Yey! Habemus cap antes de un año~!

Aclaraciones al final~

LOS PERSONAJES DE UTAPRI NO ME PERTENECEN!


En el capítulo anterior...

—Nebbia—llamó el conde con cierta seriedad y frialdad, mas sus ojos expresaban algo más parecido a la angustia—Necesito hablar contigo.

—Oh, estabas aquí—musitó volteando apenas—No sé de qué hablas, nosotros no tenemos nada de qué hablar—acto seguido, avanzó para pasar junto al otro aparentando completo desdén.

—Nebbia, por favor—le tomó del brazo y la giró para así clavar sus ojos en los ajenos—Sólo será un minuto, necesito que me digas qué pasó después de que nos separamos.

Fin

—Camus, no hay ningún asunto pendiente entre nosotros, no sé a qué viene esta actitud tuya—respondió fríamente, jalando su brazo con brusquedad, alejándose unos pasos—Vine a este lugar a trabajar, si no vas a decirme nada relacionado a una canción nueva, algún evento o trabajo, entonces por favor no me dirijas la palabra.

—Nebbia, por favor... —simplemente tuvo que quedarse ahí, mirando el vaivén de la falda de la chica al alejarse por el pasillo con el taconeo fuerte ante el suelo desnudo.


Al mediodía, los integrantes restantes de QN se reunieron en uno de los salones de baile para tener una prueba básica con una de sus canciones, en donde la chica analizó su rutina y marcó cada pro y contra de cada uno de ellos, obteniendo unos resultados bastante negativos en comparación a las presentaciones anteriores del grupo.

—Muy bien, en lo que Camus se recupera, trabajaré con ustedes tres de forma independiente—indicaba la italiana mirando a los miembros restantes de Quartet Night—Sinceramente, me gustaban más sus actuaciones hasta lo ocurrido en el Triple S...no sé qué pasó, pero ni siquiera cuando no eran nada los vi de esta forma.

—¡NebbyNebb! ¿Qué es lo que deberemos hacer? —consultó llamativo y entusiasta como siempre el castaño, obviando las palabras de la chica pues en sí no encontraba nada negativo en ello.

—Obviamente nos pondrá un entrenamiento riguroso y duro para mejorar, según mis datos, ella tiene un amplio historial de aprendices bajo el método espartano en todo rigor—acotó el menor de todos.

—¡¿Eh?! ¡¿Nos harás cazar desnudos?! —gritó espantado el mayor.

—Rei-chan... —ella se acercó a jalarle una mejilla—Sigues con tus tonterías y voy a enviarte desnudo a una jaula llena de leones—el otro sudó frío y prefirió quedarse en silencio—Bien, como veo las cosas, ustedes deben enfrentar aquello que desean ocultar, en lo que analizo bien su situación personal, haremos algo en conjunto y eso será componer una canción. Yo pondré la música base y ustedes deberán agregar acordes con sus respectivos instrumentos y se pondrán de acuerdo en las letras. No es nada muy difícil, así que haremos todo hasta que Camus pueda hacer su parte también.

—Tsch—masculló el bajista, odiaba recibir órdenes, en especial de una completa extraña.

—¿Tienes alguna mejor idea, Kurosaki? —indagó la joven al sostenerle la mirada, desafiante.

—Hagan lo que quieran—sin más tomó su bajo y se largó del salón.

—Excelente, entonces, Mikaze, hoy te toca trabajar conmigo—indicó recogiendo su libreta y bolso—Andando, hay mucho por hacer.

—Está bien—el peliceleste salió tras ella, dejando al castaño algo ido en sus propios pensamientos respecto a todo lo que estaba pasando.


Por el pasillo se escuchaban voces juguetonas, corriendo al disfrutar de un enorme pasillo por el cual podían fingir estar en una guerra de muñecos afelpados. Este sonido en particular llamó la atención de más de alguno, en especial cierto miembro de Starish que se acercó a jugar con los pequeños.

—¡Wah! ¡Qué lindos muñecos de felpa! ¿Puedo jugar con ustedes?—consultó Natsuki al quedar frente a los pequeños, haciendo que el menor se escondiera tras su hermana al ver a aquel hombre tan alto.

—Mamá dice que no debemos hablar con extraños—respondió altiva la niña.

—Soy Natsuki, si me dicen sus nombres ya no seremos extraños—explicó alegre el rubio.

—No te daremos esa información, extraño.

—Yo soy Kaly y ella es Nossy—respondió el menor, esbozando una pequeña sonrisa.

—¡Kalyalar! ¡Voy a decirle a mamá!—avisó la niña espantada con aquello.

—Tenga, puede usar ese—el pequeño al ver que el otro era como ellos, le pasó a su dinosaurio de peluche, indicándole que debía ponerlo en su cuello, como si el muñeco le montara a caballito—Hay que correr, Nossy es la mala, hay que atraparla.

—No sabes cómo te odio—la rubia echó a correr, divertida, pero manteniendo una faceta fría para aparentar molestia.

Sin embargo, el juego no duró mucho. Una de las puertas se abrió, causando que la niña chocara de lleno en ella, cayendo sentada al piso con un hilo de sangre escurriendo por su nariz.

—¡¿Qué es todo este alboroto?!—exigió saber el conde con un semblante terrorífico por las ojeras y el enojo.

—¡Nossy!—el niño se puso a llorar al ver a su hermana sangrando—¡Monstruo! ¡¿Cómo se le ocurre dañar a mi hermana?!

—Estoy bien...Kaly... —murmuró la chica tragándose el llanto, debía ser fuerte por su gemelo.

—Muy-chan, sólo jugábamos—excusó el mayor, tratando de ayudar a la niña con un pañuelo.

El conde miraba todo con desdén, mas algo en la niña le llamó la atención. Su sangre no era normal, era brillante como un diamante, delgada como el agua y tenía un color bastante extraño, parecía apenas de color rojizo delgado.

—Pequeña damita, lo siento—actuó tal y como era cuando estaba frente a sus fans y en cámara—Permite que te lleve al baño.

La niña asintió, estirando sus brazos para dejarse cargar y así ser llevaba para parar el sangrado de su nariz.

—Ese hombre no me gusta—murmuró el pequeño escondido tras el de lentes—Da miedo...

—Ven, vamos a comer helado en lo que tu hermanita regresa—cargó al niño sobre sus hombros y lo llevó hasta el comedor.


Ya por la tarde, tras comprar varias cosas y planificar otras, la italiana regresó junto al androide a la agencia, dejando estipulado un horario bastante peculiar para cada actividad de "entrenamiento". Ambos pasaron a dejar todas las cosas al salón que se les había asignado para sus ensayos y reuniones.

—Gracias por acompañarme, Ai—soltó esbozando apenas una tenue sonrisa—Fuiste de mucha ayuda, es probable que seas el primero en iniciar, ya que eres quien menos problemas tiene en todo esto.

—De acuerdo, sólo necesito que me notifique lo antes posible para hacer los cálculos correspondientes.

—Nebbia—una voz aguda y algo extraña se acercó a ellos—¿Tienes un minuto?

—Cesshi, por supuesto—volteó hacia el menor de los tres—Puedes retirarte, asegúrate de descansar bien, quizás mañana por la mañana te tenga noticias.

—Ven, tengo preparado ese té que tanto te gusta.

La joven siguió al moreno hasta el jardín, donde había una pequeña mesita con algo de té y unos pastelillos de distintas clases. La porcelana era fina, algo que conocía bastante bien puesto que varias veces la usó cuando tomaba el té en sus tiempos de estudiante.

—Vaya, realmente parece que se te han pegado todas las mañas de Camus—comentó con desagrado.

—Sabes que siempre hemos tomado el té—se quejó haciendo una mueca de disgusto al ser comparado con su senpai.

—Al grano gatito, tengo que ir a ver a mis hijos, apenas los vi esta mañana, los extraño.

—Imagino que estás al tanto de lo que sucede con Muse y las demás...


Tras su charla con el moreno, dio una vuelta por el enorme jardín de la agencia, pensando en las cosas que habían hablado. Si él lo había notado también, entonces las cosas estaban peor de lo que ella pensó para esas fechas. Debía darse prisa en cumplir su cometido antes de que algo malo realmente pasara.

Entró buscando a sus pequeños, quería llevarlos a comer afuera para así al menos recompensarlos por dejarlos solos todo el día, mas no lograba dar con ellos por ninguna parte.

—¡Mami!—el niño corrió hasta su progenitora y se colgó de ella hasta ser alzado en sus brazos.

—Hola, mi amor. Perdona por dejarte solito todo este tiempo—lo llenó de besos, notando que estaba el niño solo—¿Dónde está tu hermanita?

—Un señor malo se la llevó—el pequeño sollozó al recordarlo.

—¿Qué?—de pronto todo se llenó de escarcha negra, manando de ella un hielo terrible, capaz de matar al más mínimo contacto, aunque claro, su pequeño llevaba su sangre, nunca sería lastimado.

—Nebb-san, Myu-chan-senpai está con Nossy en su habitación—informó Shinomiya al salir a su encuentro.

—No debiste dejar que eso pasara—regañó yendo furiosa a buscar a su pequeña.

Al llegar oyó risas, algo extraño, puesto que su hija no reía sola, sino que el rubio reía con ella. Abrió la puerta sin más, mirando la escena por demás bizarra, especialmente al tratarse del estirado de Camus; la pequeña le había peinado el cabello en una coleta alta, con algunos mechones sueltos con varios adornos distribuidos por toda la cabeza del hombre, el mismo que sonreía amable ante el trato de la niña y lo que ella le contaba.

—¿Qué...?—cuando estaba por articular la pregunta notó una mancha roja en el vestido de su hija, dejando frío el ambiente al acercarse—¡¿Qué le hiciste a mí hija?!—demandó saber mientras jalaba al otro del cuello de la camisa.

—Nada, fue un accidente...

—¡No me vengas con eso! Tiene sangre, ¡¿dime qué m...qué le hiciste?!

—Mami, él no tiene la culpa... —susurró apenada y temerosa la niña—Fue mi culpa...iba corriendo sin mirar hacia adelante y choqué con la puerta...

—No sabía que estaba ahí, de verdad nunca quise hacerle nada—explicó, por primera vez, el conde con semblante culpable.

—Cállate, no sabes lo que has hecho. Nossy, deberás ponerte la inyección—avisó a lo que la niña se puso pálida y asintió como un robot—En cuanto a ti, no quiero que vuelvas a acercarte a mis hijos. Ambos sabemos bien lo que piensas de los niños, así que por favor no quiero que los agobies con tu forma siútica de ser.

Dicho eso, cargó a su hija y tomó la mano del niño para salir de la habitación, mientras la pequeña, al no ser vista por su madre, se despedía en silencio del noble agitando su manita apenas con una mirada triste.


—¿No crees que estás siendo demasiado dura con él?—el castaño estaba recargado en el marco de la puerta, mirando a la madre besar a sus pequeños ya dormidos antes de dejarlos arropados—No olvides que alguna vez ustedes...

—Tú lo has dicho, alguna vez y fue hace bastantes años. No quiero una influencia como él en la vida de ellos, es un ser sin corazón que lo único que le importa son sus canciones y su alcurnia—aclaró tomando las mejillas del castaño—Mejor olvídalo, ¿quieres? No quiero enojarme contigo por su culpa, sólo me preocupa que Kaly haya sangrado, sabes que ella no puede... o podría volver a lo mismo...

—Lo sé—la abrazó fuerte por la espalda, mirando a ambos niños dormir abrazados, ajenos totalmente al mundo—Pero tampoco quiero que te pongas así frente a ellos. Nunca te habían visto enojada, ¿qué quieres que piensen? A como lo veo yo, hoy fuiste tú quien quedó como mala en todo este asunto.

—Reiji, ellos son mi vida...No me importaría ser la peor villana del mundo si con eso los protejo y hago que sus vidas sea felices.

—Mi pequeña senpai-chan...aún tengo que enseñarte muchas cosas—susurró amoroso en su oído—Por hoy, olvida ya todo, deja que me encargue de que todos ustedes sean felices por siempre.

—Supongo que mañana hablaré con él...tienes razón y me excedí, pero es que ver sangre en la ropa de mi pequeña me hizo recordar esos meses con ella en el hospital y perdí la compostura—murmuró temblando entre los brazos ajenos, bajando el rostro—No puedo dejar que ellos crean que lo odio...no si debo hacer aquello para que puedan crecer con bien...

—Tranquila, dije que iba a apoyarte en todo, incluso si ustedes se odian, sabes que contarás conmigo por siempre, aún si Quartet Night dejará de existir mañana. Nebbia, realmente estoy enamorado de ti—aseguró con esa faceta madura y sensual que sólo sacaba a relucir en ocasiones específicas.

—No sé por qué no pude conocerte antes...Si hubieses sido tú, sé que absolutamente todo sería distinto y lo que está por suceder jamás siquiera habría sido mencionado—lo besó lento, dejando que sus penas se fueran mientras él estaba a su lado y le brindaba su calor.


Los días aquí han sido los mejores que he tenido en toda mi vida—contaba más que contenta la chica, sentada en el bramido de las suaves solas bajo ese sol griego.

Nunca imaginé que realmente algo así llegara a pasar...incluso pensaba que un sitio como este sería terriblemente caluroso—secundó el rubio, tomando su mano—Pero me alegra el haber venido aquí contigo, he aprendido a valorar las cosas de otra forma.

¿Cómo te ves en unos cinco años? —consultó jugando a enterrar los dedos de los pies en la arena.

Con giras mundiales, la reina me ha pedido que conozca el mundo por ella y le cuente las maravillas que hay fuera del hielo de Permafrost...Puedo dedicarme a la música, actuación o modelaje, realmente no me importa, sólo quiero cumplir su sueño—clavó sus ojos en los ajenos, esbozando la más dulce de las sonrisas—Y por supuesto, me encantaría que tú estuvieses conmigo, quiero que seas mi compañía por siempre. ¿Qué hay de ti, my precious?

En cinco años me veo no sé, quizás lanzando discos digitales con uno o dos conciertos vía streaming mientras cuido de mis hijos. Me encantaría tener al menos dos, criarlos yo misma y que amen la música de mi madre. Quizás una niña y un niño o gemelos, me hace mucha ilusión sentir lo que mi madre sintió cuando esperó a mi hermano y luego a mí.

Hijos... —la mirada del rubio subió hasta perderse en el cielo despejado, dejando que las palabras siguientes manaran solas de su garganta.


Siútico: [persona] Que pretende ser fino, elegante y distinguido, pero suele resultar ridículo de mal gusto o pretencioso.

Antes de escribir, quiero agradecer a alguien que me animó a continuar el fic con su review. Esto sigue gracias a esa persona y espero le guste ;)

Bueno, desde el siguiente cap ingresaré algunas oc que quedaron en el casting, aún hay muchos cupos libres por si les interesa. No sé si quedó claro lo que intenté narrar en este cap, la verdad es que ando con varias cosas en mente (estoy tomando tres cursos de tres meses) y la verdad es que no sé si hablo español o griego xD

Saludos~

Espero sus tomatazos en los review~