probablemente ya esté muerta, o casi.
Siento que ya no puedo más y comienzo a moverme más rápido porque quiero respirar. Ya ni siquiera distingo derecha de izquierda, y no escuchar a Marceline en mi mente aumenta mi desasosiego. Puedo sentir su presencia desde que le diera poder sobre mí, pero el silencio es abrumador. Estoy nadando hacia donde creo que es el exterior, buscando salir de una vez de esta oscuridad.
Recibo una enorme bocanada de aire y el viento me eriza la piel cuando logro salir. Respiro muy rápido y los latidos de mi corazón deben asemejarse a un zumbido.
Observo a mi alrededor. Lo primero que noto es que ya no estoy en el lago Lich… no, más bien ya no estoy un lago, sino que el agua cae en una cascada.
¿En dónde estoy?
"En 'La caldera del diablo'"
Doy un respingo cuando me habla.
"¿Minnesota?"
"Así es."
Está en el agua conmigo. El agua la hace ver más bella y peligrosa, cosa que yo creía imposible. Luce como una sirena.
"¿Dónde estabas?"
"Contigo."
"¿Y no pensabas ayudarme?"
"No."
Su respuesta me deja pasmada.
"¿Y si me hubiera ahogado?"
"No te ibas a ahogar. Estoy en ti."
Me mira con orgullo y mi enojo se esfuma.
Salgo del agua y me quedo mirando al frente. Sonrío al pensar en todo.
"No quería distraerte, dado que estabas planeando un parricidio y matricidio en estos días, pero ahora que todo está resuelto…"
Ni siquiera termina de hablar y yo ya sé lo que quiere, y estoy más que feliz de dárselo.
(Estudio de grabación. Ruby Lam al habla.)
RUBY: (suspira. Se ve estresada solo al recordar.) "Como pueden imaginarse, todo fue… una catástrofe. Resulta que estaban buscando a Bonnibel para darle aviso del asesinato de su familia, y me imagino que una vez en New Haven le habrían hecho un extenso interrogatorio. Estaba ahí un momento y la dejamos de ver como por un segundo… juro que no fue más tiempo, pero volteamos y ya no estaba. Lo que es peor: el hielo estaba quebrado."
(Blake habla mirando a la cámara.)
BLAKE: "Se inició una búsqueda para dar con el paradero de Bonnibel Pinkman en los siguientes días. Los cuerpos de los señores Pinkman fueron hallados al día siguiente, por un feligrés de la iglesia a la que solían asistir los domingos fue a casa de estos por la tarde, preocupado por no verlos esa mañana en misa; afirma que nunca faltaban. Al no escuchar respuesta, pensó que tal vez habían salido de viaje sin avisar, pero escuchó música e insistió. Al no haber respuesta, giró el pomo de la puerta y para su sorpresa, estaba abierto y lo primero que vio fue un horrible escenario."
(En pantalla se muestra una fotografía de la fachada de la residencia Pinkman.)
"La tarde del domingo 22 de noviembre de 2014 fueron encontrados los cadáveres mutilados de Edward Pinkman, padre y su esposa Eleanor Pinkman en el interior de su vivienda. La policía calificó el asesinato como uno de los más horrendos de los últimos años. Resaltaba el hecho de que todo había sido realizado con precisión, e incluso había plástico cubriendo todas las superficies que pudieran haber sido salpicadas por la sangre."
(Ahora se ve una fotografía se ve la fotografía de un niño de unos diez años que mira con timidez a la cámara, y una donde el mismo chico, pero ahora mayor, está posando para una fotografía escolar.)
"Esta no era la primera vez que una tragedia se cernía sobre los Pinkman. En marzo de 2009, Edward Pinkman hijo cometió suicidio dentro de su anterior domicilio, en Philadelphia. Las causas que llevaron al joven de quince años a realizar el acto nunca fueron resueltas y la familia decidió mudarse de ciudad, en un intento por rehacer su vida lejos del escándalo que eso provocó en la ciudad, dado el perfil de Edward Pinkman padre."
(Se muestra una fotografía de la antigua residencia Prince.)
"El perpetrador del doble asesinato se llevó únicamente todo el dinero en efectivo que pudo encontrar. Sin embargo, dadas las circunstancias, como el hecho de que el sistema de seguridad no fuera forzado, ni crackeado, se empezó a barajar la posibilidad de que hubiera actuado en complicidad con alguien que supiera las claves del sistema. El problema era que, además del matrimonio Pinkman, Bonnibel era la única que las conocía. Hasta la fecha se maneja la hipótesis de que podría habérselas proporcionado al asesino y luego escapar con él, pensando en un posible noviazgo ilícito."
(En pantalla aparecen noticias: "Continúa la búsqueda de Bonnibel Prince", "Maestros y personal del hotel bajo investigación en caso Prince", "Amigas de Bonnibel Prince afirman que está viva".)
"Sin embargo, a pesar de la evidencia mostrada en video, las autoridades se encargaron de desacreditar las afirmaciones de Redfield, Lam, Spacey y Mayer, de que Bonnibel Pinkman escapó luego de efectuar un rito pagano."
(Lana Spacey en el estudio.)
LANA: "Nos han llamado de todo: locas, drogadictas, hambrientas de atención… siempre he sido de que si está en video eso es una evidencia, ¿no? Pues resulta que todos creen que esto fue una especie de 'Proyecto de la Bruja de Blair' con efectos especiales muy chulos."
(Se ríe con incredulidad.)
"¡¿De dónde sacaríamos el tiempo y dinero para hacer una película con esos efectos?! ¡¿Por qué saldríamos a grabar al bosque a las tres de la mañana?! Yo… necesito un minuto."
(Tiene la cara roja por el enojo y se levanta, saliendo del cuadro.)
RUBY: "Trataron la desaparición de Bonnibel en el lago como un intento de suicidio… pero nunca se encontró un cuerpo, ni siquiera después de que se descongelara. Era algo que sonaba tan absurdo que cuando lo escuché pensé que era una broma. Y la teoría de que se escapó con algún novio… no sé, eso no encaja. Nos interrogaron hasta el cansancio pero por más que nos presionaran no podíamos recordar que Bonnibel nos hablara de un novio, o de que le gustara alguien, porque no lo había hecho, y ella dejó de escribir en su diario en octubre. La investigación sigue abierta y siguieron surgiendo teorías, cada una más absurda que la anterior, pero al menos debo darles el beneficio de la duda, porque seamos sinceros: tener la convicción de que tu amiga fue secuestrada por un ente maligno suena de lo más absurdo, ¿no? Y sin embargo es lo que yo creo."
SARAH: "Entré en crisis después de eso. Comencé a tomar medicación para poder dormir y tuve ataques de pánico durante meses. Bueno, a todas nos pasó lo mismo, sé que ellas también tomaron terapia. Es sólo que… tenía miedo de todo: me horrorizaba pensar en lo que le pasó a los padres de Bonnie, enterarme de que tuvo un hermano mayor, que ella desapareciera… Y lo que más me asusta es pensar que cualquiera de nosotras pudo haber terminado igual."
PHOEBE: "Me siento culpable al ver las grabaciones de nuevo y ver la manera en que reaccionaba con Bonnibel en los últimos días, pero al momento me resultaba lo más natural, y ¿saben qué? Me lo sigue pareciendo, porque no puedes comprender algo así hasta que lo vives. Creo que debajo de ese enojo que externaba en realidad solo quería esconder el profundo miedo que sentía. Bonnibel ya no era ella misma, aún si en apariencia diera la impresión de que sí, seguía siéndolo pero tenías que conocerla bien para darte cuenta de que había cambiado. No la perdimos el 22 de noviembre, sino en Halloween."
BLAKE: "El caso de Bonnibel Pinkman sigue despertando controversia a nivel mundial. La investigación sigue, pero a veces parece que la chica se esfumó sin dejar rastro. No hubo movimientos en su tarjeta de crédito, ni en la cuenta de banco de sus padres. Múltiples avistamientos se han registrado, pero todas las búsquedas han sido infructuosas y se complica porque no ha sido captada por cámaras de seguridad. El lago Lich sigue atrayendo turistas interesados en este caso. Lo cierto es, que aún falta mucho por resolver en el que ha sido considerado el caso de desaparición más desconcertante de los últimos años en este país. Es entonces cuando el espectador debe reflexionar si tal vez no sería tiempo de tomar el material presentado con mayor seriedad. Yo soy Blake Morris, hasta pronto."
Ese es el preliminar del documental en el que Morris me invitó a participar. Ha sido interesante.
Me inclino sobre mi escritorio y suspiro, reflexionando en todo lo que acabo de ver.
Le dije a esas chicas que Bonnibel no debía ir al lago, pero no podía presentarme sin más enfrente de ella e intentar desafiar al ente. No habría sido prudente y seguramente terminaría mal. Aún me siento culpable, pero una idea como subirme al automóvil y seguirlas hasta el lago Lich me habría parecido una insensatez en aquel momento. Si tan sólo hubiera sabido…
Observo la pared, que está completamente tapizada con la investigación que realicé el último año. No sé si Bonnibel sea un callejón sin salida… Lo más seguro es que ya esté muerta, o al menos eso es lo que la lógica me dicta. El demonio debe haber sorbido su energía vital en poco tiempo y me he dedicado a seguirle el rastro. Enterarme de cada ritual efectuado, de cada fecha y cada palabra recitada… Esto no puede volver a pasar. No puede haber más casos como el de Bonnibel. Tengo que arrancar el problema de raíz.
Hay una cosa extraña, sin embargo… bueno, varias, en realidad.
La única toma que se tiene del potencial asesino es la de una figura encapuchada corriendo al interior de la residencia Pinkman. Después de eso, no hay nada más y quien haya deshabilitado la seguridad se aseguró también de limpiar evidencia, pero la policía logró recuperar información. Lo único que se ve en días anteriores es a la familia Pinkman actuando con normalidad, aunque el comportamiento de Bonnibel es lánguido y taciturno. La figura de la grabación es una complexión idéntica a la de la chica Pinkman, y tiene movimientos fluidos y ágiles. No alza la cara en ningún momento, pues sabe de la presencia de las cámaras.
Sé de buena fuente –y Morris también –que el asesino usó los propios cuchillos del señor Pinkman para cometer el acto y procedió a limpiarlos. No hay una sola huella en ellos y el único ADN encontrado es el de la familia misma y el de la mucama, la señora Trunks quien también fue interrogada pero no pudo dar información útil para resolver el caso.
Las pertenencias de Bonnibel permanecieron intactas en el hotel y pasaron a ser parte de la evidencia. No había nada anormal entre ellas, y a simple vista parecían cosas que cualquier chica de su edad tendría. La ropa estaba pulcramente acomodada en su maleta y en su hogar era lo mismo: no se habían llevado nada más que el dinero. Pero algo no encajaba… todo estaba ordenado, no era como si un desconocido se hubiese metido a robar sin más en una casa, pues alguien con esas intenciones habría vaciado todo lo que pudiera, dejando un desastre a su paso. Pero en el escenario no hubo nada fuera de lugar.
Y luego estaba lo de aquella libreta. La libreta que Bonnibel llevaba celosamente a todas partes para escribir y que cerraba en cuanto alguien se acercaba. Nunca fue encontrada; se la llevó o la destruyó.
Por la imagen captada justo antes de que el sistema de seguridad se inhabilitara, se piensa que Bonnibel fue autora intelectual del asesinato y alguna amiga suya lo perpetró, pero dada la dificultad de esto no se descarta que haya sido obra de múltiples personas, como un culto. La gente comenzó a pensar que Bonnibel estaba en algún culto religioso que sacrificó a sus padres.
Ella lo hizo. Bonnibel Pinkman asesinó a sus padres, y fue sin ayuda, pero fue bajo la influencia del demonio que invocó. Sé que sueno como un lunático al afirmar que una chica de secundaria mató ella misma a sus padres aun estando a kilómetros de distancia, pero años de atestiguar las cosas más inverosímiles me hacen tomar esta postura y afirmarla con total aplomo. Por eso estaba ella en el bosque… Justo en el momento en que sus padres eran descuartizados.
Me levanto para ir a la cocina y entonces veo el sillón que está frente a mí. Está ocupado. Se me hiela la sangre.
Hay una mujer… no, dos mujeres. Una está sentada sobre el regazo de la otra, como una novia coqueta, acariciándole el brazo a su compañera. Tiene el cabello negro… no, es castaño, pero se ve negro porque es de noche. Es muy joven, no debe pasar de los veinte años y sólo se me ocurre describirla como una belleza terrenal. Me sonríe como si se estuviera disculpando por algo, pero sus ojos azules irradian diversión. Es ella.
Es Bonnibel Pinkman, la chica que desapareció sin dejar rastro.
La mujer sobre la que Bonnibel está sentada, es en cambio una belleza infernal: pálida como un cadáver, y absolutamente perfecta, pero aun así me causa repulsión, pues su cabello me hace pensar en brea y sus labios, en sangre. Me está sonriendo.
—Hola, Pete, ¿me buscabas?
Con treintaisiete páginas y más de trece mil palabras, este es el capítulo más largo que he escrito EN TODA MI VIDA. Ahora sé que mi infierno personal es uno en el que empiezo a escribir, escribir y escribir y parece que no voy a terminar nunca. Igual es que me fijé yo misma una fecha de entrega: el 31 de octubre, Halloween, porque soy bien darks (?)
Anyways, este es el final. Es un final abierto, cosa que se me hizo muy adecuada para esta historia, porque me gusta pensar que morirán con un millón de dudas… LOL, no, en realidad es porque me gusta que la imaginación de los lectores haga el resto. Me gustaría que dejaran review no sólo exponiendo sus dudas sino también sus "múltiples teorías" acerca de todo aquello que nunca se aclaró, sería muy interesante leerles.
Como dato curioso les diré que este es el fanfic que más me ha gustado escribir, y no sólo me refiero al Bubbline, sino en general. Siempre quise escribir algo que combinara temas oscuros, pero nunca se había dado hasta que Marceline y Bubblegum Princess llegaron a mi vida: una princesa modosita y una vampiresa-demonio… Era como si me dijeran "escribe" a gritos. Después de pensarlo, consultarlo con Nerdy-alien (beta en el primer capítulo y quien puso título a este fic) y posteriormente con la almohada, me decidí a publicar. No puedo decir que sea mi fanfic más exitoso, pero llamémosle un "favorito personal", sin mencionar que todo estaba en mi cabeza desde que la idea de la historia se me cruzó por la mente. Esta madeja de ideas raras en forma de "fanfic-documental" se la deben a mi afición a los "falsos documentales", Silent Hill, y un larguísimo etcétera que no cabría aquí.
Por si no ha quedado claro: Phoebe es… bueno, Phoebe (LOL), o sea Flame Princess, Ruby Lam es Lady Rainicorn, Lana Spacey es Princesa Grumosa, o Bultos y Sarah Mayer es la Princesa Hot Dog. Fuera del grupo de princesas, Blake Morris es BMO y Peter Butler es Peppermint Butler.
Dato extra de Ruby Lam: el apellido Lam se lo puse haciendo referencia al caso del asesinato de Elisa Lam, una joven canadiense de ascendencia china que decidió irse de viaje por los Estados Unidos y desapareció hasta que su cuerpo fue encontrado en el interior de un tanque de agua del hotel en que se hospedaba. Hay muchas cosas raras que me pusieron los pelos de punta cuando leí el caso completo por primera vez, así como la historia del hotel, por tanto les invito a que investiguen al respecto… Créanme, es un caso interesantísimo y muy, pero muy misterioso. El blog "Escrito con Sangre" tiene un buen artículo acerca de este.
La canción de Edith Piaf cuya letra incluí es L'accordéoniste.
El pequeño detalle del reloj de muñeca de Phoebe rompiéndose, y el tiempo transcurriendo de forma dispar, es verídico. Uno de los momentos más extraños que me ha tocado ver.
Aquellos que también leen "Cherry Popper" estarán felices de leer que ya tengo parte del nuevo capítulo escrito… Fue una cosa tan rara escribir una historia de "romance" y otra de horror a la vez, pero qué puedo decir, fue divertido.
Bueno, supongo que eso fue todo… por el momento. Nos leemos pronto, dudas y todo eso me las pueden mandar por MP. Les agradezco mucho haberse tomado el tiempo para leerse esta pequeña historia, ya fuera desde sus inicios o si se fueron incorporando en días recientes, espero que les haya entretenido.
¡Viva la Bonnibel castaña! ¿Me pueden dar un 'amén'? (?)