Disclaimers: La historia me pertenece… en casi su totalidad, los personajes son propiedad de J.K. Rowling y son utilizados sin intención de lucro alguno. Las personalidades de algunos de los personajes así como su edad no corresponden a lo que la magnífica Rowling estipuló dentro de la saga de Harry Potter.

¡Hola! Bueno, como todo lo que inicia, tiene que acabar, aquí les dejo el epílogo de la historia, espero que sea de su agrado, tengo que aclararles que hay cambios un poco bruscos como lo llaman algunos en la temporalidad, a veces se adelanta en el tiempo, así que por favor, leer con calma.

Quiero agradecerles por todo el apoyo desde que la historia inicio hasta ahora que concluye, muchas gracias por tomar su tiempo en leer la historia, en comentarla, en ponerla en sus favoritos y follows, muchas gracias por ello, no sé cuando volvamos a leernos en otra historia, si sea pronto o no, pero muchas gracias.


Harry avanzó enfadado, topándose con un sonriente Sirius, que extendió sus brazos pretendiendo un abrazo, como si estuviese feliz de verlo, los ojos esmeraldas estaban brillando ante la ira, y no había nada en el hombre aristocrático que no lo supiera, la sonrisa cambió de forma, volviéndose cínica.

—Ya lo sabes.

—Sybil nos lo dijo, que tiene un líder más arriba que ella, pero sólo ha visto a su mano derecha, un hombre atractivo, de ojos grises que es muy simpático y ama beber whiskey, Sirius, le pregunté sobre su líder y me dijo que le hacían llamar Draco Malfoy, que sólo me lo decía, porque eso le ganaría hombres al jefe, y que para esclavizar a un país, las primeras posiciones en un mundo así, eran las menos malas, no puedo creer que te prestes para algo así.

—No puedes creer que me preste para algo así, o que tenga a mi sobrino al mando y no a ti, Harry, no te ofendas, pero confío más en mi sangre que en la de los demás, por muy hijo de mi mejor amigo que seas, te faltan ambiciones, eres muy blando de carácter, incluso Granger es más hombrecito que tú.

—No me importa lo que pienses de mí, Sirius, pero no voy a permitir que eso pase.

—Traes a Weasley contigo ¿no es así? –sonrió.

—No le he informado nada de esto a él, no soy idiota, y para tu desgracia, en eso me enseñaste bien, no confiar en cualquier persona, en todo caso, Malfoy tiene a la otra Weasley consigo.

—En realidad es Malfoy ahora, no sé si lo sabías, posiblemente eso te decepcione un poco, porque sé lo interesado que estabas en ya sabes, acostarte con ella.

—Es una mujer atractiva.

— ¿Quién es una mujer atractiva, Sirius? –interrogó Draco a espaldas de Harry, que se giró y lo observó enfadado, el rubio estaba mordiendo una manzana verde, y su mirada gris parecida a la de Sirius se volvió un tanto peligrosa.

—Tú esposa, Draco, Harry piensa que posiblemente sea un desperdicio que este contigo ahora de forma oficial, ya sabes, no pudo ponerle nada dentro.

—Hay pocas cosas que tolero ¿sabes, Potter? –avanzó hasta él –el hecho que insinúen algo sobre mi mujer, es la número uno, ella, por fortuna es toda mía, la amo y me ama…

—Tú no estás enamorado de ella –se burló Harry –estás obsesionado con ella, he escuchado las historias que Ronald le cuenta a Hermione, y la forma en que sucedieron las cosas en el pasado, no es amor, es obsesión.

—Estoy locamente enamorado de ella, al inicio no me interesaba, era torpe y sin experiencia, pero llega a sorprenderte, me encanta y excita verla armar un arma en cuestión de nada, con cosas tan simples, ella es capaz de volverlas letales, como a mí –se encogió de hombros –jamás hubiese hecho todo lo que estoy haciendo por ella, por otra mujer.

—Por supuesto –se burló Harry.

—Desde el momento en que me propuse hacer de ella mi mujer, no paré hasta conseguirlo, fui chantajeado por Pansy para que me casara con ella, pero en cuanto Ginevra volvió a mí –sonrió –no hay poder humano que rompa el lazo matrimonial, por fortuna, hay un lazo capaz de romper un lazo –sonrió –la ahorcaron por traidora, y porque nadie me chantajea –se burló.

—De esta clase de monstruo está enamorada Ginevra, siento pena de ella.

—Ella es una mujer feliz.

—Viviendo engañado, todo el mundo es feliz, pero no lo serán cuando les diga tus planes, eso te lo aseguro, Malfoy.

—Adelante, te daré ventaja para que les pongas sobre aviso, que su líder, el hombre que ha luchado hombro con hombro con ellos, al que han visto llorar por amor, al que ha sacrificado muchas cosas los quiere esclavizar –sonrió –son cosas más complicadas, Potter, se está conmigo, o no se está, pregúntale a Astoria.

—Secuestraste a tu propia esposa, dejaste que la torturaran, que mataran a tu hijo y que un hombre la violara, creo que comprendo el hecho de se está o no contigo.

—Yo jamás lo ordené, ni permití eso –soltó enfadado.

—Los tuyos la tenían –se burló.

—Sybil actuó por decisión propia, y en cuanto la vi solucioné el hecho –admitió –nadie la toca, más que yo, porque ella sólo es mía ¿comprendes?

— ¿Por qué no mataste a Theo cuando se atrevió a enamorarse de ella? –interrogó Harry curioso.

—Theo se enamoró de ella antes que yo, me lo dijo un millón de veces, pensaba usarla y dejarla con él, pero me enamoré, además, conozco a Theo mejor que nadie, me es demasiado fiel, dudaría de todos, menos de mí –sonrió –ser el héroe personal de alguien te da privilegios, así sea Ginevra misma, él la odiaría si intentara algo contra mí, ya lo ha demostrado, pasó la prueba de confianza que ella le puso a él y que a su vez, yo le puse a ella –sonrió victorioso –todo esto, mi amigo, estaba calculado, sólo dos detalles extras, pero nada que no se ajustara al plan ¿cierto Sirius?

—Tu pelirroja ha sido algo más que un detalle extra, por si te lo tengo que recordar.

—No hablaremos de nuevo eso, menos frente a Potter.

—Tal vez por eso se va –se encogió de hombros Sirius.

—Lo digo en serio –Harry se detuvo y giró para observar a los dos hombres –pude imaginar todo, menos algo así, a ustedes dos, como compañeros de crimen.

— ¿Por qué no? Somos familia, pero claro, tú no sabes eso, porque no tienes familia, fui el mejor amigo de tu padre, pero sólo me quedé a tu lado porque así me convenía, pero de poder hacerlo, hubiese hecho lo mismo que Remus, y te hubiese abandonado a tu suerte, siempre te ha faltado coraje para hacer las cosas, ambición para llegar más allá.

—Por fortuna no soy como ustedes, que me enferman.

—Como sea –Draco sacó una pequeña daga y se la mostró a Harry.

— ¿Piensas asustarme con eso? –se mofó el moreno de ojos esmeralda.

—No, pensé que la reconocerías, era de Sybil, y digo era, porque se la quite cuando intentó atacarme.

—Vaya, que buenos aliados tienes, Malfoy.

—Mejores que los tuyos, sin duda –sonrío.

—Eso lo veremos, quiero ver, cuando Ginevra se entere de tus planes, como te rechazará de inmediato, el hombre bueno del que se enamoró, terminó siendo sólo un monstruo.

—Ginevra me ama, me lo ha demostrado tantas veces, dentro y fuera de la cama –se encogió de hombros –ella estará quiera o no conmigo.

— ¿Y qué pasará con ella si se niega? –Sonrío socarrón Potter –es bueno que sea tan atractiva y que no tengan un hijo, podremos conquistarla rápido y fácil, cualquier hombre es una mejor opción que tú.

—Te diré algo, Ginevra no estará con nadie si no es conmigo.

—Por supuesto, ¿y qué piensas hacer, matarla? –negó.

—No lo sé, pero es bueno que plantearas la posibilidad, he matado por ella, he hecho cosas por ella, es justo que pague quedándose a mi lado, ya me ama, lo demás... Solo ha sido parte del camino.

—El secuestro, la tortura ¿todo?

—Maté a Sybil por lo que se atrevió a hacer, actuó por decisión propia, es obvio que no pensara que ellos la tenían, porque yo no había ordenado nada al respecto, fue mi error, pero fue una traición, y ya sabes lo que se dice ¿no es cierto? La traición se paga con la vida, por fortuna la mujer era parte de la Orden cuando Theo y sus padres estaban ahí, la que mantenía a la madre de mi hermano consiente mientras la ultrajaban y después la mataban, sólo por diversión, así que le di una muerte igual, pero más lenta, fue justo.

—Por supuesto que lo fue ¿y cuál será tu castigo por hacerle algo así a Ginevra?

—Me harté de que pronuncies el nombre de mi esposa.

—No me importa, puse mis ojos en ella, posiblemente, pueda formalizar algo cuando tu caigas por traición.

Sirius sujetó a Harry y colocó sus manos a sus espaldas, Draco se acercó a él con una sonrisa torcida en los labios, viéndolo así, Harry comenzaba a preguntarse ¿qué había visto Ginevra Weasley en él? ¿Cómo había convencido a tantas personas de sus buenas intenciones? Si solo era un cruel y sanguinario asesino.

—Voy a sacarte los ojos, por haberte atrevido a ponerlos sobre ella –susurró cerca de su oído izquierdo –y no puedo ser tan lento como quisiera, porque oficialmente, no estoy aquí, además, tengo hermanos de mi esposa a los cuales asesinar.

—Ronald no sabe nada de esto.

—Buen intento, pero esto me ha dejado en claro que tanto Granger como Ronald lo saben, así que tendrán que morir los tres –observó a Sirius –por cierto, no te he preguntado ¿te enfadarás mucho si mato a tu ahijado?

—Lo disfrutaré –admitió el hombre –pero los demás pensarán que estoy devastado.

—Sabes demasiado como para dejarte vivo y sin ojos –se encogió de hombros –y mataré a todos los que se atrevan a poner sus ojos sobre ella.

—Ve por Theo entonces y únelo a la fiesta.

—Bueno, ya te lo dije, él la amaba mientras yo sólo la usaba, era mi camino a mi propósito, y cuando él iba desenamorándose de ella, yo me iba enamorando como un loco.

—Eso no lo duda nadie –la voz tranquila de Ron los alertó.

—Te has unido a la fiesta, cuñadito.

—Bill tenía razón sobre ti, es una lástima que terminaras por echarlo a tu bolsa también.

—Soy un buen convincente ¿no lo crees? –se burló.

—Ginevra va a odiarte con toda esa misma intensidad con la que te ama.

—Ella jamás podría odiarme, me ama demasiado, como para creer sus calumnias.

—Ya lo veremos, tú sólo eres uno más, yo soy su hermano.

—Pero ni siquiera el favorito, que por cierto, si Charlie no me hubiese insistido en que no me diera por vencido con ella, las cosas serían diferentes ahora, sabes Sirius, deberías ir por Granger, creo que es hora, de que terminemos el asunto nosotros cinco.

Hermione observó confundida al pelirrojo, que estaba atado a un árbol, mientras que Harry yacía en el suelo amordazado, observó a su alrededor para encontrar al responsable de aquel atraco, su rostro no demostró alteración alguna cuando Draco regresa a con una amplia sonrisa, hizo una mueca a la castaña.

—Primero que nada, realmente quiero que sepas, que si en su momento fue hipocresía, ahora es real, te agradezco que salvaras a Ginevra aquella vez.

—Debí dejarla morir, al parecer –soltó bruscamente.

—Debiste pensar dos veces antes de externar eso –admitió Draco –te diré algo, no ha nacido, ni nacerá jamás el hombre que sea capaz de hacer por ti, un poco, de lo que soy capaz de hacer por ella, tal vez por eso la odiabas tanto, sabias su superioridad.

—Ella no es superior a mí.

—No, claro que no –observó a Ron –ella se cree superior a tu hermana y tú no dices nada, solo por eso, he decidido quien muere al último.

—Tienes que matarlos rápido si no quieres levantar sospechas, Draco –recomendó Sirius.

—Bien.

Ron y Hermione se observaban uno al otro mientras veían como Harry se retorcía en el suelo mientras Draco hablaba sin parar, sobre el gran error que cometió en fijarse en Ginny, la castaña apretó los ojos cuando vio a Draco sostener en lo alto uno de los globos oculares de Harry, ese hombre era un sádico sin remedio, y no entendía como lo había ocultado tan bien a los ojos de todos.

Ron se retorció todo lo que pudo cuando Sirius lo forzó a ver a Draco torturando un poco a Hermione antes de matarla, sus ojos grises estaban brillantes, extasiados, había disfrutado lo que había hecho, su hermana estaba atada a un psicópata y no podría hacer nada para prevenirla, maldito fuera Harry por ir a ese lugar y no a Londres primero, para decirle a Ginny antes que a nadie, ahora Draco no tenía a nadie que lo desenmascarará, y eso le dolía, porque conocía el destino de Ginny si se oponía a estar con él.

—Por fortuna jamás pudo darte un hijo –soltó Ron, haciendo que Draco frunciera el ceño.

—Ella y yo sí tenemos una vida por delante, así que no apresures muchos las cosas, podemos tenerlo pronto, cuando gobierne este lugar –sonrío –por fortuna no heredó sus ojos, porque esto sería difícil, lo haré rápido contigo, porque se me termina el tiempo, y porque eres el hermano de Ginevra, solo por ella, seré piadoso.

Colocó el arma en la frente del pelirrojo y bajo un poco más entre sus ojos, vio la expresión formarse en ese par de ojos azules y detonó su arma.

—Te encargarás de ellos ¿cierto?

—Sí, les haré creer que alguien atacó a Granger.

—No piensas ser tú ¿o sí?

— ¿Con Granger? Prefiero coger a una rata, es horrenda, no sé cómo Weasley se ha fijado en ella, bueno, él no ha sido una galanura andante, pero no está tan mal comparado con ésta, no, solo dejare señales de ataque, que piensen que alguien más que Weasley se atrevió a tocarle algo.

—Como quieras, tengo que irme, le dije a Remus que llegaría a estas horas, me estoy retrasando.

—Con cuidado, no queremos que se nos arruinen las cosas.

—Por cierto –se detuvo –quiero saber qué es lo que Astoria está diciendo que pasa entre Riddle y Ginny.

— ¿Qué ocurre entre ellos?

—Según ella, Riddle se atrevió a fijarse en mi esposa,y eso no me agrada, así que si es cierto, quiero que me lo digas, porque el pobre Riddle tendrá que morir en el ataque final, si lo que Astoria murmuró es cierto.

—Yo me encargaré de hacerla hablar.

—No –negó –de eso me encargo yo.

—Creí que ya no te acostarías con ella de nuevo, desde que te enamoraste de Ginevradejaste de acostarte con Astoria.

—Nunca me ha satisfecho sexualmente como lo hace Ginevra.

Sirius negó ante las últimas palabras de su sobrino, tenía que tener un poco de paciencia con él, siempre había sido disciplinado, había fijado límites y hecho un plan que jamás había variado o cambiado, hasta que conoció a Ginevra Weasley, y no comprendía que era lo que veía en ella, pero lo había cambiado por completo, eso sin duda, tenía que admitir que temía que ella logrará alejarlo del objetivo principal, que esclavizaran a todo el país.

oOo

Astoria se giró hasta el rubio, que se había aclarado la garganta, puso los ojos en blanco, en serio que no entendía cómo es que no había escapado de sus garras cuando tuvo la oportunidad, había perdido a Bill por su culpa, y ahora, Tom, estaba enamorado y claramente en la lista negra, por poner los ojos en Ginevra Weasley.

—Así que tu novio está enamorado de mi esposa.

—No sé de qué me hablas –soltó.

—Conmigo no tienes que hacerte la estúpida, es obvio que sólo estoy preguntando por educación, porque ya lo sé.

—Entonces no necesitas que te diga nada, eres un maldito sabio.

—Habiendo tantas mujeres, siempre se fijan en la mía –negó –no estás celosa ¿cierto? Antes hacía todo por ti.

—No estoy celosa –se alejó y se soltó cuando Draco la sujetó de las mejillas.

—Que bien, me alegro que superaras esos dos años de bonitarelación.

—Fue bonita sólo para ti.

—No soy tan malo en la cama ¿o sí? –se burló.

—Amaba a Bill –le recordó –seguí las órdenes porque no lo quería muerto, y aun así, lo mataste.

—Ella me tiene a mí, no necesita a nadie más.

— ¿Y le llamas amor a eso?

—Es más fuerte e irrompible, algo que jamás tendrás, ni siquiera con Riddle.

—Parece que Ginevra lo consigue con muchos –se burló.

—Te diré algo, Riddle realmente te ama a ti,pero no me gusta que lo que ha sido mío, sea de los demás, uso y tiro, lo sé, pero no para reciclar, y él lo entenderá, cuando se lo diga, cuando lo mate, pero, creo que tendrás que esperarlo junto a Bill Weasley, hasta entonces, saluda a los Weasley de mi parte.

La sujetó del cuello y en un movimiento rápido y fluido, rompió el cuello de la chica, se encogió de hombros y se limpió las manos, regreso al lugar donde se suponía que él tenía que estar, lo bueno de una guerra, es que los muertos que aparecen, se la achacan a la guerra, no hay asesinatos impunes.

oOo

Tom hizo un gesto de dolor, el atentado que Draco había hecho en su contra había fallado, pero sabía que no fallaría ahora que habían ganado la guerra, así que tenía que ver a Ginevra pronto, y decirle, suplicarle que le ayudara a esconderse y escapar cuando estuviese mejor.

Se detuvo cuando vio a Luna llorando desconsolada, Neville acariciaba la espalda de la mujer de manera mecánica, Theo tenía un semblante igual de ausente, salvo por el hecho de la mirada llena de odio.

— ¿Qué pasó? –se abrió paso hasta llegar a la causa, Draco Malfoy yacía muerto.

—Ginevra mató a Draco –soltó la profesora McGonagall.

— ¿Qué? –Soltó incrédulo –ella jamás asesinaría al hombre de su vida.

—Pues entonces Theodore y yo no sabemos lo que vimos, la vimos ahí –señaló un punto cercano a donde él estaba de pie –ella le disparó tres veces, ella mató a Draco –las mujeres se soltaron en llanto, podía ver el odio que todos despedían, inclusive Neville.

— ¿Dónde está? ¿Logró huir?

—No, está encerrada en una celda, y nadie podrá verla hasta el juicio.

— ¿El veredicto será la muerte? –los observó preocupado.

—Draco quería una nueva era para nosotros, tendrá un juicio, y se verá que se hará con ella, no más muertes –soltó Minerva McGonagall.

— ¿Quién tomará el poder? –preguntó Cedric.

—Haremos el servicio fúnebre para Draco, después nos encargaremos de eso, no se preocupen, nos tomará un poco, pero saldremos adelante.

Tom se sentó junto a Theo, que veía en el cielo los primeros rayos del sol, los primeros rayos de sol en una nueva era para el país.

—Tienes muy mal aspecto –observó el cielo.

—Mi mejor amigo está muerto –soltó enfadado –asesinado por la mujer que amaba, confiamos en ella y mira lo que hizo, que volviera aquí debió ser suficiente como para que no confiáramos en ella más, pero Draco la amaba, hubiese hecho o creído cualquier cosa.

—Theo, él no era la persona que pensamos que era, antes de que viniera hacia acá, recibió una nota de Dumbledore, él pensaba esclavizarnos.

—Esclavizarnos –se burló –eso hubiese sido imposible, Riddle, además, es de Draco Malfoy de quién estamos hablando, perdón que no crea esa idiotez, lo que creo es que buscas es imposible, no hay nadie a parte de ti, que crea que ella es inocente.

—Es la verdad, ella sólo hizo que...

—Ella mató a un buen hombre, a nuestro líder y a su esposo, tuvo las agallas de matarle, no es tan inocente como crees que es.

—Puede ser –mintió.

Avanzó en busca de Katie, quería saber si recuperar la nota que le había entregado a Draco, eso probaría que Ginevra había actuado por defensa del país, no por asesinar a su esposo, además, tenían a Dumbledore, hacerlo hablar les iba a costar un poco pero al final lo haría, siempre lo hacía.

oOo

El lugar estaba a reventar, la mirada de Riddle se topó con la de Ginevra, el cabello estaba alborotado, y tenía cara de que estaba confundida, posiblemente creyera que la iban a condenar a muerte.

—Basta, silencio –habló Remus Lupin haciendo que todos se callaran para que él pudiese continuar –el día de hoy estamos aquí para comenzar con el juicio de Ginevra Malfoy –la observó directamente a los ojos, el corazón de Ginny se hundió por completo hasta su estómago, ese hombre que siempre había sido amable con ella le observaba como si fuese lo peor que le hubiese pasado al mundo, y posiblemente lo era, pero él no comprendía porque lo hizo.

Bajó del asiento del trono que había ocupado la monarquía inglesa por muchos años hasta la Guerra de las Unidas, y que los hombres habían querido conservar por nostalgia, pero sólo era algo simbólico, sin valor.

—Ginevra Malfoy, estás aquí, frente al consejo y a una cantidad considerable de gobernados, bajo el crimen de asesinato en primer grado de Draco Malfoy ¿estás consiente de eso?

—Sí –contestó suavemente.

—En el momento en que tu detonaste tu arma contra tu esposo, la guerra ya había sido terminada, aunque se proclamara unos minutos después, tú cometiste el crimen bajo nuestro régimen legal ¿queda claro eso?

—Por supuesto.

— ¿Sabes cuál es la pena por el crimen máximo que has cometido? –Ginny levantó la vista hasta Remus y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—La muerte.

—La pena de muerte por el asesinato en primer grado –acordó –más los agravantes que el asesinato implica, no sólo mataste a un hombre, mataste a tu esposo –avanzó de un lado frente a ella –el día de la ceremonia que yo mismo celebré, te recité lo que el lazo matrimonial era ¿no es así? –Ella asintió –no habiendo poder humano que pudiese deshacerlo y… -suspiró –citaré "la parte que concurra en cualquier acto para disolver el lazo matrimonial será considerado y aprisionado por ir en contra de los ordenamientos, y faltar al juramento que se ha hecho el día de su matrimonio". Ginevra Malfoy, has violado el ordenamiento en que nosotros nos basamos para mantenernos en una sociedad sana, has cometido un acto para disolver el lazo matrimonial, y has matado a un hombre admirable y…

— ¡Él iba a esclavizarnos a todos! –Chilló –jamás lo hubiese matado si no hubiese sido él quien atentara contra la paz de todos nosotros –chilló.

—Estamos en un país libre ahora –habló Theo haciendo que Ginny lo observara suplicante –por lo tanto no podemos juzgarte por traición, porque era tu decisión apoyar a la extinta Orden, tus lealtades no están en juicio ahora, Ginevra –soltó el rubio con desprecio –sino que mataras a nuestro líder sin compasión, viéndole a los ojos, siendo él tu marido y…

—Creo que tienes razón Theo –interrumpió Tom Riddle haciendo que todos murmuraran y Ginny le mirara perdiendo toda la fe –estamos en un país libre, ella hizo muchas cosas para que el país esté libre hoy, creo que el pago justo sería liberarla –soltó con dificultad.

—Bulgaria le ofrecerá hogar –habló Karkarov desde el público.

—El pueblo es quien tiene derecho a decidir.

—No –interrumpió Theo –hablamos de justicia y libertad, creo que es lo que se debe darle a alguien que influenció en eso a la guerra.

—Admiro tu determinación por defenderla, Riddle –se burló Theo –pero no podemos iniciar nuestra gran época de paz, dejando libre a la asesina de nuestro líder, de un hombre admirable e intachable, que lo único que hizo mal, fue enamorarse de ella –negó –conocerte, ha sido lo peor que nos ha pasado en toda la vida, maldigo que ahora lleves el apellido de mi hermano –escupió a los pies de la pelirroja.

—El pueblo será quien decida en esta ocasión –contestó tajante Remus –solucionaremos eso cuando tengamos un líder y aclaremos la situación estable del país.

Theo observó incrédulo como los presentes pedían que la castigaran, de la forma que fuera si no podían darle la pena de muerte, pero que le castigaran, era increíble como las personas tenían poca memoria.

—Ginevra Malfoy, has sido juzgada y encontrada culpable –soltó Theo.

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Katie observó a Theo, después del juicio había estado completamente serio, no podía culparlo o quejarse, podía ponerse en sus zapatos, pero algo dentro de la historia de Ginny sonaba bastante sólida, y más el hecho de que alguien como Tom Riddle la apoyara, porque para defenderla de esa forma.

—Sé lo que estás pensando –soltó el rubio –y creo que ha sido lo más justo que hemos podido hacer, tomando en cuenta que todos en el consejo la queremos muerta.

—Se suponía que Draco terminaría la guerra para ella ¿no es así? Ella no ha podido ver la tranquilidad en la que el país se ha visto envuelto, Theo, todo esto resultó ser en vano para ellos dos.

—Draco terminó muerto, ella en la cárcel, al menos uno de ellos está donde tiene que estar, me alegro de que ella esté encerrada.

— ¿Y si no mentía? –Theo se burló.

—Draco queriendo esclavizarnos, lo conocí por tantos años, él era incapaz de pensar tan siquiera en algo así.

—Riddle…

—Riddle está enamorado de ella, esa es la razón por la cual la defiende de esa forma, ella mató a mi hermano y eso es todo, ha sido juzgada.

—Iré al laboratorio –lo besó –te amo.

—Yo también te amo –sonrió –tú, Luna y Frank son lo único que me queda.

—Todo estará bien.

Tom se sentó frente a Katie, la chica le dedicó una sonrisa en forma de disculpa y no dijo nada, hasta que Riddle suspiró.

—Examinaste a Draco después de la muerte ¿cierto?

—Sí, y la causa de muerte fueron los dos impactos en el corazón que ella le dio, Tom, creo que…

—En su ropa ¿la revisaste?

—Por supuesto ¿por qué?

— ¿Había alguna nota? –Inquirió –escrita en código.

—No había nada en su ropa, Tom, nada de eso, ella no miente ¿cierto?

—Eso quiere decir que le crees –sonrió.

—Somos los únicos –admitió –tenemos que encontrar a Dumbledore, él hablará, él dirá todo lo que está pasando, que Draco en realidad era el malo.

—Sólo Ginevra sabe dónde está, y no creo que puedas acceder a ella.

—Sabes donde la tienen ¿cierto?

—Theo encontró ese lugar perfecto para ella, así que sí, lo sé.

—Katie, Dumbledore es nuestra última esperanza, ella no merece esto, mató a Draco, pero yo leí esa nota, él iba a vendernos, él pensaba esclavizarnos, le dije que amaba a Ginevra para saber si la teoría de Ron era cierta, cuando vencimos, él intentó matarme, y por un instante, incluso yo, pensé que lo lograría, pero algo lo distrajo y se alejó, creo que él cometió más crímenes que la guerra en realidad –se encogió de hombros –pero sólo Dumbledore puede confirmarlo.

oOo

Ginny levantó la vista cuando escuchó a alguien detenerse frente a las rejas, no había otra persona ahí, ni siquiera había soldados, así que era a la única a la que podrían visitar, observó a Minerva McGonagall observarla con desprecio, era la única forma en que la gente la observaba ahora, incluso Parvati cada que llevaba sus comidas, posiblemente ella observaría de igual manera a quien hubiese asesinado a Draco y ella hubiese quedado ciega al respecto de sus verdaderas intenciones.

—Espero que te sientas cómoda en tu nuevo hogar –soltó Minerva –tomando en cuenta que aquí pasarás el resto de tu vida.

—Tienes que escucharme, él no era lo que todos pensábamos, él quería esclavizarnos, Minerva, de ser el Draco que las dos amábamos ¿por qué lo mataría? –se acercó a ella.

—Realmente deseaba equivocarme contigo ¿sabes? –Negó –quería que cuando este día llegara, te pudiese abrazar y llamarte hija, Draco era como un hijo para mí, era mi hijo, no lo tuve, pero le críe, le vi crecer –sollozó.

—Te estoy diciendo la verdad –insistió.

—No puedo creerte ¿sabes por qué? –se burló –bien, claro que no lo sabes, puedo creerte que el mundo tenía planes para esclavizarnos, menos él, te diré algo, que jamás hemos compartido con nadie, sólo Remus, Draco y yo lo sabíamos –se alejó un paso –cuando las granadas mataron a los padres de Draco, él sólo tenía cinco años, el resto cree que los cinco años restantes hasta que Remus le encontraran vagó y sobrevivió a su más increíble instinto, pero lo cierto es que los ladrones lo encontraron y le vendieron, en esa época, Azkaban estaba dividido en cinco sectores, uno de ellos trabajaba con niños, eran la mano de obra que mantenía activa, pero los niños no vivían mucho tiempo después de que eran llevados ahí, no los alimentaban, los golpeaban y no dormían bien, cuando Remus le encontró y lo llevó conmigo el día que atacamos ese sector –enmudeció y sus lágrimas aparecieron de nuevo –me enamoré de la mirada inocente y asustada de ese niño, me juré a mí misma ese día, que lo protegería con mi vida, con todo mi ser, que no dejaría que nada malo le pasara, pero tú fuiste eso malo, has sido como una enfermedad que se fue apoderando de él poco a poco, costándole la vida, él no esclavizaría a nadie porque sabía lo que era ser esclavizado, así que no me pidas que te crea eso –se burló –tengo que admitir que tengo tantas ganas de vengarle y matarte ahora mismo, pero la muerte sería algo compasivo y no estoy dispuesta a mostrarte misericordia, quiero que mueras aquí, sola y triste –sujetó los barrotes de la celda –me encargaré de que nadie se acuerde de ti, vivirás y morirás aquí, tendrás una larga vida llena de agonías, atenderé tus enfermedades sólo para darte una vida prolongada de soledad y sufrimiento –se burló –te volverás loca entre tanta soledad, mientras que a él, haré que todos lo recuerden, mantendré vivo su recuerdo, pudiste matarlo, pudo tener una vida corta, pero pasará a la historia, y me encargaré que en esa historia, tú nunca aparezcas, él jamás conoció ni amo a nadie llamado Ginevra Weasley.

—Pues en algo tiene razón, él jamás me amó –negó dolida.

—Ojalá eso hubiese sido cierto –admitió la mujer mayor –desearía que jamás hubieses aparecido en su vida, estas sola –Minerva introdujo la mano y la coloco en el estómago de la pelirroja –no tienes a nadie, y tu vientre quedó seco, jamás pudiste dar vida, porque estás podrida, todo lo que está cerca de ti muere, tu hijo, tus hermanos, Draco –negó –y me alegra, tu y yo perdimos todo en la guerra, pero yo podré disfrutar de la libertad y de la paz que Draco nos trajo, y tu morirás en el olvido, nadie recordará tu nombre, y de eso me encargaré yo.

Minerva McGonagall le observó de nuevo, se veía entera a pesar de la enfermedad, de la edad, pasarían muchos años para que ella muriera, y no le importaba si eso pasaba pronto o no, tenía razón en todo lo que le había dicho, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que la guerra había terminado, la oscuridad de ese lugar era espantosa, había momentos en que ni siquiera sabía si era de día o de noche, si había pasado un minuto o una semana entera, quería gritar, iba a volverse loca.

Tom Riddle frunció el ceño cuando el consejo expuso lo que habían estado pensando, y más aún, que fuera el pueblo quien lo estuviese solicitando, él no quería, desde un inicio fueron sus aclaraciones, pero se había quedado para solucionar lo que pasaba con Ginevra, había pasado un mes, desde que la guerra había terminado, y ahora ya estaban acomodando las cosas en el país, eso era el siguiente paso.

—Tengo que pensarlo –negó y se puso de pie.

—Tienes tres días para dar una respuesta, Tom –le informó Remus –es el pueblo quien lo solicita, y creo que es lo mejor, Draco confiaba en ti.

—Lo pensaré.

El lugar que Katie le había dicho tenía que ser otro y él se había equivocado, eso era peor que unas catacumbas, era como descender al mismo infierno, estaba húmedo, en algunas partes del trayecto hacia calor, y estaba oscuro completamente, no quería ni imaginar las condiciones en las que ella estaba.

—Hola –la saludó cuando las luces se encendieron a causa del sensor de movimiento que había a unos pasos cerca de la celda, era la suficiente como para pretender ser luz solar la que iluminaba el lugar.

—Tom –soltó incrédula, se levantó de la cama y se acercó a los barrotes que los separaban –no puedo creer que te dejaran bajar.

—Fue una excepción –admitió encogiéndose de hombros –quería verte, saber cómo estás.

—Estoy bien –admitió con una sonrisa triste.

—No te ves del todo bien –acarició la mejilla de la chica pero Ginny rechazó el gesto.

—No quiero que malinterpretes mis gestos, te quiero de una forma no romántica, aunque me pareces hermosa y admirable.

— ¿Admirable? –Se burló –no es lo que la gente diría en estos momentos.

—Asesinaste al amor de tu vida para que no nos esclavizara, has sido la persona más valiente en la guerra, aun sabiendo que ya lo habías perdido casi todo, mataste a Draco, eso es admirable, muchas en tu lugar, se habrían quedado a gobernar a su lado sin importarles que esclavizara a los demás.

—Es que tú me crees –soltó incrédula.

—Un soldado me dio una nota de Dumbledore, estaba en código, el que él inventó –le aclaró –sé que planeaban esclavizarnos, le probé diciéndole que te amaba, e intentó asesinarme, es sólo que algo más importante al parecer le distrajo, pero he estado detrás de todas las pistas para sacarte de aquí, Ginny, te juro que voy a sacarte de aquí, así tenga que aceptar el puesto que ellos me ofrecen.

— ¿Por qué lo haces? –sonrió y sus lágrimas cayeron.

—Cuando Barty me ayudó a escapar, conocí poco la libertad, porque tenía que estar escondido, odiaba a las personas porque pensaban que todas eran como Dumbledore, y que su organización había matado a todos los buenos, los Malfoy, el único que quedaba cerca era Barty y tenía que fingir ser de los malos, un día me pidió que lo acompañara al complejo, que fingiera ser un soldado, y acepté, porque odiaba estar escondido, te conocí ese día, eras una niña adorable, corrías por todos lados, en un vestido blanco que para ese momento estaba lleno de tierra, estabas descalza, con tus cabellos pelirrojos alborotados y sus mejillas manchadas de tierra, reías como loca por algo, le pedí a Barty que me llevara consigo más seguido para verte, siempre te vi como a una hermana pequeña, como a alguien que quería que cambiara el mundo, pero en un momento, Barty dijo algo que era completamente cierto, ya habías cambiado mi mundo, si pudiese cambiar muchas cosas del pasado, lo haría, siento que estés aquí por mi culpa, si yo hubiese conservado la nota de Dumbledore y no se la hubiese dado a Draco…

—Todo está bien –sonrió y sujetó sus manos –todos tenemos lo que merecemos, Tom.

—Eso no es cierto, porque tú sin duda no mereces esto.

—Aun así, todos tenemos lo que queríamos, el país que amo es libre y eso me basta, fue un precio justo el cual tuve que pagar.

—Intenté dar con Dumbledore para que atestiguara que Draco quería esclavizarnos, pero el maldito cobarde se quitó la vida un par de días después de que se dio a conocer la muerte de Draco.

— ¿De qué puesto se trata? –sonrió ella para cambiar el tema, sabía que por mucho que lo intentara, él no podría sacarla de ahí.

—Aún no se sabe que título formal se colocará, pero es algo así como… presidente del país.

— ¡Eso es maravilloso! –admitió ella con una sonrisa genuina.

—Lo sé, podré usar mi poder para sacarte de aquí…. ¿Qué ocurre? –frunció el ceño.

—No lo has comprendido, Tom, no quiero que me saques de aquí, no quiero que uses tu poder, no quiero que esto termine corrompido desde antes de comenzar, no quiero que hagas nada de eso, te diré algo, serás un maravilloso líder, sé que lo serás, porque mi opción para gobernarnos a todos nosotros nunca fue Draco, siempre fuiste tú, sabía que él gobernaría porque el pueblo lo pediría, pero tú eras mi candidato favorito –admitió.

—Así que quieres que acepte, a pesar de que dije que quería paz.

—Quiero un buen líder, Tom, si quieres hacer algo por mí, que sea saber que al menos, todo esto ha valido la pena y que ellos tienen un buen gobernante.

—Lo haré –aceptó y acarició la mejilla de la chica que no se alejó esta vez, besó su frente como un gesto protector y la notó extraña.

— ¿Estás enferma? Porque puedo llamar a Katie y…

—No –lo tranquilizó divertida –estoy bien, ve por ese puesto y guíalos bien.

Tom se alejó de ella después de unos minutos de observarla en silencio, acostumbrarse a la luz solar fue un completo reto, y eso que sólo había pasado media hora bajando a la celda y quince minutos hablando con Ginevra.

—Así que me imagino que ya has tomado una decisión –habló Remus.

—Acepto –contestó Tom, haciendo que todos sonrieran satisfechos.

—No se diga más, haremos que el pueblo se entere, haremos los preparativos para el evento –se puso de pie McGonagall.

Sólo Tom y Remus se quedaron en el lugar, cada uno ocupando la silla que ocupaban cada que había junta, y que en cuestión de días, Tom ocuparía la vacía que había dejado McGonagall por todo ese tiempo.

—Quiero pedirte un favor personal, Remus –soltó Tom.

—Si es sobre la libertad de Ginevra, hice una excepción al dejarte bajar hoy.

—Ella no quiere que la saque ni que use mi futuro poder para ello –soltó, así que el hombre lo observó frunciendo el ceño.

—No sé lo que quieres entonces.

—Quiero que me dejes visitarla, tal vez no diario, pero una vez por semana tal vez…

—Una vez al mes y es arriesgado –soltó Remus.

—Gracias –sonrió.

—Sólo… cada vez que sientas que te estas enamorando de ella, recuerda la ubicación de la tumba de Draco –lo aconsejó y salió dejándolo completamente solo.

Los preparativos del evento se prolongaron más de lo que ellos pensaron que se prolongaría, porque tenían asuntos que arreglar, como reconstruir el país a causa de las granadas, la guerra, tenían que tener todo en un perfecto funcionamiento si querían funcionar como país, así que se enfocaron en lo principal, y a la gente no parecía importarle que no hubiesen hecho oficial el nombramiento aún, porque sabían que detrás de las mejoras sólo había un nombre: Tom Riddle.

—Todo saldrá bien –sonrió Luna acomodándole el saco.

—Gracias por la ayuda –sonrió Tom.

—Es lo menos que puedo hacer, si Draco estuviese aquí, lo haría por él.

—Ginevra no lo hizo…

—No vuelvas a mencionarla –soltó enfadada –esa perra tiene lo que merece, y en cuanto a nosotros, jamás ha existido, y si no quieres que el pueblo te abucheé, evita nombrarla, no sé, el resto de tu vida –dijo furiosa y se alejó, saliendo del lugar.

El evento fue un éxito, el discurso que preparó tuvo que ser editado en muchas ocasiones, porque la amenaza de Luna no fue tomada tan a la ligera, ayudaría a Ginevra, claro que haría su mejor esfuerzo, pero haría también lo que le prometió a ella.

El descenso fue espantoso de nuevo para Tom, y el hecho de que sólo pudiese hacerlo una vez por mes no iba a solucionar para nada las cosas, tenía que convencer a Remus de que lo dejara bajar más seguido para verla, hacía un mes desde la vez que la había visto, y no podía tolerar la idea de imaginarla sola ahí.

—Hola –saludó con una sonrisa en su rostro.

—Tom Riddle –sonrió ella –me alegra verte –se acercó a él.

—Te veo muy pálida ¿segura que estás bien? –su tono preocupado la hicieron negar.

—Estoy aquí, sin una pisca de sol, es normal que esté pálida, exagerado –soltó una risita encantadora, que lo tranquilizó.

—Es cierto, es sólo que no me acostumbro a esto y… realmente creo que estás mal.

—Todo lo contrario –recargó su frente en uno de los barrotes, lo sujetó de la mano y la llevó hasta su estómago, Tom la observó confundido, hasta que sus ojos se abrieron ante la sorpresa.

—Ginny –susurró –no puedo creerlo.

—Somos dos, la verdad es que yo tampoco, jamás pensé que de todos los lugares en los que Draco y yo... Pudiésemos concebir sería en una celda, en este mismo complejo –negó, con una mirada soñadora aún en los ojos –tal parece que perder todo ha traído una buena consecuencia.

No hay mal que por bien no venga –recitó Tom.

—Por favor no vayas a decirles nada –suplicó.

—Tienen que revisarte, Ginny, si queremos que todo vaya bien, tiene que revisarte Katie.

—Ella le dirá a Theo –soltó asustada.

—Ella te cree –confesó.

—Luces bastante elegante ¿es una fecha importante? –cambio de tema.

—Estás viendo al nuevo presidente de la Nueva Gran Bretaña –le guiñó un ojo.

—No sabes lo feliz que me haces, sé qué harás un buen trabajo guiándolos.

—Lo sé, y sólo pedí a cambio que me dejaran verte, eso no corrompe tu sueño ¿o sí?

—No –negó y sonrío –te agradezco todo esto, Tom, si este bebé no viniese en camino, serias todo lo que me queda, ahora tengo a dos personas valiosas a las cuales aferrarme, por las cuales no volverme loca aquí encerrada.

—Sigo esperando un milagro –admitió él.

—Eso jamás pasará –soltó sin ánimo Ginny.

—No me hagas perder la fe –besó la frente de la pelirroja.

Remus sólo le había conseguido quince minutos con ella un día al mes, y eso para él era una tortura, ahora eso mezclado con la noticia de su embarazo.

—Está bastante inquieto –habló Hagrid, un hombre con un aspecto bastante rudo y temible, pero con una personalidad de un niño de dos años.

—No, estoy bien –sonrío.

—Señor Presidente, no me quiero entrometer en lo que nadie me ha llamado, pero he estado notando que en su agenda, hay un día al mes donde sus deberes no aparecen por una hora quince.

—Tengo cita médica cada mes, es revisión de rutina.

—No le importará que lo acompañe a su revisión de rutina mañana ¿cierto?

—McGonagall te ha mandado a investigar ¿cierto?

—Yo no he dicho eso, señor –contestó nervioso.

—No te preocupes, Hagrid pero creo que hay una necesidad primaria bastante primitiva que incluso el presidente tiene, y que una mujer como McGonagall no querrá seguir investigando ¿cierto? –sonrío.

—Como me ordene, señor.

El hombre salió alegre, por tener una excusa perfecta para cubrir el secreto de su jefe, porque Hagrid era el único aparte de Remus y Katie que estaban al tanto de lo que hacía cada 12 de mes, desde hacía seis meses.

La pelirroja sonrío, le extendió un pedazo de pan cuando lo vio, él negó, la comida que le llevaban era basta y rica, hasta en eso, Minerva no la maltrataba o mataba de hambre.

—Estás hermosa –acaricio el abultado vientre cuando ella se acercó.

—Gracias, pero creo que cada día crezco más –se burló.

—Sin duda me encantaría que vivieras este momento de una manera completamente distinta –admitió.

—Estoy disfrutándolo –sonrío.

—No como deberías –soltó enfadado y frustrado.

— ¿Cómo es eso? ¿En una habitación, durmiendo al lado de un hombre que no me amaba? Viendo como esclavizaría a personas inocentes mientras yo vivo como reina, mientras mi hijo crece viendo esas monstruosidades –negó.

—Es mejor que nacer y crecer en la oscuridad –soltó brusco.

—Sé que merece más que a un padre malvado y una madre asesina –sus ojos se llenaron de lágrimas y observó a otro lado –llámame egoísta por quererlo a mi lado a pesar de eso.

—Qué lástima –Tom se giró sorprendido ante la voz de Minerva.

— ¿Qué haces aquí? –bufó Tom.

—Quería saber quién satisfacía esa primera necesidad primitiva, ahora veo que solo desperdicias tiempo en venir a verla –negó –pero te agradezco que me hicieras bajar a pesar de no desearlo, saber que Draco tendrá continuidad, sin duda me alegra, tendré algo que me recuerde a él, podré cuidarle y verle crecer, algo que su madre biológica no podrá, no te preocupes –le sonrió –mantente sana por el bebé, que sus padres y yo, cuidaremos de él.

—Yo soy su madre, y tú no podrás...

—Eso veremos en unos meses, y no te preocupes, Riddle, puedes verla todas las veces que quieras, pero lo sabes muy bien, afuera de este lugar, su nombre no se pronunciará.

Se quedaron en silencio un momento, ella se sentó en la cama, y sonrío apenada.

—Eso no era mi intención, tienes que creerme que...

—Te creo –lo tranquilizó –llegaría un momento en que ella lo tendría que saber, no sé porque Parvati no ha dicho nada.

—Posiblemente crea que Dolohov es el padre –argumento.

—Posiblemente –admitió.

Tardó más de quince minutos con ella, odiaba los barrotes que los separaban, quería consolarla y acariciar el vientre de una forma más cómoda, pero había deseos imposibles.

oOo

Remus puso mala cara cuando Hagrid interrumpió la junta entre Riddle, un comisionado de Carlisle, el hombre le dijo algo a Tom, que se disculpó y salió apresurado del lugar, avanzó hasta el salón amarillo, donde se encontraba McGonagall.

—Riddle –saludo.

—No puedo creer que fuera capaz de hacerle algo así a G...

—No te atrevas a mencionar su nombre –bramó.

—Eso ha sido muy bajo incluso para usted –bufó –quitarle a su hijo sin darle la oportunidad ni siquiera de conocerlo –camino de un lado a otro enfadado.

—Mi nieto es hermoso –se encogió de hombros con una sonrisa –es una lástima que su madre muriera a dar a luz –negó –huérfano, alguien tendrá que adoptarlo, es bueno que Theo fuera como un hermano para Draco, nadie mejor que él para cuidar de mi nieto.

—No dudo de que Katie y Theo puedan ser unos buenos padres, pero no creo justo que...

—No fue justo que matara a mi hijo, en esta vida, se paga con creces lo que se hace, ella mató a mi hijo, bueno, yo le arrebaté al suyo, que lastima que ninguno se vaya poder conocer.

—Ahora entiendo la maldad de Draco, espero que ese bebé sacara el buen corazón de su madre.

—Ha sido un niño –le informó –y Riddle, si le das alguna clase de información de su hijo, te juro que enviaré al pequeño a un lugar donde jamás lo encuentren.

—No voy a decirle nada –soltó.

—No vuelvas a pedirme que baje –soltó Theo entrando.

—Será la última vez –prometió Minerva.

—Era de suponerse que estarías aquí, Riddle –soltó Theo.

— ¿Dónde más estaría? ¿Robándole a su hijo a una pobre mujer?

—Es el hijo de Draco también.

—También puede ser...

— ¿Tuyo? –Se burló Theo –no dudo que lo desees, pero ver al bebé es ver a Draco de nuevo.

—No son mejor de lo que Dolohov hizo –soltó furioso.

—Ella me suplicó que al menos le dejáramos elegir al padrino, y te eligió a ti –soltó haciendo que Tom lo observará.

—Por supuesto que lo seré –soltó.

Bajó apresurado, el lugar seguía de la misma manera, pero ella se veía completamente exhausta, le sonrió e intentó ponerse de pie.

—No te esfuerces –pidió.

— ¿Cómo está? ¿Cómo es? –inquirió entusiasmada.

—No le he visto aún, pero sin duda será igual que su madre, le iré a ver en cuanto llegue al complejo.

—Términos neutrales, Minerva te prohibió decirme algo ¿cierto?

—Algo así, pero en mi defensa, no me dejas usar mi poder para...

—Así están bien las cosas, le pedí a Theo que te permita ser el padrino, espero que al menos eso pueda elegir.

—Ya me lo ha pedido, y no te preocupes, cuidaré de él como si fueses tú.

—Quiero que sea feliz, y sé en el fondo de mi corazón que no lo será aquí, Tom, pero no pude ni siquiera verle, no sé cómo viviré el resto de mis días sin saber cómo es el rostro de mi propio hijo.

—Bueno, él tampoco sabrá cómo eres –se encogió de hombros.

—Eso tampoco ayuda –suspiró.

—Haré todo lo que pueda para solucionar eso, lo prometo, haré lo que esté en mis manos para que las cosas entre tú y tu hijo sean diferentes.

—Ambos sabemos que eso no será posible, ninguno de nosotros pudo salvar a Draco –le recordó –es obvio que a su hijo lo tendrán más que protegido.

—En eso tienes razón –sonrió apenado.

oOo

Tom Riddle entró al lugar dejándole paso a la nueva Presidenta de La Nueva Gran Bretaña, Hannah Abbott. Que por lo poco que Tom alcanzaba a escuchar mientras firmaba los últimos documentos que tenía para que no quedaran nada pendientes, el discurso de Hannah estaba siendo maravilloso, y ella era una mujer maravillosa, había nacido entre los ladrones, pero ella había buscado la manera de hacer algo, y lo había logrado, a tal grado, que ahora estaba llevando las riendas de todo el país.

—Me imagino que ahora irá directamente con ella a decirle que su periodo ha terminado ¿cierto? –sonrió Hagrid.

—Me conoces bastante bien –sonrió Tom negando.

—Han pasado seis años ya –dijo el hombre y sus ojos se aguadaron a punto de las lágrimas, haciendo que Riddle sintiera una punzada directa en el corazón.

—Y no he podido sacarla de ese espantoso sitio, lo sé, Hagrid –negó frustrado.

—Pero no ha pasado un solo día en que usted dejara de intentarlo, ha buscado de todas las formas y métodos para liberarla, pero el odio que el señor Nott y la profesora McGonagall sienten por ella, ha pesado más de lo que pensé que lo haría, señor Riddle, creo que debería admitir lo que ha pasado a lo largo de estos seis años.

—No es el momento ni el lugar para eso, Hagrid.

—Pero señor, nunca será el momento ni el lugar para eso, está enamorado de ella, y creo que ella con el tiempo ha comenzado a sentir algo por usted, es correspondido, debería decirle.

—Soy la única persona con la que ha hablado por seis años –se burló –de ser las cosas de otra manera…

—Si Malfoy estuviese aquí, posiblemente las cosas serían diferentes ahora –admitió el hombre de barba abundante –y aunque ella no le ame como amó a Draco Malfoy, puedo asegurarle que es correspondido de más de una manera.

—Señor Presidente –le habló un chico que apenas conocía.

—Llámame Tom –pidió –ya no soy más el presidente, es la señorita Abbott ahora –le recordó –soy uno más de ustedes ahora –sonrió.

—La señora Nott me ha pedido que le invite a almorzar para festejar, su ahijado ha hecho un comentario extra diciendo que si no va, no lo perdonará.

—Bien, eso ha sido una amenaza directa, tendré que ir –sonrió divertido observando a Hagrid – ¿quieres unirte Hagrid? Lo adoras.

—Pero no he preparado galletas para el pequeño Draco –se quejó Hagrid.

—No creo que eso le moleste, con que lo visites le vendrá bien, lo sé.

—Está bien –sonrió el hombre y se alisó los cabellos esponjados.

Entraron a la bonita residencia de los Nott, el jardín estaba bien cuidado y lucía hermoso, sonrío nostálgico. Bajó la mirada cuando sintió un fuerte golpe en las piernas, el niño rubio de cinco años sonrío ampliamente al verlo, abrazó a Hagrid después de que su padrino le alborotara los cabellos.

— ¡Qué bueno que vinieron! –Exclamó completamente excitado y corrió en círculos –pensé que no vendrías padrino.

—Bueno tu mensaje no dejaba opción a no venir –sonrío y él niño escondió sus manos en su espalda y dedico una sonrisa más tierna.

—Mamá y papá están en el jardín trasero, yo estaba aquí porque quería esperar a que llegaran.

—Eso es lo más dulce que alguien me dijera jamás –soltó Hagrid sorbiéndose los mocos y provocando una sonrisa auténtica en los labios del niño, una sonrisa idéntica a la de Ginevra, Tom sólo sonrío ante ese pensamiento.

La mesa del jardín trasero era lo bastante amplia para los recién llegados, Tom sonrío cordial al ver a Minerva McGonagall sentada, llevaba un vestido color beige con un amplio sombrero que la cubría del sol, sus gafas le daban un toque aristocrático, salvo que esa palabra ya no era más que una vieja palabra, vacía que en esa nueva sociedad, no significaba mucho.

—Me alegro que pudiese venir, señor Presidente –tentó McGonagall.

—Ya no soy más el presidente, el cargo ahora está en manos de alguien más, una chica bastante inteligente que podrá llevar incluso mejor que yo las riendas del país.

—Tengo que admitirlo, Riddle, han sido seis años magníficos, llenos de paz y perfección, lo que buscábamos desde un inicio, Draco no se equivocó en buscarte –sonrío Minerva.

—No fue él quien me buscó –soltó él.

—Pero sí quien te encontró –soltó Theo –y no arruinemos el día, por favor.

—Tienes razón como siempre, Theo –aceptó la mujer mayor –Me imagino que ya fuiste a verla y decirle que dejaste el cargo –sonrío burlona.

—No –negó –iba a ir a verle, pero la invitación de Katie y de Draco llegó en ese momento, decidí venir a verlo primero.

—Sabes muy bien que tienes prohibido hablarle de él, cualquier mínimo detalle que esa mujer sepa de él, sabes lo que significará.

—Lo tengo muy en claro –contestó bruscamente.

—Veo que el interés ha incrementado ¿vas a mudarte con ella ahora que no tienes nada importante que hacer? –soltó socarrona.

—No sabía que tenía la posibilidad de hacerlo, posiblemente lo hiciera, pero me interesa seguir en contacto con su hijo.

—La diferencia es que mientras no le digas de qué color es su cabello, cuántos dientes ha perdido, o su nombre, podrías entrar y salir de la celda.

— ¿No te asusta que le ayude a escapar? –sonrío.

—Ninguno de los dos se arriesgaría, más ella, tiene algo importante que mantener seguro todavía –la mujer mayor observó al pequeño rubio correr de un lado a otro, se levantó apresurada cuando lo vio caer de bruces, pero se levantó riendo como loco divertido y Siguió corriendo.

oOo

Las palabras de Hagrid le golpearon de nuevo al tenerla frente a él, sonriéndole tiernamente, como su hijo lo había hecho hacia unas horas atrás, nadie podría negar que esa pelirroja era su madre si los viera haciendo las mismas muecas tiernas y encantadoras.

—Se ve bastante atractivo, señor presidente –bromeó Ginny, sacó sus manos por los barrotes y acomodo un poco las solapas del hombre, las sujetó y acaricio con la yema de su dedo pulgar los nudillos huesudos.

—Hoy ha sido un día importante –admitió.

—No podías dejarme creer que te arreglaste así sólo para venir a verme ¿cierto? –sonrío.

—No sabía que eso era lo que querías escuchar.

—Eres bastante malo con las mujeres ¿he?

—Bastante malo.

—Ya bien, dime ¿qué se celebró?

—Hoy terminé mi cargo como Presidente ¿sabes? Podré venir a verte más seguido.

—Esa es una buena noticia ¿Quién ha sido elegido ahora?

—Es un ella, su nombre es Hannah Abbott –contestó –es una chica realmente asombrosa, bastante comprometida con el país y una visión bastante...

—Suenas bastante emocionado –comentó con una sonrisa burlona –Hannah Abbott tiene que ser más que eso, para llamarte tanto la atención...

—Desde Astoria, solo me he interesado por una chica.

—Lamento que Draco fuera capaz de hacer algo así, ella no era de mi agrado gracias a él, pero creo que ahora que sé la versión oficial, lamento que él le arruinara la vida de ese modo, y a ti, pero me alegro que encuentres a alguien ahora, realmente lo mereces, es bastante afortunada.

—Draco debe estar retorciéndose en su tumba en estos momentos –soltó Tom –de no haber matado a Astoria, posiblemente no estaría aquí –la pelirroja desvío la mirada –enamorado de ti –completó recuperando la mirada de Ginny, que le dedicó una sonrisa tierna y una mirada dulce.

—Te fijaste en la persona incorrecta, Tom.

—Sé que en tu vida y en tu corazón sólo hay lugar para él pero...

—Yo no puedo ofrecerte nada aquí –le interrumpió –estamos separados por más que unas barras de acero inoxidable, Tom, y por primera vez no me refiero a Draco y lo mucho que le amé –el corazón del hombre se aceleró.

—Quiero sacarte de aquí.

—Y yo quiero muchas cosas, pero ninguno de nuestros deseos se cumplirá, y es mejor que lo aceptemos, el último milagro que cruzó mi vida fue mi hijo, o mi hija, no lo sé –su mirada se llenó de dolor.

—Te amo –le dijo, porque creyó que ya era el momento de decirlo, desde hacía un tiempo, sabía que la amaba, y tampoco fue algo que resultó de la noche a la mañana.

Te amo –las palabras de la mujer realmente lo sorprendieron, pero en el fondo lo alegraron, acaricio la mejilla sucia y la besó a través de los barrotes de la celda.

Los labios de Ginevra eran suaves, un poco agrietados pero seguían siendo suaves, el beso fue lento, tenían años conociéndose, pero sus labios eran completamente nuevos para el otro, y el primer encuentro entre sus labios le estaba resultando fabuloso a Tom.

—Te amo –le aseguró antes de volver a la superficie.

Ahora comprendía muchas cosas, la facilidad con la que un beso podría cambiar un mundo, una vida, Draco Malfoy había hecho todo esto tan bien, que se aseguró que si Ginny no estaba con él, no estaría con nadie, pero no contaba con él, y así le fuera la vida, la sacaría de ahí, y le haría ver la libertad que ella consiguió.

oOo

Tom Riddle caminaba bajo la fuerte lluvia, el funeral de Minerva McGonagall había sido maravilloso, pero para él, que conocía ese lado perverso de la mujer que pasó muchos años intentando reivindicarse sólo para arruinar más vidas, sólo habían sido palabras hipócritas, salvo las palabras del pequeño Draco Malfoy Jr. De ocho años de edad.

La mujer levantó la vista sorprendida, jamás había visto al ex presidente Riddle de esa forma, así que pidió a sus asistentes que salieran, para darle un poco de privacidad.

—Señorita Presidenta, ambos sabemos que la muerte de Minerva McGonagall han cambiado solo tres cosas en el país, y la única que me importa, es la que está encerrada injustamente.

—Tom –lo tuteo –el caso de la mujer encarcelada ha sido juzgado y es irrevocable.

—Porque Minerva así lo dispuso, pero ambos sabemos que podemos reabrirlo.

—Theodore Nott y Luna Longbottom se negaran.

— ¡Ese niño rubio es su hijo! –Golpeó la mesa –les han arrebatado ocho años de sus vidas, y el único crimen que ella ha cometido, es regalarnos la libertad que ahora tenemos.

—Todo está bien –dijo la mujer al guardia que entró –este caso está fuera de mis manos.

—Al menos apele a tu buen juicio.

—Aún no he terminado, Tom –Hannah se puso de pie y le sonrió –sólo hay alguien que puede sacar a Ginevra de ahí.

— ¿Quién?

—Me llegó una invitación de la SUN, el Ministro Antti Nieminen de Finlandia quiere saber si nos uniremos, él puede llevar el juicio sin que se intervenga y por fin sea justo –Tom sonrío y la esperanza brillo en sus ojos –tomará tiempo, tal vez un par de años, pero posiblemente la respuesta sea favorable.

—Ha estado nueve años ahí –soltó –uno o dos más no harán mucho peor las cosas, no dejaré de amarle en ese tiempo.

—Que es lo que importa.

El rubio de ocho años se acercó a su padrino y suspiró triste por la pérdida de su abuela.

—Fuiste a verla ¿cierto? Le dijiste que la abuela murió.

—Fui a verla, pero esa noticia no se la dije.

—No quieres hacerla feliz con esa noticia ¿he?

—Draco –musitó Riddle –hay algo de tu madre que no entiendes aún.

—Que no debo decirles a mi tío Theo y a la tía Katie que me has contado sobre ella, que está encerrada y que por tu culpa, me muero de ganas de conocerla ¿cierto? Padrino, me has contado todo sobre ella, omitiendo información de mi padre, pero a él siento que lo conozco desde que nací, todo el mundo habla de él, mis clases de historia son extrañas, porque el nombre del héroe del cuento es el de mi padre, y compartimos nombre, a ella... Ella es como una sombra, nadie la menciona, para las personas, el gran líder de la resistencia, Draco Malfoy, sólo se enamoró de una mujer, Pansy Parkinson, que fue una traidora, y de una mujer llamada Astoria Greengrass, mi madre sólo fue una golfa de cantina, claro esa historia no la cuentan los libros.

—Tu madre es una mujer maravillosa, y tu abuela hiciera lo que hiciera, así fuera separarlos, tú madre jamás se alegraría por su muerte.

—Quiero bajar contigo y conocerla, decirle que a pesar de que mi padre sea el héroe, ella lo es para mí, que si le hace feliz, me gustaría vivir con ella aún sea en esa celda.

—Creí que Minerva te había dicho que...

—Ella dijo específicamente que no podía decirle nada a Ginevra de Draco, ni siquiera si fue un niño o niña, pero jamás me prohibió hablarle a él de su madre –gruñó Tom.

Ginevra –musitó el niño de ocho años y sus ojos grises brillaron ante la felicidad pura, era la primera vez en su vida, que escuchaba el nombre de su madre, su padrino siempre lo había ocultado –mi madre se llama Ginevra, por fin sé su nombre.

—Ella ni siquiera quiso conocerte –soltó Theo.

—No me mientas, ya lo sé, y sabes, le creo a mi padrino, le creo que mi madre es inocente, mi padre jamás la hubiese amado de haber sido capaz de hacer lo que dicen que hizo.

El niño se alejó, dejando a Theo perplejo, ver cómo un niño de ocho años que jamás había visto a su madre le defendía con tanta fiereza, era como ver a su mejor amigo defenderla, sintió un gran escalofrío recorrerlo, tenía razón, Draco jamás le hubiese amado si ella fuese capaz de hacer algo así, tuvo miles de oportunidades de matarlo, sin embargo, siempre corrió al peligro por él.

—Tengo que irme –dijo Theo y salió de su casa un poco aturdido.

oOo

Tom se sentó en uno de los bancos del parque, Draco seguía de pie, con un pequeño libro en las manos que hablaba de una de las eras anteriores, pero Tom no prestaba mucha atención a lo que el niño leía en voz alta.

—Pensé que me ayudarías con mi tarea, padrino –se quejó –no sé cómo llegaste a presidente si no sueles prestar mucha atención –soltó enfadado.

Tom sonrió, iba a rebatir eso diciéndole que su padre solía ser más despistado de lo que parecía y que a veces tenía que explicar con manzanas lo que había dicho para que él entendiera, y luego recordó las cosas de las que Draco Malfoy padre, era capaz de hacer, como hacerles creer a un país entero que la única mujer que lo había amado, lo asesinó, y privarle de la libertad por once malditos años.

—Me distraje un instante y me estás regañando, creo que serías buen presidente.

—No –negó –eso lo dejo a personas con más visión que la mía, no creo que sea bueno tomando decisiones por los demás.

—Todos pensamos eso hasta que el pueblo nos elige –sonrió Tom.

—A ti no te eligió el pueblo, te eligió mi madre y por eso te volviste en holograma en nuestro libro como el primer presidente de La Nueva Gran Bretaña y en general, como el primer presidente de la historia, porque antes era la…

—Monarquía –completó haciendo que el niño sonriera.

—Al menos prestaste atención.

—A tu madre le encantaba parlotear sobre los hechos inútiles de las eras pasadas, diciendo que habían sido los años dorados del país.

—Mi padre hizo los mejores años dorados por ella ¿cierto? –sonrió.

—Cierto –mintió Tom.

No era de su agrado mentirle, pero había tenido una charla un poco acalorada con Ginevra al respecto, y ella le había dicho que no sería quien le hablara mal de su padre, inclusive ella no sería capaz de hacerlo, hubiese hecho lo que hubiese hecho, ella no quería fomentar ninguna clase de odio en su hijo, y la admiraba incluso más, por eso.

—Vaya –dijo Draco dejando el libro en el banco junto a su padrino, con la vista perdida en un punto –padrino –lo empujó llamando su atención y sentándose junto a él –digo ¿no crees que esa mujer es completamente hermosa?

—Tienes diez años, Draco –se burló Tom.

—Eso no le quita lo guapa a la mujer ¿no te gustaría para que fuera mi madrina? –Sonrió –su cabello es bonito, parece una llama encendida, de esa clase de llamas que no puedes apagar.

—Te diré algo, pero prometerás comportarte como te educan en la escuela ¿de acuerdo?

—Soy uno de los mejores comportados de la escuela, padrino, no hago escándalo por nada.

—Bien –bajó la voz y se acercó al niño para decirle el secreto –ella es tú mamá.

Hubo un segundo de silencio por parte de los dos, el niño observó a la mujer que se acercaba y por primera vez reconoció a la acompañante, era la presidenta Hannah Abbott la que venía con esa pelirroja bonita.

— ¡Mamá! –exclamó el niño y se echó a correr.

Los ojos de Ginevra ubicaron al niño de inmediato, y avanzó más apresurada, cuando estuvo frente a su hijo, se dejó caer de rodillas, él se abalanzó a sus brazos siendo bien recibido por la mujer de cabellos de fuego.

—Parece que por fin están juntos –soltó Theo junto a Riddle.

—Por fin –aceptó –nos tomó dos años, gracias por ayudarnos al final.

—Él tenía razón, mi hermano jamás la hubiese amado de ser una traidora.

—En serio, gracias.

—Ustedes están juntos ahora ¿cierto? –Tom observó a la pelirroja a lo lejos que lloraba mientras observaba a su hijo, y recordó lo que había sucedido entre ellos hacía dos noches, antes de que ella saliera de esa celda, la suavidad de la piel de Ginevra, sus labios, habían estado juntos por once años, pero apenas hacía dos días, habían estado realmente juntos en una forma intima.

—Sí –admitió.

—Me alegro que al fin encontrara un hombre que le amara como merece –admitió Theo con pesadez –mi hermano debió amarla como ella merecía, sin embargo jugo con ella –sujetó el hombro de Tom –de un hombre que la amó con locura a otro –sonrió –espero que por fin tengan esa paz y felicidad que se merecen.

—Creo que al final, ella podrá disfrutar de todo lo que Draco le negó por años, tendrá la oportunidad de ver el nuevo amanecer de la era que ella nos trajo.