Attraction

Capitulo 6

Dulces.

Los labios de Gakushuu eran dulces y suaves. Tal y como se había imaginado todo este tiempo.

La luz del sol del atardecer se colaba por la ventana iluminando la clase. Todo se encontraba en silencio, a excepción del sonido de las hojas de los árboles moviéndose con el viento y este colándose por la estancia. Haciendo que su ropa y su pelo se zarandearan levemente. La mano de Karma aún agarraba el cuello de la camisa del contrario con fuerza, como si apretar el puño contra ella le hiciera controlar los nervios. Cosa que era imposible. Momentos antes, había estado observando como el presidente del consejo estudiantil barría parte de la clase con mal humor y murmurando cosas con rencor. Ahora, con los ojos cerrados, la mano en su camisa y la escoba tirada por el suelo, había juntado sus labios con fuerza. Gakushuu estaba paralizado, pasaban los segundos, no decía nada, no hacía nada, solo se había escuchado el golpe sordo de la escoba cayendo al suelo. Sintiéndo su corazón latir a mil por hora, Karma se dió cuenta de la forma en la que los labios del otro se amoldaban a los suyos. Aún si no se movían y sentía su cuerpo temblar, sus labios eran suaves, tibios y cargados de inseguridad. Ninguno parecía querer separarse, pero tampoco moverse. Daba la impresión de que si lo hicieran, la calidez de su pecho, la suavidad del toque del otro, la emoción del momento, se perdería.

¿Por qué había llegado a esto? En la mente de Karma la confusión le inundó por un momento. No estaba bien. No estaba bien besarle así como así. Aún si habían estado a punto de hacerlo antes ¿Estaba bien ahora? ¿Después de esa pelea en la piscina? "Nagisa y yo no estamos saliendo" le había dicho sentado en la mesa. "Y Ren no es mi ojito derecho" le contestó el otro con simpleza. Y no supo como reaccionar. Porque mientras que Asano se daba la vuelta para seguir barriendo, su mente volvía a quedarse enredada en aquel momento en la piscina. Cuando Ren dijo "Gakushuu" abiertamente, como si fuera algo a lo que estaba acostumbrado. Y el otro ni se inmutó. Le dolió en cierta forma ¿Cómo no iba a hacerlo cuando él no podía decir ni la primera letra de su nombre sin que se molestara? Aún si utilizaba eso como pretexto para ponerle nervioso y meterse con él, le enfadaba. Que Ren pudiera llamarle así sin ningún problema y él no ¿Por qué? ¿Qué diferencia había entre ellos? Su mente empezó a llenarse de preguntas sin sentido y llegó a una única conclusión. Él quería ser como Ren. No. Quería ser más importante que Ren. Que Gakushuu le tuviera más aprecio, que pudiera llamarle por su nombre sin que le amenazara con pegarle al menos ¿O es que acaso había perdido ese derecho? ¿No podía superar a ese mujeriego en ese aspecto?

Pues sí podía.

Porque en el momento en el que se levantó de la mesa, se colocó frente a Asano y junto sus labios con torpeza, supo que podía superarle con creces. Más cuando el pelinaranja no se movió, no protestó. Solo se limitó a inclinar la cabeza en un movimiento imperceptible para que sus labios se amoldaran entre los suyos. Con suavidad, haciendo que su corazón se desbocara de la emoción y su mano temblara del nerviosismo. Sin poder evitarlo, una calidez indescriptible inundó su pecho, haciendo que sonriera de la nada. Esto último le hizo separarse de Asano a duras penas, suspirando levemente y dejando ir su camisa por fin. El otro no se movió, siguió parado en el mismo sitio en el que habían empezado. El único que se separó un poco fue Karma, quedándose a unos pasos de él y mirándole con atención.

No se arrepentía de nada de lo que había hecho. Es más, ahora estaba más feliz que antes. Porque en ese momento podía ver bajo la luz del atardecer como Gakushuu clavaba sus ojos, que ahora tenían un extraño brillo, en él con intensidad. Como sus labios entreabiertos parecían llamarle más que antes y como sus mejillas habían enrojecido con fuerza. Y todo eso por él. Porque le había besado él. No Ren, ni ninguna de sus pesadas admiradoras. Él, Akabane Karma. Y ese hecho solo podía hacer que sonriera más a cada segundo que pasaba. La habitación seguía en silencio, ninguno de los dos decía una palabra, aunque ambos sabían que no era necesario. Aún así, Karma se dió la vuelta con aire dudoso y se dirigió hacia donde había dejado olvidada su escoba.

-Es mejor que terminemos esto cuanto antes.- Dijo con naturalidad. Como si lo que acabara de hacer fuera lo más normal del mundo.

Gakushuu no respondió. Tampoco supo lo que hacía, ya que no podía verle de espaldas, pero se imaginó que seguía aún de pie en el mismo sitio que antes. No se preocuparía por ello a menos que pasara una hora en ese estado. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que el otro reaccionara. Escuchó unos pasos apresudaros andar hacia él, se dió la vuelta con rápidez para encarar al otro chico, pero se rindió a los pocos segundos.

Con una emoción que no había mostrado anteriormente, Gakushuu enroscó su brazo en torno al cuello de Karma, cogiéndo su nuca, empujándole contra la mesa que tenía detrás para apoyarse y besándole con fuerza. Se escuchó una exclamación por parte del pelirrojo y un suspiro del otro chico. Juntando sus labios casi con desesperación, Karma acabó sentado en la mesa con el otro casi encima. Presionando sus cuerpos y colocando su mano en la cintura. Karma se dejó hacer y todo su raciocinio empezó a desvanecerse por completo en cuanto los labios de Asano empezaron a moverse contra los suyos. Se aferro a su espalda y empezó a sonreír de nuevo cuando se dió cuenta de que sus cuerpos parecían un puzzle ahora completado. Casi abrazados, sus labios encajaban a la perfección, se degustaban, se unían, volvían a separarse y se juntaban de nuevo, como si fueran a morir sin el sabor del contrario. Sus alientos se entremezclaban, ambos empezaban a tener la respiración profunda y acelerada y su cuerpo temblaba de la anticipación. Como si fueran a llegar más lejos. Cerrando los ojos y hundiéndose en las sensaciones, Karma sintió un leve tirón en su pelo haciendo que inclinara su cabeza hacia arriba. Apretó con más fuerza sus manos contra el otro y no pudo evitar reprimir un gemido en su garganta cuando sintió la lengua de Asano intentando entrar en su interior. El pelinaranja dándose cuenta de esto, suspiró en medio del beso y volvió a intentarlo, lamiendo con la punta de su lengua los labios del otro, como pidiéndole permiso para entrar. Todo se volvió tan cálido, tan húmedo y tan desenfrenado en un solo instante, que ambos se preguntaban como habían aguantado tanto tiempo sin haber hecho esto. Rozando sus lenguas la una con la otra, explorando la cavidad del contrario y abrazándose con fuerza, como si llegara el fin del mundo. Podían sentir sus latidos desenfrenados contra sus pechos, sus suspiros y sus leves gemidos entre cada beso y sus manos que ya no sabían dónde posarse. Karma no sabía en qué momento había enroscado sus piernas en torno la cintura del otro, ni cuando las manos de Asano habían empezado a temblar contra su espalda a medida que se seguían besando. Pero mientras que siguieran juntando sus labios de aquella manera tan exquesita, le daba igual. Había valido la pena todo lo que habían pasado para llegar a esto, si por ellos fuera se habrían partido la cabeza cayendo de ese árbol si eso significaba poder besarse de esa forma después. Porque toda la tensión que había entre ellos, todos los sentimientos y pensamientos que habían estado guardándose en su interior respecto al otro, lo estaban liberando en ese momento. Abrazándose con esa fuerza, suspirando por más, estremeciéndose bajo el toque del otro y juntando sus labios como tantas veces habían estado a punto de hacer. Se atraían tanto sin saberlo, podrían haber hecho esto hace tanto tiempo, pero eran tan idiotas y tan inseguros en cierta forma. Y ahora que sus pechos eran inundados con esa extraña calidez que les hacía sonreír entre cada beso y las mariposas en sus estómagos que les impedía separarles, no podían hacer más que desear que ese momento no acabara nunca. Aunque para su desgracia, tenían que respirar. Aunque la idea de morir asfixiado entre besos no era mala en aquel momento.

Separándose a duras penas, Gakushuu fue consciente de la situación en la que se encontraban. Se suponía que estaban castigados por meterse en la piscina del instituto sin permiso y haber amenazado abiertamente a dos alumnos. Pero habían acabado besándose de una manera que no esperaban, con Karma sentado en una mesa y sus piernas enroscadas en la cintura de Asano, y Asano agarrándo los hombros de Karma con fuerza intentando disminuir el sonrojo de su cara. Ahora en la habitación se escuchaban sus respiraciones aceleradas, con ambos intentando recuperar el aliento. Seguían medio abrazados. Mirándo al otro con atención, Gakushuu no pudo evitar que una sonrisa cruzara su cara cuando vió su rubor y como su pecho subía y bajaba mientras respiraba. Tal vez fuera la emoción del momento, el hecho de que lo que acababa de pasar fuera como una ilusión hecha realidad que pensó que nunca se cumpliría o la expresión de Karma que no hacía más que estremecerle de ternura. Pero Asano no pudo evitar separarse con rápidez del otro, cogerle las manos mientras que estaba confundido y decir con convicción:

-Me gustas.

-¿Eh?- Alcanzó a decir Karma intentando asimilar lo que estaba escuchando.

-¡Me gustas!- Esclamó Asano apretando el agarre de sus manos.- ¡Sal conmigo!

-¿E-Eh?

-¡No te quedes ahí parado y dime que sí! ¡Maldición!- Dijo el pelinaranja más nervioso a cada segundo que pasaba. Estaba más avergonzado de lo que parecía.

-¿Y-Yo? ¿Salir contigo? ¿Q-Quieres que salga contigo?- Preguntó Karma con asombro mientras sus ojos ámbar empezaban a brillar de manera extraña.

-¡Sí! ¡Ahora dame una respuesta o...

Gakushuu se calló al instante en el que notó algo raro detrás de Karma. Aún si no podía apartar la mirada del pelirrojo y su adorable expresión, no pudo evitar fijarse en un movimiento extraño tras una de las puertas laterales de la clase, la cual se encontraba tras la espalda de Karma. Fue una sombra imperciptible, un ruido leve bastante difícil de captar a menos que estuvieras lo suficientemente acostumbrado. Pero la paranoia de Asano de tenerlo todo controlado y el sentido del peligro que había desarrollado a través de esos dos o tres días de espionaje y acoso intensivos, le hicieron percatarse de ello y callarse de repente. Karma le miró extrañado y se dió cuenta de como su mirada se había clavado en esa puerta, girando la cabeza y fijándose él también. Aún seguían con las manos entrelazadas, pero ambos miraban hacia ese lugar con curiosidad y sospecha.

Sospecha más que razonable y entendible.

Porque al cabo de unos segundos en los que la clase se había quedado completamente en silencio, esa puerta se abrió imperceptiblemente, dejando una pequeña rendija abierta que daba al pasillo. Rendija por la que se alcanzaba a ver al menos quince pares de ojos distintos en fila y observándoles con atención.

Gakushuu empezó a sudar, Karma apretó las manos del otro con fuerza y los quince pares de ojos se pusieron nerviosos en el momento en el que se percataron de que los otros dos les estaban mirando desde la mesa. Los susodichos se quedaron callados y alcanzaron a oír unos cuantos murmullos detrás de la puerta. Parecía que estaban discutiendo algo, pero es que en aquel momento aún no asimilaban lo que estaba pasando realmente. Empezaron a saber de qué se trataba cuando después de unos dos minutos, la puerta se entreabrió lo suficiente para dejar que la cabeza rubia de Maehara se asomara y les hablara con toda la naturalidad del mundo.

-¿Estáis saliendo ya?- Preguntó con expresión impasible.

-No.- Respondió Asano con simpleza. Karma se limitó a sudar más y a que una exclamación ahogada se quedara atascada en su garganta.

-Vale.- Dijo Maehara como si nada. Les miró unos segundos, y volvió a meterse en el pasillo cerrando la puerta tras de él. Como si no hubiera pasado nada.

Los otros dos se miraron con una expresión indescifrable. Asano se dió cuenta de la fuerza con la que Karma sostenía sus manos y con un suspiro se separó de él con exaperación y se dirigó a la puerta en completo silencio. Para cuando se había acercado y había abierto esa puerta con fuerza, no se imaginaba que se iba a encontrar ese panorama. Porque no era solo la maldita clase E la que estaba allí sentada en el pasillo asomándose a las puertas y a las ventanas para observar dentro de la clase, si no que los cinco virtuosos también estaban allí apiñados como quién no quiere la cosa. Llegados a este punto Gakushuu se preguntaba qué tenía que haber hecho mal en sus anteriores vidas como para sufrir tanta humillación en esta. No era normal que tanta gente estuviera interesada en espiarle de esa forma, o el problema era suyo o de ese grupito que ahora le miraban asombrados y con miedo por haber sido descubiertos. Pero sin duda tenían un problema.

-¿Cuánto tiempo lleváis ahí?- Preguntó con seriedad mientras aferraba su mano contra la madera de la puerta. Se estaba conteniendo las ganas de repartir tortas.

-Todo el rato.- Contestó Ren levantando la mano con una sonrisa radiante en su cara. Algunos le siguieron con un asentimiento efusivo y más sonrisas que le descolocaban.

Cuando decían "todo el rato" significaba que lo habían visto todo. Absolutamente todo. Desde que Asano maldecía al mundo con una escoba en la mano, hasta que se había declarado a Karma tras besarse encima de una mesa. En ese momento Gakushuu no sabía donde meterse. La vergüenza era tanta que no podía ni moverse. Para su suerte, consiguió controlar el inevitable sonrojo de su cara y mirar a todos los presentes con una expresión seria y fría que daba más miedo que otra cosa. Con eso esperaba recuperar un poco de la dignidad y el respeto que había perdido ese día.

-¿Es que no tenéis nada mejor que hacer?- Preguntó con seriedad mirándoles a todos con una expresión hostil.

-Ojalá.- Contestó una chica morena con el pelo corto de la clase E con un suspiro exasperado.

-Ah. Se ha largado.- Dijo Maehara antes de que Asano pudiera decir otra cosa. Estaba mirando al interior de la clase con curiosidad.

El pelinaranja siguió su ejemplo y se dió la vuelta para darse cuenta de que tenía razón. Karma se había largado. La ventana estaba abierta de par en par, la clase completamente en silencio y más de quince personas en el pasillo preguntándose dónde había ido el pelirrojo. Aunque Asano fuera el único que tenía que preguntarselo.

El chico escuchó unos murmullos tras de él, pero le dieron lo mismo. Lo único que tenía en mente era ir tras Karma. No iba a permitirse el lujo de dejarle marchar después de lo que había pasado. Esta vez no. Así que volvió a darse la vuelta, atravesó a paso rápido a todos los que estaban sentados en el suelo y le miraban con curiosidad, y se dirigió a la salida dispuesto a encontrar al otro chico, aunque ya tuviera una lijera idea de dónde se encontraba.

-Malditos cotillas.- Murmuró antes de atravesar el pasillo por completo y largarse de allí.

~0.0~

-A ver. Baja de ahí.- Dijo Asano con tono cansado.

-No.- Respondió Karma al instante.

Al pelinaranja no le había costado mucho adivinar a donde había ido Karma. Teniendo en cuenta que estaría lo suficientemente cansado y confundido como para bajar una montaña y volver a su casa, lo más lógico es que volviera al lugar dónde siempre solía pasar el rato cuando no quería estar dentro del edificio de la clase E: Al árbol. Ese árbol al que se llegaba atravesando el patio y dónde se habían caído por culpa de... Algo extraño amarillo. Asano aún no tenía muy claro lo que había pasado. El caso es que no había tardado casi nada en llegar y tal y como había pensado, Karma estaba allí. Mirando al horizonte con expresión pensativa y sentado en la rama más alta. Justo en el lugar dónde ellos durmieron acurrucados la otra mañana.

Si bien Gakushuu había decidido días atrás e incluso esa mañana en la piscina, que jamás en su vida le confesaría a Karma lo que pasaba por su cabeza, todo se había ido al traste en cuanto le arrinconó en esa mesa y empezó a besarle como si su vida dependiera de ello. Lo mejor era que Karma le había correspondido. No solo eso, había sido él quién empezó, besándole de esa forma tan inesperadamente tierna ¿A qué había venido eso? No lo sabía, pero su mente estaba hecha un lío. Aún así tenía muy clara una cosa, se había confesado y le había pedido salir. Y a estas alturas era muy difícil que Karma le rechazara ¿Verdad? Porque no tiene sentido que beses a alguien que no te guste o no quieras salir con él ¿Verdad? Dejando de lado que ambos eran hombres y que la sociedad de japón permitiera de todo menos la homosexualidad ¿Verdad?

-"No va a rechazarme... ¿Verdad?"- Empezó a pensar Asano mientras que el pánico empezaba a inundar poco a poco su mente.

Aunque ese miedo empezó a desvanecerse cuando se percató de que Karma le estaba mirando desde arriba, en silencio y con sus ojos ámbar aún brillantes. Podría decirle algo igual que esa mañana en la que pateó ese mismo árbol, pero no tendría sentido. Por un momento ambos se quedaron mirándose, hasta que Gakushuu decidió que estaba esperando demasiado y rompió el silencio, pidiéndole al otro lo más razonable del mundo: Que se bajara de ahí. Aunque la respuestas no se hizo esperar y fue la más obvia. Quién sabe por qué Karma se negaba, pero Asano se estaba impacientando. Y mucho.

-Si no bajas, no podremos hablar de esto.- Dijo Asano intentando razonar con el otro. A estas alturas no le quedaban más opciones y se negaba a subir otra vez a esa rama infernal.

-¿Qué es lo que tenemos que hablar? No hay nada que hablar.

Esto último descolocó a Gakushuu de una manera que no esperaba. Levantando la cabeza lo más que podía, aún si le dolía el cuello, intentaba mirar a Karma a los ojos, cosa que se le hacía imposible. No le había pasado desapercibido el tono amargo con el que le había contestado. Un malestar empezó a instalarse en su pecho, sustituyendo a la felicidad y calidez de momentos antes.

-¿No vas a darme una respuesta?- Preguntó con un tono de voz casi triste.

Se miraron de nuevo, con una expresión abatida en la cara. El viento seguía levantado, azotando las hojas de los árboles y llenando el bosque de esa montaña con leves susurros y crujidos. Su pelo y su ropa también eran zarandeados por el viento, estaba empezando a hacer frío, pero eso les daba lo mismo. Asano había desechado la posiblidad de ser rechazado en el momento en el que el otro le besó. Pero parecía que se estaba imaginando cosas que no eran. Intentó mantener la compostura y trató que esos pensamientos negativos no le inundaran la mente antes de que fuera demasiado tarde. Karma aún tenía cosas que decir, y lo confirmó cuando el otro abrió la boca para hablar. Aunque no se imaginaba cuanto le iban a afectar sus palabras.

-Yo no soy el más indicado para salir contigo.

-¿Q-Qué?- Preguntó estupefacto.

-Y-Yo...- Empezó a decir Karma mirándole con un leve sonrojo y apretando los puños.- Yo no soy nadie a tu lado. Solo un imbécil de la clase E que cayó allí por mal comportamiento y por pegarle una paliza a un "estudiante de honor". Soy irrespetuoso, desvengorzado, vago, orgulloso y caprichoso. Todo lo contrario de tí. A mis padres les da igual lo que haga, incluso a mí muchas veces me importa poco lo que me pase con tal de conseguir lo que quiero. No suelo pensar en los demás, no tengo respeto por ningún adulto y soy más manipulador de lo que crees ¿Es esta la persona con la que quieres salir?

-...

-Si te digo que sí ¿Que crees que pasará? Yo no sé como estar con alguien, nunca he tenido una relación con alguien. Lo más seguro es que lo estropee o te acabe haciendo daño. Además, esto no es tan fácil ¿Crees que la gente lo aceptará así como así? ¿Sabes que las tasas de suicido de adolescentes por casos de homofobia no paran de aumentar? No digo que eso nos pase a nosotros, pero si salgo con alguien, no pienso ocultarlo. Y si no lo oculto, significa que se nos echará encima más de la mitad de la población. Ya no serás el hijo de ese prestigioso empresario, aquel que saca matrículas de honor y queda en primer puesto en los exámenes nacionales. No te verán con los mismos ojos, no te tratarán de la misma forma. Y todo eso porque quieres salir con alguien como yo ¿Es eso lo que quieres? ¿De verdad sigues dispuesto a salir conmigo sabiendo todo esto? Puede que incluso haya omitido más cosas negativas de mí y de todo lo que puede pasar ¿Sabes?

-Me gustas.- Respondió Asano como si nada subiendo los hombros con indiferencia.

Karma se quedó medio en shock al volver a escuchar eso. Aún después de decirle todo aquello ¿Cómo es que Asano podía repetir esas palabras? Él le miraba con expresión seria, como si estuviera pensando que más decirle, pero se callaba, como si esas dos palabras fueran todo lo que tenía que saber. Karma se había pasado noches en vela pensando en esas cosas, en todos sus defectos y en todo lo que acarrearía salir con Gakushuu. No podía creer que aún después de haberle dado tantos argumentos, el otro le respondiera de esa forma. Tenía razón y lo sabía. Asano siempre se había esforzado mucho en todo, ya sea para superar a su padre o para demostrar a los demás que era más que un niñato rico y privilegiado. Pero el simple pensamiento de que todo ese esfuerzo se fuera por la borda al salir con él, le echaba para atrás. Es por eso que Karma necesitaba decirlo, necesitaba saber que Asano era consciente de todo eso. Y si entonces el chico no cambiaba de opinión, sería más que feliz. Como en aquel momento.

-¿Es que no has escuchad...

-Me gustas.- Volvió a decir el pelinaranja interrumpiéndole.- ¿Qué más da lo demás?

-¿Eh?

-Yo tampoco he salido nunca con nadie. Soy un niño mimado caprichoso, envidioso, insufrible, altivo, egoísta y quejica. No pasa un día sin que tenga que ganar o manipular a alguien. Mis padres también pasan de mí y como mucho tengo un conejo de mascota, y él solo me quiere cuando le doy lechuga. La sonrisa que le doy a los adultos, a las admiradoras, a la gente que cree que soy perfecto, es falsa. Es tan falsa que incluso yo me río al llegar a casa y solo puedo pensar en lo ingenua que es la gente por pensar que soy ese niño idílico e inalcanzable que nadie puede superar ¿Pero sabes quién es el único que no cae ante esa sonrisa falsa? El imbécil que se mete cantidades industriales de batidos de fresa en el cuerpo y se sube a los árboles cuando se aburre. Yo también puedo hacerte daño, yo también puedo estropearlo todo. Y aún así lo sigo diciendo, me gustas. Eso no va a cambiar ¿Homofobia? Me da lo mismo ¿La opinión de la gente? También. Seguiremos siendo mejor que ellos, en todos y cada uno de los sentidos. Así que bájate del maldito árbol y dime que sí. Dime que saldrás conmigo si no quieres tenerme las veinticuatro horas del día a tu lado y acosándote.

Lo último lo había dicho a modo de orden, casi gritando y amenazándole con no dejarle en paz si no obtenía lo que quería. Asano suspiró con pesadez mientras recuperaba el aliento tras todo el discursito que acababa de dar. Tenía que reprimir una sonrisa en su cara para no hacer el momento más incómodo. Todo volvió a quedarse en silencio y Asano solo podía pensar en lo estúpido que era Karma por pensar todas esas cosas ¿Y qué si era egoísta? Él también lo era. Y eso estaba bien. Significaba que ninguno de los dos estarían dispuestos a compartirse ¿Verdad? Eso sería una explicación más que razonable para justificar el ataque de celos de esa mañana.

Pero de repente, el silencio fue roto por la risa de Karma. Asano levantó la cabeza sorprendido, para ver como el otro se reía encima de esa rama, sujetándose la barriga y manteniendo el equilibrio para no volver a caer. No sabía cómo reaccionar a eso, así que simplemente esperó a que el otro dejara de reírse, cosa que pasó un minutó después. Con pequeñas lágrimas en los ojos y una sonrisa en su cara, Karma le miró desde arriba y reprimió otra carcajada, haciendo que Gakushuu tuviera que ocultar un leve sonrojo en su cara ¿Tan raro era lo que había dicho?

-¿Tienes un conejo que solo te quiere por la lechuga?- Preguntó Karma con tono burlón.

-¡¿Eso es lo único con lo que te has quedado de todo el discursito?!- Exclamó Asano avergonzado y con tono enfadado.

-Es que imaginarte dándole de comer a ese animalito es bastante gracioso.

-¡No tiene nada de gracioso! ¡Una vez me mordió tan fuerte que... ¡¿Por qué estamos hablando de mi conejo?!

-No sé, has empezado tú.

Se echó una mano a la cabeza y suspiró con pesadez. Asano estaba empezando a pensar que Karma le iba a rechazar de verdad y estaba diciendo tonterías para retrasar ese momento. Y no podía dolerle más.

-Oye.- Dijo Karma hablando con seriedad de repente.- ¿De verdad estás dispuesto a soportarme?

-¿Mm?

-Si te he dicho todo eso, era para asegurarme.- Contestó mirándole con una leve sonrisa.- La verdad es que a mí no me importa soportar a un niño mimado como tú.

Karma sonrió mientras apoyaba los codos en las rodillas y le miraba desde arriba con esa sonrisa tan diferente a las demás que le había dado antes. Porque esta no tenía un aire de reto, ni de burla. Era simplemente una sonrisa genuina y normal, algo que Karma no solía dar con facilidad. Asano no hizo más que sonrojarse y mirarle sorprendido ante esas palabras ¿Estaba diciendo lo que creía que estaba diciendo? Porque si estaba diciendo eso, le estaba faltando tiempo para subir a esa rama y acorralarle de la misma forma que había hecho en la clase.

Aunque de alguna manera, Karma se adelantó. Porque antes de que el pelinaranja pudiera pensar una respuesta, el otro chico se había incorporado en aquella rama y sin pensarlo mucho estaba saltando directamente hacia el suelo. Gakushuu soltó una exclamació al ver como caía, pero con sus pensamientos girando rápidamente en su cabeza y sin ser muy consciente de lo que hacía, dió dos pasos hacia delante y extendió los brazos mientras cerraba los ojos con fuerza. El bosque y todo lo de alededor pasaron a segundo plano para ellos. No pasaron ni dos segundos para que el cuerpo de Karma impactara contra el suyo y ambos soltaran un quejido de dolor. Aún así, Asano consiguió enganchar su brazos en torno a la espalda de Karma y viceversa, abrazándose de una forma inesperada. Sin poder soportar el peso del otro, las piernas de Asano cedieron y acabaron tirados en el suelo y quejándose de la fuerza del golpe. Aunque eso les importó más bien poco cuando se dieron cuenta de la forma en la que estaban aferrados y el como sus piernas se habían entrelazado al caer. Definitivamente le había atrapado en plena caída y habían acabado de nuevo contra el césped.

-¡¿Pero qué demonios haces?!- Exclamó Asano con enfado.

La única respuesta que recibió fueron unas risas por parte del pelirrojo. El cuál tenía encima y le estaba dirigiendo de nuevo esa sonrisa.

-A mí no me hace ninguna gracia.- Volvió a decir con mal humor.- ¿Por qué demonios te tiras? ¿Eres tonto o qué?

-Venga, no te pongas así.- Dijo Karma con tono despreocupado.- Sabía que me ibas a atrapar en pleno vuelo.

El corazón de Asano saltó en ese momento y miró sorprendido al chico. Aún si le dolía la espalda y tenía la cabeza contra el césped, era capáz de entender el significado de esas palabras. "Confío en tí", eso es lo que había dicho Karma. A su manera, pero lo había hecho. Y eso era más de lo que podía haber pedido. Porque la sonrisa que le había dirigido, era la que quería ver desde hacía tanto tiempo. La que le dirigía a sus compañeros, la que le daba a Nagisa y a aquellos a los que apreciaba aunque fuera poco. Y en ese momento, con el peso del otro chico contra él, su corazón acelerado en su pecho y la alegría de todo lo demás, le hacía querer sonreír a más no poder. Aunque siguiera enfadado con el otro por haberse tirado a traición del maldito árbol.

-¿Y si no te hubiera cogido?- Preguntó con una sonrisa ladina, intentando retarle.

-Eso es imposible.- Respondió Karma con simpleza y total franqueza. Parecía creer totalmente que era así, cosa que sorprendió al pelinaranja. Nunca llegó a pensar que tendría tanta fe en él.

-Pero podríamos habernos hecho más daño. Imbécil.- Dijo Asano intentando ocultar un leve tono de preocupación. Cosa que no consiguió.

-Te digo que eso es imposible. Además...- Volvió a decir Karma con convicción. Aunque a mitad de la frase se paró, apartó la mirada de Asano y sonrojándose susurró.- No es como si quisiera hacerle daño a mi novio.

Gakushuu se sobresaltó, le miró sorprendido y sintió como sus mejillas empezaban a calentarse también. Había dicho lo que creía que había dicho ¿Verdad? Karma seguía encima suya, pero mirando hacia otro lado y con un aire nervioso envolviéndole. Como si esperara su inminente respuesta. Todavía seguían aferrados al otro.

-¿T-Tu novio? ¿Eso significa que tú y yo...- Empezó a decir Asano sorprendido.

-Sí.

-¿Entonces tu respuesta es...

-Sí.

El silencio volvió a establecerse entre ellos, aunque esta vez no era incómodo ni tenso. Si no todo lo contrario. El viento se levantó, la luz del atardecer les envolvía y con un rubor en la cara se miraron a los ojos. Esbozando una ronrisa, Asano no tardó en inclinarse hacia delante, agarrar el cuello de la camisa de Karma, como él había hecho con la suya momentos antes, y juntar sus labios con fuerza. Tal vez ya se habían besado demasiado por hoy, pero la emoción del momento, la calidez de su pecho y la palabra "Sí", le impedían razonar. Y cuando Karma cedió totalmente ante su toque, sabía que él estaba en el mismo estado.

Sí. Ambos eran igual de idiotas. Por eso lo mejor era estar juntos. No pedían nada más.

~0.0~

-Me dijiste que veníamos a limpiar la clase, no a espiar a la gente.- Replicó Isogai con un mohín en la cara.

Maehara le sonrió y le dió una palmada en la espalda como respuesta. En verdad no le había mentido, habían venido todos a limpiar la clase a modo de trabajos forzados. Porque si había algo que Asano y Karma no sabían, es que no eran los únicos que habían sido castigados. "Por cotillear y haber ensuciado la piscina." Esa había sido toda la explicación que había dado el presidente de la junta. El colmo estaba en que no les había llamado a su despacho para ello, ya que llamar a una clase entera no era lo más apropiado. Si no que se lo dijo a Korosensei, el cual puso el grito en el cielo y luego les obligó a contarles qué demonios había pasado en la piscina como para que acabaran castigados. Explicarle que habían sido dos personas (Nakamura y Nagisa) los que habían montado todo el lío, no fue fácil. Y mucho menos cuando Nagisa tuvo que explicar que él y Ren fueron empujados dentro de la piscina por cierta clase, la cual estaba apiñada detrás de la puerta del recinto, intentando oír una conversación obviamente privada. Lo primero que hizo el profesor fue reírse y decir "Vaya, sí que fue un malentendido. Menudo ataque de celos.", luego apuntó algo en una libreta y más tarde les obligó a coger las escobas del cobertizo y limpiar ¿Y los cuatro chicos de los cinco magníficos? No tenían ni idea de lo que hacían allí. Según había dicho uno de ellos, el presidente de la junta les llamó y les dijo que fueran a limpiar, porque sí, porque él lo ordenaba. Y estaba más que claro que tenía segundas intenciones. Aunque pensandolo bien, eran intenciones buenas. Porque ahora que lo pensaban, puede que Gakuhou quisiera probar a esos cuatro. Era una especie de "Mira lo que va a pasar, si lo aceptas bien. Si no, aléjate de mi hijo." Y eso quedó bastante claro viendo lo que vieron. Ese hombre sabía lo que iba a pasar, tal vez por eso llevó allí al único grupo de gente que estaba de parte de su hijo (en cierta forma), para ver si realmente eran capaces de aceptarle. Llegados a ese punto, ya nadie sabría decir si Asano Gakuhou era un buen padre o no. Dependía del momento.

-En verdad veníamos a limpiar. Que estuvieran en la mesa haciendo esas cosas, no es culpa nuestra.- Soltó Ren como si nada.

Y tenía razón. Ninguno de ellos había llegado con esas intenciones al edificio de la clase E. Solo se encontraron por el camino de la montaña mientras todos se quejaban de tener que limpiar, ya sea por unos motivos o por otros. Nagisa le pidió disculpas a Ren por lo que había pasado esa mañana, mientras que el otro le sonreía nervioso por lo sucedido. Koyama, Seo y Araki miraron a la clase E con algo de rencor, aunque eso se pasó cuando les dijeron que también estaban castigados y estaban todos en el mismo barco. Cuando estaban en la puerta de la clase, lo último que esperaban escuchar era un "Nagisa y yo no estamos saliendo." seguido de un "Pues Ren no es mi ojito derecho."

Lo demás es historia.

Lo mínimo que podían hacer era sentarse en el suelo, abrir una rendija para ver lo que pasaba dentro y a esperar. Aunque no negarían que no tenían curiosidad sobre lo que estaba pasando, algunos incluso empezaron a comprender la situación que se había desarrollado durante todo ese tiempo. "Así que por eso se escondía detrás de los árboles." decía Seo. "Sí, ya decía yo que miraba mucho el móvil." susurraba Koyama. "Pues yo quiero ser padrino." acabó diciendo Araki bajo la mirada sorprendida de unos y la furiosa de otros. Al final acabaron siendo descubiertos, Maehara fue el valiente que acabó asomando la cabeza para hacer la pregunta definitiva, cosa que no surtió efecto. Y cuando Asano abrió la puerta con rápidez mientras les miraba con frialdad, algunos se congelaron en el sitio y otros empezaron a rezar para que no les mataran. En el caso de Ren, tuvo que guardar el móvil en el bolsillo con rápidez. Aunque fue una suerte que Karma se escabullera por la ventana y Asano estuviera más interesado en su respuesta que en ellos y en su espionaje.

Así que habían acabado limpiando ellos la clase y parte del edificio de la montaña mientras se preguntaban que había sido de aquellos dos. Aunque barrer una clase y un pasillo con más de quince personas fue bastante rápido. Y para rematar ninguno de los cuatro intrusos siguió preguntando cuando dijeron que Ritsu era un proyector viejo que el presidente de las junta les había dejado por pena. O ellos eran muy tontos e ingenuos, o no tenían ganas de seguir preguntando. Tal vez lo segundo, pero si no preguntaban por el profesor raro que daba grima en la reunión de las clases ¿Por qué iban a hacerlo con Ritsu?

Ahora estaban todos bajando por la montaña para dirigirse a sus casas. Lamentándose el haber limpiado medio edificio por asuntos que no les concernían y a la vez preguntándose cómo demonios acababa este asunto. Lo quisieran o no, la curiosidad era mucha.

-Me pregunto qué estarán haciendo.- Dijo Nagisa preocupado. Lo último que quería era que Karma volviera a tratarle con la misma frialdad que aquella vez después del partido de beisbol. No le gustaba.

-Pues lo más seguro es que cada uno esté en su casa pensando en lo que ha pasado sin querer avanzar.- Replicó Nakamura con enfado. No le había sentado bien que Karma huyera por la ventana. No después de todo lo que había hecho por él. Tal vez no lo había hecho de forma correcta, pero le había ayudado bastante. Mucho. No era como para que saliera corriendo al primer beso que tuvieran.

Algunos le dieron la razón a Nakamura y otros se quedaron en silencio preguntándose cómo es que su vida se había reducido a intervenir en ese tipo de cotilleos. Pero antes de que ninguno pudiera decir otra cosa, se escuchó una voz alterada a su derecha, a unos pocos metros, dónde se encontraban algunos árboles solitarios en el camino.

-¡¿Pero qué haces maldito loco?! ¡Baja de ahí ahora mismo!

-¡¿Te quieres esperar?! ¡Que solo quiero cojer una cosa!

El panorama que se encontraron no era el que esperaban. Mucho menos después de lo que habían presenciado en la clase. Porque Karma subido a un árbol y aferrado a una rama con un Asano en tierra gritándole enfurecido para que se bajara, no era algo que dos adolescentes con problemas de tensión sexual deberían estar haciendo. O al menos eso pensaban algunos.

-¿Que hacéis?- Acabó preguntando Nakamura mientras se acercaba a ellos dudosa. A estas alturas ya no sabía qué hacer por ellos, así que se limitó a preguntar.

Ambos notaron su presencia, les miraron unos segundos y acto seguido siguieron con lo suyo. Les habían ignorado olímpicamente, como si no hubieran visto nada y como si todo lo que pasara fuera normal. Aunque Asano enfadado miró a la clase E y empezó a despotricar.

-Karma tiene un problema bastante grave con los árboles ¿Sabéis?- Dijo señalando al chico, el cuál estaba concentrado en las ramas más altas y la vegetación del árbol.

-Calla.- Replicó Karma desde arriba. Se escucharon algunas ramas y hojas agitándose, para después ver a Karma sentarse en la rama más baja y mirar a Asano con una amplia sonrisa.- Mira.

-¿Una bellota?- Preguntó el otro con apatía mirando lo que el otro le enseñaba desde arriba.

-Sí.

-Vaya. Genial. Una bellota ¿Puedo preguntarte para qué la quieres?

-Para nuestro bebé.

Todo se quedó en silencio. Algunos se quedaron estupefactos y otros reprimieron una exclamación en su garganta ¿Que demonios había pasado mientras que estaban limpiando? No podían haber pasado tantas cosas como para que ahora tuvieran un bebé... ¿O tal vez sí? Lo único que hacía Asano era masajearse el puente de la nariz mientras suspiraba y Karma le miraba desde arriba aún sonriente, como si lo que hubiera dicho fuera de lo más normal.

-Por última vez.- Empezó a decir Gakushuu con cansancio.- No es nuestro bebé. Es mi conejo. Y los conejos no comen bellotas.

-Mentira. A los roedores les gustan los frutos secos.- Replicó Karma desde arriba.- Además, el pobre tiene que estar aburrido de tanta lechuga.

Se notaba a mil kilómetros que Karma decía eso en tono burlón. Aunque la mayoría aún estaban intentando asimilar que estaban hablando de un conejo.

-¿Y tenías que subirte a un árbol para eso? Bájate antes de que te baje yo.- Acabó diciendo Asano suspirando con pesadez.

Por segunda o tercera vez en su vida, Karma acabó haciéndole caso al otro y bajó del árbol con un salto. Salto que no hizo falta que Gakushuu tuviera que cogerle, ya que esa caída la podía soportar perfectamente. El pelinaranja le miró con cansancio mientras que el otro empezó a andar hacia el camino para bajar la montaña. De alguna manera siguieron ignorando al grupo de personas que les miraba con curiosidad. Ninguno parecía querer decirles algo, más que nada porque el aura entre ellos había cambiado.

Sí. Algo había cambiado.

La pareja de imbéciles empezaron a andar por delante de ellos. No se decían nada, no hacían nada raro. Solo unas miradas indiscretas y alguna que otra sonrisa leve. Parecía que actuaban como normalmente lo hacían con el otro, pero no. Definitivamente había algo muy diferente. Era como el tipo de aura que había alrededor de una pareja de recién casados. Y aunque parecía exagerado, no pasaron ni dos minutos para que Maehara no soportara la curiosidad y acabara preguntando.

-¿Ya estáis saliendo?

Los dos se dieron la vuelta, miraron fijamente al grupo con expresión neutral, luego se miraron entre ellos. Gakushuu apretó los puños, Karma se aferró a su chaqueta. Y con una sonrisa indescifrable ambos respondieron:

-Puede.

Fin


Buenas ~

Antes que nada, explicaré lo más importante: Tengo el headcanon de que Asano tiene un conejo. Es culpa de tumblr. Pero por si alguien lo nota, acabaré incluyendo al pobre conejo de Asano en todos los fics que pueda, pensé que este era un buen momento para hacerlo (?)

Y sí. Este es el final de Attraction. Se acabó, ya no hay más. Los seis capítulos que prometí están aquí. Este es el primer long-fic que termino en mi vida y no sé como sentirme, enserio. Para mí el final está bastante bien, en cierta forma se dejan las cosas claras y sí, ya lo sé. Más gente espiando. Ya lo sé, soy muy pesada con la gente espiando, lo siento, pero es mi final, es mi fic y me gusta la gente espiando (?) Además, necesitaba un pretexto para que Karma saliera por la ventana y se subiera al maldito árbol y la escena final me ha quedado mejor así. El beso que tanto esperábais lo tenéis aquí, aunque en cierta forma me gustaría haberlo escrito mejor, pero me ha salido así y estoy satisfecha. Aunque cinco capitulos para eso, me sabe a poco, pero bueno. Me he quedado bastante contenta con esto y espero que vosotros también, a pesar de que el final haya sido un poco más corto (19 páginas en el word) a comparación con otros capitulos del fic, creo que he explicado todo lo que tenía que explicar, el asunto de la piscina, etc, etc. Y siento el OOC, siempre lo siento, pero ahí está, es así. No sé si tengo más que explicar respecto al capítulo, ya que creo que está todo muy claro.

Así que haré lo que de siempre, responderé los reviews:

·Just someone: Sí, el beso. El esperado beso al fin. Aquí lo tienes, no sé si es suficiente tras 5 capítulos esperando, pero bueno. Los pobres Ren y Nagisa, tan inocentes los dos. Y Nakamura la pobre acaba hasta enfadada, aunque sus esfuerzos dieron sus frutos (?) Tienes razón en lo del anime, mucha razón. Yo iba por la mitad del anime cuando me empecé a leer el manga, y cuando salieron esos capitulos, como el de Maehara o el de Megu, me encantaron esos capis y no verlos animados, fue muy raro. Llegué a la conclusión de que no había presupuesto o les daba pereza (?) Yo que sé, la única esperanza es que salga en una OVA o algo así, pero no es que tenga mucho de lo que quejarme, la adaptación al anime está bastante bien hecha. En comparación a otras adaptaciones de esa temporada, creo que fue la mejor, enserio. Y bueno, aquí tienes el capi, espero que lo disfrutes ~

·RoseM Walker: Lo siento, soy una escritora que hace sufrir (?) Okno, aquí tienes el beso xD ¿Sí, verdad? Asano y Karma celosos tienen que ser lo peor del mundo. Esa escena, era mil veces más bruta en mi mente. Más bien, cuando me la imaginé para el fic, Asano acababa casi pegando a Nagisa y a Karma le tenían que sujetar, no ocurría ni en la piscina, si no que en el gimnasio, con todo el mundo delante. Era bastante basto, pero a medida que avanzó el fic me dije "Oh dios, esto es mucho, no puede ser todo tan bruto" y lo cambié. Aunque sí mantengo ese pensamiento de que celosos, le pegan a alguien. Fijo. Oh dios santo ¿Vas a escribir de ellos? Me encantaría leerlo, quiero hacerlo, pasamelo cuando los tengas, si lo haces, me haría tanta ilusión. Ya que creo que soy la única que escribe de ellos en español xD Tienes razón, debería haberle dado más protagonismo a Korosensei, he dejado bastante de lado a los profes en este fic y me siento hasta mal, no sé lo que ha pasado porque suelo nombrarlos bastante, pero mi amor por los alumnos es igual y bueno, aquí estamos. Te agradezco tu comentario y espero que disfrutes del capi ~

·chesirenek0: Vaya, gracias. Sí, es bastante difícil encontrar algo de estos dos, por eso estoy aquí, escribiendo como una posesa para contribuir a la ship (?) Me alegra que te guste y espero que disfrutes de este capi ~

·Momo-chan: Oh por dios, pegar a Nagisa y Ren, nunca haría eso, mis babus (Todos son mis babus) pero en cierta forma esa escena en mi mente era peor y con algunos golpes repartidos, así que no te preocupes, la cambié para no sufrir mucho xD ¿Asano acosador? Que va, para nada (?) Me estaba riendo mientras escribría, me suele pasar bastante. Hago tantas escenas bizarras en mi mente que ya ni me contengo. Espero que después de eso le pusieras contraseña al móvil, porque sería bastane útil xD A mi tampoco me gustaría que mi padre supiera lo que leo... Si ya me prohibe leer 50 sombras de Grey, como me mire el historial me mata. Y bueno, aquí está el capítulo, espero que te guste ~

·Nociva: Lo siento, soy mala persona (?) Sí, yo tampoco me creía lo de Isogai y Asano, pero al parecer es una ship conocidilla entre los japos, según Pixiv y Twitter. Y respecto al Maehara x Karma... fue culpa de un fic de AO3, que me dejó impactada. A mí también me hizo pensar y así me he quedado. Ser tan multishipper duele. Ay, Shower, mi primer fic de Owari y creo que el último (?) No se me ocurre nada más en verdad, me encanta el Shinoa x Mitsuba y esa OTP yuri entre tanto yaoi de Owari, y eso que el MikaYuu me da fuerte. Y During Sleep, disfruté tanto escribiéndolo, me encanta Noragami y de ese anime sí que tengo pensado hacer más cosas. Sí, los títulos son lo último que pienso de todos los fics y créeme que no tengo ganas de romperme la cabeza, así que acabo poniéndolos en inglés porque me suenan mejor. No sé... Es raro xD Me alegra de que te gustaran esos one-shots, pongo mi corazoncito en ellos (?) Y no, no eres la única loca del Terasa x Itona, el otro día encontré una ilustradora en twitter que hace cosas super monas y *^* Sobre lo de dejar de lado el AsaKaru, a ver, tengo muchas cosas de ellos y tengo MUCHAS cosas pensadas para ellos, pero con Attraction y todos los demás one-shots, incluyendo los fics genderbender, petaré aquí fanfiction. Y además de ellos dos, tengo muchas OTPs de Ansatsu que me gustaría escribir, al menos un one-shot. Por eso a lo mejor subiré algo que no sea de ellos, pero tarde o temprano acabaré volviendo, son como mi OTP predilecta a la que no puedo abandonar. Tranquila, que no pasará mucho tiempo para que los tenga de vuelta (incluso ahora estoy escribiendo un AU con AsaKaru incluído, aunque no de principal), así que no hay forma de que os libréis de mis fics de estos dos (?) Y bueno, siento haberte hecho esperar, aquí tienes el último capitulo, espero que lo disfrutes ~

Y ya está. Eso es todo. Con esto daré las gracias a todos aquellos que me han estado leyendo y apoyando desde el comienzo o durante el fic. Han sido unos ¿dos? ¿tres meses? bastante bonitos y le tengo bastante cariño a este fic. Así que espero que os haya gustado y que hayáis disfrutado leyéndolo tanto como yo escribiéndolo. Me sabe a poco terminar así, pero seguro que volveré con otro fic de estos dos tarde o temprano. Me conozco, así que xD

Nos vemos en otros fics (~*-*)~ ~(*-*~)