Palabras clave: Aqua.

Palabras: 477.

Disclaimer: Los personajes de Free! Son propiedad de Kōji Oji, Hiroko Utsumi y KyoAni.

Aviso: Este fanfiction participa en el Reto libre: "Haz una tabla" perteneciente al Foro Iwatobi swim Club.


Los irises de Yamazaki Sousuke son de un azul tan claro que parece verde, o de un verde tan claro que parece azul, o quizá, no pertenecen a esa categorización. Tal vez simplemente es un color tan misterioso como lo es el muchacho mismo, o un color tan profundo y extraordinario como los pensamientos del hombre.

Sea como fuere, a Mikoshiba Momotarō le encantaban, le enloquecían, le hechizaban, le enamoraban, le hacían delirar esos bellos ojos de aquel extraño color.

En su vida, había escuchado a muchas personas (el mejor amigo de Sousuke, o los padres del mismo), decir que aquellas maravillas se llamaban aqua.

A Momo sinceramente no le importaba, él disfrutaba de perderse en esos mares profundos, calmos y cargados de intriga; incluso, le gustaba provocar una tormenta en ellos, tal que se volvían pantanos dispuestos a tragarse todo cuando se cruzase en su camino. No está de más, decir que a Mikoshiba le encantaba meterse en el mismo sendero que éstos recorrían.

De pie a un costado de la cama, se imaginaba la manera más cursi y romanticona de despertar a su novio, con la excusa de admirar, aunque fuera un momento, sus piedras preciosas.

Se inclinó contra el cuerpo del otro, disfrutando un instante de su aroma y su tranquilidad, para revolver los cabellos ajenos con suavidad, y con una voz muy suave decirle:

—Hey, dormilón, es tarde.

Mientras se queda atento, evitando una risilla ante los movimientos de incomodidad del contrario.

—Cinco minutos más. –Le oye murmurar, y entonces sí ríe.

—Mh, no, es tarde ya. –Refuta, repitiendo la sacudida de su mano contra los cabellos azabaches.

Y entonces, antes de que el pelirrojo, casi naranja, diga otra cosa, una mano rodea su cintura con un rapidez impresionante, y que de la sorpresa, le permite a ésta atraerlo hasta el cuerpo contrario. Entonces Momo sonrió, acomodándose en la cama, entre los brazos de Sousuke.

El mayor aún tenía los ojos cerrados, y los labios fruncidos que reprimían una risa. Mikoshiba enterró su cabeza entre las sábanas, la camiseta y el pecho del moreno. Ambos suspiraron.

—Te amo. –Dijeron al unísono, provocando un berrinche en el pelirrojo y una risa en Yamazaki.

Sousuke abrió los ojos, tomando con su mano libre –la que sostenía a Momo de la cintura, porque la otra estaba bajo la almohada– la mejilla del menor, apretujando un poco para llamar su atención.
Y cuando el aludido desenterró la cabeza de su escondite, el moreno recorrió la distancia entre sus rostros, abriendo los ojos a los pocos centímetros y sonriendo le dijo:

—Te amo más. –Provocando un sonrojo en las mejillas, un brillo maravillado en los ojos y una sonrisa en los labios de Momo, antes de cerrar el trato con un beso.

Un beso mañanero, lleno de amor y dulzura. Justo como debiera ser el primero del día.


Muchas gracias por leer.

Esto ha sido todo por esta ocasión, espero leernos pronto :)

-MsH-