Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, sin embargo, esta historia es de mi total autoría y la escribo sin ánimos de lucro. Digamos no al plagio~


La Peor Pareja

sasu & ino


—¿Quién era ella?

—No lo sé.

—¿Cómo que no sabes? ¡Estaba prácticamente encima de ti!

—Ya te dije que no sé. Alguna admiradora idiota.

—¿Por qué te lo tomas tan a la ligera? ¡No tiene ningún derecho, yo soy tu novia!

Para ése momento, Sasuke ya comenzaba a perder la paciencia.

—¿Crees que no lo sé? No me molestes, mujer.

—¿Ahora soy yo la que estorba?

—Sí.

—¡Pues bien! ¡Te dejo solo con cuantas perras quieras! Eso es lo que te gusta, después de todo, ¡no tienes idea de cómo tratar a una mujer decente, Uchiha!

—¡Estás demente!

—¡Ya quisieras!

Rodó los ojos oscuros con frustración, lo que decía no tenía sentido.

—Haz lo que quieras.

—Lo haré, ¡pero no te digo lo mismo! —tras ésas últimas palabras, Ino dio media vuelta y se alejó del salón de clases dando zancadas.

Era en momentos como ésos cuando agradecía que no fueran al mismo curso. Las peleas serían definitivamente el triple de las que eran. Más bien, todo el salón agradecía ello.

Cuando la flamante Ino Yamanaka, alumna estrella y la envidia y deseo de muchos, con su larga cabellera rubia, sus destellantes ojos azules y sus interminables piernas, había comenzado a salir con el prodigio Sasuke Uchiha, príncipe oscuro y hombre de los sueños de casi todas las mujeres del instituto, realmente no fue algo que impactó demasiado. Al ser ambos de las personas más populares, si se esperaba que Ino estuviera con alguien, y de la misma manera Sasuke, era el uno con el otro. Aquella afirmación no volvía la situación menos dolorosa para muchos, pero era un hecho que se esperaba desde el comienzo del año lectivo. Ino era capitana del equipo de natación, en el momento en el que se ponía el traje de baño y se lanzaba a la piscina, parecía volverse una sirena, era una con el agua y cuando resurgía, algunos afirmaban que salían chispas. Como si se tratara de la escena cliché de una mala película, Ino se quitaba el gorro de nado y revolvía su cabello y los chicos perdían los estribos. Sin embargo, no había sido su despampanante belleza lo que había capturado al intocable Sasuke (aunque sí había colaborado bastante en llamar su atención). El hecho que marcó un antes y después en la vida de ambos, fue provocado gracias a la increíble habilidad de la rubia de hablar hasta por los codos. Sin filtros y sin rodeos. Cuando debía ir de frente, lo hacía y no ocultaba sus sentimientos. No había un objetivo que Ino no había alcanzado y Sasuke no sería una excepción.

Lo recordaba como si hubiera sido ayer, a pesar de que casi se cumplía un año y medio.

Fue en el festival deportivo, los muchachos del equipo de voleibol masculino, del que Sasuke era capitán, habían perdido una apuesta contra las chicas del equipo de natación. Las ganas de venganza habían llegado a tal punto que con tal de sentirse menos humillados, los chicos habían decidido jugar una "inofensiva broma". Ino no se lo tomó con humor, si había algo que odiaba era que se metieran con las actividades que disfrutaba. Así que cuando ella y las demás chicas llegaron a la piscina y se encontraron con ésta totalmente repleta de suciedad de todo tipo, no pasó un segundo antes de que la rubia saliera disparada en busca de culpables. El rumor había llegado rápidamente a sus oídos, quizás un poco distorsionado, pero esto Ino lo ignoraba. "Sasuke y el resto de los muchachos han hecho el desastre en la piscina", fue lo que citó Ino mientras le apuntaba con el dedo y con la otra mano apretaba con fuerza su cintura, intentando contenerse.

Sasuke no comprendió muy bien a qué se refería Ino, pero bastó una mirada hacia Naruto, Kiba y los demás, que intentaban contener la risa para que los cabos acabaran de atarse.

Fue un momento en el que se desconectó de la realidad. Ino le gritaba y pretendía regañarle con tanto ímpetu que eso, de alguna forma, le había fascinado. El enojo se podía observar con claridad en sus ojos chispeantes y su determinación crecía a medida que él parecía ignorarla. Estaba escuchándola, a decir verdad, no sus palabras, pero el sonido de su voz. Aquél fuego, ésa pasión con la que defendía su territorio. Sasuke logró ver algo en ella, una ráfaga de peligro, la manera en la que su boca parecía veneno. Le atrajo de una manera arriesgada. Y en el medio de su discurso, que parecía ser interminable, Sasuke sonrió. Fue un gesto tan repentino que desconcertó a Ino hasta el punto de callarle, y cuando luego le invitó a una cita, el desconcierto creció hasta llegar a todo el alumnado que presenciaba la pelea.

Ahora que lo pensaba mejor, debería de haber imaginado que algo como aquello iba a suceder. Su relación había comenzado a partir de una discusión, después de todo.

Sasuke recostó su rostro en la palma de su mano y observó el paisaje a través de la ventana, como buscando una manera de quitarse el mal sabor que le había dejado la escena de celos que su novia acababa de realizar. Sus compañeros de salón volvían a sus asientos luego de haber escapado en cuanto los gritos comenzaron. Siempre era así, ellos discutían y los demás se apartaban. Se había vuelto una rutina tan miserable que casi daba lástima. Y Sasuke odiaba aquello.

De hecho, lo odiaba casi un poco más que los continuos e incesantes rumores que volaban entre los pasillos del instituto. "Sasuke e Ino son una pareja disfuncional, si no les has visto pelear es porque o eres nuevo o vives debajo de una piedra".

No lo podía negar, y eso le frustraba en demasía.


Ino se acercó a la mesa moviendo las caderas. La bandeja contenía una ensalada, carne y refrescos. De postre fruta. La dejó con suavidad junto a la de su novio y se sentó a su lado. Se saludaron con un rápido beso y al ver que no había una discusión inminente, las demás personas en la mesa se relajaron notablemente.

Eran escasos, pero había momentos en los que podían llevarse bien.

—Ino-san, gracias por ayudarme con el estilo mariposa, estaba muy avergonzado pero la pasé muy bien —el muchacho apareció aparentemente de la nada y detuvo a Sasuke con la comida a centímetros de su boca. Ino sonrió ampliamente, haciendo un gesto con la mano como restándole importancia.

—No ha sido nada, no te preocupes.

—¡En serio, eres como un ángel! —y le tomó las manos con aparente fascinación, a simple vista era un muchacho lánguido y bastante patético pero Sasuke vio a través de eso.

—He dicho que no te preocupes, con gusto lo hago —Ino no supo cómo reaccionar realmente, disfrutaba siendo de utilidad y el joven era verdaderamente malo.

—¡Eres un ángel caído del-! —y antes de que pudiera articular alguna palabra más, un carraspeo fuerte le llamó la atención, cuando volteó confundido, y se encontró con la penetrante mirada de Sasuke Uchiha, soltó rápidamente a Ino y comenzó a sudar frío.

—Te vas. Ya —no hizo falta más para tener al muchacho perdiéndose entre el gentío.

Ino, por su parte, se lo tomó bastante mal. Girándose en su asiento, encaró a su novio y a pesar de que él conservaba aquella legendaria mirada fría, que parecía cortar hasta las entrañas, no titubeó.

—¿Qué te pasa? Solamente estaba dándome las gracias.

—¿Estás ciega? Ése inútil se aprovechó de ti.

Ino enarcó ambas cejas.

—¿Aprovechándose? ¿Qué dices?

—Tsk —era su típico chasquido de irritación, Ino vio aquello como una invitación a jugar con fuego—. Cuando quieres eres despistada. Seguro lo único que quería era verte en traje de baño. En privado. Y encima se lo permites.

Fue la gota que rebalsó el vaso. Ino se levantó estrepitosamente, casi tumbando todo en la mesa. Sasuke no se quedó atrás y se puso a su altura, o más bien, sacándole una cabeza.

Allí comenzaban. Naruto y compañía se limitaron a recoger sus bandejas y alejarse silenciosamente del escenario.

—¿Y tienes el descaro de ponerte celoso? ¡Como si te importara! Tienes a todas tus admiradoras para satisfacerte.

—¿Qué estupideces dices? Eres mi novia, ¡no me importan las demás!

—¡Eso dices ahora, hace unos minutos no parecía molestarte la pelirroja encima de ti!

—No intentes volver esto algo sobre mí, eres tú la que da lecciones gratis.

—¡Estaba haciéndole un favor! —Ino alzó los brazos con clara exasperación.

—¡Esos favores no se hacen!

—No vas a decirme qué hacer, Uchiha.

Chasqueó la lengua de vuelta, irritado. Guardó las manos en los bolsillos y como hacía cuando una situación comenzaba a antojársele ridícula, le miró con indiferencia, como restándole importancia a todo. Un ademán que ciertamente ponía a Ino de los nervios. Era como una manera indirecta de decirle que debía callarse, e Ino definitivamente no acataba órdenes.

—Ya te he dicho que no hagas eso…

Los ojos de Sasuke parecieron encenderse. La profundidad en su mirada podía enloquecer a cualquiera con facilidad, era como perderse en un laberinto que sólo te conduciría a tu perdición. Así de atemorizantes eran sus ojos y aún así Ino no retrocedió. Sus mejillas estaban coloradas por el enojo y los hombros tensos parecían volverla más pequeña. Su tono de voz, por otro lado, era estridente.

—Tsk.

—Uchiha —sólo su apellido. Las cosas se estaban tornando peligrosas, si es que ya no lo eran. Sakura intentó intervenir, seguida de Kiba, pero Naruto los interceptó recomendándoles mantener distancia. Nadie nunca se atrevía a meterse entre esos dos, y si lo hacía, no conseguiría más que la combinación de la mortal mirada de Uchiha y la lengua venenosa de Yamanaka.

Repitió la acción, tronando la lengua de vuelta. Ino apretó los dientes y antes de que Sasuke pudiera siquiera pensar en la posibilidad de una reacción tan infantil, el espagueti ya se había escapado de los dedos de la rubia y aterrizaba sobre su pecho y parte de su rostro. Un total silencio inundó la cafetería, que fue rápidamente acompañado por las expresiones más anonadadas que podían formarse. Ino respiró con fuerza, totalmente ruborizada y con el pulso latiéndole a mil por hora por el impulso que acababa de seguir. Sasuke no dijo nada, se limitó a quitarse los fideos con asco y una decisión se formuló en su cabeza, guiado por la creciente irritación que inundaba su interior, de hecho, la misma decisión que distraía la mente de Ino en ésos minutos.

Era suficiente, ya no lo soportaban más.

—¡Pelea de comida! —el grito de Kiba rebotó en las paredes y pronto había empapado de puré de papas a Naruto. La emoción se contagió con facilidad y la guerra comenzó.

Cuando Kakashi y demás profesores llegaron al lugar, las manchas de comida y mezclas de olores les chocaron de pronto, quizás aumentando el nivel de enojo. Ino se entregó sin dudarlo, sabía que lo que había hecho Kiba había sido para cubrirla, ayudarla a disimular un poco aquél momento tan incómodo. Le sorprendió el hecho de que Sasuke también se entregara y ambos se retiraron hacia la oficina del director en silencio, dejando los gritos de una furiosa Anko atrás.

Era claro que necesitaban hablar.


Desafortunadamente, la charla había quedado para después. Tsunade los regañó durante treinta largos minutos y luego de ello, fueron escoltados hasta la cafetería para limpiar el desastre. Kakashi les acompañó todo el rato, fiel a su pequeño libro erótico, no les había permitido hablar más que lo necesario. Estaba molesto, era lógico, ¿quién querría pasarse la tarde cuidando a dos mocosos inmaduros? Para cuando terminaron, cerca de una hora antes de que la jornada escolar acabara, no hubo alguna clase de contacto. De hecho, evitaban mirarse. Era extraño, de repente sentir que un vistazo incomodaba y el sólo abrir la boca podía arruinar un poco más las cosas. Porque a pesar de que habían tomado una decisión, de alguna forma les costaba dar el paso y acabar con todo.

Ino se sentó en su silla agotada y Sakura le peinaba el cabello, quitándole restos de lechuga. Dentro de quince minutos sonaría la campana y se marcharían, el profesor Asuma no estaba en el salón, quién sabe qué estaría haciendo. Probablemente fumaba un cigarro afuera, ajeno a la situación que se desenvolvería en su salón de clases.

Tenten estaba nerviosa, pero sabía que tomaba la mejor decisión, después de todo, le gustaría que hicieran lo mismo por ella. Dejó el periódico escolar en el escritorio de Yamanaka con cuidado, como temiendo hacer algún movimiento brusco que despertara a la bestia. Ino miró confundida a su amiga, luego al papel gris que reposaba en la madera.

"Sasuke Uchiha e Ino Yamanaka: La Peor Pareja", rezaba el encabezado con una letra gigantesca y oscura, que llamaba la atención incluso si se miraba de reojo.

"Sasuke Uchiha e Ino Yamanaka: La Peor Pareja".

Se apresuró en abrir el diario, buscando la página indicada con velocidad.

"Demasiadas han sido las discusiones entre la líder del equipo de natación y el capitán del equipo de vóleibol; Sasuke Uchiha e Ino Yamanaka parecen vivir un interminable intercambio de insultos y acusaciones que van desde lo más bizarro a temas por demás entendibles. Sin embargo, muchos coinciden en que las peleas de la pareja más popular han llegado a un punto sin retorno, donde, o terminan con su catastrófica relación, o acaban con la paciencia del alumnado entero, que por cierto, concuerda en que jamás habían visto una peor pareja que la de la rubia y el príncipe oscuro".

El artículo continuaba con demás tonterías acerca de ambos, tanto como testimonios de distintos alumnos que decían haber presenciado en primera fila al menos quince discusiones ésa misma semana. Ino se paró de golpe, asustando a sus amigas, quienes retrocedieron sin saber qué iba a suceder. De un portazo se alejó de su salón y —seguida de sus amigas y algunos compañeros curiosos— se dirigió hacia el aula de su novio.

—¡Sasuke Uchiha!

La voz aguda hizo saltar en el lugar a más de uno, la profesora tiró la tiza por la sorpresa y por su parte, Sasuke simplemente desvió su mirada de la ventana y la posó en ella, curioso.

—¡Mira esto! —rápida como una serpiente, se atropelló sobre el escritorio de Sasuke y le tendió el periódico frente al rostro. Sasuke se alejó por instinto, para luego arrebatarle el diario de las manos y leer el titular en voz alta.

—"Sasuke Uchiha e Ino Yamanaka: La Peor Pareja"… —su expresión se desencajó a una de asco. Detestaba el chisme barato y aquello no era más que eso.

—Tenemos que hablar —la voz de Ino fue seria, llamando la atención de Uchiha, que pasó a mirarle a ella. Su semblante reflejaba dolor y aquello le agarró con la guardia baja. Hacía mucho que no veía una expresión como esa en el rostro de la indomable Ino.

—S-señorita Yamanaka… Estamos en el medio de la clase aquí —la profesora se acomodó las gafas temblando, mientras recogía la tiza que había dejado caer. Sasuke le fulminó con la mirada.

—Es cierto, tenemos que hablar —musitó volviendo la vista a su novia, que se apretaba el pliegue de la falda con ansias.

Como en sincronía, los compañeros de Uchiha se levantaron de sus asientos y arrastraron a la profesora fuera del salón. En parte temerosos por la posibilidad de que se envuelvan en otra acalorada discusión y esta vez vuelen útiles y sillas, y no comida, y en parte porque sabían que debían darles espacio. La profesora, nueva y sin saber qué hacer, se dejó llevar y acabó uniéndose a la mezcla de cursos que, curiosos, esperaban detrás de la puerta del salón.

—No puedo creer que de verdad hayan hecho esto… —comenzó Ino, se sentía humillada y como una idiota, no era la primera vez que su popularidad le jugaba en contra pero nunca le había dolido tanto.

Sasuke no respondió, simplemente la contempló mientras ella paseaba su mirada por el suelo, conteniendo la frustración.

—Quiero decir, sé que tenemos nuestros problemas, quizás no funcionamos tan bien como creía, pero esto es demasiado…

—¿En qué estás pensando? —era una pregunta común entre ellos, y el súbito recuerdo de tardes de siestas casuales y té helado en casa de Sasuke logró marearla por un momento. Sasuke se percató de ello y suspiró pesadamente.

—Creo que… creo que esto no da para más.

—Coincido…

—Sólo estamos dañando a los demás con nuestra presencia, nos temen… No quiero que eso continúe.

—Estamos dañándonos mutuamente… también —la voz de Sasuke sonó suave, como un suspiro que desapareció en el silencio que se formó inmediatamente. Se miraron a los ojos, Ino intentó no llorar.

—Es lo mejor que podemos hacer… Después de todo, es cierto… —ahogó un gemido y apretó los puños con impotencia—. Después de todo, sí somos la peor pareja.

Ino había comenzado a llorar. Sabían que era lo mejor que podían hacer, era la única decisión correcta. Aquella que quizás en el momento dolería horrores, pero traería calma en un futuro lejano. Sasuke no soportaba verla llorar, y aunque no lo demostrara, el rompimiento le causaba una presión extraña en el pecho. Como un dolor ausente, de esos que molestan pero no puedes evitar.

—Terminamos, entonces —Yamanaka logró articular entre lágrimas, sin conseguir alzar la vista.

—Sí, termina-

El golpe de la puerta contra la pared fue tan súbito que Ino pegó un salto e instintivamente se colocó detrás de Sasuke. Uno a uno tropezaron y cayeron, Naruto, Kiba, Sakura, Tenten, incluso los primos Hyuuga y alumnos de los cuales apenas conocían los nombres. Fue un cuadro penoso, Sakura golpeó a Uzumaki con fuerza alegando que por su culpa les habían descubierto, sin embargo, el tema fue olvidado rápidamente cuando una chica se apresuró en recomponerse y comenzó a protestar, manifestando que Sasuke Uchiha e Ino Yamanaka no podían terminar, y como un efecto dominó, fue seguida de todos los allí presentes.

—¡No pueden acabar así, son la pareja más popular!

—¡Sus bebés serán perfectos!

—¡No acepto que el príncipe oscuro esté con otra mujer que no sea Ino Yamanaka!

—Maldición, Sasuke, qué poco hombre eres.

—¿¡Cómo te atreves a dejar a alguien como Ino!?

—¡Es un ángel caído del cielo!

—¡No hay manera de que Sasuke e Ino terminen, será tan aburrido venir a la escuela!

Y así un sinfín de comentarios de ánimo arrasaron como una ola, la famosa pareja no supo cómo reaccionar. Eran tantas las cosas que llegaban a sus oídos que se sentían aturdidos, y ciertamente muy confundidos. Creían que los odiaban, y allí estaban todos, insistiendo en que le den una oportunidad más al amor.

—Es cierto, incluso si pelean, ¿qué pareja no discute? —Tenten sonrió de costado, uniéndose a los demás—. ¿Simplemente se darán por vencidos? ¡Hay mucho por lo que pueden luchar!

—Exactamente, ¿cómo podrían dejar atrás todas las cosas que han pasado juntos? Todavía recuerdo la vez que llegaste corriendo a mi casa la primera vez que Sasuke te dijo que te amaba —Sakura rió logrando avergonzar a su amiga, que se medio escondió detrás de su cabellera—. Eras tan tierna, la sonrisa no se te fue durante toda la semana.

—Y cómo olvidar la vez que el capitán Sasuke se saltó nuestra práctica más importante sólo para hacerle una sorpresa de aniversario a su novia, fue difícil perdonarte pero lo hemos logrado —Kiba alzó el pulgar y dibujó su mejor sonrisa mientras Sasuke suspiraba.

—¡Y las veces que he tenido que echarles una mano para que puedan verse sin que sus padres sospechen! ¡Me deben demasiadas! —Naruto carcajeó estrepitosamente, sintiendo nostalgia ante el recuerdo de tantas tardes, muchas, que se echarían a la basura—. Sí, quizás discutan mucho, pero no es algo que no tenga solución, ¡estoy seguro de que pueden hacerlo, 'ttebayo!

Sasuke volteó con lentitud, buscando encarar a Ino que, debido al repentino descargue que realizaban sus amigos, se había escondido detrás de él por la pena. Intentó encontrar su mirada, que vagaba entre las baldosas y las paredes del salón, tuvo que guiar su rostro con cuidado, tomándola del mentón para que finalmente le mirara. Ya no lloraba, pero las lágrimas habían dejado sus ojos hinchados y sus mejillas rojizas. Sasuke sintió que su corazón se encogía, mientras divisaba la posibilidad de no tenerla más entre sus brazos. La idea le asustó, de la manera en la que casi nunca nada le asustaba. Era difícil calar profundo en él, y más aún provocar alguna reacción significativa, sin embargo allí estaba, acariciándole la piel de las mejillas con suavidad, rechazando un futuro en el que ella no estuviera. Con palabras cortantes y su lengua venenosa incluidas, con su voz estridente y sus berrinches o escenas de celos, todo era parte de la persona de la que se había enamorado. No lo negaba, no podía hacerlo.

—Sa-Sasuke… Sasuke —Ino no tartamudeaba, así que se apresuró en corregirse a sí misma, sin embargo, no tuvo tiempo de articular algo más cuando el chico atrapó sus labios, besándola con suavidad.

Sintió mariposas, las manos le temblaron y las orejas le ardían, exactamente de la misma forma en la que se sucedió aquella vez cuando le invitó a una cita, enfrente de todos los chicos y chicas de los equipos de vóleibol y natación. No tardó en corresponderle, ajena a los silbidos y aplausos que les rodearon, le abrazó por el cuello y se paró de puntitas, profundizando el contacto. Se sentía cálido, a pesar de la fría apariencia y actitud de Sasuke, sus besos siempre eran cálidos, sus caricias y sus abrazos. La desconcentraban hasta el punto de preguntarse qué día era. Se prometió a sí misma en ése instante, luchar por aquella persona que se había vuelto tan importante en su mundo.

Cuando se separaron, Ino sonrió de oreja a oreja, tenía el rostro colorado pero nada le importaba.

—Creo que podemos darnos una oportunidad.

Sasuke asintió levemente, guardando las manos en los bolsillos.

—Por mi parte, prometo cambiar mi actitud… sé que a veces puedo ser un poco exasperante —musitó con honestidad, era consciente de sus errores, pero muchas veces no podía evitar ser impulsiva—. Pero tú debes prometer que alejarás a tus admiradoras pesadas cueste lo que cueste —se cruzó de brazos, inflando los mofletes; Sasuke suspiró derrotado.

—Lo prometo. También controlaré los celos —dijo entre dientes, su orgullo dominaba una gran parte de sus acciones, pero simplemente nadie podía resistirse a la mirada de Ino Yamanaka.

No tardaron en volver los vítores y silbidos, y poco a poco los compañeros de Sasuke volvieron al salón y la maestra se colocó detrás de su escritorio, ruborizada por la escena de amor adolescente que acababa de presenciar. Sakura, Tenten y sus compañeros se marcharon hacia su salón e Ino se apresuró en alcanzarlos, dentro de poco sonaría el timbre de salida y debían recoger sus útiles escolares.

Sin embargo, no pudo irse sin antes despedirse de su novio con otro beso, provocando a propósito las maldiciones de algunas de sus admiradoras. Ino sonrió victoriosa, mientras se alejaba por el pasillo. Quizás no eran la mejor pareja, pero no había promesa que Ino no cumplía y meta que Sasuke no alcanzaba; habían muchos errores que corregir, quizás demasiados, pero ambos sabían que eventualmente el periódico escolar y todos aquellos que estaban en su contra terminarían metiéndose ése "la peor pareja" en el bolsillo.


Inspirado en un capítulo de Victorious donde Jade y Beck discuten tanto que llegan a punto donde nadie los soportan. Algo que me gusta del SasuIno es que sé que Ino no se callaría nada, y sumado al humor de Sasuke, seguramente su relación no serían puras rosas. Pero escribir esto fue bastante divertido, en realidad. Ojalá lo hayan disfrutado.

¿Opiniones? Son bien recibidas :)

Merliv~